Capítulo IV
La noche cubría con su manto de oscuridad aquellas calles de Grecia, calles por donde un hombre de gran musculatura se encontraba caminando mientras con sus manos sostenía una moto de color negro. Deambulaba sin un rumbo exacto.
En su mente solo habían recuerdos. Recordaba como se había enamorado de su amado.
______________________________________
Cada día, cuando se escuchaba el timbre que indicaba que nos retirábamos de la escuela, cuando mis compañeros y yo nos asomábamos por la ventana, yo lo había visto pasar, junto a sus compañeros de aula, lo había visto pasar y me sentí...... extraño.
Cada noche pensaba en él, me preguntaba si algún día nos hablaríamos, me imaginaba nuestro primer encuentro y hasta llegue a soñar con sus labios.
Pensé que era una simple atracción pues yo no creía en el amor a primera vista.
-¡Hasta que te atreviste a dirigirle la palabra a Mu!-me dijo Kanon después de unos minutos de silencio. Kanon y yo nos encontrábamos caminando por las calles del barrio. Nos dirigíamos a la casa de Kanon donde haríamos el trabajo que el profesor de Historia nos había dejado. Degel, nuestro profesor de Historia nos había dejado un trabajo práctico que teníamos que llevar sin falta para mañana, se trataba de responder unas cien preguntas-¡Aunque debiste ser más romántico! ¡Dudo mucho que Mu se fije en ti!-
-Yo se que lo harás. Insistiré tanto que al final se fijara en mi-dije decidido mientras la imagen de aquel joven de cabellos lila se posaba en mi mente.
-Tan enamorado estás-me dijo Kanon con una sonrisa burlona en su rostro. La sensación de vergüenza me invadió. Yo no estaba enamorado de Mu, solo era una simple atracción. Estaba a punto de decir aquello pero Kanon me interrumpió-Siempre cuando le miras. Mi padre solía mirar de esa forma a su amado-Note una mirada melancólica en su rostro. Me sentí incomodo pues Kanon me había dicho que su padre había muerto años atrás en un accidente. Su padre doncel le había criado por su cuenta desde ese entonces.
-¿Quién era su amado?-pregunte nervioso. Kanon soltó una carcajada para después decirme, con una sonrisa picara:
-Digamos..... Que tenemos los mismos gustos-Después comenzó a reír escandalosamente. Le mire extrañado hasta que capte lo que me quería decir. Le acompañe en su risa. Nos reímos por un buen rato mientras hacíamos bromas. Yo le había dicho que "De tal palo tal astilla" él me respondió "la manzanita gemela menor no cae tan lejos del árbol gemelo menor".
Minutos después llegamos a la casa de Kanon, este saco su llave del bolsillo pero grande fue su sorpresa cuando se dio cuenta que la puerta no tenía seguro.
-¡Que extraño! ¡Mi papa nunca deja la puerta de la casa sin seguro!-
-Tal vez se olvido de ponerle seguro-
-eso es más extraño-murmuro Kanon. Cuando entramos a la casa sentí como que un silencio lúgubre habitaba el lugar. Sentí muy solitario la casa de Kanon, lo que me extraño pues este lugar solía ser muy alegre. Entre yo primero, no pedía permiso ni nada, pues sentía que este lugar era mi segundo hogar. Kanon entro después, podía jurar que él también se sentía como yo, cerró la puerta de la casa sin ponerle seguro ni nada.
-¡Papa! ¡Ya estoy aquí!-dijo Kanon en voz alta, escuchamos unos pasos apresurados, ambos quedamos en silencio, mire a Kanon quien tenía una expresión preocupada en su rostro, parecía tener un mal presentimiento, por un momento pensé que saldría corriendo de aquí.
Su padre apareció frente a nosotros, me sorprendí, pues aquel hombre que siempre se había mantenido tranquilo, aquel hombre de amable carácter. Aquel hombre se encontraba intranquilo. Aquel hombre parecía estar dolido y molesto. Sus cabellos rubios se encontraban enredados. Sus ojos celestes se encontraban rojos, parecía que había llorado. Su rostro tan bello y delicado se encontraba descompuesto en desesperación, furia y dolor.
-¿Por qué?-
Aquel hombre se llamaba Asmita. Su voz había sonado quebrada como si en cualquier momento rompiera a llorar. Ahora era yo quien deseaba correr pero sentía que no podía hacerlo. Sentía que debía quedarme por Kanon quien era mi mejor amigo.
-papa ¿Qué pasa?-podía sentir la preocupación en la voz de Kanon quien se acerco a su padre para abrazarlo pero fue violentamente rechazado por este quien cayó de rodilla mientras rompía en llanto-¿Por qué me rechazas?-Podía sentir el dolor de Kanon. Mi corazón se estrujo de solo escuchar el dolor en la voz de mi mejor amigo.
-¡¿Por qué tenías que ser igual que tu padre?!-quede en piedra mientras mi mirada apresurada se dirigía a Kanon quien no dijo nada, quien no movió ni un solo musculo-¡¿Por qué amar a tu hermano?! ¡¿Por qué cometer incesto?!-
Aquel hombre lloró de manera desesperada, su respiración se volvió caótica. Me acerque a Kanon y lo tome del brazo.
-vamos, Kanon-le dije lo suficientemente bajo para que solo él escuchara. Kanon no dijo nada, no movió ni un solo musculo.
-Eras el hijo que más amaba-dijo aquel hombre con voz entre cortada. Yo apreté con un poco de fuerza el brazo de mi amigo-por que de todos mis hijos..... eras tu quien más se parecía a Defteros. Te parecías tanto a él y eso me agradaba pero no pensé..... que se parecieran tanto-
-Kanon, vayámonos-le dije nuevamente. Kanon retrocedió unos pasos, apreté de su brazo mientras le tiraba un poco.
-No pediré tu perdón. Mucho menos pediré piedad. Yo amo a Saga. Y soy consiente de que es pecado pero no me importa. Acepto quemarme en el infierno-
Kanon se soltó de mi agarre, había tristeza en su mirada, podía notar aquella tristeza en su mirada, caminó hasta la puerta y la abrió. Yo le seguí, me sentía triste. Nos fuimos de esa casa que solía ser mi segundo hogar pero ya no lo era más. Ya no podía serlo más.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top