Capítulo 3 "Loción de rosas"

Coriolanus miraba a su alrededor, el salón privado de la discoteca ya estaba más lleno que antes y algunos llegaban a saludar a Festus para felicitarlo por su cumpleaños así que también algunos lo saludaban a él, odiaba estar en estos festejos con tanta gente y música en un volumen tan alto, pero esa noche era diferente, pues la presencia de cierta castaña llamaba su atención más de lo habitual, ya que sentía como un tipo de conexión con ella, como sí ya la hubiera visto o conocido, pero no entendía donde así que ahora la miraba bailando entre las personas, su cabello castaño se movía junto a sus movimientos.

—Uh, ¿Te gusta?— Dijo Festus pasando su brazo por el cuello de Coriolanus mientras señalaba a Asteria con su dedo que a su vez sostenía una bebida, el rubio miro a su mejor amigo por un segundo para después negar. —Oh vamos Snow tienes que divertirte una noche, te vas a casar y no podrás acostarte con quien tú quieres.

A Coriolanus de verdad le molestaban esos comentarios que hacía Festus, cuando ya le había dejado en claro más de una vez que él no tenía intenciones de tener ningún tipo de encuentro sexual, no después de lo que paso con Livia, él no podía entender como la gente podría disfrutar el placer carnal y más con solo tener una noche, pero era algo a lo que se había comenzado a cuidar Coriolanus desde que entro a su campaña como presidente, se comentó a sí mismo que durante todo el año que durara toda su campaña no tendría ningún encuentro íntimo con alguna mujer, pues después de un tiempo eso podría ser un problema que llevaría a malos entendidos, así que prefería mantenerse al margen con esos asuntos y se los dejaba a los mortales como Festus.

—¿Te recuerdo que estoy en la campanada para mi candidatura a la presidencia de Panem?— Le pregunto Coriolanus, la sonrisa traviesa que aparecía en el rostro de Festus desapareció al notar el tono tan frío y distante con el que le había hablado el rubio, Hilarius y Pup que solo estaban conversando se soltaron riendo por la interacción de sus amigos, Coriolanus y Festus eran dos cosas diferentes, mientras uno era más serio y maduro el otro era un completo desastre.

—Bueno, además ya encontraste una esposa, imagina que tu futura esposa esté aquí mismo ¿Qué diría ella sí ve que estás coqueteándole a una chica random que no sea ella y para saber quién es, estará complicado, además ¿Qué te dijo su hermano?— Pregunto Festus mientras trataba de recordar lo que le dijo su amigo sobre las cualidades de su futura esposa.

—No es todavía mi futura esposa, aún es un veremos— Lo corrigió Coriolanus, no le importaba mucho que ella lo llegara a ver coqueteándole a una chica, de todos modos él lo habría hecho con mucho tiempo antes de que se casaran, así que ella no podría decirle que es un infiel.

—¿Cómo es ella? ¿Ya la conoces?— Pregunto Pup mientras le daba un trago a su bebida, Leto nunca le había mencionado el aspecto físico de su hermana lo cual llevo a Coriolanus a sobre pensar que la chica no debe ser del todo bonita así que eso no le comía la mente, todavía, de todos modos la menor de los Kennedy sería su esposa de la puerta de la mansion Snow para afuera mientras que a puerta cerrada no le dirigirá la palabra a menos que fuera necesario.

—No, Leto nunca dijo nada— Respondió el rubio sin más.

—Apuesto que debe ser...

Coriolanus le dio un codazo a su amigo interrumpiendo lo ofensivo que fuera a decir para después observarlo con esa mirada de desaprobación, Festus se atragantó con su bebida ante el golpe.

—Cuidado Festus, de quien estás hablando, es de mi futura esposa, tu futura jefa— Le advirtió Coriolanus en un tono amenazante, Pup como Hilarius soltaron una risita por la advertencia que había sonado más a una amenaza. Festus estaba acostumbrado a hablar mierda de las personas sin importar si estuvieran presentes a solo unos pasos, el pelirrojo no tenía ni un poco de lo llamado decencia o educación para guardarse sus palabras. Pup después de eso decidió cambiar la conversación hacia un tema más ameno.

