Pasión

           


Con suma sinceridad, el apacible hombre de mirada profunda y pocas palabras, aceptó que esa apasionada noche invernal, en verdad había sido la más esperada de toda su insignificante existencia. Levi incluso quiso decirle a Petra cuanto había soñado con ese momento, él tenía un efímero y extraño arrebato de sinceridad que a cualquiera hubiese dejado perplejo, ya que una infinidad de palabras fluían en su mente en ese momento y él solo quería decírselas de una vez... El solo necesitaba hablar, quería hablar, por primera vez en mucho tiempo, el hombre más carente de expresiones y aparentemente reservado en cuestión de comunicación, necesitaba expresarse espontáneamente para su Petra, pero... 

-Siga así, siga capitán... aahh.- Las delicadas manos de Petra se encontraban salvajemente embrolladas en su azabache cabellera, manteniéndolo sometido, dominado y prácticamente obligado a permanecer en medio de aquellas torneadas temblorosas piernas que mantenía sobre sus hombros mientras se encargaba de dar un interminable placer con su boca a la insaciable Petra, quien parecía no tener fin en ese momento. Logrando que Levi se desesperase por no tener más participación que solamente provocar que Petra perdiera la cordura, con algo que para él era aburrido y exasperante.

-Ya fue suficiente soldado, ha sido hasta demasiado supongo.- Levi logró zafarse del insistente agarre que la oji ámbar descuidó cuando nuevamente llegaba a la cúspide del placer, y al sentirse sumamente complacida, ignoró que mientras se estremecía desnuda sobre la cama con sus ojos cerrados y su cuerpo siendo exquisitamente atacado por espasmos que la hacían jadear y retorcerse.  Levi se limitaba a observarla cuidadosamente, a pesar de que las tenues penumbras fuesen iluminadas nada más por destellos de una luna de invierno.

Él se despojaba de sus prendas con suma lentitud, nadie le arrebataría el momento, nadie se atrevería a estropear su cielo, y el que se atreviera... No sobreviviría para contarlo, por lo tanto... Ser paciente y sosegado, fue una faceta que se estaba encargando de afinar a la perfección mientras en su interior cada uno de sus demonios inquietos protestaban por tan repentino cambio y se lamentaban por estar apresados por un Levi deseoso de amar, con la misma suavidad y ternura que años atrás se había perdido.

Petra y cada una de sus agitadas exhalaciones, lograron estabilizarse mientras el efecto del éxtasis descendía y el tormento de sentirse cohibida por tan vulgar actuar la atacaba a ella, ella quien tenía sus ambarinos orbes posados en el torso desnudo de ese hombre que estaba sobre ella, aprisionando sus muslos mientras se mantenía de rodillas sobre la cama, y deslizando suavemente su pantalón de tela sencilla, ese hombre que ni siquiera se inmutó al darse cuenta de que ella ansiosa y atrevida, esperaba  a que de una jodida vez se mostrase completamente desnudo para ella, pues ella ya no podía lidiar más con esa lentitud.

La oji miel no lo soportó más, al parecer esa noche no podía seguir aquel torturante ritmo al cual se veía sometida, esa noche en verdad ella no deseaba prolongar aún más la espera, por la tanto y sin siquiera dar tiempo para poder ser comprendida por el azabache. Petra se incorporó sobre el colchón y al darse cuenta de que su rostro se encontraba a pocos o casi nulos centímetros del trabajado y escultural abdomen de su capitán, comprendió que con tan apetecido pecado, era más que obvio el hecho de que a ella la inocencia poco o nada le duró cuando se casó con él.

Ahora ya no importaba en lo absoluto y mientras sus manos terminaban de deslizar el jodido pantalón que logró hacer descender hasta dejar al capitán expuesto de una manera peligrosa, se gritó a si misma que ella de niña inocente no tenía ni un pelo, y aunque intentara ignorar lo que había frente a ella, sus ojos ámbares y adormilados por tan erótico momento, buscaban ansiosos la mirada platinada de quien a su parecer, sería su dueño desde ese instante y para siempre.

Dispuesta  a todo,  incrustó las yemas de sus dedos delicadamente en las afiladas caderas de Levi y con suma lentitud desvió su tímida mirada a la desnudez en que se encontraba la hombría de su superior... Suspiró de inmediato pero por puro nerviosismo, y jamás imaginó que desearía tanto a alguien como en ese momento deseaba ser atormentada por Levi y el bendito y provocador juguete que guardaba con recelo bajo sus pantalones. Pero si sus planes de ser tomada por Levi de una manera salvaje como ya lo había visto en sueños e imaginado noches atrás, no resultaban... Al menos intentaría con todas sus fuerzas, no verse como una ignorante y desabrida a la hora de amar.

Petra llevó inmediatamente sus labios al rígido abdomen de su hombre y los presionó con fuerza mientras intentaba que la vergüenza no la matase, pero al sentir aquella textura tan única tensarse por sus atrevidos arrebatos, el deseo de besar y lamer a Levi con mucha precisión y pasión incrementaron, tanto que ella no se limitó a la hora de hacer que su lengua recorriera con  dulces y lentos movimientos los abdominales del azabache, logrando que este se sintiese extrañamente inquieto y alarmado si es que ella intentaba descender aún más y desatar el mismísimo infierno si es que eso pretendía su mujercita con tan divina y deliciosa provocación.

