Valiente

Era la tercera vez que besaba la tierra ante otro derribamiento por parte de su oponente,  pero al menos esta vez lograba incorporarse antes de que le patearan el rostro por milésima vez, si bien tenía una semana completa entrenando con aquel rudo y despiadado capitán, algo que ella misma había decidido y que a él pareció no importarle. Aun no lograba dar un golpe certero al rostro de su oponente o siquiera una patada que lograra derribarlo, pero eso no era lo demos, Petra aun no rasguñaba un tan solo centímetro del azabache y eso comenzaba a frustrarle demasiado.

-Si te concentraras más en tus ataques y te preocuparas menos en si voy o no a derribarte, a estas alturas y después de una semana, yo ya sabría que es un golpe tuyo, pero mierda Ral, deja de esquivarme e intenta dar un golpe de verdad.-  Levi esperaba impaciente a que ella recuperara el aliento, mientras observaba como la tambaleante Petra se acercaba a paso lento e intentaba atacarlo tal y como él lo deseaba, pero a pocos centímetros de él, perdía la poca estabilidad de su cuerpo y el golpe que enviaba carecía de velocidad o fuerza provocando que él lo esquivara sin dificultad alguna.

-Mañana es tu primera expedición y me pregunto cuántos metros fuera de la muralla Rose, bastaran para que seas mierda de titán en instantes. Algunos ineptos dicen que morirás a medio camino, yo apuesto a que solo será a veinte metros después de salir de esta asquerosa muralla ¿Tu qué opinas Ral?-  Petra bufó de inmediato con furia y recobró una postura vehemente y agresiva frente a él, pues Levi no solo se burlaba y hacia mofa de ella, también estaba apostando que moriría de inmediato como si ella no fuese nada... como si esos años en la academia hubiesen hecho de ella un parasito. Él se sentía tan superior y la dejaba frente a los curiosos soldados que observaban a diario el ''entrenamiento''  como a una débil niña que tenía como especialidad besar el suelo, ya que Levi no pausaba la pelea hasta que ella quedaba medio desmayada sobre el suelo.

No habían ni señas del capitán amable que él le mostro días atrás, ahora era frio y se comportaba distante y mal encarado hacia ella, le escucho decir varios insultos a la vez que la golpeaba sin piedad y también se sorprendió de saber que la veía con odio cada vez que tenía oportunidad ¿Por qué la trataba así tan de repente?

Petra se dio cuenta en cada uno de sus enfrentamientos, que el azabache era imposible de superar por alguien como ella, tan inexperta y débil ante él, con aptitudes inigualables en otras destrezas, pero tan patética en el enfrentamiento cuerpo a cuerpo. También escuchó por parte de sus compañeras que aquel hombre era llamado el más fuerte de la humanidad y que no había nadie que se comparara con él, en tan extrañas habilidades y descomunal fuerza. Pues Levi era fuerte y aunque ella lo descubriese de aquella manera tan simple y dolorosa, comenzaba a preguntarse qué clase de hombre era Levi en batalla y cómo demonios lograba mantenerse tan tranquilo ante sus ojos mientras ella apenas lograba respirar con sus fosas nasales llenas de sangre.

Hasta ahora solo conocía de él como capitán de la legión, lo fuerte y despiadado que era, lo estricto y nada amable que solía ser con todos y cuál era el castigo favorito que aplicaba todos los días y de manera imparcial aunque nadie hubiese hecho nada... limpiar. Si, mantener impecable cada rincón del cuartel hasta que el estuviese satisfecho y luego de eso, todos los soldados de cada escuadrón, podían retirarse a descansar un momento, antes de comenzar con más actividades y distintos entrenamientos.

La oji miel que cada tarde limpiaba sus heridas o descubría una nueva marca violácea sobre sus mejillas, se dio cuenta de que quizá enfrentar a Levi no había sido la mejor de sus ideas, pues ahora se sentía aún más triste y desconsolada que antes, ya que para los ojos de aquel azabache, ella era una inútil que moriría en su primera expedición, como todos decían... Pero un momento, una cosa era enfrentarse a un humano que parecía invencible y otra muy diferente, era rendirse ante esos malditos come humanos que a simple vista se veían tan torpes como escalofriantes.

Además ella entrenó para matar titanes y no al engreído azabache, a ese altanero capitán que solía escupir palabras sucias para todo ser viviente dentro de  aquellas murallas y que actuaba como si todos fueran una escoria, ese que se hizo llamar su dueño hace unos días y que parecía convencido de que ella le pertenecía quisiera o no.

Una vez más, Petra Ral se preparó para atacar, pero esta vez no usaría su fuerza física, usaría su inteligencia para callar de una vez a aquel obstinado capitán. Levi reconoció que en aquella amelada mirada, existía valentía y mucha determinación, algo que le gusto demasiado, pues si se pasó la semana entera poniendo aprueba el aguante y capacidad de Petra para soportar sus golpes y derribamientos, fue precisamente para medir si aquella soldado era capaz de soportar el infierno fuera de las murallas, él tenía la intención de volver a su mujer fuerte en pocos días, pues sabía lo que le esperaba y no estaba totalmente convencido de si la dejaría salir o no, aunque eso no fuera algo que él pudiese decidir o impedir para variar.

