UNA MUDANZA Y UNA DESPEDIDA

-¡no puede hacer esto!- grito ofuscada la bella Hinata

El hombre mayor se encogió de brazos, no era la primera vez que lo hacía y su poder económico, le daba el derecho de pretender hacer lo que quería. Era un maldito sin vergüenza, pretendía desalojar a todos los habitantes del precario edificio, había recibido una buena propuesta y no dudo en aceptar.

-¡lo voy a demandar!- amenazo

Él sonrió y la miro de pies a cabeza.

-haz lo que quieras, ¿Quién escuchara a alguien tan pobre como ustedes..?- se burló- deben estar agradecidas, que les he dado tiempo para mover sus cosas

-pero.. nos pide que nos mudemos hoy.. no tenemos donde ir.- se quejó- por favor... nos puede dar plazo hasta el miércoles.. se lo pido

Su voz suave sonaba tan desesperada, estaban acorraladas y solas. ¿Quién las recibiría?, estaban en Tokio, en una de las ciudades más caras del mundo, les tomaría meses encontrar otro lugar donde vivir y quizá no le alcanzaría en pagarlo. El hombre adinerado, comenzó a mirar de manera lasciva a Hinata, observo al detalle su rostro desesperado y su hermana asustada tras ella.

-hay una forma en la que pueda darte ese tiempo- pronuncio de manera pausada y algo pensativa

-dígamela por favor, hare lo que sea...

-¿lo que sea..?

Ella asintió y no pudo ver las intenciones debajo.

-¿Qué te parece si vas a mi casa está noche ?- ella se horrorizo ante la idea y saber hacia donde iba- mi esposa está de viaje.. podemos discutir tu pedido y quizá...

Un fuerte y certero golpe se escuchó, el atrevido hombre había osado en posar su mano en la cadera de la desesperada chica. Hinata no dudo en responder, ¿entregarse a ese hombre? ¡jamás!. Fue tal el impacto que el regordete hombre cayo.

-¡Es un cerdo..!¡No vuelva a tocarme!- le grito

El hombre se puso de pie, el golpe lo había tumbado al piso y la humillación pública le dolió. Muchos vecinos habidos del chisme, sacaron sus cabezas por ventanas y puertas; guiados por la curiosidad.

-¡maldita Zorra!- la insulto- trate de ayudarte, ¡Ahora tú y tu hermana se me largan ahora mismo!- bufo

-no se preocupe, nos iremos ahora..- dijo y cerró la puerta

Toda la adrenalina y el coraje terminaron inundando sus ojos, la frustración que la embargaba recorrió su cuerpo, su respiración estaba a punto de acabársela y todo la suma de esto fue un gran golpe que la llevo al suelo. Hanabi miraba asustada a su hermana, impotente de no saber qué hacer; rápidamente se acercó a abrazarla.

-neechan...- dijo muy acongojada

Hinata se dejó abrazar, se limpió las lágrimas. Hanabi la estaba abrazando, como protegiéndola, se sintió inútil porque supuestamente, debería ser ella quien la proteja. Sentía que le había fallado.

-¿A dónde vamos a ir Hanabi?- su voz apenada, quebró el corazón de la menor de las Hyuga.

La pequeña solo atino a abrazarla más. Las hermanas Hyuga se sintieron más solas que nunca. Ahora no tenían casa, el dueño no solo las había echado, también las había dejado sin opciones. Hace mucho tiempo que la peliazul no había sentido tanta desolación, desde que su padre las dejo, ella había sido el soporte de la poca familia que tenían, ahora tocaba tomar otro sendero y tener un nuevo plan.

.

Hinata no tuvo opción que ir con Ino. Con mucha vergüenza tocó la puerta de su amiga y está la abrió. Su gran amiga abrió enormemente sus ojos y frunció el ceño al darse cuenta que su amiga traía maletas. Algo no andaba bien. Le dio espacio para que pasaran, no eran muchas cosas y los pocos muebles que tenían, lo dejaron en un almacén del edificio que donde vivía la rubia. Hinata estaba alterada, así que le preparo un té. Sabía que la peliazul era fuerte, una luchadora, pero hasta el más valiente podía romperse con lo que había pasado. Las palabras que narraban su historia, eran acompañados con la impotencia de no poder arreglarlo.

- Entonces qué vas a hacer- le preguntó con voz triste y muy preocupada.

- sinceramente no lo sé. Han pasado muchas cosas, mi trabajo me ha quitado mucho tiempo y además está Hanabi- con dijo muy triste.

- No te preocupes Hinata. Puedes quedarte aquí todo el tiempo que desees.

- sabes perfectamente que no me gusta ser inoportuna. Ni abusar de tu confianza- puntualizo- Siento que es fracasado en todo lo que he hecho.

- . No digas eso Hinata. Yo más que nadie, soy testigo de lo mucho que te esfuerzas y das por tu hermana. Es solo que... Eso lo que tu vida nunca ha sido fácil- la tomó de la mano y le sonrió.

Sabía que no iba a ser suficiente para su amiga, pero quería demostrarle en un simple acto lo mucho que le afectaba su situación y decirle de manera implícita:

«Hinata, no estás sola»

- Muchas gracias- se limpió sus lágrimas- Te quiero mucho y gracias por el apoyo... Nunca te lo dije pero... Tengo una casa a las afueras de Tokio..- dijo avergonzada y apartó la mirada. Era uno de sus más grandes secretos.

Ino no podía procesar lo que su amiga le decía. ¿Cómo que tenía una casa?

-. Pero... No entiendo... supuestamente no tenías un lugar donde vivir- recalcó- pero... si tenías una casa... ¿Porque vivías en un barrio tan horrible?...

Hinata suspiro tristemente, no quería contar esa parte oscura de su vida, pero su amiga se merecía una explicación.

- es una larga historia,.. Quizás algún día... Yo... me atrevería a contarte.

La hermosa rubia supo que no debía preguntar más, incluso una sensación de miedo recorrió su corazón. Hinata tenía derecho a la privacidad, así ella sea su mejor amiga; si Hinata no quería contar su pasado, entonces no debía insistir.

.

La casa no era fea, tampoco era muy grande. Sólo era una casa, algo vieja pero funcional. Tenía dos pisos, pero con pocas habitaciones. Ya era domingo había llevado sus pocas cosas. Hanabi se abrazó a sí misma, estaba muy contrariada; hasta hace poco era consiente que no tenían nada y ahora..

«¿Una casa?»

Se preguntó, durante todo el camino. Era una gran sorpresa enterarse que ahora tenían una propiedad, pero...

«¿Porque su hermana no se lo dijo antes?»

Tantas preguntas.

Tantos secretos.

Tantas cosas que deseaba saber y su hermana se mostraba realmente renuente a decírselas. Dejaron sus maletas en el piso sucio, contemplando el lugar que estaba lleno de telarañas con un jardín seco y muchas lunas rotas. Después de agradecer a las personas que ayudaron con la mudanza, Hinata tenía que contestar algunas preguntas.

-Hanabi- llamó - lamento mucho haberte ocultado que teníamos esta casa- sonó arrepentida- pero... No quise... no quería contarte esta parte de nuestra vida. Sabes.. Alguna vez nuestra familia fue una de las más importantes Japón, pero las malas decisiones de nuestro padre en la parte económica fueron su declive. Nunca me avergonzado decir que somos una familia de escasos recursos.

- A mí tampoco- se apresuró en decir- pero..¿qué me quieres decir con esto?

Hinata suspiro hondo, recogió todo la valentía que tenía, para hablar sin tapujos sobre aquel día, donde se terminó de destruir su padre. Aquel día donde ellas se quedaron solas.

- Cuando Ototosama, quedó en la bancarrota. Nosotros vinimos a vivir aquí, nuestra madre había fallecido unos meses antes... Papá aún seguía deprimido y no iba a la empresa... Y todo se vino abajo poco tiempo después. Con lo poco que tuvo pudo comprar esta casa. Él pensó... que podía recuperar lo que alguna vez tuvo... En su desesperación por recobrar su honor... Comenzó...- le avergonzaba tanto decirlo- Comenzó a realizar actos muy peligrosos y cuando se vio atiborrado por las deudas... Cuando vio que su apellido estaba enlodado... Tú no lo recuerdas..

Hinata comenzó a temblar, el aire le faltaba; apartó la mirada de su hermana y la apunto a la sucia madera del suelo.

-¿qué te pasa?- preguntó Hanabi

- tú eras tan pequeña...- dijo mientras una de sus manos se posaba en la mejilla de su hermana- recuerdo que aquel día.. Tú aún estabas en la guardería.. Yo.. yo ya había cumplido la mayoría de edad... Recuerdo que ese día estaba muy feliz porque había conseguido un pequeño trabajo de medio tiempo-sonrió y miro hacia el techo- Cuando llegué a casa... Encontré a nuestro padre con una pistola en la boca...

Hanabi palideció inmediatamente y la peliazul no paraba de llorar. La menor de las Hyuga, siempre había pensado que su padre había muerto de una enfermedad. Ahora entendía porque Hinata nunca lo mencionaba, incluso podría firmar que le guardaba algún rencor. Siempre mencionaba a su madre, nunca a su padre; ahora entendia.

- abri la puerta...- ella cerró los ojos, sintió miedo; recordando de la manera más dolorosa lo que vio- Te juro que le grité!.. Le dije que no lo hiciera...

¡Por favor no lo hagas!

Ella lo miró con los ojos vidriosos y el corazón desbocado. Lo que alguna vez fue es orgulloso y exitoso padre ya no estaba, ni él rastro. En ese momento solo estaba un hombre trastornado que no pudo reconocer. A pesar de sus suplicas, éste no le hizo caso.

Perdóname Hinata

¡Otosama, no!

Su estruendoso sonido había estado en su cabeza desde aquel día. Aún tenía pesadillas hasta la actualidad, aquellas pesadillas que la despertaban en la noche sudada y sin aliento. Su hermana nunca lo recordaría, daba gracias a kamisama porque ella no estuvo presente.

- Tiempo después nos quedamos solas... Nadie vino al funeral de nuestro padre. Sus amigos... Ellos fueron los primeros en desconocerlo. Te juro que odio esta casa..¡la odio!- se sinceró con impotencia-. Sólo me traen malos recuerdos... Estuve a punto venderla tantas veces... Pero luego pensé en ti... Y me dije... ¿Qué le ofrecerás a Hanabi cuando ella quiera estudiar?.