-No soy un jodido caramelo Petra.- Lo escuchó quejarse de una manera que le pareció divertida, pues era él quien disfrutaba en ese momento, pero al entender que ella tenía cierto control que podía derrocar la inquebrantable voluntad del más fuerte de la humanidad, decidió que le enseñaría que tan equivocado estaba, pues él no era solo un caramelo que ella simplemente saborearía aquella madrugada... Claro que no, ella se comería a besos cada centímetro de aquel hombre que mantenía una batalla mental consigo mismo, preguntándose inquietamente si... ¿Era él o ella quien solía mandar en la cama?

A Levi poco le importaba si su mujer quería tomar el control y hacer de él lo que quisiera solo por unos cuantos minutos, de cierta manera le pareció excitante la idea de que ella se mostrara tan liberada y con deseos de entregarse y dejarse llevar por la imaginación y el morbo que sus acciones y caricias demostraban, pero cuando las manos de Petra apretujaron con fuerza sus posaderas, comprendió que era un tanto vergonzoso estar a merced de aquella niña de cabellos naranjas que lo que más merecía en ese momento era un castigo, por ser tan insolente a la hora de experimentar.

Petra quedó anonadada ante tal sensación, aquel trasero sin duda fue esculpido por los Dioses legionarios de aquellas murallas y no podía negarlo, ya antes había notado la varonil y provocadora figura de aquel macho, pues al ser directamente su subordinada y tener el placer de entrenar con él hasta quedar ambos en el suelo luchando por no perder la pelea o la dignidad, llenos de tierra y sudor, enfurecidos por algún golpe que no pudieron esquivar o completamente exhaustos por mantenerse al pie de la batalla... Detalles como que tan suave era la pálida piel de Levi o lo fría que podía ser, más lo sensible que parecía cuando ella lo acariciaba, volviéndose frágil y completamente sumiso para ella, sin duda le hizo sentir halagada, y completamente complacida de ser ella quien supiera aquellos diminutos secretos que guardaba la anatomía del hombre más temido y valiente de toda la milicia.

De un momento a otro, fue sometida con dominancia sobre el colchón, la pobre Petra no imaginó que poco duraría su insubordinación y se quejó mentalmente de Levi, quien no parecía nada halagado con la idea de que ella quisiera saborearlo aún más, o quizá aún más debajo de donde  ya se encontraba. Pues osada  e intrépida intentó sentir con sus labios la inevitable erección que con sus estimulantes y picarescas intenciones incitó con suma intención.

-Si te permito hacer conmigo lo que quieras... acabaras volviéndome polvo en instantes si así lo deseas, ya antes te di la oportunidad de hacer eso  y ser sometido una vez más y por mi propia voluntad a tu merced, sería mi peor error, pues lo que tu boca hace mujer... Mierda, yo no puedo soportarlo, y no significa que no me guste Petra... pero en la cama hoy y siempre, el verdugo soy yo.- Era cierto, a una tierna edad Petra fue inducida por él mismo a aprender diferentes maneras de proporcionar placer.

Fue en una calurosa noche a principios de marzo, que una de sus múltiples discusiones se había salido de control. Petra estaba con los celos al límite porque a Levi se le ocurrió la grandiosa idea de gastar más de tres palabras con una chica que insistía en mostrarle un nuevo jabón de piñón que guardaba en la bodega trasera de aquella tiendita en la plaza de Trost,  la chiquilla de ojos color miel no pudo evitar sentirse furiosa en ese momento y tan infantil como era, distorsionó la realidad, dio media vuelta y salió del local a toda prisa logrando que Levi desistiera ante la idea de comprar un mísero jabón en oferta y fue en busca de su revoltosa y caprichosa mujer.

Como era de esperarse,  Petra se refugió en la cocina de su pequeño hogar, la chica de cabellos naranjas mordía desesperadamente una fruta rojiza en son de calmar su furioso estado, pues se repetía muchas veces que su bebé podría sentirse mal ante aquellas emociones tan fuertes y justo cuando intentaba tragar los casi nada masticados trozos de manzana que estaban en su boca, el azabache apareció por el umbral de la puerta con el rostro pintado con furia y soltando improperios, seguramente para ella.

Petra rodeó el comedor que los dividía e intentó escapar nuevamente, no quería hablar con él, ni siquiera verlo... estaba muy enojada pero sabía que ella era la única culpable ¿Pero que podía hacer? Sus emociones eran un sube y baja y nada le ayudaban sus hormonas en ese momento, pues cuando sintió los brazos de Levi rodearle de manera posesiva y gentil para no lastimar al hijo que llevaba en su vientre, las ganas de hacer el amor con él se intensificaron, por alguna razón así habían sido los efímeros primeros meses de su embarazo, discutía por todo, peleaba por nada, lo celaba con cualquiera y luego actuaba tan melosa como caliente, pero esa tarde al verse estropeada la idea de comprar jabón de buena calidad y barato, Levi decidió que por esa única vez la castigaría... O al menos eso creía él.

El azabache simplemente le dijo que no harían el amor por mucho tiempo y le insinuó que estaba muy enojado y que no sería nada gentil con ella si aceptaba, y se excusó nuevamente ante su insistencia diciendo que podrían lastimar al bebé,  y luego de un nuevo berrinche en el que Petra juraba que él tenía otra mujer, ceder  tal vez podría ser considerado, pero jamás imaginó que a ella se le ocurriría la grandiosa idea de darle ideas, precisamente a él.

