Egoísmo



El resplandeciente sol iluminaba cada rincón de aquellas murallas, de la tormenta del día anterior no quedo nada más que un reconfortante encuentro entre dos amantes trágicos, aquel mediodía de octubre estaba siendo bendecido por radiantes rayos de sol que incitaban a los soldados a entrenar con más vigor y ejercer sus labores con avidez y entusiasmo.

Mientras Mike se encargaba del entrenamiento por la inesperada desaparición del capitán Ackerman, Irinna se preguntaba donde diablos estaba su niña, mientras le aplicaba una paliza con toda precisión al soldado frente a ella, se podía escuchar los gritos de los otros soldados pidiéndole a Gunther que se pusiera de pie, pues un fuerte rodillazo en el abdomen lo dejo sin aire. La pelirroja se distraía demasiado por estar pendiente de la llegada de cierta oji ámbar, pero al no verla llegar y sentirse desesperada, pedía cambiar de compañero e iniciar nuevamente un combate cuerpo a cuerpo con alguien más.

Irinna era una mujer sumamente fuerte, pero no significaba que superara la fuerza de un hombre, es solo que sus habilidades, técnicas, mañas y destrezas, le hacían ver con claridad a la hora de pelear y eso le aseguraba la victoria, pues conocer el punto débil de tu enemigo, incluso a medias de una batalla, puede ser el factor clave para ganar o perder. Pero la hermosa y sufrida mujer de ojos azul celestes y casi grisáceos, tenía como debilidad a Petra. Si esa niña de cabellos naranjas se diera cuenta de lo vulnerable que la hacía sentir, su fuerza y la voluntad de seguir en la legión, no significarían nada si ella llegaba a hacerla a un lado.

Irinna tenía como eje de vida a Petra y sin ella... la pelirroja no era nada ni nadie.

Mientras en el campo de entrenamiento se realizaban múltiples adiestramientos y los soldados más fuertes de las murallas se preparaban para la próxima expedición. El hombre más fuerte de la humanidad acorralaba con todo su cuerpo a una indefensa mujer en las caballerizas, pero la chica de ojos ámbar no le demostraba que aquel agarre le incomodaba y le hacía sentir inerme, aunque  aquella fría y penetrante mirada le estaba desnudando el alma y poco a poco provocaba que sus piernas temblaran ante la cercanía de ese cuerpo rudo y cálido que más que violento, se tornaba tierno alrededor de su figura.

-¿Hablaras? La paciencia de Petra llego al límite cuando aquel susurro en su oído se convirtió en un beso sobre su cuello, la lengua de Levi estaba violando aquel terso y suave pedazo de piel, llenándola de escalofríos y haciéndola morder sus labios para evitar gimotear por aquel arrebato impropio y nada decente.

La oji miel se dio cuenta de que aquel hombre no se detendría y que si llegaba a algo más, sería solamente si ella lo permitía, por lo tanto recordó quien era ella y cuanto había entrenado para momentos como ese, pues ella ya no era una frágil mocosa que huía de los borrachos del burdel, tampoco era una chiquilla que tenía que gritar para que Irinna llegara al rescate, ella era un soldado, la mejor entre tantos, graduada y considerada con grandes talentos y destrezas para ser aceptada de inmediato como una legionaria.

¿Por qué ese hombre empañaría su capacidad y fuerza con un impropio y vulgar agarre?

Petra decidió que nunca más seria una niña sumisa, segura de sus actos y concentrándose en su fuerza física, se aferró a la cabeza del capitán para luego elevar con rapidez su rodilla derecha y golpear directamente la mandíbula de aquel azabache, que ante el inesperado impacto no tuvo más remedio que balancearse confundido y desorientado, para luego caer de espaladas al suelo. Petra no espero a que el reaccionara, caminó con ligereza y rodeo todo el corral, pero antes de salir, lo vio sobar su quijada con ira y maldecir a cada una de las murallas, pues el capitán Levi podía ver a pocos centímetros de él, excremento y todo tipo de asquerosidad animal, propia de aquel establo.

Afligida y muy sentida, se detuvo a pensar si había actuado de manera correcta, pues golpear a un capitán es una falta muy grave y además.
Sintió su pecho arder cuando lo vio tirado en el suelo, tanto que dudo en si disculparse o no, el remordimiento era tan inmenso dentro de ella que luego de respirar profundamente y arrepentirse de todo, se acercó a él con cautela y estiró su brazo derecho indicándole al hombre de mirada asesina que le ayudaría a levantarse.

