Te perdí

Los seres humanos no somos tan complejos, como lo somos emocionalmente. Rin Nohara no podía sentirse tan descolocada, después de su conversación con aquella que consideraba una niña. Siempre trato de comportarse a la altura de su educación. Su madre siempre le dijo que fuera una mujer amable con todos y que le sonriera a la vida. Ella siempre vivió rodeada de atenciones de los demás. Su amabilidad era un atractivo para muchas personas y por mucho tiempo pensó, que era perfecta siendo así. Sin embargo, cuando encontró a alguien que le gustaba genuinamente, pensó que era suficiente ser amable, pero se topo con la triste realidad. No bastaba con agradarle a los demás, para que aquella persona le gustaras. Sin mostrar mucha personalidad, solo mostrando esa fachada de mujer perfecta, simplemente podrías ser falsa ante los ojos de esa persona. Y cuando el rechazo apareció, hizo que aflorara lo peor de ella.

Rin estaba devastada, porque todo el mundo que creó, se estaba desmoronando. Siempre tuvo el control de su vida. Cuando acepto a obito, cuando lo dejo en el altar. Siempre fue ella quien decidía el siguiente paso. Incluso cuando después de muchos años volvió con Obito. Se sintió triunfal, al tener el control nuevamente, pero todo se estaba desmoronando, cuando regreso a Japón. Obito ya no era el mismo, estaba casi segura que este sentía algo por aquella niña.

¿Cómo había pasado eso?

Si ella estaba con el, todo debería ser como antes. Era algo inmaduro y muy ingenuo de su parte. Sin embargo, sentirse como una egoísta, era algo que todavía no estaba lista por aceptar. Era un controladora, si alguna vez tuvo a Obito, entonces podría tenerlo de nuevo, así tenga que hacer lo que tenga que hacer.

-Lamento haber llegado tarde, hubo mucho trafico -indico Konan, mientras tomaba asiento en frente de ella.

-Lamento haber ordenado, antes que llegarás.

-no hay problema.

Rin miraba su reflejo en el te negro que había ordenado, con dos croissant dulces. Este era uno de sus tantos intentos en tener el control de la vida de Obito. Mientras Konan ordenaba, ella preparaba las palabras exactas para ella. No la conocía muy bien, pero tenía la certeza que era una mujer muy inteligente. También que seguro se había liado en las sabanas de su novio. No podía juzgar las otras relaciones de obito, pero igual deseaba que no las hubiera tenido.

Si necesitaba quitar de su camino a esa tal Hinata, entonces necesitaba saber desde un punto más intimo, hasta como fue la relación de ambos. Ya sabía que habían sido amantes, pero no era suficiente.

-Cuentame, ¿Cuál fue el motivo de esta inesperada cita?- cuestionó Konan.

Rin no puedo evitar mostrar su sorpresa a tal sagaz pregunta, la vio vacilar. Aunque no estaba segura de sus intenciones, sabía el camino por dónde iría tal cita.

-Bueno.. yo..- No debía mostrarse dudosa, de lo contrario no obtendría la información que necesitaba- es sobre.. Hinata-San.

¡Bingo! Había dado en el clavo. Rin quería conocer el comportamiento de obito, que estaba relacionado con Hinata. Era evidente que la relación de ellos se estaba cayendo en pedazos y que era Rin, quien trataba de mantener unidos los pocos fragmentos que le quedaban.

-Sé que suena un poco atrevido de mi parte, pero.. Bueno.. Obito y yo hemos tenido algunos problemas- indico con vergüenza.

¿problemas? Era poco a lo que pasaban. Obito estaba insoportable en la oficina y varias veces lo había encontrado bebiendo solo. Aunque a veces solía beber con él, evitaba preguntarle sobre la razón de su estado. Tenía la seguridad de que era un cúmulo de cosas. Haber regresado con Rin, abandonar a Hinata y por lo que se había enterado, ahora hasta la quería de regreso, cuando ella ya estaba rehaciendo su vida con mucha dificultad

-Hinata- san y Obito. Tengo entendido que tuvieron una relación clandestina- indicó

-¿Clandestina?- se burló- porque llamarlo así. Suena un poco soez ¿No lo crees? Ellos vivían una relación a vista y paciencia de todos. Si su relación no tenía un titulo para los demás, ese era un problema aislado. Ellos eran felices así.- no estaba segura de lo último, puesto que Hinata no estaba nada cómoda con esa forma de amar de Obito, pero quería dejarle en claro a Rin, que su amiga fue importante para él. Quizá más que ella .

-Me niego a aceptar que ha habido otra mujer, más importante en la vida de Obito. Siempre creí que yo sería la única que marcaría su vida. Yo…

-siempre te he considerado una mujer inteligente Rin. ¿Por qué pensar que a un hombre al cual engañaste te sería fiel?- las palabras de Konan iban impregnadas con cierto veneno. Quería a Obito como un hermano, pero comportarse como una dama sin clase, no era parte de su estilo- Obito tocó fondo, Rin. No tienes ni la mínima idea, como fue su vida después de tu abandono- acuso y vio como el rostro de Rin cambiaba

Aunque Konan quería decirle muchas cosas, necesitaba calmarse. ¿cómo juzgarla? Ella también había cometido muchos errores.

-Yo.. yo no lo sabia- se defendió Rin- Yo pensé..

-Escucha Rin- interrumpió- No creo que seas una mala. Solo es que quizá necesitas otra perspectiva. Sinceramente desconozco el tipo de relación que llevan Obito y tú, no es de mi incumbencia, pero.. Hinata es mi amiga al igual que Obito y no puedo darte la información que deseas obtener. Solo te diré que Hinata no está interesada en volver con él. Tengo la certeza que la has juzgado más a ella, que a obito. Ella está tratando de olvidar, de rehacer su vida, es una buena mujer solo que puso sus sentimientos en alguien que no lo merecía.

¿merecía? ¿Acaso Obito no lo valía?

- esa niña no conoce a Obito tanto como yo- aclaro en un tono tajante- sinceramente dudo que su amor de acerque a lo que yo siento por el

-¿Quién decide eso? – le cuestionó- la persona más apta para decirlo es el propio Obito.

-¿Qué me quieres decir?

