Capítulo 25

Narra Twilight:

Ya estaba en el auto de Flash, según él camino a su departamento, pero comenzaba a cuestionarme, ¿Cómo se supone que le diga lo que su madre intentó hacerme?

- Entonces... ¿Me vas a decir qué ocurrió ahí?

- Yo...

- Fue la loca de mi madre, ¿Cierto?

Entonces paramos en un semáforo y nos miramos entre nosotros.

- Bueno... Si. Tu madre me amenazó diciéndome que no volviera más si no iba a hacerla mi agente, e intentó manipularme en contra tuya.

- ¿Y tú qué le respondiste? - Me preguntó me preguntó mientras daba marcha al auto nuevamente.

- Le dije que en ese caso me iba.

- ¿Qué fue lo que te dijo en contra de mi?

Flash parecía bastante molesto, sin embargo no quitaba la mirada del camino.

- Me dijo... Que cuando eras niño te tiraste agua hirviendo encima para hacer un berrinche. - le respondí temiendo que reaccionara mal.

Flash parecía contener muchas emociones mientras inhalaba y exhalaba, sin quitar su atención del camino. Hizo algunos movimientos nerviosos con la boca y las manos, y finalmente volvió a hablar.

- No me sorprende. Ella siempre afirmó que lo hice apropósito, aún así no le importó que le quitarán mi custodia. Estaba más preocupada de que la gente se enterase de la horrible madre que era.

- Lo siento, Flash.

- No te disculpes, tú no has hecho nada malo. Preferiste tu integridad antes de venderte a esa horrible mujer.

Una vez llegamos al departamento, no volvió a hablar casi en lo absoluto. Vimos algunas películas durante el resto de la tarde, y por la noche me llevó con Sunset, nuevamente, en silencio.

- Anoche no llegaste, ¿Qué ocurrió? Te ves algo angustiada. - Me preguntó Sunset mientras lavaba mi rostro para ir a dormir.

- Bueno... Hasta anoche, nada. Pero tuve problemas con su madre esta mañana.

- Ya veo...

Le conté a Sunset todo lo ocurrido, y ella me escuchó pacientemente.

- Bueno... Siendo honesta no me sorprende.

- Flash dijo lo mismo.

- Lo digo en verdad, no deberías acercarte a esa mujer.

- Ella ya no me interesa, ¿Qué se supone que haga con Flash?

- Bueno, tú eres su novia ahora, te toca apoyarlo por sobre todo.

Pensé en lo que Sunset había dicho por un momento. Era cierto, yo era su novia ahora y era mi deber como novia ser alguien en quien pudiera desahogar sus penas y preocupaciones, así como él lo hizo conmigo incluso antes.

- ¿Me prestas tu teléfono?

- ¿Mi teléfono?

- Bueno, es que no tengo un teléfono propio, y quería hablar con él por un minuto.

- Oh, comprendo.

Sunset me lanzó su celular desde su cama y llamé a Flash, sin embargo, aún después de varios intentos, no contestaba.

- ¿Qué ocurre?

- No contesta, dice que apagó su teléfono.

- Entonces debe estarse dando vueltas en la cama.

- ¿Cómo se supone que lo ayude si no me deja?

- A veces la mejor ayuda es la pasiva. Déjalo por hoy, necesitará procesar las acciones de sus padres. Por más que aparente que no le afecta, eso es imposible.

Sunset me tranquilizó con sus palabras. Quizá era cierto, debería dejarlo procesar sus sentimientos.

- Entonces le hablaré en la escuela.

- Por supuesto.

Narra Flash:

Después de ir a dejar a Twilight con Sunset, me di una ducha y me fui a la cama. Comencé a pensar en las cosas que habían ocurrido hoy sin más remedio.

¿Qué es lo que haría? ¿Qué tal si esto comienza a afectar a Twilight? Es lo que menos deseo, sólo quería ayudarla. Realmente estoy molesto con mi madre y sus acciones tan irresponsables y egoístas.

