Enámorate


Era normal para todos los soldados de la legión, mantener una grata conversación durante la cena, ya que era el único momento del día en que no tomaban sus alimentos con prisa, preocupados por no llegar tarde al arduo entrenamiento o por tener que dejar impecables los establos y los baños, antes de que la repentina y nada avisada inspección del capitán Ackerman se hiciese.

Era bien conocido que cada escuadrón tuviese su propio espacio en aquel comedor, los altos mandos cenaban en una mesa a parte de los soldados rasos, pero eso no significaba que no conviviesen unos con otros, a decir verdad, sociabilizaban demasiado entre ellos y la hora de la cena siempre era amena y llena de risas.
Aunque, nada más uno de ellos se mantenía serio y expectante de todos a su alrededor, Levi mantenía su neutral y nada expresiva manera de ser y de vez en cuando, su interés a veces se enfocaba en las conversaciones triviales de sus compañeros y casi nunca prestaba más atención de la necesaria a aquellas anécdotas, pues al ser soldados... los temas eran tan consuetudinarios como aburridos.

Pero esa noche en espacial, sus ojos no se despegaban de la mujer de cabellos naranjas que se encontraba a tres mesas de distancia, comiendo tranquilamente y riendo de algunas cosas que hacían o decían los demás a su alrededor. Ella desconocía ser el centro de atención de Levi, la oji ámbar seguía ajena de él y planeaba mantenerse así.

La cena no duraría toda la noche, algo que hacía sentir al azabache completamente bien, pues se agotaban los minutos de agonía, pronto ella se acercaría a él, en la privacidad de su oficina, en donde planeaba con suma precisión todo lo que haría.

Caminando por aquel pasillo, sumido en sus pensamientos, pero alerta de todo, Levi se dirigía a aquel pequeño espacio al cual llamaba suyo y en donde podía, hacer, decir o practicar cualquier insana limpieza las veces que quisiera. Pero a pocos metros de llegar, un alto rubio de cuerpo fornido y mostacho curioso, se acercó a él y sin decir nada le entregó una pila de papeles y documentos que por la mierda... él ya sabía que era eso y  no tenía ganas de pasar la noche entera haciendo un maldito informe con el cual seguramente Erwin se limpiaría su esculpido trasero mañana por la mañana.

-No, no haré papeleo hoy... dáselo a alguien más. Levi regresó de inmediato aquellos papeles y dejo a su camarada totalmente consternado, pues él nunca rechazaba su trabajo... o faltaba a los entrenamientos... o rechazaba su trabajo.
Pero gracias a los chismes de Hanji, comprendía que aquel enano amargado y malhumorado, estaba teniendo una crisis matrimonial o algo así, la verdad ni le importaba mucho... pues para Mike, el matricidio era el peor de los castigos, algo de lo cual huía... aunque cierta rubia de ojos azules se lo insinuaba constantemente.

Petra se encontraba frente aquella puerta, la oficina del capitán Ackerman estaba frente a ella y tenía micho miedo de tocar, sentía temor en verdad de lo que podría pasar... aunque estaba segura de que solo sería una charla amena y productiva, no dejaba de pensar en que lo poco que conocía de Levi, le advertía que era una persona sumamente necesitada en ciertas cosas y eso le aturdía desesperadamente.

-Toca de una puñetera vez Leel... Petra. Ya lo hablamos toda la tarde, él no te hará nada que tu no desees... solo intenta no desearlo demasiado ¿Si? Era cierto, Levi no podría tocarla a menos que ella quisiese y ciertamente, se mantuvo en terapia toda la tarde, recibió consejos de Irinna para retenerse, pues la pelirroja vio con claridad como ella se deshacía en los brazos de Levi y como se lo comía a besos importándole poco que fuesen desconocidos en ese momento, además por los sueños húmedos de su niña, los años de celibato, las hormonas propias de su edad y la gran tensión sexual que emanaba, le dejaba evidentemente claro, que Levi era aquello que la haría caer de inmediato.
Mierda, no podía evitar que Petra tuviese curiosidad sobre su anterior vida y todos los detalles de esta, pero jamás  imaginó que su esposo estaría tan dispuesto a tenerla junto a él de inmediato y sin previo aviso.

-¿Te quedaras aquí? Petra mantuvo una expresión positiva en su rostro y sonrió luego de hacer aquella esperanzada pregunta, pero Irinna negó varias veces y se retiró de inmediato.