-¡Si no quieres lastimar al bebé, usa tu boca entonces!- Levi aprovechó el berrinche de su mujercita para insinuarle que solo existía una única y especial manera para llegar a un acuerdo, también le hizo saber que le daría lo que pedía si ella a cambio hacia lo mismo para él, si ella quería la boca de Levi en su intimidad, era más que obvio que él también esperaba lo mismo. Petra ensanchó los ojos ante tal petición, nunca en su vida considero que tendría que hacer algo así, estaba acostumbrada a que Levi fuese quien hiciera de cosas sucias arte muy placentero, pero no se sentía capaz de imitar aquellas prácticas y la idea le parecía impensable y se mantuvo meditando la situación  por mucho tiempo, tanto que Levi incluso supuso que ella ya había olvidado el asunto.

Pero Levi no era tan cruel como para dejarla con ganas por tanto tiempo. Y luego de pasar toda la semana sin dirigirse la palabra o regalarse alguna mirada que insinuara una sana reconciliación, luego de una silenciosa cena en la que Petra apenas y probó bocado, Levi se retiró hacia la alcoba a esperar a que ella llegara  para darle lo que días atrás  tanto había pedido, después de todo él también lo deseaba.

La vio desprender su vestido mientras le daba la espalda, Petra ya había perdido cierto grado de pudor en algunas cosas y cuando ambos se encontraban enojados incluso olvidaba las reglas de una dama y se internaba en la cama de la manera en que más cómoda se sentía... desnuda y con la intención de seducirlo a su dulce manera. Pero mientras caminaba hacia él con un tierno puchero en el rostro y se cubría los pechos en un signo claro de timidez que él solo apreciaba cuando ella tenía deseos de hablar para arreglar los problemas en vez de follar, Levi se relajó de inmediato e hizo un pequeño espacio para que ella se acercar de una vez a él y poder estrecharla en sus brazos con sumo cariño, después de todo esa niña celosa y peleonera, era su vida entera.

-Si quiero, pero no sé cómo hacerlo... Dime que quieres que haga y lo haré exactamente como me lo pidas.- Aquello lo excitó sin duda, todo hombre se siente extremadamente halagado cuando una mujer dispone para él un mundo lleno de placeres, pero tampoco dejaba de pensar que la ternura de Petra no tenía límites y luego de dar algunos besos en el vientre que ansioso esperaba por ver hinchado, se dispuso a enseñarle a Petra que no necesitaba hacer nada para que las cosas se arreglaran, aquello fue una estupidez que se le ocurrió pero no obligaría a su chiquilla de ojos miel a nada que a ella le pareciera impropio... Pero durante la madrugada, cuando los besos y las caricias se intensificaron, él simplemente no puedo evitar dejarse llevar y de un momento a otro, Petra ya se encontraba practicando aquello de una manera tímida e insegura que a él lo hizo sucumbir y mostrarse ante ella como nunca nadie lo había visto... vulnerable y totalmente cohibido ante una mujer que lo trataba con tanta dulzura y delicadeza en un acto que para él solo significaba placer ilimitado y sin censura alguna.

Petra se estremeció ante la idea de que ya antes ella tuvo el valor de hacer algo tan carnal con Levi y luego de cerrar los ojos para recibir las caricias que llevarían a ambos a la desenfrenada tarea de ser uno solo, Petra le hizo saber al azabache que ella no pretendía dominarlo, simplemente deseaba sentirlo suyo y eso fue lo que precisamente ocurrió en aquel blanco amanecer.

Levi no pudo evitar que Petra sintiese dolor ante la primera embestida que ansioso se atrevió a dar para poder sellar la promesa de hacerla suya antes de que amaneciera por completo, pero simplemente era algo lógico que su mujer después de tanto tiempo perdiera el hilo o la costumbre de sentirse  preparada siempre para él.

Para el azabache fue un poco exasperante esperar a que Petra  por fin se acomodara a su tamaño, al ritmo  e incluso a la brusquedad que él normalmente ejercía a la hora de hacer el amor, pero con los días ella se amoldó completamente a lo que la desenfrenada y vivaz alma de su salvaje esposo pedía en esos momentos tan íntimos. Y de igual manera tendría que aprender eso ahora, la hermosa mujer de cabellos naranjas que gemía ante cada movimiento y se deleitaba con la exquisita sensación que jamás creyó fuese tan jodidamente placentera, intentó disipar el dolor que sus tiernas carnes sentían al ser invadidas por la fierra intimidad de su hombre, quien no dejaba de preocuparse en todo momento por ella, ella que únicamente susurraba que deseaba más y más, perdida en la hoguera que ambos cuerpos mantenían  y completamente húmeda por cada gota de sudor que se mezcló con su cuerpo en aquel vaivén de caderas que no se detuvo aunque ella comenzara una y otra vez a ver estrellas.

