capítulo diecinueve
Tus ojos observaron los de tu acompañante esperando una respuesta, el mantenía la mirada sobre ti. Había escuchado cada palabra que salía de tus labios con atención y simplemente, ya sabía el porque de ciertas cosas que le causaban confusión acerca de ti.
— Por esa razón no puedo seguir adelante— finalizaste en voz baja.
A Mark el simple hecho de que estuvieras sintiéndote de esa forma le provoco un revuelto en el estómago, sería difícil enfrentar aquello sola. Por esa razón envolvió sus cálidos brazos sobre ti con cariño, al principio debías de admitir que estabas confundida por la muestra de afecto pero, al final lograste aceptarlo debido a que lo necesitabas mucho.
— Esa es tu forma de ver— habló Mark una vez que aquel abrazo finalizó—. Se que es difícil para ti, pero no tienes la culpa de nada de esto. Es tu reacción y tener que estar frente a alguien que creías perdido todo este tiempo es difícil de afrontar.
Allí estaban, las palabras que querías escuchar. Las cosas que pensabas que nadie te diría por el simple hecho de que siempre creerías que es tu culpa, que tendrías que aceptar a toda una familia así porque si.
— Así que no te preocupes no estás haciendo nada malo es tu simple reacción y no tienes que sentirte abrumada por ese hecho, no estás haciendo nada malo incluso estás intentando llevarte bien con ellos pero hay que aceptar que es difícil para ti.
— En eso estoy— le diste una pequeña sonrisa, la cual respondió—. Muchas gracias por escucharme.
— No es nada— le restó importancia—. Si esto te ayudo, en verdad me alegro mucho.
— Demasiado.
Una vez que el rubio te acompaño a tomar el autobús que te ayudaría a regresar a tu residencia, le diste una cálida sonrisa. No querías agobiar a nadie mas con respecto a tus inseguridades y aunque Goenji siempre estuvo allí para ti, tenias miedo con respecto a sus respuestas que quizás no serian buenas para ti.
Cuando estabas a pocos metros de distancia de tu habitación, observaste la silueta de dos personas frente a ella. Por lo que con un gran suspiro decidiste acercarte a ellos, no para enfrentarlos frente a frente sino para entrar a tu habitación e ignorar lo que tenían que decir.
El hombre frente a la puerta se aclaro la garganta una vez que te observo, mientras que la mujer que estaba a su lado exhalo con alegría después de observar que venia. Su larga trenza de color castaño se despeino para acercarse a ti.
— ¿Dónde estabas?— la mujer fue la primera en preguntar, mientras que el hombre de cabellos lilas se acerco a su lado—. Me tenias demasiado preocupada.
Tu mirada llena de indiferencia ataco el cálido corazón de la mujer, sabia que algo malo estaba apunto de ocurrir y aunque se trataba de su hija sabia cual era la razón de su disgusto. Por lo que después de observar a la fémina alejaste su mirada de ella para observar al del entrenador.
— Sali en la mañana, le deje un aviso con Aki-—formulaste a lo que el alzo una ceja, tu actitud estaba provocando que Kudou tomara otro tipo de acciones hacia tu persona.
Mas que nada entendía que quizás no era asunto suyo el hecho de hablar acerca del pasado de tu madre, pero cuando se trataba de las dos no dudaría en meterse en esos asuntos mas que nada para evitar una discusión. El entendía que seria difícil el hecho de tener que lidiar con alguien que esperabas que estuviera desde el día en que naciste, pero habia algo mas que eso y eso no era lo que tu sabias.
— Tu madre te esta hablando— pronunció Kudou con un semblante molesto.
Kudou no quería aceptarlo pero, tu comportamiento estaba afectando tu desempeño en los partidos y aunque era poca la visibilidad de ello cualquiera se dsria cuenta de que te sucedia algo malo, lo único que Kudou quería que ambas arreglaran este asunto por el bien de los demás. No solo tu y tu madre estaban saliendo perjudicadas, sino que también Hanan y Fuyuka, mas que nada por el simple hecho de que tampoco las tomabas en cuenta.
— Yo no quiero hablar con ella— terminaste aquella conversación tomando el picaporte de la puerta de tu habitación.
— Espera (T/N)— pidió tu madre tomando tu mano con rapidez.
— ¿Qué?— añadiste con indiferencia.
Kazumi sabia el daño que te había hecho, sabia que no podría arreglarlo y que se lamentaría mucho por lo que ocurrió pero, a pesar de aquellos comentarios que tendrías on ella nunca te abandonaría, ya no mas. Estaría para ti aunque no quieras, porque ese es su deber y quizás se perdió muchos años de tu vida pero, seguirá estando para ti desde ahora.
— No quiero nada que tenga que ver contigo— tu madre presencio una mirada llena de odio y amargura.
— Pero...
— ¡No trates de hacer esto ahora!— exclamaste interrumpiendo su hablar—. ¡No estuviste conmigo cuando mas te necesitaba y no vas a estar conmigo cuando ya no te necesito!
— (T/N) tranquilízate— pidió Kudou, pero lo que mas habias ignorado era el hecho de que en las otras habitaciones se encontraban tus compañeros escuchando aquella conversación.
Finalmente lo que menos habias querido simplemente sucedió, explotaste. Toda tu paciencia se fue al caño, estabas estresada y molesta.
Kudou logro observar cómo es que una lágrima sobresalía de los ojos de su esposa, nunca había visto algo como eso. Después de todo lo que tuvo que presenciar, todo el tiempo que tomo encontrar tu paradero para que al final no valorarás lo que había hecho tu madre.
— ¡Estoy harta de que usted se meta en asuntos que no le importan!— observaste al entrenador sin medir ninguna de tus palabras—. Usted no sabe lo que tuve que pasar, las cosa que sufrí sola, lo menos que puede hacer ahora mismo es intentar arreglar algo que no tiene reparación.
Estabas devastada, finalmente lo habías dicho. En lo más profundo de tu ser esperabas que aquello nunca saliera a la luz. Ahora mismo no importaba nada más y aunque sabes que el sueño de tu vida estaba en riesgo, ya no había vuelta atrás.
— (T/N)..
— ¡No quiero que me hables!— fórmulaste con un nudo en la garganta—. Mi madre murió el día en que yo nací, tu eres solo una d-desconocida.
Dejaste a la pareja sin palabras, para que después ingresarás a la habitación con la voz entrecortada. Una vez que aquella puerta se cerró, lágrimas bajaron por tus mejillas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top