Capítulo 2: Salvando a la cabrita

Aioros es el mayor de dos hermanos, Aioros (19 años) y Aioria (18 años). Aioria recibió a Shaka antes que Aioros, y se ha convertido en su mejor amigo. Su familia es la segunda más rica de la comarca, su apellido es Andreatos.

***

POV Shion

En ese momento las lágrimas de Dohko aumentaron y solo pude abrazarlo para calmar su llanto, poco después escuche que llamaron la puerta y uno de los esclavos de mi padre dijo que mi amigo Aioros había llegado.

Shion: Dohko yo no puedo ayudarte pero se de alguien que sí, ven conmigo -bajamos a la sala principal y allí estaban mi padre hablando con el padre de Aioros y este estaba junto a su hermano y al esclavo de este- ¿qué haces aquí Aioros?

Aioros: Vengo a conocer a tu esclavo, tu padre dijo que te habías comprado uno, pues si que es guapo -dijo acercándose a Dohko- ¿cómo se llama Shion?

Shion: Se llama Dohko, Aioros, ¿podemos hablar en privado?

Aioros: Claro.

Shion: Dohko quédate aquí con Aioria y Shaka, tranquilo ahora vuelvo.

Aioros y yo nos fuimos a la cocina y ahí le conté lo de Shura, desde hace tiempo se que él buscaba a un esclavo y que Shura era perfecto para él, le conté como se puso Dohko antes en mi habitación y como se puso al escuchar al peliverde gritar desde aquella habitación.

Aioros: ¿Sabes que sitio es?

Shion: Sí, ese chico necesita ayuda ya.

Aioros: Vamos a hablar con nuestros padres.

Nos fuimos hacia la sala principal y tras decirle lo de Shura a nuestro padre nos fuimos hacia la sala donde estaban Aioria, Shaka y Dohko.

***

POV Narrador

Tras irse Shion a hablar con Aioros en privado, Dohko se sentó en silencio en una de las sillas de aquella pequeña sala.

Aioria: ¿Así qué tú eres el esclavo de Shion?

Dohko: Sí.

Aioria: Te ha obligado a hacer algo.

Dohko: No nada, todo lo contrario.

Shaka: Shion jamás hará nada que te moleste.

Dohko: ¿En serio?

Shaka: Sí, todos en esta familia son así.

Aioria: Lo último que van a hacerte daño, si en tu pasado te han hecho daño tranquilo que él jamás te hará nada.

Dohko: Gracias -poco después Shion y Aioros volvieron a la habitación y a Shion le sorprendió que Dohko se fue hacia él y le abrazó-.

POV Shion

Shion: Dohko, tranquilo ya estoy aquí -dije acariciándome el pelo-.

Aioros: Shion vamos, ya tengo el dinero.

Dohko: ¿A dónde vas?

Shion: Vamos a salvar a tu amigo.

Dohko: ¿De veras?

Shion: Si, pero quédate aquí, Aioria y Shaka te cuidaran.

Dohko: Pero yo quiero ir contigo -dijo cogiéndome del filo de mi túnica-.

Shion: Tranquilo, todo saldrá bien -tras cambiarme yo y Aioros nos montamos en un coche de caballos de mi padre de los pequeños y cogimos dirección al pueblo, al llegar allí aparcamos justo en la puerta y cuando íbamos a entrar escuchamos al dueño gritarle a alguien-.

Vendedor: Esta es la quinta vez que uno de mis clientes no te quiere -vimos como golpeó a Shura tirándolo al suelo, el peliverde solo tenía una pequeña falda (estilo a la ropa de los griegos) que tapaba su partes íntimas- si no llega a ser porque se llevó a Dohko sería el cuarto que se va con tan solo verte a ti.

Aioros: Voy a partirle la cara a ese cabrón.

Shion: Espera Aioros -dije parando sus pasos-.

Ayudante1: Jefe ¿por qué no lo matamos? Si tantos no lo han escogido, deberíamos matarle.

Shura: Por favor, no me mate, haré lo que tenga que hacer para que alguien me quiera, pero no me mate.

Vendedor: Llévatelo a la habitación y golpéalo con lo que quieras, pero no lo violes, si sobrevive lo dejaremos.

Ayudante1: De acuerdo -cogió a Shura como si fuera un muñeco de trapo y aunque este no podía caminar bien el otro le estiraba de sus cabellos-.

Aioros: Dime que ya podemos entrar.

Shion: Sí, vamos ya -entramos y aunque intenté parar a Aioros, este se fue directamente hacia el dueño de aquello-.

Aioros: Hola, vengo aquí porque mi amigo me ha dicho que aquí hay buenos esclavos mi nombre es Aioros.

Vendedor: Sí, se perfectamente quien es usted, su padre le compró hace poco aquí un esclavo a su hermano menor -a los segundos de eso el ayudante volvió al lado de su jefe- ¿Busca algo en especial?

Aioros: Mi amigo -dijo señalándome- dijo que vio a un chico de pelos verdes, Shura se llamaba ¿no Shion?