Sintiendo como el coraje y la adrenalina se apoderaba de ella, Petra se apresuró en atacar directamente al rostro de Levi, quien acostumbrando a ese mismo y repetitivo ataque tan elemental y corriente de la peli naranja, decidió hacer el mismo movimiento de siempre para tirarla al suelo, ignorando completamente que era eso mismo lo que ella deseaba. Justo cuando él se preparaba para plasmar su puño en el hermoso rostro de Petra, esta se agachó de inmediato y enrollo sus brazos en la pierna izquierda del azabache mientras tomaba impulso desde abajo y sacaba toda su fuerza interior, para suspenderlo unos cuantos centímetros del suelo y hacerlo perder el equilibrio de una vez, algo que le aseguraría que el caería de espaldas de inmediato y así fue.

Levi apenas se dio cuenta de que estaba sobre el suelo, cuando un agudo dolor en su cabeza se hizo presente a causa del impacto que recibió al caer, al parecer ese pequeño espacio de suelo, era lo suficientemente compacto y sólido como para provocarle una herida superficial en su cráneo, ya que el azabache sintió como un líquido tibio mojaba la parte trasera de su cabeza... y rápidamente lo supo, seguramente era sangre, pero estaba tan mareado y ajeno a qué demonios había sucedido en esos efímeros segundos, que nada más se limitó a parpadear innumerables veces mientras contemplaba el jodido manto azulado de cielo, las nubes y quizá el sol, pues era lo único que tenía frente a él.

Sintió como en definitiva el cuerpo de aquella mujer se posaba sobre él, a horcadas, sobre su cintura, de una manera que le hubiera parecido muy buena en otra ocasión y en otro lugar, de no haber sido por el puñetazo que se estampó en su nariz sin previo aviso y que lo dejo viendo luces de todos colores. Petra comenzó a golpear el rostro de Levi mientras él se dejase, era su momento, era en definitiva la única oportunidad que tendría para cobrarse cada uno de los golpes que le dio durante aquella infernal semana, debía recuperar su orgullo antes de que él se levantara y le diera su merecido por osar golpearlo de aquella manera.

Pero fue imposible que ella siguiera con lo suyo, cuando en un destellante y fugaz momento, logro ver como el suelo se pintaba de carmesí justamente detrás de la cabeza de aquel casi inconsciente capitán que con poco o nada de fuerza, intentaba quitársela de encima.

-¡Mierda, lo mataste!-  Irinna tomó a Petra por la espalda y la apartó de encima de Levi, varios soldados se acercaron y contemplaron como aquel temido hombre intentaba incorporarse del suelo a la vez que caía nuevamente ante lo aturdido e inestable que se encontraba.

-B-bien hecho... mocosa idiota.- Mientras se tambaleaba e intentaba recuperar la noción de las cosas, Levi logró pronunciar aquellas palabras antes de caer nuevamente de rodillas, la sangre no dejaba de brotar por aquella herida en su cráneo y descendía por su nuca hasta su espalda, Petra estaba inmóvil frente a él, pues con tremenda herida, el seguía luchando por mantenerse en pie y daba manotadas a cualquiera que deseara ayudarle.

-Ven conmigo Levi, te llevaré a la enfermería, estás perdiendo mucha sangre.-  Nanaba se acercó al azabache y logro ponerlo de pie mientras colocaba el brazo de él, alrededor de su hombro para sostenerlo y evitar que cayera nuevamente, nadie sabe porque Levi no empujó a aquella rubia mujer y porque no la insultó en todo el trayecto hacia la enfermería, pero pocos entendían que Levi sentía agrado por Nanaba de alguna manera y era la única persona a la cual trataba con respeto por considerarla una de las mejores soldados de aquella división militar. Por lo tanto no le incomodaba recibir ayuda de ella y joder, en ese momento la necesitaba, pues comenzaba a ver borroso y oscuro y no deseaba desmayarse frente a aquellos bastardos y mucho menos frente a su mujer, ella que era la culpable de que él estuviese moribundo a causa de una estúpida e insignificante herida en la cabeza.

-Le ganaste al capitán, sí que eres persistente Ral, me agradas, eres una mujer fuerte a pesar de ser tan enana y aparentemente debilucha, pero el capitán te asesinará después de recuperarse.-  Uno de los soldados se acercó a la desconcertada y despeinada Petra, esa que aún estaba absorta y de rodillas sobre el suelo, analizando cómo demonios fue que derroto a Levi... su rostro estaba pálido y lleno de tierra, azorada en todo sentido y tartamudeando monosílabos para el hombre frente a ella, ese que era uno de los subordinados especiales de aquel capitán, su nombre era Erd Gin, alto y con un cuerpo descomunalmente fornido, rubio y su cabello amarrado en una extraña coleta, que no lo hacía ver menos varonil o rudo, su rostro era amigable y siempre lo vio como a una persona amable y educada, pero ahora estaba en cuclillas frente a ella sonriéndole con gracia y burlándose por su evidente estado anonadado.

-No es cierto, además... ni siquiera tú has podido derribar o herir a nuestro capitán en aproximadamente un año, esta pequeña niña lo hizo con tan solo una semana de entrenamiento junto a él, eres muy valiente y te admiro por soportar cada enfrentamiento y esmerarte cada día más, lo venciste, derribaste al más fuerte de la humanidad, eres grandiosa Ral, deberías formar parte del escuadrón de operaciones especiales.-  Otro de los subordinados de Levi se acercó a Petra quien sonrió ante aquellas palabras, la estaban llenando de elogios y haciéndola sentir como una verdadera heroína y eso le hacía feliz, muy a pesar de que se sintiese mal por el capitán, ella le demostró a todos lo fuerte y valiente que era. Se encogió por completo al sentir como aquel hombre de tez ligeramente morena, con un peinado corto y un mechón levantado en la parte de atrás, la despeinaba aún más y se sentaba junto a ella para darle la mano y presentarse formalmente como, Gunther Schultz.

