Pequeña pelea
He de admitir que el intento por hacerme más cercana a Hoodie anoche fue tremendamente una mierda. Intenté hacer todo lo que Masky me explicó pero como siempre, metí la pata y exhasperé al chico. ¿Y acaso no podría haberme enamorado de Masky o de cualquier otro chico que no sea tan complicado como lo es Hoodie? Es todo lo que odio, pero aun así le quiero. ¿Cómo es posible que esto pasara?
Entre mis pensamientos me choqué con alguien.
—Disculpa —Dije.
—Mira por dónde andas. Incluso yo, con un pasamontañas puedo ver mejor que tú —Atacó Hoodie.
Esa contestación no me había gustado nada, ¿Siempre me va a tratar así al final del día? ¿Siempre con esa alegría? Si no hubiera estado perdiendo el tiempo pensando en esto podría haberle dicho unas cuantas cosas, pero él ya se fue.
Pues esto no se va a quedar así, siempre sufriendo por la manera en la que me trata, ¿Acaso es normal? Pues ya no voy a ser más así, esta vez no me callaré nada. Lo prometo.
...
Después de una mañana un poco atareada, nos encontrábamos descansando en el salón pero poco duró ya que llegó Slenderman con noticias, decía que su tío iba a llegar hoy en la noche y quería que la casa estubiera limpia y presentable. Pronto llegaron quejas de todos, yo creía que era porque no querían limpiar, pero resulta que más que nada era por la visita del tío de Slenderman pero no pude adivinar por qué no querían que llegara.
Estábamos limpiando cada uno una zona, a mí me tocó la cocina así que empecé a hacer lo obvio. Estaba tarareando una canción mientras daba brillo a los azulejos pero pisé algo blando, diferente a la textura del suelo y seguido de eso un grito. Giré mi cabeza para ver de quién se trataba y, sorpresivamente, era Hoodie. Le había pisado el pie sin querer.
—Una primera vez, se puede perdonar pero una segunda, ya parece que lo haces queriendo —Se quejó por segunda vez.
—Lo siento, no lo había visto —Me disculpé.
—¡Y por la mañana igual! ¡Eres muy descuidada!
Ya no podía aguantarlo más.
—¿Que yo te hago daño queriendo? ¿Eso es lo que tratas de decir? Que equivocado estás... Todo lo que he hecho, ha sido sin querer en el día de hoy, sin embargo, tú pareces un amargado quejándote por todo y sobre todo si lo hago yo. No sé qué es lo que te pasa o lo que ronda por tu cabeza, me gustaría saberlo, pero no tengo ese lujo. Creo que la vez que pueda comprenderte, será el fín del mundo, porque me parece imposible que alguna vez sepa qué cojones te pasa. Y como la próxima vez te dirijas a mí con ese descaro y esa mala leche, no responderé con palabras —Exploté y dejé el paño en su sitio mientras corría hacia la salida de la cabaña. No quería esperar respuesta de él y mucho menos quería escucharla.
Fui a un lugar sin destino alguno, solo quería estar sola sin importar si me perdía o si estaba oscureciendo. Solo quería estar lejos de él.
Hoodie's PoV
Después de la respuesta de Gem, me quedé un poco petrificado. No sabía que iba a decirme todo eso, aunque en algunas cosas tenía razón. Pero, ¿Cómo debería de actuar? Si cada vez que estoy cerca de ella estoy nervioso, pienso que lo nota y me pongo a decir cosas que no debería de decirle.
¡Mierda! ¡Salió al bosque sin decirle nada a Slenderman! ¡Y sola! Debo buscarla... Aunque me haya dicho lo que me haya dicho, sé que solo estaba cegada por la ira.
Gem's PoV
Mis pies pararon en un lugar precioso. Había un lago y la luna se reflejaba en él, también habían árboles adornando éste y un suave viento azotaba sus ramas. Me gustaría estar aquí para siempre.
Pronto me senté en el suelo, a orillas del lago mientras pensaba en lo ocurrido hace un momento.
No debería de haberme ido como una cobarde, debería haber visto su reacción, aunque si bien no podía ver su cara, podría haber visto su reacción corporal o almenos haber escuchado su respuesta. Aunque en un principio no hubiera querido hacerlo.
—¿Qué hace una chica aquí tan sola? —Dijo una voz detrás mía.