No podía contenerse, sus uñas se incrustaron en la áspera piel que cubría la ancha espalda del hombre que se encontraba sobre ella jadeando entrecortadamente en su oído y repitiendo cosas que a ella le parecieron meras ilusiones difíciles de creer... Como cuando escuchó claramente que la amaba y sin poder evitarlo soltó lágrimas de felicidad cuando él apretaba sus caderas de una manera tan inhumana que seguro dejaría marcas violáceas, pero valdría la pena repetir aquel acto que comenzó tan suave y satisfactorio, si con ello se sentía viva en el justo momento en que con rudeza tocó el cielo y sintió a su hombre llenar su interior con su cálida esencia, para luego ser la única en ver  como él se desplomaba  totalmente exhausto y adormilado.

Levi cayó completamente agotado e hizo del cuerpo de Petra un cálido refugio en el cual durmió plácidamente mientras ella le imitaba inmediatamente importándole poco que nada cubriese sus perlados, complacidos y calcinados cuerpos a los cuales nunca saciarían si de hacer el amor se tratase.

Las horas se sintieron eternas mientras descansaban en total tranquilidad, pero cuando algunos rayos de sol recelosos invadían la alcoba del capitán para arruinarle el momento, este de inmediato se propuso a cerrar las jodidas cortinas para seguir disfrutando del sueño al lado de tan preciosa mujer, pero apenas se removió para ponerse de pie, unos escurridizos brazos se aseguraron de no soltarlo, Petra permanecía con los ojos cerrados, pero claramente estaba despierta, pues al escuchar el chasquido de lengua de su superior, una sonrisa traviesa se formuló en sus rojizos labios, esos que fueron besados nuevamente con parsimonia, iniciando nuevamente lo que apenas había terminado dos horas atrás.

-Aún tengo sueño.- Susurraba cada vez que tenía la oportunidad, pero a Levi parecía no importarle tan mínimo detalle y mientras se encargaba de poner a su dormilona oji ámbar encima de él, esta simplemente se resignó ante la clara señal de que nunca más volvería a dormir plácidamente si se decidía a pasar la vida con Levi una vez más.

-Tengo frio capitán...- Cada palabra era pronunciada como si no quisiese que nadie más que Levi la escuchara y eso no pasó desapercibido por Levi, quien al tenerla sobre él en un posición bastante ventajosa, no dejaba de acariciar cada curva que delineaba la figura de Petra, mientras sentía cada vello erizarse por las jodidas corrientes de aire que congelaban la piel de su friolenta y desnuda peli naranja.

-¿Por qué estas susurrando mocosa?- Petra incluso tapaba su boca o mordía sus labios con tal de que sus gemidos no saliesen de su garganta,  pues a Levi no le bastaron los besos que ella depositaba con ternura en sus labios mientras los saboreaba con minuciosidad y lentitud para intensificar de alguna manera el roce sensual que pretendía brindar a su azabache, mientras él con el mismo tempo se encargaba de que las caderas de Petra se restregasen con las suyas de una manera adictiva y torturante, haciendo que ella fuese la primera en mostrar cuan excitada le hacía sentir aquella lenta y fricción que sus desnudas intimidades disfrutaban ante la cruel brisa invernal que pretendía enfriarlos sin éxito alguno.

-Ya, ya es de día capitán y n-no quiero que nadie... nos e-escuche capitán, no hagamos tanto r-ruido.- La observaba mientras ella no dejaba de moverse y gemir para él de aquella manera tan irritante... pues ella ahogaba sus gemidos y los disfrazaba de jadeos cortos y más que inaudibles, le parecían casi fingidos y eso no le gustaba, pues nunca soportaría la idea de silenciarla o limitarla a nada, que se joda la legión... A él poco le importaba si los gritos de placer de Petra llegaban hasta los establos, la haría retorcerse y gemir como nunca, únicamente por intentar ser discreta cuando la situación se estaba saliendo de control.

La fuerza de aquel hombre era descomunal, pues enredó sus piernas a su cintura mientras se incorporaba con ella que se sujetaba de sus hombros y se daba cuenta que poco a poco abandonaban la calidez de las sabanas, la cama, e incluso la habitación.

Petra quería preguntar qué demonios ocurría y porque él sin dejar de besarla se acercaba a la puerta que daba la entrada a su oficina, pero al sentir la rústica madera de la puerta chocar con su espalda y a Levi situando su miembro muy cerca de su entrada para penetrarla estando ella sujeta a él con brazos y piernas... comprendió que su peor error era querer ser discreta y ahora pagaría por eso.

-Grite todo lo que quiera soldado Ral.- Una fantasía cegó a Levi de inmediato, pero no debía olvidar que Petra era un soldado de elite y también su subordinada, por lo tanto la idea de follarla y que todo mundo se diese cuenta lo dominó instantáneamente, pero claro, el cuartel se encontraba vacío y todos o los pocos que se encontraban en el, amanecieron con una horrible resaca y algunos al igual que ellos dos hacían lo mismo,  y podía predecir fácilmente que nadie ni siquiera se daría cuenta de que él se encontraba retozando con la soldado Ral, así que ninguna ley militar estaba siendo quebrantada, pero eso Petra no lo sabía y en ese momento la expresión cohibida que mantenía, fue lo que más motivó a Levi para iniciar con lo que podría considerarse un castigo a estas alturas.

Claras y sin pizca alguna de remordimiento, las placenteras melodías que salían de la garganta de la oji ámbar, hicieron a Levi incrementar la velocidad implementada en aquellas sincronizadas caderas que se movían al compás de ambos en un martirizante e impúdico acto que no dejaba nada más que gozo y satisfacción para ambos.

