CAPITULO XI: POR AMOR
Las acciones y palabras no son lo mismo, una acción vale más que mil palabras, es cierto, pero hay palabras que encierran todas las acciones que haríamos, y acciones que engloban todas las palabras que podríamos decir, cuando haces algo por amor no lo piensas solo actúas, el tiempo dirá si te arrepentirás o no.
Kaito y Len estaban acostados en el pasto de un parque, bajo la sombra de un árbol, miraban el cielo sin decir nada, de un momento a otro la mente de Kaito viajo, dentro de poco seria su boda, y aunque la idea de vivir una doble vida fue entretenido, pronto tendría que cambiar todo eso.
– ¿ocurre algo? – dijo el rubio viéndolo a los ojos – no, solo pensaba en lo bien que me la paso a tu lado– y yo contigo– se acercó y lo beso en los labios, algo le decía a Kaito que estaba mal eso, pero ya no había vuelta de hoja.
Tomo al rubio de la mano y se lo llevo a su casa, su hermana lo invito a pasar y a comer con ellos, acepto, la comida era excelente, se sentía mal por tantas atenciones, abrazo a Len y le decía lo micho que lo quería y halagos el menor solo se sonrojaba sin saber que contestar, eso le divertía a su hermana que aprovechaba cada momento que tenía para molestarlo.
Volvió a su casa. La sala estaba llena de las cosas que faltaban para la boda, suspiro, en un par de semanas ya estaría casado.
Al día siguiente iba en dirección a la casa de Len, antes de llegar encontró a un pequeño gatito bebe que maullaba sin cesar, tenía una pata lastimada y los ojos cerrados por el dolor, el peli azul lo tomo en brazos y lo llevó a una veterinaria, el pequeño gato estaba bien, con unos días de cuidado mejoraría.
Siguió caminando pensando en qué hacer con el gato– no sería mala idea – sonrió, baño al animal y le coloco un listón rojo al cuello, después volvió a la casa de Len. Llamo a la puerta y fue su novio quien lo recibió –Kaito– Len te traigo un regalo– extendió sus manos mostrándole el gatito – ahh que lindo – abrazo al gato mientras su hermana baja las escaleras –un gatito– dijo su hermana y corrió para acariciarlo.
– ¿cómo lo llamaremos? – dijo el rubio mirando al gatito de pelaje blanco jugando con su hermana en el suelo– es tuyo ahora, puedes ponerle el nombre que quieras – me gusta bola de helado– ¿ y eso por qué? – porque me lo diste tú y– se recostó sobre el hombro del peli azul– así podre recordarte cada que lo vea– el mayor sonrió y lo beso, se escuchó un sonido de un flash.
– ¡Rin para de fotos! – y persiguió a su hermana para que borrara la fotografía. El día termino, el peli azul volvió a su casa, donde como de costumbre su prometida ya tenía la cena preparada. Fue un día especial.
Al siguiente fin de semana Len y Kaito habían ido al cine, al salir fueron a comer, y ambos fueron por un helado, se gastaban bromas mutuamente el uno al otro, manchándose de comida y robándose besos fue en lo que consistió toda la mañana.
Comenzó a llover, era una ligera brisa, en esa ocasión habían caminado así que Kaito no llevo su auto, el peli azul saco un paraguas y lo abrió para compartirlo con su novio, lo abrazo de la cintura para acercarlo más a él, el rubio se sonrojo un poco, eso era lo que le gustaba a Kaito, lo inocente y lo tierno que podía llegar a ser, decidieron continuar con su cita, la brisa era muy ligera, pero comenzó a agravarse.
El rubio estornudo y se abrazó para tratar de tener algo de calor, al verlo Kaito se quitó el suelo que llevaba y se lo coloco a Len, –pero– mientras yo este aquí siempre te voy a cuidar– gracias– respondió con un sonrojo, el peli azul se inclinó para besarlo y el rubio correspondió.
La lluvia se volvió más fuerte, el aire soplaba con fuerza, así que tuvieron que guardar el paraguas y se refugiaron en una tienda, el rubio estaba empapado y no dejaba de estornudar – ¿qué hago? – Pensó Kaito– si Len continúa así se enfermara, su casa aun está muy lejos, podríamos ir a la mía, Meigo ira de viaje por unas semanas así que por hoy no estará en casa– reflexionó y analizo la situación – ven vamos a mi casa, queda más cerca y no estarás por mucho más mojado– bien, vamos– dijo tiritando de frio.
El peli azul lo tomo de la mano y salieron corriendo, al llegar el ajinar le preparo el baño a Len y le presto algo de ropa, le quedaba un poco grande pero le aguataba, Kaito también se bañó. Al salir Len estaba sentado en el sillón de la sala –mejor ¿no? – Si– el peli azul le rodeo los hombro con un brazo, se produjo un silencio, Len se acercó a él y lo beso en los labios, Kaito correspondió.