Ella no se había dado cuenta, pero sus lágrimas habían trazado un triste camino por sus mejillas. Estaba quebrada, rota; aún después de tantos años le dolía tanto. Hanabi guardo silencio, sólo la abrazo y le dijo:

- ¡vamos neechan! Todo saldrá bien. El pasado ya no importa. Casi no recuerdo nuestro padre... O a nuestra madre.. Pero sabes... Todos estos años tú has estado conmigo... Y que tú estés conmigo... Me basta.

Hinata quebró más, no pudo mantenerse fuerte. Se lanzó a los brazos de su hermana y lloró tanto como aquel día. Su vida había sido dura, pero mientras ambas estén juntas, todo saldrá bien. Nada mejor que el poder del amor familiar, su familia. Hanabi y Hinata contra el mundo.

.

Tenía una fila de papeles por revisar, su jefe no había estado del mejor humor los últimos días. En pocas palabras estaba paranoico e insoportable. Sin embargo a pesar de lo duro que fuese el trabajo, recordaba lo feliz que fue al limpiar esa casa con su hermana. No hubo polvo, telaraña o vidrio que no pudieron reparar.

El otoño estaba a punto de terminar, estaba contenta, mucho en su carrera y había aprendido tanto estando en la empresa. Su insufrible jefe, el controlador Obito Uchiha, se encontraba del peor humor del mundo y la razón: había perdido a un gran inversionista para su empresa. El dinero nunca le faltaba, era un hombre tan importante aquel extraño, hirió el orgullo.

¿Y la razón porque no quiso invertir?

Fue el hecho que Obito Uchiha, no tenía la mejor reputación del mundo. Y este pulcro hombre, decidió no invertir sus millones en la popular empresa.

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Miraba a su jefe, este estaba muy preocupado; miraba sus papeles que tenía en la mano, con tanto detalle. Se miraba tan guapo, tan concentrado.

- Hinata- la llamó

Ella se respingo rápidamente, aparto su mirada y saco su pequeña libreta para anotar, lo que seguro serian muchas órdenes.

Sabía que no estaba bien, pero los últimos días no había podido dejar de ver a su jefe. Siempre tan serio, tan callado y reservado.

«¿Que oculta óbito Uchiha?

Se había preguntado tantas veces, pero desde que la ayudó en las escaleras y pudo amanecer "a su lado", ella había estado pensando mucho en él. Recordando sus actos dadivosos y silenciosos hacia su persona, recordando las palabras de su querida amiga.

«Me darás la razón cuando la conozcas»

- Llama a Kakashi y dile que no podré verlo esta noche

La voz severa y ronca la sacó de sus cavilaciones. Rápidamente comenzó a notar en su pequeña libretita que es lo que tenía que hacer, si bien Hinata era una chica que tenía muy buena memoria, su mente era frágil como cualquiera.

- Necesito una estrategia.

- eh...- respondió. Su mirada su hacia aquel pelinegro.

- ¿Como podrías cambiar la perspectiva que tiene sobre mí?- pregunto con extrañeza- No es que sea de mi importancia, pero el dinero de muchos inversionistas está en juego. Dime Hinata qué es lo que podemos hacer- le preguntó aún sin verla.

Hinata se sorprendió, abrió ligeramente los labios muy anonadada por lo que acababa de escuchar. Acaso su jefe: el poderoso Obito Uchiha, ¿le estaba pidiendo ayuda?.

Tanto tiempo trabajando con él y aguantando tantas cosas; desde sus groserías hasta tareas imposibles. Ahora le pedía ayuda, que irónico ¿verdad?. No fue fácil, pero pudo dominar cada una de sus tareas y de las situaciones que se le presentaron. Su trabajo se vio perjudicado y sobrecargado, cuando Konan dejó la oficina, aún seguía en rehabilitación y no había día en que ella no deseara que volviera al trabajo; sonaba egoísta, pero era la verdad. Obito no confiaba en nadie y no quiso contratar a nadie más. Así que ella tuvo que cargar con todo.

«¿Arreglar la imagen del hombre más rico de todo Japón?»

Se preguntó. Había tanto que hacer y tan poco tiempo. Él era considerado como el hombre más temido de todo Japón, uno sin escrúpulos y capaz de hacer cualquier cosa para que su empresa no se hubiera opacada por nadie. Si, ese tipo de calificativo era muy difícil de cambiarlo. El guapo Kakashi le había comentado, que toda la prensa estaba prohibida de hablar de Obito o de tomarle fotos, pero no pueden controlar el internet, este último medio era el que más había rebasado con respecto a la reputación de este hombre de negocios y había sacado a la luz más de uno de sus turbulentos negocios y la poca ética que tenía.

- ¿tienes alguna idea?- volvió a preguntar exigiendo una respuesta.

- etto... Creo que tengo una idea- aseguró con timidez, mientras apretada su pequeña libreta entre sus manos.

Él la miro con curiosidad, alzo una ceja como apresurando saber de qué se trataba.

-¿Qué tipo de idea?.

- las obras benéficas- propuso- Siempre han sido.. Bueno yo...

- dilo...

Hinata se armó de valor, sabía que su jefe odiaba ese tipo de contribución. Siempre él decía:

Es una falsa hipocresía, solo para disminuir impuestos.

- Quizás deberíamos hacer una fiesta de caridad. De esa forma, los medios lo verían a usted como: una persona que le interesa el bienestar de los demás.

Él sonrío con malicia

«Bienestar»

A él no le interesa el bienestar de nadie más que el suyo. Incluso sabiendo que la empresa no era 100% suya y parte era de su familia. Se había encargado de alejar a la gran mayoría de miembros para el quedarse en el poder. Era una pirámide, la cual no estaba dispuesto a bajar de la punta.

- no me gusta la idea- dijo con severidad y firme

-Lo lamento pero no se me ocurre nada..- Se disculpó dando una reverencia

Allí estaba una vez más; la disculpa de siempre, Lo irritó mucho. Odiaba que se disculpara tanto con esa voz tan temblorosa y suave.

¿Una persona puede irradiar tanta bondad? como lo hacía su pequeña secretaria. Dudaba mucho de la verdadera personalidad de su secretaria; más de una vez la tildó de fingida y falsa, pero curiosamente confiaba en ella. Había demostrado eficiencia y responsabilidad tanto o incluso más que Konan, lamentablemente no podía confiar en otro ámbito que no sea lo profesional.

- sabes perfectamente que no me gusta que te disculpes..-recalco mientras giraba en su silla.

Hinata miro un poco asustada su jefe. Él tenía la mirada puesta en ella de manera fija y profunda, como analizándola, estudiándola; tanto que la hacía sentir muy incómoda. Ella optó por guardar silencio.

- aún así... Creo que tu idea no es tan mala.. No me gusta, pero no es tan descabellada.

Ella no pudo evitar ocultar su asombro.

- Entonces...

- Qué le parece si organizamos una fiesta, invitamos a todos los inversionistas de la empresa y a sus familias. También podemos invitar a artistas, idols e incluso a activistas... De esa forma seria una gran publicidad para su empresa. Al final de la gala usted dirá un discurso.

- bien, bien, bien... Quizá funcione. Te encargarás de todos los preparativos, sabes perfectamente que yo tengo que aprobar cada detalle, pero ahora no tengo mucho tiempo; así que los verificare contigo la próxima semana.

-Hai.

-Bien. Es todo- finalizó

Hinata salió rápidamente de la oficina. Su jefe debe estar loco, tenía menos de una semana por organizar una gran fiesta, expedir las invitaciones y dejar todo listo.

«Si Konan, estuviera aquí todo sería diferente» pensó y se resignó a las arduas tareas.

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Todo había quedado listo, estaba tan emocionado. Deseaba una boda tradicional, pero ella pidió una boda sencilla pero moderna. Obito sentía que el aire era más ligero de lo normal, estaba tan feliz, que el sólo pecho de pensar que: miraría al amor de su vida esperándolo en ese lugar tradicional y bello; hacía que su corazón se sobresaltara. La amaba con toda la vida, amaba esa sonrisa, esa mirada brillante y llena de luz, ese aroma a rosas; la amada por completo. Rin Nohara no tenía defectos, solo virtudes que siempre resalta era: tan bella, buena, era la mujer perfecta para él. Desde que la conoció, tuvo la sensación que nunca sería para él, ella amaba tanto a Kakashi que siempre pensó que se quedaría con él.

¿cómo un hombre podría rechazar a un ser tan perfecto como Rin?

Un ser que podría acercarse a un ángel. Aun así, ella se quedó con él, aceptó su propuesta. Pensar en todo esto, hizo que obito esbozara la sonrisa más grande de toda su vida. Miro el reloj ya era casi hora. Estaba todo listo, miró su celular y estaba a punto de apagarlo. Sin embargo...

Quizás una bendición...

Era algo que se cuestionaba hasta la actualidad. Era como dicen un efecto mariposa. Un momento tan minúsculo, que fue capaz de cambiarle la vida entera, qué fue capaz de marcarlo con las cicatrices más profundas y dolorosas que no podía aún superar. Quizá fue su madre, quizá fue su abuela, quizá fue kamisama o el mismo diablo, él no lo sabía, pero si tenía la certeza, que ese minúsculo momento fue tan poderoso y devastador para él.

Por una extraña razón se quedó viendo su celular, algo en su corazón y su dedo con el que iba apagarlo se detuvo, no presionó...

Solo fueron un segundo...

En ese instante, en preciso momento...

Su teléfono sonó marcando un número que no tenía registrado. Dudo varias veces en contestar, ya era casi hora de que tendría que partir a la ceremonia, pero guiado por un mal presentimiento contestó. La conversación fue tan corta, pero tan poderosa que su estómago se estrujó y corazón se detuvo; todos sus miedos superados volvieron atormentándolo.

- aló- contestó él

- Si... óbito eres tú?- preguntaron tras el teléfono

Era una voz suave, también se escuchaba el viento y el sonido de los carros, no reconocía muy bien de quién era, pero sabía que no era de una extraña.

- él habla

- no sé si te acuerdas de mí.. Soy Konan de la universidad... Me enviaste una invitación hace unos días y bueno yo no pensaba ir...

- te recuerdo... Ahora no tengo mucho tiempo, yo...

- no no no- se apresuró-... Eso solo que acabo de arribar a Japón.. Y bueno yo...

Algo no andaba bien, el mal presentimiento se apoderó de su ser, provocándole una sensación de electricidad que le carcomía hasta los huesos y acompañada con una de vacío que le inundaba hasta el alma.

- tu prometida es Rin ¿verdad?- preguntó

- ¿Qué pasó? ¿Ella está bien?!- su voz sonó exaltado, el solo hecho que a su amada le había pasado algo, le hizo que se ponga de pie de inmediato.

