FLORENCIA

Henry y Marcella reciben a Jared y Marie en el aeropuerto, después de una cálida bienvenida se ponen en camino.

En la parte trasera del vehículo Marie y Marcella conversaban amenamente, mientras que Jared ponía al tanto a Henry de todo lo ocurrido recientemente pero omitiendo la discusión y pelea que tuvo con Freddy.

-¿Y dónde te quedarás Jared? las puertas de mi casa están abiertas el tiempo que desees.

-No Henry ya abusé bastante de tu hospitalidad, me quedaré en un hotel mientras me ubico.

-Nada de eso. -Responde Marie desde atrás. -Tú me ofreciste tu hospitalidad cuando fui a Washington ahora me toca a mi compensarte, claro mi apartamento no es tan espacioso como el tuyo pero tengo una habitación libre para invitados la cual está completamente a tu disposición.

-Tampoco quiero incomodarte amor, no se preocupen estaré bien en cualquier hotel hasta que logré encontrar un apartamento o casa lo que mejor se ajuste a mis futuras necesidades. -Vuelve a ver a Marie, quién al comprender el sentido de sus palabras enciende sus mejillas y guarda silencio al no saber qué contestar.

Después de un rato discutiendo sobre cuál hotel sería conveniente, Marie termina convenciendo a Jared de quedarse en su apartamento.

Henry los deja en el apartamento de Marie y ayuda a bajar el equipaje, se despide pues Susie lo estaba esperando para recibir las clases de pos parto y ya estaba un poco atrasado; Marcella también se retira sorprendiendo a Jared con un fuerte abrazo y en un inglés un poco inteligible le dice:
-Bienvenido a la familia.

Marie le muestra la habitación a Jared, era pequeña pero confortable con un armario, la cama, una ventana que daba a la calle, una mesita de noche con una lámpara de tacto sobre ella y una silla estilo siglo XVII cerca de la ventana.

-No es tan grande como la tuya pero espero que puedas al menos dormir bien.

-Bromeas. -Contesta Jared sentándose en la cama. -Está muy cómoda y suave, relájate de seguro dormiré como un bebé.

-No puedo estar relajada teniéndote aquí, es decir, allá era tu apartamento bueno igual me dijiste que nunca habías llevado a ninguna mujer y te creo pero de la misma manera ningún hombre ha estado aquí antes y menos quedándose, se siente como si estuviera haciendo algo indecoroso, lo que trato de decir es que esto es lo más inapropiado que he hecho en mis 28 años, que un hombre se quede en mi casa, creo que tengo una vida muy aburrida, escucho a Marcella contarme de sus experiencias amorosas y la envidio sabes, el día que te propuse que te quedarás era en serio, estaba muy dispuesta a llevarlo a cabo, fantaseaba con el hecho de que tu y yo hiciéramos....
-(se detiene) -No importa, no me hagas caso, descansa ha sido un largo viaje, mañana hablamos, buenas noches.

Al intentar salir Jared le cierra el paso con el brazo y la invita a sentarse en la cama.

-Dime Marie si en este momento te dijera que quiero hacer el amor contigo, ¿Lo harías?

-Sí. No titubea en su respuesta.

Jared toma su mano, el corazón de Marie latía desenfrenadamente.

-¿Estás segura? -Le vuelve a consultar mirándola fijamente a los ojos.

Esta vez ella lo pensó, su mirada se perdió en la pared cerca de la ventana.

-Marie. -Le dice Jared con voz suave. -Yo puedo esperar no me voy a ir a ningún lado.

-Dijiste, que tus amigosla mayoría del tiempo pensaban en sexo, que te excluye a ti de ellos, eres hombre y durante muchos años has estado acompañado de mujeres, ¿Hace cuánto que no te acuestas con nadie?

Jared calló en la cuenta que tenía casi dos meses sin el calor de una mujer en su cama, no se detuvo a pensarlo, el antiguo Jared no hubiera durado más de una semana sin alguna aventura pero él lo único que realmente quería era estar con Marie.

-Te pregunto por tercera vez Marie, ¿Quieres verdaderamente hacer esto?

-Sí, sí, sí. -Repite ella mientras se levanta cruzándose de brazos.
-Pero veo duda en ti, ¿No te soy deseable?

-Claro amor no digas eso. -Jared se levanta y la abraza. -Aquella noche que me pediste que me quedara casi me devuelvo dos veces, sólo que en ese momento las cosas entre nosotros.... -(hace una pausa) -Nuestra relación no estaba definida, pero ahora todo es diferente y no te dejaría a menos que quisieras que me alejara, ya no sabría vivir sin ti, te has vuelto como el aire que respiro, ahora tu eres el único puerto en el que quiero encallar.

-¿Entonces? -Ella lo mira con ojos suplicantes.

No quedándole más argumentos a Jared y colocado en una situación que escapaba de sus manos se rindió, sin decir media palabra cerró la puerta y calmadamente comenzó a desabrochar su camisa; Marie perdió el aliento al ver su pecho desnudo, sus bien formados músculos y firme abdomen la impresionaron, era como tener a uno de esos modelos de ropa interior a los cuáles admiras su perfecto y moldeado cuerpo.

Él se acercó a ella y con delicadeza retiró su blusa y desabrochó su enagua cayendo al suelo, con manos temblorosas y sin saber muy bien que hacer ella desabrocha el pantalón de Jared y él le ayuda a quitárselo, al sentir el contacto del cuerpo de Jared tibio y cálido sintió una euforia que nunca antes había experimentado, todas sus hormonas enloquecieron y sólo deseaba que Jared la tocara y la hiciera suya.

En el instante en que él besaba con sutileza su cuello, el timbre de la puerta comenzó a sonar insistentemente.

-Deja que suene. -Expresó ella sin ser dueña ya de sí y buscando los labios de Jared, pero el timbre siguió sonando hasta que Jared se alejó de ella y se vistió para ver quién era.

Cuando él salió de la habitación Marie calló de espaldas en la cama, sentía un intenso calor que la envolvía y cientos de emociones la bombardeaban, respiro profundamente varias veces, escuchó voces en la sala y espero, pasaron más de 10 minutos y Jared no regresaba, sintió curiosidad de ver quién había llegado y se colocó la ropa de muy mala gana, arreglándose el cabello, salió al encuentro de la misteriosa visita.

Jared estaba sentado conversando con Nathan Antón, cuando ella salió el señor Antón se puso de pie y Jared hizo las presentaciones.

-Hola señorita Davini deseaba conocerla, el señor Hunter me ha hablado mucho de usted, espero no haber sido inoportuno al llegar a estas horas de la noche.

-No, no. Contesta ella mirando a Jared e intercambiando con él una sonrisa cómplice.

-Se le ofrece algo de tomar señor Antón.

-No, por favor no quiero incomodar sólo he venido a conversar con Jared de negocios, pude haber esperado a mañana, pero salgo a primera hora para Roma y no regreso hasta dentro de una semana por lo que me urgía conversar con el señor Hunter.

-Bueno los dejó entonces, estaré en la cocina.

Marie busca dentro del refrigerador, de repente le había dado mucha sed y saca una gaseosa que se bebe como si fuera agua, cierra los ojos y recuerda el cuerpo casi desnudo de Jared pegado al suyo, aquella visión era magnifica, parecía sentir aún los besos sobre su cuello, ahora tenía una pequeña idea de lo que Marcella le contaba tan detalladamente, ¡Que inoportuno fue ese señor! pensó, y se retiro a su habitación, se recostó y a los minutos sintió sueño, estaba cansada pero no quería dormirse no esa noche, al final el cansancio pudo más y se quedó profundamente dormida.

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