⭓ 032. ▎ capítulo treinta y dos.
TaeHyung abandonó el comedor con un fuerte dolor de cabeza. Sus ojos se sentían desconsoladamente pesados, y sus sienes palpitaban de vez en cuando, abrumándolo. Haló sus cabellos, reprochándose cuando una extraña picazón; ardor y malestar, sacudió simultáneamente todos sus sentidos.
Mierda. Podría desmayarse en cualquier momento.
Apretó sus puños, tratando de calmarse. Sólo necesitaba estar solo. Tenía que descansar y olvidarse de todos. Huir de esa atención no solicitada y dejar de escuchar sus irritables voces.
Necesitaba silencio.
No.
Él necesitaba a JungKook.
Tomó una fuerte bocanada de aire, sus pies moviéndose sin rumbo fijo y mirada ciega. No podía ir a su celda. Probablemente sería el primer lugar donde lo buscarían.
Él no quería hablar. No quería escuchar. Hasta este punto, ni siquiera tenía la fortaleza para ver a otra persona intentando descifrarlo.
Cuando sus piernas dejaron de moverse, y una puerta se abrió delante de sus ojos marrones; ahogó un reproche al ser recibido por un doloroso resplandor. La expresión en el rostro del hombre se ensanchó, relevando su sorpresa. TaeHyung se forzó a sonreír con amargura.
─ Esa estúpida luz y yo, en serio tenemos graves problemas. ─ aseguró TaeHyung. El castaño le concedió una risa baja, abriéndose para que ingresara en el cubículo.
─ Kim. ─ saludó, luego de varios segundos. El rubio asintió con un gesto parcialmente correcto y delicado.
─ SeokJin.
Cerrando la puerta detrás del chico, se miraron en silencio. Kim cruzándose de brazos y alzando ambas cejas, mientras TaeHyung se mantenía firme y con una postura neutra.
─ ¿Estás herido? ─ preguntó, acercándose a él. TaeHyung lo pensó por un minuto, pero terminó negando muy despacio ─. ¿Entonces?
─ Dijiste que podía volver. ─ respondió con un encogimiento. SeokJin miró hacia arriba, haciendo un repaso en su memoria ─. ¿Es problema? Me iré si-
─ No. ─ interrumpió, apresurado.
Avergonzándose por la mirada curiosa del rubio, aclaró su garganta y se alejó de él. Sus pasos siendo pesados hasta su escritorio, pero mayormente desinteresados. Tomó una caja entre sus manos y volvió a mirarlo, señalando la camilla con un gesto sosegado.
─ Estaba a punto de salir, de todos modos. ─ manifestó, escéptico. TaeHyung asintió, observando distraídamente la enfermería ─. No tardaré, pero asegurate de no hacer nada extraño. Han colocado seguridad aquí, por lo que te estarán monitoreando. ─ reveló con irritación en la voz. El hombre parecía disgustado cuando dio un vistazo a la cámara encima de la puerta, ésta parpadeó en ese momento. El menor se mordió el labio para no sonreír cuando el aparato se movió de forma negativa y SeokJin resopló, lanzándose una mirada asesina antes de girarse ─. Te veo en un rato.
Kim miró su reflejo en la ventana. Un mohín asentándose en su boca, advirtiendo su aspecto ridículo y descuidado.
Avanzó un par de pasos, deteniendo al mayor. Él lo miró confundido, y TaeHyung se forzó a devolverle una sonrisa, sintiendo su estómago agitarse con las náuseas.
─ ¿Crees que podrías conseguirme algo para el cabello? ─ el castaño alzó ambas cejas, carraspeando con un asentimiento.
─ Estás de suerte ─ dijo, observando los rebeldes cabellos que caían por sus orejas ─, la mayoría termina sacándose los colores extravagantes con los que llegan aquí. ─ el rubio no supo si reír o sentirse ofendido al respecto, optando por ignorarlo.
SeokJin haló la puerta, tratando de alejarse. Sin embargo, TaeHyung volvió a detenerlo.