-Estás loca... no quisiera escuchar como gimes para él, adiós y se valiente Petra, esta noche serás una mujer de verdad. Irinna no tenía planeado ver a la peli naranja rogando y suplicando que ella se quedase en aquel lugar, por lo tanto hizo de la ventana la puerta perfecta y sin esperar, se lanzó por esa y cayó del segundo piso sobre los arbustos de la entrada principal. Petra quiso gritarle un par de cosas por cómo se había expresado y por las barbaridades que había imaginado de ella y... Levi. 

Ahora, enojada y más agresiva que antes. Decidió enfrentar a ese hombre con toda la valentía posible y hacer de ella, una mujer de verdad.

-Adelante. Petra sintió un gran escalofrío recorrer enteramente su espina dorsal, mierda, apenas dio un leve toque a la puerta y él ya estaba listo para indicarle que entrara ¿Acaso la esperaba con tanto afán?

-P-Petra Ral, señor. Permiso para entrar a su oficina, señor. La peli naranja no fue capaz si quiera en colocar su mano en el pomo de la puerta, nada más preguntó la primera estupidez que se le vino a la mente y esperó a que el contestara, pero para su desgracia. Él nunca lo hizo.

Escuchó  ruidos que venían del interior de aquella oficina, eran pasos y seguramente se dirigían hacia su dirección. Si, el azabache abrió la puerta desde adentro y aunque ella ya lo suponía, se mostró grandemente sorprendida ante él y con toda la dificultad del mundo, colocó el puño de su mano derecha a la altura de su pecho, justamente sobre su corazón... si, estaba haciendo el saludo militar para su esposo.

-Te pedí que entraras, no debes mostrarte con formalidad para mi... solo pasa adelante Petra. La oji miel asintió un par de veces y entró a la oficina del capitán, el ruido de la puerta siendo cerrada a sus espaldas, le hizo dar un pequeño saltito, pero logro disimular su nerviosismo sentándose rápidamente frente al escritorio.

Se mantuvo quieta por un momento, pues esperaba a que su superior se sentara frente a ella, gracias a la pequeña lámpara de aceite sobre el escritorio, pudo darse una idea de cómo lucia aquella oficina y para su total sorpresa, estaba bastante ordenada y muy limpia, el escritorio se veía reluciente y brillaba ante la luz de aquel candil. Seguramente el capitán era una persona muy limpia... aunque eso lo había notado vagamente y sin internarse mucho en los detalles.

-Tú quieres hablar, yo tengo otros planes así que empieza tu primero.  Petra sintió sus mejillas arder ¿Planes? La sonrojada mujer tenía una idea de qué tipo de planes eran, para jamás imaginó que el fuese tan directo y desvergonzado.

Irinna le aconsejo con mucha paciencia, que hablara con Levi sobre el tema del respeto y la distancia, también le repitió con demasía, que debía sacarle toda la información posible sobre su pasado, actuar con serenidad y obtener una conversación seria y muy profesional con él, también se aseguró de que Petra sacara de su cabeza aquellos acontecimientos frescos de ese día y del anterior, pues ella debía tener su cabeza completamente enfocada en sus planes, decirle que ella deseaba tener una vida como soldado de la legión, que podrían intentar retomar su matrimonio siempre y cuando ella estuviese enamorada de él y completamente convencida de que Levi se sentía igual... aunque eso era lo de menos.

Pero ella estaba segura de sí misma, o eso quería creer, pues se aferró fuertemente de las correas que rodeaban sus piernas y organizó en su cabeza cada palabra que repitió una y otra vez mientras lavaba los platos en la cocina después de cenar, aunque al decirlas frente a Levi... fue un total desastre.

-Capitán Ackerman, como usted vera... yo no he asimilado esto con claridad y le pido disculpas por el beso en la cocina y el golpe en su mandíbula, no quise faltarle al respeto y le juro que no fui yo la que lo deseaba y también quiero que sepa que... No esto está mal, porque si lo deseaba pero, es que usted se supone es mi esposo y yo debería de creerle y también aceptarlo pero, usted es un desconocido que me besuquea y... yo no quiero un esposo y mucho menos abandonar la legión así que déjeme tranquila ¡Además yo no sé si debería de estar aquí! Petra se puso de pie y comenzó a respirar agitadamente mientras se mordía la lengua por decir tantas estupideces que se supone, intentaría no mencionar.