- Obito.. No sé decirte esto.. pero acabo de verla en el aeropuerto.. Tenía una maleta al parecer se iba a Corea... ¡Obito!.. ¡¿Estás ahí?!¡ Aló!

Él guardo un sepulcral silencio, su rostro se vio adornado por una desolación infinita.

- Lo siento, te llamaré después...- su voz sonó derrotada, pero aun así tenía esperanza. Todo debía ser un error.

-¡óbito!

Se escuchó tras la línea y él colgó. Rápidamente sus temblorosos dedos buscaron el número de su amada, marco el número y se colocó el móvil en el oído, nunca en su vida su corazón latió tan fuerte como en ese momento, estaba desbocado y parecía que se le iba a salir por la boca, todo seguido por un fuerte dolor de cabeza. El tono de marcar sonaba, sonó por tercera vez, por cuarta vez y ella no contestaba.

Hasta que por fin lo hizo...

- ¡Hola, Rin!

Ella no contestó, pero Obito podía escuchar su respiración tras el teléfono; nunca olvidaría cómo respiraba ella ese día. Ese sonido de una respiración asustada lo seguía y lo trastornaba.

- ¿Rin dónde estás? ¿Te pasó algo?- aún seguía con la esperanza

Hubo un minúsculo silencio, Obito trago grueso..

- lo siento... no puedo hacerlo

Fue lo único que dijo y colgó.

Esa frase, le rompió el corazón. Esa sola frase le destruyó la vida. Esa sola frase lo llevó a la más profunda tristeza. Ese día el Obito Uchiha lleno de vida y de ilusiones murió. Ese día, ese maldito día fue la peor humillación le habían dado.

Lo que pasó después, sólo añadió más dolor. Al día siguiente Kakashi lo llamó y le contó que Rin había ido a verlo, diciéndole que aún lo amaba y que no había podido olvidarlo, pidiendole por favor una oportunidad y que dejara Hanare. Parecía que su mejor amigo quería contarle más cosas, pero lo pronunciado por él, fue suficiente para que no quisiera escuchar más, arrancó el teléfono y lo tiró contra la pared. No queira ver a nadie, no deseaba la lastima de ninguna persona; se marchó de su casa sin decir dónde y dejo de ir a la empresa. Su abuelo quien aún vivía, supo al poco tiempo donde estaba, pero decidió no hacer nada, quería que su nieto entendiera el dolor y el sufrimiento. Los siguientes días fueron más negros, estos volvieron en semanas e incluso meses. Obito frecuentó los lugares más bajos de Japón, se metió en muchas peleas, se metió tantas sustancias que su madre hubiera estado viva se hubiera avergonzado de él, pero

¿Acaso importaba?

Él quería morir, el dolor lo consumía y la humillación era un clavo más hacia su ataúd. Quizá mismo kamisama que lo salvó ese día, fue el que le trajo a una mujer maravillosa que lo sacó en la miseria en la que estaba.

.

Estaba sumamente nerviosa, el plazo se había cumplido tenía que mostrarle su trabajo a Obito. Estaban en el ascensor y ella no dejaba de estrujar el asa del maletín de cuero que tenía, iba a enseñarle el lugar donde iban a hacer la recepción. También tenía que enseñarle los modelos y las telas que iban a usar para la decoración. Obito había exigido saber cada detalle, no quería que la fiesta sea cualquier cosa, deseaba que la planificación sea perfecta y que cada detalle encajará a la medida. Hinata conocía los gustos de su jefe, si bien él era alguien sencillo en colores, también le gustaba llamar mucho la atención. Las últimas semanas había pasado más tiempo con él, ella lo observaba y el parecía no notarlo. A veces se preguntaba si él la notaba, sacudió su cabeza para evitar pensar en cosas que no debía. El ascensor se detuvo abruptamente, estaba tan distraída que no se fijó de la abrupta parada, está la hizo trastabillar estaba milímetros de caer, cuando sintió unas manos firmes al costado de su estrecha cintura. El tibio agarre y seguro la sonrojo de inmediato, elevó su mirada encontrándose con la mirada seria de su jefe, tenía el mismo temple sin expresión de siempre, en cambio ella estaba con los ojos muy abiertos y sonrojada-

«¿Me siento nerviosa?»

No, no, no, no

- concéntrate- le dijo y le ayudó a reincorporarse.

- lo siento- le dijo muy avergonzada

Hinata estaba jodidamente nerviosa, más de lo que nunca he estado.

¿porque?

.

Al parecer todo lo planeado por la pequeña asistente estaba perfecto, Obito la escuchaba con suma atención cada detalle, le enseñaba rincón del gran local donde se organizaria la fiesta. Le decía, que todo iba a estar adornado de blanco, con flores como: orquídeas, rosas de este color. También trataron que cada lugar, iba estar reservado para la gente con más influencia de todo Japón. Él admitía que Hinata era ingeniosa y capaz de realizar cualquier tarea que él podría encomendarle. Definitivamente Konan tenía un buen ojo. Después de la exposición de cómo sería la fiesta, ellos se dirigieron a un pequeño café a las afueras del lugar, no estaba muy lejos. Así que llegaron de inmediato, se sentaron en unas mesas que estaban afuera y pidieron un café y un té, Hinata también pidió los roles de canela que tanto le gustaban.

- hay algo más que debería decirle..

Obito dejó de beber y le prestó atención.

- el proyecto de Sudamérica, es uno de los más polémicos que ha tenido su empresa.

- entiendo, a dónde quieres llegar- dijo incisivamente- no conseguirás nada de mí

- no es lo que parece. Usted pidió mi opinión con respecto a mejorar la imagen que tienen las personas acerca de usted y su empresa.- estaba muy dudosa de lo que decía, recobró sus fuerzas para continuar- Yo sólo le sugiero... Yo sólo sugiero no ordenó... La decisión es suya después de todo- le dijo mirándolo directamente a los ojos- usted ha perdido muchos contratos por culpa de ese proyecto, debería reconsiderarlo... puede perder mucho dinero allí... pero puede ganar mucho más en otras cosas.

Obito pareció pensarlo, quizá la niña que estaba delante suyo algo nerviosa y un poco sonrojada tenía razón. Había perdido más de un proyecto multimillonario por culpa de las polémicas de ese proyecto.

¿Y sí tenía razón?

- no lo sé... Déjame pensarlo

Hinata se sorprendió. Obito Uchiha estaba considerando algunas de sus sugerencias. No pudo sentirse más orgullosa de sí misma ese momento. Una disimulada sonrisa se dibujó en su rostro, estaba tan contenta.

Había tanto que revisar, Obito seguía en el vaivén de sus hojas entre sus manos, todo parecía normal hasta que...

Unas gotas de té de jazmín, rebotaron hasta llegar a uno de sus papeles más importantes. Miró que el vaso de ella se había resbalado, estaba a punto de replicar pero sus palabras se ahogaron, cuando vio su expresión. Hinata tenía los ojos bien abiertos, las manos se habían quedado en la posición de donde se había resbalado la taza, las vio tiritar y sus labios parecían pronunciar un nombre, que no alcanza escuchar. La mirada negra se dirigió hacia dónde miraba la chica, entonces lo vio...

Arribar a Japón después de tantos años caló en él más de lo que quería admitir, pero tenía que regresar; tenía un gran motivo para volver. El destino parecía querer que vuelva, con esa parte de su vida que creía haberlo dejado atrás

- nee... Ne neji...- cada letra de ese corto nombre fue pronunciado con el tono de voz más acongojado.

Sus ojos perlas seguían abierto muy abiertos. Allí en una esquina lado de un semáforo estaba aquel primo que siempre la había cuidado, uno de los hombres más importantes de su vida; parado allí y desorientado. Tenía el cabello largo y sedoso, con una ropa bastante juvenil, era alto y muy atractivo. Ignorando la presencia de su jefe, su cuerpo reaccionó solo, sus piernas estaban temblando primero sus pasos fueron lentos, para convertirse en presurosos y largos hasta que llegaron hasta aquel hombre, que no había visto hace mucho tiempo. Él escucho unos pasos que se aproximaban, si era un ladrón le daría una paliza, grande fue sorpresa cuando vio a una hermosa joven de cabellos azulinos, con ojos aguados dirigiéndose a él extendiendo los brazos, era ella...

Su querida Hinata sama.

Ella no dijo nada, no pudo pronunciar su nombre, sólo se habían visto por algunas videollamadas y por fotos, pero tenerlo cerca era diferente. No hubo temor de que se estuviera confundiendo con otra persona, ella sabía perfectamente que era él, sólo se aproximó a él y lo abrazó se aferró a su cuello. Después de tantos años se sintió tan segura, protegida; sus lágrimas terminaron por resbalar en sus mejillas, su corazón salto de alegría y sintió esa fragancia tan varonil que solo Neji poseía.

- porque no me dijiste..- dijo ella entre sollozos

- quería que fuera una sorpresa..

El término por estrecharla entre sus brazos. Allí estaba esa fragancia a canela y lilas, esa que tanto le gustaba y nunca se lo dijo. Su corazón se llenó con ese viejo sentimiento. Ella se apartó poco a poco, pudo ver sus ojos tristes vidriosos. No dudó ni un segundo en limpiarle las lágrimas de sus mejillas con sus pulgares para finalmente sonreirle sonreírle.

- ya estoy aquí Hinata sama...

Obito miraba la triste escena, no hacía falta ser muy inteligente, para darse cuenta que aquella persona era algún familiar, se parecían mucho por el porte, el cabello y sus ojos. Esos particulares ojos. Hinata no supo cuánto tiempo estuvo entre los brazos de su primo, reaccionó y todo vino a su mente en un cúmulo de trabajo.

- Lo siento Nissan... quiero presentarte a alguien- sacudió su cabeza, lo tomó de la mano.

Hinata lo llevó hasta donde estaba sentado su jefe, era una descortesía si no le presentará de manera apropiada. Sintió la necesidad imperiosa de presentarlo a su jefe y darle una explicación de su comportamiento.

- lamento mucho... él es..

- soy Hyuga Neji.. Es un placer- se apresuró a decir

Tantos años en el extranjero, le habían quitado ese protocolo japonés de saludar con la reverencia, Neji estiró su mano y Obito lo imito. La mirada seria aperlada fue directa a la mirada negra bastante normal. Se dieron un fuerte apretón. Obito resaltó el hecho de que no lo saludará con la típica reverencia, rápidamente intuyo no era el típico chico japonés

- Uchiha Obito, un gusto- saludo de manera escueta y bastante seria

- Nissan él es mi jefe... Ahora me encuentro laborando- Neji miro las hojas sobre la mesa y el té a medio tomar- Qué te parece si te veo en casa, Ahora te proporciono la dirección a tu teléfono, nos vemos allá. Hanabi estaría muy feliz de volver a verte...

