Ideas de medianoche
La tensión en el aire es palpable y por largo rato solo se escucha el tintineo de una cucharita chocando contra la porcelana de una taza.
—¿Y bien? —Es Soichiro quien rompe el silencio tras darle un sorbo a su café.
—No fue mi culpa. —Murmura Light cabizbajo pero levantando la mirada y clavándola en cierto ojeroso.
—No pregunté de quién era la culpa.
Lawliet no duda en reírse por la respuesta del señor Yagami y por ver al castaño más rojo que un tomate debido a la vergüenza.
—¿Acaso te han contado un chiste, Elle? —Reprende Watari tomando la pequeña taza de forma grácil antes de llevarla hasta sus labios.
Esta vez es el pelinegro quien se pone rojo como un tomate y Light debe reprimir la urgencia de carcajearse para no correr con la misma suerte.
Soichiro, Sachiko y Watari estaban al tanto de los problemas que ese par estaba presentado en el instituto, y la directora les comentó de este plan que de verdad ninguno pensaba, ni la directora misma, que sería necesario. No están decepcionados, al final solo fueron travesuras de un par de críos, sin embargo les parece importante enseñarles a reconocer las faltas. Es por eso que ambas familias decidieron reunirse en una cafetería después de clases; Soichiro, Sachiko y Light de un lado y Elle con su abuelo al lado contrario mientras por debajo de la mesa una cadena conecta las muñecas de ambos adolescentes.
—Light... —Murmura Sachiko, invitando a su hijo a dar el primer paso.
El aludido rechina los dientes, ¿por qué él y no Elle? No obstante, desobedecerlos frente al señor Watari podría resultar en un castigo peor.
—Lo... —agacha la cabeza, mordiéndose los labios mientras siente la garganta cerrada— Lo siento...
Lawliet sonríe con malicia, una sonrisa que es borrada con un puntapié por debajo de la mesa.
—¡Auch!
—¿Todo bien? —Pregunta Soichiro, enarcando una ceja.
—No, es...
—Tu turno. —Interrumpe Watari, dándole unas palmadas en el hombro a su nieto.
El pelinegro le lanza una mirada furiosa a Light, no entiende cómo los Yagami pueden estar tan tranquilos sin darse cuenta que tienen al mismísimo satanás a la par.
—De hecho yo también acabo de sentirlo —dice, sin apartar la mirada de esos ojos miel—. Lo siento muuuuchísmo. —Su intención es devolverle el gesto pero su pie solo golpea al aire. Light ya había previsto que intentaría lo mismo así que decidió cruzar una pierna y echar la otra hacia un lado, por supuesto que todo esto con una sonrisa retadora.
—Bien, vamos a pretender que esto fue solo un tropiezo —Soichiro empuja la taza vacía hacia el centro de la mesa—, y que ustedes son un par de adolescentes inteligentes y maduros.
—Por eso pagaremos la cuenta y los dejaremos a solas para que ustedes decidan a la casa de quien se irán esta tarde —agrega Sachiko—. Es un mes completo así que deben decidir si pasarán en la casa de solo uno, si se van a turnar por días o semanas, todo eso lo dejamos en sus manos, ¿entendido?
—Y cuando hayan decidido, mándennos un mensaje, por favor. —Pide Watari de forma apacible mientras se limpia la comisura de los labios con una servilleta.
Una vez solos, ninguno duda en adoptar una pose de superioridad, brazos cruzados y mentón levemente arriba.
—Dormiremos en mi casa. —Sentencia Light sin apartarle la mirada.
—¿No escuchaste? La decisión es de ambos, no solo tuya Yagami, ¿qué te hace creer que tú puedes decidir?
—Hasta donde sé tu cumpleaños es el treinta y uno de octubre, por lo que actualmente tienes diecisiete, ¿sabes que significa eso? Que soy mayor y el mayor decide.
—Parece que me estuviste stalkeando, me halagas.
Light pone los ojos en blanco. —Hay un pizarrón enorme al fondo del salón con el cumpleaños de todos, tampoco te creas tan importante.
—Y entre tantos cumpleaños te fijaste en el mío. —Sonríe de lado, disfrutando de hacerlo rabiar.
—Como sea, hoy es mi cumpleaños así que yo decido.
—Touché —asiente con la cabeza, llevándose un par de dedos al mentón—. Esta bien, te daré el gusto por ser tu cumpleaños pero luego nos tendremos que poner de acuerdo porque yo no me la pasaré solo en tu casa, no vaya a ser que lo presumido, ególatra y narcisista se me pegue.
—Ni yo en la tuya, aspiro a seguir luciendo como una persona normal para el final del mes y no como un vagabundo.
