Soldados



Las chicas recogían lo poco que tenían, botines, pantalones y un par de viejos vestidos que guardaban con la única intención de usarlos en ocasiones especiales o días libres y lejos de la academia, pues como cadetes no podían hacerlo y entrenar era lo único importante para ellas ya que ni siquiera salían de ahí los fines de semana pues no tenían a donde ir o a quien visitar, pero a pesar de todo, no dejaban a un lado el hecho de ser mujeres jóvenes y fueron muchas las veces en que desearon beber mucho alcohol y bailar toda la madrugada y divertirse como solían hacerlo en el burdel. Aunque de vez en cuando Irinna lograba robar el whisky de los superiores sin ser descubierta, beberlo a escondidas y de contrabando no era nada agradable y lejos de disfrutarlo, parecían arrepentidas al día siguiente, al menos Petra si lo estaba ya que la pelirroja siempre se las arreglaba para robar una botella al mes.

La oji ámbar tenía la sospecha de que Irinna mantenía una relación ''amorosa'' con uno de los superiores, un hombre demasiado mayor para ella, pero la peli naranja era incapaz de reprocharle o hablar sobre ello, Leelu solo la veía abandonar su cabaña por la madrugada mientras ella fingía estar dormida y evitaba pensar en lo que ella haria esa noche. Tal vez para la oji miel el sexo no era una necesidad, pero para Irinna era algo vital, era una necesidad fundamental y algo que Petra no podría entender, pues en aquellos años de cadete, jamás contemplo la idea de acostarse con alguien, incluso teniendo la oportunidad unas cuentas veces, siempre se negaba ante aquellas indecentes peticiones que le hacían cadetes e incluso superiores y gracias al efectivo cuidado de Irinna, ella permaneció de esa manera hasta ese día.

Mientras la oji miel doblaba la última prenda y aquellos recuerdos se esfumaban lentamente, Irinna entró a la habitación con la noticia de que la carreta que las llevaría a la legión ya estaba esperándolas y pocos minutos después, abandonaron aquella academia para volverse soldados, soldados de la Legión de reconocimiento.

-No puedo creer que regresaremos a Trost, maldición no quiero saber nada de ese podrido lugar ni de los hombres que viven en el. Irinna chasqueó la lengua y arrugo la nariz con asco, de todos los lugares en los que vivió, aquel distrito era el que más odiaba y no era para menos, es probable que la mitad de los hombres la conocieran como prostituta y a pesar de todo, su pasado aun pesaba mucho en ella.

-No te preocupes, nos quedaremos dentro del cuartel y no saldremos de ahí. La joven de cabello largo y naranja, dio su opinión muy amablemente y a cambio recibió una fea mirada de Irinna y luego se mordió los labios con fuerza.

-¿Acaso crees que no dormí con varios de la legión? Eran mis favoritos, son tan salvajes en la cama, tensos y necesitados de sexo y como siempre esperan morir, lo hacen como si esa fuese su ultima vez. Petra le dio un fuerte codazo y la hizo callar de inmediato, a veces Irinna podía ser demasiado directa y ella podía comprender muy bien a que se refería en ocasiones y eso le hacia sentir incomoda.

-Prométeme que te portaras bien ahí, ahora estaremos cerca de comandante y capitanes y claramente habrán soldados que estarán en rangos superiores al nuestro, no quiero que nos expulsen de la legión. Irinna arqueó una ceja y analizó lo que ella le decía, pero no entendía a que se refería con ''portarse bien'' y por el momento lo ignoraría.

Fue por la tarde cuando las hermanas Delaney llegaron al cuartel general de la legión. Petra tomo su morral e Irinna llevaba con ella una pequeña maleta de cuero, mostraron la carta de aceptación al soldado de la entrada y este se encargó de que alguien las dirigiera a la oficina del comandante. La oji miel sentía como su corazón saltaba dentro de su cuerpo, sus piernas temblaban de emoción y le costaba mucho mantener quietos a sus carnosos labios, esos que querían formar una amplia sonrisa. El soldado se detuvo frente a una gran puerta de madera y toco solo tres veces, inmediatamente recibió respuesta por parte de una fuerte voz que le daba el permiso de entrar a aquella habitación y cuando el soldado abrió la puerta hizo el saludo militar y se dirigió a él con mucho respeto.

