Capítulo 13 "Su propia dueña"
Snow solo pudo tener un momento para el mismo, donde pudiera reflexionar sobre los sentimientos que estaban poco a poco comenzando a florecer entre él y su esposa, su esposa se sentía completamente extraño el pensar que Asteria no era solo en realidad una persona más de la servidumbre que vivía en esa enorme mansión, no, ante los ojos de todos Asteria es y siempre sería su esposa.
—Señor— Dice Gustaff entrando a la oficina, Coriolanus levanto la mirada notando a su mayordomo entrando con ambas manos detrás de su espalda y por un momento pensó que le estaba ocultando algo.
—¿Qué?— Preguntó masajeando el puente de su nariz, el hombre robusto se acercó.
—Hoy su esposa y usted cumplen un mes de casados...
Coriolanus iba a decir algo, pero el hombre levantó su mano izquierda pidiendo que este guardara silencio, así que eso hizo, a regañadientes, pero prefirió quedarse callado
—Sería bueno que usted tuviera un detalle con ella— Y entonces por fin revelando un ramo de flores, entre rosas blancas, peonias rosas y flores nubes todas envueltas en un papel azul, Coriolanus miro a su mayordomo para después regresar su mirada al ramo, le pareció por un momento algo ridículo el tener que regalarle a Asteria un ramo de flores; sin embargo, ese pequeño destello dentro de su corazón hizo que tomara en su mano derecha el detalle para después ponerse de pie para por fin salir de la oficina y entonces comenzó a preguntarse que le podria decir a ella, tal vez un "Ten feliz día" o "Gustaff me dijo que es nuestro aniversario" no eso lo haría ver como un idiota que no le importa para nada ella o sus sentimientos, ¿Le importaban de verdad sus sentimientos? Estos meses él se ha comportado como un verdadero imbécil con ella, la ha dejado de lado, se encierra en la oficina como un cobarde, apenas comenzó a desayunar con ella después de que Gustaff lo regañara como un niño pequeño, pero no podía culparlo, el hombre antes de haber sido su mayordomo también fue el de su padre así que conocía perfectamente a la familia Snow como la palma de su mano.
Al llegar a la biblioteca que es donde Asteria pasaba la mayor parte del tiempo, tomo un poco de aire pensando en porque se sentía tan nervioso estando frente a la puerta de madera, podía sentir como sus manos sudaban y el corazón martillaba con fuerza en su pecho así que soltó un suspiro pesado para después abrir la puerta.
Miro por todo el lugar esperando encontrar a Asteria en algún lugar cercano a la puerta; sin embargo, no fue así, ella estaba al fondo de la habitación frente a la ventana, los colores del vidrio de colores chocaban con su cara, su corazón dio un vuelco, pues por primera vez pensó que ella realmente se veía linda
—Hola— Le llamo Coriolanus esperando que su voz la pudiera sacar de aquel trance que tenía mientras leía el libro, la chica levanto la mirada para después dejar aún lado el libro.
—¿Necesitas algo?— Pregunto ella y aunque pudiera que no lo dijera con un afán de querer sonar brusco, pero Coriolanus acepto que ella pudiera hablarle en ese tono, pues al final de cuenta él no la había llegado a tratar como se debería.
—Te traje algo— Dijo Coriolanus extendiendo el ramo de rosas, peonias y nubes, Asteria al ver el detalle sonrió de oreja a oreja, se acercó y tomo el ramo entre sus manos y ella supo que estaba algo pesado así que lo recargo en su cintura. —Yo creo que fui un imbécil por creer que tú no podrías manejar a los periodistas, así que... te pido perdón.
Asteria lo miro sorprendida, pues ella lo que menos esperaba es que Coriolanus le pudiera llegar a decir como si le estuviera pidiendo disculpas por algo que hizo, su corazón palpito con fuerza en su pecho.
—Son preciosas, muchas gracias— Agradeces y hueles las flores, formándose de inmediato una enorme sonrisa en tu rostro de oreja a oreja. —Y sí, fuiste un idiota, por eso y antes...—. Admitió ella con una voz, ahora sería además fe centrada en lo que quería contestar. Coriolanus abrió su boca listo para sacar una excusa, pero Asteria levanto su mano en el aire deteniéndolo. —No quiero discutir contigo sobre eso.