─ Hay algo más ─ rascándose el pulgar, relamió sus labios con una inclinación de cabeza ─, ¿sabes cortar cabello? ─ inquirió. El hombre frunció los labios, pero terminó liberando una risotada.
─ Soy doctor, TaeHyung ─ la confusión recargándose en el rostro blanquecino del chico ─; no un peluquero.
El menor se encogió, sus facciones crispándose con falta de interés.
─ ¿Un doctor no debería ser bueno con las tijeras? ─ el castaño bufó, empujándolo con el dedo para retirarlo del portón. TaeHyung lo permitió, tomando eso como una respuesta positiva.
─ Lo soy, niño. ─ estuvo a punto de trabarse la puerta, cuando Kim la volvió a abrir, sus rostros ni siquiera se distinguieron a través de la abertura ─. ¿Color?
TaeHyung se quedó en silencio por un momento, pensando. Una sonrisa curvó sus labios, parándose recto.
─ Castaño.
Cuando SeokJin volvió a la enfermería, TaeHyung no estuvo seguro de cuánto tiempo pasó. Después de haber dado algunas vueltas en el cubículo, se recostó, sintiendo su cuerpo desequilibrarse cuando el dolor volvió a su cabeza, mareándolo. Giró varias veces sobre la incómoda colchoneta, buscando una posición menos punzante y dolorosa; cayendo rendido sobre su estómago después de un rato, y con los brazos cruzados a la altura de sus mejillas.
Un par de agitaciones, no tan rudas, lo despertaron. Entreabrió ligeramente uno de sus ojos y resopló. El doctor mostró un par de paquetes, zarandeándolos para que los notara.
─ ¿Qué hora es? ─ inquirió el menor, frotándose el rostro con los antebrazos. Incorporándose, observó al contrario alzar ambas cejas; mirando su reloj de muñeca.
─ Cinco de la tarde. ─ respondió sin prisa, sacando un par de guantes de látex y colocándoselos. Hizo la mezcla rápidamente, bajo la mirada de TaeHyung.
─ ¿Han dicho algo sobre una asamblea? ─ preguntó. SeokJin se encogió de hombros, dándole la espalda.
─ No, aún. ─ dijo sin comprometerse. El rubio no respondió por largos minutos, ahogándose en el ruido del ventilador y el peine dando vueltas sobre la pintura ─. Te retaron anoche.
No era una pregunta, lo sabía. TaeHyung abultó los labios, consciente de que el hombre no podía verlo. Asintió.
─ Min. ─ afirmó. Los hombros anchos de SeokJin se tensaron un momento, pero rápidamente se recuperó. Sacudió su cabeza y sujetó el baúl. TaeHyung se puse de pie, buscando alguna distracción para aliviar la incomodidad. Sin encontrar nada interesante, atrajo el único banco que adornaba el cubículo y se sentó sobre él, ofreciéndole su espalda al hombre ─. Jeon intervino. ─ murmuró, minutos más tarde. Su mirada girando hacia el mayor, observando su rostro de soslayo. Él se quedó quieto detrás, dándole una sacudida al cepillo.
─ Eso dijeron. ─ respondió con desinterés y abandono ─. Inclina la cabeza hacia el arriba ─ ordenó, arrastrando el peine por encima del borde; retirando lo más posible. TaeHyung hizo caso.
─ NamJoon mencionó que querían verlo ‹‹arriba››.
Probablemente terminaría por irritar a SeokJin al mencionarlos. JiMin le había dicho claramente sobre su rivalidad, y ahora podía recordarlo perfectamente. Él era el hermanastro del que tantas veces habló HoSeok cuando eran unos niños, siendo el segundo tema de conversación para él.
Nunca llegó a conocerlo, por supuesto. Tampoco le interesó mucho en ese momento. Toda su atención estaba sobre JungKook y nadie más. Sin embargo, claro que lo recordaba. Desde entonces, su relación tan estrecha con Kim SeokJin, había sido evidente para todos.
Jung jamás se mordió la lengua para presumir que tenía al mejor hermano de todos.
Porque sí. Para él era su hermano de sangre, no sólo un hermanastro.
