⭓ 015. ▎ capítulo quince.

Se aferró al retrato entre sus manos, observándolo entre turbado y asombrado. Dándose el tiempo de estudiar las facciones de aquel sujeto posando amenamente para la fotografía, constatando que, en definitiva, se trataba de HoSeok; con la única diferencia de que sus cabellos eran azabaches y exageradamente lacios. Su rostro aparentaba una edad mayor a diferencia de ahora, probablemente se debía al color de su melena anaranjada, dándole una apariencia más jovial y rejuvenecida.

Sin embargo, pese a que sus oscuros cabellos se encontraban desplomados sobre sus ojos en grandes cascadas. Había un brillo hermoso en esas pequeñas orbes castañas, un centello de felicidad y animada diversión que, por más que lo miraras ahora; la oscuridad y melancolía se había encargado de reemplazar ese destello de vida.

Tragó saliva con dificultad, sintiéndose afligido de repente. La fotografía empezó a temblar sobre sus manos, zarandeando su cabeza sin lograr entender lo que estaba sucediendo. Y si hace minutos atrás, ya se encontraba desconcertado, ahora se sentía como un grano de arroz dentro del frasco de cereal; perdido y fuera de lugar.

Su corazón latió con fuerza cuando percibió un par de pasos venir en su dirección, siendo invadido por una sensación de vergüenza y nervios; acompañado de terror al escuchar la voz de SeokJin aludiendo su nombre. Guardó rápidamente la fotografía, cerrando el gabinete y volviendo a recoger los parches sobre el escritorio; saltando sobre la silla e intentando mostrarse sereno. Aún cuando su cuerpo se negaba a abandonar el pánico ante la idea de ser descubierto.

El castaño lo observó desde los pies de la camilla, entrecerrando sus ojos y ladeando su cabeza ligeramente; siendo consciente de las brillosas gotas de sudor que adornaban el rostro pálido del rubio.

─ ¿Los encontraste? ─ inquirió, tirando de la cortina en dirección opuesta. JiMin lo miró desde la camilla, dejándose caer contra la almohada.

─ Mhm... ─ el rubio relamió sus labios, sintiéndolos dolorosamente resecos. SeokJin caminó hasta el menor cuando éste alzó el pequeño paquete índigo, demostrando que efectivamente los había encontrado ─ Sí, aquí están.

─ Te lo agradezco.

TaeHyung se relajó contra el escritorio, apoyándose en el borde; habían transcurrido largos minutos en los cuales, se limitó a observar los movimientos de ambos hombres. El castaño colocaba los parches en el pecho de JiMin, conectándolo al viejo monitor; este detuvo el irritable pitido tan pronto como estuvieron perfectamente alineados, marcando los latidos de su corazón con normalidad.

─ Debo ir a la central para recoger unos insumos, ¿Te quedas con Park en lo que estoy de regreso? ─ dijo el mayor, dándoles una rápida ojeada al par de rubios. Éstos asintieron rítmicamente. SeokJin retiró los látex de sus manos, guardándolos en sus bolsillos; recogió un acta sobre el escritorio y, posteriormente, se dirigió hasta la puerta sin decir palabra alguna.

─ ¿Cómo te sientes? ─ cuestionó el menor, viendo de reojo la puerta siendo sellada detrás del médico. JiMin prensó sus labios.

─ Como la mierda, pero vivo y saliendo adelante. ─ respondió, segundos más tarde. Una pequeña sonrisa se ciñó en sus facciones, entristecido.

─ Sabes que puedes ser sincero conmigo, ¿Cierto? ─ murmuró el rubio, dando un par de pasos a él. JiMin no perdió de vista ninguno de sus movimientos, incorporándose inconscientemente sobre el colchón. Rodeó la camilla, deteniéndose a algunos centímetros de distancia.

Era consciente de que aquella reacción por parte del contrario, era un reflejo involuntario, poniéndose a la defensiva ante cualquier acercamiento; protegiéndolo de una posible amenaza. Aún si TaeHyung no lo era. Y, por más que JiMin intentaba mostrarse sereno, su anatomía rígida no mentía, se encogía ante cualquier movimiento; inclusive notaba la tensión cuando SeokJin ponía sus manos sobre el cuerpo ajeno.