Pero el orgulloso azabache jugaría de la misma manera que ella, con rapidez tomó de su brazo y la tiró al suelo, aquel sutil y ágil soldado aprovechó el desconcierto de Petra para acorralarla sobre el suelo y poner todo el peso de su cuerpo nuevamente en ella, pero en una posición aún más incómoda y nada inocente.

-Ese rodillazo es digno de admirar, pero no fue lo suficientemente bueno como para dejarme inconsciente, te has vuelto fuerte mi amor, solías abofetearme, pero eso lo dejaremos para después. Por el momento solo contéstame Petra, no huyas de mi ¿Dime si sigues siendo mía? Petra se removió sobre el suelo y sabía que sería muy difícil liberarse, aquel hombre de ojos color zafiro, estiró sus brazos por sobre su cabeza y presionó sus muñecas con saña y con sus piernas entrelazadas a las suyas, la sometió sobre el suelo en cuestión de segundos.

La oji miel tenia frente a ella, el rostro del azabache y detrás de él, podía ver al imponente corcel manducando heno, ignorándolos por completo y sumido en la tarea de alimentarse, importándole poco que ellos invadieran su espacio en aquel acto tan incivilizado.

-Lo derribé... ¿Eso cuenta? Por favor capitán, no haga esto más difícil para mí, yo no estoy acostumbrada a este tipo de cercanías con un hombre y respondiendo a su pregunta... Yo no soy de nadie, ni suya ni de otros, no soy mujer de nadie y no pretendo serlo nunca, entienda que desperté sin memorias y que de usted no recuerdo nada, no puede obligarme a estar con usted, no puede abusarme solo porque se siente superior. Petra quería llorar de impotencia y cólera, estuvo tan cerca de escapar y por sus malditas costumbres generosas y amables. De nuevo estaba siendo víctima nuevamente de aquella fuerza descomunal que no le daba oportunidad de moverse con libertad o hacer uso de técnicas cuerpo a cuerpo para liberarse nuevamente, ahora estaba peor que antes y eso le cabreaba demasiado.

-No voy lastimarte o aprovecharme de ti, mucho menos de esta manera tan baja, hace años quedo claro para mí, que contigo debe ser a las buenas si quiero tenerte en mi cama, creeré en ti Petra, si dices que no eres de nadie, creeré en tu palabra, pero que te quede claro a ti, que si eres jodidamente mía, que estoy volviéndome loco por no saber qué demonios pasa por tu cabeza y no sé cómo mierdas actuar ante alguien que es totalmente diferente a mi Petra ¡Quiero a mi mocosa dulce y sumisa otra vez! Las mejillas de Petra se colorearon, tal vez por ira, por aquella mezcla de emociones encontradas y nada agradables o simplemente por aquellas palabras tan agridulces y gratificantes.

-C-capitán... podríamos hablar de esto, en otro lugar y de una manera civilizada. La presión que aquellas fuertes manos ejercían sobre las muñecas de Petra, se desvaneció, ahora Levi colocaba sus antebrazos alrededor de la cabeza de la oji ámbar y se acomodaba sobre ella con ligereza y suavidad, ya no quería someterla ni obligarla a permanecer quieta, solo necesitaba sentir que aquel agitado respirar y su acelerado ritmo cardíaco se estabilizaba para poder organizar de una mejor manera sus palabras, pues en ese momento lograba sentirse fatigado y un poco asqueado por tener que estar sobre el suelo, ensuciando su uniforme y a su mocosa, algo que ya no podía soportar más.

-De acuerdo, ve a mi oficina esta noche después de cenar. La ingenuidad de Petra no la dejo ver más allá de aquella propuesta, pues el escenario que se imaginó fue el de un soldado y su superior atendiendo un asunto en común y buscando la solución correcta para un problema de tal índole. Pero por la mente de Levi ya corría el presentimiento de que esa noche por fin tendría a Petra completamente para él.

Luego de ponerse de pie y sacudir con ensañamiento su ropa, Levi se inclinó para ayudar a Petra a levantarse. La oji miel se sacudió un poco y notó lo mugrosa que quedo su pulcra camisa blanca a causa del inapropiado y nada productivo revolcón que tuvo con su superior en el establo, junto al corcel de pelaje negro que poco o nada le importó lo que aquellos humanos hacían frente a él.
Aunque lastimosamente para Levi, aquello había sido nada más un simple forcejeo entre ambos.