¿Una pequeña molestia pellizcó el corazón de Coriolanus, pues de cierta forma el hecho de que ella no quisiera hablar de ese tema lo enfado, fue entonces que pensó que ese teatro solo fue una perdida de tiempo, que quedó como un idiota al volver en confiar en una mujer que poco a poco se metía en su corazón... esperen, ella realmente estaba metiéndose en su corazón? Era imposible, lo cerró hace tantos años que... Pero Asteria no era ella, Asteria es mejor, de una familia importante para el país, linda, dulce, amable, delicada y que era una dama hecha y derecha... No puede ser... Asteria estaba poniéndole límites y eso... eso le gustaba, verla gritarle hace tiempo explicaciones por su amiga, ahora ella contestándole... no pudo evitar sentir que su pantalón comenzaba a molestar.
—Está bien— Dijo él desviando la mirada a la biblioteca. —Me voy, tengo junta con mis agentes sobre los debates presidenciales— Coriolanus se dio medía vuelta esperando que Asteria le rogara por su compañía, que se quedará un poco más de tiempo para seguir molestándola; sin embargo, la chica guardo silencio para volver su mirada fija al libro que tenía frente a su cara hace unos momentos. Aunque Coriolanus en realidad no fue a sus oficinas.
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Las puertas del salón se abrieron y Asteria sonrió al ver a Tigris entrando.
—Me alegra que hayas podido venir— Comenta Asteria abrazándola, Tigris asiente, ambas se sientan en el sofá mientras charlan entre ellas.
—¿Entonces... ya escuché que fuiste a tu primer desayuno en el club, como te fue?— pregunto Tigris con cierto interés, si algo sabía muy bien ella es que algunas de las mujeres que iban eran realmente unas arpías y unos charlajos básicamente.
—No quiero volver Tigris, son horribles es como ver a mi madre multiplicada por mil, además ahí están las esposas de los otros candidatos y siento sus miradas siempre sobre mí— Asteria explicó recordando las miradas juiciosas que ellas le daban cuando apareció por primera vez, sintió un escalofrío y los pelos de su nuca se levantaron algo malo había con esas mujeres.
—Sí, así son las mayores, lo mejor que puedes hacer es ignorarlas, al menos hasta que Clemensia se case y ambas puedan hablar en las reuniones.
—Lo intentaré, pero dejemos eso de lado, ¿Hablaste con Leto?— Preguntó ella mirándola como si fuera cómplice, Tigris dudo por un momento si contarle, pero después de todo ella misma no se lo decía, Leto podría hacer el comentario. Las mejillas de la mayor se volvieron rojas, causando que Asteria se emocionara muchísimo más.
—Sí, nos mandamos cartas, como antes— Confeso Tigris.
—Me alegró mucho por ustedes perder el contacto del otro me imagino que fue doloroso— Tigris sonrió de lado para después tomar un poco de té, aunque sí no podía negar que al principio fue bastante doloroso, pero con el tiempo se acostumbró a ese sentimiento, justo como Asteria lo hizo tal vez por eso ambas conectaban tanto, pues ambas perdieron comunicación con personas importantes para ellas.
—Sí, solo espero que su esposa no se enoje, no quiero meterme en su vida matrimonia— Fue lo primero que pensó Tigris al momento que decidió volver a tener una conexión con Leto y es que lo que ella menos quería es causarle alguna inseguridad a la esposa de su viejo amigo.
—No te preocupes, Jessica es muy linda— Tigris sintiendo un poco de alivio, sin embargo, no podía estar el 100 porciento segura la esposa de Leto le gustaría que la exnovia de su esposo esté hablando de nuevo con él. Tigris miró las flores que decoraban la mesa.
—Coriolanus?
Asteria observó las flores y luego a Tigris de vuelta y asintió
—Sí, aunque vi a su mayordomo llegar a casa con ellas, así que no es un detalle de él— Confeso, Asteria mirando a la nada, Tigris sonrió con tristeza para después asentir.
—Tengo que irme, sabes que puedes llamarme cuando quieras.
La rubia se despidió y Asteria pensó que tal vez sería una buena idea salir con sus amigos así que después de una llamada con Verona ambas quedaron en verse en un bar en el centro de capitolio, cuando estuvo a punto de salir de la mansión, Snow entro por la puerta principal, luciendo cansado y un poco molesto, al ver a Asteria su ceño se frunció de inmediato.
