Realidad
Destrozada, frente a la máxima autoridad de aquella división militar, la pobre e inconsolable Petra se deshacía en llanto mientras la interrogaban con una mínima de tolerancia, pues ya había repetido a su comandante, demasiadas veces, que no tenía ni idea de por qué Irinna había abandonado la legión, y mucho menos de porque se fue sin ella, logrando solo que se ahogara aún más en sus lágrimas, algo que lograba impacientar al alto rubio de cejas pronunciadas, que no parecía nada a gusto con tener que hacer tantas preguntas a la mujer de cierto azabache que no dejaba de verlo de manera asesina, por hacer que Petra llorase más de lo normal al comentar sin ápice de sensibilidad, que Irinna debería ser ejecutada por alta traición a la Legión de reconocimiento.
-Ella... ella no me dijo absolutamente nada, se fue sin mí y ni siquiera se despidió. Comandante ella no se había sentido a gusto desde hace unos meses por lo ocurrido a su pierna, quizá no se sentía lo suficientemente fuerte para estar dentro de la legión y por eso... desertó, estaba herida, no podía luchar.- E inconscientemente, Petra comenzó a excusar la actitud de Irinna, llenando de posibles pretextos para que ella decidiese irse así, de manera tan deshonrosa pero, pensando seriamente en que no era ya de utilidad para la legión, logrando que Erwin desistiera por ese momento en su objetivo de encontrar pistas, y aunque no quisiera decírselo de la manera más clara a Petra, la verdad es que Irinna era una traidora, y todo traidor merece un castigo para expiar sus actos.
Salieron de aquella oficina, él y su adorada peli naranja, y mientras caminaban por los pasillos, reflejando que él era simplemente un capitán que escoltaba a su subordinada hasta su cabaña, Erd observaba la escena, dudoso en si notificar o no al comandante Smith lo que esta mañana había presenciado en el dormitorio del capitán Levi, pero si lo hacía, estaría siendo muy desleal a quien confiaba en él y le había otorgado un cargo como líder en uno de los escuadrones más importantes de aquella rama militar. No podía traicionar a su capitán, pero si le daría una tunda a la pequeña Petra por ser tan desvergonzada y encamarse con un superior. Ya que él la creía una señorita casta y respetuosa, hasta ese día.
Fue imposible para Levi lograr que esa mujer parase de llorar y él que no poseía tanta paciencia, tacto o sensibilidad, simplemente la abrazaba sin decirle nada, manteniéndola acurrucada en sus brazos, escuchándola sollozar por horas hasta que por fin se quedase dormida.
Tales actos hicieron que el capitán más asocial y mal encarado de aquel cuartel, suspendiese las actividades de ese día, dejando a Erd a cargo de una exhaustiva limpieza en el interior de aquel cuartel militar, con la excusa de que ese sería el entrenamiento asignado para ese día, tapando con ello el hecho de que prefería quedarse mimando a Petra, como de costumbre.
Los días se acababan como si de segundos se tratasen, la mirada de Petra solo se iluminaba si su capitán estaba frente a ella, posteriormente se pasaba el día ejercitándose, cumpliendo con las labores que todo subordinado posee y siendo de utilidad en la cocina o en las caballerizas, todo con tal de olvidar a Irinna, y la manera en que la había dejado atrás.