Quizás estaba jugando con él. Terminaría hiriéndolo al rascar la herida. Incluso volvería aquella actitud decaída y apática, pero necesitaba sacar información desde algún sitio. SeokJin era el más cercano a la seguridad, evidentemente estaría enterado de lo que estaba sucediendo.
TaeHyung se sentía desquiciado, y la ansiedad no paraba de drenarlo. La comezón volviendo a sus palmas.
A la mierda si estaba siendo egoísta. No lo merecía, pero no podía importarle menos. Él podría superar el tema en unos días.
TaeHyung, a diferencia de él, no podía esperar. Ni siquiera unas horas.
SeokJin ya estaba pasando el peine en su cabello, dividiéndolo de vez en cuando. No respondió a lo que dijo, decidió ignorarlo y el menor apretó sus puños contra sus rodillas, mordiéndose el interior de la mejilla.
─ Sabes que JungKook no lo asesino, ¿cierto? ─ dejó de poner la pintura, el cepillo temblando ligeramente. No titubeó al tratar de componerse, retomando la tarea.
─ ¿Perdón? ─ preguntó, su voz brotando más insegura y extraña de lo normal.
TaeHyung tomó una dura inhalación, decidido a no retroceder.
─ A HoSeok. ─ respondió serenamente, mirando el reflejo de SeokJin a través de la ventana. Él continuó moviéndose, pero ya no tan relajado como antes. Su cuerpo lleno de tensión.
SeokJin carraspeó.
─ ¿Qué sabrás tú? No estabas aquí. ─ cantó a la defensiva. Por supuesto que su condición variaría, sus emociones revueltas. Él ya estaba afectado y ni siquiera habían empezado.
Se forzó a tomar una actitud condescendiente, no podía hablar con él y sacarle información; si él respondía con desinterés y falta de apatía por la muerte de su hermano. Debía ser suave.
─ Tienes razón, no estuve presente cuando sucedió. ─ dijo con voz baja, aguantando la picazón en su cabeza. El hombre empezó a pintar los bordes, siendo cuidadoso con su frente y orejas ─. Lamento mucho tu pérdida, sé que ustedes eran muy unidos. ─ TaeHyung se relamió los labios, sin tragarse su propia mentira. Su lenguaje corporal delatándolo. Otro temblor del peine y el rubio se removió un poco ─. HoSeok hablaba mucho sobre ti cuando nos conocimos.
─ Cuando se conocieron. ─ repitió, su voz ausente. El cepillo lejos de él, tomó aire antes de asentir.
─ También conocí a tu padre ─ aseguró, dándose la vuelta para mirarlo. Sus cabellos empezaban a endurecerse incómodamente, frunció los labios. El castaño lo observó con la boca entreabierta y las cejas juntas, su expresión desfigurada ─, fue mi doctor hasta los tres años. ─ añadió ─. HoSeok siempre esperaba al doctor Hye hasta que terminaba su horario laboral, y mientras tanto, él se quedaba con nosotros.
TaeHyung no sintió la necesidad de ser específico. Su rostro perturbado confirmó que él sabía sobre quiénes estaba hablando, por supuesto que lo hacía. De nuevo, sería extraño el hecho de que HoSeok jamás llegara a mencionarlos.
Había cierta sorpresa en sus facciones.
─ Así que es coincidencia que todos terminaran encerrados aquí, ¿no? ─ TaeHyung pensó un momento su respuesta, encogiéndose de hombros ─. La clínica era principalmente para personas con desórdenes mentales. ─ había trampa en esa afirmación, probablemente algo más. Sin embargo, el chico se limitó a asentir, pese a que le había hecho gracia el tono amenazante y desconfiado.
─ Si lo que quieres saber, es si estoy enfermo ─ respondió el menor, sonriendo. El castaño lo miró de manera extraña, como si tuviera la intención de golpearlo. TaeHyung tuvo el impulso de reír, pero no lo hizo. No era el momento ─; lo estoy. ─ se dio la vuelta, sentándose recto una vez más ─. Eso no significa que de pronto me darán ganas de asesinarte, puedes continuar. ─ aseguró, mirándolo de soslayo. Su cabeza inclinándose ligeramente.