Konan debía mantenerse al margen. Ya había dado mucho de su opinión.

-saca tus propias conclusiones. De lo que concierne a mi, espero que obito halle la felicidad contigo o sin ti.- tomo unos billetes de su bolso y los colocó en la mesa

Sin decir más Konan se puso de pie elegantemente, dejando a una estupefacta Rin en la mesa. Era tan difícil contenerse y no dar su punto de vista. Aun así, lo dijo, tratando de contenerse, su verborrea salió a la luz. Rin ocultaba su verdadera personalidad debajo de su amabilidad y buena educación. Era una mujer egoísta y controladora. No sabía si lo hacía adrede o simplemente era inocente. Siempre fue así, desde la universidad. Kakashi la rechazaba abiertamente, pero siempre tenía a Obito a su lado, como un paño de lagrimas, sabiendo que los sentimientos de este último no eran correspondidos. Lo tenía allí a su lado como un vulgar reemplazo.

Por supuesto que Obito merecía ser feliz y lo era, aunque el muy imbécil no lo notó. Hinata lo amaba desde lo más profundo de su corazón, pero este lo destrozó al recaer con Rin. Obito ya había elegido, su pasado por muy encima de su presente y si ahora no era feliz, era una de las tantas consecuencias de haber tomado una decisión apresurada. Todas sus sospechas eran ciertas, Rin lo acaba de confirmar al preguntarle insistente sobre Hinata. Todo estaba claro.

Obito no había podido olvidar a Hinata

Eso la hacia sentir insegura y por lo que veía, Obito estaba más neurótico que nunca

¿Cómo terminará esto?

Más adelante seguro lo sabría.

(…)

Su conversación con la hermosa peliazul, aún retumbaba en su mente desde que la dejo en aquel café. Estaba perdiendo, Rin estaba perdiendo contra aquella rival más joven. Reconocer a esa niña como hermosa, fue un paso muy difícil. Antes le encontraba cualquier defecto, un poco subida de peso, con imperfecciones en la piel y nada sociable, entre otras cosas, pero a pesar de todo ello, Obito seguía pensando en ella. Necesitaba sacarla del medio, haría cualquier cosa para hacerlo. Ya entrada casi las dos de la tarde, respiro hondo y giro el pomo de la puerta. Trato de sonreír y fingir un mejor semblante al punto que sus ojos brillaron. Obito estaba concentrado en los documentos que tenía en su mano, lucia muy atractivo, con aquellos lentes de lectura que se había comprado. Necesitaba tenerlo a su lado, no había duda que lo amaba.

-Buenas tardes, obito- saludo y se coloco de tras suyo y lo abrazo. Cerró los ojos y aspiro el aroma varonil que desprendía.

-¿Iremos a almorzar?- pregunto aún concentrado en sus documentos.

Su trabajo se había acumulado, estaba muy distraído las últimas semana. Había concentrado todo su tiempo y su energía en su empresa, porque el recuerdo de Hinata aún lo atormentaba. Haberla tenido tan cerca esa noche, era una tortura mental, casi podía aspirar ese aroma gutural, por cada vez que la tenía debajo de su cuerpo. Se estaba volviendo loco. No solo extraña eso, también sus manitas al comer, cuando arrugaba la nariz mientras sonreía, sus muecas al enojarse, entre otras cosas que lo trastornaban, sabía que debía mantener distancia, de lo contrario no se contendría. Quizá la próxima vez la besaría.

-vamos al restaurante de comida inglesa, que te mencione hace unos días- propuso mientras tomaba asiento delante suyo.

-Si.. creo que lo recuerdo. Creo que tendremos que reservar.

-Ya me encargue de eso- sonrió.

-Parece que estás preparada en todo.

-la verdad es que extraño mucho la comida de Londres. Puedo ser muy japonesa, pero la comida de allá es más deliciosa para mí paladar- explico con naturalidad- he pasado gran parte de mi vida allá

-Es natural que extrañes a Londres- resaltó sin mucho interés.

-Sabes Obito, creo que has estado muy ocupado estos días, luces muy estresado y demás. ¿Qué te parece si nos vamos a Londres?- propuso, este era el inicio de un plan, quizá otro error.

-¿Vacaciones?- preguntó- no tengo tiempo para eso.

-obito- irguió su postura y su rostro se tornó serio e incluso triste- no hablo de vacaciones, creo que no me exprese bien, al decir que ¿Si nos mudamos allá?

Está vez fue él quien se irguió desde su asiento. Rin se intimidó por el semblante molesto que tenía ¿Acaso había dicho algo malo?

-¿Me estás pidiendo que me mudé a otro país?- le cuestionó con fastidio.

-Si lo piensas tranquilidad. Es una gran oportunidad, el ambiente de Londres es mucho mejor que el japonés además…

-¿Me está pidiendo que deje mi trabajo de muchos años? Todo lo que he logrado para irme a Londres

Rin se amedrentó por su mirada, Obito estaba furioso por su sugerencia. Al parecer sus palabras ya no tenían el efecto de antes, donde él siempre acataba lo que siempre decía.

—Lo haces ver como si fuera una pésima idea, además…

—¿Por qué lo es? —Le grito interrumpiéndola, ya bastante agobiado estaba para ahora pretender escucharla.

—Quizá suene algo repentino, pero… el ambiente de Londres es mucho más sofisticado y moderno que el ambiente Japonés. Podremos tener una vida cómoda allá, ser felic…

Obito se puso de pie y palmo su escritorio con ambas manos, suspiro profundamente, a veces creía que Rin se comportaba de una forma bastante controladora, ahora que lo notaba ella siempre fue así, solo que ahora podia verlo.

—No dejaría mi trabajo, mi tiempo y todo lo que he logrado por ti —ella palideció— ni por nadie. Lo siento.

Sus palabras fueron duras y tuvo que disculparse por lo hosco que sonó, Rin tenía los ojos vidriosos. Con culpa salió rápidamente de la oficina, dejándola sola y desolada.

Obito no lo sabía, pero las verdaderas intenciones de ella eran otras. Quería alejarlo de todo aquel ambiente, ya que estaba perdiendo contra una mujer, que consideraba rival. Lo cegada que estaba, no le permitía ver la realidad, la única que estaba "batallando" era ella, ya que Hinata había salido de la ecuación hace mucho. Sin embargo, la culpa la tenía aquella niña, solo ella. Al menos así lo veía.

