LA LLAMADA DE STEFANNO
El teléfono la despertó, aún desorientada contestó en italiano y la voz del otro lado del auricular hizo que se sentara precipitadamente en la cama con expresión de angustia.
-No te enojes conmigo Stefano, se presentaron ciertas cosas y, bueno pensaba llamarte. sí, sí claro Stefano me visto y voy para allá, ya deja de regañarme quieres, te explicare todo cuando llegue, cuelga.
Ve la hora del reloj eran casi las 8 a.m. -Tonta, tonta. -Repite una y otra vez. ¿Cómo pudiste quedarte dormida? -Sale de la habitación en dirección al cuarto de Jared pero encuentra una nota sobre la almohada: -Buenos días amor, no te quise despertar anoche dormías plácidamente, iré a visitar a petición de Nathan, las que van a ser las nuevas oficinas, te veré luego, te amo Jared.
-Se fue. -Dice Marie con desánimo. -Tomó la nota y se dirigió nuevamente a su habitación, se alistó tomó un breve desayuno y se fue al encuentro del enfadado Stefano que la esperaba.
Al llegar a la galería la recibe Giovanni.
-Está muy molesto contigo cariño, ¿Porqué no viniste ayer?
-Es complicado
-Ven conmigo. -Giovanni la lleva a una amplia oficina y sentado detrás del gran escritorio de cedro se encontraba Stefano.
-Bueno hasta que al fin te dignas aparecer; no quedamos en que nos íbamos a reunir aquí ayer, que parte de nuestra conversación no entendiste o al menos dame un buen pretexto para que te perdone.
Marie se dirige a Giovanni diciéndole: -Nos puedes dejar solos por favor. -Giovanni vuelve a ver a Stefano quién le hace seña de aprobación y se retira.
-Lo que dices es cierto Stefano y me encuentro muy apenada contigo, sé que teníamos un compromiso pero sucedió algo....Escucha desde que Jared se fue no era yo, no te puedo explicar lo mal que me sentía, sin él todo perdió interés para mí, no lo pude resistir y yo, eh.
-¿Yo qué niña habla? ¿Yo qué? -Repite Stefano impaciente.
-Yo lo fui a buscar a Washington.
-¿Qué tú hiciste qué? -Le pregunta Stefano sorprendido.
-Lo que escuchaste en cuanto pude tomé un vuelo a Washington, no pensaba con claridad, yo sólo quería volverlo a ver, no me culpes estoy perdidamente enamorada de él, tu no harías lo mismo si Giovanni estuviera en otro país, ponte en mi lugar.
Stefano meditó al respecto y luego le preguntó: -¿Y por qué no me avisaste? Nada cuesta tomar un teléfono y decirme: Stefano no voy a llegar porque voy en busca de mi hombre, eso era todo niña, y yo cancelo el compromiso que adquirí por ti y a quién le quedé sumamente mal sin ninguna explicación de tu ausencia.
-Lo lamento tanto Stefano de verdad, lo siento pero ¿A quién te refieres?, me hablaste de una oportunidad de trabajo pero nunca mencionaste donde
-Tienes suerte que pude abogar por ti para que nos recibiera esta mañana continuo Stefano, pero estoy esperando que me cuentes que pasó con el Dios del amor, te lo trajiste o qué, tienes que contarme todo niña despacio y con detalles, pero uy por Dios dice exaltado al ver la hora, será luego, si no nos vamos, llegaremos tarde.
-Dame una pista Stefano.
-Tú tranquila mi tesoro confía en mi hoy será un gran día para ti si las cosas salen como las planeé, vamos, vamos. -Y sin mayores explicaciones toma a Marie del brazo y se la lleva. Stefano parquea al frente de la Escuela de Bellas Artes.
-¿Qué hacemos aquí?
-Niña, Niña no más preguntas dentro de unos segundos lo sabrás, ahora crees que puedes bajarte del vehículo ya casi es la hora.
Marie vuelve a ver a Stefano y observa el brillo en sus ojos por lo decide seguirlo sin cuestionarlo más. Ella conocía la escuela de arriba a abajo y por la dirección que había tomado Stefano sabía a dónde se dirigían.
Stefano abre una puerta que daba a un salón de clases y con mucha emoción Marie reconoce a uno de sus profesores.
-Hola profesor, que gusto verlo. Lo saluda en italiano. El hombre ya de avanzada edad la abraza con cariño y luego le llama la atención: -Me extraña de ti Marie que me dejaras plantado ayer, tú no eres así ¿Que te pasó?
