💖Capitulo 24 - ¿Una película? 💖
Tatiana.
Aun no comprendo qué hace él aquí, ¿acaso vino a buscarme? ¿Y tal vez cree que me iré con él? ¡Eso no pasará! ¡Mucho hice con ir tres días seguidos a su apartamento a buscarlo y no estaba! Algo que no debí hacer, claro, la excusa el primer día era recoger mi carro, ¡pero los otros días quería otra cosa, sexo! Pero seré fuerte y no caeré, por más ganas que le tenga. Además, el desplante que me hizo aún no lo olvido, me sentí ridícula y humillada.
«Por favor, hormonas, conténganse, no me hagan quedar mal».
—¿Sucede algo, jefa? —escucho a Cameron hablarme. Lo miro y en su rostro puedo ver confusión.
—No, todo está bien, vámonos. —digo, agarrándolo del brazo y empezando a caminar, pero por el otro lado.
—¡¿Ahora volverás a huir de mí?! —exclama Oscar. Lo ignoro y sigo mi camino.
No llego muy lejos cuando me agarra del brazo con brusquedad, deteniendo mis pasos. El agarre fue tan brusco que provoca soltarme de Cameron. Mi rostro gira para ver al idiota de Oscar, lo fulmino con la mirada y él me ve molesto. Intento soltarme de su agarre, pero él me hala, pegándome a su cuerpo.
—¿A dónde crees que vas? ¿Qué te pasa? ¿Por qué me ignoras? —brama Oscar viéndome furioso.
—¿Qué te pasa a ti? Suéltame. —espeto molesta. Forcejeo para soltarme, pero él no cede.
—No me pasa nada, pero al parecer a ti sí. Además, ¿quién es ese idiota? ¿Sales con él? ¿Acaso se te olvidó nuestro trato de exclusividad? —expone rabioso, apretándome más a su cuerpo.
Sus preguntas me dejan pensando. ¿Qué le pasa? ¿Qué se cree este tonto haciéndome esas preguntas? Parece como si estuviera celoso. ¿Será eso? No, claro que no, eso solo les pasa a personas enamoradas, y él mismo lo dijo, que tampoco le interesa el romance. Algo que a mí tampoco, yo creo en el amor y todo, pero para mí en lo personal no quiero una relación, no me veo en una.
—No seas tonto, claro que recuerdo bien el trato. Pero tú te desapareciste y ni por aquí te habías asomado, así que ya no me interesa. —hablo calmadamente, para luego darle una media sonrisa.
Es obvio lo que quiero, pero debo hacerme la que no y que no se note lo desesperada y ansiosa que se encuentra mi vagina por tener liberación y que él sea el responsable. Él va a responder, pero la voz de Cameron evita que lo haga.
—Señor, creo que debería soltarla, o llamaré a seguridad. —expone Cameron con voz firme. Lo miro y está muy serio, sé que llevo pocos días conociéndolo, pero no lo había visto de esa manera.
—No te metas, esto es un asunto entre ella y yo, ya te puedes ir. —exige Oscar, mientras lo mira mal.
—Lo lamento, pero no creo que pueda dejar que mi jefa se vaya con usted, que está todo alterado. Y no me arriesgaré a que le vuelvan a pegar, así que déjenla en paz. —Cameron se acerca y me aleja de Oscar, fue fácil porque él aflojó su agarre.
Oscar no hace el intento de volver a agarrarme, aunque quisiera que lo hiciera, tenerlo tan cerca y oler su perfume es delicioso. Puedo ver en su rostro confusión y preocupación.
—Nunca le pegaría a una mujer, ¿quién te crees para insinuar esa estupidez? —espeta con rabia viendo fijamente a Cameron, luego me mira a mí con seriedad. —¿Quién te pegó? ¿Qué pasó? —su voz denota preocupación.
Verlo preocupado por mí hace que me emocione, y no debería, pero son muy pocos los que se han preocupado por mí, aparte de mi familia. Suspiro con pesar, recordar lo que pasó con esa loca me da rabia.
—Una chica loca empezó a decirme cosas, se me lanzó a golpearme, y yo le pegué en la cara. Es todo. —hablo restándole importancia.
—Entiendo, qué mal lo que te pasó, pero podemos hablar sin que este mequetrefe esté presente. —pide con molestia.
—No le digas así, que es mi amigo. Te disculpas o no hablamos. —digo mientras me cruzo de brazos y trato de no reírme por la cara que pone.
Oscar es tan divertido, no sabe disimular cuando algo le molesta, sus caras son tan obvias, me divierte verlo así. En un murmullo se disculpa, una disculpa nada creíble, pero qué le voy a hacer. Me despido de Cameron y le agradezco por preocuparse por mí y por su ayuda.