(…)

El día de la presentación de libro había llegado, Hinata acomodaba su vestido, estaba tan nerviosa que no había comida nada en el almuerzo.

—Deja de moverte —indico Ino, al realizarle el sutil delineado en los ojos.

—Estoy muy nerviosa, Ino.

Hinata no dejaba de jugar con sus manos, todo el proceso de organizar una presentación había sido muy agotador. Kakashi le había dado libertad para que haga lo que quiera, ayudada por Ten-Ten y conociendo los gustos del escritor contrato a una planner que se ajustaba a lo requerido. Sin embargo, ella tuvo que encargarse de la publicidad, organización de los invitados, bufet ya que algunos tenían alergias y gustos particulares y otras cosas más. Había sido casi tres semanas de arduo trabajo, dónde casi no había dormido. Hinata trataba de concentrarse en su trabajo, para olvidar el incidente de aquella noche, casi podía sentir la respiración de Obito en su rostro, aún seguía enamorada, pero no podía perdonarlo. No podía, saberse rencorosa la hacia sentir mal, nunca la habían educado para eso.

—¡Hinata!

Ino la llamo sobresaltándola, al parecer estaba tan ensimismada que no la había oído. Ella no pregunto lo que pasó esa noche, se sintió algo culpable por no insistir, pero Hinata había encriptado sus sentimientos, al punto que ni siquiera a ella, que era su mejor amiga supiera lo que le pasaba.

—Eres muy hermosa, Hinata.

Ella sonrió y se sonrojo. Ino había ayudado con la elección del vestido. Uno rojo ceñido al cuerpo, con un escote cuadrado y con tela brillante. El maquillaje era sutil igual que la joyería, ya que toda la atención iba al vestido, ella se realizó una media cola. Era una imagen sutilmente sexy, con toques de ternura.

—No crees que es muy exagerado. —indico Hinata observándose al espejo.

Había subido algo de peso y el vestido le apretaba un poco, tuvo que ayunar intermitentemente para poder entrar en el vestido, ya que en la segunda prueba no le quedaba.

—Te ves muy bien. —la abrazo desde atrás y ambas se vieron en el amplio espejo.

Hinata le había pedido a Ino que la maquille y la peine, ir a un salón de belleza era bastante costoso. Ino era una experta en el maquillaje y la imagen personal, incluso Hinata le había indicado que seria que sería una buena asesora de imagen, pero ella prefería una vida menos superficial, en la gran florería de su familia. Quería ahorrar lo más posible, no se lo había dicho a nadie, pero estaba ahorrando para cualquier emergencia. Quizá ya estaba considerando irse a Canadá con su hermana y Neji, ya que este último había insistido en que se mudase allá. Al parecer todo lo que le dijo, estaba haciendo mella en ella.

—Todo saldrá bien —dijo Ino en tono conciliador.

—Pero si…

—Todo saldrá bien —repitió.

La tomo de ambas manos y le sonrió, Ino le estaba dando la confianza que necesitaba. Hinata se sentía muy afortunada de tenerla como mejor amiga, sabía que podía confiar en ella para cualquier cosa. Era más que una amiga, era como una hermana para ella.

(…)

Ya eran casi las siete de la noche, Hinata recibía a los invitados con educación. La gran mayoría había sido muy puntual, degustaban el bufet y eran ubicados en sus mesas. Los autos que se estacionaban, que iban y venían eran muy lujosos, la sociedad más adinerada de todo Japón, estaría reunida para la presentación oficial de uno de los libros más esperados de la temporada.

—Permíteme felicitarte, Hinata —habló Kakashi con una gran sonrisa. —Todo luce muy hermoso.

—El esfuerzo no solo fue mío, también de Ten-ten y la planner.

Kakashi trataba de mantener su compostura y no desviar su libidinosa mirada hacia ese pulcro escote de ella. Cuando atravesó el umbral de la puerta, tuvo que cerrar la boca por lo bella que lucia, más aún cuando ella, no siendo consiente de su belleza,mse dirigía a él con tanta inocencia. Hinata le gustaba, y mucho. Él que se creía un experto en mujeres, con ella se ponía tan nervioso, al punto de a veces balbucear.

—¡Hinata, Kakashi!

Una conocida voz saludo, ambos dejaron de mirarse y voltearon a ver de quien se trataba. Era Shisui, quien llegaba del brazo de una extraña mujer.

—¡Shisui! —saludo con familiaridad Kakashi.

—Shisui-san, buenas noches.

—Buenas noches —Saludo la mujer.

Su imagen impecable de aquella chica, hacia que desprendiera su educación y clase. Era castaña, no muy alta y bastante delgada.

—permítanme presentarla. Ella es Izumi Uchiha, es una prima lejana.

—es un placer —Tanto Kakashi como Hinata saludaron al mismo tiempo.

Algo extraño ocurrió, Hinata y ella se quedaron viendo algo extrañadas. Era una sensación rara, como si ya se hubieran visto antes.

—permiso, creo que tomare asiento —dijo Shisui.

—Si deseas yo…

—No, no te preocupes, le enseñaré los alrededores a Izumi. Así que puedo buscar mi lugar por mi cuenta, gracias de todas formas.

Ambos le sonrieron, pero esa extraña sensación que Hinata tenía, no se había ido.

¿Se conocían? Al parecer la extraña tuvo la misma sensación, lo notó por la expresión en su rostro. Si se conocían ¿Dónde era entonces?

Los fotógrafos que estaban en la calle comenzaron a bombardear con los flashes de sus cámaras, una gran limusina. Tanto Kakashi como Hinata voltearon, ella carraspeó al notar de quién se trataba.

Obito descendía del auto, acomodó uno de los botones de su elegante smoking, se colocó a un lado para extenderle la mano a Rin, quien descendía del auto. El buen gusto de ella se hizo notar, tenía un vestido de una conocida casa de modas Italiana. Ese vestido negro con toques plateados la hacían ver bellísima, la elegancia de Rin al caminar, la hacían confundirse con alguna mujer extranjera. Ambos parecían dos celebridades descendiendo, de uno de los autos más costosos de todo Japón.