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Asteria se sentía libre por primera vez podía hacer lo que ella quería sin que tuviera a su madre detrás de ella reprendiendo por cualquier cosa que hiciera, esa noche era simplemente Asteria Kennedy una chica de 27 años la cual se estaba divirtiendo junto con su grupo de amigos, tenía solamente apenas unas copas arriba así que había dejado de lado la chamarra de cuero y ya no le importaba nada el tamaño del vestido, fue directo a la barra a pedir una botella de agua, pero por accidente se chocó con el hombro de alguien.

—Lo siento— Se disculpó ella con la persona, rosas, ese era el olor de la loción del hombre, antes de poder levantar su mirada le dio un pequeño mareo, por lo que se quedó fija en el lugar.

—No hay problema— Escucho la voz y esa voz ella la conocía, levanto la vista para mirarlo, sus ojos azules como el mar, su cabello ya no era el mismo que antes, sus rizos habían desaparecido y ahora estaba lacio además de perfectamente peinado, tenía una mirada fría, el rostro de Asteria se sonrojó por un momento, tenía a Coriolanus Snow frente a ella, el mejor prospecto para ser su esposo. Ella no sabía qué hacer o que decir, pues no sabía sí, él la recordaba como ella lo hacía. —¿Estás bien?—

Su voz no detonaba nada de preocupación y Asteria supo que solo lo decía de manera cortes al mirarla en tal estado, así que la castaña dio un trago en seco para después ponerse derecha en su posición.

—Sí, estoy bien— Respondió ella con un pequeño desliz en su voz cortesía del alcohol, Coriolanus asintió para después irse, ella entonces notó que él la estaba tomando del ante brazo, pero no lo sintió hasta que su fría mano la soltó dejándola con un sentimiento de vacío, así que se obligó a sí misma a dar un paso adelante hacia la barra para pedir una botella de agua, se la entregaron y ella agradeció para darle un trago, necesitaba volver a su casa cuanto antes, ya que sentía que llevaba demasiado tiempo fuera para que sus padres pudieran notar su ausencia.

Verona llegó a ella unos minutos después preguntar sí estaba bien Asteria le dijo que sí que ya se quería ir a casa así que la pelinegra asintió, estuvieron un rato más en su grupo de amigos hablando sin ya tomar una sola gota de alcohol, Asteria noto como sus amigas hablaban sobre sus trabajos sintió un poco de envidia; Medora era una chica que había seguido su pasión de estudiar actuación, luego estaba Sylvan que era un aclamado productor de música, June una gran abogada, Kian era un veterinario por órdenes de su padre, pero le gustaba lo que hacía y Cyra había estudiado para ser una obstetra.

—¿Puedo decirle algo?— Pregunto Asteria y todos la miraron de inmediato, sus manos comenzaron a sudar por los nervios, pero lo intento limpiar con la tela de su vestido. Medora tomo su mano para darle fuerzas al ver lo ansiosa que estaba su amiga. —Estoy a punto de comprometerme— Lo suelta y todos se miran entre sí, todos ellos tenían novio o novia, pero para ellos nunca se les pasó por la cabeza comprometerse, pues todavía querían hacer más cosas que dar un paso en serio al compromiso, además ellos sabían que Asteria sería la primera en comprometerse era algo que se tenían que hacer a la idea que incluso llegaron a pensar que los padres de esta misma se habían dado por vencidos y habían dejado de buscarle un prometido, pero ahora era todo lo contrario.

—¿Quién es el afortunado?— Pregunto Sylvan tratando de aligerar la tensión, Asteria miro a su alrededor tratando de encontrar a Coriolanus, pero este ya no se encontraba presente o al menos en el campo de visión que ella tenía.

