Capítulo 2 "El arreglo"

Coriolanus escucho como la puerta de su oficina se abría, pero no le importo ver quien lo interrumpía, puesto que él estaba tan ocupado mirando los periódicos, ya que le parecía bastante increíble como las personas se dejaban llevar por la vida personal de alguien para poder elegir a su próximo presidente y se preguntó por qué tenía que ver eso con su vida política, sí por Coriolanus fuera se mantendría soltero por el resto de su existencia y tampoco tendría hijos aún sí eso significaba que el apellido Snow se perdía con él. No levantó la mirada hasta que la persona se sentó en el sillón frente a su escritorio.

-Kennedy- Lo saludo Snow al ver al castaño de ojos azules sentado con una sonrisa ladina en su rostro, Snow sabía quién era Leto Kennedy, lo había conocido hace años en una cena de vigilantes en jefes, Leto era por 7 años mayor que Snow así que ya tenía una gran experiencia en el ámbito de los juegos del hambre. La noche que lo conoció en persona, supo que tendría que hacerse amigo de Leto Kennedy, por su dinero, su posición y su familia, familia, la cual está llena de estrellas.

-Snow- Le responde el otro mientras enciende un cigarrillo, Coriolanus frunció su ceño, en la mente de Snow no podía entender como la gente estaba dispuesta a cosas tan banales como las bebidas alcohólicas o los cigarros, esas cosas te mataban poco a poco.

-¿Qué haces aquí? ¿Vienes a ayudarme a la campaña? Porque sabes que eres muy importante y que con gusto me gustaría unirte a mis filas- Le comenta Coriolanus cruzándose de brazos mientras se apoyaba en el respaldo de la silla del escritorio. Leto le dio una colada a su cigarrillo, luego negó con la cabeza y soltó el humo por su boca para después sonreír de lado, se enderezó en su asiento, Coriolanus no sabía por qué se alegraba de esa manera el castaño, aun así Snow estaba dispuesto a escuchar lo que Leto Kennedy tenía que decirle.

-Tú sabes que los rumores corren rápido en el capitolio- Leto le dio una colada a su cigarro antes de seguir hablando y sí algo había aprendido Snow en los últimos años es que la gente era muy chismosa, sí una sola persona de la alta cuna del capitolio sabía un chisme muy delicioso entonces se podía dar por sentado que todo el Capitolio ya lo conocía. -Bueno, me ha llegado un pajarito diciendo que buscas una prometida, ¿Es eso es cierto?

Pregunto Leto finalmente, Coriolanus rodó los ojos para después soltar una risa cínica.

-Leto si vienes a decirme que mejor me busque una prostituta donde pueda mojar mi...

-Wow, no puaj claro que no- Lo interrumpió alzando sus manos junto a su cara para después masajear el puente de su nariz y negar -Puto asco.

Se quejó el mayor mientras cerraba los ojos tratando de borrar la horrible imagen que su mente perversa había creado.

-¿Entonces? ¿A qué vienes, Kennedy?- Pregunta ahora el candidato con impaciencia, mientras observaba al castaño agitar la cabeza para después suspirar y recobrar su postura anterior.

-Tengo una hermana menor- Coriolanus no reacciono a eso, sabía que él tenía una hermana, pero ni loco que se iba a casar con una chica que seguramente apenas recién había cumplido los 18 años de edad, estaba desesperado por una esposa, pero no tanto como para casarse con una niñata que apenas había salido de La Academia. Leto noto el desagrado en los ojos azules del rubio, así que antes de que este dijera algo más se apresuró a continuar con lo que tenía que decir. -Tiene 27 años, es bajita, mide como 1.62 cm, es callada, obediente, le gusta leer, no le gusta la fiesta y más importante, es mi hermana.

Lo último lo dijo como sí eso fuera una virtud buena que para los ojos y los deseos que Snow tenía de verdad lo era, la familia Kennedy era parte de una antigua casa que sobrevivió muchos años, una familia antigua incluso más vieja que la misma casa Snow, ellos fueron de los pocos linajes que habían sobrevivido a los desastres naturales, a las guerras mundiales y obviamente a los días oscuros, Los Kennedy estaban incluso en los libros de historia de Panem cuando un ancestro de Leto formo parte de la unión de los viejos países o antes conocidos como Canadá, Estados unidos y México, puesto que si casarse con una Kennedy era una gran virtud.

