⭓ 017. ▎ capítulo diecisiete.
─ ¿Ha sabido algo de mi madre? ─ cuestionó el menor, sujetando ambos bordes de la silla; tirando de ella hacia adelante. Hwan lo observó sutilmente, alzando sus cejas.
TaeHyung mordió su lengua para no gruñir ante la serenidad que mostraba el contrario, éste no se apresuró en responder, colocando el portafolio encima de la plana lámina.
─ He ido personalmente a los lugares que usted me ha señalado. ─ dijo, retirando el seguro. Tan pronto como esta creó un rechinido limpio, la tapadera se desprendió hacia arriba; el pelinegro rebuscó dentro, poniendo cada vez más ansioso al rubio ─ Sin embargo, no la he encontrado en ninguno de esos sitios. Inclusive su abuela desconoce su paradero, parecía muy preocupada cuando la he visto.
El menor rechinó sus dientes, provocando que estos le devolvieran una lacerante pulsación en sus encías; reprochando la agresión.
─ ¿Cree que haya salido del país? ─ inquirió esta vez, impulsándose sobre la mesa. Hwan negó enseguida, pestañeando en su dirección; prestándole atención a las facciones crispadas del rubio.
─ Su madre no puede abandonar el país, recuerde. ─ respondió, distraído. TaeHyung lanzó una furtiva mirada hacia la derecha, encontrándose con el rostro sombrío y tediosamente distorsionado de JungKook; éste observaba al rubio delante suya, regalando su completa atención a lo que el contrario le decía. El pelinegro cerró los ojos juiciosamente, negando con los labios entreabiertos; la mandíbula de Oliver se tensó ante la acción de JungKook.
Sus expresiones nublas mostraban que el mayor estaba molesto, y cuando su puño se oprimió con energía; girándose en su dirección, TaeHyung tragó saliva pesadamente. Carraspeando, volvió su atención a Hwan; advirtiendo que éste también miraba al par con un rostro cincelado en curiosidad y desconcierto.
─ ¿Y no podría abandonarlo con una identidad falsa? ─ aquella pregunta deslocó al pelinegro, haciéndolo fruncir el ceño ─ Quiero decir, no es tan complicado conseguir a alguien que pueda falsificar ese tipo de documentos, ¿No es así? ─ añadió, dubitativo. El contrario se volvió hacia él.
─ ¿Su madre tiene ese tipo de contactos? ─ cuestionó, febril. TaeHyung se encogió de hombros sin responder; mordiendo su inferior ligeramente. Observó de reojo a la mesa contraria una vez más, éstos aún parecían concentrados en su conversación.
─ ¿Esos son los papeles que tenía mi madre escondidos? ─ inquirió el menor, haciendo un pequeño ademán hacia el manojo de hojas envueltas por un folder carmín; cambiando la conversación. El pelinegro asintió quedamente, impulsando el paquete en su dirección para que lo hojeara él mismo ─ Así que supongo que ya los ha leído.
─ Podría hacerle compañía aquí por haber irrumpido en propiedad privada, lo sabe, ¿Cierto? ─ TaeHyung asintió, mirándolo de reojo ─ Y sí, efectivamente los he leído.
─ ¿Debería explicarl...
─ Lea. ─ se adelantó el mayor.
─ ¿Qué debería leer? ─ inquirió, desconcertado ─ ¿No ha entendido algo en particular o...? ─ retiró el diminuto parche con sus uñas, tomando entre sus yemas los documentos. Hwan negó, estoicamente ─ ¿Entonces?
─ ¿Usted está al tanto de lo que dicen esos documentos? ─ cuestionó el pelinegro. TaeHyung curvó sus cejas hacia abajo, negando.
─ Pues no, yo... ─ el rubio abrió lo que parecía ser un cuadernillo, lentamente; siendo recibido por una mediana fotografía, vieja y arrugada. Sin embargo, a pesar de la deteriorada impresión, no fue un impedimento para descifrar que era un infante con poco tiempo de nacido. Por lo que decía el acta, aquel tenía tan solo cinco meses cuando el expediente fue abierto. TaeHyung abultó sus labios, descompuesto ─ ¿Quién es?
─ Ese expediente es suyo, fue firmado por su padre. ─ argumentó el mayor, entrelazando sus dedos por encima de la mesa ─ Poco tiempo después de que cumplió los cinco meses, sus padres lo llevaron a una clínica por ciertos comportamientos que estuvo presentando, teniendo un desarrollo completamente diferente a lo que se podría considerar normal. ─ TaeHyung despegó sus ojos del cuadernillo, poniendo especial atención al contrario.
─ Eso no es cierto, yo no estuve...
─ Lea desde la página diez. ─ el menor le lanzó una mirada confusa, hojeando rítmicamente hasta encontrar aquella que le señaló Hwan.
Observaciones.
Fecha: 10|12|1999.
Padre/tutor: Kim MinHa.
TaeHyung despierta cada día a las tres de la mañana, nunca llora, pero en muchas ocasiones he llegado a escuchar los balbuceos y gemidos de mi hijo. Cuando intento arrullarlo de nuevo, él simplemente parece no hacerme caso, es como si estuviese dormido con los ojos abiertos.