-¿Neji Hyuga?- preguntó- el mismo que escribió el artículo sobre administración de mercadeo en línea y en redes internacionales, en una columna muy importante del "País"

- el mismo.. Usted es Obito Uchiha uno de los empresarios más importantes del mundo y el hombre más rico de Japón no es así.- puntualizo

- no vives en Japón

- he vivido los últimos 20 años en Europa, ahora resido en Canadá. Si no es impertinencia de mi parte ¿cómo es que lo supo?

- Por tu saludo, el típico saludo occidental y tu acento. No sabía que eras primo de Hinata.

- Nissan es más que eso. Él es mi hermano- recalco con una sonrisa

Obito solamente asintió. Hinata sentía el corazón a mil por horas, estaba muy sonrojada e Incluso tenía el cuerpo tiritante, pero trata de disimularlo, definitivamente no era nada cómodo y fácil. Cuando las manos de ambos se soltaron, supo que tenía que seguir trabajando, cada minuto que no avanzara el evento, seria desperdició estaba muy feliz que Neji había retornado, pero tenía que seguir trabajando.

- Nissan entonces te veo en casa, toma las llaves. Este es el número de Hanabi- rápidamente apuntó en un pequeño papel el número de su hermana y se lo dio- ella se encuentra en la casa de una amiga.

Neji haciendo gala de su educación, supo que no podía quedarse más tiempo. Se sintió un verdadero tonto, por haberse quedado allí y no haber continuado. Rogo internamente, no haber perjudicado a su prima.

-Fue un gusto conocerlo Uchiha-san- volvió a estirar su mano, esta vez par despedirse- Hinata-sama la espero en su casa entonces

- está bien Nissan, Muchas gracias.

Me hizo un ademán con él con la cabeza y tomó distancia. Hinata no dejó de verlo hasta que desapareció entre la muchedumbre, sonrió con una sensación muy bonita en el pecho, que le decía que la iba a estar esperando en su casa. Hinata se vio forzada a salir de sus pensamientos; miro las hojas en la mesa, debía seguir trabajando.

-Neji es una persona muy especial para mí, él es...

- tu vida personal no es asunto mío- la interrumpió- continuamos..

Ella sólo asintió, sintiendo una enorme decepción. Le dolió saber que a el Uchiha no le interesaba conocerla, sintió vergüenza, pero a la vez se cuestionó mucho porque se sintió así.

¿Porque tenía la enorme necesidad de explicarle algunas cosas a su jefe?

¿Por qué?

Ella no lo sabía o quizás no quería ver.

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Durante una semana se quedó en su casa. Hinata y Neji conversaron durante muchas horas, incluso se atrevió llorar, a compartir su pena y la gran carga que llevaba durante años. Lo hizo como cuando eran niños, estar entre sus brazos la hacía sentir tan bien; esa calidez era algo que necesitaba. Durante muchos años siempre fue el roble entre ella y su hermana, también era humana, sentía y se quebraba, pero estando entre los brazos fuertes de su primo, recordó el gran apoyo que él fue. Hanabi estaba muy feliz, también se lo presentaron a Ino quien no dudo de resaltar el gran atractivo del educado Hyuga, su acento, su educación, sus disimuladas muecas sólo era un aditivo para hacerlo más interesante ante los ojos de la bella rubia. Lamentablemente Neji no mostraba interés en conocerla. Durante esa semana se había esforzado mucho en las salidas con sus primas, a pesar de no conocer mucho la ciudad de Tokio, se había esmerado en buscar lugares muy bellos. A pesar de llegar muy cansada, Hinata siempre estaba dispuesta a salir con él y con su hermana, fueron al parque un día domingo, al cine y a muchas tiendas. Hinata recibió muchos regalos de su primo, no quería aceptarlos, pero los terminó por aceptar por la insistencia del propio Neji. La seguía tratando como si fuera una niña, como cuando ella sentía hambre y él le daba su ración de su arroz o cuando se golpeaba en los entrenamientos y Neji se acercaba para curarle las heridas, cuando habían tormentas y ella buscaba la protección en la alcoba de él; incluso cuando crecieron y aún sentía este temor, la buscaba y Hinata se quedaba dormida entre sus brazos, se sintió como antes en otoño cuando los obligaban a barrer las hojas y terminaban por jugar. Recordaba cuando Neji solía acariciarle la cabeza al gato, para ella siempre fue como un hermano mayor, pero el sueño no iba a durar mucho. Neji ya le había dejado claro, que se quedaría por poco tiempo en Japón, que sólo venía por un asunto importante.

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El olor del té de Jazmín era realmente delicioso. Iban a tomar el té especial traido de Europa, curiosamente habían invitado también a la bella Ino. Tanto Ino como Hanabi habían salido un momento, porque querían traer algo más para comer, ahora solo estaban sentados en la humilde sala: Neji y Hinata.

Neji se había tomado la delicadeza de comprar los dulces más exquisitos que encontró, no escatimo en gastos, deseaba tanto verla sonreír. Hace mucho que no la veía y las salidas que tuvieron fueron tan apropiadas como bellas, sin embargo necesitaba un tiempo a solas con Hinata. Agradecía que Ino se había llevado a Hanabi. La miraba allí, sentada bebiendo el té con tanta elegancia, con solo ese garbo que ella poseía, su mirada apelarda con tonos lavandas le trajeron esa vieja sensación que hace mucho no sentía. Y luego la pregunta surgió

¿Por qué la dejo?

Había regresado, aun así la culpa que por años lo corroía, fue más intensa en los últimos días. Sabía que Hinata había sufrido ¿Dónde estaba cuando ella estaba sola?.

-todo está muy delicioso niisan- resalto ella y no dudo en sonreír

Neji sonrió desde lo más profundo, tenía que decirle la verdad, aunque se ganara uno de los rostros más triste de su parte. Sabía que Hinata era sensible, la conocía, pero debía decírselo.

-Que bueno que le gusto

-por supuesto, siempre has tenido muy buen gusto- dijo y poso la taza de porcelana en el platito.

El silencio viajo de uno al otro, el corazón de Hinata se sobresaltó y termino por acongojarse. Pudieron pasar los años, pero sabía que Neji le iba decir algo y por su rostro seguro no iba ser algo bonito.

-Niisan...

-Hinata-sama he hablado con Hanabi-san y le he propuesto que viaje conmigo ha Canadá para su educación.- su voz sonó segura y tajante

Los ojos de ella de abrieron enormemente, Neji no le estaba pidiendo permiso, parecía que la decisión ya estaba tomada y sin consultarme. Sus ojos picaron mucho y su corazón dolió.

¿Acaso planeaban alejarla de su amada hermana?

Debe ser una broma, ella había luchado por Hanabi, había sacrificado muchas cosas y ahora venía Neji y pretendía llevársela, alejándola de su lado.

-Hanabi-san ha aceptado, pretendo brindarle una buena educación, la mejor. No tiene de que preocuparse, ni por los gastos o por ella.

«¿Había aceptado?»

No, Hanabi no se atrevería a tanto.

-pero... ¿Por qué no me lo dijo?- cuestiono muy anonadada, aun no digería las palabras de su primo

Pudo notar la nostalgia e incomodidad que la embargaba.

-entiendo que este molesta- respondió enfrentando su mirada triste- Sé que en Japón también tendría una educación excepcional, pero no solo le ofrezco educación... también un trabajo seguro donde pueda prac..

-pretendes alejarme de mi hermana..- dijo muy dolida y decepcionada. Neji lo noto.

-No, jamás pretendería alejarla de usted- se apresuró en decir- es solo que usted ha sacrificado mucho por ella, es hora que usted viva su vida..

-ese no es tu problema- su voz sonó severa- Hanabi es mi problema, soy yo quien debe velar por sus necesidades.

El ambiente estaba muy tenso, Neji necesitaba calmarla.

-Hanabi ya no es una niña, ella sabe lo quiere y hacia dónde ir.... Ella también quiere salir del país, quiere conocer otro ritmo de vida.

-no.. no puede ser- Ella jamás me lo dijo

-ella teme lastimarla-respondió rompiéndole el corazón.

«¿Acaso no conocía a su hermana?»

Se preguntó. Miro la taza ya vacía, se sentía tan derrotada. Se mordió su labio inferior conteniendo las palabras que quería decir, estaba perdiendo el control. En su mente llego las veces que observo a Hanabi detenerse en los enormes avisos en la calle de viajes o las horas en que se quedaba viendo documentales en la televisión o cuando navegaba en la redes siguiendo a personas que viajaban con poco presupuesto. Neji tenía razón, Hanabi no quería quedarse.

-¡ya volvimos!..

La voz algo aguda de la adolescente sono, la puerta termino por cerrase tras las dos féminas. El buen humor de ambas cayó al piso, al sentir el ambiente tan tenso en la sala. Los ojos de Hinata amenazaban con llorar y Neji lucia bastante incómodo.

-Neechan...

-Cuando pretendías decirme...- dolida poso su mirada en su pequeña hermana , quien llevo sus manos hasta su pecho guiada por la más profunda tristeza.

-Hinata-sama necesita calmarse.

Ella negó, sonrió mientras sus ojos derramaron lagrimas amargas. Entonces lo miro.

-Solo vienes aquí... después de años y pretendes llevarte al único familiar que estado conmigo...- el trato de tomarle la mano, pero evadió su contacto y se puso de pie.

-Sé que sufre y también sé por lo que ha tenido..

-no Neji... te equivocas- lo interrumpió- no tienes idea por lo que yo he pasado...

Ino se sentía fuera de lugar, podía sentir el dolor de su querida amiga, pero aun así jamás imagino ver este tipo de reacción. Sabía lo maternal que era Hinata y lo sobreprotectora, pero su inmenso amor le impedía ver que lo que Hanabi deseaba. Neji lucia bastante tenso, ya se había puesto de pie haciendo gala de su altura considerable y su perfecta postura. Él frunció el ceño al ver lo que sus palabras habían ocasionado.

-Hina..

-¡Vamos Hinata... hoy dormirás conmigo!- se apresuró a decir- Neji no te importaría quedarte hoy con Hanabi- pregunto

Él la ignoro, tenía su mirada seria puesta en Hinata quien no dejaba de llorar. Ino se acercó y tomo a Hinata de los hombros, se la llevaría a su casa, estaba segura que la dulce chica iba seguir diciendo palabras de las cuales después se arrepentiria. Cuando Ino la aparto de Neji, rápidamente Hanabi quiso ir tras ellas y cuando la toco sintió que su corazón se rompía, al recibir la mirada más triste de su parte. Su contacto le quemo y no le sostuvo la mirada.

