Esa misma tarde, luego de descansar un poco, Lahra decidió regresar a su campamento militar, escondido dentro de la selva que se encontraba frente al reino de Krastos. Unos pocos soldado insistieron en quedarse ahí para escoltarla de regreso.
Lahra pasó los últimos momentos en compañía de Kierab, Hirbaz y Yu-say, y luego de despidió de todos con tristeza.
Por último, fue al salón del trono para hacer su despedida formal, agradeciendo a todos por su hospitalidad. Se inclinó por última vez ante Kierab, pero ni siquiera miró a Fa'ya antes de irse. Quién estaba feliz de ver por fin su partida.
Fa'ya pensó que por fin podría poner a prueba su plan para conquistar a Kierab, pero aún habían cosas por hacer.
Estabilizar el reino después de una guerra, seguido de un matrimonio con fines económicos no era fácil. Había que organizar los fondos e impuestos del reino, estudiar los cambios que traía la alianza con Rouseth y preparar a Krastos para el cambio.
Luego de dos semanas todo se estabilizó bastante bien, haciendo que Kierab por fin se relajara. Tomó una siesta por la tarde y tres horas después, a las cuatro, despertó hambriento y somnoliento.
—Este té de manzanilla me dio más sueño—se quejó Kierab—Aunque estaba bastante rico.
—Si no tiene nada más que hacer puede seguir durmiendo—dijo Khalid, quién estaba sentado a su lado mientras leía un libro.
—No, quiero estar contigo—dijo con los ojos cerrados, luchando contra el sueño.
Khalid sonrió y negó con la cabeza.
—Entonces le recomiendo comerse un chile si quiere mantenerse despierto.
—Lo intentaré—contestó riendo—Aunque hablar también me quita el sueño.
—¿De qué quiere hablar?
—Cuéntame qué estás leyendo.
Khalid cerró el libro y comenzó a contarle la historia de este. Kierab se deleitó escuchándolo, viendo cada gesto y movimiento de sus manos, expresándose con mucha emoción al narrar la historia.
Desde hace tiempo Kierab se había dado cuenta lo mucho que le gustaba leer y lo rápido que aprendía. Estaba igual de emocionado que él y sonreía al verlo tan alegre.
Llegó la hora de la cena, pero sólo comió Khalid, ya que kierab no tenía hambre. Siguieron hablando sobre libros hasta que comenzó a hacerse bastante noche.
—Iré a tomar un largo baño para dormir, así que no te preocupes si me tardo mucho. Tú sigue leyendo tranquilamente, cuando vuelva puedes seguir con la historia que estabas contando.
—Está bien, tómese su tiempo—dijo sonriendo.
Kierab le devolvió la sonrisa y se fue al baño mientras bostezaba.
Khalid retomó la lectura, y cuando sintió que ya había leído demasiado se levantó y fue a darse un baño. Volvió y se sentó de nuevo en la mesa, pero cuando tomó el libro no pudo seguir leyendo. Un pensamiento llevó a otro, y de repente no podía sacar a Kierab de su cabeza. Pensó en como tenía cada vez menos control de sí mismo cuando estaba con él, sucumbiendo ante su encanto con sólo un beso. Sentía que caía en una especie de transe, en donde dejaba su mente y su cuerpo a la deriva, para que Kierab hiciera lo que quisiera.
La puerta del baño se abrió, interrumpiendo sus pensamientos. Kierab salió sólo usando un pantalón blanco, delgado y flojo como de costumbre. Su cabello goteaba mojando el piso y su rostro, con facciones seductoras y masculinas lucía una perfecta afeitada.
—Casi me quedó dormido ahí dentro—bromeó Kierab riendo entre dientes y se sentó en la cama.
Khalid tomó una toalla rápidamente y se acercó a él.
—Me hubiera dicho que quería afeitarse, lo habría ayudado—dijo Khalid sentado a su lado, secándole el cabello.
—La próxima vez tal vez te pida ayuda—contestó cerrando los ojos.