Pero Petra no podía simplemente pasar sus días llorando por quien no quería estar junto a ella, y motivada, o más bien llenándose de valor, entrenaba sin descanso para una nueva expedición, haciendo caso a cada palabra de su superior, tomando en cuenta cada consejo que el de manera brusca le daba cuando torpemente se enredaba con los cables de su equipo, quedando maneada o sin posibilidad de utilizar sus navajas, dándose cuenta que errores como esos, solo la conducirían a una muerte inmediata. Y es que Levi lo sabía, y se lo repetía, ella no estaba exenta de la muerte. Y a pesar de que se sintiese segura sabiendo que cabalgaría junto a él, también entendía que él no tenía que estar pegado a su trasero, cuidándola como si fuese una mocosa inútil, por algo era un soldado, por algo había decidido unirse a legión, y toda aquella motivación se reflejaba en cada entrenamiento, escuchando para bien, palabras de aliento por parte de Gunther, charlas interminables sobre lo que ser un verdadero soldado significa, por parte de Erd, quien en ocasiones le hacía sentir incomoda y apenada por el simple hecho de que conociera su secreto. Y claro, Aurou quien en más de cien ocasiones, le hizo rabiar como nadie, por el simple hecho de que cada día se comportaba más y más como su capitán, desde el corte de cabello que a él le quedaba horrendo a pesar de ser el propio de un militar, hasta el jodido cravat que usaba pavoneándose por los pasillos y sintiéndose todo un galán, en fin, un tercio de las chicas en aquella división militar solían reír durante la ducha, hablando sobre el joven Bossard y su imitación barata, haciendo que Petra en ocasiones lo defendiera, comentado que desde pequeño siempre había tenido talento para payaso y charlatán.
Y mientras recolectaba algunos frutos amarillos y jugosos, propios de la primavera, observando de reojo como su capitán simulaba descansar mientras esperaba por ella, recostado sobre el tronco de un árbol al cual había amarrado los caballos, todo con tal de cumplir el capricho de ella y sus desmedidas ganas de hacer mermeladas con aquellos frutos, Petra se preguntaba si aquella calma duraría por lo menos una eternidad para ambos, pues a pesar de que en su corazón existiese el amor de Levi, el anhelo inmenso de ser libre, el deseo de despertar sabiendo que la humanidad ya era libre de aquellas jaulas, gracias al sacrificio de todos aquellos que morían fuera de las murallas, su alma parecía estar cansada... Pues no recordaba ya muy bien que tan feliz fue junto a Levi, cuando su padre aún vivía, cuando solo importaba cuidar de ella y su bebé, de su hogar y su esposo. Recordando simplemente lo malo, a pesar de que día a día intentara olvidar, lo que apenas hace unos años fue ser esclava de un burdel, las precarias condiciones de vida a las que tuvo que resignarse por un tiempo, para luego someterse a los más despiadados entrenamientos y...
-¿Necesitas ayuda? Te veo pálida niña.- Simplemente ya todos aquellos pensamientos se esfumaron, estando Levi frente a ella acariciando sus manos con suavidad mientras ella entre sonrisas salía del trance, solo para murmurarle con suavidad que ya tenía suficiente fruta, que debían volver, ganándose entonces un beso no avisado que le hizo suspirar enamorada, recordando que si su presente tenia aquel cabello azabache y esos ojos tan hermosos, pensar en el pasado no merecía la pena, y que tal vez soñar con un futuro al lado de su capitán, era lo mejor.
Y tal vez si, después de la siguiente misión, ella se veía a sí misma, viva, le pediría que nuevamente la dejase ser su esposa, que la llevara a un nuevo hogar, que deseaba parir cuantos hijos él pidiese y que la hiciese olvidar de inmediato cuales eran sus principales anhelos, pues con aquellos labios tan acaramelados, su mente se nublaba y a veces solo quería ser ella misma, o la niña que solía ser, esperando por su esposo en el umbral de aquel humilde hogar, durante el atardecer y con la cena lista para él.
-Petra... A veces quisiera saber qué es lo que pasa por tu cabeza en todo momento, pues no soporto ver esa cara de estúpida que pones y si te pregunto qué te pasa no contestas.- Eso fue lo único que aquel hombre tan recio murmuró mientras cabalgaban de regreso al cuartel, haciendo que Petra de inmediato bufara y dejara escapar entre dientes un improperio.
-Pues si no quiere ver más mi rostro, descuide... Me iré muy lejos, a un lugar en donde nunca más tenga que sentirse agraviado por mi cara tonta.- Y Levi solo pudo chasquear su lengua con fastidio al ver como su resentida mujercita cabalgaba con rapidez, obviamente para alejarse de él, pero no había nada que pudiese hacer para detener a aquella terca peli naranja, después de todo y aunque no lo admitiera en voz alta, al tedioso capitán Ackerman le fascinaba ver a su mujer enojada, pues le agradaba llegar a ella con motivos suficientes para llenarla de besos, caricias y acarameladas insinuaciones.