¿Era una mala persona por soñar estar lejos de Japón? ¿Era una mala hermana?

No podían juzgar a Hinata, desde que su padre se suicidó, un instinto de sobreprocteccion cayo en ella, no quería que su hermana sufriera necesidades o que le faltará algo o que algo le hiciera desear no estar con vida. Durante muchos años ella se desvivió por Hanabi, la vio crecer entrar a la primaria y la secundaria, convertirse poco a poco en mujer y ahora se la apartaban. La puerta se cerró, dejando un aire de desolación en lugar, Hanabi no contuvo las ganas de llorar y cuando iba a ir tras ella, sintió una mano sobre su hombro que la obligó a detenerse.

-déjala _Hanabi-san.. ella lo entenderá- dijo de la manera más reconfortante su guapo primo.

Ella no lo miro, su mirada solo estaba en la madera de la puerta por la que su segunda madre salió.

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Las horas pasaban en la pequeña habitación, Hinata solo se acurraba entre sus piernas buscando quizá la respuesta a lo que sentía. Su mirada se posó en la calle a través de la ventana, Ino dormía y se lo ocurrió irse al pequeño sofá y cambiar su vista. Después de llorar en silencio por horas, se sintió culpable por haberse comportado de manera grosera con Neji

¿A quién engañaba? ella no tendría los medios de pagar la educación de su hermana, ella cubría sus gastos a un 100% ganaba bien pero no era suficiente, tendría que aspirar a otro trabajo o vender su casa para cubrir una parte de las mensualidades.

-Quiza niisan tenga razón....- se dijo

Neji con seguridad ganaba más que ella, era un hecho que ya tenía un buen sueldo y le alcanzaría para apoyar a Hanabi. De lo contrario jamás se lo había propuesto.

-Okasan... dijo y oculto su rostro en sus piernas.

Deseaba tanto tener a su madre junto con ella, seguro sabría qué hacer.

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El perfume del lugar era algo único, pero ella no lo sintió. Sus ánimos estaban hasta el piso, aun así tuvo que poner su mejor rostro para ir a trabajar. Cuando volvió a su casa se encontró con una Hanabi muy acongojada, quien había le había horneado unos roles de canela especiales, también recibió una disculpa de parte de su primo Neji y una respuesta de su hermana:

Si te hace tan triste, entonces no voy...No quiero que estés triste...

A pesar que le sonrió, sabía perfectamente que le estaba mintiendo, quería arreglarlo: disculparse y decirle a su hermana que vaya, pero sentía que no era tan fuerte.

-esta es la lista de invitados..- le dio el documento al guapo Kakashi.

Se sintió como un estúpido, quería quedar bien citándola en un lugar especial y ella parecía no notarlo. Se preocupó al ver el semblante tan desmejorado de Hinata. Obito le había pedido a Hinata que hable con kakashi, para traer algunos invitados de su empresa. Él era muy popular y más sociable, todo pudo haberse hecho por teléfono pero el peliplateado insistió que sea una cita de trabajo. Desde que conoció a Hinata, su interés siempre fue notorio, pero ella parecía solo tratarlo ni siquiera como un amigo, solo con un compañero de trabajo. Era decepcionante, mucho; conocía a las mujeres más bellas de Japón y se había involucrado con más de una supermodelo europea. Aun así, no podía pasar de una amistosa conversación con la peliazul. Alguna vez estuvo muy enamorado, a punto de casarse y sellar su vida, pero no lo logro; al final se dio cuenta que los compromisos no eran lo suyo, lo termino y olvido.

-¿te pasa algo Hinata?..

Su voz seria la hizo avergonzarse, se sintió tonta e inútil a darse cuenta que no podía ni disimular lo que le aquejaba.

-Eso solo...

Su mirada aperlada traspaso la mirada de Kakashi, él sintió su corazón emocionarse. Quizá no todo estaba tan perdido.

-no... no es nada- se arrepintió.

Kakashi le parecía un buen hombre, pero aun no le tenía la confianza suficiente para hablar de su vida personal.

-Puedes contarme lo que sea... puedes confiar en mi ....Hinata- su nombre salió con un tono de voz que la estremeció.

Había tratado a Kakashi muchas veces por su trabajo, pero era la primera vez que lo miraba como un amigo.

-yo..- ella volvió a dudar, pero Kakashi la tomo de la mano y le brindo una tierna mirada.

Ella trato de sonreír para corresponder el gesto de consolación, pero se apartó del agarre, deslizando su mano por el suave mantel. No quería que Kakashi piense otra cosa.

-es mi hermana, ella quiero estudiar en el extranjero y bueno.. yo.. yo no quiero que se aleje de mí.

- ser la hermana mayor es complicado.

-¿Cómo supo que yo era la mayor?..- le cuestiono

-debes escucharte, hablas con tanto instinto maternal de ella.

-oh!... entiendo. Un primo mío regreso, bueno.. Él se ofreció a pagarle los - su voz se empezó a quebrar- Sé que no puedo pagarlo.. me siento egoísta sabe.. No quiero que ella se vaya, pero sé que tendría un mejor futuro con Neji... Quiero disculparme, le dije cosas muy feas a Niisan, Hanabi dijo que no se marcharía y me sentí muy mal....Siento que está sacrificando sus sueños por hacerme sentir bien.. pero... yo solo...yo

-Hinata..

La confortable voz de kakashi sonó, ella elevo su mirada, él le sonría, no la estaba juzgando, se le hizo un nudo en la garganta. Cuando vio como él extendía su brazo para ofrecerle un pañuelo, recién noto que estaba llorando.

-debes dejar de compórtate como su madre... eres su hermana..

-pero.. yo se lo debo... debo comportarme como tal, porque ella no pudo conocerla.

-Hinata, escucha.. sé que tu hermana ahora necesita a ti.. a su hermana-afirmo

-yo..

-eres muy fuerte, lo que tu sola has logrado es digno de admirar.. de resaltar. No le impidas a Hanabi seguir soñando solo porque temes que algo le suceda, por temor a quedarte sola. Eres joven, bella y así como tú tienes un futuro.. y ella también lo tiene.

Kakashi tomó de la mano una vez más, ella lo permitió. Sus ojos perlas eran limpiados por el suave pañuelo y después de lo que pareció mucho tiempo, ella lo miró sonreír como siempre lo hacía, pero esta vez el motivo era ella, Kakashi quería animarla.

-Estoy seguro que no necesita a una hermana... ella te necesita a ti.. a su hermana mayor.

-kakashi-san

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Necesitaba disculparse, a pesar de que había pasado mucho tiempo, ella sabía cuáles eran los gustos de su primo; aun recordaba su comida favorita así que la preparó, también hizo un postre. Quería darle una sorpresa a ambos, agradecida internamente de que Obito le permitió salir más temprano, al parecer su jefe estaba de buen humor ya que su gran amiga había regresado al trabajo; al parecer iban tener una cita juntos. Todo estaba quedando perfecto, la comida estaba servida en la mesa ratona, había comprado unas flores favoritas de Neji y la había comprado un regalo especial a Hanabi, pero antes que todo quedará en su lugar, la puerta de su casa se abrió, el sonido respingo de mediato; Aun no estaba lista del todo, aún tenía el delantal rosado con flores de cerezo y las palabras ensayadas se esfumaron.

-nissan... Hanabi.. Ino-san- se apresuro en saludar

Rápidamente escondió el plomero que tenía entre las manos detrás y se sonrojó.

-Neechan ¿qué estás haciendo?- preguntó muy abrumada

-Buenas noches, Hinata sama- saludo con cordialidad y elegancia Neji

Hinata estaba nerviosa tragó grueso, se sentía sumamente triste por lo que iba hacer, pero sabía que era la mejor decisión de todas; era lo correcto y la distancia no tendría por qué trasformar el amor, en olvido. Que su hermana se marchara no implicaba de que olvidaría, definitivamente estaba equivocada.

-Primero que todo quiero disculparme con ustedes... con todos. Lo siento tanto, lamento mucho mi comportamiento - dio una reverencia y su voz sono arrepentida.

-Tranquila neechan, no tienes por qué preocuparte todo está bien yo ya dije qué...

-Espera interrumpió...

La miraba atentamente los pasos minuciosos de su prima, algo se traía entre manos. Los pudieron pasar, pero ella era tan transparente como siempre. Habían pasado años, más de 10 años y seguía siendo esa chica dulce de mirada tierna, temblorosa, suave. Ella alguna vez fue la heredera de una poderosa familia, pero eso no dejo que eso cambiara su personalidad bondadosa. La vio nerviosa y linda, como siempre lo ha sido...

-Esto es para ti nissan- rápidamente le ofreció un ramo de girasoles, Neji se sorprendió.

Hinata eran pocas las personas que conocían de sus gustos por las flores, se lo habia dijo hace muchos años y ella aun los recordaba.

-Y esto es para ti...

-Eso es...

A pesar que el corazón le dolía y que sus ojos picaban, Hinata terminó por revelar el regalo muy especial que le había comprado. Una hermosa maleta color verde, Hanabi abrió la boca de sorpresa, su mirada no dejaba de ver la maleta y luego miró a su hermana quién lucía con una sonrisa complaciente y ojos llenos de esperanza.

-Hanabi-chan alguna vez te dije que forjamos nuestro propio camino ahora... es hora que puedas forjar el tuyo

-pero yo te dije...

-ya sé lo que me dijiste pero... sé que no eras tú. Mi hermana mi pequeña... es fuerte... es valiente y no le teme a nada. Quiero que seas feliz, no pienso negarte que vivas tus sueños... lucha por ellos... perdóname si me sentía insegura es hora que tú sigas tu camino...

A pesar de haber 4 en esa habitación, solamente existían las hermanas Hyuga, sus corazones estaban desboscados por el cumulo de sensaciones. Entonces Hinata puso su mano en el hombro de su hermana y se puso a su altura, mirándola directamente a los ojos le dijo:

-Así estés al otro lado del mundo, siempre te amaré...

Esta pequeña agrupación de palabras fue tan poderosa que los ojos de Hanabi se llenaron de lágrimas. Ambas se abrazaron, Hinata también amenazaba con llorar, pero esta vez iba a ser fuerte y no iba quebrarse como la última vez; respiró la fragancia tan peculiar de los cabellos de su pequeña hermana, ya su pequeña Hanabi era una fuerte mujer que quería ver el mundo, no se lo iba a negar y porque

Porque ella la amaba...