La oji ámbar salió del corral mientras arreglaba su ropa, su cabello tenia rastros de heno y estaba sumamente enredado, tanto que parecía un hermoso nido de pájaros color naranja, su camisa estaba hecha un asco y su pantalón tenia rastros quizá de estiércol de caballo... ni siquiera ella podía adivinar si era o no, dicha materia fecal.
Petra nada más tenía claro que debía bañarse cuanto antes y salir de aquel lugar antes de que su superior también se diera cuenta de su inmundo estado.

Levi acarició al imponente corcel, susurró para él lo que parecían ser regaños y luego se alejó con una semi sonrisa en el rostro, Petra no perdió detalle de aquellos gestos y se preguntó a sí misma que había sido aquello... Pero inmediatamente recordó las primeras palabras del capitán, aquellas que le dijo antes de que su juego de dominio comenzara.

-Usted dijo que ese caballo es mío... ¿Por qué? Intentando que su cabello se mantuviera entre sus dedos mientras ella lo peinaba a manera de trenza, se acercó a Levi y cuestionó con curiosidad, pues aquel imponente corcel parecía ser digno de un comandante, ya que era un semental fuerte y a simple vista se notaba lo dócil y amaestrado que era.

-Se llama Blackjack, la primera vez que te vi... estabas sacando con tus manos a ese animal del útero de su madre, fue totalmente asqueroso y no quiero hablar de ello... pero fuiste tú quien parteó a la yegua con una gran habilidad, solo tenías trece años. Después me hablaste sobre él, estabas mas enamorada del jodido potrillo de pelaje negro que de mi y lo nombraste de esa manera porque jugabas cartas a escondidas de tu padre y también salías a montar ese caballo cuando él no te veía, esas eran tus grandes travesuras de mocosa, así que nombraste a tu caballo con lo que más te gustaba hacer.
Petra se maravilló ante tales palabras, admiró nuevamente al corcel de pelaje negro y se quedó observando aquella mancha blanca que tenia en la cara, le gustaba lo que escuchaba y tenía deseos de preguntar muchas cosas, saber más sobre ella, descubrir mas  y escuchar como aquella fuerte y varonil voz, le contaba anécdotas de su vida tan hermosas y fascinantes.
¿Ella parteando un animal?
Eso sin duda le hizo suspirar y desear recordarlo, tener imágenes de ese día, proyectarse en su mente más sucesos de su vida y hacer encajar todo de una vez.

-Dígame más, quiero saber más de mi padre... ¿Él me quería? ¿Por qué arregló una boda siendo yo tan joven? Con quince años apenas era una niña, no entiendo como pude servir de mujer o esposa con tanta inmadurez natural en mí. Petra intentaba acomodar su enredado cabello ante la embelesada mirada de Levi, el azabache la veía con tanto anhelo, que sin pedir permiso e importándole poco la reacción de Petra, el oji azul tomó uno de aquellos mechones naranjas y lo examinó con neutralidad y sin expresar nada más que frialdad para la aturdida jovencita.

-Eras lo único que aquel hombre tenía, fui yo quien decidió apartarte de él tan rápido, te quería junto a mí de una vez y no podía aguantar las ganas de hacerte mía... yo di la fecha para la boda, fui yo quien te hizo mujer a los quince años, porque fui un egoísta que solo se preocupó por su propio placer. Los orbes zafiros de Levi se nublaron como un huracán, aquella tormenta de sentimientos no podía ser expresada con gestos o acciones, pero eran sus hermosos ojos afilados y penetrantes los que ayudaban considerablemente, para que Petra entendiera lo justo y necesario y así conocer poco a poco a aquel hombre tan frió.

-¿Usted ya me deseaba siendo tan pequeña? Pero si las fechas que me dieron en aquellos documentos son reales, usted y yo apenas vivimos juntos unos cuantos meses, me embarazó y luego... yo desperté en ese lugar. No recuerdo nuestra vida capitán, pero suena muy hermosa cuando es contada por usted. Lo perdono por fijarse en una mocosa desnutrida... bueno eso fue lo que vi al espejo cuando desperté, pero no me parece nada agradable darme cuenta de que me obligaron a casarme tan pequeña y teniendo la ilusión de ser un soldado, me lo arrebataran todo, que injusto suena eso ¿No? La oji miel hizo un puchero y se dedicó a ver de mala manera a Levi, quien sorprendido y extrañado de que ella tomara de manera tranquila y serena aquella confesión. Pues en pocas palabras, Levi le dijo que la deseaba de manera carnal... o tal vez Petra se hizo una idea distinta de lo que aquello significaba y lo tomó con mucha madurez.