Mientras secaba su cabello Khalid observó que sus heridas eran casi inexistentes, luego se fijó en su nariz, recta y elegante, sus ojos, afilados, que tenían una mirada firme por naturaleza, sus pestañas, que caían con encanto sobre sus mejillas, sus cejas, sus labios...
—Ya sé lo que significa mi nombre.
Kierab abrió los ojos y se giró para mirarlo, con una expresión calmada. Khalid bajó la cabeza y dijo:
—Khalid viene de la palabra "eterno o inmortal", y Zoraf significa "amor o afecto intenso y sincero".
Cuando alguien piensa en un nombre normalmente buscan que también tengan un significado al unirlos. Khalid sabía esto, y cuando juntó ambos nombres sintió que era una especie de...
—¿Desde cuándo yo...?
—Antes de darte tu nombre—respondió Kierab tomando su mano—No sé exactamente desde cuándo, pero siempre he tenido sentimientos por ti de algún modo. Y entre más pasaba tiempo contigo más te tomaba cariño, hasta que ya no fue sólo cariño...
Kierab extendió su mano y tomó a Khalid por la mandíbula, elevando con cuidado su rostro. Khalid lo miró a los ojos y lo sintió acercarse.
—Mi amor por ti es eterno, Zoraf—dijo, rozando sus labios contra los suyos.
Khalid se estremeció al escuchar ese nombre, y cuando sus labios se tocaron no pudo resistirse a él. Sintió sus manos, recorriendo con cuidado desde su cuello hasta su pecho, acercándose poco a poco.
Su mente se nubló, sintiendo de nuevo que perdía la razón. Tomó a Kierab por los hombres y también se acercó más, lo abrazó y profundizó el beso, sintiendo la lengua de Kierab en su interior.
Kierab sentía que iba a volverse loco, su corazón se agitó emocionado al ver la actitud pasional de Khalid y que dejó de lado la vergüenza. Aprovechó esto y no paró de besarlo, yendo con más intensidad.
Separaba sus labios y los chupaba, se alejaban y volvía a besarlo, como si quiera devorarlo por completo. Lo tomó de la cintura, arrastrando a ambos poco a poco hacia la cama. Kierab puso su rodilla en medio de sus piernas, empujando a Khalid hasta que quedó casi acostado.
—Me detendré cuando tú quieras—dijo Kierab alejándose de él para mirarlo a los ojos—¿Quieres seguir?
Khalid lo miró a los ojos, verdes y brillantes como esmeraldas, mirándolo con deseo e intensidad. Sería mentira si Khalid dijera que no lo deseaba también. Kierab había sido muy paciente, tanto, que no podía imaginar cómo había aguantado todo este tiempo.
Khalid lo ha amado desde hace mucho, es sólo que no podía aceptarlo, pero cuando supo que Kierab sentía lo mismo su corazón cada vez más perdía el control, ¿cómo había soportado Kierab tanto tiempo así?
—No te detengas—contestó casi como una súplica, nerviosa y tímida.
Kierab sonrió, miró la camisa de Khalid y quitó los broches mientras se acercaba a su oído.
—Si algo no te gusta debes decírmelo, ¿de acuerdo?
—...Está bien.
Kierab le quitó la camisa por completo, dejando a Khalid sobre la cama con el pecho desnudo y una rodilla entre sus piernas. No se apresuró a quitarle los pantalones, sino que se acercó a su cuello y lo besó lentamente mientras deslizaban sus manos por sus pectorales, firmes y con un poco de músculo debido a al entrenamiento con la espada.
Khalid sintió la humedad de sus labios bajando por su pecho y sus ásperas manos frotando su piel. Su respiración se tornaba pesada, sintiendo una sensación caliente bajar por todo su cuerpo. Cuando de repente sintió que Kierab tomó uno de sus pezones con los dedos, haciéndolo girar con una ligera presión.
—¿Cómo se siente?—preguntó levantó la cabeza.