-Qué hermoso -gritó de emoción-creo que es hora de celebrar. Qué les parece si traemos algo para celebrar el viaje de Hanabi-chan- propuso la bella Ino.

Neji sonrío

-Quizá es una buena idea- respondió él

Hinata se apartó del cuerpo de su hermana y le limpió las lágrimas de su cara.

-Bueno me acompañas...Me acompañas Hinata...

-NBueno yo tengo que aún preparar la cena especial. Por qué no vas tú Hanabi-Chan...

-Claro...-acepto mientras se secaba la última lágrimas de su rostro- No quieres venir Neji..

-Quizá en otro momento, ahora tengo que acordar ciertas cosas con Hinata sama

-Entiendo...

-Entonces ya volvemos

Ambas salieron muy contentas, era un momento especial y debían celebrar.

-Bueno Neji Nissan prepare tu comida favorita. Espero que te guste... lo hice con mucho cariño. Dame las flores por favor, las voy a colocar en agua

-Aún Recuerda que me gustaban los girasoles- su voz educada sono y le entregó las flores cubiertas de papel celofán a su prima

-Cómo olvidarlo... no se puede olvidar cierto detalles de las personas que amamos...

Hinata se dirigió hacia la cocina, sacó un pequeño jarrón y coloco alli flores, despues de llenarlos con agua. Neji se dedicó solo mirarla, era tan hogareña, era tan bella; desde su lugar podía ver su perfil perfecto, su piel tan blanca y su enorme bondad.

-Cuidare mucho Hanabi-san...

-Lo sé...¡No lo puedo creer..!

Su tono de voz cambio, grande fue su sorpresa y una enorme sonrisa se dibujó en su rostro, al ver a través de la ventana de la cocina, la primera nevada de la temporada invernal.

-Nissan, vamos es la primera nevada... seguro es una señal...

Como en aquellos días, donde ellos eran unos primos cariñosos; ella lo tomo de la mano y lo acercó al balcón que estaba cerca de la sala. El contacto de la piel de ella con la suya, le trajo sensaciones que hace mucho hace no sentía, las cuales no podía olvidar. Cuando llegaron al balcón, Hinata se apoyó en el barandal, río y cerró los ojos, podía sentir la sensación helada en su rostro. Ya era casi diciembre y la navidad estaba cerca, quizás kamisama le daba una señal con esa nevada; si bien le gustaba mucho la primavera por las flores que crecían; la nieve le traía viejos recuerdos, aquellos días donde fue feliz.

-Hinata sama...

-uhm...

Ella no lo notó.

-yo sigo enamorado de usted...

El corazón de Hinata se sobresaltó, Neji había permanecido a la distancia observándola como ella disfrutaba de la caída de la nieve, pero cuando dio la vuelta, él estaba al ras; la tomó de la mano, ella se sonrojó de inmediato, solo fueron instantes cuando la mirada temblorosa llego a él, tal como ese día.

-No por favor...

Ella ladeo su rostro y el beso del inocente niño de 13 años, cayó en su mejilla, se sentía tan humillado. Su prima temblaba, pero él no podía más, estaba tan enamorado de ella. Desde su nacimiento, Hinata siempre fue su prioridad, había nacido para ella, para cuidarla. Al principio le dijeron cuídala como una hermana, pero no paso mucho para que la dejara de ver como una y cuando por fin la tuvo, cuando creyó que realmente podía ser correspondido, se encontró con su evidente rechazo y un sonrojo hermoso...lo peor, que no era por amor.

-Perdóneme Hinata sama...-la solto

-Lo siento tanto...

Sólo dijo eso, ella se marchó corriendo. Al día siguiente lo trato con la misma formalidad y el mismo cariño; al parecer no había cambiado nada, ni la confesión, ni el beso que no pudo ser, Hinata lo seguía tratando igual y eso le dolió.

¿tan poco valía, para que no lo tomara en cuenta?

A partir de ese día, su relación no volvió a ser la misma. Él era quien la evitada, aun así, una adolescente Hinata en un día con truenos. Entro al cuarto de su primo, muchas Lágrimas de los ojos le dijo:

-Puedo quedarme esta noche contigo...

Él estaba tan sorprendido, sólo se hizo a un lado esa noche y la abrazo entre sus sabanas. En ese momento, se dio cuenta que quizá su amor no era correspondido, pero siempre iba a tener a su dulce Hinata y que siempre iba a tener ese sentimiento tan puro Inocente de su parte, a partir de ese momento, supo que la seguiría amando en silencio...

.

Ahora más de 10 años después, Hinata había reaccionado como hace mucho tiempo. Había reaccionado de la misma forma, sonrojada y había ladeado su rostro como aquella vez, sus bellos cabellos azulinos cubrían parte de su rostro. Tal como ese día.

-Lo siento... -Dijo él y la soltó pero no tomó distancia cerca de ella.

-Yo...

-No sólo vine a este país para brindarle oportunidad a Hanabi-san, también vine por usted.. yo no he podido olvidarla

Ella lo miró, aún seguía sonrojada, pero su corazón se partió cuando vio el semblante tan descompuesto de su primo; lucía tan tenso e incluso pudo asegurar que quería...

-Yo.. yo aún estoy enamorado de usted, Hinata sama... Yo puedo darle una vida digna vida, la que usted merece. Sé que quizás ahora esté confundida... por todo lo que le está pasando, pero le juro que no tendrá carencia a mi lado. Le ofrezco una vida resuelta, una feliz a mi lado... Venga conmigo Hinata sama... Sé que usted no me ama... pero puedo.. amar.. por ambos.. Y quiza algún día... pueda llegar a amarme, tanto como yo la amo a usted...

Las palabras tan sinceras movieron cada fibra del corazón de Hinata, sus mirada perlas estaban temblorosas, de ambos y cuando él le apartó un mechón de cabello, ella se sintió muy triste.

-Yo... Lo siento tanto, pero no puedo irme..

-Porque no...

-Yo... ya tengo una vida aquí... Tengo un trabajo del que me gusta y unos pequeños logros de los cuales yo me siento muy feliz. Sé que Hanabi, será feliz... Perdóname Nissan pero no puedo irme...

-¿No puede? o ¿no quiere?...

Neji buscaba alguna respuesta en la mirada de ella, quien estaba algo asustada, Neji estaba acechándola, casi arrinconándola al barandal del balcón.

De poder irse, ella podía irse, pero la pregunta es...

¿Porque no quería irse?

Sus palabras se ahogaron cuando la puerta se abrió, Neji casi le rozaba el aliento. De manera disimulada, se apartó y agradeció que ni Ino y Hanabi se hayan dado cuenta del ambiente comprometedor en el que se encontraba.

Pudieron pasar muchos años pero y nunca lo olvido. Aún seguía en la misma posición en la que ella lo dejo, su mirada cayo en la calle; los copos de nieve caían, todo esto lo atrajo en aquellos días donde ella era una tierna niña, recordaba sus risas, sus atenciones, los entrenamientos con ella, sus cuentos y sus curitas. No hubo ser humano en esa gran mansión, que se preocupara más que ella y quizá por eso no podía dejarla ir. No hacía falta que ella dijera que no, él podía sentir su rechazo y le dolía tanto. Había tenido más de una oportunidad de involucrarse con mujeres tan bellas, incluso más que Hinata pero... Su bondad fue algo que nunca pude encontrar en ellas... Quería no amarla, olvidarla y enterrar su recuerdo.

Era hora de regresar y también de olvidar...

.

- Ino no crees que es un poco exagerado...-Dijo cuando vio el vestido blanco, que había elegido su amiga

- por supuesto que no. Tienes unos bonitos senos deberías mostrarlos más.. Mirate-la hizo darse vuelta, para que vea en el espejo-.. El escote está en la espalda no es muy sugerente y casi no tiene nada de escote adelante

-Me siento desnuda...

-Ya no puedes protestar Hinata, ya casi es hora y tienes que estar lista... Que envidia podrás conocer a mucha gente importante hasta los idols que tanto me gusta...¡Que emoción!

-Es trabajo y no...

-Sí, sí como sea. Quedarás preciosa...

Hinata no era muy buena con el maquillaje, su apariencia siempre fue muy natural y su ropa favorita siempre en era muy holgadas, que le hacían lucir un poco más rellenita qué otras mujeres. La avergonzaba tanto su busto, pero por su trabajo ella siempre trataba de verse lo más formal trataba de poner su mejor cara, por azares del destino el día de la fiesta caía con el vuelo de Neji y Hanabi.

Neji le había propuesto llevarla a la fiesta y acompañarla por unas horas. Se miraba al espejo mientras arreglaba el esmoquin blanco que se había comprado, acomodo su cabello y suspiro ser un día muy largo. A pesar de no gustarle las fiestas, quería llevarla, estaba seguro era una despedida; acomodo su cabello con su cera favorita y salió de la habitación.

Estaba en la sala, no paso mucho para que Hinata saliera; trato de no abrir la boca al verla lucía tan hermosa, era la mujer más hermosa que había visto en toda su vida. Ese vestido se acomodaba en cada curva con un escote disimulado y ese peinado alto hacia que su cuello se viera más largo, sus enormes pechos ¡Dios! tuvo que mirar otro lado ver si como un pervertido...

-¡ohm! ¡Neechan luce muy hermosa!- Hanabi no dejo de resaltar lo bien que se miraba.

-gracias Hanabi-chan

-te voy a extrañar mucho

Se volvieron a dar un gran abrazo, a pesar de ya haberse despedido, Hanabi no quería dejar de despedirse.

-estaremos en contacto no olvides..- le sonrió- no quiero llorar sino arruinare el maquillaje.

Hanabi asistió y fue al lado de Ino, aun debía terminar con sus maletas.

-Nos vamos..- dijo ella con tanta naturalidad

Inmediatamente le ofreció su brazo y mientras ambos salían la habitación; Ino sonreía orgullosa de su trabajo era una gran maquilladora, Hanabi quería llorar, pero sabía que Hinata odiaba las despedidas.

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-No puedes quedarte hasta mañana...-Preguntó ella, algo triste mientras agarraba su pequeño bolso...

-No puedo, Hinata-sama tengo que preparar un proyecto importante de los cuales me falta afinar algunas cosas...

-¡Oh!... Entiendo.... gracias por acompañarme...

-es un placer...

-Me hubiera gustado poder despedirme de ti y de Hanabi en el aeropuerto...

-Eso no es necesario... no me gustan las despedidas.

