Momento a solas.



Yuuji miraba su celular, revisando su inicio de Instagram, sentado dentro de su salón de clases, esperando a que iniciara la primera clase, mientras Nobara y Todou escribían un resumen que era una tarea que se les había olvidado hacer el día anterior. Yuuji noto como Gojo acaba de cambiar su foto de perfil, quería comentarle algo lindo, pero sus ánimos cayeron cuando vio que aquella foto en un instante ya tenía más de 100 comentarios, la mayoría de hombres desconocidos diciendo lo ''guapo'' que era entre otras cosas. Frunció el entrecejo, visiblemente molesto.


— Pero que les pasa, ¿Qué no saben que Satoru tiene novio? No deberían comentar esas cosas. — El pelirrosa hizo un pequeño berrinche.

— Oh, vaya, sí que es muy popular. — Nobara inclino su rostro viendo el celular de Itadori.

— No te preocupes, brother, deben ser solo fanáticos, apuesto a que ninguno podrá estar cerca de Satoru tal y como tú lo estas. — Todou lo animo.

— Aún así, aunque Gojo nunca les vaya a ser caso... siento celos. — Suspiro guardando su celular.


Quería quedarse tranquilo y olvidar ese asunto, pero era imposible para Yuuji, volvió a sacar su celular, subiendo en su Instagram una foto donde Satoru le estaba dando un beso en la mejilla, luego etiqueto al albino en la foto, y escribió en el pie de la foto ''que estaban saliendo''. Los fanáticos no se hicieron esperar y llenaron de comentarios aquella foto, diciendo que era una foto falsa, o también diciendo que Yuuji era muy ''feo'' para el hermoso de Gojo. Yuuji se puso mas molesto al leer esos comentarios, respondiéndole rápidamente a los que comentaban, defendiendo su relación.


— Deberías tranquilizarte, Yuuji. — Todou le sonrió mientras sudaba un poco al ver la actitud tan intensa de su amigo. — Dile algo, Nobara.

— ¡Vamos, Yuuji, demuéstrales quien manda! ¡Voy a entrar a mi Instagram para defenderte, espera! — Grito Nobara, sacando de su bolso su celular, también les respondería a los ''haters'' de Yuuji.



...



Fue un día de esos donde las clases se extendían hasta la noche, Yuuji salió de su ultima clase a eso de las 7:30 PM, pero se sentía tranquilo y seguro porque Gojo lo estaba esperando a fuera de la universidad.


— Es un viernes por la noche, ¿no crees que deberíamos ir a un lugar divertido? — Comento Satoru mientras conducía su automóvil.

— ¿A dónde quieres ir? — Respondió con curiosidad.

— Te gusta bailar y a mí también, deberíamos ir a un club, pero no a cualquier club, tengo acceso a uno de los más exclusivos de este pueblucho ¿Qué dices?

— Pero sabes que tengo que estar antes de las 9:00 Pm en casa, esa fue una de las reglas de Choso.

— ¡Claro, regresaras a casa a tiempo! Solo iremos a bailar poco menos de una hora, tengo meses sin ir a un club nocturno, y me gustaría mucho que tú me acompañaras, Yuuji. — Le dio una sonrisa encantadora.

— Nunca he ido a un club nocturno, pero suena genial, vamos. — Convencido también sonrió.


Gojo sujetaba de la cintura a Yuuji mientras caminaban hasta la entrada del club, saltándose una enorme fila de personas, los guardias conocían bien al albino, y sabían que su palabra era ley, así que quitaron la cadena y los dejaron pasar. Dentro del club, la música alta resonaba por todo el lugar, estaba oscuro pero varias luces de colores iluminaban la pista de baile, la zona del bar, estaba iluminada por una luz azul oscura.


— Voy a ir por unos tragos, para ti y para mí. — Hablo Gojo, dejando a Yuuji sentado en una de las mesas para dos personas.