-Comandante Erwin, traigo a dos reclutas que argumentan ser aceptadas por la legión con un simple papel en sus manos, la graduación de esta generación es en seis meses, por lo tanto es probable que mientan. Irinna apretó los puños al escuchar el irritante tono de voz de aquel soldado, pero antes de siquiera reaccionar, el comandante les ordenó a ambas que entraran, ya que ellas seguían esperando fuera de la oficina. Las chicas entraron al mismo tiempo y se pusieron a la par del presuntuoso soldado, mientras hacían el saludo militar con todo el orgullo que sentían de estar frente al gran comandante de la legión.

-Ustedes deben ser las cadetes prodigio de las cuales me hablo Shadis, no las esperaba tan pronto por aquí, pero es grato saber que se gradúan antes por su indiscutible talento y con la única intención de unirse a nosotros. Deben saber que su fuerza es limitada ante un titán, cada vez que salimos perdemos a mas miembros de la legión con el único objetivo de trazar una ruta segura a Shiganshina y no puedo asegurarles que ustedes novatas regresaran con vida, conocen los riesgos ¿aun piensan en unirse a la legión? Los ojos de ambas chicas por poco y se salen de sus cuencas, el comandante les dio una no muy esperada bienvenida, pero al menos fue sincero en lo que les esperaba como legionarias y eso las hizo estar aún más seguras de que era lo que querían.

-¡Si señor! Ambas respondieron al unísono y completamente seguras, las dudas no tenían papel alguno dentro de ellas y el miedo era algo que ambas mantenían controlado a la perfección, eran valientes y eso bastó para que el comandante Erwin Smith se diera cuenta de las dos grandes soldados que tenía frente a él.

-Siendo así, les doy la bienvenida a la Legión de reconocimiento, ofrezcan sus corazones a la humanidad, hacen bien en superar su miedo a morir, son soldados muy valientes y tienen todo mi respeto. Nos encargaremos de darles el entrenamiento adecuado antes de su primera expedición, Shadis me dijo que las puso a prueba una vez y que se deshicieron de unos cuantos titanes que estaban asechando las murallas, es bueno que ya sepan a qué se enfrentan, aunque los titanes con los que normalmente nos encontramos no son para nada como esos, así que entrenen lo más que puedan e intenten no morir, el soldado aquí presente las llevara a su cabaña y como son hermanas compartirán la misma habitación, a las tres de la tarde será la bienvenida oficial, así que estén puntual en el campo de entrenamiento. Erwin desvió la mirada de sus documentos y al darse cuenta de que aquellas chicas eran sumamente diferentes en el aspecto físico, examinó con más detalle la información de cada una y al ver que todo coincidía, simplemente les pidió que se retirasen, aunque una de ellas llamó mucho su atención, aquel extraño color de cabello naranja que poseía la soldado más pequeña, solo lo había visto una vez en alguien más, aunque no recordara muy bien en quien.

Una vez acomodadas en su cabaña, Irinna decidió hablar seriamente con Leelu, si bien aceptaron frente al comandante Smith, ella aún no estaba completamente segura de querer morir tan rápido y necesitaba que la peli naranja fuera sincera con ella misma de una vez.

-¡Al menos admite que te da miedo! Irinna cuestionaba severamente y necesitaba una respuesta real.

-No te mentiré, me asusta un poco la idea de morir en la primera expedición, pero no tengo miedo de nada, para eso entrenamos todo este tiempo y aquí nos harán más fuertes, les ganaremos a esas cosas y ya verás que regresaremos  siempre con vida ¿no será que tú tienes miedo Irinna? La peli naranja rió burlonamente y luego le sacó la lengua a la enfurecida mujer que se aproximaba con un cojín hacia ella dispuesta a comenzar una guerra de almohadas. Ambas seguían siendo infantiles, cosa que sería imposible de creer por otros ya que siempre se les veía serias y poco amigables, aunque Petra siempre lograba encantar a todos con su amabilidad.

