Será nuestro secreto.
Light abre la regadera y sin anestesia se pone debajo de ella, dejando que el agua le empape el cabello y ruede cuesta abajo por su cuerpo. Siempre ha sido alguien minucioso en cuanto a la higiene pero estas últimas semanas más que para asearse las ha tomado como un tiempo libre de cierto ojeroso. A decir verdad las peleas han disminuido con Elle pero estar atado a quien sea por tanto tiempo puede ser extenuante, sobre todo si te besaste con esa persona hace unos días. Si bien antes se sintió confundido y un poco ofendido que Lawliet hubiera actuado como si nada luego de lo de las duchas, está vez ha sido él quien no ha querido tocar el tema. Por una parte se siente más tranquilo, desde hace mucho ha tenido la curiosidad sobre besar a algún chico. Se podría describir como un antojo, piensas en él la mayor parte del tiempo y cuando al fin puedes degustar dicho antojo tienes tres posibles resultados: te gusta y quedas satisfecho, te gusta y quieres más o simplemente no fue lo esperabas. En su caso se siente satisfecho, pudo quitarse la espinita sobre lo que es besar a un chico, el problema es que ese chico es Elle Lawliet y eso lo vuelve incómodo.
Sale del baño con una toalla blanca enrollada alrededor de la cintura, Elle está sentado en la cama, ya vestido y con uno de los extremos de la cadena atado a la muñeca.
—Como te tardas, Yagami. —Suspira, haciendo un gesto de aburrimiento.
—A diferencia tuya, yo si uso jabón al bañarme y no solo agua. —Camina hacia el ropero para elegir un atuendo.
—¿Alguna vez te has duchado conmigo para saber cómo me baño? —enarca una ceja, sonriendo de lado— ¿Sabes qué? No importa, no voy a pelear porque no hemos ni desayunado. Además no quiero arruinar este momento... —Usa un tono de voz más grave mientras lo recorre con los ojos de pies a cabeza, prestando mayor atención al torso desnudo.
Light no pasa desapercibida dicha mirada, sin embargo en lugar de cohibirse, pone los ojos en blanco antes de darle la espalda. Quizá el haber alimentado su curiosidad al besarlo hizo que toda esa ansiedad hacia lo desconocido descendiera, razón por la cual ya no siente el extraño cosquilleo cada que Lawliet le dice o hace algo, o tal vez lleva tanto tiempo pegado a él que esos comentarios ya no le sorprenden.
En todo caso el sorprendido es Elle, él también ha notado que Light ya no se pone a temblar como una gelatina con sus atrevimientos. No debería importarle, después de todo el vídeo ya lo tiene Mello, pero le parecía divertido poner nervioso al castaño y él no estarlo logrando se vuelve un reto.
Tocan la puerta de pronto, justo cuando Light terminaba de abrocharse el pantalón.
—¿Ya están listos? —Pregunta Sachiko asomando la cabeza con una gran sonrisa. Es sábado y desde ayer les pidió que se levantaran temprano porque les tenía una sorpresa— Elle, ya que mi hijo de alguna forma te convenció para que pasaras estas dos semanas aquí y no te ha tratado del todo bien —termina de entrar a la habitación mientras señala con reproche el colchón que está en el suelo—, planeamos una salida para que se distraigan de todo esto —junta las manos aplaudiendo emocionada—. ¡Iremos a la playa! —Exclama, levantando los brazos.
Light pone los ojos en blanco con disimulo, está claro que el lugar lo eligieron porque a ELLA le gusta.
—Mamá, pero yo no tengo bañador, recuerda que cierto engendro —hace énfasis en la palabra al ver a Sayu asomando la cabeza— me rompió los míos en una rabieta provocada por una de las visitas de Andrés.
La joven le saca la lengua a su hermano, haciéndole una mueca de fastidio.
—Y yo... agradezco mucho la intención señora, Yagami —Elle se rasca la nuca nervioso. A él le gusta la playa pero a su piel no a menos que esté bañado en bloqueador solar—, es solo que yo tampoco tengo un bañador.