-No le digas eso... es probable que se lo crea y se sienta superior desde ahora, solo tuvo suerte porque el capitán se resbalo y se golpeó con esa gran roca, ella no hizo nada, simplemente aprovecho el descuido del capitán para atacarlo mientras él estaba inconsciente.-  Esa voz era conocida, Petra sabía quién era el dueño de aquel molesto y arrogante tono de voz.

Auro Bossard estaba detrás de ella diciendo aquella sarta de mentiras y mostrándose altanero frente a ellos,  ella solo arrugó el entre cejo y le envió una mirada desafiante a aquel con el cual no había platicado desde aquella vez en que se desmayó a causa de la inesperada y nada clara información que recibió de él, pero ahora que lo escuchaba decir tantas barbaridades, sintió deseos de darle un codazo en los costados y hacerlo callar de una vez.

-Yo no me aproveché de ningún descuido, lo derribé limpiamente y si se golpeó en el suelo... no es mi culpa ¿O sí?- Petra estiró los labios y arrugo la nariz algo molesta y decidió cuestionar  a aquel engreído joven de cabellos claros y ojos avellanas, que ante el gesto de aquella que en antaño fue su mejor amiga y amor de la infancia, se sonrojó de inmediato y se dio la vuelta para ignorarla por completo y evitar que lo viese de aquella manera acusadora.

-No le hagas caso a Aurou, solo esta celoso de que una niña se cargara al capitán y él no.-  Erd tomó asiento frente a Petra y poco a poco se indujeron en una charla trivial y amena, todos en medio del campo de entrenamiento y cerca de la mancha escarlata que el capitán Levi dejo como evidencia de que estuvo ahí minutos antes. Petra reía ante cada ocurrencia de aquellos soldados y le agradaba saber que no eran igual de altaneros que Aurou o el capitán, aunque el hombre de cabellos claros parecía imitar los gestos de Levi en todo momento y eso le desagradaba de alguna manera. Irinna se mantuvo a un lado de Petra y se fijó muy bien en cada uno de aquellos hombres que inesperadamente se acercaron a su chiquilla, pero no los encontró peligrosos o con intenciones sucias, por lo tanto formo parte de sus pláticas y de vez en cuando aprovechaba para insultar a Aurou, quien no terminaba de caerle bien, dijese lo que dijese.

-Entonces ¿El capitán Ackerman va a matarme? Espero que tenga piedad de mí y no me haga limpiar el excremento de los caballos por un mes.-  Todos comenzaron a reír ante aquella ocurrencia y comenzaron a transmitir valor y resignación a Petra, quien aún no esfumaba aquel terrible sentimiento que se acumuló en su pecho, desde que vio al capitán medio muerto. Su interior le gritaba que era una bruta y la Petra dormida en su inconsciente comenzaba a desesperarse demasiado, pues no solo se alejaba de su esposo, también lo estaba irrespetando y eso no le agradaba, así que llenando su mente de ideas y dejando que todo tomara su lugar. La oji miel decidió ir a ver a Levi para pedirle disculpas por su arrebato y aceptaría con gusto cualquier castigo que el decidiese aplicarle.

Entrar a la enfermería y buscar al azabache en cada habitación fue una gran pérdida de tiempo para Petra, pues tarde le dijeron que Levi había abandonado aquella cabaña y ni siquiera lograron suturar la herida de su cabeza pues el aseguró que quemaría la enfermería si lo llegaban a tocar. Para alivio de Petra, el azabache estaba perfecto y al parecer de muy buen ánimo... mierda.

La peli naranja tomo un baño con rapidez y sacó de su cuerpo la tierra y el sudor que acumuló aquella tarde a causa de tan exhausto enfrentamiento y luego de colocarse un uniforme limpio y dejar su cabello naranja suelto por su evidente humedad, comenzó a caminar hacia la oficina de Levi, tenía que presentarse ante él de una buena vez, pues la incertidumbre la estaba matando.

No se dio cuenta de cuantos golpes dio sobre la puerta de madera frente a ella, pero estaba segura de que fueron suficientes para que él los escuchara, pero también se preguntaba si acaso él no se encontraba en su oficina... tal vez estaba en su habitación, pero ella no sabía exactamente donde quedaba su cabaña, así que tendría que esperar a la cena para verlo.

Antes de que ella regresara por donde vino, la puerta de aquella oficina se abrió de inmediato y Petra dio un pequeño brinco cuando vio al azabache frente a ella con la cara endemoniada y con ganas de asesinarla si era posible. Apenas pudo procesar la situación cuando él la tomó del antebrazo y la hizo entrar a la fuerza dentro de aquella oficina.

Levi no soltó a Petra y la llevo de inmediato hacia el sillón, ella muda y completamente expectante de él y sus acciones, se dio cuenta de que su cabeza sangraba demasiado y que parecía totalmente perdido y desorientado con todo a su alrededor. Ella lo supo de inmediato, Levi estaba mal a pesar de tener ese semblante sobrehumano que en poco tiempo cobraría factura por ser tan descuidado y de un momento a otro, él se dejó caer sobre el sillón mientras le entregaba una botella de alcohol y una aguja semicircular  a Petra.