Luego de un recorrido por el cuartel, las chicas se presentaron puntualmente en el campo de entrenamiento, un hombre alto y rubio se encargó de presentar a cada uno de los capitanes de cada escuadrón y también informó que hacían falta aún dos capitanes, pero que pronto se presentarían ante ellas como debía ser.

-Mi nombre es Mike Zacharius, capitán del tercer escuadrón y entrenaran conmigo únicamente por esta semana, no soy el encargado de entrenar a los nuevos reclutas y quien lo hace volverá en estos días. Mike era un hombre demasiado alto y en verdad parecía poseer la fuerza de diez hombres juntos, su personalidad era extraña y la oji miel no pudo pasar desapercibido que el olfateara al aire cada diez segundos, cosa que le pareció bizarra e ignoró de inmediato cuando una hermosa mujer de cabello rubio y corto, tomaba la palabra frente a ellas.

-Yo soy Nanaba, capitana del quinto escuadrón y espero que las dejen a mi cargo, normalmente envían a las prodigio con el capitán del primer escuadrón, pero intentaré que en su ausencia al menos una de ustedes sea mi subordinada, el primer entrenamiento comienza a las siete de la mañana, dura tres horas y luego de eso se dedicaran a diferentes labores dentro del cuartel, uno de ellos es la limpieza e intenten hacerlo lo mejor que puedan o recibirán ciertos castigos, a las tres de la tarde hay otro entrenamiento pero este se basa únicamente en enfrentamientos de cuerpo a cuerpo, mi especialidad. La rubia era seria y sonriente a la vez, cosa que le agrado mucho a la oji miel, al menos se veía más normal que el capitán Zacharius.

-Ahora veremos porque las llaman las mejores de su generación, pero antes... preséntense ante nosotros. Ambas chicas dieron un paso al frente y la primera en hablar fue la pelirroja.

-Mi nombre es Irinna Delaney, tengo veintitrés años y pertenezco al distrito de Trost. Con su puño derecho sobre su corazón y su cuerpo completamente firme, Irinna se presentó aun sabiendo que mentía, ella era de la ciudad subterránea, pero sería muy difícil el explicar cómo salió de ese lugar, o en todo caso como salieron amabas de ahí.

-Me llamo Leelu Delaney, cumpliré dieciocho en dos meses y yo... soy de Trost. La peli naranja en cambio, aceptaba ser de Trost ya que desde el día que despertó, ese fue su hogar y no podría explicar nada relacionado con la caída de María si ni siquiera ella sabía que fue lo que ocurrió ese día. Ambas chicas detallaron muy bien quienes eran y de donde venían desde que se unieron a la academia y cada vez daban la misma información, no podían decir que una era ex prostituta y la otra una aparecida que perdió sus memorias de manera desconocida.

Pero para los capitanes, la joven de cabellos naranjas no paso del todo desapercibida, ella tenía cierto parecido a alguien, pero ninguno de los dos recordaba nada o al menos Mike no reconocía muy bien el dulce aroma a vainilla que venía de ella, aquel que por alguna razón le resultaba tan nostálgico. Nanaba veía el rostro de la oji ámbar queriendo identificarlo, por un momento la relacionó con aquella hermosa jovencita peli naranja y rostro de porcelana que vestía de blanco en aquella boda a la que fue invitada hace años, pero rápidamente borro esa idea de su mente al darse cuenta de lo absurdo que era compararla con la fallecida esposa de su camarada.

-Bien chicas, Irinna por tu altura lo más prudente es que entrenes con el capitán Mike únicamente por hoy, yo lo hare contigo Leelu y espero que seas difícil de vencer y luego entrenaran con sus compañeros. Nanaba se acercó a Leelu y esperaba que ella fuese un gran reto, su estatura no dificultaría en nada y por experiencia propia, sabia que alguien de menor estatura poseía algunas mañas y habilidades que otros no y como ejemplo de ello, estaba Levi.