—Jefa, se nota que ese sensual muñeco se muere por ti, me di cuenta, es bastante heterosexual, y por eso no usé mis encantos para conquistarlo. —susurra Cameron en mi oído, y al alejarse me guiña un ojo y se va.
Suelto una gran carcajada con esas palabras, Cameron es tan divertido. Una exagerada tos falsa hace que deje de reír, giro sobre mis talones para encontrarme a Oscar que me mira con cara de perro bulldog. Controlo la risa y ambos en silencio caminamos hasta su lujoso deportivo, es una belleza, necesito manejar este auto. Con este vehículo es obvio que tiene mucho dinero y cómo no, es un Addams, perteneciente a una de las mejores constructoras del país, donde trabaja mi hermana.
El trayecto a no sé dónde se da en un silencio incómodo, la tensión es innegable y no sé por qué me vine con él. «Claro que lo sabes, querida Tatiana, quieres que ese rubio te vuelva a empotrar en la pared, te lleve al cielo con los orgasmos que te dará», me asegura mi conciencia, y a esa no puedo refutarle nada, porque siempre tiene razón.
Mi mirada se desvía a sus sensuales manos que están en el volante, y veo que una de ellas está vendada. Miro extrañada eso, no me había dado cuenta de ello, ¿qué le habrá pasado?
—Sé que soy irresistible y encantador, preciosa, pero no me mires tanto porque podrías gastarme. Para más fácil, sácame una foto, así podrás verme siempre. —él me mira con una media sonrisa y me guiña un ojo.
Ruedo los ojos por la estupidez que dijo, aunque él tiene razón en todo, pero nunca se lo diré.
—¿Qué te pasó en la mano? —le pregunto sin dejar de verlo. Su rostro se tensa y aprieta el volante con mucha fuerza. —Hey, cálmate, si no quieres decirme está bien, perdón por preguntar. —digo acomodándome en mi asiento.
No puedo obligarlo a decirme algo que no quiera. Lo escucho suspirar con pesadez, y al verlo, observo cómo su rostro se va relajando.
—No es eso, es que me enfurezco más cuando recuerdo por qué mi mano está vendada. Es que le partí la cara a un maldito imbécil que se atrevió a maltratar a mi prima. Me volví loco y casi lo mato. Estos días he estado con ella. —explica, y puedo notar la ira en sus palabras.
Y yo no puedo creer lo que me dice. Esa prima es Karla, estoy segura, es la hermana de Brandon. ¿Mi hermana sabrá lo que pasó? Creo que no, porque me lo hubiera comentado. ¿Qué le habrá hecho ese tipo a ella para que Oscar casi lo matara a golpes? La única explicación sería que la golpeó. Y si fue así, es un maldito, y cada golpe se lo merecía. Eso explicaría por qué razón no estaba en su apartamento estos días.
Estoy absorta en mis pensamientos que no me di cuenta en qué momento llegamos a su residencia, hasta que escucho su voz avisándome. Al verlo, su semblante está serio, y su mirada está fija al frente.
—El de seguridad me informó que viniste a buscarme, discúlpame por no avisarte, aún no tengo tu número de teléfono y lo de mi prima pasó tan rápido que no pude ir a tu trabajo. ¿Quieres subir? —habla sin verme. En un susurro logro decirle que sí. Verlo tan serio es preocupante.
Ambos caminamos en silencio. Esto es algo incómodo, no sé qué decirle. Por ahora no diré nada, creo que es mejor así. Apenas nos estamos conociendo y tal vez sería muy imprudente hacerle preguntas personales. Espero poder controlarme, porque me conozco y no sé quedarme callada.
Al entrar al apartamento, él me ofrece de tomar. Le pido jugo y él va a buscármelo. Se que me contradigo, que dije que no me vendría con él, pero hay algo más fuerte que me obliga. Me siento en el sofá y detallo su sala. Es elegante, se nota que hay dinero invertido. Tiene buen gusto, un gusto parecido al mío.
—¿Quieres ver alguna película? —su voz ronca me espanta. Al mirarlo, él me sonríe.
Maldita sea, no sé por qué, pero cada día veo que su sonrisa es más hermosa.
—No hagas eso, vas a hacer que me dé un ataque. —hablo con dramatismo, llevando mi mano al pecho para más drama.
—Perdón, no quise asustarte. —con la misma sonrisa se sienta a mi lado. —Entonces, ¿vemos una película? Tengo varias buenas. Espero que te gusten. —sin esperar respuesta, agarra el control remoto y prende la TV.
¿En serio? ¿Él me trajo para ver una película? Es raro esto. Pensé que tendríamos sexo, y no es que me queje por esto, pero de verdad es raro, y no sé si sea buena idea que compartamos de esta manera.
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