—¿Y quien dijo que debían tener? —aún sonriente se lleva las manos a los bolsillos de sus shorts holgados, sacando unas gafas oscuras, las cuales se pone con estilo— Vamos a comprarles uno.
Light suspira mientras camina hacia la cama, donde se deja caer a un lado de Elle para tomar el extremo vacío de la cadena, después de todo tienen que seguir atados.
oOo
Teru aprieta los labios cuando la llamada es de nuevo dirigida al buzón de voz. Se deja ir de espaldas sobre el colchón, pensativo. Lleva toda la mañana escribiéndole y llamándole a Light sin recibir ninguna respuesta. Ya sabe que los sábados no puede contar con Misa, además no es como que tenga muchas ganas de salir con una chica tan ruidosa, pero esperaba hacer algo con su mejor amigo. Rueda sobre la cama, haciéndose un ovillo mientras sujeta el celular con ambas manos para mandarle otro mensaje al castaño, intentando reprimir en todo momento la idea de que le están quitando a su mejor amigo. De pronto se detiene, tras abrir por error los contactos el nombre de Nate aparece en la pantalla, intercambiaron números hace unos días y había olvidado que lo tenía. No son los grandes amigos pero tal vez...
Se arma de valor y presiona el botón mientras se incorpora a la vez que se aclara la garganta.
—¿Hola? —Como es usual, la voz de Near no denota algún tipo de emoción pese a que en el fondo se escucha de todo: tiroteo, persecución policial, gritos y risas.
—Nate, soy Teru... Uhm, ¿cómo estás?
—Bien.
—Ya... Uhm, ¿y qué haces?
—Viendo a Mello y Matt jugar.
—Querrás decir jugando con ellos.
—No, viéndolos jugar.
—¿¡Quien rayos es, enano!? —Farfulla Mihael sin apartar la mirada de la pantalla y sin soltar el control.
—Es Teru. —Responde apacible sentado en el suelo con las piernas flexionadas.
—¿¡Y qué quiere ese cuatro ojos!?
Esta vez Nate se queda callado porque no tiene una respuesta, por lo que Mikami procede.
—Bueno, supongo que están ocupados y... —guarda silencio, recordando el motivo principal de la llamada: no pasar solo este sábado— y.... ¿no quisieran venir a mi casa? Ellos pueden jugar mientras nosotros vemos porque yo no soy fan de los videojuegos.
—Nos invita a su casa.
—¿¡A su casa!? —Matt pausa el juego y voltea a ver a Near incrédulo.
—¿¡Y nosotros por qué quisiéramos ir a su casa!? —Agrega Mello.
—Ponme en altavoz. —Pide Teru.
—Ya.
—Pensaba que les gustaría jugar aquí, en mi habitación tengo una pantalla que cubre casi la pared completa.
Esas palabras son suficientes para que los ojitos de Matt brillen y asienta frenético. Sin embargo Mihael es más difícil de convencer según él.
—Eso no es suficiente —frunce el ceño mientras se ata el cabello con una liga que andaba en la muñeca— Dime... ¿tienes chocolate?
—Uhm, sí... mi padre guarda en un cajón chocolates de diferentes países de las veces que...
—Hecho. —Interrumpe el rubio, el resto de la historia no le importa— Mándanos tu ubicación y salimos para allá cuando terminemos esta partida.
Finalizan la llamada y Teru le manda la ubicación a Near como acordaron. Sonríe, tal vez no es lo que tenía en mente pero la idea no le desagrada. Ahora solo debe ir a pedirle a su nana que le haga el favor de prepararle unos aperitivos mientras él ordena un poco su habitación, no es que sea desordenado pero todo debe estar impecable para recibirlos.
oOo
Si hay algo que Sayu ame más que al actor Hideki Ryuga es molestar a su hermano. Durante todo el trayecto vino cantando porque sabe que eso le pone los nervios de punta, ¿cómo no hacerlo si ella es la que va en medio y Light tuvo que soportar sus alaridos casi en el oído? Para suerte de ella tenia el apoyo de sus padres, su mamá va tan emocionada con el viaje que cantaba junto a ella y su padre feliz de ver a su reina y a su princesa disfrutando le subía más a la radio. No es de extrañarse que para cuando llegan Light tiene una cara de odiar a todos.
