heridas e insultos
—Te he estado buscando por todas partes —Dijo mi amiga preocupada.
—Pero, yo creía que estabas muerta, yo...
—¡No! ¡Estoy viva! ¿No lo ves? Ahora, por favor, ¿Puedes ayudarme? Mi tobillo se quedó atorado en un tronco y no puedo sacarlo, duele mucho —Me pidió.
—Está bien —Respondí mientras me acercaba a ella con cuidado, ya estaba todo muy obscuro como para caminar sin mirar bien donde pones tu pie.
—Eso es, acércate —Respondió mientras alargaba su brazo hacia mí para que lo agarrase.
Estaba apunto de agarrar su mano, estaba apunto de tener contacto con ella, después de creer que estaba muerta, ahora podríamos estar juntas como antes, viviendo la vida que teníamos pensado vivir en Alemania, estudiando juntas como siempre quisimos, hasta que siento que alguien me agarra del brazo y me tira para atrás, haciéndome caer al suelo.
¿Hoodie? ¿Qué hacía él aquí?
—Más te vale que te alejes de ella si no quieres que te mate —Dijo él hacia mi amiga apuntándole con su familiar pistola
—¡No, Hoodie! ¡Ella es mi amiga! —Exclamé hacia él.
Hoodie se giró hacia mí.
—¡No lo es! ¿No ves que tiene los ojos rojos? Solo te está haciendo creer que es ella, es un hechizo, ¡idiota! —Me reprendió.
Justo en el momento que Hoodie me dijo esto, "ella" le atacó, no sé con qué lo hizo, en este momento no parecía humana, ahora Hoodie estaba en el suelo mientras se tocaba su rostro, en la zona en la que le golpeó.
Me llevé mis manos a mi boca del susto.
¿Qué es esto?
"Annie" o lo que fuera eso sentía que ahora tenía el control, me estaba mirando, mientras me sonreía.
Oh no, ¿Qué quiere de mí? Poco a poco se iba acercando, sin embargo no podía moverme, no podía hacer ningún movimiento en este momento, cuando de repente cae al suelo, ahora Hoodie está encima de ella y le apuntaba con la pistola.
—¿Últimas palabras? —Le preguntó Hoodie.
De repente ésta sonríe, tiene una sonrisa macabra que me hacía poner los pelos de punta.
No respondió, sin embargo Hoodie le disparó en la cara, me tapé los ojos con mis manos porque no quería ver esa escena, pero dejé un hueco libre para ver lo demás.
Cuando escuché que dejó de disparar abrí mis ojos, ahora la cara estaba llena de sangre que se derramaba sin cesar.
Hoodie se levantó y se acercó hacia mí.
Me miraba desde arriba cruzando sus brazos, yo aún estaba en el suelo, sentada.
—¿Por qué te has escapado? —Preguntó en tono bajo pero siniestro.
—¿Crees que tengo ganas de responder eso ahora? —Pregunté un poco consternada por todo lo que había sucedido.
—Bueno, entonces —miró hacia atrás para observar que el cuerpo seguía ahí y volvió su vista a mí —Levántate, no quiero tener problemas con Slenderman por tu culpa.
Me intenté levantar pero mi tobillo ahora dolía demasiado, así que volví a caerme de nuevo y me quejé por el dolor.
Hoodie chasqueó la lengua y se puso de cuclillas.
—A ver, ¿Cuál es el tobillo que te duele? —Preguntó.
—Este —Le enseñé el izquierdo.
Lo agarró y solté un chillido.
—Tampoco te he tirado tan fuerte como para que te hubieses hecho eso —Se quejó.
—Pero ya me hice daño tiempo atrás en la misma zona, lo tengo débil —Respondí.
De repente Hoodie me carga y me sorprendo.
—Entonces tendré que llevarte así, si queremos llegar a tiempo —Respondió.
—Por qué siempre tenemos que terminar así —Pregunté.
—Porque lo único que haces es meterte en líos —Respondió fastidiado.
Yo me reí.
—Y tú salvarme.
—Te equivocas, te dije que iba a salir a matar a ese cabrón y lo hice, que estuvieses ahí no entraba en mis planes —Respondió seguro.
—Pero dijiste que me ibas a proteger, por eso me encerraste en tu cuarto —Seguí.
—Porque aquellos idiotas estaban riéndose de mi.
—¿Entonces por qué me estás cargando? —Pregunté aguantándome la risa.
Hoodie pausó la caminata.
—¿Quieres que te deje aquí tirada? —Preguntó haciendo amago de soltarme.
—¡No! —exclamé mientras hacía que mis brazos, que estaban alrededor de su cuello, se aferraran más a él.
—¡Está bien! Pero deja de apretar mi cuello —Se quejó.
—Lo siento —Me disculpé.
Hoodie's PoV
Al fin Gem se calló por un largo tiempo hasta que llegamos a la cabaña. Entramos y no había nadie así que seguí cargándola hasta nuestro cuarto y la dejé en su cama.
—Duermete ya —Demandé, quería ir al baño a ver cómo se encontraba mi rostro después del puñetazo que me dio aquél demonio.
De repente escucho que empieza a sollozar.
De repente me sentí mal, como si me atravesase el pecho.
"No me debería de importar, debo ir a ver cómo está mi rostro" —Me decía a mí mismo repetidas veces pero el dolor no cesaba.
Me acerqué a ella y me senté a su lado.
—¿Qué te pasa ahora? —Pregunté.
No sé cómo manejar estás situaciones, nunca se me han dado bien.
—Es que... Por un momento creía que Annie estaba viva, que podríamos vivir nuestra vida como antes, pero no es así —Dicho esto comenzó a llorar más fuerte.