─ Lo sé, gracias. ─ TaeHyung asintió sutilmente, dejándose caer sobre el pequeño sofá individual ─ ¿A ti qué te sucede? Te noto despistado.

─ Estoy bien. ─ aseguró, encogiéndose de hombros.

─ Claro, tanto como yo. ─ respondió, sardónico. El menor encorvó sus cejas ─ En serio, ¿Qué pasa? ─ insistió.

TaeHyung se quedó en silencio por un momento, dando un fugaz vistazo hacia la puerta; asegurándose de que SeokJin no estaba cerca. Consideró si sería correcto preguntar a JiMin sobre HoSeok, probablemente él sabría algo con respecto al susodicho, y, de no ser así, ya encontraría el momento adecuado para poder tocar el tema con el castaño.

─ ¿Conoces a Jung HoSeok del módulo X-18? ─ el rostro del mayor se descompuso por completo, entreabriendo levemente sus labios.

─ ¿Quién te habló sobre él? ─ inquirió, disminuyendo considerablemente el volumen de su voz.

─ Hace un par de días se me acercó cuando estaba en el patio. Antes de que tú llegaras, por supuesto. ─ confesó el menor. Una mueca turbada se adueñó de las facciones del contrario ─ Al principio no le preste demasiada atención, no me encontraba en las mejores condiciones después de lo que pasó, ya sabes...

─ Detente. ─ demandó, reincorporándose sobre el colchón ─ ¿Dices que hablaste con él?

─ Sí. ─ asintió levemente ─ La cuestión es que, él me dijo algunas cosas que no tienen coherencia. Quiero decir, las tendrían si fuesen ciertas, pero hace un rato lo estuve buscando y cuando pregunté por él...

─ Kim, para. ─ pidió el mayor, removiendo sus manos al aire ─ ¿Estás seguro de que se llama Jung HoSeok? ─ cuestionó.

─ Quisiera pensar que sí, ahora mismo no estoy seguro. ─  un mohín se asentó en sus labios.

─ ¿Por qué lo dices?

─ Estuve buscándolo, ya te lo dije. ─ JiMin asintió, instándolo a continuar ─ Fui a su módulo hace un rato y JeonGin me dijo que no conocía a nadie con ese nombre. Incluso fui de celda en celda, pero nada. ─ su rostro se comprimió, disconforme ─ Y cuando venía hacia acá... ─ se quedó en silencio por un par de segundos, sintiendo la pesada mirada del chico sobre sí ─, me lo encontré en el camino y él no quiso responder ninguna de mis preguntas. Prácticamente huyó de mí.

─ ¿Has estado consumiendo las píldoras que reparte James? ─ TaeHyung lo miró indignado, levantándose rápidamente. Sin embargo, el rostro perturbado del mayor, le confirmó que en realidad; él estaba hablando en serio.

─ No.

─ Entonces no estás seguro de que se llama así. ─  inquirió. El menor negó ─ En ese caso, evita mencionarlo enfrente de SeokJin. ─ recomendó, avizorando la estancia ─ Probablemente hay un idiota que se quiere pasar de listo y como tú no lo conociste, intenta crear controversia a base de ti. Asustar a uno que otro, no lo sé.

─ ¿A qué te refieres? ─ cuestionó, desconcertado ─ ¿Cómo podría asustar algo así?

─ Sí hubo un chico llamado Jung HoSeok en ese módulo, llegó junto a SeokJin hace aproximadamente siete años. Ambos estuvieron presos. ─ TaeHyung abrió sus ojos sorprendido ─ HoSeok hackeó algunas redes del gobierno, y cuando dieron con él, Jin le ayudó a esconderse por un tiempo. Así que cuando los encontraron, se llevaron a ambos a la corte. A SeokJin le dieron cuatro años de cárcel por cubrirlo, y HoSeok fue condenado con ocho años, más tres meses por la fuga.

─ ¿SeokJin es su...

─ Era. ─ corrigió rápidamente ─ Su medio hermano.