—Coriolanus Snow— June se tensó en ese momento al escuchar el nombre del mencionado, los amigos suspiraron, todos sabían quién era Coriolanus y quien no lo supiera era porque viva debajo de las rocas o era nuevo en el capitolio.

—Te va a ir bien— Dijo Cyra en un tono de voz dulce y tranquilizador para su amiga, todos le dieron unas palabras de aliento a la castaña que le funcionaron de cierta forma, cuando Verona se sintió mejor para conducir ambas se despidieron. Cuando llegaron a la mansión de los Kennedy Asteria le agradeció a su mejor amiga por invitarla se puso el vestido azul, pero se quitó los tacones para no hacer ruido a la hora de entrar, pero fue un plan fallido, ya que su madre la estaba esperando al pie de las escaleras con una cara de pocos amigos, Asteria suspira para después comenzar a subir a su habitación mientras su madre le gritaba lo irresponsable que es por salir a divertirse y más con Verona.

—Tienes estrictamente prohibido salir con tus amigos, serás una esposa y te tendrás que juntar con mujeres de tu clase, mujeres esposas de los amigos de tu esposo así que vete olvidando de ellos— Dijo Venus tomando del brazo con fuerza a su hija para meterla a su habitación, Asteria se dio la vuelta para ver a su madre, pero esta le cerró la puerta en la cara para después cerrarla con llave.

Los días siguientes pasaron rápidamente para Asteria, hasta que llego el dichoso viernes, ella se había asegurado ese día de solo quedarse en su habitación, pues no quería ver a su madre y menos aquel día que era cuando Coriolanus visitará la casa, pudo escuchar a su madre gritando por todas partes sobre como todo tendría que estar perfecto ese día, Asteria se acercó a una de las ventanas de habitación para mirar un automóvil negro de lujo estacionarse en la puerta de su casa y al ver la cabellera rubia salir del lado del piloto sintió un nudo en la boca del estómago.

Coriolanus miro la mansión, era ligeramente más grande que la de él, pero eso no quitaba que fuera más rico que ellos él levantó su mirada al segundo piso, pues sentía una mirada sobre él, pero no encontró nada o a nadie mirándolo así que simplemente le dio igual y comenzó a caminar a la puerta que apenas tocar el timbre esta se abrió y quien lo recibió fue un ama de llaves que le dio la bienvenida para después acompañarlo hasta el salón de las visitas, Coriolanus analizo cada rincón de aquella habitación, los grandes ventanales que iban de piso a techo con delgadas cortinas de color azul rey y sillones de terciopelo de un color vino, el piso era de madera oscura, de las paredes beige ornamentadas en color blanco colgaban algunos cuadros lo que hizo suponer a Coriolanus que seguramente eran de los ancestros de la casa.

La puerta se abrió de golpe un hombre alto corpulento de cabello castaño lacio y con un bigote sobre sus labios, llevaba un traje que hacía juego con las cortinas del hogar él debería ser nada más ni nada menos que el general Ceo Kennedy, un hombre condecorado que según lo que había encontrado fue el hombre el cual tomo el control del distrito 12 después de que su padre falleciera por culpa de un rebelde. Detrás de él iba una mujer un poco más baja que él con su cabello pelirrojo casi como el cobre, tenía unos ojos verdes cuáles esmeraldas esa mujer debería ser Venus Kennedy su esposa, había escuchado gracias a Tigris sobre esa mujer era una gran diseñadora de modas altamente reconocida por lo revolucionarios que eran sus diseños.

—Señor Snow— Dice el hombre acercándose al rubio y extendiendo su mano hacia él, Coriolanus la tomo para darse el apretón de manos que solían darse.

—Por favor, dígame Coriolanus, el señor Snow es mi padre— Dice Coriolanus con un poco de carisma fingido, era lo que siempre hacía para intentarse ganar a las personas de una manera más fácil. Ceo le asintió con la cabeza para después saludar a su esposa.