—¿Adónde vas?— Escucho la voz de Coriolanus detrás de ella, así que tomo aire lista para contestarle, tenía que tener fueras y confianza en sí misma para poder contestarle a Coriolanus
Asteria tomó aire lista para contestar, esperando que las palabras que están a punto de salir de su boca sean las ideales.
—Con mis amigos, hace mucho que no los veo y quiero salir con ellos— Comento ella acomodando su bolso sobre su ante brazo, sin embargo, un quejido de Coriolanus la detuvo en seco y lo miro mientras ponia su espalda recta, deseando que eso le diera lo que necesitaba para poder responderle con lo que iba a decir.
—¿Y qué te hace pensar que te voy a dejar salir con esos salvajes poco modales?— Pregunto en un tono bastante prepotente, con cada una de las palabras saliendo como si fueran el veneno de una serpiente, casi le recuerdo al tono en el que él le habló en un principio de la relación. Pero no se dejó intimidar por el tono ni por la mirada que le estaba dirigiendo.
—No tengo que pedirte permiso para que me dejes ir a un lugar, así como tampoco tengo que avisarte a donde iré—. Snow se quedó sorprendido por las palabras, por un momento no pudo entender de donde ella había sacado tanto colmillo como para poder hacerle frente de esa manera. Los tacones de Asteria resonaron contra el piso de mármol cuando ella comenzó a caminar hacia la puerta principal dispuesta a irse de aquel lugar para poder mínimo tomar aire de algo que no sea gente doble cara que la tenían rodeada últimamente. Sin embargo, una mano grande con anillos la detuvieron tomándola del brazo con fuerza, obligándola a retroceder.
—No te vas a ninguna parte no porque yo te lo prohíba, pero pareces olvidar el hecho de que ahora no eres una Kennedy que podía hacer cualquier cosa, eres una Snow y también la esposa del futuro presidente de Panem así que ya no puedes ser esa colegiala que antes eras— Cada vez que él hablaba se iba acercando más a Asteria mientras ella dio un paso atrás, pero fue el único que hizo, ya que tomo aire y lo miro fijamente a los ojos en un modo defensivo y que no estaba dispuesta a retroceder.
—¿El próximo presidente? Pues deberás estar delirando para creer que serás el próximo presidente de Panem cuando no sabes como es haya afuera.
— ¿no sé cómo es haya afuera? Ilústrame, ¿Cómo son los distritos? ¿Cómo es el distrito 12?
Asteria se mantuvo callada
—A mí no me vengas con esa bandera de que no sé cómo es haya afuera cuando tú claramente nunca has tocado el tren, cuando nunca hasta sacado uno de tus lindos y pequeños fuera del capitolio, así que sí te digo que no sabes nada es porque no lo sabes, los distritos no necesitan que alguien los represente, que seas su heroína, lo que ellos necesitan es que recuerden que por su culpa están donde están, ¿Entiendes?
Asteria tenía un nudo en la garganta que no la dejaba hablar.
—Perfecto, ahora sí, yo digo que no sales con ellos es porque no sales, por algo tienes a Clemensia, alguien con clase y educación, además de ser respetada...
Ella se negó.
—Tú no eres mi madre para decirme con quien salir y con quien no, soy mi propia dueña, yo elijo que hago con mi vida y sabes que me importa una puta mierda, si vas a ser el presidente de Panem yo voy a salir, te guste o no—. Exploto tomando de nueva cuenta desapercibido a Coriolanus quien soltó su agarre del brazo de ella, quien nada más ver eso salió de la puerta dando un portazo. Coriolanus se detuvo en medio de la entrada de la mansión a pensar sobre lo que acaba de suceder, no era que no le haya gustado que ella lo enfrentara, al contrario, se sintió demasiado... bien, casi como sí un fuego que creía extinto volviera a avivarse, tal vez ella tenía razón, ella era su propia dueña, pero no podía negarse a que Asteria se veía demasiado bien en ese vestido que llevaba.
Nota
Debo de pedirles una disculpa por no actualizar pero en Agosto entre a la carrera de diseño de modas (en mi momento Tigris Snow) entonces por cosas de tiempo no pude acabar de escribir lo ultimo que me quedaba de este capitulo, para la fortuna de ustedes entro a clases hasta el 20 de enero donde facilmente puedo actualizarles dos capitulo más, recuerden que tengo Tiktok, instagram y ahora Youtube donde pueden ir a seguirme
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