Parte 1
Jimin es muy popular entre sus pares, no sólo por su atractivo físico sino también por su seductora personalidad. Es algo despreocupado de los problemas de su entorno porque siempre lo ha tenido todo en la vida. Siempre se muestra alegre.
Acaba de finalizar la secundaria y Jimin celebra con sus amigos el fin de una etapa y el comienzo de nuevos desafíos en sus vidas. Todos han bebido demasiado, como si se tratase de una señal inequívoca de la adultez llegando a sus vidas. Ya de madrugada pronto todos empiezan a irse, pero Jimin quiere seguir celebrando, más es inútil pues todos terminan yéndose. entonces va a su auto para irse a cualquier lugar, no tiene rumbo. Mientras busca sus llaves, escucha una amable voz.
- No deberías manejar en ese estado, Jimin.
- ¿Qué? hum... estoy bien. - Jungkook le quita las llaves de la mano y las guarda en su bolsillo. Jimin lo mira desconcertado.
-Ok, ok, tomaré un taxi, entonces. Buscaré otro lugar para seguir celebrando ¿Tú qué harás?
-¿Yo? Yo... iré a dormir, mañana debo trabajar temprano.
Ambos jóvenes estudiaron juntos durante mucho tiempo, el mismo colegio, aunque en salones diferentes, pero Jimin no sabe nada acerca de Jungkook. Nunca fueron cercanos, tanto es así que ni siquiera recuerda su nombre.
-¿Dónde vives? - le pregunta Jimin.
-Cerca de aquí, a unos diez minutos en bicicleta.
-¿Y cuánto te demoras caminando?
-Eh... No lo sé. Yo nunca...
-¡Vamos! Te acompañaré.
-¿Quieres acompañarme a mi casa? - le dice sorprendido.
-Sí ¿Por qué no?
Jimin camina junto a Jungkook sin decir nada en un principio. Jungkook camina llevando su bicicleta a un costado y mirándolo de reojo.
Jungkook es un chico introvertido y muy guapo. Tiene un lindo corazón y una dulce sonrisa. Hace un tiempo ha tenido la mirada puesta sobre Jimin, el lindo chico de padres millonarios, que parece no importarle nada, que sólo quiere divertirse y gozar la vida. Debido a su timidez, Jungkook jamás le ha confesado a Jimin lo que siente por él y aunque es evidente, él nunca se ha dado cuenta. Durante los dos últimos años Jungkook cree amarlo en silencio. Habían cruzado muy pocas palabras durante el tiempo que estuvieron estudiando juntos, pues son tan distintos y vienen de mundos totalmente distintos.
-¿Sabes? No puedo recordar tu nombre... debo estar muy ebrio - le dice con una linda sonrisa en el rostro, pero realidad Jimin no conoce su nombre porque siempre ha escuchado que los maestros lo llaman por su apellido y los compañeros por su apodo: conejo.
-Me llamo Jungkook - le contesta algo desilusionado. Ya lo sabe, pero le duele el corazón reconocer que él no es importante para Jimin.
-¿Y Jungkook... dónde trabajas?
-En una cafetería del centro.
- Hum... qué interesante, porque me encanta tomar café -le dice acercándose un poco y levantando una ceja. Jimin es tan coqueto.
- Ve cuando quieras. -le dice con timidez.
- Iré, claro que iré.
- ¿Jimin, ya tienes pensado qué harás el próximo año?
-Lo más probable es que me tome un año sabático y después pensaré en qué hacer con mi vida. - contesta con una risita no tan verdadera. -¿Tú lo has pensado?
-Si, voy a ingresar a la universidad, bueno quiero ingresar, espero poder hacerlo.
-Tú eres muy inteligente, seguro que lo harás. - le dice guiñándole un ojo.
-Ah, eso espero.
Ambos continuaron caminando y conversando de nada tan profundo. La noche ya se convertía en amanecer y la mirada de Jimin, a ratos, se pierde en los grandes y brillantes ojos de su acompañante. Por su parte, Jungkook cada cierto rato baja la mirada hacia los labios de Jimin. Lucen muy tentadores para el enamorado Jungkook.
-¡Llegamos! Aquí vivo.
- Uf! por fin, me estoy congelando. ¿Con quién vives aquí?
- Solo.
- Ah! Bueno yo... estoy lejos de mi departamento ¿por qué no me invitas a dormir?
Jungkook se sorprende. No comprende qué había causado tanta cercanía entre ambos en tan pocos minutos.
- Hum... claro, pero no tengo otra cama ni un sofá en donde puedas dormir - sus palabras sonaron atrevidas sin quererlo.
- Podrías darme un lugar en tu cama, te prometo que no te voy a molestar. Duermo como un bebé - el descaro se asomó sutilmente. Jungkook se sonroja un poco. No es capaz de resistirse a los encantos de su nuevo amigo. Con las mejillas aún rosadas, entra a la casa cargando la bicicleta en su hombro, Jimin lo sigue.
- Me gusta este lugar.
- Está un poco desordenado - Jungkook se apresura a recoger la ropa que está regada por todos lados y después va a la cocina a lavar los platos sucios.
- Déjame ayudarte.
- No, yo puedo solo - está un poco avergonzado por el desorden.