—Pues este vagabundo logró entrar al instituto Daikoku aún cuando las clases ya habían empezado —dice mientras se ponen de pie para ponerse en marcha—, ¿y adivina qué? Por este vagabundo has dejado de ser el primer lugar en la clase. —Elle sonríe de nuevo, llevándose la mano a los bolsillos.
Light rechina los dientes y sin dudarlo tira de la cadena, provocando que el otro tropiece.
oOo
Hacen el recorrido en silencio, es una dicha que la cafetería no esté muy lejos, así no deben soportar por tanto tiempo la incomodidad de caminar por las calles encadenados.
Tan pronto como abren la puerta, son recibidos por una explosión de serpentinas y el grito de las dos mujeres de la casa, los cuales le sacan un respingo a ambos.
—¡¡Feliz cumpleaños!!
Light sonríe debido al gesto, mira primero a su madre con dos espantasuegras en la boca, soplando una y otra vez. Sin embargo, lo siguiente en su campo de visión es Sayu, quien lleva un enorme gorro colorido y al igual que su progenitora sopla un espantasuegras, hasta ahí todo bien, pero la ve vestida con su chaqueta deportiva, la cual a ella le queda enorme, por cierto.
—¿¡Qué haces con eso puesto!? —Vocifera, empuñando las manos.
—La encontré en tu habitación mientras leía tu diario. —Encoge los hombros con una sonrisa traviesa.
—¿¡Qué tú qué!?
Sayu lo ve tensarse por completo, lo cual le parece divertido pero sabe que es el momento de echarse a correr, y sin dudarlo Light va detrás de ella.
—¡¡Vuelve acá engendro!!
—¡Ya-Yagami! —Vocifera Elle, haciendo su mejor esfuerzo para no enredarse con sus propias piernas— ¡Que no se te olvide que estoy atado a ti, idiota!
Sachiko pone los ojos en blanco y deja los espantasuegras a un lado, sabiendo que la diversión terminó.
oOo
Como era de esperarse los Yagami no podían dejar pasar la oportunidad para celebrar el cumpleaños de su hijo, por lo que decidieron ir a su restaurante favorito para cenar. Elle se ha mantenido callado la mayor parte de la tarde, Sachiko y Soichiro son un amor sin duda, pero no ha tenido mucho que aportar a la conversación ya que todas giran en torno a Light, y como Lawliet bien ha notado, ese castaño adooora ser el centro de atención.
Light escucha atento a su madre describir por milésima vez las horas previas al parto y a su padre hablar de cómo lo arrullaba para dormirlo hasta que a Sayu se le ocurre abrir la boca.
—¿Por qué le mienten? ¿Que no me dijeron que lo encontraron en un basurero? —No lo dice por celos, en su cumpleaños también todo gira en torno a ella pero hacer rabiar a su hermano siempre es divertido.
—A la que encontramos en fosa séptica y nos dio lástima fuiste tú. —Contraataca a la vez que corta con demasiada fuerza un pobre trozo de pollo.
—Yo tengo el cabello de mi madre y los ojos de mi padre, ¿tú a quien te pareces? —Sonríe, llevándose el tenedor a la boca con malicia.
Light se queda sin argumentos demasiado pronto e inconscientemente forma un puchero mientras voltea hacia Sachiko, quien agita una mano de arriba a abajo y luego se la lleva hacia el pecho, como diciendo "ignorala, eres igualito a mí."
—Si no aprenden a comportarse, los que estarán encadenados el siguiente mes serán ustedes. —Sentencia Soichiro, limpiándose la comisura de los labios con una servilleta.
Elle continúa en silencio, con la cabeza hacia abajo fingiendo que mira su plato para disimular la sonrisa que tiene en los labios, esa niña Sayu cada vez le cae mejor.
Las anécdotas vuelven y Light está tan entretenido con ellas que sin apartar la mirada de sus progenitores, intenta sin éxito estirar el brazo izquierdo para tomar la sal, viéndose limitado por la cadena. Elle y él están sentados a la par, y al tener los dos las esposas en la muñeca izquierda, la cadena rodea la parte trasera de la silla en la que se encuentra Elle, volviéndola más incómoda y corta para ambos.
—Te dije que era una mala idea sentarnos así. —Reprocha Light, volteando hacia él y tirando de la cadena para que mueva la mano y le dé más movilidad.
—Usa tu mano derecha. —Se encoge de hombros antes de llevarse otro bocado a la boca.
—Quiero usar la izquierda.
—Que mal.