-Esas ganas de jugar al soldado se esfumaron muy rápido, no estuviste enojada por mucho tiempo... y solo se necesitó que aprendieras sobre el placer que se vive en la cama y con emoción te dedicaste a ser la mejor esposa para mí. Las mejillas de Petra se tiñeron de rojo... no, en realidad se incendiaron como una hoguera y en cuestión de segundos ella ya estaba balbuceando y pretendiendo que tales palabras no la habían puesto incomoda ante Levi, quien con suspicacia se acercaba a ella, pues es bien sabido que aquel actuar avergonzado y cohibido de Petra, era el favorito de él y siempre disfrutaba de aquellos sonrojos tan tiernos, esos que solo él provocaba.

-Bu-bueno, es normal que se hable de estas cosas en un matrimonio... seguramente usted y yo teníamos una buena relación y hacer eso es de lo más normal en una pareja que se quiere y... por eso salí embarazada tan rápido per... Muy tarde logró darse cuenta de que Levi ya estaba ocupando espacio junto a ella, el azabache la sujetaba de la cintura mientras escondía su rostro entre los cabellos de Petra, aquel sereno acercamiento no la puso nerviosa ni avergonzada, pues algo en ello le aseguraba, que aquel hombre de colores fríos, parecía feliz de que ella se mostrara tan tranquila y hablando con naturalidad frente a él.

-Selene, nuestro bebé se llamaría así, si hubiese sido niña. Aquella repentina frase la hizo estremecer y temblar acongojada por lo triste y melancólico que aquello sonó. Ese nombre, ese precioso nombre es el que su pequeña bebita tendría, de no haber sido tan triste su perdida.

-¿Es un nombre muy bonito, usted lo eligió? Levi levantó el rostro e impregnó su mirada en los orbes melados que irradiaban nostalgia a pesar de no recordar ni siquiera que fue ella quien escogió el nombre y el sexo de su bebé, aquella hermosa mañana de abril y que sin saberlo, ese mismo día perdió al fruto de ambos, quien sabe cómo.

-¿Qué ocurrió en María Petra? ¿Cómo demonios llegaste a la muralla Rose si ese caballo que ahora está en este establo, se encontraba en aquel lugar junto al cuerpo desmembrado de tu padre? Levi no se contuvo, no pensó lo que decía y de su boca salió lo primero que formuló en un arrebato desesperado por entender las cosas, tanto que no se percató de como hirió la frágil tranquilidad de aquella peli naranja, con su precipitada e insensible manera de decir las cosas.

-¿Entonces... él está muerto verdad? Lo sabía, por eso no quise leer más... el murió, igual que mi bebé el... Gruesas lagrimas caían ligeras y espontaneas, las mejillas de Petra se humedecieron ante aquel diluvio de sentimientos que Levi sin querer provocó.
El azabache quería darse un puñetazo en el rostro por ser todo un imbécil y provocar que ella sufriera a causa de su estúpida forma de ser.

-Ssshhh, lo siento, no debí decirlo así, tenía que ser jodidamente suave contigo, tsk, mierda, la maldita de Hanji me lo advirtió, joder soy un coñazo de lo peor. Levi la apresó en un protector abrazo para que ella dejara de llorar, la peli naranja intentaba que toda la información se mantuviera en su cabeza, tantos años preguntándose que ocurrió con su familia... o donde podrían estar o si quizá la buscaban, pero apenas en pocas horas descubrió todo y más que eso, su cerebro ya estaba exhausto y sus ojos ardían por tantas lágrimas, lo único que lograba tranquilizar a su alma cansada, era aquel aroma tan sutil y el agitado palpitar de la persona junto a ella.
Ese hombre de cabellos negros y aparentemente carente de sentimientos, era la persona más bruta y torpemente dulce que había conocido.

Después de tranquilizar a la sentimental oji miel, Levi decidió retirarse y darle tiempo para que ella descansara, pues ya habían pasado muchas horas en aquel establo y Levi, se sentía muy sucio a decir verdad, tanto que nada más pensaba en la gran ducha que se daría, para luego recibir a su mocosa después de la cena. Pues los planes de verse en su oficina seguían en pie, la misma Petra se lo recordó antes de que él se marchara y eso le hizo sonreír ligeramente para ella.