Fecha: 22|12|1999.
Padre/tutor: Kim JungMin.
TaeHyung ha empezado a vernos de una manera muy extraña, aún no ha dejado de despertar por la madrugada, sin embargo, su mirada sobre nosotros es sumamente pesada. Es como si alguien nos estuviese vigilando desde lejos, una persona adulta con un aura muy opaca.
No entendemos cómo es que logra sostener su peso, pero de cualquier forma, cuando despertamos; TaeHyung está sentado, viéndonos desde su cuna. Algunas veces rasguña las vallas con sus uñas, al principio creíamos que era el gato por lo profundas que estas parecían.
Fecha: 02|01|2000.
Padre/tutor: Kim MinHa.
No sé qué es lo que le sucede, TaeHyung ha empezado a emitir algunos ruidos muy similares a unas risas. Siempre ríe solo, cuando despierta, alza sus brazos desde la cuna para que lo carguen, aún cuando no hay nadie cerca. Cuando intento acercarme para tomarlo en mis brazos, empieza a llorar demasiado fuerte, pareciera que está muy molesto porque soy yo quien intenta sostenerlo.
Me mira como si fuese una desconocida.
Fecha: 10|01|2000.
Padre/tutor: Kim MinHa.
Lo hemos llevado con una psicóloga, nos ha dicho que TaeHyung probablemente está experimentando una etapa donde su imaginación crea amigos imaginarios. Ella dijo que era algo normal en los niños de dos años en adelante, pero mi hijo tiene tan solo cinco meses, él no debería tener amigos imaginarios aún.
Fecha: 21|01|2000.
Padre/tutor: Kim JungMin.
TaeHyung ha empezado a salirse de su cuna, balbucea y patalea muy fuerte como si pudiera derribar las vallas, se molesta de la nada. Llora con mucha impotencia e intenta huir como si algo o alguien lo estuviese acechando constantemente. Lanza las cosas a su madre, y a cualquiera que intente acercarse; es demasiado complicado darle de comer.
Su psicóloga nos ha dicho que un amigo imaginario no debería provocar ese tipo de reacciones en nuestro hijo, si no todo lo contrario. Ella ha pedido que lo llevemos a un psiquiatra.
Fecha: 25|01|2000.
Padre/tutor: Kim JungMin.
El padrino de TaeHyung nos ha dado el número de una clínica de aquí en Londrés, nos ha recomendado ir con un conocido suyo para comprobar el estado de nuestro hijo. MinHa se ha negado, ha dicho que Tae no está enfermo.
Fecha: 29|01|2000.
Padre/tutor: Kim JungMin.
MinHa accedió a llevarlo, TaeHyung ha estado empeorando. Ha asfixiado al gato.
─ Son anotaciones que hicieron sus padres antes de llevarlo a la clínica que JungMin menciona. ─ explicó el mayor, advirtiendo el temblor que recorrió el cuerpo del más bajo ─ Estuvo acudiendo a ese lugar hasta los tres años, después de que su padre murió, MinHa no volvió a que lo asistieran. La clínica fue clausurada.
─ Yo no puedo recordarlo... ─ jubiló el menor, alzando ligeramente su rostro hacia el contrario.
─ Lo sé. ─ aseguró ─ Eso es porque cada vez que usted tenía un episodio, su madre le daba una somnífero llamado escopolamina que instantáneamente lo anestesiaba. Es ilegal, difícil de encontrar y, además es muy costoso. Los violadores son los principales compradores de esa sustancia por el hecho de que, si entra en contacto con el paladar, la victima adopta un comportamiento dócil y fácil de manipular; al perder la consciencia, borra de forma inmediata los recuerdos de las últimas horas. Es como si jamás hubiese sucedido. ─ Hwan permaneció en silencio por un par de segundos, advirtiendo el rostro pálido y desencajado del más bajo ─ Sin embargo, una cantidad excesiva podría traer la muerte si no es bien moderada.
─ ¿Está diciendo que mi madre me expuso a un narcótico que pudo matarme siendo un niño? ─ bramó el rubio, negando rítmicamente ─ Ella no haría algo así, soy su hijo. ─ asentó, seguro.
─ El médico que llevaba su caso fue quien recetó ese medicamento, aún cuando su madre no lo volvió a llevar ahí por el atentado que hubo, y que su psiquiatra perdiera la vida; ella seguía dándole ese somnífero. ─ argumentó. TaeHyung prensó sus labios, turbado ─ Le repito que es ilegal su venta, la clínica no prescribía ese tipo de sustancias. Sus padres tuvieron que conseguirla desde afuera.
─ Pero, ¿Cómo es posible?
─ Toda su vida ha tenido alucinaciones, pero debido a que su madre le daba ese medicamento, usted desconocía que tuviese...
─ Trastorno de desrealización. ─ concluyó el menor. Hwan asintió poco después ─ Significa que cuando me diagnosticaron a los quince años, mi madre ya lo sabía. ─ el pelinegro no se molestó en responder ─ ¿Por qué de pronto decidió no ocultarme lo que sucedió con Victoria?
