LA CELEBRACIÓN

El jardín en la casa de John Whyte estaba iluminado con faroles de colores, eran aproximadamente las 7 p.m. y una larga mesa se extendía con un mantel color azul cubriéndola. Sobre ella se encontraban toda clase de bocadillos, los centros de mesa eran yerberas, las flores favoritas de Marie y estaba decorada con hermosos candelabros que brillaban con la luz tenue de las velas.

Música suave de fondo y todos reunidos se preparaban para cenar. Stefano y Giovanni acariciaban el vientre de Susie preguntándole sobre su maternidad. Henry charlaba amenamente con John, Nicolás hacía mímica a su abuela y a Marcella, quiénes debían adivinar cuál animal interpretaba  y Jared y Marie tomados de la mano paseaban por el invernadero.

-John era muy amigo de papá ¿Lo sabías?

-Sí él me contó que los conocía bien, y me advirtió sobre ti, me aconsejo que no te lastimara, aquí mismo tuvimos una charla muy importante que me hizo reflexionar muchas cosas, en ese instante estaba confundido y sin conocer cuál era el futuro de nuestra relación, es curioso, como de repente aquello que te inquietaba no es más que un recuerdo. -Vuelve a ver a Marie y la lleva junto a su pecho. -Tuve que estar con las mujeres equivocadas para saber que eras la correcta, pero valió la pena la espera.

Marie le sonríe y le dice: -Tengo dos preguntas para ti.

Jared la vuelve a ver divertido sabiendo que las preguntas de Marie siempre lo colocaban en aprietos, sin embargo la insta a que las haga.

-La primera dice ella, después que nos casemos ¿Cuántos hijos quieres que tengamos? Me encantan los niños, me gustaría tener dos o tres.

Jared quedo atónico, pero conociéndola se cuestionaba porqué se sorprendía aún ante las inusuales preguntas de Marie, luego que se calmó y ante la mirada inquisidora de ella le contestó: -Tendremos los niños que tú quieras, entre más grande nuestra familia más será nuestro amor.

Ella lo abraza y meditando si preguntarle lo segundo se queda en silencio.

-¿Y la segunda? -Continúa él.  -¿Cuál es tu segunda inquietud?

-Ah yo me......bueno.....-Se aleja un poco de él y su mirada se pierde en el techo del invernadero.  -Es que no sé si....

-Marie.  -Le dice Jared.  -¿Qué sucede?

-He estado pensando, ya que mis padres no están, siento que deberías invitar a los tuyos, no debes dejarlos fuera de esto, no me has dicho nada sobre ellos, pero sé que algo te hicieron para que ni siquiera los menciones, si te lastimaron, perdónalos, no vaya a ser que el día de mañana ya no estén y te arrepientas que pudiste arreglar su relación y no lo hiciste, no sabes cómo te envidio porque ellos están vivos, pero si no quieres no te presionaré, será como digas.

Jared baja la mirada, su rostro es de piedra, no hay ninguna expresión en él.

Marie no se acercó, mantuvo su distancia esperando la reacción de enojo pero muy al contrario Jared la miró confundido y las manos dentro de las bolsas de sus jeans, quiere hablar pero las palabras se devolvían en su garganta, se notaba el conflicto interno, ella lo abraza y él la encierra en sus brazos como si ella fuera su refugio.

-Lo siento, lo siento tanto Jared, perdóname ha sido tonto de mi parte mencionarte esto.

-No, no, es sólo que has sacado a luz algo que he evadido durante muchos años pero que es inevitable enfrentar, está bien no estoy molesto, por el contrario tu sinceridad me encanta, sólo que ahora no tengo respuesta, necesito tiempo sí.

-Claro. -Contesta ella arrepentida de haber tocado el tema.

Henry llega a buscarlos pues ya se encontraban listos para empezar a cenar, siente el estado de ánimo de Jared pero no dice nada, ambos lo siguen y Jared tratando de disimular se acerca a la mesa con una amplia sonrisa.

La comida se traslada de mano en mano, todos se encuentran de muy buen humor, Jared y Marie se olvidan de lo que paso en el invernadero y disfrutan de la velada.

De postre Violetta trae un exquisito pie de manzana, la única que no come es Susie, se siente un poco indispuesta y prefiere abstenerse de su postre preferido.

Casi al final de la cena John se levantó con una copa para brindar:

-Hemos dejado el brindis para lo último cuando la costumbre es al principio de la celebración, pero lo que hoy celebramos da inicio precisamente al final. Jared encuentra en la madurez de sus años a la mujer de sus sueños y Marie encuentra una increíble oportunidad de pertenecer al cuerpo docente de Bellas Artes, además por su puesto, que mi nieta dentro de un mes nacerá para hacerme abuelo por segunda vez, así que brindo por el amor, por los logros alcanzados, por la familia y lo amigos ¡Salud!, ¡Salud! Todos elevan sus copas en un emotivo brindis.

En una pista de baile improvisada las parejas bailan, Marcella con Stefano, Henry con Violetta, y por supuesto Jared con Marie. Giovanny que no es para nada buen bailarín prefiere permanecer sentado al lado de Susie. John daba improvisadas clases de baile a su nieto alardeando que Nicolás sacó de él los atributos de buen bailarín.

Después de unas cuantas piezas Marie le pide a Jared unos minutos pues desea hablar con John, el señor Whyte y ella se alejan hacia la casa y se acomodan en unas mecedoras que se encuentran en la entrada.

-Señor Whyte, necesito pedirle algo muy importante, yo sé el aprecio que usted tenía por mis padres y sé que ellos lo estimaban a usted también y en ausencia de ellos yo quería preguntarle algo.

John contesta: -Claro niña dime.

-Yo deseo, que usted y Violetta sean quiénes me entreguen el día de mi boda, me sentiría sumamente alagada si aceptasen.

John la vuelve a ver conmovido y toma sus manos para agregar: -Mi niña, mi Marie, será un gran placer y te agradezco que nos contemples en sustitución de tus padres, sé que ellos estarían sumamente orgullosos de ver como su capullo ya floreció y desde el cielo mi dulce niña ambos te dan la bendición por esta unión.

Marie no logra contener sus lágrimas, el señor Whyte se acerca y saca un pañuelo secando las cristalinas gotas de sus mejillas.

-Jared es muy afortunado de tenerte y sé que tanto tu como él serán muy felices juntos, él te ama y me consta, de lo contrario no permitiría que cometieras un error, se pertenecen, ahora lo sé.

-Gracias señor Whyte por sus palabras de aliento, las valoro mucho.

-Sólo digo la verdad y dime John.

Jared llega a buscarlos pues van a jugar a solicitud de Nicolás charadas y se van a dividir en equipos. Antes de las 10:30 p.m. todos se despiden a excepción de Henry y su familia que deciden dormir esa noche en casa de sus suegros.

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Ayyy que ternura, yo quiero un Jared ¿Será que existen así? jajaja

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