Le pidió al bartender lo más fuerte que tuviera, dos bebidas en un colorido color rojo y amarillo fueron servidas, estando solo, Satoru aprovecho para poner un par de pastillas en ambas bebidas, estaba acostumbrado a divertirse con ese tipo de sustancias.


— Aquí están. — Animado estiro su brazo en dirección del pelirrosa entregándole su bebida.

— Gracias, Sato, bonitos colores los de este coctel. — Miro el vaso, luego empezó a darle varios sorbos.


Tomados de la mano, no tardaron mucho en dirigirse a la amplia pista de baile. Yuuji nunca había estado en un club, pero esa noche se estaba divirtiendo como nunca, le gustaba mucho el ambiente, y el hecho de poder bailar tan pegado junto a Satoru. El calor en el ambiente se intensificaba, así como el de sus cuerpos, eran los efectos de la pastilla, además de que Yuuji estaba en sus días de celo, claro que tomo sus supresores por la mañana, pero al haber ingerido la pastilla disuelta en la bebida, esta misma anulaba la protección del supresor. Gojo no estaba todavía en su temporada de celo, pero se sentía eufórico y con muchas ganas de terminar la noche en una de las habitaciones privadas del club. Itadori estaba abrazando de frente a Gojo, mientras bailaban con una canción de ritmo sensual, intercambiaban ocasionalmente apasionados besos, así como también había algunos toqueteos atrevidos.


— Quiero estar a solas contigo, Satoru. — Sus ojos brillantes se fijaron en aquellos ojos azules, le mostro una sonrisa traviesa que hacia combinación con el rubor de sus mejillas.

— Eso es justo lo que yo también quiero. — Contesto hablándole al oído.


Pidieron una de esas habitaciones privadas que se encontraban en la parte superior del club. Yuuji se quitó toda la ropa, quedando solo con su boxer el cual tenía dibujitos de perritos, luego se acomodó en una pose sensual sobre la cama, inundando cada rincón de la habitación con sus feromonas de omega, ahora eran mucho más notorias, a diferencia de cuando estaban bailando en la pista de baile llena de muchos olores entre mezclados. Gojo se acercaba a la cama mientras se quitaba la camiseta de botones y la dejaba sobre el suelo, así como también se retiró el cinturón y desabrochaba su pantalón negro.


— Me gusta mucho tu ropa interior. — Comento Gojo con una sonrisa juguetona mientras se acomodaba entre las piernas de Yuuji.

— No sabía que lo íbamos a hacer esta noche... si lo hubiera planeado hubiera usado algo de color negro. — No sentía pena más bien le parecía divertida la situación. — Pero no te burles.

— Dije que -me gusta- no me estoy burlando. — Paso a hablarle al oído, luego paso su lengua por la zona del cuello del pelirrosa. — Me fascinas, Yuuji, siempre quise hacerte mío, desde hace mucho tiempo.

— También me gustas mucho, Gojo. — Palabras en un tono suave salían de sus labios.


Sus manos pasaron a abrazar la ancha espalda del Gojo, sintiéndose muy querido por este, adoraba la sensación de cercanía que estaban teniendo en ese momento. Se sentía tan listo no solo para entregar su cuerpo si no también su alma, en una unión tan intima como lo era el apareamiento entre alfa y omega. Quería y necesitaba tanto ser marcado por Satoru. Deseaba ser de su propiedad, así como ser el, el único omega en la vida del albino.

Ambos quedaron ahora en completa desnudez, Gojo junto su falo erecto con el de Yuuji, sujetando ambos miembros con una de sus manos, comenzó a mover lentamente su mano de arriba hacia abajo.


— Ahh.... Se siente muy bien... — Yuuji gemía de forma suave, mientras su cuerpo se estremecía, nunca nadie antes le había tocado y menos de esa forma, era una sensación nueva muy excitante.