Pero había algo que para Coriolanus no terminaba de encajar ¿Por qué le decía esto? Ellos deberían de tener un propósito detrás, algo que ganaran o algo que necesitaban.

-Y... ¿Por qué me dices esto?- Pregunto intrigado esperando por la respuesta que su amigo le podría llegar a dar.

-Mis padres ya no tienen más prospectos para mi hermana, ella los rechaza uno tras otro, están hartos, cansados de ella, en mi opinión sí tan solo la hubieran dejado estudiar la universidad ella podría estar lejos de la mansión sin serle un estorbo para ellos, pero decidieron complicarse la vida- Explico Leto mientras alzaba los hombros y le daba otra colada al cigarrillo luego le dio unos golpecitos en el cenicero que estaba en el escritorio de Coriolanus. Ahora tenía curiosidad del porqué su hermana no había entrado a la universidad ¿Acaso no había acabado con las mejores calificaciones en La Academia y decidió dejarla? ¿Era acaso una chica con problemas mentales?

-¿Entonces tus padres se quieren deshacer de tu hermana?- Pregunto mientras apoyaba sus brazos en el escritorio para escuchar con atención, esperando que compartiera más información sobre esta hermana suya y Leto como el hombre observador que era noto su atractivo respecto al tema, sabía que existía cierto interés, así que era su momento de jugar sus cartas.

-Sí, te digo, ella es callada, obediente, responsable, educada, carismática, leal, cooperadora, amigable y comprensiva- Miro al rubio con una sonrisa arrogante, solamente tenía que darle una pequeña probada a Coriolanus para dejarlo picado de la curiosidad, darle un pequeño bocado y listo, Coriolanus Snow sería su cuñado. El candidato lo pensó por un segundo, pues cada una de las cosas que le comento era una buena cualidad para su esposa, las que más le habían resonado en su mente fueron las de "Amigable", "Carismática" y "Comprensiva" pues a menudo él era visto como una persona, carente de emoción, poco encantador, frío como un cubo de hielo entre otros más defectos, tenerla a ella sería una gran adquisición para mejorar su imagen frente a todos.

-¿Entonces, ¿Cuándo la conozco?- Bingo, fue lo que escucho Leto dentro de su mente, tenía a Coriolanus enganchado a su hermana. El castaño le dio una última colada a su cigarro para después sonreír victorioso.

-Primero tienes que hablar con mis padres antes de verla, después la verás a ella, no te preocupes mis padres no querrán saber mucho de ti, digo no es como que no te conozcan, a ver eres Coriolanus Snow aprendiz de la Doctora Gaul que en paz descanse- Dice Leto mientras se ponía de pie de su asiento, Coriolanus se tensó un poco ante la mención de la mujer, pero con rapidez se compuso poniéndose de pie para llegar hasta estar aún lado de su amigo.

-Perfecto, ¿Puedo preguntar quién es el prospecto que vino antes de mí?-Cuestiono, Coriolanus tenía que estudiar perfectamente a ese chico para saber qué cosas podrían haber llamado a Ceo y Venus Kennedy, pero con la reacción del Vigilante en jefe él se temió lo peor.

-Ugh el idiota de Lysander Beck- Dice con asco, Coriolanus frunció su ceño ante la mención de legislador, pues era de las peores opciones sí querían casar a su hija con ese hombre, a su vez le dejaba muy en claro al candidato que los Kennedy realmente estaban desesperados por deshacerse de su hija lo antes posible. -Sí, yo también puse esa cara cuando lo vi saliendo de la casa de mis padres.

El castaño ya iba a salir de la oficina, pero antes de hacerlo se detuvo mirando a Snow, su semblante amigable cambio a uno más serio, frío y distante, uno que Coriolanus le conocía bastante bien, era esa actitud que tomaba cuando estaba frente a los demás vigilantes.

-Escucha Snow podrás ser mi mejor amigo, pero ella es mi hermana, mi hermanita, así que no me importara arruinarte tu perfecta nariz con mi puño, si es que le haces daño-. Eso había sonado más como una amenaza que como una advertencia, pero Coriolanus sabía gracias al tono que Leto hablaba con total sinceridad, así que lo único que el rubio pudo hacer fue asentir a regaña dientes, el mayor salió de la oficina dejando a Coriolanus pensando en su siguiente paso.


