CAPITULO XXX: ¿AUN ME AMAS?
Me canse de luchar, me canse de pelear por ti y estoy harto de esta situación pero respóndeme con un sí a esta pregunta y nunca volveré a rendirme, solo dime ¿aún me amas?
Al día siguiente Kaito fue a casa de Len–hola–hola... Len ¿dónde está Ren-chan? – ah... Pues, Rin lo llevo al parque y no se a qué hora lo traerá de regreso– ya veo ¿podrías darle esto cuando regrese? – le entrego un pequeño osito de peluche–claro yo se lo doy– gracias... Y esto es para ti– le entrego una rosa amarilla–no.... Debiste– de cierto modo me alegra que Rin no este aquí, hay algo que he querido decirte–di-dime– quiero llevarme a Ren-chan–¿qué? ¡Estás loco si crees que dejare que me lo quites! –Len escucha–¡no escucha tú! ¡Una cosa es que seas su padre y otra que permita que me lo quites! – Len–lo tomo de las mejillas para que lo viera.
– no te lo quiero quitar–ah ¿no? –no–dijo riendo un poco–me refiero a que no tienes por qué cuidarlo todos los días yo también soy su padre, debo cuidarlo también–te refieres a– me lo quedaré cuatro días y tu otros cuatro–ah entiendo, en ese caso supongo que está bien, pero tu esposa ¿no se molestara?–ella no importa ya te lo dije–bueno–gracias y una cosa más–¿qué? – quiero compensarte las veces que lloraste por mi culpa–no tienes que hacer eso–lo digo en serio, de lo contrario no podría perdonarme a mí mismo–Kaito– te daré una rosa amarilla todos los días, tantas como las veces que lloraste por mi culpa–dijo acariciándole el rostro.
–De acuerdo, solo porque me gustan estas flores–dijo oliendo la rosa– gracias, bien me voy–se despidió y se fue –¿eso hiso? –Dijo Rin con una sonrisa de oreja a oreja–te lo digo en serio– ya se... Oye ¿qué sentiste cuando te dijo eso? –no empieces, el está casado y yo tengo que encargarme de Ren-chan ya no tengo tiempo para eso– dijo suspirando.
–Algo me dice que esos dos están destinados el uno para el otro– dijo frotando sus manos con emoción cuando salió de la casa de su hermano, ella presentía que la unión entre ellos volvería a darse –hay hermanito, perece que tu hilo rojo del destino ya encontró su otro extremo– dijo sonriendo.
Así fue todos los días Kaito iba a casa de Len a entregarle una rosa, ahora con su tiempo libre Len comenzó a buscar un trabajo, el dinero que recibía de Kaito era solo para su hijo, no quería recibir nada de él que fuera para mantenerlo.
Hace tiempo que ya no veía a Meiko, se negaba a firmar la orden de divorcio– ya me canse–dijo el peli azul recostándose en el sillón –¿qué paso? –Dijo Gakupo–nada, solo la loca de Meiko que sigue negándose a divorciarse de mi– a donde te fuiste a meter–nunca supe de ese lado suyo–nunca se termina de conocer a las personas– dijo encogiéndose de hombros.
–pero bueno, dime ¿cómo te va con Len? –Maravilloso–dijo con una sonrisa–me acepto las rosas y los detalles que le llevo, incluso ya se animó a que lo abrace un poco–lo ves te dije que el aun sentía algo por ti– si y no sabes cuánto me alegra–dijo con una sonrisa.
–hola–hola–dijo Len con una sonrisita nerviosa, lo dejo pasar–vengo a dejarte a Ren-chan–se lo entrego–y también–le dio una rosa–gracias pero ya no son necesarias, me has dado más que las veces que te he llorado– ¿ah sí? Pero no importa, ya no te las daré tan seguido si te incómoda pero te seguiré dando regalitos–Kaito... Creo que lo mejor es que ya no me des nada, fuiste muy lindo y dulce pero... Por favor ya no me traigas nada mas–pero–te lo pido–de acuerdo–dijo algo desanimado–bien nos vemos– salió de la casa y Len cerró la puerta detrás suyo.
–off–bufo– si no lo hacía iba a volver a caer–dijo–no se a que juega pero no volveré a caer en su juego– dijo –papá –mm a Ren-chan ¿quieres comer? – lo cargo y lo llevo a su sillita para alimentarlo.
–No comprendo lo que hice mal, todo lo hice por amor–si pero tu noviecito no supo verlo así–cállate, no es mi novio sito, es mi esposo–dijo Meiko mirando su anillo de bodas– pues supuestamente quiere el divorcio ¿no es así? – Sí, pero está loco si cree que se lo daré, solo está esperando a una oportunidad para correr a los brazos de ese, de su Len– dijo ridiculizando un poco la voz en el nombre del rubio.
–espera un momento ¿dijiste Len? –si– Len Kagamine–¿lo conoces? –conocerlo, más de lo crees linda– ¿entonces sabes cómo puedo hacerlo pagar por lo que me hiso? – Claro, después de todo dudo mucho que haya cambiado–¿cómo es que lo conoces? – Fácil, fue mi novio hace mucho– no sabía que te gustaban los hombres–no, pero él era realmente lindo, hasta que simplemente se quiso hacer el interesante y lo termine– Mikuo... ¿me ayudaras entonces? – claro, quiero dejarle en claro que aún me pertenece– dijo con una sonrisa sádica.