Mientras me daba vueltas en la cama pensando en todas esas cosas que me angustian, mi celular comenzó a sonar. Era Sunset Shimmer, probablemente Twilight desde su celular. Por un minuto pensé en contestar, y darle una explicación a mi comportamiento de hoy, sin embargo, resolví que no quería hacer de esto un tema de conversación, así que desvié la llamada.

Después de mirar el techo un buen rato, me levanté con el celular en la mano y caminé hacia el refrigerador, solo para mirar las meriendas de Twilight, tomar una cerveza que había escondido en el recipiente de los vegetales, e ir a la isla de la cocina a beberla en la oscuridad.

Recorrí mi celular buscando un número al que no creí volver a marcar. Mi padre.

Eran las 12 de la noche, no pensaba en que me contestaría realmente, pero después de que sonara el tono de marcar unos segundos, escuché su voz del otro lado de la línea.

- ¿Flash?

- Lo lamento, no debí molestarte, colgaré la llamada inmediatamente.

- ¡Espera! Flash, espera.

Al escucharlo comencé a ponerme nervioso, me arrepentí profundamente de lo que hacía, pero no tenía la fuerza para volver a colgar la llamada.

- Flash, por favor. - sentía angustia en su voz.

- Creí que no querías volver a verme.

- Flash, eso fue hace 5 años, no te he visto ni hablado contigo desde entonces... Te he extrañado, hijo.

- ¿Me extrañaste? - pregunté irónicamente - ¿Entonces por qué nunca me has visitado? ¿O llamado? ¿¡Siquiera tienes una idea de lo que es estar solo toda tu adolescencia?!

- Flash, cálmate.

- ¿Qué me calme? - respiré profundamente antes de volver a decir cualquier cosa - No debí llamar.

- Flash, yo en verdad... Yo en verdad quería saber de ti.

- ¿Entonces por qué no he sabido de ti desde hace 5 años?

- ... Yo - balbuceó - Yo temía que me odiaras.

¿Él temía que lo odiara? Puedo entender eso, pero no sé si puedo aceptarlo como una excusa por tantos años de abandono.

- ¿Qué quieres que te diga? ¿Qué te perdone sin más? No soy tan cruel como para decirte que debiste ser un adulto responsable y hacerte cargo de mi en su momento.

- ¡Flash, por favor!

Mi padre comenzaba a ponerse histérico, podía oírlo llorar en el micrófono.

- Papá...

- ¡No! ¡Tienes toda la razón y todo el derecho de odiarme! Te abandoné cuando me necesitabas. Yo creí... Creí que tendría tu custodia ese día, creí que ganaría, pero te fallé. No tuve el valor de volver a verte a la cara.

- Papá, no tienes que... Hacer esto.

- Haré lo que sea, Flash. Haré lo que sea para que me perdones y veas que realmente he estado arrepentido de lo que hice. No sabes lo solitario que se está, ni todo el dinero del mundo podría reemplazarte, ni a tu abuela...

- Desearía no haber tenido que ser yo quien te llamara para escucharte decir esto.

- Lo sé.

Estuve en silencio por un momento mientras procesaba y analizaba la situación.

- Necesito hablar contigo de algo, tú... No estarías dispuesto a venir a mi apartamento a hacerlo, ¿O si?. Digo, mamá siempre decía que estabas muy ocupado como para preocuparte de un mocoso como yo cada que los visitaba y tú no estabas.

- Esa mujer... - murmuró intentando que no lo escuchara - Iré cuando me quieras ahí.

- ¿Pero tú no estás ocupado?

- Eso no importa, ya te lo dije, ¿Cuándo me necesitas?

¿Será que mi madre me había mentido todos estos años? ¿Qué mi padre no era un desgraciado?

- ¿Te parece... Mañana? Por la tarde.

- Claro, me parece, estaré ahí por la tarde.

- Asumo que sabes donde es, tú pagas el alquiler después de todo.

- Consultaré la dirección con mi secretaria.

- Bien... Entonces te veo mañana por la tarde.

- Duerme bien, hijo.

- Tú también - respondí colgando.

¿Qué acaba de pasar?







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