Irinna se sintió complacida de entrenar con aquel hombre tan atractivo y masculino, mientras que Petra sabía que sus habilidades en la lucha no eran para nada iguales a las de la pelirroja, pero tampoco dejaría que su contrincante se diera cuenta.

-¡Atácame! Nanaba gritaba ferozmente al ver como la oji miel únicamente se defendía de los innumerables ataques que ella le hacía, supo defender bien su rostro, pero sus costados ya estaban más que lastimados y para el colmo, estaba sobre el suelo con ella encima demostrándole que las mujeres de la legión no eran para nada unas débiles damiselas.

Petra recordó una de las pocas veces en que se encontró en esa misma situación y decidió usar el mismo truco de siempre. Aprovechando a que ella desequilibrara a su cuerpo mientras lanzaba un puñetazo, la oji miel se abrazó a ella de la cintura y con toda su fuerza y adrenalina mezclada bajo la euforia del momento, la lanzó hacia un lado y velozmente se posicionó sobre ella mientras repartía una gran cantidad de puñetazos en su estómago, Nanaba soportó cada uno y cuando su oportunidad llegó, su puño derecho se estampo contra el ojo de la peli naranja derribándole de una vez, Leelu cayó de espaldas y totalmente desmayada y ante la acción, Nanaba se puso de pie y comenzó a gritarle a Mike quien sometía con mucha dificultad a Irinna sobre el suelo, este se detuvo y se acercó corriendo a la rubia quien se veía mortificada ante el estado de la chica. Irinna quien no necesito invitación, llegó al mismo tiempo que Mike y al ver a su niña desmayada, comenzó a sacudirla un par de veces para hacerla reaccionar.

-Nanaba te pasaste un poco... El rubio tomó a Petra en sus brazos y la llevó de inmediato a la cabaña que servía como enfermería, Irinna corría detrás  de él y la pobre Nanaba reflexionaba sobre su falta de control. Pero al final del día, ese solo sería uno de los muchos entrenamientos rudos y poco amigables a los cuales se enfrentaría la dulce oji miel.

La enfermera le pidió a la exaltada Irinna que saliera de ahí ya que no dejaba que ella revisara a la jovencita que comenzaba a reaccionar y gracias a Mike, ella pudo abandonar la enfermería un poco más calmada.

Petra apenas y pudo mantener un ojo abierto ya que el otro se encontraba hinchado y muy morado, le dolía demasiado y sentía como sus costados le recriminaban por todos aquellos golpes que recibieron a causa de una pelea a la que no estaba preparada. La enfermera le hizo beber una horrible medicina desinflamatoria y le pidió que descansara por lo que quedaba de la tarde y la noche, no era la primera vez que un novato llegaba en esas condiciones después de enfrentar a la capitana Nanaba y era hasta normal que llegaran con un ojo morado. La situación hubiera sido peor si el capitán hubiese sido otro.

-¿Ya estas mejor? Soy una bruta que no sabe medir su fuerza, discúlpeme soldado Delaney. La rubia asomó la cabeza por la puerta y cuando se encontró con la dulce y amoratada mirada de la oji miel, se sintió culpable de haber sido tan ruda.

-Descuide capitana, es normal recibir estos golpes mientras luchamos, una de las dos tenía que ganar y creo que su golpe fue limpio, aunque quiero una revancha. Nanaba sonrió ampliamente, era la primera vez que una novata estaba decidida a luchar con ella por segunda vez y se encargaría personalmente de que la oji ámbar fuera capaz de superarla, Nanaba estaba segura de que la soldado Delaney llegaría muy lejos si mantenía aquella chispa de determinación y valentía dentro de ella.