Aquella puerta de madera que soportaba el constante choque de ambos amantes, resonaba con estruendos pausados y se mesclaba con los gemidos de Petra, quien se mantenía sujeta al oscuro cabello de su capitán e intentaba no perder la batalla cada vez que él sin detenerse si quiera a tomar aire, la besaba vorazmente y mordía sus labios cada vez que ella frenaba sus propios movimientos y se perdía infinitamente en su mirada.

La mujer de cabellos cobrizos alcanzaba una vez más el orgasmo teniendo frente a ella la cara de quien la hacía sentirse plena y satisfecha, porque frente a ella no estaba un hombre cualquiera, estaba su Levi... y ahora ella ya no podía decir que no le gustaba aquel lado tan perverso y vulgar de su esposo, tanto que consideró la idea de regresar de inmediato a su vida marital de todas la maneras posibles, siempre y cuando aquellos polos de plata fuesen de ella, incluyendo aún más esos severos gestos llenos de placer que él dejaba escapar mientras de igual manera terminaba dentro de ella casi instantáneamente luego de complacerla como tanto le gustaba.

Fue un tanto incómodo para ella separarse de él después de tremenda follada,  estaba completamente desnuda frente a él y la luz del medio día ya no podría limitar el campo de visión de ninguno de los dos, Petra acaba de conocer cada centímetro de piel que cubría el ser de aquel irritado azabache, ese que después de unos minutos en los cuales pretendía cautivar a Petra nuevamente para una ronda más, esta escapó de inmediato un tanto cohibida por no poder sacar de su cabeza lo ocurrido en la entrada de aquella oficina. Le apenaba la idea de que grito tanto, pero es que enserio fue muy placentero el momento y no podía evitar sonrojarse cuando recordaba como exigió más y como de inmediato sugirió comenzar de nuevo sobre el pulcro escritorio de su superior, en donde hizo cosas que en verdad no deseaba recordar, al menos no mientras él estuviese viéndola directamente a los ojos, indagando profundamente que demonios le ocurría y porque se encontraba tan cohibida después de semejante follada que a ambos los dejó inmensamente satisfechos.

Ella simplemente abandonó la cama después de un apasionado beso que la dejo delirando un poco más, sus hinchados y carmesís labios temblaban al compás de sus piernas y su corazón palpitaba descontroladamente y hubiese seguido disfrutando de todo eso por más tiempo,  pero fue su estómago quien  interrumpió a ambos dando a conocer que necesitaba alimento de una buena vez, Levi entendió el mensaje y sin decir nada la observó vestirse con lo que antes fue su camisón y que ahora solo era un trapo rasgado que no alcanzaba a cubrir nada, dejando a simple vista su espalda, cintura y parte de sus redondas posaderas.

-No dejare que salgas con eso puesto, seguro el idiota de Moblit sigue por ahí recuperando la noción del tiempo y ni pensarlo, te jodes, quédate aquí y yo iré por tu jodida ropa.- Petra negó de inmediato e intentó que el azabache entrara en razón, pues de ninguna manera aceptaría que él fuese a revolver sus cajones en busca de calzones y faldones y quien sabe que más.

-No capitán, necesito ir yo... Además t-tomare un baño y también verificaré si Irinna está b-bien, ayer no paraba de beber y me p-preocupa su estado de alguna, m-manera.- Tartamudeaba de una manera ridícula frente a él, quien seguía observándola con aquella severa y molesta mirada, eso en verdad le atemorizaba y después de lo ocurrido durante la madrugada y buena parte de la mañana, intentar rehuir de él y sus sutiles muestras de dominio parecía todo un reto.

-Tiene cinco minutos para regresar, si no lo hace iré por usted y le haré cosas que ni se imagina Ral.  Es eso, o bañarse conmigo y vestirse con lo que sea que le quede, pero sin apartarse ni un segundo de mi lado ¿Comprende?- Petra maldijo una y otra vez su condición de soldado y más aún ser ella tan obediente, pues al no tener opciones, se decidió por una que no la hiciera arrepentirse después y... Sería una gran mentira decir que Petra Ral se arrepentía de aquel gratificante baño, en donde las manos de Levi fueron las protagonistas principales en el serio proceso de dejarla completamente limpia. Cumpliendo así, la fantasía que nació en Levi la tarde anterior.

Petra jamás imaginó que los pantalones de su capitán pudieran entrar en su cuerpo, y no porque estuviese gorda o él flaco, es solo que jamás se cruzó por su mente que tendría que usar la ropa de él en un momento tan bizarro, y aunque se notaba demasiado que la tela se ceñía a sus curvas y que algunos botones de la masculina camisa que vestía no se encontraban cumpliendo su deber por culpa de su busto que se encontraba completamente desprotegido, Petra estaba completamente feliz de usar aquellas prendas que tenían el embriagador aroma de su hombre.

Levi se encargó de cubrir a Petra con su abrigo y también buscó uno para él pues el clima estaba tal y como él lo describía... como la mierda.

El azabache colocó la jodida tetera en el fogón, y se aseguró de alimentarla aunque ella chillara una y mil veces y se quejara una y otra vez diciendo que ella tenía el deber de preparar el desayuno para él, pero lo único que recibía eran miradas retadoras por parte de Levi, que la invitaban a desafiarlo si es que tenía el valor.