-Entiendo que no tengas una puta idea de que sucede, pero al menos te expresaste con claridad para mí. Me besaste porque lo deseabas y de eso no hay duda, no te preocupes por el golpe en mi mandíbula... puedo castigarte por eso y si soy tu jodido esposo lo quieras o no. No me recuerdas por el momento pero, pero puedo asegurar que te que conozco centímetro a centímetro. No te pediré que abandones la legión, aunque no sé si saldrás viva de tu primera expedición, intentaré que al menos regreses completa, es mi deber cuidarte y mantenerte viva y lejos de las asquerosas entrañas de un titán y... Petra, estas aquí porque tú lo sugeriste. La oji ámbar estuvo de acuerdo en cada palabra de Levi, hasta que le escuchó denigrarle de esa manera tan baja ¿Quién era él para predecir si ella viviría o no en la expedición? ¿Acaso le dio a entender que él le cuidaría el trasero como si ella fuese una incompetente?

-Está muy equivocado capitán, yo soy un soldado capaz y fuerte, y no necesito que usted cuide de mi... no lo hizo en el pasado, ¿Por qué debería preocuparse ahora si me mantengo viva o no? Yo no necesito absolutamente nada de alguien que me abandonó estando embarazada... ¿Con qué derecho me recalca ahora, que es mi esposo? Ese fue un gran golpe bajo para Levi, le caló lo más profundo de su interior escuchar lo que ella creía de él y la fiera mirada de Petra le hizo sentir de alguna manera incomodo...
Ya que era la primera vez que ''discutía'' de esa manera co su mujer, pues los berrinches que le hacía en el pasado, solían ser caprichos por antojos o cualquier trivialidad. Ahora tenía frente a él una furiosa y determinada mujer, una que estaba haciéndose respetar y que se mostraba digna de ser un soldado, decidida a morir si era necesario, pero que no se dejaría humillar por él.

Tal vez el problema más grande de Levi, era seguir comparando a la frágil niña que colocó una fresa en sus labios aquella tarde, su mujercita tierna y virginal que vestía de blanco para él, esa que hizo suya  con amor y que le dio la dicha de saber que sería papá. Con aquella soldado tenaz y valiente... esa que se preparó por años para ingresar al mismísimo infierno, esa de la cual no conocía nada y que en efímeros segundos la consideraba tan extraña como irreconocible, esa que le seguía llamando capitán a pesar de saber que entre ellos existía un matrimonio y que era su deber ante las leyes de aquellas murallas, aceptar su papel de esposa.

Quizá fue porque aún seguía sin poder digerirlo, probablemente él aun no creía que Petra estuviese viva y que los casi cuatro años que estuvo lejos de ella, no fueron nada y era por esa razón que quería sentirla sin tanta formalidad, besarla con toda la necesidad reprimida, hacerla suya con todo el amor que por años encerró en aquel frio corazón, que no sentía ni la calidez del sol, verla sonreír para él y ver en su mirada lo enamorada que ella estaba... ¡Es verdad!
Su Petra estaba enamorada, su chiquilla risueña se desvivía por él, mientras que la mujer de largos cabellos naranjas frente a él, no tenía ni una pizca de eso y si lo besó y se dejó llevar por él, fue porque la niña dormida en su interior se lo gritaba y ahora el azabache lo tenía claro, tendría que enamorar a Petra nuevamente, solo así la tendría junto a él.

Levi se puso de pie y rodeo aquel escritorio con rapidez, alcanzo a Petra a mitad de la oficina y la tomó del brazo, la hizo dar la vuelta de inmediato y chocar contra él, el que se comenzaba a desesperar ante ella y le demostraba lo difícil que era controlar aquello que de a poco lo sometía a su pies, pues Petra lo estaba condenando, lo tenía preso entre las redes del recuerdo y estaba apoderándose nuevamente de su ser.

-¡Enamórate de mí! Lo susurró con desespero para ella, lo pidió de la manera más gentil que pudo elaborar con aquella voz tan ronca y grave. Recordó la mañana siguiente después de que le robo su virginidad y lo dulce y tierna que ella se mostró y la manera tan dulce en que le pidió que se enamorara de ella... pues desde ese día, él estaba completamente enamorado de Petra y ahora entendía el poder de esas palabras.
La sujetó de la cintura y apoyó su frente con la de ella, mientras conectaba su mirada con aquellos orbes amelados que parpadeaban suavemente y se hacían uno solo, con sus zafiro y grisáceos iris, que parecían calmar aquella tormenta de emociones difíciles de expresar, gracias a que ella correspondía su abrazo y se aferraba de él con mucha confianza.

Permanecieron por unos minutos de esa manera sintiendo como sus agitadas respiraciones se estabilizaban y la calidez de sus cuerpos se fusionaba de manera agradable, tanto que ella incluso llevo sus brazos a la altura de los hombros de Levi y tuvo la intención de besarlo. Pero recordó porque estaba ahí y luego de aquella petición, tenía que decirle como había decidido ella manejar el asunto y cuanto esperaba que el entendiese y comprendiera.