-Encárgate de esto tú, no puedo hacerlo yo solo, sutura la herida de una jodida vez.-  Petra no tenía ni idea de cómo carajos lo haría y comenzó a temblar desesperadamente al verse a ella misma en aquella horrible situación.

-Mierda mujer, te vi tejer ropa para nuestro hijo muchas veces, sabes cómo usar esas jodidas agujas, solo ensártala en mi piel y únela al otro extremo, como si yo fuera una maldita manta de costura.-  Petra se quedó viendo la extraña aguja y la herida de aquel hombre, no era tan grande, pero le asustaba el solo verla y comenzó a negar muchas veces, ella no haría tal cosa, ella no lastimaría al capitán con su torpeza.

La puerta de aquella oficina se abrió de inmediato, dejando ver a una castaña de lentes que se acercaba con un pequeño maletín en manos y al ver la escena de Petra con sus manos temblando y la aguja entre sus dedos, se dio cuenta de lo que ocurría y nada más comenzó a reír con mofa mientras preparaba todo en una mesa que estaba a la par del azabache.

-Me dijo Nanaba que huiste de la enfermería y que la herida era grave, pero veo que solo querías que tu mujer te curara... pero mírala está muerta de miedo, supongo que nada de lo que planeaste dio resultado.-  Diciendo cosas que normalmente diría para enojar a Levi, fueran ciertas o no. Hanji le pidió la aguja a Petra y esta con rapidez se la entrego, al parecer Hanji si tenía idea de que hacer, pues la vio preparar algunas gazas con alcohol mientras se colocaba detrás de Levi y comenzaba con la tarea de coser aquella herida.

-Quítate la camisa enano.-  A estas alturas de la vida, a Levi poco le importaba si era Hanji quien se encargaba de la molesta herida, al menos confiaría en que la maldita esterilizó todo muy bien y tendría que hacerse a la idea de que el alcohol mataría cualquier bacteria que ella tuviese en sus manos, por lo tanto obedeció y se quitó de inmediato la camisa que antes había sido blanca y se acomodó en el sillón dándole a Hanji facilidad para hacer su trabajo.

Petra observaba desde el escritorio como la mujer de cabellos castaños se encargaba de la situación y de cómo el capitán Levi soportaba sin dificultad alguna el escozor del alcohol y las aparentemente nada dolorosas perforaciones de la aguja y el hilo que cerraban aquella herida. Ahora que lo pensaba, se veía fácil, tal vez si hubiese podido hacerlo y no parecer como una completa tonta frente a él y la líder de escuadrón, que se veía demasiado animada y muy cerca del azabache, demasiado cerca, Petra incluso creyó que se le subiría en la espalda a Levi de un momento a otro y eso la hizo rabiar, pues por alguna razón, ella estaba enojada con tener que ver como las manos de aquella mujer de lentes acariciaban la cabeza de su azabache y a veces sus hombros, aunque solo fuese su mera imaginación, ya que Hanji apenas y rozaba la piel de Levi para evitar que él la insultara o algo peor. Pero para Petra, su azabache no parecía incomodo con ser acariciado estando sin camisa. Alto ahí... no lo estaba acariciando, solo lo curaba y... él no era de ella.

Petra se acercó a Hanji y le pidió que le diera la aguja y la pinza, ella se encargaría de suturar esa maldita herida y poco le importaba quien se opusiese, ella simplemente no quería ver a Hanji cerca de Levi nunca más.

-Lo haces bien, pero has la puntada más cerca de la anterior, o si no quedara una cicatriz muy fea.-  Hanji se quedó cerca de ella y le decía con suavidad que hacer, la castaña disfrutaba mucho de eso, pues aparte de que estaba enseñando algo nuevo a Petra, también la acercaba al azabache, quien se veía cada vez más pálido y fastidiado por que se tardaran más de lo normal, pero sin duda a gusto de que fuera Petra quien lo hiciese y él no tenía objeción alguna ante ello.

Hanji abandonó aquella oficina con la última puntada y luego de decirle como anudarla para que el trabajo estuviese terminado, la castaña se esfumó de inmediato y eso hizo que Petra se volviese a poner nerviosa, pues ahora tenía a un Levi semi desnudo frente a ella y obviamente, debía limpiar el desastre. Con algodón y alcohol, comenzó a asear todo rastro de sangre con mucha suavidad y delicadeza, la oji ámbar sintió a Levi tensarse cuando sin querer acaricio su cuello y también lo vio apretar los puños cuando ella se alejó de él. Cohibida y avergonzada por lo que había provocado, se paró frente a él y comenzó con un largo e interminable monólogo de disculpa en el cual detallaba por qué actuó de esa manera y que no había sido su intensión causar un desastre tan grande. Levi mantuvo su expresión seria y escucho cada palabra de la peli naranja hasta que simplemente se perdió en su mirada y en sus gestos.

Levi no sabía si se sentía mareado por la pérdida de sangre o embobado por ella, pero fuse lo que fuese, era mejor terminarlo de una vez.