-Lo sé... a mí tampoco me gustan

A pesar de que había mucha ruido a su al redor, todos los sonidos se alejaron y ambos juraron que escucharon silencio. Hinata apretaba su bolso pequeño, la fiesta ya había empezado; como iban las cosas, parecía un éxito.

-Volveré a verte...- su sonó temblorosa

-Supuesto que sí...-afirmo

-Neji

Su temblorosa mirada llego hasta él, si bien tenía el mismo semblante neutral; había una tristeza escondida tras ese rostro. No podía engañarla, Neji le insistía con la mirada en su propuesta. Alguna vez su padre le dijo que Neji sería su futuro esposo, incluso lo acepto olvidando los sentimientos que tenía por Naruto, pero su cariño se trasformó y cuando regreso a Japón ese sentimiento, ese ápice de esperanza se terminó muriendo porque se enamoró y su corazón se rompió.

-Hinata-sama...

-yo....

-¡Hinata!...

Una conocida y grave voz los atrajo a la realidad, ambos dejaron de verme, giraron al mismo tiempo encontrando se con un buen vestido Obito. Desde que el evento empezó, Hinata no dudo en resaltar el buen gusto por el traje de su jefe, inmediatamente este capto la atención de cualquier fémina del lugar e incluso ciertos "varones", cuando se presentó frente a él solo recibió un "al fin llegaste", se había esforzado tanto en vestirse pero...

«¿Por qué le interesaba un cumplido?»

Al parecer Neji fue del agrada de su neurótico jefe, cuando ambos llegaron, el Uchiha mostro intención en entablar una conversación pero por falta de tiempo Obito cancelo su conversación.

-Hinata, hay una mujeres por allá... son una gran molestia- Dijo mientras bebía la copa que tenía en una de sus manos

-claro... Ahora mismo lo arreglo

Hinata fue a resolver el pedido de su jefe. Otro hombre se hubiera sentido halagado por recibir tantos elogios de unas Idols, pero Obito las ignoraba olimpiacamente. Solo eran unas niñas para él, eran más jóvenes incluso que Hinata. Como se atrevían siquiera en hablarle. La fiesta ya tenía cerca de dos horas, pero desde que llego ya quería irse. Si no fuera por el alcohol, estaba seguro que no hubiera resistido estar con tanta gente.

-Es una hermosa velada Uchiha-san- dijo Neji sin quitar su vista de su amada Hinata, quien hablaba con unas jovencitas.

-Tsk... será una velada muy larga....-se quejo

Solo faltaba 60 min para dar cierre al evento pero parecía una eternidad. Volvió a beber de su copa y se apretó la nariz. Resaltaba internamente que todo había sido muy bien planificado, cada detalle estaba puesto en su lugar.

-¿hasta cuándo se quedara en Japón?- pregunto él, solo por el hecho que estaba muy aburrido.

-Dentro de unas horas partiré a Canadá junto con Hanabi-san.

-¿no es la hermana menor de Hinata?

-Así es. Ella vendrá a realizar sus estudios superiores en Norteamérica.

-El pensamiento occidental.

-Hanabi-san desea conocer muchas cosas y yo estoy dispuesto a ayudarla.

La mirada de Obito entonces cayó en su asistente, quien regresaba con una tímida sonrisa, pero con sus ojos de una ocultaba una tristeza y añoranza. Habían pasado más de dos horas en ese evento, recién en ese momento se dignó a mirarla. Con esa pequeña mirada, con ese mínimo cruce y las palabras de Neji, entendió que a pesar de lo que le pasaba Hinata cumplía con su trabajo a la perfección y ocultando sus sentimientos debajo de esa calidez de su rosto.

-Esta todo arreglado...- dijo ella

-bien.

-Hinata-sama... es hora que me marche.

El corazón de ella dolió y su atención fue directo hacia el atractivo castaño.

-no crees que es algo temprano

-hay cosas que debo arreglar

-¡oh!.. está bien. Te acompaño a la salida..- su voz triste sonó y Obito no pudo dejar de verla.

A pesar de que su hermana se iba, de lo que sería mucho tiempo; allí estaba su pequeña asistente, colocando el deber y su trabajo ante todo.

-fue un placer Uchiha-san..

Neji estiro el brazo y Obito lo imito, ambos se dieron un fuerte apretón de mano.

«Neji Hyuga, un joven bastante interesante»

-Espero que te vaya bien.

La mirada negra se concentró en la pareja que salía disimuladamente del gran salón, Hinata tomaba el brazo de su primo como tanta urgencia, él precia no molestarle e incluso por el tono de su voz y su postura podría asegurar que se mantenía al acecho si alguien osara con faltarle al respeto. Era tan protector con ella.

.

Odiaba las despedidas, no quería llorar como una niña. Solo se abrazó a su pecho y aspiro ese aroma tan confortable de él. Ya se había despedido de su hermana en su casa, le había insistido que se quedara allí, porque quizá no hubiera soportado una despedida tan dramática, no quería lucir débil delante de ella, ni armar una escena como la última vez.

Se apartó de la elegante fiesta, había bebido un par de copas la cuales ya la mareaban, Obito estaba a pocos metros de ella, unas personas se le acercaron a saludarlo cordialmente, al parecer eran familiares. Cuando estos se fueron, se disponía a cercarse entonces él se alejó, su mirada aperlada fue hasta el objeto de ese repentino cambio de posición, había aparecido Konan luciendo más bella y elegante que nunca. Se sintió extraña cuando vio como Obito se apresuró en recibirla, de extenderle su brazo y pasearla por en medio del elegante salón. Allí estaba de nuevo, esa sonrisa que pocas veces le había visto; la mayoría de veces eran provocadas por la bella Konan. Siempre por ella.

«¿Qué estas esperando Hinata?»

Todo quedo en silencio cuando se encendió la presentación de la corporación Uchiha, resaltando sus obras y lo que iban de hacer, cuando Obito se puso en el estrado grande fue su sorpresa al escucharlo decir que iba renunciar a ese polémico proyecto en Sudamérica.

Había considerado su sugerencia.

Muchos aplaudieron la iniciativa y se sorprendieron de los millones de yenes que donarían a causas benéficas. Mientras todos resaltaban a Obito y a su bella acompañante, ella solo estaba a un lado. Si supieran que ella dedico gran parte de su tiempo en organizar cada detalle, que sacrifico la despedida de su hermana; todo por su trabajo. Hasta el momento no había escuchado un gracias de parte de nadie más que no sea Konan, quien se acercó a saludarla, pero se tuvo que ir rápido porque Obito la quería a su lado, cuando hablaban con personas importantes. Ella estaba sola, a un lado de una fiesta la cual giraba a su alrededor de manera indiferente.

-¿Por qué tan sola?..

-kakashi-san- se apresuró en decir y se puso de pie.

-Te felicito, es una fiesta muy bella.

-muchas gracias

Kakashi noto que Hinata tenía la mirada puesta, en esa perfecta pareja que hablaba con tanta cordialidad.

-se ven muy bien, verdad..

-¿ehm?..Si.- acepto- Konan-san y Obito-san hacen una linda pareja.

El guapo peliaplateado tomo asiento al lado de Hinata. Su mirada no pudo evitar viajar en cada perfecta curva de la joven.

¿Acaso no se daba cuenta de bella y provocativa que estaba?

No, Hinata se no daba cuenta, pero él sí. Él también había sido el centro de atención de la fiesta cuando entro, no había notado a Hinata, solo se dio cuenta de su presencia cuando se dirigió a servirse algo. Allí estaba, sentada junto al gran ventanal viendo a la nada, su bello cuerpo estaba allí, pero su alma parecía estar en otra parte. No fue difícil intuir que Hinata había decidido dejar ir a su hermana, quería preguntar pero se arrepintió.

-¿usted sabe... porque no se quedaron juntos?.. konan-san me dijo que alguna fue fueron algo parecido a una pareja- su voz sonó curiosa

-Yo tampoco lo sé. Lo único de lo que estoy seguro que Obito ama a Konan de una manera casi invisible...

Hinata puso su mirada en él, sus palabras la confundieron. Kakashi estaba muy pensativo

¿Amar? acaso era cierto

-Konan también lo ama. Creo que es un sentimiento que va más allá de lo convencional...

-no logro entender.

-Creo que los que los une.. va más alla de mi comprensión...míralos...

Ambas miradas se centraron en ellos.

-se miran como si fueran el uno para el otro, pero... pero esa chispa que te une con la personas que quieres a tu lado, no está en ellos. Quizá antes lo estaba.. pero ahora ya no.

Las miradas decían muchas cosas, Obito parecía estar muy a gusto con Konan y ella también. Se sonreían de manera tan disimulada y compartían brillo especial.

«¿A qué se refería kakashi-san?»

La velada estaba por terminar, la última canción estaba por tocar. Kakashi quería bailar con ella, deslizar su mano en su espalda baja y sentir esa sensación electrizante cuando toco la piel de su mano. Quería sentir su enormes pechos contra su torso, aunque sea con el toque de ese baile, estaba a punto de proponérselo ya había estirado su mano, pero Hinata no lo noto, su mirada estaba puesta en el guapo pelinegro quien hablaba al odio de su amiga, esta reía.. reía, tal como él lo hacía. Su mano estaba estirada, pero otra hermosa mujer la cogió primero y no tuvo más opción que bailar. Ella no noto que él se marchó, se puso de pie y se apartó más mirando al enorme ventanal que daba al jardín de ese lugar, cerró los ojos e imagino lo que no quería aceptar.

Ella quería bailar con Obito.

Quería que la sacara a bailar, quería que por una vez en todos esos tiempo juntos, la tratara como lo hacía con Konan. Su mente divago, cuando sus ojos se abrieron pudo verse a ella bailando con él, entre sus brazos, siguiendo sus pasos, guiados por esa música de violín y piano. Ese enorme cristal podían reflejar sus deseos mas íntimos, allí estaba viendo una figura de una pareja que bailaba, eran: ella y él, se permitió un momento de tierna ilusión; su pecho se oprimió, pero la realidad vino a ella, esa ilusión se desvaneció y sus ojos vieron la verdadera pareja que bailaba.

«Parecen el uno para el otro» acepto

Miro la hora a través de su celular, la fiesta estaba por terminar.

«Seguro Hanabi-chan debe estar rumbo al aeropuerto»

.

Los invitados empezaron a irse, Obito se puso a la entrada despidiendo a cada uno de ellos. Konan también se marchó, su madre regresaba a Tokio y no quería desairarla, se disculpó con Hinata por dejarla sola con la limpieza del lugar. Había una esperanza en la noble peliazul de terminar antes para ir al aeropuerto, pero viendo la hora ya era muy tarde.