—Está bonito, ¿verdad? —Comenta Sachiko tras bajarse del auto y sosteniéndose su amplio sombrero de mimbre para que el viento no se lo lleve.
Están en el parqueo de un club de playa sencillo pero bonito, con algunas cuantas piscinas, camas balinesas, ranchos, palmeras y un edificio que resguarda las habitaciones.
—Creo que primero hay que ir a registrarnos a recepción. —Dice Soichiro tras activar el seguro del carro.
Todos comienzan a seguir al jefe de la casa, quedándose los jóvenes encadenados hasta atrás.
—Se ve que eres el alma de la fiesta. —Murmura Lawliet, llevándose las manos a los bolsillos traseros.
—Trata que una niña de trece años te venga gritando casi en el oído por un viaje de dos horas y veamos como no te entran ganas de asesinar a alguien. —Responde con fastidio, cruzándose de brazos.
—Para eso existen estas cosas. —Se saca del pantalón un par de taponcitos de goma para oídos. Light pone los ojos en blanco.
—Tampoco es que me emocione venir contigo.
—Uy pues que...
—Chicos, no olviden ponerse protector solar —interrumpe Sachiko luego que Soichiro le pidiera que se adelanten mientras él hace el resto en recepción— hasta donde recuerdo aquellos son los baños —señala a un costado donde hay un par de chozas— yo los estaré esperando por acá —señala al lado contrario, en dirección a unas camas balinesas alineadas sobre la arena—, aquí está el protector solar y... Light, bebé, por favor ponle suficiente protector a Elle en la espalda. —Indica entregándoles el bote. Habló con Watari y él le comentó que su nieto se quema con facilidad.
—Sí, Light, bebé —murmura Elle con una sonrisa ladina cuando sabe que se han alejado lo suficiente—, asegúrate de tallarme bien la espalda.
—No estoy de humor para tus comentarios, Lawliet. —Resopla y acelera el paso.
El pelinegro se ve obligado a seguirle el ritmo debido a la cadena, pero se siente confundido porque sus palabras ya no tienen el mismo efecto que antes. Se convence que el problema es porque tienen una plática pendiente y la hostilidad de Light es su forma de evadir el tema. Y si así fuera, ¿a él qué? No debería importarle la reacción del castaño, después de todo no es como si realmente quisiera enamorarlo, Mello ya tiene lo que quería. Sin embargo si le importa y mucho no estar recibiendo la atención que quiere.
oOo
Quizá no debió invertir tanto tiempo en aspirar la alfombra. Su nana tardó más en preparar esos canapé que en las migajas de éstos terminaran en el suelo. Al menos cree estarla pasando bien, no entiende nada de lo que está ocurriendo en la pantalla ni cual es el objetivo de un juego tan violento pero los efectos especiales son algo digno de admirar.
—... y entonces Ivan el terrible mató a su propio hijo en un arranque de furia. —Murmura Nate, tomando una sola palomita del amplio tazón que han colocado en el suelo en medio de ambos.
—¿Y vas a escribir sobre él en tu ensayo? —Pregunta Teru, estirando una pierna y acercando la mano al tazón. Ellos están a unos cuantos metros detrás de los otros dos, quienes también sentados en el suelo continúan enviciados en la pantalla mientras de vez en cuando toman lo que sea de las bandejas que tienen cerca.
—No, solo me pareció una historia interesante. —Encoge los hombros, sin inmutarse por los repentinos sonidos altos provenientes del videojuego.
—Lo es, pero de nuevo tiene que ver con sangre y muerte. ¿Hay algo que te interese que no sean humanos desmembrados? —Pese a lo alarmante de la pregunta, Teru se muestra apacible. De alguna forma está disfrutando la plática.
—Uhm... —comienza a jugar con un mechón de su cabello, pensativo— ¿crees en la reencarnación?
—No, o al menos espero que no exista. ¿Quién quisiera vivir una y otra vez?
