TRECE
Jimin, degustaba una copa de vino, sentado en una tumbona, mirando el mar. La brisa hacía ondear su cabello y Jungkook no pudo evitar relamerse los labios por la perfecta vista que estaba apreciando.
Si debía ser sincero, cuando investigó a Jimin, antes de llamarlo para la entrevista, había visto algunas de sus fotografías y el joven le había parecido exquisito. Llevaba muchos años sin haberse interesado en ningún hombre, pero Jimin, no era cualquier hombre, era increíblemente hermoso, y se notaba, aun en las fotografías, que tenía una gran personalidad, cosa que había comprobado, era completamente cierta. Jungkook permaneció casado durante ocho años. Un matrimonio arreglado, por supuesto, al que había llegado, cuando su padre descubrió que andaba en amoríos con un ex compañero de la universidad. Sin perder tiempo, el hombre anunció el matrimonio de su único hijo con Lisa, hija de uno de sus socios. Un matrimonio por conveniencia, del cual lo único bueno que había obtenido Jungkook, eran sus hijos. Durante años se negó a ser padre, pero al final en un intento por sacar a flote la relación con Lisa, había confiado en que era tiempo de incluir alguien más en sus vidas. Durante casi tres años Lisa lo intentó también, aparentemente, pero Jungkook, la descubrió siéndole infiel, no una ni dos veces, fueron varias. Salía todo el tiempo y descuidaba la crianza de los niños, aun así se atrevió a demandarlo, iniciando el proceso de divorcio. Se divorciaron, y a pesar de nunca estar con sus hijos, cuando Jungkook pidió la custodia total, ella apeló, valiéndose de artimañas. Claro, Jungkook no dejaría que se saliera con la suya. A pesar de tenerlo amenazado con el tema de su bisexualidad, había podido por fin, hacerse de las pruebas necesarias, ayudado esta vez por su padre, para poder quedarse con sus hijos. Por eso, necesitaba desesperadamente de Jimin.
Inicialmente debía ser una mujer, quien los cuidara, pero en vista de lo difícil que había sido conseguirla y asesorado por sus abogados, concluyó en que el educador Park Jimin era su mejor opción y su salvador. Así que de ninguna manera podía dejar que Jimin se fuera. Aunque ardiera en el fuego infernal, debía mantenerlo junto a él. Solo debía aguantar un poco más y no rendirse ante la tentación de arrojarse sobre el muchacho y arrancarle la ropa con los dientes, para luego perderse dentro de su cuerpo, haciéndole el amor.
Debían hablar, era completamente necesario.
𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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