-debes ir..

-¿ehm?...- su voz sonó confundida.

Obito se había acercado a ella, la miraba con algo que pudo comparar con la comprensión. Él tenía una postura relajada con las manos en los bolsillos, le estaba dando permiso para....

-anda.. antes de que me arrepienta.

Entonces lo entendió.

.pero.. el lugar..

-No pasa nada. Ve... tu hermana te necesita.

Su rostro de ruborizo su corazón se exalto de alegría y sin siquiera agradecer salió rápidamente del lugar. Obito la observo hasta que tomo un taxi, su tonta asistente no había llevado su abrigo y salió deprisa sin percatarse de ello. Estaba tan distraía estaba que no noto, que una vieja mirada oscura la observaba.

-que buen jefe eres...- kakashi hizo su aparición hablando con tono irónico que lo caracterizaba

-¡vete al diablo!...-bramo- ayúdame a dejar todo en orden

Kakashi suspiro resignado a la tarea.

.

¡Los pasajeros rumbo a Estados unidos pasar a la sal de embarque!

Hanabi comenzó a temblar al llamado del perífono. Quería verse fuerte, pero dejar todo atrás estaba costando más de lo que creía. Solo se había despedido de manera rauda de su amada hermana, se arrepintió cuando las maletas fueron subidas al taxi, pero se tuvo que ser firme. No iba hacerle perder el tiempo a Neji. La despedida con Konohamaru fue tan triste, allí recién se dio cuenta cuan jodidamente estaba enamorada. Él le prometió que iría por ella dentro de unos meses y la beso, lo iba a extrañar.

-es hora..- dijo él

Ella solo asintió, tomo el ticket que tenía en la mano y se puso de pie. Estaba triste por la esperanza, tenía la esperanza que su hermana viniera para despedirla, no podía juzgarla, estaba trabajando, volvió a ver la entrada y no aparecía. Era hora que se marchara, a su nueva vida y su futuro. Tomo su pequeño bolso, Neji tomo la delantera, se disponía a seguirlo ignorando el dolor de su pecho y..

-¡Hanabi-chan!...

Reconocía esa voz. Su rostro se ilumino cuando la silueta de su hermana se hizo presente. Hasta donde estaba podía escuchar, sus pasos apresurados de sus pisadas con tacones.

-¡Neechan..!- grito y se aproximo a ella

Ambas hermanas se dieron un efusivo abrazo, muchos se quedaron viendo la tierna escena. Era hora de partir. Rápidamente Hinata se separó de ella y limpio los cristales de sus mejillas, su Hanabi estaba llorando y la sintió tan chiquita como cuando era bebe y ella la cargaba.

-escucha Hanabi.. estés donde estés.. Siempre te amare... la distancia no tiene por qué alejarnos, nuestros lazos son fuertes... recuerdas cuando te dije que siempre te protegiera..

Ella solo asintió, no podía hablar ya que estaba llorando desconsolante. Neji solo observaba.

-Ahora tienes que confiar en Neji... el te guiara. Lucha como siempre lo has hecho. Nuestra madre estará orgullosa de ti... cumple tus sueños... y cuando regreses.. ten por seguro que seguirás siendo mi pequeña hermana..

Sus palabras sacadas del corazón, solo la hicieron llorara más. La brazo más y Hinata sintió la calidez de su hermana, no solo era eso, también era como una hija para ella. Luego de abrazarla, Hinata se puso de pie y se aferró al cuello de su primo, le susurro algo al oído y sus sentimientos fueron depositados en sus manos .No había tiempo para más, Hinata se quedó de pie, viendo como esas dos personas que amaba desaparecían entre la muchedumbre del aeropuerto. Se mantuvo un tiempo allí, cuando vio como las luces tintineaban en el cielo oscuro, tuvo la falsa esperanza que Hanabi o Neji la estuvieran viendo. Con un adiós invisible pero profundo, dejo el lugar.

.

Le dolía mucho la cabeza, estaba en su cocina preparando un bocadillo. Cuando la puerta de su casa sonó. Odiaba lo agudo que era el timbre, sin muchas ganas se dirigió a abrir.

-¿Qué haces aquí?...

Una temblorosa Hinata estaba delante suyo, al parecer tenia frio.

-¿Quieres pasar?...

-ehm.. no. Solo vine a agradecerle por permitirme ir a despedir a mi familia.

Ella estaba con la nariz roja, moría de frio.

-entiendo.

Hinata miro hacia a un lado, ni siquiera sabía porque estaba allí. Obito lucia algo incómodo, sabía que no era de su grado que vayan a su casa, pero allí estaba arriesgando su cabeza y todo lo que había trabajado. Su mirada perla busco la suya, sabía que estaba mal pero...Tuvo que cerrar los ojos y su cuerpo se movió solo.

Él estaba totalmente sorprendido, Hinata había saltado prácticamente sobre él y ahora lo estaba abrazando.

-gracias.. gracias.. gracias- decía sin cesar- Uchiha-sama es una buena persona

Ella se apartó evidentemente avergonzada, más aun cuando se sintió no correspondida. Obito se había erguido y la miraba estudiándola. No dijo nada, solo la miro.

-etto... es tarde ya me tengo que ir.

Él no dijo nada y eso la confundió más.

-Que tenga buenas noches...

Deseaba alejarse lo más posible, no podía correr por los tacones. Ya había dado unos seis pasos..

-¡Hinata.!.

No quería voltear, pero tenía que hacerlo, lo hizo despacio. Entonces por reflejo atrapo un objeto.

-no llegues tarde el lunes..- dijo con una extraña sonrisa de autosuficiencia

-¡hai!..- respondió

Obito entro a su casa y Hinata no dudo en sonreír, su mirada se posó en el abrigo que ahora estaba entre sus manos. Él se había quitado su costoso abrigo, de manera poco sutil se lo había ofrecido. No dudo en colocárselo, su nariz roja y su aliento gélido eran indicadores que había estado expuesta a un clima del cual no estaba preparada, aun así... fue hacia su casa. Ella se alejó de la enorme mansión despacio, sonriendo por la bonita sensación en su pecho, pero había una persona que no era feliz y la observaba desde una de las ventanas; negándose a aceptar lo que estaba pasando delante suyo.

-¿A que vino Hinata?- pregunto cuando Obito hacia su aparición.

-vino a agradecer...-dijo esto y se dirigió a la cocina.

No le había agradado para nada ese tipo de "agradecimiento".

-te vas a quedar allí... vamos, tenemos que terminar de trabajar

Frunció el ceño cuando vio a su mejor amigo, Obito parecía tan lejano a lo que estaba pasando y él...

Kakashi Hatake

Estaba siendo testigo de algo que definitivamente no le agradaba.

.

Paralelamente..

Querido Niisan lamento mucho por no corresponder tus sentimientos. Quizá no suene apropiado pero alguna vez me gustaste. En aquellos días donde éramos niños desee ser la esposa digna que mereces, la esposa que me decían que debía ser para ti. Sin embargo, ahora entiendo cuando me dicen que el amor puede evolucionar, ahora tengo la certeza que lo que siento por ti va más allá de las distancias. Aunque quizá te lastime en el intento, déjame decirte que lo que siento por ti, no lo he sentido por nadie. Cuida mucho a Hanabi, estoy segura que ella estará bien y más aún si está contigo. Espero volverlos a ver pronto.

Con amor...

Hinata

Psdt: lamento mucho decírtelo de esta manera, pero no tengo el valor suficiente.

Neji sonrió, doblo el papel y lo guardo en su saco. A través de su ventana solo podía ver a una poderosa cuidad que se hacía cada vez más pequeña, cerró los ojos recordado aquel susurro.

Te amo Neji

Hinata se lo dijo, no fue acompañada por ese típico "Niisan", ahora la entendía. Quizá el destino de ambos pudo ser diferente.

«Adiós Hinata...»

Quizá la volvería a ver, pero ahora que conocía sus sentimientos, sabía que sus esperanzas se habían esfumado con cada letra en esa epístola.

.

-rayos....- se quejo

-hoy ha habido mucho trabajo- dijo Hinata mientras tomaba un poco de café

-¿ahg!.. el trabajo no me preocupa, es Obito quien ha estado de un pésimo humor,

Hinata sonrió, Konan tenía tanta razón, su jefe había estado más exigente que nunca.

-Uchiha-sama ha estado muy atareado, ha tenido muchas reuniones y más de un proyecto se ha paralizado por razones que desconozco.

-si claro y eso le da derecho de estar de un humor horrible

-él es un hombre increíble- resalto y sonrió- liderar con tantas personas y problemas es algo asombroso.

Konan lo miro extrañada, las palabras sinceras la sacaron de sí, pero ese sonrojo que aparecia cada vez que hablaba de él..

-¿lo estas defendiendo?- acuso

-No no .. es solo que tiene mucho talento para manejar una empresa tan grande. ¿No crees?...

- Hinata..

-uhm..

-¿A ti te gusta óbito?- pregunto mirándola directamente a los ojos.

Ella se sobresaltó, el café casi mancha su blusa blanca. Konan en otras ocasiones se hubiera reído, pero la situación ahora era diferente.

-no no no..- negó erráticamente- es solo...

- ¡oh rayos!...- no lo podía creer- Hinata.. Tu estas enamorada de Obito

Aseguro tan sorprendida que ni ella podia creerlo, entonces la nerviosa peliazul guardo silencio. Konan se llevó una de sus manos a la boca de lo sorprendida que estaba, quería reírse de la emoción pero se desvaneció cuando la vio bajar la mirada con un sonrojo hermoso en su cara.

«No puede ser.». pensó

Hinata estaba más que enamorada... ella parecía.... Eso parecía

Amor..

Alguna vez ella vio de esa forma a Yahiko.

Entonces Hinata, al sentir esa presión en su pecho descubrió la verdadera razón por la que no quiso irse.

Se había enamorado de jefe

Continuara.....

Mándenme energia para continuar, no sé porque la app se me borra mi avance y luego me demoro en subirlo. Sé que es largo y tratare de actualizar, sé que siempre digo lo mismo pero es más complicado de lo que se lee. Son más de 13 mil palabras, nunca había escrito un capitulo tan grande. Ni siquiera en mi historia de Sasuhina, la cual prometo actualizar pronto :V.

Cuídense mucho, ojala pronto llegue el fin de esta pandemia

Gracias por el apoyo, sus estrellas y esas maravillosas personas que se toman dos segundos en comentar.

SkybluPetunia

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