—Un poco... caliente—respondió sin mirarlo mucho a los ojos. Una sensación ardiente comenzó a brotar de ellos, sintiendo un placer extraño.
—¿Y esto?—dijo, chupando uno de ellos.
—Ah~
Khalid se quejó con voz ahogada y apretó sus manos. Exhaló lentamente mientras sentía un extraño estímulo en sus pezones. Sus movimientos eran suaves y a veces rudos, presionando y jalando hacia arriba entre el pulgar y el índice. Hacía más presión con el pulgar cuando lo jalaba, haciendo que su pezón se volviera caliente y duro. En el otro sentía sus labios, humedeciendo la zona, su lengua lamía la punta, haciéndolo estremecer.
Kierab acercó la rodilla que estaba entre sus piernas y lo frotó un poco, sintiendo que su miembro estaba bastante duro.
Continuó masajeando su pecho, escuchado como su voz se hacía cada vez más fuerte.
—Me encanta escucharte, Zoraf.
Khalid cerró los ojos y tensó su espalda al sentir que Kierab hablaba con la boca aún pegada sobre su pecho, sus labios hacían ruidos húmedos y llenos de deleite, como si estuviera devorando y disfrutando de él.
—No te haré esperar mucho—dijo Kierab levantando el rostro y lamiendo sus labios para luego acercar su mano al pantalón de Khalid.
Notó que sus ojos estaban fuertemente cerrados, apretando las sábanas con nerviosismo.
—¿No quieres abrir los ojos? —preguntó con una voz encantadora y seductora.
—Si quiero, p-pero...—dijo Khalid con la voz temblorosa.
—No te preocupes, en algún momento querrás abrirlos, estoy seguro.
Khalid sintió cómo Kierab se levantó de la cama y luego escuchó un sonido, como si hubiera tomado algo de algún lugar.
Kierab se quitó el pantalón, subió a la cama y le quitó los suyos a Khalid. Miró hacia abajo y vio su miembro, erecto y goteando. Sus ansias aumentaron y la lujuria se apoderó de él, con unos ojos que desbordaban toda clase de pensamientos. Se sentó a horcajadas sobre su entrepierna, haciendo que ambos miembros se tocaran.
—Se siento tan bien...—comentó Kierab acercándose a su boca.
Khalid exhaló como si fueran pequeños gemidos cortos al sentir su miembro tocando el suyo y la cercanía de su cuerpo desnudo. Recibió un beso en los labios mientras se imaginaba como se vería Kierab ahora.... Deseaba tocarlo, pero no sé atrevía.
Kierab se alejó de su cuerpo y acomodó mejor sus rodillas, juntándolas a sus caderas. Se separaba del beso para tomar aire y volver a chupar sus labios sin contenerse. Y entre más sentía la voz atrapada de Khalid y los sonido de humedad, más excitado se ponía, junto con una sensación ardiente en su parte baja que lo hacía volverse loco....
Kierab, sin poder soportarlo más, apoyó la mano en el abdomen de Khalid y dejó caer la frente en su hombro, cerca de su pecho, y exhaló con fatiga.
—Sólo espera un momento—dijo Kierab con un tono cansado y excitado.
Khalid se sorprendió al escuchar ese tono de voz, cuando un sonido húmedo lo dejó más desconcertado.
—¿Qué está haciendo? —preguntó Khalid confundido.
—Abre los ojos y mira por ti mismo—dijo, quitando su frente del hombro de Khalid, ayudándose con la mano en su abdomen.
Khalid dudó por un momento, pero al ver qué Kierab no hizo nada más no tuvo otra opción.
—¿No crees que es mejor cuando miras? —exclamó luego de respirar lentamente.
—¿Q-Qué está...?
Khalid sintió que todo el calor de su cuerpo aumentó al verlo. Kierab estaba usando sus dedos para tocar su propia entrada, estando sobre él. El sonido húmedo que hacían sus dedos era demasiado obsceno y claro que hasta podía imaginar la vista.