─ ¿Era? ─ TaeHyung asintió, dando una rápida ojeada a la puerta ─ Pero si él...

─ A HoSeok lo asesinaron hace tres años. ─ profesó.

─ No, eso no puede ser. ─ TaeHyung se apresuró a negar, incrédulo. Sus pies iniciaron un recorrido ebrio por la sala, intentando procesar las palabras del mayor ─ Yo lo he visto, he hablado con él.

─ Por lo mismo, algún imbécil debe estar haciéndose pasa...

─ No. ─ cortó, deteniéndose delante del escritorio. Encorvándose un poco, volvió a abrir la gaveta; sacando el retrato del azabache, mostrándolo a JiMin ─  Éste es el mismo sujeto con el que he estado hablando, no puede estar muerto.

─ Escúchame. ─ el mayor hizo un ademán en su dirección, pidiendo que se tranquilizara ─ Meses después de que llegué aquí, encontraron el cuerpo de HoSeok en las duchas, yo mismo estuve presente cuando lo sacaban de ahí. ─ TaeHyung se giró a verlo ante la mención de las duchas, prestando atención.

─ Eso no es posible, ¿Cómo explicas que lo he visto? ─ JiMin negó, entreabriendo sus labios sin saber qué responder. Sus hombros se encogieron levemente.

─ No lo sé, yo... ─ el rubio enmudeció, mirando la fotografía unos instantes ─, se suponía que este tema no debería tocarse de nuevo. Si JungKook se entera, podría castigarnos a ambos, debes...

─ ¿Saben quién lo hizo? ─ inquirió, inmutándose ante la advertencia del chico. JiMin apretó sus labios, curvándose en una mueca.

─ ¿No estás escuchándome? ─ cuestionó el mayor. TaeHyung rodeó el escritorio, no sin antes volver a depositar el portarretrato en la gaveta.

─ Te escucho perfectamente. ─ aseguró ─ ¿Y bien?

─ Todos creen que fue Jeon. ─ respondió, más tarde ─ Y como nunca se molestó en negarlo, hasta ahora siguen pensando que fue así. ─ la mandíbula del menor se disparó hacia afuera, parpadeando un par de veces; sintiéndose desorientado ─ Supongo que ya habrás notado el desagrado de SeokJin hacia él. ─ TaeHyung asintió levemente.

─ ¿Por qué piensan que fue él? ─ preguntó, un amargo sabor de boca asentándose en su paladar.

─ Celos. ─ argumentó. El menor frunció sus labios ─ Pero siendo sinceros, yo no creo que fue por eso. Quiero decir, ¿Por qué celaría a su primo?

─ ¿HoSeok era su primo? ─ JiMin negó.

─ YoonGi es su primo. ─ aclaró ─ HoSeok era su mascota. Semanas después me seleccionó a mí para reemplazarlo.

─ Pero es imposible, yo...

TaeHyung mordió sus labios, halando aire con energía. Sentía sus pulmones comprimiéndose por la falta de oxígeno que pronto lo invadió, ni siquiera fue consciente del momento en que había dejado de respirar. No cabía aquella información en su cabeza, no lograba procesarla. No quería, se negaba a hacerlo.

¿Cómo era posible que HoSeok estuviese muerto? Ellos habían hablado, él lo había tocado, él...

FLASHBACK | ESCENA RETROSPECTIVA.

JiMin empujó la puerta, recibiendo una mirada neutra por parte de SeokJin. Éste retiró las pequeñas gafas que adornaban sus ojos, fregando delicadamente su nariz; aminorando la pesadez que se instaló en el puente.

─ ¿Todavía no ha despertado? ─ preguntó el moreno, cerrando detrás de sí. El mayor negó, poniéndose de pie.

─ Es la segunda vez que me preguntas lo mismo, ¿Qué haces aquí de nuevo? ─ JiMin percibió el portarretrato que sostenía en su mano, dejándolo boca abajo cuando rodeó el escritorio y se acercó al menor, aun inconsciente sobre la camilla.

─ JungKook me mandó. ─ respondió, desinteresado. Los hombros de SeokJin se encorvaron hacia abajo, dándole la espalda.

