Había escombros por todas partes, los cuerpos de algunos soldados de Hydra tirados por allí, muertos.
Peter, con el traje de Spiderman puesto, buscaba a su hijo con desesperación entre los escombros.

— ¡Nos traicionaste! — gritó una voz atrás suyo.

Peter se giró para ver a su hijo que se veía muy desaliñado y herido, en su mano derecha tenía un arma que lo apuntaba. Su expresión se mostraba furica, pero él sabía que Benjamín estaba triste.

— No es así, hijo. Vámonos de aquí.

— ¡No! Éste es tu hogar, debes estar conmigo.

— Un lugar que no se te permite abandonar jamás puede ser tu hogar. — dijo mirando fijamente a el menor — Yo jamás te dejaría, por eso quiero llevarte conmigo, verte crecer, formar una familia con alguien que ames, que tengas una vida normal.

— ¡No le creas! — gritó otra voz que había surgido de los escombros juntos a un rubio mayor. Éste si se veía más que furioso. — Trata de engañarte, quiere alejarte de mi para hacerte daño.

— Ben, mírame. ¿Me crees capaz de algo así? — preguntó el castaño, a lo lejos vio a los vengadores y les hizo una señal para que no se acerquen aún.

— ¡MATALO! ¡Obedece a tu capitán! — le gritó Steve, logrando que los corazones de "madre" e hijo se aceleraran.

— Ben, confío en ti, hijo. Sólo quiero que sepas que te amo.

Peter cerró los ojos esperando, cuando escuchó el disparo su corazón dio un golpe por el miedo, su sentido arácnido no cosquilleo ni la bala lo tocó.  Abrió los ojos llorosos antes de que su hijo lo abrazara con fuerza. Correspondió el abrazo sin entender mucho, llevó su vista al rubio mayor, notando que en su frente había un agujero que sangraba. La bala. Pensó Peter.

— Vámonos, por favor... — pidió el menor llorando contra el pecho de su "mamá".

— Iremos a casa.

Los vengadores, en especial Tony, veían esa escena con una sonrisa y unos pequeñas lágrimas rebeldes bajando con rapidez.

Ya eran libres, todo estaba bien.