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Al día siguiente Asteria estaba desayunando con sus padres en el salón comedor, su madre no había dejado de hablar sobre lo maravilloso que sería tener a Coriolanus Snow como su yerno, así que ella maldecía el momento en el que Leto había llegado unos días atrás hablando de la posibilidad de contraer compromiso con el mencionado y con la promesa de hablar con él.

-Imagínatelo, Asteria Snow se escucha poderoso, intimidante- Dijo la mujer mientras hacía ademanes con ambas manos en el cielo como sí estuviera viendo el nombre en el aire y lo admiraba con orgullo, la castaña miro a su progenitor que miraba un pedazo de papel con las noticias más reciente que hablaban sobre los candidatos a la presidencia. -Uh imagínate a sus hijos, con sus ojos azules y tu cabello castaño, aunque prefiero que nazcan con los risos de él, tu cabello lacio es... sencillo- Asteria se mordió la mejilla interna de su boca para evitar una respuesta a su madre que eventualmente se convertiría en una discusión con la que terminaría siendo que su propia progenitora se haría la víctima aún ha sido que esta le había propinado un comentario hiriente a su hija.

-No, es sencillo querida es que solo no sabes como estilizarlo- La defendió su padre mientras miraba a su esposa molesto por el comentario, la comisura de los labios de Asteria se levantaron un poco ante la defensiva de su padre quien por supuesto tenía la razón, de las millones de veces que había acompañado a su madre a sus pasarelas de moda compendio que su madre tenía cierto rechazo a los cabellos lacios, según ella eran básicos, pero detrás de eso había un estrés, ya que había intentado un montón de veces rizar el cabello de su propia hija con dispositivos de calor que por desgracia al poco tiempo se deshacía por lo pesado y lacio que era el cabello de Asteria.

-Oh, ahora eres experto en cabellos, tu un general y no yo una diseñadora de modas prestigiada y...

La puerta del salón comedor se abrió de golpe dejando entrar a la ama de llaves.

-El joven Leto, señores y señorita- Había dicho la mujer de casi 60 años que llevaba un sin fin de canas blancas que resaltaban con su cabello negro, Asteria tomo aire esperando lo peor. Su hermano mayor entró con una sonrisa victoriosa, padres y hermanos se saludaron entre sí para posterior el mayor ser invitado al desayuno, pero él lo rechazó dando la excusa de que era una visita rápida

-¿Y bien? ¿Hablaste con el joven Snow?- Pregunto su madre mientras se comía una uva, el mayor miro a los tres presentes para después mirar a su padre que había vuelto su mirada al pedazo de papel, Asteria estaba tomando un trago de su café cuando por fin Leto hablo.

-Coriolanus quiere ver a Asteria- La nombrada se ahogó por unos segundos ante la noticia, la progenitora de ambos salto de la silla con una gran emoción que ninguno había visto desde que se enteraron de que su último hijo se iba a casar, se habían librado del hijo más desastroso, ya que alguien ya le echo la soga al cuello. -Pero, obviamente le dije que primero tiene que hablar con ustedes, antes de verla a ella- Continuo, Asteria sintió un gran alivio, pues no estaba lista de ver al rubio después de tantos años sin saber nada de él, más que fue mentor en los décimos juegos y que después de 4 años se había convertido en el vigilante en jefe más joven en obtener el título

-Perfecto, es la mejor noticia del día, ¿Cuándo quiere vernos mi futuro yerno?- Pregunto su madre sin pelos en la lengua y tampoco sin un poco de vergüenza, la menor jugo con la servilleta de tela que se encontraba reposando en sus piernas mientras que se quitaba el leve sudor en las palmas de sus manos, un hábito con el que había crecido toda su vida y que sucedía cada que se ponía en este tipo de situaciones.

-No habló de fechas, tal vez sería bueno que ustedes pongan el día, tal vez un viernes este bien, Coriolanus no es muy de salir de fiestas así que supongo que tendrá un momento- Asteria bajo la mirada a su comida la cual casi no había picado en ningún instante, escucho a sus padres hablando entre ellos, miro a su hermano por el rabillo del ojo y él le dio una sonrisa maliciosa como sí hubiera hecho algo en un doble significado.