-Capitán, deme un año para pensarlo. Yo necesito mi espacio por el momento y quisiera que usted entendiera lo difícil que es para mí, la idea de un esposo... Hace dos semanas ingresé a la legión, emocionada por descubrir que hay más allá de estos muros... quiero ver que esconde el mundo exterior y ayudar a conseguir la libertad de la humanidad, dicen que es un sueño tonto, pero es mi sueño. Ella deshizo el abrazo y se alejó un par de pasos hacia atrás, Levi se quedó atónito frente a ella y frunció su ceño de inmediato, no le gustaba lo que ella decía y presentía que uno de los dos quedaría con una amarga sensación en su interior después de esa noche.

-Si usted se mantiene prudente y sensato con la situación... yo aprenderé a no sentirme incomoda frente a usted, no está muy bien visto que un superior y un soldado tengan relaciones fuera de lo establecido por el ejército, no me gusta romper las leyes y soy leal a mis principios, mantengámonos al margen capitán, respéteme y prometo que haré todo lo que está en mí, para corresponderle algún día. El azabache asintió suavemente y luego le dio la espalda a la peli naranja, quería quebrar a patadas el librero frente a él, pero no perdería la cordura ante aquel evidente rechazo, aceptaría de muy mala manera, pero aceptaría.
Después de todo, él no podía obligarla a estar a su lado y si ella ya tenía planes, y robarle nuevamente sus sueños, sería aún más bajo que cuando se casó con ella y la obligó a olvidarse de todo para convertirla en su mujer.

-De acuerdo, no volveré a insistir con esto y espero que un año sea suficiente. Retírese soldado Ral, tengo papeleo que revisar y por cierto, esta noche le toca hacer guardia. Levi regresó al escritorio y comenzó revolver algunos documentos, todo bajo la aturdida mirada de Petra, quien poco o nada pudo comprender aunque fuesen palabras tan simples. ¿El capitán aceptó, así tan fácil?

Los ojos de Petra se posaron en cada rincón de aquella oficina, esperaba que Levi se arrepintiera y regresara nuevamente hacia ella, pero el nada más tomo la pluma y la sumergió en el tintero, comenzó a escribir e ignoró por completo a la peli naranja, la verdad él estaba haciendo el mayor esfuerzo en ello, amaba a Petra, la necesitaba demasiado y quería hacerla cambiar de opinión, pero tampoco era un gusano para arrastrarse por una mujer que claramente, no le amaba.

La peli naranja, afligida y resentida... se alejó de aquella oficina y cuando estaba a medio pasillo, corrió hacia su cabaña mientras se deshacía en lágrimas, ella no entendía porque lloraba si era eso lo que quería y ahora que él no era impedimento para sus sueños, ella debería de estar alegre y tranquila de que todo volvería a la normalidad. Pero la verdad, es que la Petra de su inconsciente estaba dolida, no con Levi, si no con aquella que estaba manejando su realidad y apartándola de su amado azabache.

Mientras que Levi, escribió sobre una hoja de papel, la fecha de ese día y la que supuestamente seria la fecha límite, exactamente un año, solo eso le daría a Petra para ''Pensar'' y durante ese año, no se detendría a enamorarla, tampoco se mostraría tan patético frente a ella, recuperaría el orgullo perdido y volvería a ser aquel hombre de hace años, el mismo Levi de siempre, ese que ya no estaba muerto por dentro y que no se preocupaba por nadie más que por él.

¿Regresaría a las andadas? Probablemente, después de todo era un hombre, exageradamente reprimido y ya que no debía seguir con aquel ridículo luto y a esperas de una mujer que fríamente le rechazo, no existía razón alguna para contenerse por tanto tiempo ¿O sí?

El intentó remediar todo, ella no quiso, fin del asunto.

Una semana pasó después de aquella reunión en la oficina de Levi, ignorar como de costumbre a todos, era fácil y hacer como si Petra no estuviese ahí, también.

Nadie en aquel cuartel se dio cuenta de lo que existió entre el capitán Ackerman y la recluta nueva, a excepción de la cocinera y la soldado que ayudaba  a lavar los platos, pero gracias a la astucia de Irinna, juraron mantener el secreto a cambio de que ella les contara aquella maravillosa historia de amor que... la mitad fue inventada por ella misma.