Sin decir nada, se puso de pie y le pidió a Petra que se retirara, ella no entendía porque simplemente él ya no insistía con nada que tuviese que ver con su pasado y simplemente respeto aquella orden y se dirigió a la salida de inmediato y sin preguntar nada, pero antes de irse por completo, le escuchó decir suave pero lo suficientemente claro, cosas que a ella le hicieron suspirar entrecortadamente.

-No hagas nada estúpidamente valiente durante la expedición solo porque lo veas necesario y obedece a tu líder de escuadrón, solo es una jodida expedición de inspección, vamos, verificamos una nueva ruta y volvemos... no le dejes nada fácil a esos bastardos de mierda y procura que no te coman, me pediste un año para regresar mocosa y no tengo planeado que mueras antes de que se acabe.- Petra asintió y no dudo en sonreír para él, a pesar de que por dentro se sentía sumamente afligida y se preguntaba ¿Qué tan malo era salir de las murallas? ¿Por qué él estaba tan preocupado? Bueno pronto lo descubriría, mientras tanto haría de cuentas que no escuchó lo del año que prometió y se mostraría frente a él, como una soldado valiente y decidida, dispuesta  perder o ganar todo por la humanidad.

-Descuide capitán, no dejare que me coman y espero que usted también regrese a salvo. Trate de descansar, yo traeré la cena para usted esta noche.- Petra salió de aquella oficina antes de que él se negara rotundamente a sus ofrecimientos y ambos terminaran peleando, pues al parecer ella tenía claro cómo era la actitud de Levi y poco a poco se hizo una  idea de que aquel despiadado soldado, era como un niño caprichoso y malcriado, uno al cual deseaba mimar de vez en cuando.

Luego de cenar a gran velocidad, corrió a la cocina y advirtió a la mujer que daba las raciones, que ella se ocuparía de la comida del capitán Ackerman y para su suerte, nadie se interpuso entre ella y la gran olla de sopa de verduras y patatas, excepto una mujer que parecía tener las mismas intenciones que ella.

-Erwin me pidió que me encargara de la comida de Levi, no quiere que la salud de su mejor soldado empeore y por ende no nos acompañe a la expedición de mañana, por lo tanto yo llevaré la cena del enano a su alcoba.-  Petra observó como Hanji le arrebataba el cucharon de las manos a la cocinara mientras tomaba un plato y se encargaba de llenarlo con sopa de verduras.

-¡Yo lo haré!-  La indignada oji miel se apresuró y esta vez fue ella quien arrebató aquel cucharon de las manos de su superior,  tal gesto dejo pasmadas a todas las presentes, incluyendo a Irinna quien se coló en la cocina con intención de robar una hogaza de pan.

Petra hizo caso omiso a las risitas picaronas de las féminas presentes y salió de la cocina con aquella bandeja entre sus manos y comenzó a caminar a paso veloz, pero pendiente de no derramar nada y no convertir aquello en un desastre.

La oji miel dudo en si ir o no, a la oficina del capitán, pues ignoraba si el estaría ahí o en su alcoba, pero al ser el único lugar conocido por ella, determinada y emocionada apresuró el paso antes de que la sopa se enfriara.

-Capitán, abra la puerta... ¡he traído la cena para usted!-  No tenía intención de molestarlo si es que acaso el creía que ella le alzaba el tono de voz. Y por su insensata manera de llamarlo para que abriera la puerta, él seguramente la insultaría como era debido, pero cuando lo vio frente a ella con su rostro inexpresivo e indicándole que pasara, ella se relajó por completo.

Con delicadeza acomodó la comida sobre el escritorio y sirvió un poco de agua en el vaso de cristal que con anticipación había colocado sobre la bandeja. Le pidió al azabache que tomara asiento y esperó atentamente a que el hiciera caso, algo que sorprendentemente sucedió. Ella sentía que su gesto serviría para ofrecer una disculpa ante lo ocurrido y esperaba ansiosamente a que él diera el primer bocado para decirle cuanto lo sentía una vez más.

Pero gracias a la luz de las velas y la hermosa luna que esa fría noche iluminaba el cuartel, Petra se dio cuenta de que el capitán, aparte de estar sumamente serio y callado, sin las típicas expresiones faciales de enojo y repugnancia, se encontraba... triste. O al menos eso veía ella en aquel pálido rostro, pues los hermosos y melancólicos ojos del capitán no se despegaban del plato de sopa y desganadamente y sin deseo alguno, el azabache apenas llevaba a su boca algunas cucharadas o mordisqueaba la hogaza de pan con la intención de no morder más que un insignificante gramo.

-¿Capitán, no tiene hambre? ¿Se siente bien?- Petra rodeó el escritorio y se colocó de rodillas a la par del azabache, ella se sentía culpable de que él estuviese tan decaído y sin ánimos de nada, aquello le estaba perforando el pecho e incluso tenia deseos de llorar, pero ¿Por qué?

