26; Fiesta.

Hoy, trago tras trago me fui dejando llevar.

Embriagando mi cuerpo con el movimiento deliciosamente feroz de mis manos sobre su cuerpo.

Estaba tan necesitado,

extrañaba tantísimo su cuerpo,

tocarlo,

besarlo,

piel a piel,

que había olvidado por completo,

que aquel,

no era el chico encantador.

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