El ungüento que usaba era frío y resbaloso. Estiraba los dedos y abría ese lugar poco a poco, hasta que sus piernas temblaron.
—Quiero hacerte sentir bien esta noche. Espero que este lugar sea suficiente...
—Usted no tiene que...—dijo con nerviosismo y extendió sus manos, pero no pudo tocarlo.
—Yo quiero hacerlo—dijo Kierab frunciendo las cejas al sentir su piel estirada—Lo he pensado desde hace mucho... Incluso he practicado esto un par de veces en el baño. Por eso me tarde en el baño justo ahora.
—¿Usted...? —musitó avergonzado al imaginarlo en tal escena.
—He escuchado que se siente muy bien—dijo, exhalando con placer—Y el sólo hecho de imaginar tener tu pene ahí dentro...hace que me excite.
Khalid tragó saliva junto con un escalofrío. Su corazón palpitaba con tanta fuerza que podía sentir en su garganta. No importa lo mucho que lo amara, Khalid nunca le pediría hacer eso con él. Meterlo en él y estar en esa posición...
—Creo que es suficiente—dijo Kierab, sacando sus dedos. Se arrodilló con la espalda recta y tomó el miembro de Khalid mientras lo miraba, humedeciéndolo con el ungüento en sus manos—Se siente tan grueso y duro, espero que entre...—comentó con un tono bajo y serio, queriendo que se sintiera aún más excitado.
Kierab levantó sus caderas y se ayudó con la mano para meterlo dentro. La punta entró un poco, haciéndolo estremecer, sentía con claridad como se abría paso y estiraba su húmeda entrada. Bajó su cuerpo un poco más hasta que la mitad estuvo dentro.
Khalid sintió cómo la punta su miembro tocaba ese lugar, apretando poco a poco su miembro. Pero lo que más lo excitaba era la imagen de Kierab, quién lo miraba con ojos suaves y mejillas sonrojadas mientras lo metía por su cuenta, con su pecho en alto, expandiendose con cada respiración, y su propio miembro, que goteaba erecto.
—Es bastante grande...—dijo en voz baja, respirando con pesadez.
—Majestad—musitó con timidez.
—No...—puso ambas manos sobre su abdomen y dijo—Usa mi nombre.
Y seguido de eso bajó sus caderas por completo, metiéndolo todo de golpe. Gimió con las cejas fruncidas y tembló.
—Ah, Zoraf...
Khalid también se estremeció, cerrando los ojos con placer. La sensación de ese lugar tan tibio, suave, húmedo y apretado se sentía demasiado bien, tanto que su cabeza se sentía caliente y confusa.
—Dime si se siente bien—dijo Kierab con una mirada lasciva y comenzó a moverse.
—E-Espere...
Khalid aún sentía que estaba haciendo algo incorrecto, quería parar, pero su cuerpo sólo deseaba más. Esta era la primera vez que sentía algo así, era demasiado bueno para poder soportarlo.
—Ah, ah, espere... Se siente...
—Me alegra que se sienta bien—respondió sin dejar de moverse.
El miembro de Khalid lo penetraba con una sensación ardiente, moviendo y tocando todo en su interior. Pero era un poco difícil moverse así sobre algo tan grueso.
—Voy a... Deteng-
La voz de Khalid tembló mientras apretaba las sábanas, sintiendo un estímulo tan intenso que no pudo soportarlo más. Kierab no dejó de moverse, sintiendo que su interior se volvía húmedo, llenándose de un cálido líquido. Lo escuchó gemir mientras su espalda se curvaba y apretaba los ojos.
Entendían que era la primera vez que Khalid sentía algo así, por lo que no pudo contenerse por más tiempo, dejando salir todo dentro de él. Kierab esperó a que terminara de correrse y se detuvo. Lo miró con cansancio y apoyó las manos sobre la cama.
—No creía que fuera tan difícil hacerlo así—se dejó caer sobre su cuerpo y dijo en su oído—Ayúdame...