-No me gusta esta sopa, me gustaba lo que preparabas para mi... sabias perfectamente que no me gustaba la sal y los estúpidos guisantes, agregabas gotas de naranja al té y a veces preparabas tarta de fresa... Todo te quedaba bien, aunque una vez decidiste matar por tu cuenta a una gallina y terminaste manchando de sangre toda la cocina, dudaste mientras cortabas su cuello y se te escapó de las manos a medio degollar, la muy maldita en su intento de huir, lleno de sangre toda nuestra jodida casa, ese día no cenaste y lloraste dos días por ella y el sufrimiento que le causaste y ni hablar del jodido asco que te provoco eso durante una semana.-  Levi dejo caer su cabeza hacia atrás agradeciendo que la silla sirviera de apoyo a su nuca, pero ante el dolor de su reciente herida, se quejo de inmediato y regresó de nuevo a la posición erguida que tenía segundos antes. Petra permaneció en silencio y comenzó a imaginar con detalles todo lo que él había dicho, se escuchaba hermoso, ella era su esposa y se encargaba de su hogar, ella lo amaba y seguramente el también, pero no dejaba de sentirse mal por la expresión de amargura y tristeza que el mantenía en su frio rostro.

-¿C-capitán... que ocurrió con nosotros? Que hacia yo en María... ¿Dónde estaba usted?-  Petra se quedó de rodillas junto a él y acercó su rostro con excesiva confianza en el apoyabrazos de aquella silla en la que el capitán se encontraba. Levi bajó la mirada y se encontró con los encandilados y curiosos ojos de Petra, ella necesitaba saber que ocurrió ese maldito día, así como él también la necesitaba a ella, a su Petra, su niña... a la de antes.

-Querías decirle al vejete de tu padre que estabas embarazada, aproveché la jodida expedición de ese día para llevarte a tu antigua casa y no logre llegar a tiempo por ti, la muralla María fue atravesada por titanes y lo único que encontré fue tu casa en llamas, a tu padre muerto y... a BlackJack. No hay nada más que eso Petra, simplemente no llegue a tiempo y te perdí.-  La oji miel acomodó su mentón sobre la pierna derecha de Levi, parecía una chiquilla que buscaba refugio y consuelo en su persona favorita, era como un cachorrito a los pies de su amo, mientras intentaba figurar cada escena en su mente según las palabras que escuchaba de él  y quería que sus memorias de ese día regresaran, pero estaba en blanco, no recordaba nada y esperaba que Levi lo entendiese.

-¿Dónde estuviste todos estos años? ¿Qué hacías para vivir Petra? La mujer esa, ella no parece ser muy educada o fina ¿La historia que ella nos dijo es cierta?- Levi acarició con suavidad la cabeza de la oji ámbar mientras esta con temor se preguntaba ¿Qué debía contestarle? Ella aún no estaba segura de sí revelarle que vivió en un burdel, aunque no fue prostituta, pero él podría mal pensar la situación y acusarla de ser una mujerzuela, además ella estuvo a punto de acostarse con aquel hombre... ¿Ella con qué cara le diría eso? Además, el parecía ser un hombre posesivo y explosivo en cuanto a sus sentimientos, si ella revelaba su verdad, él seguramente la menospreciaría y la odiaría... por la tanto, mentir otra vez era lo mejor.

-Irinna me llevo a su casa... estuve ahí hasta que me uní al ejército, ella sabe hacer jabón y esencias aromáticas... aprendí mucho de eso y luego vendíamos jabón en el mercado y así logramos sobrevivir por mucho tiempo, además no es como si necesitáramos muchas cosas, solo éramos ella y yo.-  Tal vez lo del jabón era cierto, pero ella no mencionó que también robaba junto a Irinna y que muchas veces lo hizo de la manera más descarada posible, aquel mercado de Trost, las conocía a ellas por ser las ladronas más escurridizas y difíciles de ver o atrapar de todos y cada uno de los maleantes de aquel distrito, también omitió lo del burdel y los largos y fríos meses que paso hambre y necesidades en aquel lugar, bajo el dominio de Josephine. Como decirle que aprendió muchas mañas y bajezas de esas mujeres y mucho peor, como le diría que mostraba sus piernas a todos los hombres de Trost, por unas cuantas monedas cuando era bailarina en ese mismo lugar.

-Te busqué por mucho tiempo, no sé en donde diablos te metiste, pero no pude encontrarte... ni siquiera en las alcantarillas de mierda.-  Petra esbozó una sonrisa forzada ante aquello... pero sintió una grata satisfacción al saber que al menos ese hombre no visitaba burdeles, pues de ser así, la hubiese encontrado rápidamente... aunque ella ignoraba que después de dos años, cansado de buscar y con la necesidad y la repugnante lujuria calándole los huesos, Levi llegó a ese lugar para desesterarse o intentar olvidar sus pesares, pero ella ya no se encontraba ahí.

-C-capitán... perdóneme por no recordarlo como usted quisiera.-  La peli naranja decidió robar más espacio de aquella pierna y recostó su cabeza en ella mientras no perdía detalle alguno del rostro de Levi, aquel momento era tan pacifico, tan reconfortante, que ni siquiera le importaba traicionar la promesa que se hizo a ella misma, esa que consistía en alejarse de aquel azabache y poner una distancia necesaria entre ambos, para evitar cualquiera mal entendido. En ese momento, ella solo deseaba estar cerca de su azabache... si, Levi era solamente de ella.

-Si me recuerdas de la manera en que deseo... la mujer gritona dice que tienes sueños húmedos conmigo. ¿Eso es verdad, me sueñas Petra?-  La armonía entre ambos se esfumó apenas el terminó aquella frase, Petra se apartó bruscamente y cubrió su rostro de inmediato ¿Cómo pudo Irinna hablar de esas cosas con él? La había traicionado... la pelirroja había hablado de algo que se suponía era un secreto y no solo eso, se lo dijo precisamente a Levi, al hombre que estelarizaba cada uno de esos fogosos y divinamente hermosos sueños.