Disculpas, así le llamaba Petra a aquellos arrebatos tan dulces e impropios de su esposo. Pero vaya que disfrutaba que se comportara así, aunque fuese siempre bajo esa fría armadura compuesta de seriedad, fastidio y enojo.
Y aunque el durmiese tan pocas horas, ella estaba siempre recostada sobre su hombro, cuidando con esmero su sueño, observando su rostro que tenía esa mezcla de tranquilidad y alerta, que a ella le parecía tierna. Y pensando, pensando en el día de mañana, la expedición y los nervios que sentía al regresar al infierno ¿A cuántos camaradas vería morir? ¿Cuánta sangre mancharía su capa? ¿Regresaría con vida? ¿Acaso Erd, Gunther y Aurou?
No... no deseaba imaginar tales cosas, y simplemente abrazó a su hombre mientras su corazón latía desbocado a causa de los nervios que le producía la lenta agonía de no saber qué pasará el día de mañana, y al cerrar los ojos su miedo aumentaba observando como tal vez su amado Levi quedaba apresado entre las manos de aquellos seres tan horrendos, y gimoteó entre sollozos sintiéndose inservible al imaginar que podrían devorarlo y ella no sería lo suficientemente capaz para salvarlo.
-SSShhhh... son solo jodidas pesadillas mocosa, ven aquí.- Y entonces sintió el calor de su esposo, sus brazos apretando su cuerpo y unos cuantos besos en su frente que lograban tranquilizarla, pues sin darse cuenta se quedó dormida y todo había sido un horrible sueño, pero los roncos susurros de su adormilado azabache la traían de regreso a la realidad, y buscaba sentirse mejor mientras se acomodaba debajo de su cuerpo con los ojos muy abiertos por miedo a volver la escalofriante imagen de su vida entera pereciendo frente a ella.
-Te amo Levi... prométeme, que no vas a dejarme nunca más, que si me pierdo me vas a encontrar, que si un titán te traga vas a encontrar la manera de salir de sus entrañas, que si te aplastan te vas a curar y que si...- Los labios de su esposo le hicieron callar de inmediato, Levi la estaba besando para que dejase de decir tantas estupideces pero solo provocó que su tierna oji ámbar comenzara a sollozar y a mojar sus mejillas de lágrimas tan amargas que lo desesperaban de inmediato al no saber que decir o hacer ante tanta vulnerabilidad.
-Iría el mismísimo y mierdero infierno por ti, Petra. Además, crees que la idea de nadar en los putrefactos intestinos de esos monstros me agrada un poco. Basta de lloriqueos y duerme de una vez, o te juro que te dejo amarrada a una silla para que no vayas con esos jodidos nervios a una expedición tan rutinaria y molesta como tener ladillas en el trasero.- Atenta lo escuchaba pero no dudaba en soltar risitas ante sus ocurrencias, aquel hombre era excepcional, tan a su manera perfecto y sencillamente nadie podría igualar aquella singular manera de ser.
Y entre besos y caricias, fue logrando que Petra por fin cerrar los ojos y durmiese como debía de ser, y aunque en esta, y como en cada expedición, la impotencia de no poder ordenarle que se mantuviese lejos de los portones que daban la salida a las tierras del muro María, carcomía sin piedad el interior de aquel inquebrantable hombre, ese que solo se mostraba indefenso e inestable ante la sola idea de perder a esa muñequita de cabellos de zanahoria que iluminaba sus días desde hace ya tanto tiempo.
Levi deseaba sacarla de ahí, cobrarse uno de tantos favores que Erwin le debía y lograr que Petra abandonara el ejército inmune a cualquier castigo, intachable y no como una cobarde desertora, y eso no sería para nada difícil, si tan solo ella cooperase.