A pesar de la lluvia de flashes y todo el estruendoso ruido. La mirada de ambos, la negra y purpurina se mezclaron. A ella se le oprimió el corazón, cuando Rin lo tomo del brazo, pero debía de mantenerse serena. El hombre que estaba delante suyo tenía pareja, ya no era asunto suyo.

La mirada de él se fijó en ella y no se mesuro en verla completamente, lucia complejamente hermosa. No había mujer alguna que se le comparase. Rin podría brillar más que las estrellas aquella noche, pero Obito solo podría ver a Hinata y por eso se aferró a su brazo.

—Buenas noches.

Ambas parejas se saludaron, Hinata bajo levemente la mirada sintiéndose muy incómoda. Cuando su mirada se encontró a la de él, se percató que estaba mirándola fijamente, perdió la respiración. Solo fueron segundos, que ambos se miraron, pero fueron dolorosamente eternos. Lo que ambos compartieron en aquella mirada, aquello tan implícito que solo ellos conocían, lo llevaron lejos de todos, incluso los sonidos se alejaron. Solo eran ellos dos en esa gran gala.

Tanto Kakashi como Rin pudieron notar la tensión de esos dos, sintiéndose implícitamente apartados de su escrutinio.

—Bueno… —dijo Rin mientras jalaba disimuladamente el brazo de Obito. —Nosotros ocuparemos nuestros asientos, disculpen.

Obito desconcertado no dijo nada, solo asintió a la palabras de Rin y ella lo guío hasta su mesa. Hinata mantuvo su mirada firme al frente, no volteo a mirarlo estaba muy afectada por su presencia, más aún con ella.

«Hinata yo te…»

Aquella noche casi lo pudo sentir como una declaración, pero allí estaba con ella.

—¿Estás bien?

—¡Si, por supuesto que estoy bien! —le sonrió.

Kakashi pudo notar su dolor debajo de esa falsa sonrisa. Sin embargo, no solo notó la de ella, también la de él, conocía a Obito por años y hasta ahora podría afirmar que su amigo estaba muy afectado, incluso lo pudo notar triste. Sacudió su mente de tales conclusiones, no, no debería importarle. Ahora debería concentrarse en su hermosa y menuda acompañante. Que para él era la más hermosa de todo el baile.

—lamento llegar tarde —una sensual voz se hacia presente.

—¡Konan-san! —saludo muy feliz Hinata.

Kakashi también saludo y no pudo evitar deslumbrarse con la presencia de imponente mujer. Konan siempre destacaba por su belleza y su porte, esta vez había optado por un vestido corte sirena brillante, un maquillaje sutil y joyería apropiada para el evento, pero aquel abrigo de piel sintética era maravilloso.

—Agradezco la invitación.

Se saco el abrigo dejando ver aquel voluptuoso escote, pero aquel de la espalda simplemente era espectacular. Su estatura mas alta del promedio ayudaba mucho, a que se destacara el vestido.

—Es un honor que hayas venido —Dijo Kakashi.

Para konan no fue difícil analizar la situación, Hinata a pesar de sonreírle no lucia nada cómoda, luego volteo ligeramente encontrándose a un incomodo Obito bebiendo de una copa, observando a cierta mujer cerca suyo. Definitivamente óbito era un idiota, no hacia falta ser muy inteligente, que Kakashi a veces podría ser un poco asfixiante, cuando una mujer le interesaba.

—¿Qué te parece si me acompañas a mi mesa, kakashi?

Le pregunto de forma muy sugerente causando su sonrojo, cuando ella extendió una de sus manos él no pudo evitar tomarla. Ambos se alejaron, Konan volteo ligeramente y le guiño el ojo a Hinata, esta suspiro y dijo un escueta : "gracias".

(…)

Aquella gala fue muy exitosa, el escritor dio un discurso muy pulcro, dónde agradeció enteramente a su esposa por haberle inspirado en la creación de su obra. Era evidente puesto que sus demás libros, narraban historias fantásticas y de héroes, muy lejanas a un amor de cuentos de hadas, pero está obra era narrada desde la perspectiva de una buena esposa, la cual trata de que su familia no se desmorone, cuando a su esposo lo despiden del trabajo de su sueño.

—Te amo, espero poder envejecer juntos hasta el ultimo de nuestros días.

Más un presente se enterneció. Era poco común que un japonés expresará sus sentimientos, pero este escritor había sido criado gran parte de su vida en el extranjero. Amaba los orígenes de sus padres y por eso regreso y se convirtió quizá en el mejor escritor vivo, uno de los pocos con aspiración de ganar un premio novel.

Para Hinata fue muy romántico aquel discurso del escritor, destaco su amor e incluso, pudo envidiar la radiante sonrisa de la señora. Al parecer el amor verdadero aun existía, pero quizá solo son pocos lo que pueden vivir un amor de cuento de hadas. Se amaban de su eso no existía la más mínima duda; carraspeó. Algunos recuerdos la inundaron, Obito seguía en su piel, en sus labios. No podía olvidarlo tan fácilmente y eso le dolía, sacudió su mente de aquellos tortuosos recuerdos. Ella tenia una vida sin él y así se quedaría, no era suficiente lo que le dijo.

—Ama mucho a su esposa —resalto Kakashi.

Hinata sonrió y asintió, ambos se miraban como un par de jóvenes enamorados.

—es muy romántico.

—Cuando el amor de verdad llega, simplemente se aferra a la persona indicada —Fue sugerente Kakashi, esperando quizá que ella entendiera sus intenciones.

—Supongo que no todos estamos destinados a vivir un cuento hadas así.

—Tienes razón —acepto kakashi sin dejar de verla. —a veces no todos somos afortunados a amar o que nos correspondan.

Ella siguió sin entenderlo, su mirada estaba fija en el discurso de aquel hombre. La mirada de kakashi se torno triste por unos segundos, Hinata no lo amaba y era consiente de ello. Su accidentado pasado lo invadió, las veces que nunca pudo tomar en serio a muchas mujeres, que querían algo serio con él. Simplemente se alejaba con cualquier excusa, huyendo como un cobarde. Ahora que había encontrado a alguien perfecto para él, simplemente aquella mujer no podía ni siquiera verlo como desearía.