Me sentía mal por dos cosas, la primera porque no sabía cómo hacer que se sintiese mejor y la segunda, porque si su amiga hubiese estado de verdad viva, Gem iba a vivir con ella, a su anterior vida y eso significa que yo no iba a estar allí.
Gem's PoV
Odio llorar, sentirme vulnerable, hacer que la gente tenga que preocuparse por mí, pero saber que había estado tan cerca de mi amiga después de tanto tiempo sin verla, creer que estaba viva, y después, darme cuenta que era mentira, me hacía sentir la persona más miserable del mundo y no podía parar de sentirme así.
—No sabes lo que duele esto —Respondí mientras me tapaba la cara. Las lágrimas no cesaban, me veía tán estúpida.
De repente siento que Hoodie me abraza, tuve que abrir los ojos para saber qué era él, porque esto es raro de su parte.
—No sé manejar estas cosas —comenzó a hablar ahora él —Pero todos hemos sufrido alguna vez la muerte de un ser querido, y... Joder, si supiera como hacer que no te sintieses así, lo haría ahora mismo —Respondió.
Me quedé muda, no sabía que decir, el abrazo y aquellas palabras hicieron que me sintiese mejor, quería decírselo, pero las palabras no me salían.
De repente se separó de mí y me sentí vacía.
Hizo amago de irse pero antes le agarré de su sudadera.
—¿Dónde vas? —Pregunté más preocupada de lo que quise sonar.
—Tengo que curar mi rostro, sino va a empeorar —Respondió.
Tenía razón, recibió un buen golpe.
—Puedo... ¿Puedo verlo? —Pregunté un poco insegura.
—¿Para qué? —Preguntó.
—Quiero saber qué tan mal está —Hablé en voz baja.
—Está obscuro, no lo vas a poder ver bien.
—Pe-pero dijiste... Qué harías lo que fuera por que no estuviese triste —Me quejé haciendo un puchero.
Hoodie respiró hondo.
—Está bien, si eso hace que te calles —Respondió.
¡Genial, genial, genial!
Por fin podría ver su rostro.
Se levantó el pasamontañas y me quedé estática.
Aunque estuviese oscuro y solo se iluminase la habitación con la luz de la luna, pude apreciar sus ojos color verde y su cabello revuelto de color castaño y aunque tuviese ojeras muy obscuras y un gran moretón en la mejilla se veía realmente... Hermoso.
Menos mal que el cuarto no estaba iluminado sino se vería mi cara demasiado roja.
—Ti-tienes un gran mo-moretón y, sangre... —Respondí.
—Lo sé, por eso tengo que ir a curarmelo —Dijo mientras se levantaba.
—¡E-espera, quédate ahí, voy a ir a buscar e-el botiquín! —Exclamé, me levanté y no recordé a mi amigable tobillo hinchado.
Hoodie fue rápido y me agarró de la cintura antes de caer al suelo.
Ahora estábamos muy cerca, mis ojos estaban bien abiertos de la impresión.
—¿No te acuerdas que no puedes caminar, idiota? —Preguntó enfadado y me dejó sentada en mi cama otra vez.
—Es que... Has hecho tanto por mí hoy que... Creo que la única forma de agradecertelo sería curarte la herida —Respondí mirando a mis manos, me sentía demasiado estúpida para mirarle.
—Bueno, si te hace ilusion... —Respondió para luego irse.
Justo cuando cruzó la puerta me abaniqué eufórica.
Si antes me atraía... Ahora más. ¿Cómo no le quité el pasamontañas antes?
Al rato Hoodie vino con el botiquín y se sentó a mi lado, dejando el botiquín en mi regazo.
—Está bien, la herida es toda tuya, a ver cómo se te da —Respondió más calmado que antes.
Inspira, respira... vamos, Gem, tu puedes.
Agarré el algodón y le eché alcohol desinfectante, mi mano no paraba de moverse a causa de mi temblor.
¡Vamos! ¡Tampoco es para tanto!
Observé aquel morado moretón y acerqué el algodón de donde provenía la sangre, apreté no muy fuerte y sorpresivamente, Hoodie no hizo ningún amago de dolor.
Seguro no es la primera vez que pasa por algo así.
Una vez que le curé nos quedamos callados, mirandonos.
—¿No te duele? —Quise saber.
—No es para tanto —Respondió sin importarle.
—Me siento tan mal... Si no te hubiese distraído no te hubiera pasado eso —Respondí mientras miraba hacia abajo.
Hoodie me agarró del mentón y me hizo mirarle.
Mi corazón latía muy rápido en este momento.
—Pero yo le dejé la cara peor, además, he pasado por cosas peores por tí, como por ejemplo, un disparo, y no creas que te vas a librar, voy a hacer que pagues por todo lo que me has hecho, idiota —Me amenazó.
—Tengo el tobillo hinchado, para mí eso es mucho —respondí, con miedo porque no quería que Hoodie me hiciese nada, le quería, pero le temía.
—Eso no es suficiente —Respondió —sabiendo lo patosa que eres, eso te puede pasar incluso sin moverte.
—¿Yo patosa? Y... Tu eres un capullo —Respondí enojada.
—¡Y tu una estúpida! —acató, ahora más cerca de mi rostro.
—¡Cabrón!
—¡Idiota!
—¡Gilipollas!
—¡Inmadura!
Y a partir de ahí no se me ocurrió ningún insulto más, porque Hoodie me empezó a besar con fuerza.
¿¡Qué!? ¡Si me estaba insultando!
A la mierda los insultos, tengo que disfrutar de este momento.
...
Un capítulo bien largo para ustedes, porque se lo merecen.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top