-Ay profesor que pena, ¿Era usted con quién se suponía me tenía que entrevistar? surgió algo y bueno, yo, eh.... Lo siento. -Baja la cabeza.
-Está bien Marie, sé que debió ser algo muy importante, sentémonos, fui a tu exhibición.
-Sí lo vi, ¿Le agradó?
-Fue inspirador, siempre supe que tenías talento y que llegarías muy lejos y más cuando el aprendiz supera al maestro.
-¿Tanto le gusto profesor?
-Sí y eso me hizo analizar mi retiro.
-¿A qué se refiere profesor? no comprendo.
-Marie me voy a pensionar pronto y hablábamos sobre quién me reemplazaría y al ver tu trabajo nos dimos cuenta que tú serías una gran profesora, eres egresada de aquí, amas lo que haces, tienes todas la cualidades que esta escuela necesita, Bellas Artes ocupa a alguien como tú, claro si aceptas la oferta.
Marie quedó sin habla, sus ojos pardos rompieron en lágrimas, se puso en pie y camino unos metros hacia el final del salón.
-Marie niña creo que estamos esperando una respuesta.
-Sólo dame unos minutos Stefano sí. -Luego se devolvió y responde: -Para mí sería grandioso también enseñar aquí, pero no creo merecer tal honor, existen personas más capacitadas que yo y lo sabe, no tengo la experiencia.
-Marie esas personas a la cuáles te refieres no llevan el arte en el corazón como tú, no rechaces el último deseo de este viejo antes de irse, me quedaré tranquilo de saber que la mejor alumna que tuve ocupara mi lugar.
-En ese caso cuándo empiezo. -Añade ella con una amplia sonrisa.
-Dentro de aproximadamente un mes, tendrás que estar viniendo para ponerte al día con unos cuántos detalles y entrenarte por así decirlo.
-Me parece bien.
-Me alegro que aceptes Marie ya yo hablé con la Junta Directiva de la escuela y no hubo oposición a mi petición, te conocen tanto como yo y están muy emocionados que te nos unas, bienvenida hija, el profesor la vuelve a abrazar.
-Gracias profesor por creer en mí y por su apoyo.
Stefano parqueó fuera de la galería, entraron y se encerraron en la oficina.
-Gracias Stefano eres un gran amigo y te quiero.
-No digas más niña durante todo el trayecto de regreso me has dado las gracias unas 20 veces, yo solo fui el puente, como le podemos llamar "la conexión", el éxito toco a tu puerta y le abriste, ha sido tu talento el responsable no yo, pero ahora debes contarme y por favor con lujo de detalles sobre esa aventura que viviste en Washington, se me transformó mi oruga, ya eres una mariposa.
Marie le cuenta de principio a fin pero omitió la parte donde prácticamente sedujo a Jared porque era muy vergonzoso hablar de esos temas con Stefano, era algo personal y eso sólo le incumbía a Jared y a ella, a nadie más.
-Ummm, ¿Y qué? Me estás diciendo que entre ustedes no pasó nada, dormiste en su apartamento y no hubo nada de nada, y yo que creí que ya eras mariposa, sigues siendo oruga !Que horror!
-Él me respeto Stefano, ¿No es eso hermoso? es un signo de amor verdadero, quiere decir que está conmigo porque realmente me ama y no es únicamente algo sexual.....-En ese momento Marie estudia sus propias palabras. -¡Oh por Dios!, -Se levanta de la silla asustando a Stefano por su repentina reacción. -Claro, claro como no lo vi antes.
-Ver qué, ¿De qué hablas?
-Oh Stefano casi cometo un terrible error, el señor Antón fue oportuno después de todo, él lo hizo para que no me sintiera mal, como no pude verlo.
-Ay Marie detente, no te entiendo, desenrédame el acertijo porque ya estoy preocupado de oírte hablar sola.
-Stefano no te lo iba a contar pero ayer seduje a Jared, le insistí tanto que él estuvo a punto de hacerme el amor, pero yo creí que él me rechazaba porque no le atraía pero la verdadera razón ya la entiendo quería hacer las cosas bien, cómo deje que mis hormonas me controlaran.
-Bueno no te culpo con ese hombre cualquier hormona se dispara, hay que estar muerto para que eso no ocurra. -Contesta Stefano.
-Debo irme, te agradezco otra vez y será la última lo juro.
-Ay ya, ya, sólo hice lo correcto.
-Nos veremos luego me despides de Giovanni.
-No te preocupes lo haré, ve por tu hombre aún tienes esperanza de ser mariposa.
-Lo seré Stefano cuando ante los ojos de Dios sea su esposa.
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