Pero esa mañana, la legión se embargaría en una misión de reconocimiento al otro lado del muro.
Y mientras ajustaba las riendas de su caballo, y el sol comenzaba a iluminar aquellas murallas, Levi permanecía pendiente de cada cosa que Petra hacía, desde la manera en que dobló las sabanas, hasta la suavidad con la que enjabonó su cuerpo durante el baño, y claro, mientras ensillaba su caballo y se mostraba lista para partir junto a sus camaradas hacia aquellas tierras abandonas e infestadas de titanes, en donde alguna vez ella solía cabalgar y jugar en la pradera. O al menos en eso pensaba mientras los insolentes murmullos de las aglomeradas personas cerca de la salida, le fastidiaban y le hacen susurrar por lo bajo, cuanto le desagradaban sus comentarios aduladores y vacíos, como si fuese él algo más importante que un saco de huesos y ya.
A medida que cabalgaban rumbo a su misión, y de no ser porque aquella villa se miraba útil para los planes del comandante, la legión no se hubiese detenido para inspeccionar el lugar, llegando a ser casi de medio día, después de luchar contra unos cuantos titanes, ver a uno que otro escuadrón salir muy mal herido de algún encuentro con un raro e inesperado titán anormal.
Pero desgraciadamente no estaban del todo seguros aunque estuviesen resguardando cada metro de aquella villa vieja y destruida, gritos desesperados comenzaron a escucharse alertando a los soldados y haciendo que Levi se aproximara con agilidad para brindar ayuda.
-¡Ahora ustedes... Todos serán destruidos! Los últimos de pie... seremos los humanos ¡Aaarrrrrrgghhhhh!- Teniendo sus extremidades dentro de la boca de aquel ser tan tenebroso, un soldado gritaba adolorido pero osado, estampando su navaja justo en el rostro de aquel ser que lo tenía apresado con sus dientes, consiguiendo que solo lo amordazara más haciendo que los huesos de sus piernas se quebrasen y astillasen sacándole alaridos propios de tan violenta mordida.
-El capitán Levi va a acabar con ustedes...- El valeroso y moribundo soldado gritaba aquello con orgullo y luego solo se escuchó el sonido propio de los cables del equipo tridimensional, el filo de aquellas navajas mezclado con el viento y un corte perfecto a la nuca de aquel titán. Levi había logrado acabar con el sin tanto esfuerzo, y sus ojos se mantuvieron fijos en aquellos bizarros enemigos. Uno a la derecha y dos a la izquierda, simple, así de sencillo analizaba el terreno y con la sangre en frio calculaba el siguiente movimiento.
-Capitán, traje refuerzos.- Y entonces aquella agitada voz, le hizo desviar su mirada, para darle las instrucciones necesarias a su preciosa oji miel, que se bien había abusado de los nervios durante la mañana, ahora se veía sobre cargada de adrenalina y concentración en su deber.
-Petra, cuida de los soldados de abajo. Reúne a los hombres restante y ayuda a exterminar los titanes de la derecha... Yo iré a acabar con los de la izquierda.- Y sin más nada, se alejó de ella y de Erd, quien junto a Gunther ya tenían claro qué y cómo hacerlo, mientras que Petra preocupada solo podía ver como Levi tan natural y sin problema alguno se lanzaba a acabar con aquellos gigantes enemigos.
Y mientras él se balanceaba por los aires buscando el ángulo perfecto para el siguiente ataque, los gritos de una divertida Hanji taladraban sus oídos, aquella loca charlaba con esos adefesios para luego rebanar su nuca como si nada y eso le cabreaba, lo mejor era deshacerse de ellos antes de que la muy idiota se enamorara de uno para variar.
-Bastardos... sigan haciendo esas caras de retardados.- Cada movimiento limpio y perfecto, rebanaba sus nucas con precisión y sin error alguno, los giros en el aire parecían la danza de algún extraño ser que traía muerte, muerte para aquellos crueles titanes que destruían y se comían a sus compañeros.