─ Volví a hablar con la agencia domestica hace algunos días, justo después de leer esos documentos. ─ TaeHyung se quedó en silencio por un par de minutos, viendo el cuadernillo entre sus manos ─ Al principio se negaron a darme más información, pero logré hablar con una de las niñeras que llegó a cuidarlo, la mujer ahora es una de las secretarias en ese lugar. ─ el rubio alzó ligeramente su mirada hacia el pelinegro, instándolo a continuar ─ Su madre al contratarlas, las ponía al tanto de que usted tenía una especie de episodios de vez en cuando. Ya que ellas lo cuidaban, tenían la responsabilidad de darle esas píldoras para tranquilizarlo. Chae no sabe que usted empujó a Victoria por las escaleras, sin embargo, he de suponer que cuando ella subía...
─ Me daría el somnífero, pero yo la empujé. ─ conjeturó. El mayor volvió a asentir ─ ¿Pero por qué no me lo dio mi madre cuando llegó?
─ Ya era demasiado tarde, aunque usted lo tomara, no tendría ningún efecto.
─ Así que no le quedó de otra más que llamar a Kang para sacarnos del país. ─ Hwan lo observó con una ceja alzada. TaeHyung entreabrió sus labios, inhalando con energía ─ Nos llevó a Corea por cuatro años, allí fue donde me diagnosticaron el trastorno; estuve internado todo ese tiempo. Inclusive hacíamos uso de otro nombre, según decía, era porque quedaría manchado mi registro al regresar a Londrés. ─ profesó ─ Cuando lo mandé a buscar los papeles, suponía que eran esos documentos. Nunca me molesté en revisarlos, no era un tema que fuese grato para mí estar frecuentando.
─ Supongo que lo dieron de alta con algún medicamento, ¿No es así? ─ el rubio asintió, hojeando distraídamente el cuadernillo.
─ Unas píldoras, prácticamente me desvinculan de mi cabeza al tomarlas.
─ ¿Las tiene aquí? ─ cuestionó.
─ No, y las necesito. Desde que estoy aquí, he dejado de tomarlas y las alucinaciones están volviendo. ─ se apresuró a responder, mirando al contrario con una mueca impaciente ─ Con ellas al menos puedo distinguir quiénes son reales aquí.
─ ¿Qué quiere decir con eso? ─ inquirió, desconcertado. TaeHyung mordió su labio inferior, ladeando su rostro ligeramente hacia un costado; gravitando su mirada hacia JungKook, posteriormente, a los documentos.
─ Ese sujeto asesinó a un hombre llamado Jung HoSe...
Enmudeció al llegar a la última hoja. El expediente con los datos personales del médico que lo atendía; llamó su atención. Su foto en particular, encontrando extrañamente familiares aquellos rasgos y cabellos azabaches; cortos y sumamente lacios. Su boca se abrió deprisa, leyendo una y otra vez aquel nombre.
Se puso de pie rápidamente, empujando la silla hacia atrás; provocando que esta rechinara contra la cimentación del suelo. Parpadeando incrédulo, dirigió su mirada hasta los plomados cabellos de JungKook, ambos hombres se giraron a verlo ante el brusco movimiento. Y cuando TaeHyung caminó hasta ellos con pasos firmes, el pelinegro se incorporó sobre la silla, esperando por el rubio.
─ ¿Reconoces a éste hombre? ─ cuestionó el menor, dejando caer el expediente sobre la lámina. JungKook curvó sus cejas, observando inquisitivo al rubio y, posteriormente, al cuadernillo. Lo tomó entre sus manos poco después, leyendo el contenido.
─ ¿No te dije que te detuviera...
─ Es el padre de HoSeok, ¿Cierto? ─ aseguró TaeHyung. El pelinegro le regaló una mirada oscura ─ Jung HyeSun. Él es una copia idéntica, no puedes negarl...
─ Para las mierdas, hablas como si lo hubieses conocido. ─ TaeHyung retrocedió un par de pasos cuando el mayor se puso de pie con un rápido movimiento, mostrándose a la defensiva. JungKook tiró el cuadernillo al piso, provocando que este se abriera ante el feroz atraco, esparciendo las hojas sobre el suelo.
─ Apártate. ─ pidió el menor, dando otro paso hacia atrás. El pelinegro lo siguió, cerrando su cuerpo contra el metal; TaeHyung se encogió sutilmente, reteniendo el aire en sus pulmones. Los recuerdos de días atrás atacaron su cabeza con lacerante pesadez, sintiendo sus ojos picar.
─ ¿Por qué mejor no te preguntas qué carajos hace tu madre casándose en Corea? ─ objetó en un susurro alto, acercándose al oído del rubio. Éste cerró sus ojos, incapaz de procesar las palabras del mayor.
─ ¿Qué...?
¡Hey! ¿Que tal? ¿Como van? En mi perfil pueden encontrar otras historias adaptadas al shipp kooktae, una de ellas - veneno - la cual fue publicada ayer, trata sobre mafia y asesinatos. Por si quieren pasar a leer. Adiós tengan lindo día.
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