—¿Nunca escuchaste de las hermanas Pollock? —Voltea a verlo con sus enormes ojos brillando un poco, viendo la oportunidad de contar otra de sus historias favoritas.
—¿Y ustedes de que tanto hablan? —Interrumpe Mello con el ceño fruncido mientras en sus pupilas dilatadas se reflejan cada escena mostrada en la pantalla.
—Cosas. —Responde Nate.
—Oye, Teru, gracias por habernos invitado. Es una pasada jugar frente a un tele tan grande —Dice Matt poniendo pausa al videojuego tras ganar la última ronda.
—¿Que no es obvio que nos invitó porque su bestie ya lo reemplazó? —Mihael enarca una ceja mientras toma el último aperitivo de la bandeja para luego sacudirse las manos, dejando caer más migajas en la alfombra.
—Oh... bueno, te puedes juntar con nosotros —Matt da media vuelta sobre su trasero para tener de frente al par que no han hecho más que verlos jugar todo el día—, nosotros somos más cool, él siempre te trató como su perrito faldero.
—¿Qué? —Teru forma un gesto de incredulidad e indignación al instante, gesto que no pasa desapercibido para el pelirrojo.
—Es... es lo que Mello siempre dice. —Agrega balbuceando, señalando a su amigo, quien se lleva una mano al pecho al saberse traicionado por alguien que consideraba como a un hermano.
—Con nosotros no tienes que fingir —el rubio ríe queriendo mermar la tensión y a la vez quizá sacarle información—, si te cae mal nos puedes decir en confianza, ninguno te juzgaría porque se sabe que Light es una horrible persona.
—No lo conoces. —Es tajante mientras lo mira directo a los ojos.
—Bueno, tampoco es para que te ofendas —agita una mano de arriba a abajo mientras Matt y Near los miran sin atreverse a mover un músculo—. Solo lo dije porque es lo que se ve desde afuera, parece ser alguien con un temperamento poco amigable pero si tú dices que no, entonces no.
—¿Sabes, Mihael? Tú tampoco tienes el temperamento más amigable como para criticar el de alguien más —Teru sonríe de lado y se cruza de brazos—. ¿No será que más bien le tienes envidia? Porque a pesar que Light es "horrible" como dices —forma las comillas en el aire, sin apartarle la mirada—, él si es querido y respetado por la mayoría en el colegio, ¿y tú?
—¿¡Y quien tiene hambre!? —Interrumpe Matt alzando la voz más de lo necesario mientras desdobla las piernas para caminar de rodillas hasta situarse en medio de esos dos— Nate, ¿por qué no nos cuentas una de tus historias?
—¿Yo? —El más pequeño se señala a sí mismo con el índice al mismo tiempo que su mente intenta pensar en algo. Todos sus sentidos estaban enfocados en el chisme— Uhm, pues...
—Mihael... —Dice Teru tras un suspiro, la adrenalina descendiendo de prisa— No debí decir lo que dije —Matt y Near voltean a verlo, sorprendidos por el arrepentimiento tan pronto—. Light es mi mejor amigo y lo voy a defender siempre, pero no justifica lo que te dije. No quisiera que exista un conflicto entre nosotros porque no soy partidario de ellos, ¿me perdonas? —Al decir lo último, extiende un brazo ofreciéndole su mano.
La habitación se queda en silencio unos segundos hasta que Matt, cubriendose un poco la boca, le susurra al rubio un «dale la mano, idiota», porque él no quiere perderse de seguir jugando frente a un televisor tan grande por culpa de su amigo.
Mihael gruñe al mismo tiempo que choca los cinco de mala gana antes de darle la espalda.
Teru no pretende iniciar una amistad con el rubio, lo hizo porque era lo correcto pero también porque sabía que si Mello se enojaba y se iba, se irían los otros dos y él honestamente desea continuar la tarde escuchando las historias de Nate, que aunque muchos lo tilden de extraño, a él le parece interesante.