Petra lavo su rostro en uno de los bebederos del establo, poco le importaba si aquello era un tanto o nada higiénico, pues por el momento era lo único que había y si con eso lograba limpiar su cara de tierra y el casi lodo que hicieron sus lágrimas en sus mejillas por tanto sucio. Ella no vaciló en lavarse con esa agua, pues tampoco deseaba llamar la atención de los demás soldados si la llegaban a ver en aquel estado tan desagradable.

Corriendo e ignorando a todos, Petra logró llegar a su habitación, aliviada de que nadie la detuviese y que nadie notara su desaseada apariencia, suspiró con profundidad y dio gracias a las grandes diosas de las murallas por no quedar como una sucia delante de todos, pues si algo tenían en común Leelu y Petra, era lo limpias, vanidosas y femeninas que eran respecto a su higiene y apariencia.

-¿Qué demonios te ocurrió? Leel... lo siento, Petra ¿Acaso te utilizaron como trapeador? Irinna se acercó a la peli naranja y comenzó a desvestirla, aquel nauseabundo olor también le incomodaba y quería que su chiquilla se bañara de una vez, para poder quemar aquel repulsivo uniforme.

-Lo que sucedió fue que... el capitán y yo, estuvimos charlando y una cosa llevo a la otra y de repen... Petra enmudeció de inmediato ante un chillido por parte de la pelirroja, aquella mujer abrió la boca con sorpresa y luego llevo sus manos a la misma para evitar que un grito saliera nuevamente, Petra se mantuvo expectante y apenada ante ella quien dejo de desvestirle y se alejó unos cuantos pasos hacia atrás ¿Por qué actuaba así? Ella no dijo nada malo ¿Verdad?

-¿Te acostaste con el capitán? Ese enano no pierde el jodido tiempo ¿Tan poco te resististe ante él?
La peli naranja balbuceo sílabas descontroladamente, pues claramente ellos no pasaron a nada más que unos besos y caricias, demasiado incluso para Petra. Pero conociendo a Irinna, ella ya se imaginaba algo en verdad sucio y erróneo, demasiado vergonzoso para ella.

-¡Irinna no! Yo no soy así, no me acosté con el capitán y no quiero te expreses así de él, pues a pesar de todo, ese hombre es mi esposo y tenemos planeado hablar sobre nosotros más tarde, lo que sucedió hoy es... discutimos o algo así y terminamos encerrados en el establo.
La de ojos ámbar rascaba su cabeza con frustración, mientras Irinna, atónita y sorprendida se atragantaba con aquellas palabras.

-¿Ha-hablar con él... hoy, en la noche? ¿Iras a su habitación? Irinna ayudo a quitar el vendaje que cubría los pechos de Petra, ella solamente puso los ojos en blanco e hizo una mueca hastiada por aquella pregunta, pues ella no iría a la habitación de Levi, si no a su oficina.

-No... iré a su oficina y el me recibirá como a una subordinada y nada más, él es bastante respetuoso, no invitaría a una mujer a su habitación para hacer cosas impropias, porque él sabe que debe comportarse y que los rangos militares deben ser respetados, están estrictamente prohibidas las relaciones de ese índole y el parece ser un aficionado del orden y la disciplina. Los firmes pechos de Petra quedaron al aire libre, con paciencia buscó una toalla y de reojo observaba a la afligida mujer que parecía llorar aunque de sus ojos no saliera lagrima alguna, se veía muy preocupada por todo, por lo tanto Petra decidió tener una larga charla con ella y explicarle su punto de vista ante la situación, pues Irinna era la persona más importante de su vida, luego podría ser Levi... claro, si se daba la oportunidad de algo así.

-¿Qué es lo que te preocupa tanto? Puedes decirme lo que sea Irinna. Luego de cubrir su cuerpo y sentarse en el suelo para escuchar todo lo que aquella resentida pelirroja guardaba, la oji miel quiso reír ante los pucheros infantiles que aquella mujer de veinticuatro años hacía con tanta dulzura.

-Yo solo, estoy muy triste porque tu pronto volverás con tu esposo y formaras tu familia nuevamente, abandonaras la legión y serás una señora estirada que usa finos vestidos y jodidos corsés, tomaras el té por las tardes mientras decides que color de cortinas combinarían bien con la muralla Sina, además te olvidaras de mí y de nuestros sueños... pues ahora tendrás tus propios planes con el enano ese... tu jodido y amargado esposo. La oji miel se abrazó a sus piernas y se recostó sobre el suelo en posición fetal, suspiró hondamente y ante la mirada de Irinna parecía estar inmersa en sus pensamientos, pero en menos de un segundo se puso de pie sorprendiendo a la acongojada mujer de cabellos rojos y mientras se amarraba la toalla con ligereza y ponía una expresión llena de convicción y determinación, fijó su mirada en Irinna y vociferó lo que para ella fueron las proclamaciones divinas de las mismísimas María, Rose y Sina.