Una taza de té que sabía a agua de limón con sal, los magullados melocotones que logró rescatar de aquella habitación más una rebanada de la tarta  del día anterior, fue lo único que Petra llevó a su boca estando cerca del azabache, pues ni siquiera pudo revisar con más detenimiento la alacena, cuando ya se encontraba siendo arrastrada hacia los establos.

Creyó que tal vez iniciarían la faena diaria con normalidad, después de todo ella era la única que se sonrojaba en todo momento o era asechada con abrumadores ataques de timidez al estar tan cerca de quien horas atrás la hizo suya con detenimiento y glotonería, pero Petra en verdad ignoraba que Levi tenía otros planes para lo que quedaba de ese día, planes que según él ayudarían a que esa mujer regresara a la vida que tenían antes y con esa idea, se adentró al establo para tomar a Blackjack y cabalgar con ella al lugar en donde Petra tomaría una decisión irreparable para ponerle fin al asunto, pero...

-¡Irinna!- Fue más que solo un chillido que pronunciaba el nombre de aquella pelirroja, esa que se encontraba sobre un enorme fardo de heno, semidesnuda, y completamente apresada al cuerpo inerte de un  moribundo y alcoholizado rubio.

Levi dio un pequeño vistazo al corral en donde se encontraban tremendos desvergonzados, pero no les dio tanta importancia pues noches atrás él estaba dispuesto a hacer lo mismo con Petra y de no ser por el estado de la oji ámbar, hubiesen amanecido de la misma manera que Moblit e Irinna.

Petra le cubrió los ojos inmediatamente al azabache al mismo tiempo que soltaba improperios para todos, mientras que Irinna despertaba perezosamente e intentaba acostumbrarse a la luz del día, y ni hablar de Moblit, quien al estar completamente desnudo solo logró cubrir sus vergüenzas con lo que parecía ser el faldón del vestido color café de la mujer de ojos celestes. Irinna se puso de pie y caminó hasta la pequeña puerta de aquel corral para pronunciar algo que a Petra le hizo rabiar y avergonzarse como nunca.

-¿Vienes a contarme como te fue? Eres una pequeña sucia y gimes demasiado... ¿Te gustó verdad?- Petra mordió sus labios y comenzó a tragarse las aganas de decirle unas cuentas cosas a la desvergonzada pelirroja que poco o nada le importaba que Levi estuviese detrás de ella, pero simplemente no podía evitarlo... Era más que obvio que en algún momento le contaría todo y claramente, le diría cuanto le gustó y como había disfrutado toda la noche de lo que por años visualizó como algo sucio y sin sentido, pero por el momento ese no era el lugar ni el momento para hablar de ello y de eso se dio cuenta cuando el impaciente azabache comenzó a guiarla hasta el caballo, al cual subió sin protestar mientras seguía viendo de manera acusante a Irinna... Pero ahora era la menos indicada para reprocharle algo, ahora ya entendía porque Irinna hacia lo que hacía, el sexo era muy bueno en verdad y más que comprender a la pelirroja, ahora también podía sentirse como toda una mujer, ahora si estaban en igual condición y le parecía divertida la idea de charlar sobre eso con ella y de igual manera aprender.

Sintió el rígido cuerpo del azabache ocupar lugar detrás de ella y sin el valor necesario para preguntar a donde se dirigirán, Petra simplemente ajustó aún más su abrigo y se dejó abrazar por Levi, quien comenzó a cabalgar con ligereza manteniendo a Petra rodeada con sus brazos y en sus manos las riendas de aquel imponente corcel que obedecía a su amo cada vez que este disponía a cabalgar aún más rápido.

-Puede ir más despacio... me duelen las caderas.- Cuando se internaban en las amplias calles que conectaban a la plaza central de Trost, la oji ámbar no dudó en hacer saber su malestar, ya tenían casi diez minutos sin decir nada y Petra únicamente se resignaba a soportar los besos que él proporcionaba en su tibio cuello con aquellos labios tan fríos que erizaban su piel en todo momento y le hacían sentir extrañamente relajada a pesar de que el continuo cabalgar de BlackJack no la dejasen ensimismarse en disfrutar tan tiernas muestras de cariño.

Sintió de inmediato bienestar al bajarse del caballo, en verdad tenía una extraña sensación en su entrepierna y con justa razón, pues no se detuvieron en toda la noche y apenas recordaba haber descansado después de cada ronda, mientras que el azabache parecía como nuevo en todo aspecto.

La oji ámbar incluso suspiró cuando embobada lo observaba mientras él ataba las correas de caballo a una viga de madera que se encontraba extrañamente frente a una casa que para ella... era muy conocida.

Petra se llenó de recuerdos y mientras más visualizaba la modesta casa frente a ella, más la comparaba con una que años atrás le hizo sentir nostalgia y el deseo irremediable de habitarla, esa misma casa era la que ella en un arrebato sin sentido comenzó a limpiar precisamente el día en que se liberó del burdel, esa casa... ¿Acaso Levi tenía pensado entrar ahí con ella?