El mayor ni siquiera se movió. Incluso trató de evitarlo, mirando hacia otro lado.
─ ¿Qué es lo que tienes? ─ preguntó con gravedad, después de tanto. El chico resopló.
¿Cuál era la importancia de saberlo? Ese ni siquiera debería ser el tema principal, si no, averiguar dónde carajos estaba JungKook.
Tardó en responder, pensando.
¿Qué podría pasar si lo decía? SeokJin sería consciente de su condición. Bien, ¿y después? Su forma de verlo no cambiaría, o tal vez sí.
De un homicida, a un tipo trastornado y peligroso. Nada que le quitara el sueño. No podía importarle menos.
Si él quería saberlo, entonces lo diría. Quizás era lo justo. Después de todo, TaeHyung estaba utilizando la carta de HoSeok para su propio beneficio. Incluso podría sacarle el peso de una muerte a JungKook, de la cual no fue participe, ni responsable.
─ Esquizofrenia, trastorno de personalidad antisocial y trastorno de desrealización avanzada. ─ enumeró con sus dedos, haciendo una señal hacia él con tres dedos levantados. No lo miró, pero sentía la tensión del mayor a sus espaldas.
─ ¿Estás seguro con respecto a no querer asesinarme? ─ el hombre intentó reír, pero su voz falló en la tarea; saliendo temblorosa. TaeHyung, en cambio, soltó una carcajada.
─ Lo estoy ─rascándose la oreja, devolvió su rostro hasta SeokJin ─, por ahora.
Jin se tensó.
─ Escucha-... ─ el castaño miró hacia la cámara encima de la puerta, frunciendo el ceño. El chico volvió a reír, negando.
─ Sólo estoy jodiendo contigo. ─ aseguró ─. No es así como funciona.
Él no creyó en sus palabras, por supuesto.
─ Correcto, eso espero. ─ TaeHyung dobló los ojos.
─ No es por apresurarte, pero se me está quemando la cabeza. ─ Kim caminó hacia él, pidiéndole que esta bajara el rostro un poco más, ya que era la única zona sin pintar. Él lo hizo.
─ Entonces...
SeokJin resopló, tomándose un par de minutos para responder.
— Intenté detener a HoSeok cuando me enteré de lo que planeaba hacer, pero él no me escuchó. —dijo, su voz muy baja e irritada—. Discutimos como nunca lo habíamos hecho antes. ─ TaeHyung empezó a sentir una incomodidad conforme iba avanzando y el peróxido chorreaba, pero no dijo nada ─. No me dirigió la palabra por un par de semanas, ignorándome gran parte del tiempo. Dejó de comer conmigo, y ya no veíamos películas al terminar de asear el departamento. Se levantaba antes que yo, con tal de no cruzarme al salir. ─ soltó una risa sin ánimos ─. Me había cansado, estaba molesto y frustrado por toda la situación, así que decidí confrontarlo e intentarlo una vez más, pero no fue diferente a la última vez. Volvimos a pelear, incluso me golpeó. Por supuesto, la culpa lo carcomió después y terminó disculpándose, el muy idiota. ─ el menor ladeó la cabeza, apretando los labios cuando cepilló torpemente ─. Nos echamos a reír después de eso, y cuando nos tranquilizamos, tomé la estúpida decisión de ayudarlo. Era mi hermano pequeño, no podía sólo decirle que se arriesgara con un psicóp-
TaeHyung sonrió de lado, comprendiendo por qué decidió detenerse. Hizo un movimiento, instándolo a continuar.
Lo eran, después de todo.
─ Sabes que me refiero a Min, ¿no? ─ aclaró, con el timbre de voz poniendo en evidencia su trauma. El menor se encogió de hombros, restándole importancia.
─ ¿Te das cuenta de que estás encogiéndote por alguien más pequeño que tú? No quiero decir que esté escuálido y enano, pero a diferencia de ti, fácilmente podrías ganarme. ─ dijo, exasperado ─. Trata de tranquilizarte, no estoy atentando en contra tuya.