El castaño aparta la mirada de ese ojeroso cuando escucha un golpe en la mesa, su padre acaba de dejarle el bote de sal al alcance. Soichiro tiene tanto trabajo que cada vez le es más difícil pasar tiempo con su familia, así que lo único que desea es una cena tranquila, ¿es tanto pedir?
Light toma el bote sin hacer otro comentario pero por debajo de la mesa intenta golpear a Elle con su talón, sin embargo esta vez el pelinegro previendo sus movimientos hace las piernas a un lado, provocando que el castaño golpee una de las patas de la silla.
Por el resto de la cena, ninguno dice nada pero continúan jalando la cadena cada tanto cuando sienten que uno tiene más movilidad que el otro.
oOo
—¿A qué te refieres con que yo dormiré ahí? —Pregunta Elle ya empijamado y viendo con los ojos muy abiertos a la colchoneta que está en el suelo.
Light se encoge de hombros, sus padres dijeron que ellos debían arreglárselas y tal parece que el verdadero reto comienza aquí: pasar la primera noche encadenados.
—¿Qué esperabas? ¿Dormir conmigo en la cama?
Elle no puede evitar voltear a verlo y echarle un rápido vistazo de arriba a abajo, prestando más atención a los shorts a media pierna que lleva puestos al ser verano. Ok, admite que su reacción fue rara pero eso solo fue porque Liht hizo una muuuuy mala selección de palabras.
—Me refiero a que debes tratar bien a la visita, darle lo mejor.
—Eso solo aplica cuando la visita te cae bien, pero como no es el caso... —Encoge los hombros de nuevo, lanzando una almohada al colchón que está en el suelo al lado de la cama.
El pelinegro pone los ojos en blanco, podría comenzar a refutar hasta sacarlo de quicio y llegar a un mejor acuerdo. Sin embargo está cansado, el día entero ha girado alrededor de Light Yagami y si escucha una palabra más relacionada a él va a vomitar, así que prefiere no llevarle la contraria por esta vez.
Se acomoda cada quien por su lado y Light apaga la luz, sin decirse buenas noches ni nada. Es una fortuna que éste último duerma de costado, de esa forma su brazo izquierdo puede quedar un poco fuera del colchón y Elle puede quedarse boca arriba si lo prefiere, al menos mientras ninguno quiera cambiar de posición.
Los minutos pasan y Elle aprende algo en tan corto tiempo: Light se duerme demasiado rápido, lo único que se escucha es el sonido del aire acondicionado y la respiración profunda del castaño. Voltea hacia él y la tenue luz que se cuela en la habitación le permite verlo con el rostro más relajado, luciendo casi angelical.
—¿Yagami? —Murmura para cerciorarse que está dormido, y lo confirma al no recibir respuesta. En el fondo agradece que el egocentrismo hecho persona esté ya desconectado del mundo, pero se siente incómodo saber que es el único despierto en la habitación.
Suelta un soplido y se lleva la mano derecha hacia atrás de la cabeza para usarla como almohada adicional. Lo mejor sería que él también intente dormir, después de todo está cansado. Sin embargo, al momento que cierra los ojos recuerda que a él siempre le dan ganas de orinar a mitad de la noche. Bueno, no siempre, hay noches que nada lo despierta, ¿pero cómo saber si hoy será una de esas noches? Rápidamente comienza a hacer memoria de lo que ha bebido, cuánto ha bebido y a qué horas fue lo último que bebió. En la cena se tomó dos vasos de refresco de sandía, la sandía de por sí es altamente diurética, y los señores Yagami son tan adorables que le pidieron un postre grande para él solo, debido a ello tomó agua después para diluir el azúcar como le ha dicho su abuelo. Si lo piensa no es mucho, ¿verdad?
—Ay, no... —Susurra retorciendo las piernas por debajo de la cobija.
Estar pensando en todo lo que había bebido activó su vejiga, el problema es que las ganas de ir al baño van en ascenso demasiado rápido.
—Tú puedes aguantar, Elle. Tú puedes... —Habla en voz baja, respirando despacio e intentando concentrarse en algo más. Sin embargo, para su desgracia el aire acondicionado parece tener una gotera, y ese sonido de gotas chocando contra el piso se vuelve una tortura— ¡Mierda!
Se arrebata las cobijas de encima con la mano derecha y se levanta como un resorte.
—Yagami, de pie. —Le pone una mano en el hombro para moverlo, logrando que el otro frunza el entrecejo incómodo.
—Uhm... —Light está demasiado adormilado para entender lo que pasa, ni siquiera recuerda que tiene una cadena en la muñeca así que en su somnolencia asume que la voz lejana de Elle se trata de una pesadilla.
—Si no te levantas me hago pis en ti, primer aviso. —Está vez lo zangolotea más fuerte, haciendo que el otro abra los ojos jadeando.