─ Para haberlo apuñalado, está muy interesado en el estado del muchacho. ─ el menor asintió, dejándose caer sobre el escritorio, sentándose sobre la plana lámina.

─ Tiene prisa con que salga de aquí.

El castaño no respondió, impulsándose sobre el cuerpo del rubio para alcanzar el interruptor; esta se encendió enseguida, lanzando feroces rayos de luz blanca hacia ellos. SeokJin parpadeó un par de veces, acostumbrándose a la dura iluminación; empezando a revisar superficialmente el estado del menor. JiMin lo vio desde atrás, quedándose en silencio.

Gravitó sus orbes por la estancia, aburriéndose al no encontrar algo interesante con lo cual podría entretenerse. Sin embargo, cuando su mirada cayó sobre los papeles esparcidos vagamente en el escritorio, tomó el cuadro que antes veía el mayor. Abriendo sus ojos al distinguir su protagonista, una mueca disfrazó sus facciones.

─ ¿Crees que habría sido diferente si HoSeok no hubiese sido la mascota de YoonGi? ─ había preguntado el pálido, alzando su mirada hacia la espalda del contrario. SeokJin se giró a verlo, prensando sus labios.

─ Quizás. ─ el castaño acomodó la manta sobre los hombros de TaeHyung, cubriéndolo. Posteriormente, se volvió hacia el chico de melena dorada, quitándole la fotografía de las manos; guardándolo en el último gabinete. JiMin no reprochó, afirmándose sobre la mesa.

─ Él era tu hermano, ¿Cierto? ─ volvió a cuestionar. SeokJin se dejó caer sobre la silla, observando la espalda ancha del menor.

─ Medio hermano. ─ corrigió, soltando una fuerte exhalación. JiMin ladeó levemente su rostro hacia la derecha, mirándolo por el rabillo del ojo.

─ ¿Te molesta si te pregunto por Jung? No lo conocí demasiado, pero las pocas veces que tuvimos algunas coincidencias, fue muy agradable. ─ SeokJin entrelazó sus dígitos debajo del escritorio, permitiendo sus manos descansar a un costado de su entrepierna ─ Sólo llegué a saber por él que... ─ un mohín se abultó en sus labios carmín, intentando recordar ─, era del módulo X-18, le gusta mucho el color anaranjado y que se sentía mal por haberte arrastrado aquí con él.

El mayor se quedó en silencio por un momento, procesando esa última frase. Había intentado convencer a HoSeok de que no era su culpa haber caído en prisión, sabía que aquel remordimiento persistió en la cabeza de su hermano hasta el último día. Le había ayudado a esconderse porque así lo decidió, sabía a lo que podría enfrentarse por cubrir un delito que, por más inofensivo que pareciera, asumía unas graves consecuencias; y, pese a ello, no dio marcha atrás.

─ No me molesta hablar sobre él, pero preferiría no hacerlo. ─ respondió, poco después. JiMin asintió comprensivo.

─ Bien, en ese caso...

El chico de cabellos dorados se impulsó hacia adelante, bajando rápidamente de la mesa. Se estiró soltando un balbuceo ininteligible y, posteriormente, caminó hasta el menor; parándose a un costado de la camilla, observándolo con apacible serenidad.

─ ¿Deberíamos despertarlo?

FIN FLASHBACK | FIN DE ESCENA RETROSPECTIVA.

TaeHyung haló de la perilla, cerrando la puerta detrás de sí. Su rostro se mantenía sobre la plana cimentación del suelo, poniendo especial atención en la descuidadas líneas pintadas con una cegante gama amarilla.

Escuchó la lejana despedida de ambos hombres a sus espaldas, antes de que la lámina se sellara por completo y cualquier sonido proveniente de la enfermería, se perdiera. Fue recibido por un guardia, del cual, hasta ahora no se había percatado. Y, pese a que un cubre-bocas marino cubría sus labios, pudo percibir la mueca de desprecio que disfrazó sus facciones cuando lo vio salir. Éste no le dijo nada, y por obvias circunstancias, TaeHyung tampoco se molestó en ser cortés y darle las buenas tardes, en especial porque no tenía remota idea de qué hora era.