-Entonces dile al joven Snow que una reunión para hablar sobre la dote de tu hermana será perfecta para el día viernes en la tarde- Respondió su padre, Leto asintió para después salir del comedor, su madre suspiro encantada, como sí fuera ella la que se llegaría a casar así que siguió diciendo sobre como podría ser la vida de su hija como esposa de Coriolanus para posterior dejar soltar un grito de la emoción que hizo que Asteria abriera los ojos sorprendida.

-¡Ah! El joven Coriolanus es candidato, imagínate nuestra vida, todas las grandes señoras de sus nobles casas querrán venir a tomar el té conmigo por ser la madre de la primera dama, eso sería una gran y espléndida vida- Dijo Venus, Asteria miro de reojo a su padre pidiéndole con la mirada sí se podía retirar de la mesa, este le asintió con la cabeza. La joven Kennedy se levantó de la mesa para poder irse a su habitación, pero un Avox le hablo en lengua de señas.

"Tiene una llamada" Asteria le agradeció haciendo la seña del "Gracias", se acercó al teléfono más cercano de la mansión y presiono el número 1.

-Señorita Kennedy es la joven Messina- Hablo un hombre que se encargaba de conectar las líneas y tú decidías sí tomar la llamada o no, así que obviamente Asteria tomo la llamada, ella y Verona eran bastante unidas entre sí (Verona había llegado a la vida de la menor de los Kennedy poco después de entrar a La Academia), así que la línea fue conectada.

-Asteria Kennedy, ¿Tienes algo que hacer esta noche?- Se escucha del otro lado de la línea a la pelinegra hablar, la nombrada dudo sí mentirle o no, si le mentía podría quedarse en casa a leer ese libro que le faltaba por leer, ¿pero sí salía tenía la oportunidad de divertirse los últimos días de libertad que tendría, antes de casarse con alguien que no quería.

-No- Contesta ella y puedo escuchar la risa de su amiga al otro lado de la línea.

-Perfecto, pasaré por ti a las 9, ponte algo atrevido y revelador- Le explico y Asteria hizo memoria tratando de saber sí en su closet tenía algo parecido a lo que esta le estaba pidiendo, recordó que tenía un viejo vestido rojo color vino que hace mucho no se ponía (Solamente se lo puso la vez que sé lo probo y fue solo para complacer a Verona).

-Tengo algo en mente- Respondió y la otra chica festejo desde su lado de la llamada, mientras que algo dentro de Asteria le decía que su madre la llegaría a odiar sí sabe que su hija está por irse de fiesta con la mejor amiga que desaprueba, pero rápidamente pensó en una excusa perfecta que le tenía a su madre

"Pero es la última vez que podre salir a fiestas, te juro que no voy a tener una despedida de soltera"

Si eso sonaba bastante convincente, también pensó en lo que podría hacer para que no la vieran con un vestido tan corto, además de escotado, así que eso sería ponerse uno más largo encima del primero.


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Asteria se miró al espejo, el vestido rojo de satén le amoldaba muy bien sus curvas, el escote en forma de corazón, los delgados tirantes en rojo, era tan pequeño que sí ella levantaba un poco la pierna, ya mostraba todo lo que tenía que ofrecer, miro sus muslos y la voz de su madre diciéndole:

"Tus muslos son grandes del lado de tu padre, tu abuela tenía unas grandes caderas al igual que tus tías, así que supongo que sacaste algo bueno de ella"

Había sido el único cumplido que había recibido de su madre. Se puso un collar de perlas, unos pendientes de aro dorados, unos anillos, entre ellos uno de una serpiente dorada con los ojos incrustados de piedras color verde, ese se lo coloco en el dedo anular, llevaba unos tacones negros altos de charol con el tacón grueso para que pueda caminar sin problemas. Antes de que algo desafortunado pasara se puso un vestido azul marino bastante simple y largo que le escondía a la perfección el que llevaba debajo. Tomo una chaqueta de cuero así como su bolso para posterior salir.

Bajo las escaleras deprisa, pero por accidente se chocó con alguien y ella temió que fuera su madre o su padre, por fortuna era Leto, quien la miro de manera sospechosa de pies a cabeza.