-Yo... es que,  n-no era usted y no eran sueños húmedos ¡Eran recuerdos!-  Su rostro estaba hirviendo a causa de la vergüenza y sus manos se aseguraban de cubrir sus ojos y mejillas para que él no notara lo abrumada que estaba. Petra dejo ver uno de sus ambarinos ojos en el momento en que movió sus dedos, únicamente para ver la expresión que tenía aquel hombre, pero se sintió desfallecer cuando lo que encontró, fue una mirada tan afilada como las hojas de las espadas que usaban para cortar el cuello de aquellos seres gigantes, tan fría y filosa, que parecía clavársele justamente en el pecho como una daga.

-¿No era yo? ¡Con quien tenías esos sueños entonces mujer!- Petra chilló ante el estruendoso grito del azabache, ahora comenzaba  a temer de él y sus arranques de... ¿Celos?

-¡Si era usted! Pero yo no sabía que... es que yo nunca vi su rostro y solo lo escuchaba susurrar ese nombre... usted decía Petra todo el tiempo, capitán Levi esto es vergonzoso no me haga decirle que tipo de cosas era lo que yo veía... por favor.-  Levi relajó el rostro de inmediato y apartó su mirada de aquella mujercita que estaba de rodillas junto a él, temblando y cubriendo su cabeza entera con sus brazos, pues la pobre Petra, creía que Levi le daría un puñetazo por hacerle creer cosas que no eran.

-Mierda... solo de imaginarte con alguien más, tengo deseos de matar en este momento. Así que por tu bien y por el maldito año que me pediste, procura no relacionarte con ningún bastardo en este jodido cuartel, no los mires, no les hables, ignóralos y nunca... escúchame bien, nunca me des motivos para incendiar este lugar con todos adentro mientras duermen.-  Petra tragó saliva de inmediato, estaba justo en la boca del lobo... un lobo posesivo y celoso, uno que no pronuncio palabra alguna durante una semana, pero que esa noche estaba hablando demasiado y para su desgracia, no era nada bueno.

-¿Amigos? Qué pasa si tengo amigos... también está mal, no... ¡Usted no puede prohibirme nada! Si quiere enjaular a alguien... cómprese un canario.- Ahí estaba de nuevo aquella mujer que no se dejaría amarrar por nada ni nadie, ser la esposa de alguien significaba ser un adorno que no tiene derecho de hablar con nadie o solo con las paredes y ella no deseaba que le quitasen la poca libertad que tenía.

-Tsk, puedes tener amigos de mierda, simplemente no quiero que se esparza el rumor de que mi mujer anda brincando en la cama de todos los soldados, mientras su jodido esposo espera un año a que ella se decida en si volver conmigo o no.- Mierda, ahora Petra si estaba enojada, en verdad logró enfurecerse con aquel comentario e inmediatamente se puso de pie decidida a dejar la oficina de aquel idiota capitán que creía que ella era un cualquiera. Furiosa y maldiciendo mentalmente al azabache, Petra comenzó a caminar hacia la salida y no le importó que el capitán Ackerman le ordenara quedarse, ella simplemente olvidaría esa noche, así como últimamente olvidaba todo lo que tuviese que ver con él y sus malos tratos.

-¡Te di una orden soldado!- Levi la detuvo en el momento justo, ella ya tenía el picaporte de aquella puerta en su mano y poco le faltaba para dejar ese lugar, pero la fuerza de Levi y esas rudas manos que la tomaban de su antebrazo, fueron suficiente presión para hacerla desistir, además él tenía razón, Levi era su superior y para su desgracia, a ella le encantaba seguir órdenes.

-Esto era más sencillo cuando obedecías a lo que te pedía sin refunfuñar y de manera sumisa, es una lástima que olvidaras como nos reconciliábamos cada vez que me hacías un berrinche... pero puedo hacerte recordar ahora mismo si lo deseas, solo dime que si mocosa.- Ahora ella estaba de espaldas, mientras él susurraba a su oído roncamente y de esa manera que a ella le pareció jodidamente atractiva y peligrosa.

-Buenas noches capitán Ackerman, procure terminar su cena y descansar muy bien.- Petra se soltó de un tirón y salió sin voltear a ver al azabache, quien sabía perfectamente que con sus palabras, había molestado a la oji miel y seguramente... ella estaba muy resentida con él en ese momento, pero al diablo, el nunca logro medir sus palabras y nada más decía lo que pensaba, sinceramente a Levi le disgustaba la idea de que Petra se fijara en alguien más, así que no podía solo vivir con ese pensamiento taladrándole su interior día con día, ella tenía que saberlo de una buena vez, aunque él lo dijera de esa manera tan torpe, en realidad él no estaba dispuesto a perderla y mucho menos compartirla.

Levi cabalgaba con rapidez hacia el punto de reunión frente a la gran puerta que dividía a la muralla Rosé del territorio de María, era la primera vez que llegaba algo tarde a la formación ¿La razón? Tenía como prioridad despedirse de alguien especial cada vez que salía de expedición y no podía fallar ante aquella damita de cabellos rubios y rizados, debía verla siempre y recibir de ella un abrazo que servía de motivación para regresar, aunque ahora también debía regresar por Petra, es decir, regresar junto a ella, seguro de que estaba entera y con vida.