Cruzó por un lado, siguiendo las flechas sobre el piso, aún cuando conocía de memoria el camino hacia las celdas. De cualquier forma, su atención no estaba en aquellas señalizaciones, sino en la nueva información que JiMin le había vociferado una hora atrás. Porque sí, SeokJin había atravesado la puerta sin tapujo de discreción, cargando una enorme cantidad de productos médicos que desconocía; interrumpiendo su charla con el chico de cabellos dorados, dejándola inconclusa.

Su cabeza dolía, sentía cómo sus sienes palpitaban una y otra vez. Su mente encargándose de no hacerlo olvidar que aquellas revelaciones eran ciertas, y, entre más pensaba en ello; el miedo y la angustia lo invadía con mayor perseverancia.

Se suponía que aquellos episodios habrían terminado cuando abandonó esa horrorosa instalación que, por cuatro largos años se vio frecuentando, siendo internado por semanas; incluso meses. Meses en los cuales no podía dormir sin ser anestesiado, o cuando rogaba porque no le dieran aquellas grandes dosis hasta hacerlo caer en un sueño profundo, luchando dentro de su subconsciente con aquellas pesadillas y recuerdos vivos; de los cuales ni siquiera podía estar seguro de si eran reales o más productos de su imaginación.

La idea de volver a lo mismo, le aterraba.

─ ¿Así que volvieron las alucinaciones, osito?

TaeHyung oprimió sus puños, sintiendo una rabia lacerante, afligiendo su anatomía con la sola idea de alzar su mirada y encontrarse con aquellos ojos pardos. La bilis subió por su garganta, asentándose el amargo sabor de boca por todo su paladar, haciéndolo retroceder un par de pasos con evidente desagrado.

─ ¿Qué carajo quieres ahora, infeliz? ─ gruñó, dando una rápida inhalación; viéndolo toscamente. YoonGi le devolvió una expresión sátira, apoyándose contra la pared del corredor.

─ ¿Qué te hace pensar que quiero algo? Sólo me preocupo por tu salud mental. ─ respondió, sereno. TaeHyung arrugó su nariz, sintiendo su cuerpo sacudirse con intención de acercarse al más bajo y borrar esa sonrisa irónica con su puño.

─ ¿De qué mierda me estás habland...

─ ¿Qué tal HoSeok? ─ inquirió, ladeando su rostro hacia un costado. La expresión del menor se desfiguró por completo, parpadeando un par de veces ─ Es impresionante que con solo escuchar un par de cosas sobre algo, o alguien, tu mente trabaje tan rápido y puedas crearte este tipo de alucinaciones. Ya quisiera yo poder hacerlo. ─ vitoreó, soltando una risa blanda.

─ ¿Me estuviste acechando? ─ cuestionó en un murmullo, declinando de avanzar hacia él. YoonGi chasqueó su lengua, reincorporándose sobre sus pies; tomando la iniciativa.

─ Es difícil acechar cuando vas por ahí preguntando por un tal Jung HoSeok. ─ respondió, corrompiendo la escasa distancia entre ambos cuerpos. TaeHyung no pareció enterado de la cercanía al principio, empujándolo vigorosamente cuando éste tuvo el descaro de acercarse a su cuello e inhalar; produciendo una mueca de desagrado en el menor.

─ ¿Qué diablo...

─ Dime algo.

YoonGi sacudió sus prendas, pretendiendo que aquel rechazo por parte del rubio no había removido una incómoda fática rabiosa en toda la extensión de su anatomía. La exquisita fragancia natural había picado en su nariz, haciéndolo sentir una fuerte ola de placer, recibiendo instrucciones directas de esa voz en su cabeza; exigiéndole obtener más del menor. Mordió su lengua, evitando sucumbir ante el delirio pecaminoso que lo había invadido.

─ Si te invento cualquier estupidez, ¿Cuánto tiempo tardarían en aparecer esas imágenes aquí? ─ el pálido señaló el pasillo. Alzó sus cejas, curioso.

─ No sé de qué me estás hablando. ─ negó el menor, retrocediendo un par de pasos. El azabache soltó una risa sin gracia.