SeokJin no estaba de acuerdo, pero decidió que no insistiría más. Después de todo, el chico no parecía atraído con la idea de lanzarse sobre él. Al contrario. A diferencia de las veces anteriores, él incluso parecía relajado y avaro a su alrededor.
Se enfocó en su tarea.
─ A diferencia de lo que algunos piensan, HoSeok estaba buscando entrar a la cárcel por su cuenta. ─ continuó ─. Sí estuvo merodeando en documentos clasificados del gobierno, pero no fue precisamente porque estuviera curioso, simplemente necesitaba una excusa y esa fue la más racional para él. No quería robar o matar, simplemente no quería lastimar a nadie. Supongo que se sintió mejor haciéndolo a su manera. ─ TaeHyung percibió cariño en su voz ─. Cuando lo atraparon, no pude quedarme de brazos cruzados; así que intervine. Robé el disco duro de HoSeok y me escondí mediocremente, ellos debían asegurarse de tener todo el equipo y la información que Hobi infiltró.
TaeHyung no sabía si SeokJin era estúpido o muy inteligente como para hacer algo semejante. No dijo nada, de todos modos.
─ Así que me juzgaron por cometer un delito autónomo, encubriendo a HoSeok. ─ la pintura cubrió completamente su cabeza, y el menor sintió que estaba a punto de desmayarse, incapaz de tolerar más el dolor. Negó, poniéndose de pie. Miró al castaño y señaló la camilla, sus mejillas abandonando el color granate ─. ¿Qué sucede? ─ preguntó alarmado, moviéndose rápidamente para tomar entre sus brazos al chico. La pintura cubriendo su camisa cuando éste se dejó caer prácticamente sobre él.
─ Mi cabeza. ─ logró decir, sintiéndose desorientado y con ganas de vomitar, demasiado débil. El doctor lo miró sin comprender, recostándolo sobre el colchón; procurando retirar la almohada para no asentar presión en esa zona ─. Me duele. ─ insistió, sofocado. El castaño asintió ─. Me duele mucho la cabeza.
SeokJin se mordió la lengua, reprochando su profesionalismo. Se sumió tanto en la conversación con el chico, que ni siquiera prestó atención a lo que hacía.
Ese era su trabajo, y no lo había hecho.
─ Recuéstate sobre tu hombro izquierdo y mantente así, voy a retirar la pintura para examinarte, ¿entendiste? ─ si TaeHyung dijo algo, no lo había escuchado. El hombre ya estaba moviéndose hacia el baño, empapando un par de toallas, y llenando un baúl con abundante cantidad de agua helada. Retiró los guantes que tenía puestos y los tiró sobre el lavabo, tomando unos nuevos al salir.
El menor apenas parecía estar respirando, su cuerpo ni siquiera se movía. Se acercó a él, rodeando la camilla para comprobar que no estuviese inconsciente. Gruñó, mendigando su molestia consigo mismo.
Por supuesto que lo estaba. TaeHyung se había desmayado.
Ajustándose las mangas, y dejando expuestos sus antebrazos; desabotonó los primeros botones de su camisa y miró en dirección a la cámara de seguridad, lanzando una expresión crispada, resentida y disgustada. Ésta se movió ligeramente, haciendo un pequeño silbido.
El teléfono inalámbrico empezó a vibrar con fuerza desde su escritorio, insistente. SeokJin lo ignoró, limpiando la cabeza del menor. Después de unos minutos, el timbre dejó de insistir y el castaño soltó un suspiro aliviado.
Sus dedos removiendo los cabellos, tanteando por encima. El teléfono sonó una vez más y sus ojos se abrieron, los labios temblándole y sus piernas retrocediendo hasta el escritorio; atendiendo.
Hubo silencio en la línea, después una respiración grave al otro lado.
─ Tienes que llevarlo al hospital.
Luz roja parpadeaba encima de la puerta.
[Importante]
[Nota autora]
Chicas y chicos. El cuatro de septiembre estaré mandando a borradores la historia, y volveré a publicarla el día seis. Haré algunas modificaciones porque estuve teniendo problemas con la plataforma y no quisiera perderla a raíz de eso. Aprovecharé para retroalimentar algunas cosas y que tenga mayor legibilidad.
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