Petra se encontraba en el escuadrón de Nanaba y su posición era a la izquierda de la formación, completamente lejos de Levi o de los altos rangos, ella serviría como centinela del flaco izquierdo al sur de la formación y recibiría órdenes de Nanaba cuando se le solicitara esparcir información para los demás escuadrones. Irinna fue asignada al escuadrón de Mike, en el flanco derecho, al norte de la formación y en definitiva... lejos de Petra. Varios minutos antes de que Erwin diera la orden de salir, aquellas mujeres se abrazaron con ternura y se prometieron cuidarse y regresar vivas, a como diera lugar.

La oji miel subió a su caballo y se preocupó por los irremediables estremecimientos que sentía por toda su espina dorsal, estaba emocionada y nerviosa, tenía algo de temor a lo desconocido, pero por alguna razón... se decía a si misma que lo haría bien y que todos regresarían a salvo por la tarde y de ser posible, prepararía la cena ella misma para celebrar que la expedición fue un éxito. Esa era la manera en que ella visualizaba la misión y confiaba en las divinas Diosas, de que todo sería tal y como ella lo articulaba en su mente. 

Hanji se posicionó junto a Erwin y Mike, con aquella psicótica y atemorizante sonrisa, sujetaba la correa del caballo con mucha emoción y se preguntaba cuántos hermosos titanes podría ver ese día y si alguno le permitiría acercarse lo suficiente para investigarlo sin comérsela de un solo bocado y mientras se consumía en esos pensamientos, esperaba ansiosamente a que el rubio diera la orden de salir.

Mientras que Levi, serio y antipático como siempre, se preguntaba cuántos morirían ese día y si lograría traer a Petra de regreso, mierda, ahora que ya no le importaba  nada, su mocosa aparecía para formar parte de la legión de reconocimiento y joderle los malditos planes de no preocuparse por nada. En verdad era una patada en los cojones imaginar que ahora ella era un soldado y como tal, la muerte le besaba su hermosa y esbelta espalda, dispuesta a llevársela apenas tuviese la oportunidad.

En posición y listos para partir, las campanas que indicaban la hora exacta de partida, comenzaron a sonar. Erwin dio la orden de salir y fue así como decenas de soldados cabalgaron con fervor y tomaron su respectivo lugar mientras recreaban la formación que en mucho tiempo planearon, en el extenso territorio de María.

Petra siguió a su escuadrón y se dio cuenta de lo inmensa que era esa tierra y de que el amplio terreno robado por aquellos seres, era el que la poca humanidad existente necesitaba para sembrar y no morir de hambre. Solo eso bastó para motivarla aún más.

De esta expedición dependía trazar una nueva ruta que con el tiempo, serviría principalmente para recuperar lo que los titanes robaron, un paso más para la humanidad, una batalla de la cual ella quería ser parte, ser un soldado útil a la causa, ese era su único objetivo, sus capacidades y fortalezas serian puestas a prueba ese día y ella, tan valiente y audaz, se dejó llevar por ese sueño.











Hi hi.

Hola mis amores.... Regrese, por fin!!! Lamento el retraso y espero que no me linchen en un hoguera y me quemen como a una bruja traidora..... okno. Espero que el capítulo le guste y cualquier errorcito háganmelo saber... es que lo hice bien fast flash... por que el homúnculo de mi hermano me quita el PC en todo momento... no puedo ni ir al retrete porque... es historia a parte.

Quería darles la expedición ya, pero me la reservo para el siguiente capítulo.... Por qué... hare tarea de Gestión educativa en este instante!!!! NO ESTUDIEN NUNCA MAGISTERIO PLOZZZZZ

Bueno, hablando del capítulo.... ¿Por qué quise darle su merecido a Levi? Bueno, estoy harta de ver como dicen las haters que Petra solo era una enana inservible que murió y bla bla bla bla.... Y me dije: Por bonita no fue que la aceptaron en la legión... por sensible y de carácter amable no se convirtió en la mejor de su generación, por inservible no fue nombrada como una soldado de elite y aceptada en el escuadrón del más fuerte... por lo tanto, Petra es capaz de rajarle su madre a quien sea y si en este capítulo derribó al enano usando una buena técnica..... Pues siiiii y siiii y está perfecto. Que Levi tenga cráneo de mantequilla es otra cosa.... Okno, hahahaha Pero algo que olvidamos a veces es... que Levi es humano, de carne y hueso, se lastima y que sea badass y el más crack de las murallas.... También tiene derecho a ser lastimado.. ¿o no? Tambien ya le di protagonismo de a poquito a los Anikis <3 ya estaba ansiosa por añadirlos hehehehee

Este Levi y su tonta manera de decir las cosas..... . . . .. ...... . .... ..... .... ...

Tengo pensado meter drama en esto y se vienen muertes para el next chapter... así que traigan el clorito y suavitel si lo desean

¿Quién es la rubia de cabello rizado de la cual Levi se despidió?

¿Es relevante la relación que tiene con ella?

¿Petra tenia celos de Hanji?

¿Habrán más celos en esto?

¿Vivirán o morirán? No se.....................!!!

Gracias por leerme y permanecer apoyándome LAS ADORO!!! Gracias por decirme que permanecerás conmigo y amaras lo que escribo siempre... eres especial: rossasura ❤️

BESOTOTES

-Alaiaack-

PD: El lemon es mi religión.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top