Fue Irinna quien se quedó con ella unas cuantas horas, la pelirroja le prometió en un susurro que se encargaría de patearle la cara a la capitana, cosa que Leelu le prohibió, esa actitud tan sobreprotectora de Irinna a veces le hastiaba y si no le ponía un alto, la loca que adoraba sería capaz de incendiar la legión por algo insignificante.

A solo dos kilómetros de aquel cuartel, Levi se encargaba de una asignación que a su parecer, era una mierda. Luego de seis meses de escuchar a Erwin hablar sobre las ventajas que tendría el formar un escuadrón de operaciones especiales bajo su mando, le hablaba tanto del tema que Levi aceptó de mala gana y refutando, tenía suficiente trabajo como para también hacerse cargo personalmente por las vidas de aquellos tres soldados que debían seguir cada orden que el diera por mas estúpida, riesgosa y mortal que fuera. El entendía los propósitos de Erwin y su manera de pensar, pero no tenía ánimos de relacionarse muy profundamente con personas que vería morir tarde o temprano, pero antes de verlos morir, los haría fuertes y se aseguraría de que sus habilidades incrementaran a niveles inimaginables, por lo tanto se internó con ellos en el antiguo cuartel de la legión, aquel bosque serviría para entrenarlos a la perfección con el equipo de maniobras tridimensionales y gracias a sus pesados entrenamientos físicos, la fuerza de aquellos soldados aumentaba día a día.

Ya solo faltaba una semana para dar por terminado aquel arduo y casi cruel entrenamiento, pero para Levi cada vez era más eterna su estadía en aquel lugar. Cuando sus subordinados cedían exhaustos ante Morfeo, el aprovechaba a entrenar como solo él sabía hacerlo, el amanecer llegaba y el apenas y terminaba aquella rutina de entrenamiento, pero esa noche no sentía deseo alguno de ejercitarse, solo deseaba una maldita taza de té y estaba a punto de perder la cordura a causa de eso. Ya tenía tres días de no beber aquel reconfortante líquido que para él era vital y no concebía la idea de aguantar una semana más sin aquellas hierbas que lo mantenían relajado.

Levi no lo pensó demasiado, esa noche regresaría al cuartel para abastecerse de té y regresaría antes del amanecer, solo necesitaba la cantidad necesaria para una semana y sabía perfectamente que tenía unas cuantas bolsas con aquellas hiervas escondidas en la cocina, nadie nunca encontraría aquel tesoro que guardo con recelo antes de irse y además, aquellos animales no sabían disfrutar él té negro como el, por lo tanto era probable que siguiese intacto. 

El azabache cabalgo lo más rápido que pudo bajo la oscura noche, en dos horas o quizá menos estaría en el cuartel y ni siquiera imaginaba que alguien dormía plenamente en la enfermería, ajena de que todo lo que le rodeaba era parte de ella misma o de quien solía ser.

''Si recuerdas, lloraras y sufrirás por siempre, pero también lo recuperaras a él, tendrás a Selene en tus brazos y a mí me devolverás lo que me robaste, déjanos volver Leelu, quiero estar con él, es ahora ¡se valiente y enfréntate a mí! Despierta de una vez Petra''

La oji miel despertó en la madruga a causa de un extraño sueño, estaba completamente sudada y sus manos aun temblaban descontroladamente, en aquella pesadilla se podía ver a ella misma acariciando su vientre mientras sonreía plácidamente y susurraba cosas a aquella hinchada pancita, estaba segura de que era ella aunque su cabello estuviera corto y su rostro se viese aún más joven y claramente se encontrara embarazada. Leelu la escuchó atentamente y pudo entender lo que ella le decía a su abultado vientre, Leelu quería que todo encajara de una vez pero tenía miedo de preguntarle a la chiquilla frente a ella, que significaban aquellas palabras que sonaban como ordenes.

