¿Empezamos?
Los súper amigos.
L: ¿A quién se le ocurrió un nombre tan ñoño para el grupo?
Matt: A Mello.
Mello: El nombre es lo de menos, ¿pensaste lo que te dije?
Nate River dejó el grupo.
—¡Enano! —Espeta el rubio, alzando la cabeza y dando un golpe en la mesa.
—No entiendo por qué tenemos que crear un grupo para hablar si todos estamos acá. —Responde con voz monótona mientras desenvuelve un sándwich.
—Sí, no sean subnormales —Light pone los ojos en blanco, ya suficiente vergüenza es tener que sentarse con ellos—. Si les estamos dando el privilegio de compartir mesa con nosotros al menos traten de comportarse como personas norm... uhm, menos ustedes.
—Metete ese privilegio por el culo. —Responde Mihael de inmediato antes de darle una enorme mordida a una manzana.
Mikami suelta un risa suave, cubriendose los labios con una servilleta, lo cual no es suficiente para evitar una mirada amenazadora por parte del castaño.
—Pues ya que nos va a tocar estar juntos mientras dure este tonto castigo, deberíamos intentar al menos conocernos. —Comenta Misa enrollando en un dedo un mechón de su coleta alta, ella tampoco está muy contenta con la situación.
—¡Me parece perfecto! —Exalta Matt, casi poniéndose de pie involuntariamente, demostrando más emoción de la que esperaba.
Todos se quedan en silencio por unos segundos, viéndolo extrañado hasta que Nate rompe el incom... no, mejor dicho, agrega más incomodidad al silencio.
—¿Sabían que en la antigua roma se cepillaban los dientes con cerebro de ratones en polvo?
—Que asco... —Murmura Light, apartando la bandeja porque luego de eso no tiene estómago para seguir comiendo. Teru y Misa reaccionan igual mientras que los otros no se inmutan— ¿En serio no han considerado llevarlo a un psicólogo?
—Te acostumbrarás con el tiempo. —Elle se encoge de hombros antes de llevarse un buen bocado de espagueti a la boca.
Por el resto del almuerzo tres de los presentes se quedan hablando de revistas juveniles, boy bands del momento y porristas, Misa siempre es la que más habla. Los otros tres se mantienen chateando en su grupo secreto, más bien es Mello intentando convencer a Elle de llevar a cabo lo que han planeado. El pelinegro nota que su amigo le tiene tirria a Yagami, quizá porque es el muro entre él y la vida de chico popular que tanto desea, y aunque ellos se han hecho un sinfín de bromas tontas, no lo odia como para prestarse a ese juego, sin embargo Mihael tiene poder de convencimiento. Mientras esos dos se siguen intentando poner de acuerdo, Nate se limita a comer en silencio, observándolos a todos pero prestando mayor atención a un detalle curioso, a un par de ojos verdes observando incesantemente a cierta rubia de voz chillona.
oOo
—¿¡Están listos!?
—¡Sí!
Los alumnos alzan los brazos eufóricos, están en la clase de educación física con sus camisas blancas de algodón y shorts negros a media rodilla. Mitad de la clase tiene un listón rojo en el brazo y la otra mitad uno verde. En cada extremo de la pista hay una canasta grande con varias pelotas rojas, todas de un tamaño medio para ser sujetadas sin problemas con una mano. Cada equipo se dirige al lado correspondiente y todos los integrantes toman una pelota, las cuales comienzan a esquivar y lanzar contra los contrincantes tan pronto el profesor hace sonar el silbato.
El problema es que el juego no lleva ni un minuto cuando una pelota impacta en el brazo de Elle, y al buscar al causante se encuentra con una sonrisa de satisfacción en el rostro de Light.
—¡¡Tiempo!! ¡¡Tiempo!! —Pide el pelinegro entre gritos, teniendo que reprimir el deseo de estrangularlo.
El docente fue testigo de lo ocurrido, por lo que no duda en sonar el silbato de nuevo.
—Ustedes dos, acá, ahora. —Los señala con el índice y con el mismo dedo hace un movimiento indicándoles que se acerquen.
Ambos adolescentes acatan y mientras caminan uno le intenta meter zancadilla al otro para hacerlo tropezar. Se detienen frente al maestro, quien sentado en la primera fila de los graderíos se retira la gorra para que la visera no le impida verlos a la cara.
—Pensé haber sido claro —indica con seriedad—, ustedes dos jugarán como una sola persona, ustedes decidirán si lo vuelven una ventaja o una desventaja. La pelota impacta a uno y los dos están fuera, logran llegar hasta el final en pareja y ambos ganan, ¿estamos?