Aunque esas fueron sus palabras, Kierab en realidad no se sentía cansado. Un guerrero como él tenía mucha resistencia y un físico fuerte. Él simplemente quería ver cómo lo hacía, como se vería Khalid desde esa posición...
Por otro lado, Khalid no había superado el shock por correrse dentro de él, cuando de repente Kierab se acostó sobre su cuerpo y susurró eso a su oído.
—Quiero correrme con tu pene, quiero estar debajo de ti y que me hagas gemir, que me toques y que me veas mientras me retuerzo...
Kierab movió sus caderas, estando aún unido a Khalid. Besó su cuello y lo mordió suavemente.
Khalid exhaló y sintió los movimientos de Kierab, quién también sintió que el miembro dentro de él se volvía duro otra vez al escuchar sus palabras.
Khalid nunca podría acostumbrarse a la actitud tan directa y sincera de Kierab, y más cuando lo usaba para decir esa clase de cosas tan lascivas, haciendo hervir su sangre. Se sentía abrumado de pensar en Kierab, quién estaba siendo penetrado por él, junto con un deseo intenso y lleno de culpabilidad por querer hacerlo. Ahora que Kierab se lo había hecho no podía dejar de pensar en eso... Deseaba tenerlo.
—¿Te gustaría hacerlo? —volvió a preguntar Kierab.
Khalid se rindió ante la poca razón que le quedaba, y con el corazón latiendo como loco se dejó llevar por el momento. Después de todo, Kierab también lo quería.
—...Mm.
Kierab sonrió emocionado y levantó su cabeza para mirarlo a los ojos. Dejó un ligero beso en sus labios y dijo con un tono lujurioso y ronco:
—Se suave conmigo.
Khalid bajó sus ojos con vergüenza y dijo:
—Seré amable, lo prometo.
Con cuidado ambos se movieron, aún con Khalid dentro de su cuerpo. Enredó sus piernas alrededor de su cintura y se colgó de su cuello.
—Es mi primera vez, lamento mucho si lo hago mal—dijo Khalid con vergüenza.
—También es mi primera vez, pero estoy seguro de que lo harás bien. Yo te ayudaré—dijo mientras estiraba su cuello para besarlo.
Khalid cerró los ojos y le devolvió el beso, sintiendo que su lengua tocaba la suya. De inmediato sintió que las manos de Kierab se deslizaban por su espalda, buscando que se acercara más a él.
—Puedes comenzar a moverte—musitó Kierab pegado a sus labios.
Khalid lo miró a los ojos al levantar el rostro y notó que su cuello y mejillas estaban bastante rojas, sus labios estaban separados mientras respiraba con excitación, brillando con un fuerte color por el calor de sus besos y su saliva.
—Si le hago daño, dígalo.
Kierab asintió, levantó sus piernas y las sujetó con ambas manos. Khalid tragó y miró su cuerpo, completamente abierto a él. Su abdomen tensó, marcando todos sus músculos, y su largo cabello, esparcido por las blancas sábanas.
Puso las manos sobre la cama, a la altura del pecho de Kierab, y lo acercó lentamente. Cuando Kierab lo metió dentro por primera vez sólo sintió un poco de dolor, ya que se había preparado bastante bien, aunque si sentía una sensación de ardor al sentir la fricción y el calor de su miembro, al igual que ahora.
Lo sintió deslizarse, para luego perforar su entrada con cuidado, tocando su interior tan despacio que percibió cada sitio que era tocado, imaginando como se veía ese lugar. Pero Khalid no lo metió todo por miedo a lastimarlo, así que lo sacó y volvió a meterlo lentamente.
Poco a poco Khalid supo cómo moverse, concentrado, guiándose mientras miraba la expresión de Kierab, quién parecía gustarle algunos lugares que tocaba...
—Se siente bien ahí—dijo entre pequeños gemidos cortos que comenzaron a brotar de su garganta—Ve un poco más profundo...