—Ah es un gusto conocerlo, mi esposo y yo somos seguidores de su campaña para la presidencia, tenga seguro que contara con nuestro voto— Lo adulo la mujer, pero su comentario la hizo sentir incómodo, ya que Coriolanus estaba acostumbrado a que la gente dijera ese tipo de cosas para ganárselo a él, ese tipo de palabras era de los dientes para afuera y ellos en realidad no llegaban hacer lo que decían, pero el rubio solamente le dio una sonrisa que apenas levanto las comisuras de sus labios. Ceo lo invito a sentarse en el sillón que estaba frente a él, así que eso hizo, los Kennedy también se sentaron frente a él.

—Entonces Coriolanus... Mi hijo Leto dijo que querías hablar sobre nuestra hija, Asteria— El candidato escucho el nombre de su futura prometida, el nombre era dulce y tierno así que se preguntó sí la chica realmente le haría honor al nombre, pero de inmediato se deshizo de esos pensamientos y se concentró en contestarle al hombre.

—Sí así es, su hijo me dijo que estaban buscando algún prospecto para poder casar a su hija, ambos somos cercanos de edad, le prometo que su Asteria estará en buenas manos sí ustedes aceptan comprometernos a todos— Explica Coriolanus en un tono formal, Venus mira a su esposo de reojo, ella estaba dejando que él hablara para después comenzar con las preguntas que más le interesaban.

—No se preocupe Coriolanus, conocí a su padre durante los días oscuro y sí usted es como él entonces claramente es un hombre de palabra en el cual se puede confiar— Coriolanus se tensó un momento, puesto que aún le incomodaba que la gente pensara que él era como su padre cuando estaba completamente lejos de parecerse a él, Crassus Snow había sido un hombre que le había faltado el hambre del poder algo que por obviedad al rubio no le faltaba, su padre respetaba los rangos y creía en la meritocracia, pero Coriolanus no, él sí quería algo se dedicaba a quitarse a ese algo o ese alguien que se interpusiera en su camino como lo había hecho una vez con Sejanus, los Plinth, el decano Highbottom y con la Doctora Gaul. Pero este no dijo nada, solamente se limitó a asentir con la cabeza junto a una sonrisa de medio lado.

—Díganos joven Snow, cuáles son sus planes con mi hija— Hablo el hombre mayor mientras se cruzaba de brazos en su asiento para escucharlo hablar, Coriolanus por un momento pensó en sí tenía que mentirle sobre sus verdaderas intenciones con la menor de los Kennedy, pero no tenía caso, Leto había sido honesto al momento de hablar sobre como sus padres se querían quitar de encima a su propia hija, ahora, pues serles honesto era lo mínimo que podía hacer él también.

—Necesito una esposa, los ciudadanos del capitolio al parecer están más enfrascados en mi vida privada que en las propuestas que tengo para cambiar la ciudad, entre ellas los chismes, la prensa rosa comenzaron al parecer una campaña contra mi persona, algunos dicen que mi vida personal refleja como será mi forma de gobierno, así que sí me llego a casar eso acallara los rumores— Explico, Venus sonrió de lado, había visto a lo que se refería sobre como la prensa rosa ponía en duda la campaña de Snow, así que por ambas partes sería un matrimonio arreglado, Ceo por su parte noto la desesperación con la que el Snow hablaba.

—Entonces ¿Me está diciendo que solo quiere a mi hija para tener un papel y una argolla para acallar los chismes?— Pregunto Ceo mirando fijamente a Coriolanus a los ojos tratando de intimidarlo, pero eso ya no funcionaba en él, tal vez hace unos diez años cuando apenas era un niñato que comía sopa de col, pero ya no con esta nueva versión de él.

—Leto también me dijo que ustedes le han estado buscando a su hija muchos pretendientes, ya que a palabras de ustedes, Asteria está siendo un estorbo, ¿Me equivoco?— Coriolanus miro a Venus, la mujer se puso derecha en su asiento y levanto el mentón para mirar al rubio con superioridad.