—Sí... —Murmuran los dos al unísono y la mirada hacia el suelo.
—Bien, les doy un minuto para que piensen en lo que harán, porque una vez vuelva a sonar el silbato no me detengo hasta que tengamos un ganador.
Elle asiente de inmediato y con la misma premura tira de la cadena para alejarse con su fastidioso compañero algunos cuantos pasos.
—Escucha, si hay algo que desgraciadamente nos parecemos tú y yo es que odiamos perder —dice Lawliet manteniendo la voz suave para que el resto de la clase no escuche ni su plan ni la abominación que está a punto de decir—. Y aunque me cueste admitirlo eres rápido y anticipas los movimientos de tu oponente, por eso casi siempre me ganas en tenis... —Hace una pausa, provocando que el otro frunza el ceño confundido.
—¿Qué?
—Se supone que este es el momento en el que dices en qué soy bueno.
—Claro, lo dices porque para ti fue sencillo, mírame... —con los brazos al costado y flexionados hacia arriba abre las manos, como invitándolo a que lo observe mejor— soy bueno en todo lo que hago, en cambio tú... a ver, ¿en qué puedes ser bueno? —Se lleva un par de dedos al mentón, mirando de pies a cabeza al otro que se limita a poner los ojos en blanco.
—Eres imposible... —masculla entre dientes— Y aunque te cueste admitirlo, soy más fuerte que tú...
—¿Más fuerte...? —Interrumpe enarcando una ceja de forma burlona.
—Cállate por una vez, Yagami y déjame hablar —aprieta los puños, reprimiendo el deseo de meterle uno en la boca, y si no fuera tan desesperante no se quejaría en meterle algo más—. Mi plan es que tú con tu rapidez esquives que nos golpeen y yo seré el que lance.
—Como sea, yo solo quiero que los veinte y tantos días que aún nos faltan terminen de una vez. —Responde cruzandose de brazos y encogiendo los hombros.
Antes de que Elle pueda decir algo, el silbato vuelve a sonar y todos vuelven a sus posiciones.
—¿Estamos juntos en esta? —Pregunta el pelinegro, extendiendo un brazo. El único motivo por el que está intentando que lleguen a un acuerdo es porque realmente odia perder.
Light pone los ojos en blanco al verlo con la mano abierta, pero con tal que se calle le estrecha la mano para sellar el pacto.
Tal y como el profesor lo dijo, jugar juntos podría ser una desventaja o una completa ventaja. Elle no se equivocó al decir que Yagami es rápido, es quien anticipa los ataques y saca provecho de la cadena que los une para jalarlo cada vez que una pelota va en su dirección. Aunque Light se mostró reacio, en el juego queda claro que a él tampoco le gusta perder, así que mientras Elle va derribando uno a uno a cada oponente, él se mueve de un lado a otro, haciendo casi que un doble trabajo porque debe mantener protegidos a ambos.
El silbato vuelve a sonar, es entonces que la aguda mirada del castaño se relaja y ve hacia todas partes, encontrándose que son los únicos en el medio de un puñado de pelotas caídas. Sonríe, está a punto de autoproclamarse ganador cuando de pronto un peso adicional lo hace tambalear y un par de delgadas piernas blancas le rodean la cintura.
—¡Ganamos! ¡Ganamos! —Elle se sujeta del cuello del otro, demasiado emocionado como para preocuparse en lo que los demás puedan estar pensando.
Sin embargo, ese no es el caso de Light.
—¿Qué... Qué haces...? —Tartamudea con los ojos muy abiertos y el cuerpo rígido— Ba-Bájate, bájate... —Pide de prisa, nervioso.
—Ay pero qué aguafiestas... —El pelinegro pone los ojos en blancos antes de bajarse dando un brinquito.
El maestro los manda a todos a las duchas, Elle y Light se deben esperar un poco mientras él los desencadena.
—La directora dijo que solo les podía dar cinco minutos —explica—, pero como soy buena onda les daré diez, así que más les vale estar de vuelta en ese tiempo para volverles a poner esto. —Mueve la mano en la que tiene las cadenas, haciéndolas sonar mientras con la otra toma el cronómetro que le cuelga en el cuello para comenzar a medir el tiempo.