-Ven... quiero que entres a tu casa Petra.- Su ambarina mirada se cristalizó al escuchar aquello, Levi tomaba con delicadeza sus manos y la invitaba a acercarse aún más a la entrada, pero ella no podía creerlo, de alguna manera le parecía imposible que algo así estuviese pasando, pues muchas fueron las veces en que soñaba con tener dinero para comprar esa casa, vivir en ella con Irinna, o simplemente tener un hogar al cual volver siempre después de cada expedición, esos eran sus sueños más anhelados y ahora Levi los estaba haciendo realidad.

-¿Es mía? De verdad... capitán esto es enserio ¡Júrelo!- Petra se aferró con fuerza a la chaqueta del azabache quien únicamente asentía serenamente y de manera neutral, mientras ella cuestionaba totalmente emocionada, pues ahora entendía de dónde provenía aquella nostalgia por una vieja casa que apenas observó un par de veces y que logró visualizar de manera distorsionada en sueños,  todos estaba conectado, y tal vez ella no lo recordaba con claridad pero poco a poco ataba los cabos sueltos y se aproximaba aún más a comprender más aspectos de su vida, y estando junto a Levi precisamente en ese lugar, tal vez lograría recordar todo de una jodida vez.

La peli naranja se dio cuenta de que Levi suspiraba mientras intentaba colocar la llave en la cerradura e incluso lo notó tenso y algo preocupado por lo que podría pasar al abrir aquella puerta, pero apenas sucedió, sus amelados ojos se iluminaron ante aquella humilde morada adornada por polvo y telarañas, la luz del ocaso se colaba por una ventana a la cual la vieja cortina no lograba cubrir del todo. Petra dio apenas unos pasos y se adentró de inmediato en la estancia, lo hizo con suma lentitud pero en su mente todo estaba ocurriendo demasiado rápido, sus ojos se movían de un lado a otro y no dejaba de prestar atención a cada partícula de polvo que brillaba gracias a la radiante luz naranja que también hacia resplandecer las mantas blancas que cubrían los muebles, todo estaba un tanto ordenado según su perspectiva, pero el polvo reinaba en evidentes capas cubriéndolo todo y cuando se percató de que era la única husmeando en cada rincón, la imagen de sus superior asqueado y nada conforme con la situación, logró llenarla de ternura y melancolía, pues algo le gritaba que ese mismo suceso ocurrió antes  y no podía evitar imaginarse a ella misma siendo la dueña absoluta de aquella cocina, siendo ella la ama de casa, la señora y la única que alguna vez tomó las riendas de su hogar, siendo apenas una quinceañera... La idea le encantaba y eso a Levi le favorecía en cada uno de sus planes.

-Quiero ir arriba, acompáñeme capitán ¡por favor!- Levi refutaba y se negaba a formar parte de aquel desaseado y mugriento lugar, pero la sonrisa de su esposa y los gestos tiernos que hacía para convencerlo, dieron resultado. Pues él ya se encontraba subiendo cada escalón con ella detrás de él mientras de reojo la veía mordiendo su labio inferior muy emocionada por descubrir que más había en su casa.

Pero al estar en el pasillo, Levi notó que una de las habitaciones estaba levemente abierta y se apresuró a cerrarla de inmediato. Con molestia se insultó a si mismo por haberla dejado de esa manera la última vez que estuvo ahí... Pues él si visitaba aquel lugar muy a menudo para encerrarse precisamente en esa habitación, pero al comportarse de aquella manera tan misteriosa lo único que generó fue que Petra se mostrara perpleja y llena de curiosidad por aquel acto tan extraño que únicamente originó unos inmensos deseos de ver que era lo que se escondía en esa habitación.

-Capitán quiero entrar ahí, quiero ver que...- Fue sutilmente callada por un beso, Levi estaba actuando muy raro y ese lento beso no serviría para que ella olvidara el asunto, pues aunque él se excusara diciendo que no debían entrar porque estaba muy sucio y lleno de arañas muy grandes y venenosas, Petra no descansaría hasta ver que era lo que escondía ese lugar del cual Levi la alejaba con disimulo. 

No necesitó permiso para abrir el armario y revisar uno a uno los vestidos que en él se guardaban, muchos estaban llenos de polvo pero eso no quería decir que ella no podía verlos a su entera libertad, muchos eran preciosos y aunque se cuestionaba si la talla quedaría nuevamente en ella que rebosaba de cuervas, la idea de medírselos no parecía ser tan mala. Pero al notar al azabache cerca de la ventana observando seriamente la calle e ignorando sin querer cuando ella comentaba lo preciosa que era esa habitación, misma que compartió con él y que era la testigo de tantos momentos llenos de amor por parte de ambos. La oji ámbar se acercó a él y lo abrazó por la espalda, logrando que Levi se estremeciera por tan repentino acto y despejara de inmediato su mente, para concentrarse únicamente en ella, que seguía aferrada de aquella manera mientras él observaba sus manos y notaba lo mugrosas que se encontraban, pues Petra había tocado libros, objetos y una infinidad de cosas importándole poco o nada si se ensuciaba.

-¿Por qué me ha traído a este lugar capitán?- Su dulce voz chocó contra su espalda y mientras él intentaba sacar el sucio de manera obsesiva con su propio pañuelo, las ideas se desordenaban en su cabeza y cada vez más se le hacía imposible responderle a la peli naranja, que un tanto fastidiada de solo obtener de Levi regaños por la suciedad en sus manos, y nada de respuestas, con coraje y determinación se colocó frente a él para preguntar nuevamente el motivo para que ambos se encontrasen en esa casa.