- Yo te ayudo a lavar estos platos, deben llevar más de un mes aquí - le dice Jimin riéndose.
Entre conversación y risas a esas horas de la madrugada logran dejar algo ordenado el lugar.
- Estoy cansado - dice Jimin. Se saca los zapatos, el pantalón y la polera. Se mete debajo de las sábanas.
- ¡Ven aquí!
- eh... sí, ahora voy. Antes debo ir al baño.
Jungkook se mete al baño, cierra la puerta y se queda inmóvil tomando un respiro para ordenar sus ideas. Está nervioso. Con la espalda apoyada en la pared cierra los ojos y piensa en cómo llegó a ocurrir lo que está ocurriendo. Jimin está en su cama, tal como lo soñó despierto tantas veces. Antes que se metiera debajo de las sábanas alcanzó a divisar sus hombros y su pecho desnudo. El pánico está por apoderarse de él. Da un último respiro antes de salir del baño. Se acerca a la cama y se percata de que Jimin ya está dormido.
Se acuesta a su lado y lo mira dormir. Le gustaría abrazarlo, besarlo y tocarlo. Recuerda todos los momentos en que lo observó en el colegio y siempre se sintió invisible para él. Sus miradas jamás se cruzaron porque Jimin jamás lo miró. Se acerca un poco más y contempla sus carnosos y rosados labios, quiere probarlos. Está muy cerca, peligrosamente cerca, casi respirando sobre su cara.
Por un momento piensa que Jimin ha despertado, pero no, sólo se acomoda dándose vuelta, quedando expuesta su espalda. Los músculos de sus brazos y su espalda lo dejan sin aliento. Se acurruca al lado de Jimin y se duerme contemplándolo.
Al día siguiente, sin antes recorrer la cara y las partes del cuerpo de Jimin que las sábanas no alcanzan a cubrir, Jungkook se levanta sigilosamente para no despertarlo. Entra al baño para ducharse, mientras lo hace le gusta cantar.
La hermosa voz despierta a Jimin, quien, luego de lograr orientarse en el momento y lugar en que se encuentra, se levanta curioso y abre la puerta del baño. Entra cuidadosamente y se acerca a la ducha mientras su mirada examina detenidamente la silueta que se deja ver por el vidrio empavonado. Con cautela abre sólo un poco la mampara de la ducha. A través de la pequeña abertura puede apreciar el cuerpo desnudo, el hermoso cuerpo desnudo de Jungkook: alto y atlético. Le gusta mucho, de hecho, le fascina y no titubea en entrar a la ducha con él. Un asombrado Jungkook se gira completamente hacia Jimin revelando cada una de las partes de su cuerpo. Lo mira paralizado sin decir una palabra. Jimin se desnuda y se acerca sin dejar de mirarlo a los ojos. Sus cuerpos quedan a unos pocos centímetros de distancia, ahora Jimin mira su boca y lentamente entrelaza los dedos de sus manos en la nuca de Jungkook, el que repentinamente coloca las manos en la cintura de Jimin, luego las desliza hacia la parte posterior de su espalda y lo acerca hacia su cuerpo. Jimin comienza a acariciar su nuca y luego baja sus manos por la parte posterior de su cuello hacia los hombros y nuevamente vuelve al cuello. La respiración de Jungkook es agitada. Tocan sus labios con dulzura, saborean sus labios con un beso cálido. Al rato Jungkook se estremece al sentir la lengua de Jimin revoloteando dentro de su boca. Es la primera vez que besa a un hombre y lo disfruta, lo hace sentir bien, se siente libre. Jungkook coloca sus palmas por debajo del trasero de Jimin y lo levanta enérgicamente posicionando las piernas de su amante alrededor de su cintura. En ese momento siente la erección de Jimin, lo lleva a la habitación y se recuestan sobre la cama. Jimin queda de espalda y acaricia el pecho de Jungkook mientras se besan. Jungkook comienza a recorrer el cuerpo de Jimin con sus labios, con su lengua y con sus dientes también. Besa su cuello, su pecho, sus costillas, su abdomen, luego desde su cadera hasta su musculoso muslo. Mira a Jimin y vuelve a su boca. Esta vez los besos son apasionados, cada vez más húmedos. Jimin se detiene por un momento.
-Jungkook ¿Quieres que me voltee?
-Sí. - Su respuesta es decidida.
Después de amarse con pasión, ambos quedan tendidos en la cama mirando el cielo. Jimin se gira hacia Jungkook apoyándose sobre su pecho para acariciar su cabello. Deja caer su mano sobre la mejilla de su amante.
- Eres hermoso.
Jungkook nuevamente baja la mirada hacia los labios de Jimin. Aprieta los suyos y lo besa. Lo besa con ternura.
- Debo irme, lo siento, me gustaría quedarme así contigo todo el día, pero debo trabajar.
Jimin acaricia su mentón y le sonríe.
- Lo sé, no te preocupes, yo entiendo. Ve.
Jungkook quiere decirle que podrían verse más tarde, pero no lo hace. No le dice nada. Se levanta, se ducha y se viste rápidamente.
- Debo irme. Puedes comer lo que quieras o si quieres quedarte un rato más...
- Gracias, pero debo ir a la casa de mis padres en un rato.
- De acuerdo. Dame un beso. - Jungkook se acerca y se despide con ternura.
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