Los entrenamientos eran más arduos y cansados y sofocantes de lo normal, los soldados vivían el infierno bajo el mando de Levi, su propio escuadrón se encargaba de ayudar en la faena, pero eso no significaba que fuera menos intenso para ellos, simplemente ya tenían una avanzada capacidad de aguante y conocían el método de Levi para ''Disciplinar'' a cualquiera que se mostrara débil e incompetente, al fin de cuentas la mayoría de esos soldados solo eran mocosos hormonales que necesitaban una buena dosis de realidad.

-En parejas ¡Ahora! Vociferar aquello para los soldados que terminaban la nonagésima vuelta al campo, bastó para que se detuvieran a duras penas y comenzaron a buscar la pareja con la que habitualmente luchaban cuerpo a cuerpo. Sudada y agitada, la ojimiel comenzó a ver por Irinna, pero no encontraba a la de cabellos rojos por ningún lado y sin darse cuenta de que ya todos habían comenzado, fue sorprendida por el capitán Ackerman, quien ante su indisciplina, decidió que esa tarde, Petra seria su pareja de lucha.

Luego de veinte minutos, esos que considero lo peor de toda su vida, intentando atacar a Levi, pero jamás logro siquiera tocarlo o empujarlo si quiera, y el nada más hacia movimientos que ella difícilmente esquivaba y que con rapidez le hacían besar la áspera y seca tierra, decidió que no lucharía más con aquel hombre que no tenía ni un pelo de cansado o de compasión por ella, pues al caer por décima vez, decidió que dejaría de contar y soportaría ser derribada por aquel rudo capitán que no estaba interesado en atacarla.

-¡Atácame! Levi necesitaba que aquella mujer atacara, sintió deseos de estamparla nuevamente contra el suelo al verla rendirse tan rápido, pero también se sintió como la basura misma al verla con aquella bella trenza de cabellos naranjas, desecha. Su rostro mallugado y lleno de sucia tierra, sus ojos llorosos y llenos de rabia, pues más que un entrenamiento, parecía ser un brutal castigo para ella.

-Y-ya no puedo... Sin aliento y tambaleándose, la oji miel se puso de pie por última vez y se rindió rotundamente ante él.

-¿Es de esta manera como piensas ayudar a que la humanidad sea libre? Eres débil y eso es patético Ral ¿Enserio crees que un titán va a sentir lastima por ti y no te comerá solo porque le digas que estas cansada? Serás mierda de titán dentro de una semana.  Levi abandonó el campo de entrenamiento, no sin antes ordenarles a todos que luego de tomar una rápida ducha, se dedicaran a la grata y satisfactoria tarea de limpiar todo el largo y ancho de aquel cuartel.

Aquel sarcasmo hizo que los soldados se quejaran por lo bajo y de maneras inaudibles, pues luego de ver al capitán tan enojado con la inexperta recluta, blasfemar contra la limpieza haría que los asesinase a todos de una vez.

Irinna se acercó corriendo a Petra y la sostuvo antes de que cayera de rodillas, tenía dudas en si decirle o no, que fue el mismísimo Levi quien la envió a los establos por razones desconocidas y sin explicaciones, solo para deshacerse de ella y quedarse él como su pareja de lucha esa tarde.

-Y-yo, le demostraré que soy f-fuerte capitán... Tartamudeando e intentando recuperar el aliento, Petra fijo su vista en el camino por donde Levi se había marchado y se prometió a si misma entrenar más, ser más fuerte y sobre todo, demostrarle a aquel arrogante y altanero capitán, que ella era todo, menos débil.








Hi Hi

Capitulo corto... pero fue lo único que pude imaginar para esta parte... jejejejeje es que siempre he sido lenta con esta historia y no me gustaría saltarme todo lo que por meses eh imaginado PACIENCIA QUE YO TAMBIEN ME DESESPERO CON ESTOS DOS!!!

Sé que ambos son unos torpes.... Pero es que-...... aaiiiññññññ aún  no quiero a esos dos juntos soy malosa... oksi.

Gracias por leerme y gracias por su apoyo que tanto me ha ayudado a seguir la historia. SUS COMENTARIOS SON MI FUERZA Y MI MOTIVACION.

Espero teorías suculentas y que me digan que les molesta o que les gusta... Levi puede ser romántico... si quiere.... Pero también es un bruto arrebatado que le valen cuatro hectáreas de cloro si tiene que esperar un año por ella.... Es solo que no se supieron expresar y terminaron cagandl********** típico de ellos.

Creen que Levi se busque vieja por mientras????? Piensan que Petra le agarrar odio?????? Porque Irinna esta tan mansita????????????

Nos vemos en el 2020, BESOS

-Alaiaack-

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