La vida era injusta, y kamisama con el karma, no olvidaban su pasado.

A unas mesas mas allá un descolocado Obito no dejaba verlos. Su mirada irradiaba lo celoso y fastidioñado que estaba, el idiota de su ex mejor amigo tenia la mirada puesta en Hinata, que irradiaba inocencia y castidad. No, no quería que aquello se lo arrebatara. Su copa estaba vacía, todos en la mesa observaron como se volvía a servir otro trago.

El discurso del escritor terminó y se comenzó a agasajar a los invitados con una magnifica cena. En aquella mesa, Shisui observo a su primo con cierta incomodidad, mientras que Konan con preocupación. Rin estaba tan avergonzada de su comportamiento, que pretendió evitar que se siguiera sirviendo, pero óbito simplemente evito que lo tocara, causando su vergüenza.

—Me disculpan —Dijo Rin.

Sus ojos estaban vidriosos, estaba muy triste.

—Me disculpan, debo contestar.

Izumi también se puso de pie, ya que su madre la estaba llamando. Había aceptado la invitación de su primo al evento, también quería conocer al miembro más distinguido de su familia. Obito Uchiha, el nieto del patriarca de su familia, Madara Uchiha. Para miembros secundarios como ella, escuchar la proclamación de la herencia fue una gran sorpresa, puesto que el heredero de todo, era el siguiente en la línea de sucesión, Fugaku Uchiha ya que era descendientes directo de Madara. Además que Obito era hijo de un hijo ilegítimo de Madara. Sin embargo, lo que Obito hizo en solo unos años, Madara nunca lo pudo hacer en muchos. Las empresaa uchihas prácticamente controlaban toda la economía de una nación. Y era la tercera más importante del mundo, así que Obito era la persona más importante de su familia, pero aquella velada solo había atinado a saludarlo, ya que su mal humor se hizo evidente, intimidándola. Izumi le dio la razón a aquellas habladurías que describían a Obito como un ser frio y calculador, pero el concepto que tenia Shisui e Itachi era muy distintos.

Obito bebió, estaba a una copa de estar completamente borracho y la velada aun no terminaba. No quería ir, nunca debió aceptar, pero si lo hizo, fue porque quería ver a Hinata. Aunque era consiente que seguro estaría del brazo de Kakashi, le dolió mucho verla con él, pero ¿Quiera era para reclamarle?

—basta ya —soltó Shisui al tomarlo de la muñeca, para evitar que siguiera bebiendo.

—No soy un niño para que me des órdenes —bufó Obito.

—entonces compórtate como un caballero.

Konan observaba en silencio a Obito, solo ella pudo conocer aquel oscuro estado donde su amigo le había costado tanto salir. Aquellas actitudes que tenía, hizo que recordara como lo encontró años atrás, un Obito adicto a las drogas y el alcohol. Konan sabia que Obito iba por ese camino, si seguía de esa forma, estaba bebiendo de demás y él no era así. El bebía y observaba a Hinata que estaba apartada con Kakashi, ella lucia ajena al coqueteo de él, pero aún así, Obito bullía de celos.

—¡Basta ya!

Konan tomo la muñeca de Obito y le reprendió con la mirada, este suspiro y cedió ante su escrutinio. La mirada de su amiga decía mas de lo que aparentaba, cuando la miro directamente, se vio tiempo atrás sumergido con tantas adicciones, de la cual no le fue fácil salir.

—Debes calmarte.

—No lo entiendes —konan tomo la copa y la bebió.

—lo entiendo, contrólate al menos por esta noche. Permíteme recordarte que Rin también esta aquí. Ella debería tener tu atención, no otra persona —le recordó. —No lo hagas por compromiso, hazlo por respeto a ella.

Konan era la única que podría expresarse de forma tan abierta, al punto de reprenderlo. Lo trataba como una hermana mayor, a pesar que alguna vez fueron algo más que amigos. Shisui agradeció con la mirada a Konan, no pensaba encontrarse con tal semblante de su primo, hace mucho que no lo había visto de esa forma. No cabía duda, que el muy orgulloso, estaba más que enamorado. Quizá era tarde, porque ya la había perdido.

No paso mucho para que Izumi y Rin volvieran a la mesa, un Obito un poco mas calmado enfrió su mente. En un acto de caballerosidad tomó de mano de Rin, implícitamente disculpándose, ella sonrió. Amaba a ese hombre, lo ama con todos sus defectos porque delante suyo vivía la sombra de aquel muchacho, con brillante sonrisa que siempre hizo lo mejor por ella.

—Cuéntame Izumi ¿Cómo ha estado Itachi?

Ella se sonrojo inmediatamente, no era un secreto de sus sentimientos incorrectos por su primo lejano.

—ha estado bien —contestó alegremente. —Acaba de llegar de Londres. Esta de vacaciones por unas semanas, luego regresara para culminar sus estudios de postgrado.

—Londres tiene las mejores universidades del mundo —resalto Rin. —Yo estudie mi segunda carrera allá.

—Es estupendo. —dijo anonadada Izumi.

Konan sonrió y bebió ¿en que momento Rin cambio tanto? Antes era una mujer mas agradable, un poco mas reservada y humilde con sus logros, pero ha estas alturas de su vida, parecía querer ser siempre el centro de atención.

—No esperaba menos del hijo mayor de mi tío.

—Aun sigue siendo un niño para mi —agregó Shisui con una sonrisa. —Todos siempre hablamos del genio Uchiha itachi.

—¿Qué paso con su Sasuke? —le cuestiono a Izumi.

—Bueno… él decidió apartarse de la familia hace ya bastante tiempo.

—No lo sabia —respondió Obito.

—Es normal que no te has enterado. Te recuerdo que casi nunca vas a visitarnos.

Obito sonrió, familia era solo por el nombre, pero su verdadera familia ya se había ido hace mucho.

—él se ha convertido en una celebridad.

—¿Celebridad? —cuestionó Obito.

—Es sorprendente que el hombre mas adinerado del país, no sepa que le paso a uno de sus primos mas cercanos.

—No sabia que se había vuelto una especie de idol.