-Tsk, solamente quiero que te enamores de la jodida casa una vez más y me digas que quieres vivir aquí conmigo... deja la legión Petra. El estreñido de Erwin no podrá oponerse pues me debe uno que otro favor, y me vale una mierda si no acepta, igual te sacaré de ahí aunque a él le dé una crisis, solo dime que quieres vivir conmigo, quédate aquí y retomemos lo que dejamos a medias años atrás, di que si mocosa.-  Las mejillas de Petra se colorearon en tintes carmesís y quiso reír a carcajadas por los comentarios dichos con saña hacia el comandante de la legión, pero tenía que dar una respuesta de inmediato y acabar de una vez con la desdicha de sentirse insegura todo el tiempo ante las estúpidas decisiones que tomaba, pues estas comenzaban a fastidiar a Levi y no quería tener que darle más vueltas al asunto, así que jugaría su última carta y esperaba que fuese la más acertada, teniendo en cuenta que el destino no siempre estaba conforme con lo que ella decidía.

-Ya antes le pedí un año capitán, pero ninguno de los dos pudo contenerse y terminamos quebrantando nuestra promesa. Pero después de lo que ocurrió anoche y de darme cuenta de que desde ahora en verdad no podré vivir sin usted, acepto. Hare lo que usted me pide, dejare la legión y regresaré a ser su esposa si usted así lo quiere... pero tenga en cuenta que ser un soldado es algo que yo había anhelado muchísimo antes de conocerlo y eso usted lo sabe, tengo sueños, sueños que quiero volver realidad y estando encerrada aquí, no los podré realizar.- Levi chasqueo la lengua una infinidad de veces al ver la determinación y el valor en aquella mirada, su mujercita estaba decidida a obedecerlo como si fuese un animalito fiel, pero no era eso lo que deseaba, pues no quería obligarla nuevamente a nada, ya una vez cometió el error de casarse con ella a la fuerza y esta vez no pretendía amarrarla nuevamente, pero se estaba volviendo loco y ella con su manera tan jodida de hablar claro le hacía sentir cada vez más inquieto, pues aunque nada le costase mantenerla en cautiverio a base de ilusiones y con la sólida idea de que era criando a sus hijos en donde debía permanecer... Tampoco quería cortarle las alas, esas jodidas alas de la libertad que ella con tanto esfuerzo se había ganado y que con orgullo representaba cada vez que mataba titanes en busca de la libertad para ella y toda la cochina humanidad en aquellas murallas.

-¿Entonces tengo que encargarme de que la humanidad sea libre para que regreses conmigo segura de que estas a salvo a mi lado? Siendo así, aniquilaré a todos los titanes cuanto antes.- Petra no dudó en que aquello fuese dicho con sumo sarcasmo e ironía por parte de Levi, además le pareció un tanto machista de su parte referirse a ella como alguien que necesita ser rescatada como si de una damisela frágil e inútil se tratase, ella era todo menos una muñequita de trapo y ese carácter ya fluía en sus venas desde antes de conocerlo.

No necesitaban decir más sobre el asunto, ambos ya estaban un tanto incomodos con el tema y terminarían discutiendo si para Petra la idea de permanecer en la legión se veía  amenazada. Levi por su parte gruñía e insultaba en voz baja quien sabe a quién, por lo tanto retomó postura anterior y se quedó observando por la ventana nuevamente, ignorando a Petra y maldiciendo como nunca su actual fracaso.

La peli naranja le dio su espacio y aunque no quería que todo se arruinase con algo tan insignificante como eso, la idea de convencer al azabache para que viviesen su amor de manera clandestina si es que podía llamarle así a lo que acababan de comenzar, fluían dentro de ella y aunque quisiera plantear soluciones para él que lo dejaran más tranquilo y complacido en un convenio que fuese equitativo para ambos, su azabache simplemente se mostraba áspero y sin deseos de cooperar, por lo tanto, aprovecharía aquella distracción que mantenía a Levi pegado a la ventana y se escabulliría de él para ir a fisgonear lo que sea se escondiese en la habitación que antes la dejo completamente intrigada. 

Casi de puntillas logró salir sin hacer ruido esperando que Levi no se diera la vuelta y la sorprendiera en el acto, pero agradeciendo grandemente a Sina, eso no sucedió y cuando sus manos rozaron el pomo de aquella puerta, un escalofrió sacudió su interior y cuando entendió que tal vez no debía desobedecer a Levi, sus impulsos la obligaban a adentrarse sin pensarlo más, encontrándose con aquello que jamás imaginó...

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Lamentó la tardanza 💕 espero comentarios ... Enserio intento avanzar en la historia y de verdad me automotivo a continuar EDM hasta darle fin... Pero aveces y solo aveces la fé se me termina. Han sido días difíciles...... PERO YO SOY ALAIA VETERANA RIVETRIANA !!! no descansaré hasta darle una trama genial y un fin soñado a mi amado Fic 💕 EDM es mi orgullo ... Y les pertenece, ustedes son la chispa que mantiene viva mi OTP 💕

Espero les guste el CAP y enserio dejen un comentario si algo no les cuadra o con alguna opinion.... Yo aprecio mucho esos detalles.

LAS ADORO LECTORAS DE MI KOKORO 💕

PD: El salseo apenas comienza...... ;3

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