Pero siempre, cualquier inconveniente le hacía rabiar, en este caso la sangre sobre sus manos que manchaba también su afilada arma, y las ganas inmediatas de limpiar aunque aquel líquido carmesí se evaporara con rapidez.
Y dadas las prioridades del azabache, luego de acabar con la amenaza, descendió para ayudar con los heridos y mientras recostaba un camarada sobre la carreta, sus ojos se encontraron con la figura de una delicada peli naranja, de rodillas sobre el sucio suelo y batallando por mantener vivo a quien minutos antes logró salvar de ser tragado vivo.
-¡Capitán, no puedo detener la hemorragia!- Desesperada, Petra lo veía directamente a los ojos mientras sus manos apretaban las heridas de aquel valeroso hombre que cada vez respiraba más y más lento, murmurando apenas audible, el nombre de su superior en busca de que se acercara a él, para escuchar lo que parecían ser su últimas palabras, y así fue.
Levi observaba con serenidad a aquel soldado ansioso por saber antes de encontrar la paz en un eterno descanso, si su sacrificio había sido útil para la humanidad, o si acaso moriría esa tarde, en aquel callejón sin servir de nada.
Pero para Levi no existían buenos ni malos soldados, solo hombres de batalla que lo daban todo en aquel infierno, antes de que aquel soldado muriese mientras el sostenía su ensangrentada mano, logró dedicarle unas palabras a su honroso sacrificio por un ideal que llevaba a decenas de sus hombres a descansar en paz, la misma y anhelada paz que buscaban obtener si triunfaban.
-No llores... se fuerte Petra.- Susurró a la mujercita de cabellos de atardecer, mientras veía sus manos ensangrentadas en vano, después de querer ayudar a aquel que acababa de fallecer y de preguntarle si acaso este había logrado escuchar todo aquello que él había dicho con suma sinceridad, y después de escuchar el relinchar de un caballo y el llamado de su comandante, era hora de la retirada y no le agradó para nada la idea de irse sin terminar la misión teniendo en cuanta la muerte de sus hombres, pero al enterarse de que los titanes se desplazaban con rapidez hacia el norte, directamente a la muralla, se mostró preocupado mientras que Petra entendía lo que aquello podía llegar a significar.
-Es lo mismo que ocurrió hace cinco años, debe estar sucediendo algo en la ciudad, la muralla... puede que haya sido destruida.- Infinidad de crudos e inhumanos recuerdos se metieron sin permiso en la cabeza de todos, en especial de Levi, quien no se limitó en observar a su impactada y asustada chiquilla, esa que destilaba ansiedad en cada gota de sudor sobre su perlada frente seguramente por los recuerdos que se colaban en su cabeza de aquel trágico día que les arrebató todo, cinco años atrás.
Escuchó cada palabra del rubio y vio partir la primera escuadra, dio indicaciones a sus hombres y los vio desplazándose por el lugar en busca de sus camaradas, aprovechando que se encontraba ensillando su caballo a solas con una desorientada y visiblemente espantada Petra, fue que tomo el valor para hacer contacto físico con ella, tomándola de los hombros y sacudiéndola bruscamente para traerla a la realidad.
-Escúchame bien mocosa, no sé qué demonios está sucediendo ni voy a suponer o adivinar nada, solo vas a decir que si a cada cosa que te ordene y pobre de ti si no lo haces. En primera, asegúrate de poner esa cabeza tuya en frio y sin renegar a nada, prometerás que si la situación es una mierda dentro de las murallas, cabalgaras sin detenerte hasta ponerte segura en la muralla interior, usa el jodido equipo para llegar a Sina de ser necesario y más te vale esconderte hasta debajo de las piedras si acaso el infierno se desató de nuevo en estas inmundas jaulas.- A Petra se le hizo difícil entender o prestar atención ya que aquel agarre en sus brazos dolía y extrañamente se sentía violento al igual que las palabras que su azabache dejaba escapar con ese tono tan fuerte y aterrador, y su mirada, su mirada se veía nublada como su mente y en cuestión de segundos despertó a la realidad dándose cuenta de lo que Levi suponía y dejaba en claro.