Por su expresión Khalid supo que lo estaba disfrutando, con esa mirada suave con ojos afilados, y esos labios que no dejaban de exhalar placer. Khalid respiraba con nerviosismo, tratando de hacerlo bien. Escuchó su petición y lo metió un poco más, moviendo su cuerpo como parecía gustarle.
El ardor de ser penetrado, junto con la sensación caliente y placentera lo invadió aún más cuando lo sintió ir más profundo, frotando una zona bastante sensible que no sabía que existía.
—Ah, ah, aa...—Kierab tembló y sus cejas se fruncieron junto con un gemido. Cerró los ojos, e involuntariamente echó la cabeza hacia atrás.
Khalid se sintió aún más caliente al ver su reacción tan erótica. La manera en que su cuerpo se contrajo y apretó su agarre. Su voz, y cómo su cuello quedó al descubierto cuando gimió, resaltando su manzana de Adán de forma exquisita.
Está versión de Kierab era una que Khalid jamás había visto. De una actitud digna, heroica y fuerte, a una sensual, lujuriosa y seductora. La forma en que se mostraba ante Khalid era una que lo hacía volverse loco.
Khalid también gimió, sus movimientos temblaron un poco, pero siempre fueron suaves.
—N-No te detengas.
A Kierab lo invadió una oleada de sensaciones tan placenteras que sus sentidos se nublaron, enfocándose nada más en Khalid y en sus movimientos. Sentía el cuerpo débil y suave, con el calor quemando su piel.
Sus ojos nunca se apartaron de Khalid, quién lo miraba con deseo y vergüenza al mismo tiempo.
La suavidad de sus embestidas hacía que pudiera sentir todo con claridad, acumulándose poco a poco ahí dentro un placer indescriptible.
Incluso Kierab se sintió excitado y un tanto avergonzado al escucharse a sí mismo. No sabía que su voz podría sonar de esa manera. Y con solo ver los ojos de Khalid, supo que a él también le excitado oírlo.
Cualquier movimiento, sonido o palabra que lo excitara, Kierab lo haría. Quería que esta noche lo devorara con total satisfacción hasta quedar saciado...
—Zoraf—musitó sin aliento, sintiendo que estaba cerca de correrse. Soltó sus piernas y tomó a Khalid de los hombros.
Khalid también sentía que estaba a punto de llegar, y en el arrebato del calor lo sujetó de las piernas y se acercó a él.
—Leonid—susurró Khalid, mirando sus ojos brillantes y temblorosos. Sintiéndose cautivado por la forma en que Kierab lo miraba, sintiéndose tan amado por él, que no pudo resistir decir su nombre.
Kierab se estremeció al escuchar su voz, baja y llena de afecto. Sentía que con esto se habían acercado totalmente, que ambos se reconocían como amantes...
Un sentimiento ardiente invadió su pecho, al mismo tiempo que llegó al clímax. Tan claro e intenso, una sensación inexplicable que lo llenaba por completo. Tan placentera y cómoda que ni siquiera se dio cuenta que clase de voz y expresión tenía en ese momento.
Khalid lo vio totalmente lleno de placer, sintiendo como su cuerpo apretaba su miembro al correrse. Escuchando su ronca voz en un gemido, y con los ojos entrecerrados su cuerpo que se retorció sobre las sábanas, doblando su espalda y apretando el agarre sobre sus hombros.
Quedó un poco aturdido luego de correrse, sintiendo el ligero placer luego de clímax, pero aun así logró ver el rostro de Khalid, quién lo miraba con excitación.
—No te detengas, hazlo más rápido—dijo con un tono suplicante, sin soltar su agarre.
Khalid ya no podía resistirlo, así que fue con más intensidad mientras sentía como el interior de Kierab se estremecía, y sin mucho esfuerzo logró correrse dentro de él, sintiendo que su cuerpo se hacía más ligero, inundado por completo en el placer más intenso que jamás haya sentido.
Ambos respiraban con pesadez y se miraban en silencio. Kierab se acercó a él y lo besó en los labios, sintiendo su ardiente aliento entre los dientes.
—Zoraf...