Mihael por su parte retoma el videojuego con Matt tras haber aceptado las disculpas, pero sabe que no fueron del todo sinceras. De todas formas él no iba a dejar la oportunidad de seguir jugando con comida gratis por un pleito, además las palabras de Teru lo motivan más a publicar el vídeo que tiene guardado en su celular, aún tiene que esperar hasta que el castigo termine por la seguridad física de Elle, pero una vez eso suceda, verán si Light será igual de querido y respetado por todos cuando vean que es gay.
oOo
A Elle le divierte ver lo mucho que Sayu molesta a Light, sería su aliada perfecta. Sin embargo debe reconocer que hoy la niña ha estado más insufrible de lo normal. No solo le ha llenado de arena el bañador unas cuatro veces, sino que también llenó el cabello de Light de bloqueador solar por "accidente", le batió el refresco con soda antes de dárselo y también le salpicó agua de mar en los ojos a manera de juego. Light ha respondido a cada ataque pero de una forma más controlada, quizá porque después de todo es el mayor.
Por eso cuando Sayu dijo querer ir a la playa, él decidió quedarse cerca de los camastros con sus padres, sentados en la arena sobre una manta. Elle no se quejó de la decisión de Light, almorzaron hace poco pero la señora Yagami dijo que había llevado unos postres. Si quieren mantenerlo entretenido y callado, ponganle enfrente pasteles y galletitas y con eso él es feliz.
—Parece que ya se están llevando mejor. —Comenta Soichiro desde la cama, hincado en el colchón mientras le hace un masaje en los hombros a su esposa sentada frente a él.
—¿De qué hablas? Hoy ha andado más insoportable de lo normal —responde Light con notable fastidio—. ¿Están seguros que ya es muy tarde para darla en adopción?
—Hablaba de ustedes dos, de Elle y tú. —Indica el hombre, frunciendo un poco el ceño.
—Oh... —el castaño voltea hacia Lawliet, quien en una mano tiene un pastel de fresa y en la otra un bote de crema batida. Le da una mordida amplia al pastel y luego se atiborra la boca de crema una y otra vez— Es... digamos que es menos detestable cuando está callado.
Light suspira viendo al horizonte. La sombrilla clavada en la arena los protege del sol y la brisa es relajante. Tal vez estos minutos de calma eran los que necesitaba para estar de mejor humor, su hermana es un dolor de muela cuando se lo propone. Puede decir que la detesta, que la prefiere lejos y que su vida sería más fácil sin ella, sin embargo cuando la ve salir del mar llorando y quejándose de dolor es el primero en alarmarse.
—¡Sayu! —Se pone de pie como un resorte y de inmediato corre hacia ella, jalando a Elle en contra de su voluntad y provocando que un pobre pastel de fresa termine en la arena.
—Mi... Mi... ¡Oye, que no se te olvide que seguimos atados! —Farfulla Lawliet, moviendo las piernas solo por inercia para no caer.
Light ignora las quejas del otro y solo se detiene al llegar hasta su hermana.
—¿¡Estás bien!? ¿¡Qué te pasó!?
—Algo me picó... —Se queja la niña tallandose con el puño los ojos mientras con la otra mano se toca la rodilla.
El castaño la revisa pero a simple vista no ve nada, aún así no duda en cargarla así como ella no duda en rodear el cuello de su hermano con los brazos mientras continua llorando. Elle mientras tanto sigue mascullando por lo bajo, sobre todo al pasar al lado de su exquisito pastel de fresa lleno de arena.
—Dice que le picó algo. —Explica el castaño cuando llegan a los camastros, colocándola al lado de sus padres.
—Déjame ver, amor. —Sachiko le aparta la mano de la rodilla pero tampoco ve nada, así que le lanza una miradita a su esposo.
Ninguno de los dos se muestra preocupado, están al tanto del par de hijos que han procreado, dramáticos hasta la médula. No obstante, saben que minimizar lo que les pasa no es la solución.
—Tu padre y yo iremos a la habitación para revisar bien a tu hermana —explica Sachiko mientras Soichiro levanta a su hija en brazos—, quizá descansemos un rato pero ustedes no se preocupen, quédense y diviertanse, ¿de acuerdo?
