Capitulo 4: mi lugar favorito(2)
— Y...ahora...¿por que ya no vienes con tu madre?— le digo y creo que ha sido una mala idea preguntar porque se ha puesto tenso al oírlo.
— Porque...ella...murió hace 2 años.— dice mientras sus ojos empiezan a cristalizarse y cae una lagrima sobre su mejilla. Como si yo no pudiese controlar mi cuerpo le abrazo.
—Yo... lo siento por preguntar.— le digo yo. Él me abraza y esconde su cabeza en mi cuello. Cuando nos separamos le limpio con mi pulgar una lagrima que teñí en la mejilla y él sonríe con una sonrisa triste.
— Bueno basta de tristeza ¿quieres meterte en el agua?— pregunta el.
— Es que... no tengo bañador.— el ríe y no me di cuenta que llevaba una mochila en la espalda. Porque siempre que estoy con este chico no me doy cuenta de nada.
— No pasa nada te pones mi camisa que yo tengo una de repuesto en la mochila y cuando salgamos te pones tu ropa.
— Vale. — digo y él empieza a quitarse la camisa y me la da a mi para que me la ponga. Tiene un tatuaje en la espalda y cuando se dio la vuelta para darme la camisa tenía otro en el pecho. Si miro allí que más da.
— Disfrutando de la vista. — dice y me sonrojo.
— N-No como crees.— digo nerviosa y él empieza a reír y se mete al agua.
— ¿No te vas a cambiar princesa?
— Si ahora vuelvo. — me escondo entre unos árboles y me pongo la camiseta de él y me quedo en bragas ¡que vergüenza!
Cuando salgo de entre los árboles él empieza a mirarme de arriba a abajo.
— ¿Que miras tú ahora?
— Es que te queda mejor mi camiseta que tú ropa normal.— me he sonrojado, no entiendo como es que este chico puede sonrojarme con tan solo unas palabritas.
— ¿Vienes al agua princesa o tengo que salir y meterme contigo?
— Voy ahora espera. — Me metí despacio al agua y empiezo a nadar.
Cuando salimos del agua me da otra de sus camisetas porque dice que me quedan mejor que mi ropa normal, me cojo mis pantalones cortos y me pongo su camiseta.
— Princesa, ¿como se llama tú madre?
— Mi madre se llama Sonia la pervertida es la más pervertida de la familia.— digo y los dos estallamos a risas.
— Y ¿tu padre?
— Mi padre se llama Joel.
— Nunca lo he visto desde que te conozco.
Es normal si nos hemos conocido hace unos pocos días.
—Es que está de viaje por negocios a algo así nunca prestó atención porque se va de viaje pero vuelve mañana.
— Me alegro.
— Si pero no te creas que él como mi madre.
— Asi que ¿no es pervertido?— dice acariciando su barbilla.
— Si, si lo es desgraciadamente.
— Madre mia toda tu familia es pervertida ¿tú eres pervertida? — dice con una sonrisa pícara y acaricia su barbilla.
— Si, lo soy cuando quiero.
— Me gustaría conocer a la Harper pervertida.— me encanta esa sonrisa pícara que tiene. Tiene unos labios que no puedo creer que todavía no lo haya besado todavía después d ebesarlo en el coche. Tiene unos labios carnosos, rosados con ese aro como piercing se ve sexy. Harper contrólate la perversion tienes que estar en lo más profundo de mi ser.
— No la vas a conocer porque solo está en mi mente.
— Así que piensas cosas pervertidas.— Dice con una sonrisa pervertida.
— N-no, no he dicho eso.— dije nerviosa.— No he dicho que quiero comerte esos labios carnosos, rosados con ese aro de piercing.— después de darme cuenta de lo que dije, intenté escapar, pero fue demasiado tarde, me cogió de la cintura y me acerco a él, solo nos separaban unos centímetros del uno del otro. Rompió el espacio que nos separaban con un beso tierno, suave, pero se iba intensificando más y más, sin darme cuenta estábamos en el campo de flores el sobre mi. Nos separamos por falta de aire y volvió a unir nuestros labios. Cuando nos separamos estábamos agitados por el beso, sus labios estaban hinchados y seguramente los míos también hinchados y rojos.
El tiempo se paso volando. Estábamos hablando de que pensamos hacer en el futuro pero yo no lo sabia, el quería estudiar medicina, para poder ayudar a las personas. Este chico tiene un gran corazón.
— Sabes Harper, no se que pasa contigo parece que tú eres un iman y yo el hierro que siempre necesita estar a tu lado.
No se que decir pero antes de que yo hablé él me interrumpe.
— Nunca he sentido tanto interés en una chica como me interesas tú.—me giré Iara mirar a otro lado porque estaba más sonrojada de lo normal y él me coge de la barbilla para poder mirarlo a los ojos.— Eres perfecta.— me besa con cariño, con dulzura, era perfecto ese beso.
Cuando nos separamos él se acerca a mi oído me muerde la oreja y me susurra algo que no me esperaba que iba a decir.
— Me gustas Harper, me gustas más de lo que pensaba que me gustabas.
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