—Idol, en Japón. Celebridad o artista en América, allí ha hecho su carrera y tengo que recalcar que es muy famoso.

—¿A que se dedica?

—Es cantante y compositor. Solista para ser exactos, incluso ha ganado varios premios

—No lo sabia, pero ¿Por qué su música no se escucha en Japón?

—Bueno la mayor parte están en ingles, Obito-san.

—Creo que hay una canción que me gusta ¿Cómo se llama?... se llama… si the girl with gray eyes

—Yo también la he escuchado —recordó Rin. —Es muy hermosa y bastante triste.

—¿Triste? Eso es difícil de ver en mi querido primito, ya que es bastante frio, egoísta y orgulloso.

«the girk with gray eyes» pensó óbito.

Su mirada negra miro con nostalgia a cierta Hyuga, que sonreía al que alguna vez considero su mejor amigo. Ella sintió su mirada y también lo miro, su mirada se torno muy triste. El tiempo se detuvo, sus miradas decían mucho y algunas de la cosas era que ambos se extrañaban, y mucho. Sin embargo, aquella magia se corto cuando ella volteo su mirada. Hinata no quería saber nada de él, ¿Cómo pudo ser tan idiota? ¿Cómo podría ser feliz ahora si la mujer que amaba ya estaba con otro?

La noche trascurrió con éxito, las parejas bailaban felices, comían y bebían mientras hablaban del libro. Hinata observaba su reloj, estaba bastante cansada. El reloj de su muñeca marcaba casi las diez de la noche, se había apartado un poco para no poder encontrarse con Obito. No había podido evitar mirarlo de vez en cuando, observando a la distancia que estaba mas que cómodo con Rin, al punto que ella se mostraba muy cariñosa. Le acomodaba hasta el corbatín del esmoquin, aún estaba enamorada y era normal que sufriera.

—Todo ha sido un éxito

Kakashi aparecía sacándola de sus tribulaciones, Hinata se apresuro en sonreírle. A veces aquel hombre solía ser un poco impertinente, pero siempre le sacaba una sonrisa. Era un buen amigo y jefe. ¿Y si obedecía a las palabras de su amiga? ¿Y si Ino tuviera razón? Si quizá debería… no, no estaba bien jugar con los sentimientos de otras personas, ella no era así.

—el mérito no ha sido solo mío, somos un equipo después de todo.

—Me alegra ser parte de este equipo —coqueto sin descaro Kakashi.

Hinata le gustaba, y mucho.

—Ya que la velada está por terminar ¿Por qué no me honras con la siguiente pieza? —le extendió una de sus manos.

Hinata un poco sonrojada, quiso debatir que no quería bailar, pero resistirse a ese encanto era difícil. Kakashi la hacia sentir bien, cómoda y querida.

—Esta bien.

Él feliz tomó su mano y la llevo hasta la elegante y brillante pista. Kakashi sugerentemente apegó su cuerpo con el suave de ella, se envolvieron en una pieza elegante, de un baile londinense de intercambio de pareja. Hinata se sentía flotar, y no dejaron de mirarme. Ahora que lo tenía tan cerca, podía ser libre de admitir que Kakashi no le era indiferente, era muy atractivo, gracioso y amable.

—Me encuentro feliz.

—¿Feliz, kakashi-san?

El se agachó un poco para susurrarle algo en el oído.

—porque estoy bailando con la mujer más hermosa que he conocido.

Ambos se miraron profundamente, Hinata perdió la respiración y el corazón se le detuvo al procesar el coqueto elogio.

—Hinata yo…

Sus palabras fueron interrumpidas cuando chocaron accidentalmente con otra pareja. No podría ser tan inapropiado, que toparse con Rin y Obito en la misma pista, tantas parejas ¿Por qué cruzarse precisamente con ellos? Rin no pudo ocultar su incomodidad ante tal acto, le había costado mucho convencer a Obito para bailar y ahora le pasaba esto.

Kakashi por más que no quisiera, tuvo que mantener la cordura y le extendió su mano a Rin. Era un baile de intercambio de parejas, aunque no quería dejar a obito con Hinata, lo hizo.

En otro tiempo, quizá Rin estaría más que feliz por bailar con el guapo Kakashi, pero está vez no. Su mirada seguía fija en su novio, mientras se alejaba producto de los pasos de baile.

Hinata estuvo tentada a retirarse de la pista, pero no lo hizo. Con un gran pesar acepto la mano de Obito, este no dudo en aprisionarla contra su pecho. Hacia mucho que no estaban así de juntos, Hinata mantuvo su mirada en el pecho de obito, estaba muy nerviosa , pero trataba de mantenerse serena. Sus ojos picaron al poder se sentir su aliento en su frente, su perfume favorito el mismo que le obsequió se lo había puesto, uno de sus dedos tocando ligeramente la piel de su espalda la hicieron estremecer. Algunos recuerdos llegaron a ella, allí junto a él solo podía confirmar lo que su corazón le decía, lo extrañaba tanto. Habían pasado tanto tiempo juntos y aunque ya estaban bastante tiempo separados, aún quedaban los recuerdos que le dolían.

—¿Entretenida?

Su voz la recorrió desde la punta de sus cabellos hasta sus punta de sus pies, carraspeó disimuladamente y elevó su mirada que trataba de verse fría. Tan cerca de él, pudo ver por primera vez un rastro de melancolía.

—Si. Creo que tanto como usted —debatió y se molestó por sus palabras ya que sonaba algo celosa.

—No todo lo que se ve a simple vista, es real Hinata.

—No tiene porque dar alguna explicación, yo creo…

—¿Te irás? —le cuestionó cuando quiso zafarse. —Me dejaras bailando en medio de la pista, dándole motivos suficientes a los demás para que especulen sobre nosotros.

Hinata se asustó ante sus conclusiones, era verdad, estaban en la pista y su presencia llamaba la atención. No, no quería que la relacionen con él.

—pero ¿Sabes? —ella le prestó atención— aquello ya no es relevante para mí.

Ella tembló ante sus palabras, el tono de la voz de obito cambio y ambos se enfrascaron en un intercambio intermitente de miradas. Donde había mucho más que dolor escondido, quizá ya había llegado la hora de hablar con la verdad, con respecto a lo que sentía. Quizá ya la amaba desde antes, quizá la amo desde que se besaron la primera vez, desde que le permitió intervenir en su vida.