No es como si tuvieran otra opción, por lo que ambos adolescentes asienten.
—¿Y qué hacemos? —Pregunta Elle una vez que los Yagami están lo suficientemente lejos.
—Jugar al que hable primero pierde. —Propone, dejándose caer sobre la cama balinesa y flexionando un brazo para usarlo de almohada.
El pelinegro también se trepa al colchón, solo que en su caso peffiere mantenerse sentado.
—Oye... —se rasca la nuca, sin saber cómo decir lo que tiene en mente. Luego de haber superado la muerte de su pastel, se dio cuenta de lo que acababa de pasar frente a sus ojos— no espere que reaccionaras así por ella...
—Es un engendro del mal, pero es mi hermanita. —Encoge los hombros, como si no fuera gran cosa.
—Aún así, no lo esperaba viniendo de ti...
—¿Y qué idea tienes de mí? —Enarca una ceja mientras lo ve de reojo— ¿Que como niños y sacrifico virgenes?
—Peor.
Light ríe incrédulo a la vez que menea la cabeza, luego ambos se quedan en silencio hasta que Elle decide traer el otro tema que ronda por su cabeza.
—Creo que deberíamos hablar del elefante rosa en la habitación.
—¿El qué? —Frunce el ceño, confundido.
—Del beso.
—Oh... —sus facciones se destensan y aparta la mirada— Creo que te debe haber quedado claro algo sobre mí...
—¿Que eres gay?
—Ajá...y nunca se lo he dicho a nadie. Nadie aparte de ti lo sabe y te agradecería si se mantiene como un secreto.
—¿Estás consciente de a quien se lo estás pidiendo? Yo tengo motivos de sobra para echarte de cabeza.
—Lo sé, créeme que lo he pensado desde entonces... —Suspira con la vista puesta en el techo de tela del camastro.
—¿Y entonces por qué me besaste justamente a mí?
—¡Porque tú empezaste! —Alza la voz un poco al mismo tiempo que se incorpora hasta quedar sentado frente al otro— No creas que voy por ahí queriéndote besar justamente a tí, es solo que... es... Uhm... —se muerde los labios, desviando la mirada— te lo digo si me prometes que mantendrás el secreto. De todo.
—Como si ganara algo con decir que eres gay de closet. —Responde poniendo los ojos en blanco mientras alza el meñique. Light entrelaza su dedo, sellando así la promesa.
—Pues... te besé por el simple hecho de que eres chico... ya sabes, curiosidad... —murmura, agachando un poco la cabeza para ocultar su vergüenza.
—¿Quiere decir que me usaste? —Se lleva una mano al pecho de forma cómica, sin embargo sí hay un poco de dolor en su reproche.
—No te queda hacerte el ofendido cuando tú empezaste, ¿olvidas todos los comentarios que me hacías? ¿Lo de las duchas? —entrecierra los ojos, enumerando con los dedos de la mano— Mejor tú dime: ¿por qué lo hacías? ¿Vas por la vida acosando a la gente?
—Solo a ti. —Responde encogiendo los hombros como si nada, provocando que Light se sonroje de inmediato. Una reacción que a Elle le encanta provocar— Meh, ya intuía que eras gay de closet y solo quería saber hasta donde podías llegar.
—¿Se me nota? —Pregunta un poco preocupado.
—No, como dije, lo intuía. Y mi intuición trajo su recompensa, fui tu primer beso.
El castaño abre los labios, balbucea y luego ríe. —¿Quién dijo que fuiste el primero? —Continúa riendo, intentando mantener su orgullo.
—Ay, por favor, fue obvio si me golpeaste con los dientes y no sabías usar la lengua.
—¡Claro que no fue así! —Asegura, esta vez indignado.
—Sí fue así —responde con calma—. Lo bueno es que me puedes usar para seguir practicando.
—¿Que...? —Su quijada cae, no esperaba esa respuesta.
—Si será nuestro secreto al menos sácale provecho.
—Estás loco... —Ríe por lo bajo mientras menea la cabeza, no obstante la idea le provoca un cosquilleo, no porque se trate de Elle sino más bien por seguir experimentado algo que le llama tanto la atención.