-Me uní a la legión porque quiero ser un soldado, quiero conocer que hay más allá de las murallas, quiero ser libre y quiero esperanza para la humanidad y sin con eso doy mi vida... no me arrepentiré de mis elecciones, no llegue tan lejos para ser enjaulada en un hogar, no quiero ser eso que tú dices y mucho menos usare un corsé en mi vida... esas cosas se ven dolorosas y nada cómodas, tampoco pretendo volverme la esposa de Levi nuevamente, solo quiero aclarar todo Irinna, tengo curiosidad de saber quién fui... hoy me di cuenta de que mi bebé se hubiese llamado Selene y no sabes lo inmensamente feliz que me sentí con eso, aunque el dolor regresó cuando me enteré de que mi padre está muerto, mi corazón no parece soportar este tipo de sentimientos encontrados, pero entiéndeme, tuve una vida antes de esta y Levi está en ella... es mi deber decirle que no pretendo ser su mujer nuevamente y que si él lo desea, puede ser feliz con alguien más, pues a mí no me importaría. Aquella última frase sonó tan forzada y nada creíble, que Irinna no tuvo más remedio que dejar a un lado sus arrebatos egoístas y ceder un poco ante la cruda realidad, Petra le dio a entender cuáles eran sus deseos, pero también le hizo saber que sacrificaría todo con tal de ser libre, junto con la humanidad... Petra sacrificaría todo por otros importándole muy poco su felicidad y eso le hizo sentir muy mal, pues ella únicamente se sacrificaría por Petra, la humanidad y las jodidas murallas le importaban un bendito comino.

-Hagamos algo, tengo una gran idea y creo que te interesara escuchar lo que tu adorada Irinna tiene en mente con respecto al enano con cara de asesino... ¿Quieres saber de qué se trata?  Petra presto atención a aquel interesante plan que sonaba demasiado bien y que le devolvía la esperanza para ciertas cosas que acababa de descartar.

Aquella tarde entre risas y conspiraciones, Irinna le hizo ver a Petra, lo bien que podía jugar sus cartas y cuáles eran las ventajas que ella poseía en aquella ruleta del azar, en la cual los sentimientos de todos estaban en juego.

Levi se preparaba con vehemencia, organizaba un meticuloso y merecido baño al mismo tiempo en que ordenaba aquella oficina, quería todo aún más reluciente, pues dentro de unas horas su mocosa acudiría a él con la intención de arreglar las cosas entre ambos, para él, quien le bastaba creer en lo que escuchaba, hizo de aquella inocente petición, un escenario ardiente en el que su esposa por fin regresaría con toda la intención de recuperar el tiempo perdido.

Pero los hilos del destino, tan juguetones y traviesos, volverían a interceder por Petra, apostarían todo a la oji miel y tratarían de echar a perder la paciencia del azabache, quien a pesar de tener una buena baraja en sus manos, era la mujer de cabellos naranjas quien tenía asegurada la victoria, solo bastaría ver si él podría mejorar el juego y hacer de ello... un fascinante juego de azar, uno en el cual,  el egoísmo sería la mejor carta de ambos.



Hi Hi !

Feliz 10K :3 GRACIAS ESTO ES POR Y PARA USTEDES !!! 🎉🎉🎉🎉

Las adoro RIVETRIANAS y por eso les di un poquís de algo.... ya que dicen que las tengo en agonía .... ;-;

Gracias por leer Enamorate de mi !!! sus comentarios me hacen inmensamente feliz y me motiva a seguir escribiendo ❤️💕❤️💕❤️💕 Quiero dedicar este capítulo a (no puedo etiquetar la wea) bueno ni al caso: Pero para mis lindas y preciosas Galilea y su hermana💕💕💕💕💕💕💕 (gracias)

Alguien dele un madrazo a wattpad que no me deja actuar con libertad >:3

WIIIIIIIIII :3 okme calmo 💕

Que pasara en esa oficina????? No ni yo sé ........ y ustedes picaronas???

Gracias por leerme gente linda 🌺

muuuakkkkk

-alaiaack-

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