—¿¡Qué rayos te pasa!?
—Quiero hacer pis. —Responde, chocando los dedos índice entre sí de forma inocente.
—¿¡Qué!? —Suelta un gruñido, no piensa levantarse, su cama está demasiado cómoda y si se pone de pie se le va a espantar el sueño— Vuelve a dormir Elle, cuando amanezca puedes ir.
Light se ladea, echándose las cobijas encima para seguir durmiendo, sin embargo Lawliet tira de la cadena para sacarlo aunque sea obligado. Debido a la fuerza, el castaño termina sentado en la cama en contra de su voluntad, por lo que decide repetir las acciones del otro, lo cual es un error. Al tirar de la cadena, lo único que logra es que Elle caiga encima de él.
—Quítate, quítate, quítate. —Light se revuelve espantado, lo cual es otro error porque lo único que logra es que se enreden más.
—¡Deja de moverte, Yagami! —Pide Elle entre dientes, sintiendo como la cadena los rodea a ambos y sus rostros están demasiado cerca.
De pronto la luz del pasillo se cuela por debajo de la puerta.
—¿Light? ¿Está todo bien, hijo? —Pregunta Sachiko desde afuera, preocupada tras haber escuchado algunos cuantos golpes.
—S-Sí, mamá. To-Todo está bien. —Le es imposible no balbucear, su pecho está topando contra el de Lawliet y sus piernas están enredadas con las de él.
—Si te sigues moviendo así solo terminaremos más atascados —explica el pelinegro con voz serena, él lo único que quiere es ir a hacer pipí—. Y créeme que no estoy a favor de que tus padres nos encuentren en esta posición.
Light traga saliva y asiente con un gesto asustado que dista mucho del muchachito presumido que es siempre. Elle comienza a mover el brazo, desenredándolos poco a poco hasta que al fin pueden separarse.
—Bien, ahora al baño. —El pelinegro se arrastra por la cama hasta ponerse de pie y sin pedir permiso lo jala. El otro sigue tan afectado por lo sucedido que no se rehúsa, en cambio sus piernas se mueven por sí solas.
Salen de la habitación, de inmediato Light trata de cruzar hacia la recámara de sus padres pero Elle continúa recto.
—Ha-Hay que decirles que su-suelten la cadena... —Balbucea, esta vez sus piernas poniendo un poco más de resistencia.
—Tus padres ya están dormidos —explica, inclinándose hacia adelante para que su propio peso lo ayude a llevar al castaño consigo—, no iré a tocarles la puerta solo para esto, además si me tardo un minuto más se me va a reventar la vejiga. Y ya te dije, o te apresuras o me hago pis en ti.
Light hace una mueca de asco, no obstante lo cree capaz así que deja de resistirse y los dos se encierran en el baño. Una vez adentro el castaño se cruza de brazos, volteando hacia otro lado cuando Elle se pone frente al retrete para bajarse parte de los pantalones.
—Aaaaah, ¿no crees que evacuar debería ser considerado como uno de los placeres de la vida? —Comenta el pelinegro tras soltar un largo suspiro y cerrar los ojos en un gesto genuino de paz.
—No entiendo por qué debemos dormir atados —murmura el otro, ignorando por completo a Elle—, no podemos estar en esta situación todos los días. Ellos dijeron que íbamos a tener privacidad para ciertas necesidades —comienza a caminar de un lado a otro pero en el mismo espacio porque la cadena no le permite más—, y en cambio estamos los dos encerrados mientras te escucho orinar, eso no me parece muy privado que se diga...
Elle pone los ojos en blanco, las quejas no podrían importarle menos, él lo único que quiere es vaciar su vejiga. No obstante, a través del azulejo claro que reviste parte de las paredes se percata de un detalle: Light está terriblemente rojo. Entiende que la situación fue incómoda, ¿pero tanto como para sonrojarse a ese punto? Si algo te fue indiferente no le tomas importancia y ya está. ¿Acaso a Light le afectó que ellos estuvieran así de juntos por un momento? De pronto recuerda sus propias palabras que le dijo a Mello hace unas semanas: "Yagami es gay de closet"; y ese recuerdo lo lleva a hilar uno más relacionado a lo que hablaron con el rubio. ¿Realmente sería divertido y satisfactorio engañar así a alguien como Light? ¿O solo está desvariando porque tiene sueño? Tal vez debería sopesar la idea con la mente en blanco y la vejiga vacía.
—-
Notas de autor:
Como se habrán dado cuenta, esto es una trama sencilla pero es porque estoy trabajando en algo más que espero traer muy pronto ;)
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