-¿Dónde vas?- Le pregunto con una ceja levantada mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho, Asteria tomo aire lista para mentir, sin embargo, algo dentro de ella le decía que no le mintiera a su hermano así que de inmediato se retractó, ella sabía que su hermano tenía algo para siempre saber la verdad oculta tras una mentira además de que ya tenía sus 35 años y obviamente por donde Asteria pasaba Leto ya lo había hecho con anterioridad.

-Verona me invito a una fiesta- Confeso, Leto la examino de pies a cabeza, para después mirar a su alrededor.

-Bien, papá y mamá van a salir, así que ten cuidado cuando regreses- Ella asintió con una sonrisa, bajo los últimos escalones, pero antes de que Asteria se pudiera ir, él la llamó de nuevo, deteniéndola a unos pasos de las escaleras. -Lo que estoy haciendo es por ti hermanita.

Y sin más el ojiverde se dispuso a seguir subiendo escaleras arriba dejando a su hermana bastante confundida por su comentario, Asteria agito su cabeza para tratar de olvidar el comentario para posterior correr a la puerta principal la cual al abrirla su mejor amiga ya la estaba esperando en el auto.

-Súbete, vamos a divertirnos- Dijo la pelinegra con su característico labial rojo, Asteria soltó una risa y después subirse al auto rojo, Verona miro a su amiga de pies a cabeza con disgusto por el vestido. -Nena dije sensual, esto es... político

Dijo Verona señalando en el aire el dichoso atuendo con cierto disgusto, la castaña se desabrochó como pudo la prenda azul dejando revelar el vestido sensual que llevaba, la mirada de la otra chica se iluminó mientras que aparecía una mirada de orgullo.

-Es todo lo que encontré- Dijo Asteria acomodando su vestido rojo y lanzando el otro a los asientos trasero, Verona asintió como si estuviera satisfecha por la elección de su amiga de la adolescencia. La chica Messina había abogado mucho para que su la menor de los Kennedy usara cosas más ceñidas a su cuerpo, de todos modos tenía unos grandes prospectos en sus piernas que podía lucir a la perfección y que sabía que muchos chicos se morirían por querer su cara entre esos muslos.

-Está perfecto, ahora ¿Nos vamos señorita Kennedy?- Dijo en un tono formal mientras simulaba ser una persona que hablaba de forma educada, Asteria soltó una risita para asentir, la pelinegra encendió el auto para subir la música a todo volumen, se puso sus gafas de color negro mientras que Asteria soltaba una risita, pues no entendía como su amiga podía usar lentes de sol cuando estaban en plena noche. Condujo por unos minutos hasta llegar a una discoteca que tenía una enorme fila en la entrada.

Aparco el auto en el estacionamiento y cuando ambas salieron , Asteria se puso su chaqueta de cuero para poder cubrir un poco su cuerpo.

-Hay mucha fila, ¿Cómo vamos a entrar?- Le pregunta Asteria en un susurro, Verona le dio una sonrisa de lado para después tomarla del brazo y entrelazarlo, cuando llegaron a la puerta la pelinegra le dijo que venían al cumpleaños (Dio un nombre que no le pareció familiar a la castaña) el hombre las dejo pasar mientras que el otro que le hacía compañía las guiaba por un pasillo oscuro en el cual Asteria escucho la música rebotando por las paredes, algunos chicos y chicas las miraron entrar para posterior empezar a susurrar entre ellos, la castaña recordó a su madre.

"Hombros atrás, mentón arriba, siempre derecha y sonríe por algo, tenemos dientes"

Tomó aire profundo para continuar caminando con la frente en alto, ambas siguieron al hombre que los llevó escaleras arriba a una sala privada la cual había muchos jóvenes de entre los 25 y los 30 cada uno estaba en su rollo, no muy lejos de la entrada estaba sentado cierto rubio con sus amigos mientras que cada uno tenía un vaso en su mano. Coriolanus noto por el rabillo del ojo la presencia nueva de dos jóvenes, pero sus ojos solo se quedaron en la del vestido rojo y cabello castaño, pero de inmediato desvío la mirada a sus amigos, sin tomarle mucha importancia.

TADAN

No puede ser, sera que Asteria y Coryo se van a conocer??? aaaah que emocion, nos vemos el proximo lunes

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