—A mi hija se le está terminando el tiempo para convertirse en madre y obviamente queremos que ella tenga una buena vida, sin importar que eso cueste su felicidad, hemos dejado que ella los rechace solamente para que crea que tiene al menos ese poder sobre ella misma, pero en el momento que encontremos a un hombre perfecto entonces nosotros aceptaremos el matrimonio no ella— Ahora hablo Venus con un tono de superioridad y su mirada fría, él notó que hablaba de su hija como sí no fuera algo que valiera la pena, como sí fuera un pedazo de papel que podía hacer bola y lanzarlo al bote de basura y en el lugar más al fondo del corazón de Coriolanus sintió pena por la pobre chica, no la conocía, pero con tan solo escuchar a la madre hablar de ella como sí fuera un mobiliario que se podía vender al mejor postor lo hizo sentir pena.

—Leto me comento que ella no tiene estudios universitarios, termino La Academia y la chica se dispuso a ser educada para ser una esposa obediente, ¿Por qué decidieron eso? ¿No sería mejor que ella tuviera una carrera a buscarle un esposo?— Les pregunto Coriolanus, Venus rodó sus ojos para después soltar una risa cínica.

—Asteria es una chica que le gusta soñar despierta, ella pensaba que sí estudiaba algo tan absurdo como la escritura seria alguien importante y reconocida, pero la realidad es otra, ella es una mujer y su deber como mujer es estar en la casa apoyando a su esposo además de estar atendiendo a los hijos, ese es el único papel de Asteria en esta sociedad— Las cejas de Coriolanus se levantaron por el comentario de la mujer, pues no creía posible que de verdad pensaran de esa forma, pero él no decidió decir nada sobre ese tema, pues lo que menos quería era iniciar una pelea en estos momentos con sus futuros suegros.

—Como verán no estoy buscando esto por el dinero, no me importa cuanto dinero tenga Asteria en su dote lo único que busco es una esposa y siento que su hija podría ser una gran opción— Les explico Coriolanus ambos padres se miraron entre sí y se hablaran con la mirada, tener a una familia tan poderosa e importante como los Kennedy sería ganar prácticamente las elecciones todo el capitolio vería que la casa más vieja de Panem apoyaba los ideales más jóvenes, así que todos irían a votar por él simplemente por su esposa. Ceo se puso de pie y el rubio lo siguió.

—¿Le parece bien el domingo por la noche una cena para poder conocer a mi hija?— Pregunto el hombre y el candidato sintió como un peso se caía por sus hombros, pues ese era un paso más al matrimonio.

—Me parece perfecto señor Kennedy

—Entonces lo veo el domingo a las 8 de la noche, espero que no se vaya a retractar de su decisión— Ceo extendió su mano para poder estrechar su mano con la de él, así que Coriolanus la tomo para darse un apretón de manos. Se despidió de ambos para después salir al pasillo donde un Avox lo estaba esperando para acompañarlo a la puerta, el pasillo tenía una alfombra roja sobre el piso de mármol blanco y los candelabros dorados le daban una vibra de calidez en el ambiente lo que hizo preguntarse a sí mismo sí esa familia realmente era cálida como lo intentaban dejar ver por la casa.

Se detuvo en una fotografía que parecía ser de la familia, estaban las dos cabezas de la familia, con tres de sus hijos y un bebé sentado en las piernas de la madre así que él supuso que ese bebé debería ser de cuando Asteria recién había nacido, todos llevaban vestimenta que vagaba de un color azul rey y un azul marino. Volvió a sentir esa mirada de hace rato así que dirigió su mirada a las escaleras, pero se congeló en su lugar al ver a la misma chica que había visto hace noches en la fiesta de cumpleaños de Festus, la chica a la cual nunca le había quitado los ojos de encima, aquella con la que había chocado era su futura esposa.

Asteria notó que Coriolanus la había atrapado viéndolo así que se dio media vuelta para meterse de nuevo por el pasillo hacia su habitación dejando a Coriolanus con una sensación de familiaridad como sí eso ya hubiera sucedido antes, agito su cabeza para después salir de la mansión y dirigirse a su oficina.

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