—Hablo en serio, Light. El beso de aquel día no significó nada para ninguno, no somos amigos, creo que ya no me caes tan mal pero dudo que me caigas bien, solo serán unos besos con alguien a quien por desgracia estás atado.
—Y... —carraspea la garganta, agachando la cabeza por un segundo— ¿me prometes que nadie lo sabrá?
Elle levanta la palma en son de juramento a pesar que Mello tiene el vídeo de la otra vez. No tiene su celular cerca como para enviarle un mensaje, tiene puesto nada más un bañador, su teléfono quedó en la mochila. Le escribirá cuando vayan al hotel, no porque quiera cuidar la reputación de Light sino porque una promesa es una promesa y él ya la hizo dos veces.
—Te lo prometo. Es más, por allá me pareció ver un par de rocas enormes en las que nos podríamos ocultar. —Señala con su índice a un costado mientras estira el cuello para ver si desde su posición las vislumbra.
—¿Có-Cómo...? —Balbucea con los ojos muy abiertos— O sea, ¿ya?
Elle encoge los hombros. —Pues sí, estamos solos y no hay mucho que hacer. Anda, vamos. —Se pone de pie, tirando de la cadena, esta vez son las piernas de Light las que reaccionan solo por inercia.
Querer besar al chico que ni te agrada tanto no tiene ningún sentido, sin embargo Lawliet espera que esas malditas rocas estén donde recuerda haberlas visto.
—¡Sí! —Celebra el pelinegro haciendo puño las manos al verlas a lo lejos— ¡Camina más rápido, Yagami! —Dice, comenzando a correr.
Por fortuna los alrededores están bastante vacíos, por lo que suponen que nadie los ve esconderse ahí, aunque con las hormonas revueltas tampoco es algo en lo que piensen mucho. De inmediato Elle arrincona a Light contra una grieta, sin empujarlo demasiado para que la rocosidad no lo lastime.
—¿Sabes? Ya no estoy tan seguro de esto —el castaño pone las manos sobre los hombros del otro, queriendo mantener una distancia que peligrosamente está desapareciendo—. Mis padres podrían volver y nosotros...
Elle lo besa para callarlo y al separarse es testigo de cómo ese rostro se va tornando rojo. Dicha reacción alimenta su ego luego de varios días sin haber podido provocarlo.
—Así está mejor... —Le dice muy cerca mientras sonríe de lado. Aprovecha la inmovilidad del otro para separarle un poco las piernas con una de las suyas— Necesito que entre abras los labios y los muevas al ritmo de los míos, y de a poco ve integrando tu lengua.
—No trates de explicarme como si besar fuera lo más difícil del mundo. —Responde en un intento de mantener la poca dignidad que le queda.
—Entonces, cierra los ojos... —Susurra, sonriendo con más amplitud mientras le enmarca el rostro.
Light traga saliva disimuladamente y aunque está nervioso, comienza a cerrar los ojos despacio. A diferencia de la otra vez, en esta ocasión Elle no se burla, en cambio se acerca por completo y roza esos labios entreabiertos.
Lawliet lo hace despacio, degustando la timidez de Light. A pesar de haber dicho que la primera vez fue horrible, solo fue una pequeña mentira, el castaño no lo hace nada mal pese a la inexperiencia. Quizá el saber que están haciendo algo a escondidas, el lugar o que sean precisamente ellos dos hace que el contacto vaya escalando, siendo Elle en dar el primer paso. El pelinegro lleva las manos a la cintura del otro, jalandolo más hacia él para que sus cuerpos se rocen, Light no se queda atrás mientras le rodea el cuello con ambos brazos al mismo tiempo que abre un poco más los labios, buscando tomar un poco de aire sin interrumpir el beso.
La fricción dura más de lo esperado hasta que la falta de aire los obliga a separarse jadeando.
—Creo que... —murmura Light respirando agitado, sus iría moviéndose erráticos mientras aún rodeando el cuello del otro— ...deberíamos regresar...
—Sí... —Responde Elle también jadeando, sus mejillas mostrando un leve tono rojizo.