Len estaba en su casa preparando la comida, Ren-chan jugaba con unos carritos sobre el suelo–que bien te portas–lo elogio, era un niño tranquilo dentro de lo que cabía, no era desastroso, llamaron a la puerta y el rubio abrió– hola Gakupo–hola–dijo y entro en la casa –¿se te ofrece algo? –Sí, vengo a secuestrar a Ren-chan–¿cómo dices? –sí, tú y Kaito están siempre con él, los tíos también tenemos derechos, te lo quitare un día y Rin se lo quitara a Kaito un día–me parece bien–¿entonces me lo puedo llevar? – claro, solo iré por algunas de sus cosas–dijo y subió las escaleras.
Regreso con una manta y la carriola del bebe, de color rojo, una pañalera y se la entregó a Gakupo–listo, dentro va todo lo que necesitas–bien lo regreso luego–claro diviértanse –cerró la puerta y regreso a la cocina, tomo la cuchara y de nuevo llamaron a la puerta.
–¿qué? ¿Tan pronto te cánsate del? –pero al abrir no se trataba de Gakupo, sino de Kaito– Kaito–hola, ¿puedo pasar? –Claro–¿dónde está Ren-chan? – ah eso... Pues Gakupo vino por él y se lo llevo– pensé que serían solo amenazas pero bueno–se sentó en el sillón–bien si no está volveré después–claro–apropósito ¿ya comiste? –aun no–genial, te invito entonces–bueno, yo, es solo que ya estaba preparando algo–vamos, no tardaremos–pero – vamos tenemos un hijo después de todo ¿qué más puede pasar? –Len sonrió y se cruzó de brazos sobre el pecho–de acuerdo, solo porque me da pereza cocinar–bien entonces–sonrió y le abrió la puerta.
–vamos por un helado Ren-chan–dijo el peli morado y lo empujo hasta la heladería del parque.
Mientras los padres del pequeño daban un paseo en un parque, comían un helado, se sentaron en una banca y hablaban de cosas triviales–¿entonces eso paso? – sí, fue la única vez que recuerdo que mi padre me trato con cariño–dijo el rubio– ya veo– oye... Nunca me has contado que ocurrió con tu padre, nunca lo mencionas– Kaito solo rodo la mirada.
–¿no quieres hablar de eso? – no, pero está bien te lo contare– suspiro– conozco a mi padre, vivimos con él un tiempo, mi madre, él y yo, yo lo quería mucho, pero un día él se marchó de la casa, nunca supe a donde, un día solo se fue, sin decir nada, le pregunte a mi madre muchas veces por él y decía que estaba de viaje de negocios, le creí un tiempo pero... –pero– unos tipos de unos veinte años más o menos se aparecieron en la casa, decían ser los hijos de mis padre, mi madre y yo no les creímos, eran tres en total y todos decían ser hermanos e hijos de mi padre, para que les creyéramos nos entregaron el acta de matrimonio de sus padres, eso nos derrumbó... Papá y mamá nunca se casaron– ¿quieres decir qué? – nosotros éramos su otra familia–suspiro y apretó sus puños.
–al parecer mi padre había vuelto con ellos tras una pelea con mi madre, ahora la casa era de ellos, siempre estuvo a su nombre y ahora lo había puesto al de sus hijos, prácticamente nos echaron a patadas de ahí, no nos dejaron traernos nada, comenzamos de cero mi madre y yo, en otra ciudad, por mucho tiempo le guarde rencor, pero después reflexione que ni eso se merecía que sintiera por él, cuando lo entendí le jure a mi madre cuando tuve diez años que mientras viviera a ninguno de mis hijos les haría falta su padre, no me importaba si fueran en matrimonio o no, todos serian reconocidos por mí–mm, ya veo tu insistencia con Ren-chan–es mi hijo–dijo.
Se quedaron cayados un rato, el rubio miraba sus pies y el peli azul miraba el cielo–Len quería decirte algo importante–claro– veraz sr que te hice sufrir mucho y eso y me arrepiento de eso–eso ya no importa, lo compensaste da igual ahora– bueno quizás pero, quería decirte que a pesar de todo y todo lo que ha ocurrido yo... Yo no he podido olvidarte Len–dijo y le tomo la mano.
–no he dejado de pensar en ti, en lo felices que fuimos y puedes decidir creerme o no pero la verdad es que yo me enamore de ti, ahora ese amor no lo he podido superar y... A lo que voy Len es que me des otra oportunidad, ¿qué me dices? ¿Quieres que volvamos intentarlo? – yo.... No lo sé–dijo separando su mano, no sabía que contestarle, si por más que se negara a aceptar el seguía enamorado de Kaito, al igual que él no había podido superar lo que sentía, pero hasta donde el sabia seguía casado y no pensaba separarse de Meiko, él no quería ser su amante, pero el amor que le tenía lo animaba a o tentarlo, pero quería algo diferente para su hijo.
–Len–lo llamo y lo tomo de la barbilla para que lo mirara, sus ojos reflejaban que lo que le había dicho había sido verdad, quería creerle pero esa sensación de que aún le ocultaba algo se incrustaba en su corazón, lo tomo del hombro y miro a Kaito, el teléfono del peli azul sonó
–Gaku ¿qué pasa?....¿cómo dices?... ¿de qué me estás hablando? –espera deja ver si esta debajo de la carriola, no hay nada– ¡ni me vengas con eso! ¿Dónde estás? Iremos para allá estoy con Len en un lugar cercano –colgó, la expresión en su cara no le agrado nada a Len –¿qué ocurre? –era Gakupo... Len esto no es fácil de decir pero... Han secuestrado a nuestro hijo–
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continuara♪♪♪
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