Algo pendiente

Elle se relame los labios, nervioso. Ha esperado por este día desde el primer instante en que le pusieron una cadena alrededor de la muñeca, si es honesto ahora no le hubiera molestado si el castigo se prolongaba. Sin embargo, este día iba a llegar tarde o temprano, así que la noche anterior se la pasó pensando en cómo cerrar esta aventura con broche de oro. No es cómo si tuviera muchas opciones, después de todo tenían clases, pero se le ocurrió que era una buena idea pasar por papas fritas a la salida, sobre todo porque ha sentido a Light más distante los últimos días. El problema es que ni eso parece haberlo animado.

—¿Y entonces qué piensas de mí lugar secreto? —Pregunta Elle, decidido a hacer fluir la conversación.

—Uhm, está bonito. —Se encoge de hombros, tomando una papita del tazón que han colocado entre ambos.

—Mi abuelo hizo que lo construyeran para mí cuando tenía diez años —mira los alrededores, tan solo un cuadrado hecho de madera con algunas ventanas construído entre las ramas de un frondoso árbol en el patio trasero de la casa—. Fue mi guarida secreta por mucho tiempo. Aún vengo aquí cuando necesito estar solo, ¿tú tienes algo parecido?

Light se remueve en el suelo y apoya mejor la espalda contra la pared. El único motivo por el que sigue ahí es porque hay papas fritas de por medio, de lo contrario preferiría que estuvieran viendo tele o haciendo cualquier cosa que no incluyera hablar entre ellos, si es honesto ya quiere que sea mañana para que los desaten.

—No es una casita del árbol pero sí tengo mi lugar donde me gusta ir cuando quiero estar solo.

—¿Y me llevarás a conocerlo algún día?

—Lo dudo —responde al instante, tomando desprevenido a Elle—. Solo hay una persona que conoce dicho lugar y pretendo que continúe así.

—¿Ah, sí? ¿Quien? —Enarca una ceja tras dejar salir la pregunta antes de siquiera pensarlo.

—Teru. —Dice sin más, sin embargo observa de reojo al otro, atento a su reacción.

—Oh... —Murmura viendo al frente, estrujando una papita que tiene entre los dedos— Se me olvidaba que Teru es el único que sabe todo de ti.

—Es mi mejor amigo.

—Más bien parece otra cosa. —Suelta con coraje y sarcasmo.

—¿A qué te refieres? —Frunce el ceño, volteando hacia él.

—Que te la pasas defendiéndolo, ¿acaso es tu novio o algo?

Light frunce el ceño porque aunque esperaba una reacción, tampoco estaba preparado para que fuera tan directa.

—No tengo porqué darte explicaciones, pero ¿si así fuera a ti qué?

—Porque si así fuera no entiendo porque me has besado en más de dos ocasiones.

El castaño se lleva una mano al pecho, indignado. —¡Fuiste tú el que inició con todo este juego!

—Tampoco es como que te haya obligado. —Se cruza de brazos, refunfuñando.

—No te preocupes, a partir de mañana no tendremos ni que hablarnos.

Elle abre los labios por inercia y vuelve a cerrarlos, balbuceando hasta que decide dar su brazo a torcer. En alguno debe caber la prudencia.

—¿Qué te pasa conmigo? —Frunce el ceño, viéndolo desconcertado— Los últimos días has estado extraño.

—¿Yoooo? —Enarca una ceja— ¡Eres tú el que desde que empezamos no has parado de hacer comentarios y luego actúas como si nada!

—¿Comentarios? —Aprieta los labios, mostrándose confundido mientras rebovina lo que ha dicho últimamente, lo cual lo lleva a la última vez que estuvieron bien— Oh... ¿te refieres a lo que pasó en el sillón?

Light se cruza de brazos, volteando hacia otro lado. —Yo no me refiero a nada.

—¿Estás así porque dije que me arriesgaría si supiera que es mutuo? —Parpadea, no entendiendo nada.

—¡No! Estoy así porque luego actúas como si no hubieses dicho nada. —Se pasa una mano por el rostro frustrado, porque desde que eso ocurrió Elle no ha tocado el tema, como si no hubiera pasado.

Elle entrecierra los ojos, todavía confundido. ¿A Light en que le afecta de cualquier forma?

—¿Lo que quieres es que te diga que me gustas? ¿Eso es lo que quieres?

—¡No! ¡Pero deja de decir cosas que me confunden! —Reclama sin pensarlo, sacando a relucir lo que ha rondado por su cabeza los últimos días.

—¿Que te confunden...?

Light se sonroja de inmediato. —Me... ¡Me expresé mal!

—¿Y qué cambiaría?

—¿Eh?

—Que estás molesto conmigo y ok, lo entiendo pero dime, ¿que cambiaría? ¿Qué chance tendríamos si estás en el clóset?

El castaño parpadea, abriendo los labios y cerrandolos de nuevo al no saber qué decir.

—No... yo...

Elle gatea en el suelo y se sitúa frente al otro, acortando la distancia despacio. —¿Y qué si me gustaras?

—Yo... —Traga saliva, viéndolo a los ojos.

—No estoy enamorado, Light —corrige, tomándolo de la barbilla—, pero no descarto la posibilidad —el contrario se repega contra la pared, arrepintiéndose de haber iniciado la conversación—. No pretendo preguntarte si yo también te gusto, en un principio te hice sentir incómodo al intentar forzarte a hacer cosas —Light puede sentir el aliento del pelinegro chocando contra su rostro, y aunque el otro parezca tan apacible y sexy cuando le habla de esa manera, la realidad es que está temblando—, no quiero forzarte a decir algo con lo que aún no te sientes cómodo. Sin embargo, es nuestro último día con esta cadena —levanta la muñeca, haciendo bailar la esposa que lo rodea—, no quisiera que desperdiciáramos nuestro último día discutiendo, después de todo considero que me llevo un gran amigo de toda esta experiencia.

