Se puede cambiar el futuro, eso creo que es verdad, pero ¿cómo podemos saber que eso no estaba previsto? Cada quien se forja su destino, pero no es el destino que quisiera, no sé lo que hago, solo actuó sin saber a dónde ir o que hacer, camino a ciegas, me pregunto ¿algún día despertaré a la realidad?

El peli azul estaba terminando de arreglarse la corbata, hoy sería el día de su boda, se miraba al espejo, su prometida había pasado la noche en casa de Miku, su celular sonó, se trataba de Len–hola ¿estás bien? En la escuela dijeron que no vendrías en unas semanas por situación personal– tranquilo, solo me sentía muy estresado y quise tomar unas vacaciones– ya veo, cuídate y descansa– lo hare amor, tranquilo– ah y Kaito... Te amo– y yo a ti– colgó.

–Será difícil estar sin Kaito, pero él tiene derecho a estar sólo – termino de arreglarse y se contempló en el espejo –¿en qué momento ocurrió todo esto? – se quedó analizando su pasado.

–¿qué te parece Kaito? – Dijo su madre– era mejor la otra casa– lo siento hijo pero ya no podemos volver–¿por qué papa tuvo que hacer eso? – no digas eso, aun así no deja de ser tu padre– eso lo sabía bien, pero desde ese momento el no tuvo más que una madre, al terminar de ayudar en casa salió un rato a dar un paseo, fue cuando vio a una pequeña niña con vestido rojo y botitas café, cortando flores.

– Es tan linda– dijo –Kaito la cena esta lista– volvió a casa con una sonrisa en los labios –¿hesite amigos? – no, pero vi a una niña bonita– dejaras de ser hombre hijo– sonrió divertida su madre, al día siguiente volvió al mismo lugar donde vio a la niña pero no la encontró, desanimado volvió a casa y se sentó en el jardín mirando al horizonte, estaba tan concentrado que apenas y se dio cuenta de una flor que colocaron frente a él.

–Toma, para que no estés tan triste– al verla Kaito pudo reconocerla se trataba de la misma niña que había visto el día anterior, tomo la flor–gracias– la niña se sentó a su lado – eres nuevo ¿cierto? Jamás te había visto por aquí– sí, acabo de mudarme con mi madre... ¿quieres jugar? – Claro– sonrió y comenzaron a jugar.

–¿con estas están bien? – pregunto Kaito –si– la había ayudado acortar flores para su abuela, el pequeño le llevo la canasta, en ese entonces ambos tenían diez años, al llegar al lugar su madre y la abuela de la niña hablaban – Meiko– dijo la anciana– te presento a Kaiko Shion– la niña saludo, de igual modo, la señora le presento a Kaito.

Al parecer ella era la dueña de la casa que rentaban, desde entonces ambos se hicieron muy buenos amigos y jugaban siempre –baja te lastimaras– le gritaba al niño a Meiko que estaba en la cima de un árbol– no ocurrirá nada sube– el peli azul se encogió de hombros y subió.

Encontraron un pequeño nido de aves pero los pajaritos picotearon a Kaito a siéndolo caer al suelo, por el golpe comenzó a llorar, Meiko asustada bajo corriendo al verlo llorando ella también lo hiso. Desde entonces habían sido amigos.

Cuál fue su sorpresa al saber que ambos iban a la misma escuela, no al mismo grupo pero si a la misma escuela, ambos se hicieron amigos de Gakupo –¿por qué no le dices lo que sientes? – Le dijo el peli morado a Kaito –¿de qué hablas? – vamos, puedes engañar a cualquiera pero no a mí, a ti te gusta Meiko, no dejas de mirarla cada que puedes– pero... ¿y si yo no le gusto? – Claro que sí, también se le nota mucho– semanas más tarde Gakupo dejo de ir a la escuela, había comenzado con su sueño de ser cantante.

En un festival de la escuela, lo habían invitado para cantar, en medio de fuegos artificiales Kaito se acercó a Meiko, la avía estado evadiendo desde hace tiempo, tomo aire y le pidió lo acompañara –¿qué ocurre Kaito ?– Meiko yo...solo quería decirte que... Me gustas y... Si ¿quisieras ser mi novia? – Meiko no supo que responder solo lo beso de momento, el peli azul correspondió eso basto para saber la respuesta.

Desde entonces eran novios, pero al llegar a la universidad todo cambio– me iré de Tokio– dijo Meiko a su novio– conseguí una beca para estudiar diseño de modas en parís... Temo que por un tiempo... No podremos vernos, pensé y no es justo para ambos quizás lo mejor sea que.. – Kaito el cayo con un dedo –¿aún me quieres? – Claro que si– entonces no importa, puedes irte, estudiar lo que quieras y superarte pero... Cuando vuelvas te estaré esperando, entonces estaremos juntos y... Tú te casaras conmigo– Kaito– dijo con los ojos brillosos y se besaron por última vez.

Fue así como sucedió, Meiko se fue y Kaito entro a una universidad importante se Tokio, el lugar donde ahora es maestro, estudio arquitectura pero un día mientras tocaba la guitarra en el patio de la escuela, pensando en Meiko, logro adelantar curso, solo que faltaba un año para continuar pero ahora, se sentía vacío sin ella.

Una mujer joven se sentó a su lado, llevaba un vestido rosa hasta arriba de las rodillas, botas café y un sombrero, su cabello era castaño y corto, a pesar de que muchas se le acercaban el solo tenía tiempo para Meiko, así que no le pronto mucha atención, su mente estaba tan concentrada en Meiko que comenzó a cantar la canción que a ella le gustaba, sentía que lloraría cuándo llegará a la parte que ella solía cantar pero...

– te daré mi amor, solo a ti mi amor, que siempre y por siempre a tu lado estaré, piensa en mí como yo lo hare por ti, que ni el tiempo podrá separarnos jamás–¿conoces la letra? – Dijo sorprendido el peli azul– claro– se quitó el sombrero y lo miro – solías cantarla para mi– Meiko– dijo con los ojos brillosos hace cuatro años que no la veía.

La abrazo como si no hubiera un mañana– te extrañe mucho – termine la carrera, ahora ya podre estar contigo– Kaito no se lo creía, Meiko había esperado por él, como él lo había hecho, poco después le pidió matrimonio, cuando terminara la carrera, pero por problemas de la profesión de Meiko tuvo que irse por dos años más.

Pero ahora ya se casarían, en unas horas serian marido y mujer, Kaito no despegaba sus ojos de su reflejo, le pareció que había esperado mucho por esta fecha pero ahora ya era realidad, un claxon lo despejo de sus pensamientos, Gakupo había pasado por él, termino de darse los toques finales y salieron rumbo a la iglesia, sin saber lo que pasaría después.

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continuara♪♪♪