Ayudante1: Lo siento pero ese chico no está en venta -dijo con cierta chulería lo cual ví que cabreo a Aioros-.

Aioros: ¿Por qué?

Vendedor: A ese esclavo ya ha habido cinco personas que no lo han querido.

Aioros: Pues yo lo quiero -dijo poniéndole el dinero en la mesa- ahora.

Vendedor: Cla...claro, venga por aquí -nos llevo hasta la habitación donde vivos que el otro lo había metido- lamento mucho el estado en que se encuentra, es solo que mi ayudante le ha estado enseñando modales, por eso le haremos un descuento de un 20% -dijo a la vez que yo veía como seriamente mi amigo esperaba a que le soltaran las cadenas a Shura y le puso la chaqueta que llevaba puesta y lo cogió en brazos ya que el otro no respondía-.

Aioros: No quiero sus descuentos, me lo llevo.

Vendedor: Claro.

Aioros: Vamos Shion -salimos a la calle-.

Shion: ¿Está bien?

Aioros: Todavía respira, pero quiero llevármelo para mi casa y curarlo, te importa conducir tú.

Shion: Claro, tu protégelo.

Nos montamos en el coche de caballos y nos volvimos a mi casa. Al llegar allí, aunque Aioros sabía que Dohko quería estar con su amigo, le pidió a su padre irse para su casa y Dohko lo comprendió Shura necesitaba cuidados y yo le prometí que cuando Shura se recuperará iríamos a verle. Como ya iba llegando la noche sin yo pedírselo, Dohko le pidió ayuda a los mayordomos de mi padre para hacerme la comida.

Shion: Dohko no hacía falta.

Dohko: No Shion, quiero hacerlo, aparte de porque eres mi amo, es por cómo me has tratado y a que usted y su amigo habéis ayudado a Shura.

Padre: Puedes tutearnos Dohko.

Dohko: Lo siento señor, pero no me lo podría permitir.

Shion: Guau Dohko, esto está buenísimo.

Dohko: Me alegra que le guste.

Shion: Dohko -dije seriamente a lo cual vi que el ojiverde se paralizo-.

Dohko: ¿Qué?

Shion: Te ordeno que nos tutees.

Padre: Jajaja, habías asustado al pobre.

Shion: ¿Qué? Lo siento Dohko, no era mi intención asustarte.

Padre: Dohko, ¿te gusta la ropa?

Dohko: Si señor, me recuerda mucho a cuando yo vivía en china, muchísimas gracias.

Shion: Bueno padre, Dohko y yo nos retiramos a mis aposentos.

Padre: Claro, por otra cosa que necesitéis, solo decídmelo -subimos a mi habitación y ví que Dohko se quedo fijo en un sitio-.

Shion: Dohko, ven aquí -dije sentándome en la cama- esta cama es muy grande para mí solo.

Dohko: Pero Shion, yo debería de... -no le dejé terminar-.

Shion: Dohko, soy tu amo y te ordeno que te duermas conmigo, no voy a hacer nada te lo prometo.

Dohko: De acuerdo, pero Shion -dijo a la vez que su cara se iba sonrojando- que me pongo para dormir.

Shion: Voy a mirar, haber si tengo algo -poco después de ponerme a buscar un pijama que le pudiera valer encontré uno con aviente chino- ¿te vale ese?

Dohko: Voy a ponérmelo -comenzó a quitarse la ropa y aunque una parte de su cuerpo estaba vendado por las curas que le hice antes su piel morena mezclada con ese pelo castaño rojizo y esos preciosos ojos verdes, era guapísimo, poco después se lo puso- me queda un poco grande pero me puede servir.

Shion: Estás guapísimo Dohko.

Dohko: Y us...tú ¿qué ropa te vas a poner?

Shion: A si claro, vete acomodando mientras yo me visto -rápido me quite mi ropa y me puse un pijama, poco después me metí en la cama-.

Dohko: Muchísimas gracias por todo.

Shion: No Dohko, gracias a ti por aparecer en mi vida.

Dohko: ¿Le parece bien si me abrigo con usted para poder dormir?

Shion: Claro Dohko, ¿puedo hacerte una pregunta?

Dohko: Claro mi señor.

Shion: Siendo tú de China y Shura de España, ¿cómo que erais amigos?

Dohko: Nuestro antiguo dueño, nos golpeaba todos los días desde que apena teníamos los 6 años, cuando cumplimos los 17 se cansó de nosotros y nos entregó al dueño de esa tienda.

Shion: Alguna vez os ha violado.

Dohko: No, tanto yo como Shura somos virgen pero era raro el día que no nos golpeaba, nos escupía y nos trataba como mierda -dijo escondiendo la cabeza en mi cuello-.

Shion: No te preocupes Dohko, Aioros y yo os cuidaremos -dije abrazándolo de forma protectora-.

Dohko: Gracias -poco después de decirlo, este se quedó dormido-.

Continuará...

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