Khalid le devolvió el beso, hasta que la respiración de ambos se volvió cada vez más lenta. Khalid lo sacó con cuidado en medio del beso y bajó sus piernas, que al tocar la cama no se separaron de él, y en cambio Kierab apretó sus caderas con ambas rodillas, sin querer perder el contacto con Khalid.
Kierab sonrió y acercó su mano para acariciar su mejilla.
—No sabes...cuando había querido hacerlo contigo—susurró Kierab.
Khalid se sintió avergonzado de inmediato, dándose cuenta de lo que acababa de pasar. Dudó un momento y respondió:
—Yo también...aunque me lo imaginé diferente.
—Podemos hacerlo como gustes. Otro día puedes ser "el de abajo" si quieres—dijo con una mirada pícara.
Khalid sintió que su rostro se ponía caliente, pero no dijo nada.
—¿Puedes ayudarme? No creo poder llegar al baño por mi cuenta. Siento que me tiemblan las piernas.
Khalid volvió a quedarse callado, sintiendo que estaba al límite de su vergüenza. Pero Kierab se divirtió por su reacción tan evidente.
"Adoro cuando pone esa cara..."
La luz matutina era agradable, entrando por el balcón que se extendía por toda la habitación. Las sábanas blancas se sentían suaves contra la piel desnuda, sin dar ninguna sensación de calor.
Khalid se movió, estirando un poco el cuerpo aún con los ojos cerrados, cuando sintió que su mano tocó algo tibio.
De inmediato recordó lo que pasó anoche. Notó que la sábana apenas cubría sus cuerpos desnudos, y Kierab, muy cerca de él, dormía plácidamente boca arriba.
"¡¿Qué demonios hice ayer?! ¿C-Cómo pude hacer..."
Pensó con pánico y vergüenza, queriendo alejarse un poco de él por miedo a despertarlo.
Pero Kierab sintió sus movimientos y abrió un poco los ojos para mirarlo. Notó su rostro, desaliñado y adormitado, con una expresión tímida y nerviosa.
Se acercó a Khalid y se acostó sobre su pecho, planeando volver a dormir.
—Duerme un poco más—musitó Kierab con voz ronca.
Cuando se movió justo ahora apenas sintió el entumecimiento en su cintura y caderas, no se sentía tan cansado. También notó un pequeño ardor y hormigueo en su zona baja, junto con un leve dolor. Pero estas molestias no le resultaron demasiado incómodas, sino más bien le hacían sentir una reconfortante sensación de felicidad y dicha.
Khalid no se atrevió a moverse y se quedó ahí, sintiendo su cercanía tan íntima.
—No importa si te acomodas, puedes moverte cuanto quieras—añadió Kierab al sentirlo rígido.
Poco a poco el cuerpo Khalid se fue relajando, pero su mente aún era un lío. Kierab estuvo entre el sueño y la conciencia por una hora, hasta que escuchó la voz de Khalid:
—Dentro de poco debe ir a la reunión del consejo...—no quería molestarlo, pero debía recordarle sus deberes.
Kierab torció la boca con disgusto, aún con los ojos cerrados. No quería separarse de él.
—No importa si llego un poco tarde—pensó un momento y luego añadió—Aunque no sé si podré levantarme. Espero que no me vean mucho mientras camino raro.
Khalid volvió a poner tenso, nervioso, con el corazón latiendo sin control.
A lo que Kierab se rio, sintiéndose de muy buen humor al jugar un poco con la frágil vergüenza de Khalid.
Mini teatro 1
Khalid: "Q-Quiero hacerlo con su majestad... Espero que sea amable conmigo" *cierra los ojos* (≥///≤)
Kierab: Por favor, sé amable conmigo, Zoraf *se sonroja y sube sobre él* (-///-)
Khalid: (0//-//0)!!
Mini teatro 2
Kierab: Anoche fue tan salvaje... *se lame los labios con una mirada intensa*
Khalid: "¡No lo diga así!" (T///T)
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