El área de las duchas es una habitación grande pero cada regadera está separada por una pared revestida de azulejos, formando cubículos pequeños pero con el suficiente espacio para que una persona se dé una ducha rápida luego de la clase de educación física. Todos los cubículos tienen las cortinas estiradas, lo que indica que deben estar ocupados y solo hay uno con la cortina encogida. Light no duda en adelantarse, él se tomará el tiempo que desee y estará de vuelta antes que el cronómetro del maestro llegue al diez, si Elle se queda sin minutos para ducharse no es su problema.
El castaño abre la regadera y comienza a mojarse el cuerpo poco a poco hasta que se atreve a meterse debajo de la falsa lluvia, la cual le empapa el cabello. El problema es que al pasarse las manos por los ojos para retirarse el exceso de agua y poder abrirlos, da un respingo al ver a Elle ahí.
—¿Qué... Qué haces aquí...?
—No creas que no sé lo que haces, te adelantaste para tomarte tu tiempo, así si el maestro regaña a alguien es a mí, ¿verdad? —Lo enfrenta, cruzándose de brazos y apoyándose de costado contra la pared.
—No sé de qué hablas. Ve y busca otra regadera si también quieres ducharte. —No sabe cómo es capaz de hilar la frase sin tartamudear, sin embargo puede asegurar que tiene las mejillas rojas.
—Ya busqué y tomaste la única que estaba vacía.
—No pienso bañarme mientras estés aquí.
—Estoy seguro que mi presencia te incomoda lo suficiente como para que te des prisa, así que hazlo o me meto contigo.
Light chasquea la lengua en un intento de lucir molesto cuando realmente está nervioso. Para ocultar su patética vergüenza le da la espalda y comienza a echarse shampoo en el cabello, haciendo su mayor esfuerzo para olvidar que el otro sigue ahí.
Elle mientras tanto se mantiene apoyado contra la pared y de brazos cruzados, sin embargo su rostro de indiferencia no le dura por mucho tiempo. Poco a poco sigue una línea imaginaria con sus ojos, que empieza por el cuello de Light, sigue por sus amplios hombros, bajan por esa estrecha cintura y se detienen en los glúteos revestidos por un tonto bóxer. Nunca había maldecido tanto a una simple prenda interior. Está tan absorto que sus labios prácticamente se mueven por sí solos.
—Que buen culo, Yagami... —Murmura con un tono que sí en estos momentos lo acusaran de pervertido, él mismo declararía en su contra porque es tal cual sonó.
Light de inmediato se crispa por completo y mientras el agua se está llevando los restos de shampoo de su cabello, da media vuelta, casi resbalando por lo liso que está el suelo.
—¿Qué... ? —Más rojo que un tomate se cruza de brazos, como abrazándose a sí mismo.
—Disculpa... —No piensa retractarse pese a que no era su intención decirlo en voz alta—, no quise incomodarte pero tampoco te pongas como si un chico nunca hubiese coqueteado contigo.
El castaño traga saliva, se relame los labios y desvía la mirada por un momento. —Tú... ¿eres gay?
—Sí, ¿algún problema? —Enarca una ceja, quizá un poco a la defensiva. Sin embargo al segundo siguiente se relaja y despacio camina hacia él— Tú también lo eres... —Es directo, provocando que el otro abra los ojos por completo y comience a toser tras haberse atragantado con su propia saliva.
—Po-Por supuesto que no... —Retrocede a pesar de quedarse sin espacio para seguirlo haciendo.
—¿De verdad? —Pregunta con una sonrisa ladina mientras continúa acorralándolo. No pretende obligarlo a salir del closet, él solo está excitado porque la situación, el lugar, los dos semidesnudos y agua de por medio lo prenden demasiado al punto que la idea de Mello no le parece tan mala— Es una lástima porque realmente me gusta lo que veo... —Desliza el dedo índice por la mitad del torso de Light y acto seguido se inclina hacia él, buscando sus labios.
Sin embargo Light se aparta de inmediato y con la misma rapidez se escabulle por un lado, toma una toalla y sale de ahí sin ver atrás. Lawliet sonríe y se apoya contra la pared, le queda claro que logró ponerlo nervioso y que en ningún momento Yagami hizo algún intento por apartarlo, eso lo lleva a pensar que quizá Mello va a tener en su poder esa fotografía más rápido de lo que alguno de los dos pensaba.
——
Notas de autor: Leí el capítulo tan solo una vez más antes de su publicación, por lo que sé que corregí algunos errores y quizá quite algunas palabras repetidas (me pasa mucho) pero es probable que se encuentren con algún que otro errorcito.
Si estás leyendo este fic me alegraría si me lo haces saber al menos con un votito <3
Lindo día a todos <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top