— Veo que te gusta. — Le susurro, mientras le besaba el cuello, dejándole varias marcas rojas. Luego subió la mano con la cual estaba masturbando a ambos, pasando sus dedos húmedos por el abdomen del pelirrosa, subiendo hasta sus labios, dejo que sus dedos fueran lamios, para después darle un largo e intenso beso sobre la boca.

— Me gusta cuando tú me tocas. — Hablo una vez se separaron del beso. — Pero quiero más de ti. — Podía sentir como la punta de aquel falo rozaba su agujero.

— Voy a ser cuidadoso. — Sujetando su enorme falo hacia presión para poder abrirse paso dentro del omega. Cuando logro entrar dejo escapar de sus labios un ronco jadeo, iba ingresando lentamente hasta que estuvo completamente adentro.

— Satoru... Ahh... — Una de sus manos sujetaba con fuerza los cabellos del albino. El poco miedo que tenia desapareció, era una experiencia nueva, pero era lo que deseaba tanto. Más gemidos salieron de su boca a medida que Gojo se movía, le gustaba ser penetrado con suavidad, rápidamente se acostumbraría a tener un miembro tan grande en su interior, pasando de sentir ligero dolor a sentir placer.


Gojo estaba en la gloria, por fin podía disfrutar del cuerpo de Yuuji, le excitaba tanto el hecho de que su joven amante fuera virgen, ser su primera vez, era algo que le volvía loco. Ser el único hombre que ha estado con él, también le subía el ego, en ese momento, todo para Gojo era una cuestión egoísta.

Podía sentir que en cualquier minuto podía terminar dentro de él, pero no era eso algo que quisiera, tenia que seguir unido a él, quería seguir atrapado entre aquellas delgadas piernas que abrazaban sus caderas con tanta fuerza. El dolor que sentía sobre su espalda por las uñas que Yuuji enterraba sobre su piel era bastante extasiaste, solo le provocaba el querer seguir embistiéndolo ahora con más fuerza.

El apasionado acto se prolongaba más tiempo, como si no tuviera fin, el cuerpo de ambos amantes recorría en varias posiciones todo el ancho de la cama. Yuuji ahora se encontraba boca debajo de la cama, mientras Gojo estaba encima suyo, embistiéndolo rápidamente, Yuuji solo podía poner los ojos en blanco de tanto placer que estaba recibiendo, a la vez que gritaba al borde de quedarse afónico. Gojo besaba la espalda del joven, subiendo hasta su cuello, tentado a dejarle una gran marca de enlace, el pelirrosa al notar las intenciones del albino, ladeo su cuello, dejándolo expuesto a que fuera marcado. Pero Satoru no lo hizo, no podía, eso seria estar atado de por vida a alguien, ese no era su objetivo desde un principio, si se acerco a Yuuji fue para tener simple sexo casual no para formar una vida juntos.


— ¡Ahhh...! creo que voy a venirme otra vez más, Satoru... — Dijo Itadori cerrando sus ojos con fuerza, mientras apretaba las sábanas blancas con sus manos. Su falo termino manchando las sábanas.

— También vas a hacer que me venga pronto si sigues diciendo mi nombre mientras te follo. — Sonrió pegando su abdomen sobre la espalda del joven. — Amo escuchar mi nombre de tus dulces labios, Yuuji. — Le beso con cariño la oreja.


Gojo quería retirarse del interior de Yuuji antes de eyacular, no deseaba provocar un embarazo, aunque era poco probable por ser la primera vez, o eso era lo que él pensaba, pero se sentía tan excitado al estar penetrando un agujero tan caliente y estrecho, que no pudo evitarlo. Termino eyaculando dentro de Yuuji, haciendo que el esperma se derramara sobre las sábanas una vez retiro su falo de aquel agujero.

Después de tener sexo por tantas horas, ambos se quedaron dormidos, abrazándose el uno al otro dentro de las sábanas. Yuuji tenia su rostro hundido en el pecho del albino, sintiéndose muy protegido por el alfa, tendría lindos sueños si estaba descansando entre sus protectores brazos. 

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