No se separaban del beso, el peli azul se fue inclinando más sobre el ojiceleste hasta dejarlo completamente recostado sobre el sillón, prosiguió con besarle el cuello, lo hacía de manera inconsciente –Kaito... ¿qué haces? – Razonó lo que hacía y miro al rubio –lo siento– Kaito ¿tu... Quieres? – No te voy a pedir que lo hagamos, yo no necesito de esa ridiculez de prueba de amor para saber que me quieres, yo no soy como todos Len, será cuando quieras – no me respondiste – dijo algo sonrojado.
– ¿tú quieres? – ama no niego que sería lindo demostraré mi cariño de esa manera pero, no quiero presionarte yo... –si quiero– susurro Len– ¿qué? – Si quiero– se cubrió la cara con las manos – jamás he hecho algo como eso– tranquilo no tenemos por qué apresurarnos– es que si quiero pero... Me da algo de miedo... Si quiero Kaito... Ha... Hagámoslo– dijo con pena, el peli azul volvió a besarlo en los labios, el rubio se quitó los lentes que llevaba y lo dejo en el suelo.
Continuaban con el beso, después el peli azul volvió a besar y lamer su cuello –Kaito– el peli azul lo cargo y lo llevo a su recamara, lo deposito con dulzura sobre la cama y volvieron a besarse – espera Kaito, tengo miedo– ¿por qué? – Pregunto sin dejar de lamer su cuello– me han dicho que duele y... – dolerá un poco, pero tratare de que no sea mucho, seré gentil contigo amor... Claro si aún quieres– dije que lo haría hasta casarme o estar muy enamorado así que... Quiero que seas mi primera vez Kaito... Hagámoslo– el peli azul sonrió y se acercó a su oído.
– no importa cuánto llevemos si decides que ya no te gusta o quieres parar dímelo, además si algo te molesta o quieres que haga algo en particular dímelo–si– dijo con nerviosismo y continuaron. Algo en la mente de Len le decía que parara, pero sus ideales se fueron callando conforme avanzaba la situación – ahh... Kaito– gimió sin evitarlo eso lo sonrojo.
–lo siento Kaito no volverá a pasar– dijo pensando que ese sonido ofendió al peli azul– tranquilo Len eso significa que te gusta, es normal, además llegara un momento en que no podrás callártelos– continuaron con lo mismo, pronto había dejado de llover, pero ellos no lo notaban, estaban muy concentrados en lo suyo.
– ¿qué tal estuvo? – Dijo el peli azul– no pensé que se sintiera así, me... Me gustó–admitió con pena – ¿te lastime? – no, no me dolió en lo más mínimo– suspiro–aunque estoy algo cansado– puedes descansar todo lo que quieras – lo abrazo y se quedaron dormidos.
Al despertar el peli azul no oyó al rubio junto a el–Len– el rubio se asomó entre las cobijas solamente mostrando sus ojos –buenos días–buenos días amor – y lo beso en la frente– ¿cómo te sientes? – Bien– ¿no te duele nada? – No, fuiste muy gentil anoche – ven tengo que mostrarte algo– se vistieron y el peli azul lo condujo a la azotea, el sol comenzaba a salir – Len te amo, y siempre será así– y yo a ti– dijo para besarlo colgándose de su cuello lo amaba, por eso se entregó a él.
El peli azul lo llevo a su casa, Rin lo esperaba con los brazos cruzados – ¿porque no volviste anoche? – Bueno es que llovía y no pude regresar– pero termino de llover a las ocho buena hora para que Kaito te trajera a casa– am bueno– dime la verdad– bueno... Yo... Yo ya no soy virgen... Lo hice con Kaito anoche– dijo con la cara completamente roja – Len pero habías dicho que sería hasta casarte o...te has enamorado– dijo conmovida, el rubio dolo asintió.
Su hermana lo abrazo con fuerza se sentía feliz por su hermana, parecía que su vida comenzaba a cambiar.
–Kaito– dijo el rubio acercándose a donde se encontraba su novio y cuñado, conversaban los tres mientras los novios estaban abrasados– tengo que irme a clase nos vemos– le dio un beso a Kaito y se despidió de Gakupo – ya conseguiste lo que quieres ¿porque aun sales con ese pobre niño? – Sería malo que terminara con él unos días después de que lo hicimos– es eso o ¿te has enamorado de ese niño– Kaito lo miro sin entender pero al ver la mirada de Gakupo suspiro.
–a ti no te puedo mentir, no sé como pero me he enamorado de los dos, de Len y de Meigo –no puedes seguir así, tengas que elegir– eso lo sé, pero no puedo ahora– ¿entonces cuando? En unos días te casas ¿que harás si Len se entera? – No tendría porque enterarse, tu eres el único que sabe esto y sé que jamás lo dirías – por más que lo odie es cierto, jamás hare algo que te perjudique– solo tengo que esperar para decidirme–
– a que esta lo que nos pidió– le entregaron un sobre, lo abrió y en él se encontraban unas fotografías donde Len y Kaito estaban en la cama en poses muy comprometedoras, los gestos del rubio u del peli azul lo confirmaban todo– sabía que ocultabas algo Kaito–volvió a guardarlas– pero eso pronto se terminara, sonrió con malicia la persona que acababa de ver esas fotos, fotos que se convertirían en un gran infortunio para ambos.
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continuara♪♪♪
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