Petra sintió su garganta seca y con sabor a medicina, lo cual le parecía una tortura. Tenía una venda en el ojo e intentaba ver bajo la oscuridad, y fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba sola. Irinna seguramente se marchó cuando ella dormía y claramente olvidó dejar un poco de agua en aquella habitación. Leelu se puso de pie y se encontró descalza, Irinna la vistió horas antes con una vieja bata blanca de dormir que le llegaba a las rodillas, sintió un escalofrió recorrer su cuerpo cuando salió de aquella cabaña en busca de la cocina y daba gracias al soldado que les dio el recorrido por el cuartel, pues gracias a él sabia a la perfección en donde se encontraba cada lugar.

Petra caminaba lentamente por cada pasillo, disfrutaba de la fresca brisa de octubre y se decía a si misma lo mucho que adoraba la estación que se avecinaba, el invierno era fascinante y era el momento en el que todos sus recuerdos la atacaban de aquella manera tan distorsionada, pero los disfrutaba mucho, pues la mayoría tenían como protagonista al hombre de ojos azul zafiro que le proporcionaba mucho calor bajo las sabanas. Suspiro de manera soñadora y sus mejillas ardieron al darse cuenta de sus pensamientos impuros con un hombre y por el momento se preocupó por descifrar el sueño de esa noche, entró a la cocina y se alegró de ver una candela casi a punto de morir alumbrando el lugar, la oji miel se aseguró de no hacer nada de ruido y fue sigilosa en cada movimiento, buscó en cada cajón una nueva candela y sin querer encontró también el tesoro prohibido, lo cerillos estaban en un estante y sin pensarlo más encendió la estufa con un poco de leña, esa noche se daría el gusto de beber una taza entera de té negro, ese que solo en dos ocasiones tuvo el placer de saborear. 

El agua hervía y las hierbas comenzaban a desprender su fuerte aroma a medida que hacían infusión, la deliciosa sensación de beber aquello, llenó a Leelu de emoción, jamás pensó que la legión se diera ese tipo de gustos tan caros y agradeció infinitamente el poder disfrutar de ello aunque fuese por una vez.

Levi caminaba por el pasillo y se dirigía únicamente a la cocina, sus puños estaban cerrados y parecían dos mazos de hierro que deseaban estamparse en algo o en alguien, el azabache sintió el maldito aroma a té desde que se bajó del caballo y estaba dispuesto a torturar cruelmente a la escoria que lo hurtó, aquella rata no recibiría piedad alguna y mientras el disfrutaba de su ansiada bebida, vería tranquilamente como el maldito se quemaba vivo.

Petra vertía con mucho cuidado aquella infusión en una taza, acababa de colarlo y lo dejó en una bonita tetera de porcelana que tenía la letra L en ella. Estaba ansiosa por sentarse y disfrutar de su sabor, pero apenas se dio la vuelta, la puerta de la cocina se estrelló contra la pared y ella únicamente dejo caer la taza al suelo ante la conmoción y en su rostro se formó una expresión de inquietud y miedo al no entender lo que sucedía.

Levi abrió la puerta de la cocina de una sola patada y al recuperar la compostura se dio cuenta de que un ángel estaba frente a él, un hermoso y delicado ángel de cabello naranja era iluminado por la tenue luz y le veía de aquella manera en que solo ella sabía hacerlo. El azabache se dijo a si mismo con burla y cinismo, que acababa de perder la razón. Estaba completamente jodido pues frente a él se encontraba su Petra.







HI HI :3

Aiiiñññññ que les digo????? no lo sé...

hay algo que me preocupa y que ninguna de ustedes a recalcado... aveces escribo Petra y aveces Leelu,,, estamos bien con eso???? es porque ella es ambas y pues......

EL REENCUENTRO MAMUSSSSSSSSSSSSS !!!!

Se prende? Se prendió? Se prenderá?

quiero sus bellos comentarios y espero críticas constructivas y opiniones .... teorías  y todo lo que decidan darme ❤️

VIVA EL RIVETRA !

El té negro es uno de los factores que componen mi amada OTP... si abuso de el .... es porque lo merece !

gracias por leerme.

-Alaiaack-

PD: esta portada estará por tiempo limitado.... la quitaré cuando empiece todo lo sensualon :3

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