─ Pero claro que lo sabes, ¿No fue así que terminaste empujando a tu niñera por las escaleras? ─ cuestionó ─ Y ahora ves por aquí a HoSeok, ¿Podrías llamarl...

TaeHyung negó, ladeando su rostro. Inhaló con energía, reteniendo el aire en sus pulmones por largos segundos; expulsandolo más tarde. YoonGi abrió sus ojos por un par de segundos, medianamente asombrado por la rapidez en la que el rubio lo apresó con su antebrazo, empotrándolo contra la pared.

Un fugaz recuerdo invadió su mente, haciéndolo sonreír extasiado. Tomándolo una vez más de la muñeca, aprovechó la cercanía para embriagarse con el aroma del menor. TaeHyung apretó sus dientes.

─ Jodido enfermo. ─ vociferó el rubio, empujando su rodilla contra los muslos del contrario; exigiendo que abriera las piernas para introducir la suyas. El pálido expulsó una risa ronca.

─ No tienes idea. ─ dijo en su susurro.

─ ¿Qué mierda quieres? ─ volvió a preguntar. Afirmando su agarre, fundiéndose entre la piel de la caja torácica del mayor y su brazo. YoonGi soltó un jadeo pesado, confundiendo al menor cuando éste sonrió, dejando su cabeza caer contra la fría cerámica.

─ No me recuerdas, ¿Cierto?

TaeHyung abrió sus labios, encorvando sus cejas hacia abajo. No tenía idea de qué había sido lo más desconcertante en esa pregunta, probablemente si no hubiese utilizado ese tono tan meloso e íntimo, él no se habría sentido más curioso que molesto. Sin embargo, cuando aquellas palabras cobraron sentido en su cabeza y estuvo dispuesto a responder, sintió un gancho aferrarse a su hombro, tirando de él hacia atrás.

─ ¿Qué demonios está sucediendo? ─ cuestionó el pelinegro, regalando una mirada tajante a ambos hombres. Deteniéndose un par de segundos en el rubio, éste aún escrutaba al azabache.

─ Ya sabes, tu mascota intentando llamar la atención. ─ se apresuró a responder el mayor, liberándose del cuerpo del rubio. TaeHyung gruñó molesto ─ Es la tercera vez que lo hace, JungKook. ─ añadió, apartando los ojos del rubio para mirar al pelinegro ─ Te has estado comportando muy condescendiente con él, ¿No crees? Ya empezaron a notar que rompe las reglas y tú pareces muy indiferente, ¿cuándo lo vas a reprender?

JungKook observó al menor, éste le devolvió una mirada recelosa.

─ Creo que no estoy entendiendo. ─ inquirió, secamente. TaeHyung guardó silencio, percatandose de la mirada grave de JungKook, sus párpados bajaron hasta casi ocultar los ambarinos ojos castaños; abrigándolos con sus enchinadas pestañas ─ ¿Estás sugiriendo que lo castigue? Porque si es así, parece más una orden, ¿me estás ordenando que lo haga? ─ una máscara de sorpresa se alineó en el rostro de YoonGi, sustituyendola rápidamente por su expresión habitual; mostrándose desinteresado.

─ Claro que no. ─ dijo ─ Sólo te pongo al tanto de lo que empiezan a comentar por esos privilegios que le das a Kim. Un comportamiento que podría traerte consecuencias después. ─ explicó, apretando sus labios con obstinación.

El rubio lo observó de reojo, aún estando lo suficientemente intranquilo como para interferir en la discusión de ambos sujetos sin que aquello terminase de la peor manera posible. La amarga sensación de sucumbir ante el enojo, cada vez era más tentativa y ambiciosa en su cabeza, perforando una y otra vez en el poco raciocinio del que gélidamente gozaba. Estampar sus nudillos contra la pálida piel del azabache parecía tan hilarante ahora.

─ No tienes que preocuparte, precisamente por eso es que lo estaba buscando.

Respondió JungKook atrayendo la mirada compungida y hastiada del menor. YoonGi sonrió, tirando de sus comisuras en una delicada expresión de burla.

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