Parte 51

Ese día, Jungkook llega tarde a su casa del trabajo. Está tan cansado que al llegar, se sienta en el sofá y se queda ahí por largo rato. No solamente lo invade el cansancio, su corazón está profundamente afligido. Ya ha pasado más de un mes desde que Jimin no está, lo extraña tanto que siente que el pecho le quema, sus ojos están enrojecidos e hinchados por el llanto.  Cada día y cada noche ha derramado lágrimas por su ausencia. Añora estar junto a él, desea ir a dormir junto a su hermoso Jimin cada noche. Pero esa noche, se acuesta en su fría cama, solo y triste.

        ¿Mañana dolerá menos?, se pregunta.

********

Al día siguiente, a pesar de que no debe ir a trabajar, Jungkook se levanta muy temprano y prepara un bolso con ropa. Se dirige a la estación de trenes y minutos después aborda el tren que lo llevará. El tiempo de viaje se le hace eterno, se siente ansioso por llegar y cuando lo hace, rápidamente busca un taxi para poder llegar a su destino.

-Jungkook, bienvenido. Pasa.

-Hola, gracias.

-¿Cómo estuvo tu viaje?

-Estuvo tranquilo.

-Me alegra oírlo. Vamos a la sala.

Jungkook camina nervioso detrás de su anfitriona, quien le regala una amable sonrisa una vez que están dentro de la sala.

-Iré a la cocina un momento -le dice a Jungkook mientras mira hacia su costado.

Y ahí está, sentado en el sofá, esperándolo con una triste expresión. Cuando Jungkook lo ve, sus ojos se iluminan y aparece una tímida sonrisa en sus labios. Ha esperado este momento durante varios días.

-Hola -le dice mientras se acerca y se sienta a su lado.

-Hola, te estaba esperando.

Jungkook le toma la mano.

-No te imaginas cuánto te he extrañado, Jimin.

-Yo también te he extrañado tanto.

No habían estado juntos desde el día en que Jimin despertó en el hospital. Desde ese día, Jungkook ha deambulado como alma en pena. Quiso cuidar de él, pero Jimin necesitaba cuidados profesionales y permanentes durante los primeros días de reposo en casa.

-La próxima semana tengo cita con el médico -le cuenta Jimin.

-¿En serio? ¿Y te puedo acompañar?

-Claro, pero iré con mis padres también.

-Por supuesto.

-Jimin... ¿Puedo besarte? -le pregunta mientras acaricia su rostro.

-Sí -le responde después de soltar un suspiro.

Se besan durante largo rato.

Al separar sus bocas, Jungkook nota el triste rostro de su novio humedecido por las lágrimas que recorren sus mejillas.

-Mi amor, no estés triste.

-No quiero estar así -le dice entre sollozos.

Jungkook no soporta verlo sufrir así, comienzan a brotar lágrimas de sus ojos.  Lo abraza con fuerza.

-Todo va a estar bien, mi amor. Todo va a estar bien.

En ese momento llega el padre de Jimin, quien se ve alicaído. Está delgado y tiene ojeras.

-Jungkook, qué bueno que viniste.

-Hola Sr. Park.

Ambos se saludan con un abrazo.

-Hola, amor. Llegaste justo para el almuerzo, ¿pasemos a la mesa? -dice la madre de Jimin mientras entra a la sala.

Hola cielo -le responde el Sr. Park y luego le da un beso a su esposa.

Hola papá -le dice Jimin.

-Hola hijo -le responde y le da un abrazo y un beso en la frente.

-Déjame ayudarte, mi amor -le dice la madre a Jimin, mientras lo ayuda a levantarse del sofá.

Jungkook mira la escena no pudiendo evitar sentir su corazón apretado.

Su madre lo lleva del brazo caminando lentamente hasta la mesa. Lo acomoda en la silla y se sienta a su lado para ayudarlo a comer.

No conversaron mucho durante el almuerzo. Los ánimos están decaídos.

-Estoy cansado, quiero ir a mi habitación y dormir un poco -dice Jimin.

-¿Te puedo acompañar yo? -le pregunta Jungkook.

-Claro.

-Te enseño dónde está la habitación de Jimin ahora. Subir la escalera es peligroso para él -le dice la madre de Jimin a Jungkook.

-Okay.

Por su seguridad, los padres de Jimin dispusieron de una habitación en el primer piso para él.

-Si necesitan algo, avísenme -les ofrece la madre al llegar.

Jungkook cierra la puerta y le ayuda a Jimin a sentarse en la cama y le da un beso tierno.

-¿Me puedo recostar a tu lado, mi amor?

-¿Por qué me preguntas eso? Sabes qué sí.

-Te lo pregunto porque no quiero que te sientas incómodo.

-No quiero que me trates distinto. Me siento peor si lo haces -le dice mientras se saca las zapatillas y afirma su cabeza en la almohada.

-Okay.

Jungkook se recuesta en el otro lado de la cama y coloca su brazo debajo del cuello de su novio, quien apoya después la cabeza sobre su pecho.

-Te amo -le dice Jimin después de darle un beso.

-También te amo, mi hermoso.

-Voy a dormir un rato. Estoy cansado.

-Sí, mi amor. Durmamos.

Pero Jungkook no puede dormir. Reflexiona en cómo poder brindarle a su novio el mayor bienestar posible dada su condición. No solo su condición física, sino que también su estado emocional. Lo ve triste y con justa razón, pues su vida ha dado un brutal giro. El día de la agresión, pensó que Jimin moriría. Después esperó tres días a que despierte del coma. Había muchas probabilidades de que tuviese secuelas, pero jamás imaginaron las consecuencias que tuvo el ataque de ese día.

Al cabo de dos horas, Jimin despierta y comienza a llorar y luego a gritar con desesperación. Jungkook trata de abrazarlo, pero Jimin lo esquiva. Pronto llegan sus padres que escuchan los desgarradores gritos de su hijo. Su padre lo abraza y trata de tranquilizarlo. Su novio permanece de pie, inmóvil a un costado de la cama.

-¡¿Por qué me pasó esto a mí?! -grita Jimin.

Su madre se tapa la boca con sus manos, intentando reprimir su llanto. Jungkook se desmorona y comienza a llorar. No quiere hacerlo, pero no puede evitarlo. Luego de un rato trata de recomponerse y se acerca a Jimin y le acaricia el cabello. Después de unos minutos, se calma. Ya no llora, ni grita. Sólo se queda en silencio, acurrucado en los brazos de su padre.

-¿Quieres que vayamos a la terraza a tomar aire? -le propone Jungkook.

-Vamos.

Van a la terraza y se sientan en el cómodo sofá.

-¿Te sientes más tranquilo?

-Sí. A veces necesito desahogarme, ha sido difícil acostumbrarme a esto. No quiero vivir así, Jungkook.

-Mi amor, recuerda lo que dijo el médico: debes esperar un tiempo para saber si la ceguera es temporal.

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