Algo malo, muy malo estaba sucediendo y ella ya conocía ese tipo de escenario, ya lo había vivido antes y si de eso se trataba, si acaso los titanes habían logrado atravesar nuevamente una muralla, debía poner en frio sus pensamientos como él se lo pedía y mantener la calma por el bien de su estabilidad emocional, y aunque no le agradaba nada lo que él sugería, bueno, más bien a lo que la obligaba con una pizca de orden camuflajeada en el papel de superior a soldado, tensaba su mandíbula en el momento en que hacia el saludo militar para él, convencida de que cumpliría sus órdenes, pero trazando en su mente que debería hacer si aquello qué Levi suponía, fuese en verdad real.
Y mientras subía al caballo y se mentalizaba para todo a pesar de que pudiese no estar ocurriendo nada y tal vez los titanes solo estaban actuando extraño por algún motivo desconocido que no tuviese que ver con masacres, el cielo comenzó a pintarse de colores, humo verde, nubes que se teñían de negro, y el escandaloso color rojo en todo el ambiente, acomodaba sus pensamientos y esperaba o más bien deseaba recibir una orden que indicara el desplazamiento de su escuadra o contribuir al menos a derribar un titán, pero Levi lo tenía bajo control y solo daba órdenes a sus hombres, ella permanecía fiel detrás de su caballo y le parecía hasta estúpido matar titanes que ni siquiera se preocupaban por ellos, esos monstros parecían polillas detrás de la luz, y su luz parecía ser únicamente la muralla.
Pero todas las preocupaciones de Petra, pasaban hora tras hora y evolucionaban en otras más aterradoras a medida que se acercaban a la muralla del distrito de Trost y una gran cantidad de titanes estaban rodeando la entrada principal.
El atardecer se pintaba de naranja y sus ojos resplandecían con el ocaso y no podía siquiera parpadear, la legión rodeaba la muralla buscando un punto seguro para poder escalar, pues efectivamente la entrada se encontraba destruida y mientras se preparaban para escalar con sus equipos, un estruendo que hizo retumbar sus oídos y hacer crujir cada metro de aquellas paredes, provocó que Levi dejara de perder el tiempo hablando que Erwin de estrategias ante la inminente invasión y lo último que escuchó a parte de cañones y estruendos que se escuchaban como fuertes impactos contra el suelo propios de titanes derribados, fue el grito desesperado de Petra pidiéndole que se detuviera.
Pero el azabache no se detuvo, ni por ella ni por los soldados que se apresuraban a subir para ver que demonios estaba ocurriendo en el mismisimo infierno al cual regresarian despues de tanto tiempo, algo a lo que nunca estarian listos mucho menos preparados, pero que se volvia una realidad a la cual ya estaban acostumbrandose.
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...
Ojala que les guste!!!
ay casi se me frie el cerebro recordando cosas que apungtè hace mucho tiempo para este capitulo y si tiene muchos errores el cap, lo siento mi PC es una total shingadera inservible pero que me sirviò para terminar el cap hoy por eso la amo.
gracias Rivetrianas por la espera, graciiiiiiiasssssss. y soy feliz de quienes me lean nuevamente y de quienes siempre estan llenandome de apoyo d¡y de las que estan ansiosas por mas y de las que a veces se preguntan que rayos me hice y porque carajos no actualizo... creanme yo me castigo a diario por dejar en hiatus lo que mas amo.
Si me leen... deoz que feliz voy a ser, es como el despertar de mi espiritu fanficker y estoy tan estuciasmada. jejejejejejeje.
pequeño summary de lo que se viene:
practicamente la primera temporada del anime pero con el POV de Levi y Petra, acontecimientos importantes del manga, detalles cruciales para la historia y el toque de Alaiaack para cambiar toda la historia a su conveniencia para darle vida al Rivetra en este universo.
no me arrepiento de lo que voy a hacer U.U
Gracias... las adoro, gracias mil mil mil gracias por dejarme escribir para ustedes y mi amada OTP
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