El castaño se relame los labios, sin poder apartar la mirada de esos enormes ojos.

—Yo... ¿qué pasaría si... si te enamoras de mí? —Pregunta, negándose a dar por terminada la conversación. Ya dio el primer paso, que era el más difícil.

—Eso dímelo tú... —Le susurra, acortando más la distancia, sus narices llegando a rozarce.

—¿Aceptarías... —traga grueso, sintiéndose agitado—... ser mi... no-novio a escondidas hasta que estuviera listo?

Elle se queda inerte por un segundo y frunce el ceño. El rostro de Light está completamente rojo y él no sabe cómo interpretar esas palabras, porque viniendo justamente de Light dicen mucho. De alguna forma indirecta, muy directa, es como si estuviera admitiendo que también le gusta, sin embargo a él jamás se le ha cruzado por la cabeza un noviazgo, ni aunque se trate del chico más lindo de toda la escuela.

—Soy alguien que fluye conforme la situación lo amerita —responde tras meditarlo, volviendo a tomarlo de la barbilla—. Si llegase a pasar, sabremos resolverlo. —Acorta la distancia, esta vez intentando besarlo. No obstante, el contrario se lo impide al colocarle una mano sobre el pecho.

—¿Te gusto, Elle? —Pregunta viéndolo directo a los ojos.

—¿Por qué tanto interés tan de repente? —Sonríe ladino. Una sonrisa que podría parecer coqueta que más bien oculta todo su nerviosismo.

Light no le aparta la mirada, tan solo suspira para tomar valor.

—Porque me gustas, Elle, y no quisiera seguir en este juego si no es mutuo. Ni siquiera quiero que esto siga siendo un juego —el pelinegro retrocede un poco, sin esa sonrisa galante y más pálido que un papel, mandando una respuesta clara—. Comprendo... —murmura, intentando apartarlo para ponerse de pie.

—No, no, no, no —lo toma de las muñecas, deteniéndolo—. Me tomaste desprevenido. Yo... no esperaba —menea la cabeza, su corazón latiendo deprisa—. Mira, hagamos algo... no creo que sea el momento para hablar de esto. ¿Te parece si nos terminamos las papas, charlamos y la pasamos bien la última tarde que estaremos encadenados?

—Si tú dices... —Se encoge de hombros mostrándose desinteresado a la vez que desliza el trasero por el suelo para alejarse y poner distancia entre ellos.

—Y... —carraspea la garganta, jugando con los dedos— un día de estos... ya sin las cadenas... ¿me permitirías invitarte a una cita?

—¿Una cita? —Enarca una ceja, volteando a verlo.

Elle traga saliva, algunas gotas de sudor frío acumulándose en su frente. Él no es de cursilerías, tampoco de noviazgos pero quiere seguir conociendo a Light y ver qué pasa.

—Sí... bueno, es lo que haces cuando te gusta alguien, ¿no? Lo invitas a citas y esas cosas. —Responde como si no fuera la gran cosa pese a que está temblando.

El castaño se muerde los labios, ocultando su sonrisa. Él tampoco sabe lo que pasará, sin embargo le era muy importante tener un panorama más claro. Si acaso todo el juegueteo había sido por pura diversión o si había algo más, sobre todo porque él sí siente cosas. No está enamorado como bien lo dijo el otro, pero existe una atracción y eso ya es mucho.

oOo

Es extraño. Han pasado dos días desde que terminó el castigo y Light no se acostumbra a la ausencia de la cadena. Supone que es normal, después de todo estuvo atado a ese ojeroso por un mes completo que ya se había acostumbrado a escuchar sus pasos a donde sea que fuera.

Se observa la muñeca mientras va de camino al colegio, sonriendo con cierta nostalgia al verla vacía. Si es sincero consigo mismo, extraña a Elle, tanto que la primera noche sin él a su lado fue la más difícil. Últimamente se la pasaban hablando hasta la madrugada o hasta que alguno perdía la batalla contra el sueño, intentaron hacer lo mismo mediante mensajes de texto pero al menos para él no es lo mismo. Por eso ha pensado en armar una pijamada, ahora que son amigos no se vería muy extraño que lo invitara, ¿verdad? Piensa invitar a Misa y Teru también y a Matt y Nate, ¿por qué no?, la existencia de esos dos le es indiferente, al único que jamás aceptaría en su casa es a Mihael.

Aún no se lo ha comentado a sus padres porque ni siquiera sabe cómo abordar el tema sin que parezca que ya lo echa de menos. Es extraño porque no cree estar enamorado, es demasiado pronto para eso, pero desde que los separaron piensa mucho más en él. Considera que es por la transición de haber estado todo el tiempo juntos a ya no estarlo, o quizá su ansiedad recae en esa cita que tienen pendiente.

Se detiene cuando está a una cuadra del colegio, siempre lo ha hecho, debe acomodarse cualquier mechón y asegurarse que su uniforme esté impecable. Sin embargo reconoce que detrás de esas acciones tan rutinarias están los nervios de ver a cierto pelinegro. Quizá le gusta más de lo que piensa o quizá es la emoción de saber que es mutuo, no lo tiene claro aún.

Retoma el andar, no obstante se detiene de nuevo al sentir su celular vibrando en el bolsillo del pantalón. Lo primero que piensa es que debe tratarse de Elle, pero al abrir el mensaje resulta que es un vídeo.

—¿Qué... qué es esto...? —Balbucea, retrocediendo un par de pasos por inercia al verse a sí mismo sobre el pelinegro, besándolo directamente en los labios. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top