Me giré para verle pero no veía nada.
—No hablo con desconocidos —Es lo único que se me ocurrió decir.
—Entonces habrá que presentarse. Mi nombre es Offenderman y vivo no muy lejos de aquí. ¿Cómo te llamas tú?
—Me llamo Gem... ¿Quieres dejar de esconderte en la oscuridad? —Respondí sorpresivamente sin una pizca de miedo.
—Encantado de conocerte, Gem —Recalcó mi nombre—¿Podrías aceptar esta rosa como muestra de nuestra nueva amistad?
Una especie de tentáculo parecido al de Slenderman salía de la oscuridad y en ella había una rosa hermosa.
Si bien no quería aceptarla porque pensaba que no era bueno tomar cosas de gente que no conocía, algo había en ella que me hacía avanzar.
Justo cuando estaba apunto de agarrarla alguien saltó hacia mí y nos hizo caer al suelo, bueno, en este caso a mí porque esa persona se encontraba encima mía.
Esa persona era Hoodie.
Se levantó y me miró —O eso creía que hacía— luego me dijo unas palabras en tono amenzante:
—Ni se te ocurra agarrar esa rosa en tu vida.
No sabía por qué me lo dijo pero algo en mí sabía que me lo dijo por mi bien.
—¿Por qué? —Pregunté.
—No seas tan duro con tito Offenderman, Hoodie, ¿Sabes cuanto hace que no me llevo a mi cabaña una chica? —Nos interrumpió Offenderman.
Eso me hizo dar cuenta de nuestra postura y eché a Hoodie a un lado mientras me ponía colorada.
—Sé que puedes conseguirlas fácilmente, si hace mucho que no traes a ninguna, no es mi problema —Respondió Hoodie. Aún no sabía a qué se referían.
—Pues eso estaba haciendo, ¿Por qué la empujaste?
Hoodie se quedó callado pero pronto habló.
—Si Slenderman se entera, estás muerto.
—Ah, ¿Ella vive en la cabaña?
—Sí, así que no te acerques.
—Lo intentaré.
—¿El qué querías hacerme? —Pregunté con curiosidad.
Ellos miraron hacia mí, callados.
—Pues simplemente fo...
—Ya te lo explicaremos —Interrumpió Hoodie a su ¿Tío?
Veía cómo se alejaban, no tenía ganas de ir con ellos, aparte que aún seguía enojada con Hoodie.
—¿Quieres hacer el favor de seguirnos? —Ordenó Hoodie.
—No quiero —Respondí mientras alzaba mi cabeza.
El chico parecía irritado, soltó un gruñido y le dijo algo a Offenderman, acto seguido se fue y Hoodie se acercó a mí, y aunque no podía ver su rostro sabía perfectamente que en éste se podía reflejar mucha ira.
Me agarró de la mano y me habló muy cerca mía en voz baja.
—Si no quieres estar sin ver la luz por mucho tiempo, será mejor que me acompañes, porque estoy bastante seguro de que no le has dicho a Slenderman que ibas a salir.
Hablar en ese tono hizo que todos mis bellos se pusieran de punta, aunque es verdad que no le dije nada a Slenderman y que al final tendría que ir con él, quería que me pidiera disculpas por su comportamiento hacía unas horas.
—Está bien, iré contigo, pero, antes tienes que pedirme perdón.
Él me soltó.
—¡Ni hablar! —Exclamó.
—Pues entonces, me quedo aquí.
—Gem, no seas tonta...
—¿Y desde cuándo te preocupas por mí? Si para tí es mejor que Slenderman me castigue y así puedas burlarte de mí —Expliqué.
—Porque si Slenderman se entera de que saliste por mi culpa, también me castigará a mí —Confesó.
Eso me dolió. Creía por un momento, que lo hacía por mí.
—Entonces, te combiene disculparte conmigo para así poder irnos a la cabaña —Resalté.
Hoodie hizo un puño con cada mano y dijo, aunque muy flojo para mi gusto, que se disculpaba por cómo me había hablado hoy y sonreí.
—Disculpas aceptadas —Respondí y agarré a Hoodie del brazo para ir juntos a la cabaña.
—¡Suelta! —Exclamó mientras intentaba zafarse de mí, y al final lo consiguió.
Le miré extrañada, aunque sabía que se iba a poner así por ese acto, pero quería probar.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top