Se separan despacio sin apartarse la mirada. Esperan a que la respiración de ambos se normalice para regresar. El problema es que Elle siente cierta tensión en la entrepierna que le dificulta el caminar. Por curiosidad voltea de reojo hacia esa zona en Light, aunque el castaño va muy callado y levemente sonrojado, no se ve ni una carpa en su bañador, cosa que lo ofende. Duda mucho que sea algo relacionado al tamaño, por más pequeña que la tuviera se notaría algo, pero no es así, ¿acaso no provocó nada en Light con su beso? ¿Cómo es posible que él vaya empalmado y caminando extraño sin haber logrado lo mismo en el contrario?
—Esto se siente como a the walk of shame... —Comenta Light en un intento de hacer menos incómodo el momento, aunque con ese comentario provoca todo lo contrario por lo que implica.
Por fortuna una pelota de volleyball cae en medio de ellos mientras caminan y un muchacho se acerca corriendo, rompiendo la burbuja de vergüenza que los rodeaba.
—Perdón, perdón —dice el chico de cabello rubio y recortado luego de haber recogido la pelota—. ¿Los golpeé? —Pregunta mostrando una linda sonrisa.
—No, no, no nos golpeaste... —Responde Light entre balbuceos, viendo al muchacho de pies a cabeza disimuladamente, un gesto que no pasa desapercibido para Elle.
El pelinegro no puede evitar arrugar la nariz en señal de asco al ver al chico, ¿qué tiene de especial? Los guapos están pasados de moda, y el bronceado como muestra de llevar tiempo en la playa puede lucir bien pero de seguro no es saludable.
—¿No te gustaría jugar con nosotros? —Pregunta, dirigiéndose solamente a Light, como si Elle no existiera.
—Me encantaría pero... —levanta la mano, mostrando la cadena en su muñeca— creo que no es tan fácil. —Sonríe embobado, sin poder apartar la mirada de esos ojos azules.
—Es una lástima —suspira, atreviéndose a ponerle una mano en el brazo—, me hubiera encantado tener a un chico tan lindo en mi equipo.
Tras ese comentario, Elle de inmediato comienza a aclararse la garganta de forma escandalosa.
—Lo siento pero por si no te has dado cuenta, somos novios —dice Lawliet, dando un paso hacia adelante. Light no puede evitar formar un gesto de sorpresa al voltear a verlo— Y cómo te habrás fijado —levanta y mueve la muñeca, haciendo tintinear la cadena—, tenemos gustos muy peculiares.
Sin despedirse, el pelinegro retoma el andar, jalando de la cadena.
—¿Por qué hiciste eso? —Reclama Light entre dientes tras alejarse unos cuantos pasos.
—Porque tú me dijiste que debía ser un secreto. —Responde sin ralentizar los pasos.
—Sí, y pensé que tú me apoyarías, que si me ligaba a ese chico tan lindo tú me guardarías el secreto. Nunca he tenido novio y... no sé, te repito, me da curiosidad...
—¿Y si tus padres volvían? —Elle se detiene y da media vuelta, quedando frente a Light. El problema en la entrepierna desaparecido casi por completo.
—Ellos estarían hasta allá —señala con el índice las camas balinesas que se ven a lo lejos—, además tampoco es que me iba a morrear con él en medio de la playa, solo... ya sabes... coquetear, quizá... —Se encoge de hombros, mordiéndose el labio. Elle pone los ojos en blanco.
—Es un completo desconocido, Yagami. —Vuelve a dar la vuelta, retomando el camino.
—De qué sirve que sepas mi secreto —resopla frustrado— si ni así puedo ser yo mismo.
—¿Y qué eres? ¿Alguien que va por la vida coqueteando con el primero que se le pone en frente? —Pregunta viéndolo de reojo con el ceño fruncido.
—Eres imposible... —pone los ojos en blanco— Al menos déjame verlo una vez más. —Voltea sobre su hombro, suspirando al ver al chico de perfecto bronceado saltando para pegarle a la pelota.
Como respuesta, Elle vuelve a tirar de la cadena.
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