—No lo entiendo. —ella le dijo tan confundida.

—¿No lo recuerdas? Alguna vez hiciste hincapié que te mantenía en secreto, y en aquel entonces no pude darte la razón, porque pensaba que estaba bien, era mi vida y no le debo explicaciones a nadie, pero ahora, me doy cuenta que nunca debí haber hecho eso. No te merecías eso de mi parte, siempre pensé en mi, en ese aspecto. Nunca en ti, porque concluí que no te afectaba.

A Hinata se le apretó el pecho, sus palabras estaban tan impregnadas de sinceridad. Siempre quiso escuchar eso de su parte

—Si te vas ahora de esta pista, lo más probable es que vaya tras de ti —le susurro mirándola directivamente a los ojos.

El nerviosismo de ella fue en aumento, sus ojos picaron en demasía y quiso zafarse, pero Obito la atrajo suavemente a su pecho. Su aliento choco con su cuello, erizando su piel.

—No podrá escapar de mi, Hinata. Siempre eras tú que resolvías gran parte de mi vida en todos estos años, pero ahora… seré yo quien vaya detrás de ti.

—No… no sabes lo que estás diciendo —debatió muy triste. —¿Por qué decirme esto ahora? ¿Por qué no se lo dices a tu pareja? Le recuerdo que usted es un hombre comprome…

—Voy a dejar a Rin—la interrumpió perturbándola. —Nunca debimos retomar algo que ya estaba muerto.

Hinata no quería seguir delatándose, con lo que su rostro evidenciaba y lo muy afectada que estaba.

—¿Qué tipo de persona retoma una relación, para luego terminarla en poco tiempo?

—Solo un imbécil, un grandísimo idiota. Quizá un bastardo sin corazón, pero todo acto tiene una consecuencia y créeme… que ya la estoy pagando.

Hinata no dijo nada, mantuvo su cuerpo al ritmo del compás de la música, que se le hizo eterna. Ninguno lo sabía, pero se habían apartado del nutrido grupo de bailarines.

—Ese perfume…—aspiro el. —Lirios con toques de canela, es tu favorito. Sueltas tu cabello para cubrirte de las inseguridades de tu cuerpo, sabes tocar, pero prefieres pintar. Tu gusto por las flores y las cosas dulces es algo que siempre he odiado.

Sus sentimientos no pudieron esconderse más, ella tembló y apretó los labios definitivamente iba a llorar. ¿Por qué le estaba diciendo todo esto? Recordó las palabras de Rin cuando puntualizó que solo ella conocía a Obito a profundidad, quizá era cierto, pero ¿Por qué Obito sabía esas cosas tan íntimas de ella? ¿Acaso la conocía más que ella misma?

—hemos pasado mucho tiempo juntos, quizá no te he dejado conocer todo de mi pero… conozco todo sobre ti, más de lo que cualquier hombre podría conocer.

—Soy una personas fácil de conocer, así que lo que sepa sobre mi, muchos lo saben. —minimizó sus palabras.

—Dudo que Kakashi sepa lo que yo conozco de ti —debatió evidentemente celoso

—Kakashi es un hombre amable. Que me escucha y se preocupa no solo por mi, también por los demás, además de…

—No sigas —la interrumpió. —No hables de él… no me gusta.

Lo que Hinata vio reflejados en los ojos de Obito fue algo impensable, por primera vez lo siento frágil, como si fuera a romperse.

—kakashi no es el hombre para ti.

—lo dice el hombre que abiertamente me fue infiel.

—estoy lejos de ser un santo, eso es verdad. Sin embargo, ahora estoy pensando con más claridad que nunca. Nunca en mi vida he estado más seguro de lo que quiero.

—¿Lo que quiere? ¿Y que quiere?

—A ti.

Hinata perdió el aliento, Obito la miraba con desesperación y la traspasaba con la mirada, esa misma que le había dedicado tiempo atrás, en sus mejores días.

¿la quería a ella, era verdad? No, debía de estás mintiendo.

—¿Dudas de mis palabras?

—porque no piensa en lo que yo deseo.

—lo he pensado muchas veces, tantas…

—Si realmente lo hiciera, entonces entendería que kakashi-san es…

—¿De verdad crees que es el hombre ideal para ti?

Su mirada fue directamente hasta sus ojos, confundiéndola aún más ¿Por qué parecía que se quisiera meter en su cabeza y ordenarle que era lo que estaba bien para ella?

—No permitiré que usted dude de mi juicio. Se perfectamente lo que quiero.

—entonces puedo confirmar que ambos mantienen un romance.

—¿Qué?...

—¿hasta que punto han llegado?

—¿Cómo se atreve? —debatió indignada tratando de disimular su molestia, ante el escrutinio de más de uno.

Era difícil disimular que no estaban discutiendo, más de uno le prestó atención. Aquella pareja ya no estaban en medio de la pista, estaban a un lado.

—Kakashi siempre ha sido mucho mejor que yo en muchos aspectos. Desde que lo conocí siempre ha destacado en todo, mientras que yo me resumía ha ser el perdedor de su generación. ¿Eso te agrada de él? Que sea tan perfecto…

—No responderé tal cosa, tampoco lo primero. Además yo no estoy cuestionándole de su relación con Rin.

—No me he acostado con ella —le dijo sonrojándola. —quieres que lo repita. No, no me he acostado con nadie desde que me entregué a ti.

—Obito, por favor —pidió implícitamente que parará.

Aquella conversación ya estaba tomando un rumbo que no le gustaba, más aún el grado de intimidad en su mirada y sus ligeros toques en la espalda.

—Hinata yo…

Quiso agregar muchas cosas, Hinata se perdió en su mirada por unos segundos. Apretó sus labios y endureció su corazón, no podía ceder. El tenía su pareja.

Todo se oscureció. Las parejas detuvieron su bailar a la pista y muchas parejas se abrazaron. Había un apagón, solo la luces que atravesaban los grandes ventanales iluminaban apenas el gran salón. Hinata asustada, deshizo la pose de baile tratando de encontrar el defecto, no podría ser verdad, un apagón no podría arruinar sus semanas de planificación. Su preocupación iba en aumento, busco con la mirada a Kakashi, trato de tomar distancia, pero un agarre fuerte se lo impidió. Ella gimió del tirón y sintió que la aprisionaron en el pecho.

—¿Qué hace? —le dijo al sentir su aliento en su rostro.

—Kakashi no es ni la mitad de hombre que yo.

Y la beso, para su sorpresa lo hizo.

El cuerpo de Hinata terminó arrinconado en la columna del salón, una muy apartada. Hinata apretaba los labios, pero no pudo. Obito después de mucho tiempo saboreó esos labios que tanto le gustaban, sintió la suavidad de sus cuerpo cuando sus manos recorrieron sus curvas pronunciadas. La sintió temblar y eso lo excito más, ella trato de apartarlo pero no pudo.

¿Y si alguien lo notaba? Estaban besándola de forma desenfrenada en la oscuridad del salón y bajo los murmullos de las personas.

—Kakashi te hace sentir esto —la tocó en su espalda baja hasta llegar a sus glúteos, ella tembló por instinto y Obito sintió cuando su piel se erizo, su cuerpo respondió como lo solía hacer. —el no te conoce ni la mitad como lo hago yo.

Hinata lo apartó y quiso abofetearlo, pero Obito tomo su mano y la volvió a besar. Quizá fue aquella sensación que solo el le provocaba, que terminó por ceder por unos segundos, se dejó tocar y besar profundamente hasta el alma por él, reconociendo que aún seguía amándolo y eso le dolía. Ambos estaban enfrascados en una escandalosa escena erótica a un lado del salón, de escondidos en la oscuridad de la noche, pero Hinata reaccionó. Estaba mal lo que estaba haciendo, así que lo apartó y le dio una grandísima bofetada, al mismo tiempo que las luces volvieron, para la felicidad de los presentes.

Hinata decepcionada por su comportamiento, retrocedió al ver el rostro de obito manchado por su labial, también tenía el smoking arrugado.

—Hinata

Ella evitó ser tocada y partió a toda prisa. Solo una persona presenció parte de la escena, Kakashi quien busco con la mirada a Hinata, apenas volvió la luz observó como el rostro de Obito se había volteado y ella respiraban desesperada. Luego ella partió en la oscuridad del salón, apretó los puños y dejo de lado a Rin, el evento continuo como si nada hubiera pasado. Rin no pudo entender la partida de Kakashi, luego notó lo que supuestamente había pasado. Sus esfuerzos de verse mejor que nunca y complacerlo, se fueron al tacho.

Obito está vez no la dejaría ir, la perdió de vista por un momento, entre el nutrido grupo de elegantes personas, pero un agarre lo detuvo, y volteó molesto. Era Kakashi.

Él apretó los dientes y tuvo que apaciguar la rabia e indignación que tenía, al ver a su amigo con el rostro manchado y el corbatín del smoking movido. No había duda, había besado a la fuerza a Hinata de ll contrario, ella no hubiera huido de la forma en que lo hizo.

—¿Qué demonios crees que haces? —le cuestionó Obito.

Kakashi le sonrió y aprisionó su agarre en su brazo. Obito resistió el dolor, en un acto de desprecio acomodo su corbatín y le tiró su pañuelo.

—No te rompo la cara en este momento, porque este evento es un importante para ella y para mi. La próxima vez… créeme que no dudaré en hacerlo.

Obito se zafo violentamente de su agarre y ambos se lanzaron dardos con sus mirada. De la amistad que alguna vez los unía, ya no quedaba nada. Rin llego hasta donde estaban los dos, le pregunto a Obito que pasaba, pero no le respondió. Ambos se odiaron en ese instante, eran un par de desconocidos. Kakashi se marcho, la salida se miraba y allí estaba Hinata esperando alguna movilidad. Su ex amigo llegó la abrazo y pidió su auto al valet, no pasó mucho para que Hinata entrara en el copiloto y Kakashi se la llevará.

Toda aquella escena fue vista a la distancia por Obito, se la estaba llevando, Hinata se estaba yendo con Kakashi.

¿A dónde irían? ¿Por qué se estaban yendo juntos? ¿Qué harían después?

Los celos lo estaban consumiendo, matándolo por dentro.

Su corazón se estrujó. No, no podía permitirlo, no está vez. Su cuerpo se movió solo, pero sintió un agarre en su brazo. Era Rin, quien tenía la cabeza gacha, tenía tanta vergüenza. Había empezado a llorar.

—No vayas… Quédate… quédate conmigo. —casi sonó como un ruego.

Obito está vez endureció su corazón, se zafo de su agarre y fue detrás de la única mujer que nunca debió dejar. Quizá no era tan tarde, se esperanzó al sentirla temblar entre sus brazos y vibrar ante sus besos. Habían sido segundos, pero paso.

(…)

Hinata estaba abrumada por lo que había pasado, se sentía sucia y ruin. Primero se dirigió a los sanitarios para limpiarse el labial corrido, y aquellas lágrimas amargas. Estaba muy decepcionada de ella, Obito se había convertido en su más grande dolor y había cedido antes sus pasiones. El reflejo del espejo evidenció lo afectada que estaba, limpio sus lágrimas y le escribió un mensaje a Ten-ten para que se encargue todo, pidió su bolso y su abrigo disponiéndose a irse en un taxi.

No sé sentía muy profesional estar huyendo del evento, que prácticamente había organizado por semanas, pero no podía estar allí. Quizá ocasionaría un escándalo y eso sería aún peor.

—¡Hinata!

Ella volteo de inmediato, sus ojos no resistieron más y las lagrimas brotaron. Su maquillaje prácticamente estaba arruinado.

—Lo siento… lo siento… pero tengo que irme —le dijo.

Kakashi no dudo en abrazarla y la sintió temblar, estaba muy triste hasta asustada, Obito era un miserable definitivamente.

—Te llevaré a tu casa —indico y le dio instrucciones al valet para que trajera su auto.

—No… no es necesario, ya pedí un taxi.

—insisto. No puedo dejarte ir y menos en este estado.

Kakashi siempre tan amable, pensó

Hinata termino por ceder y Kakashi muy amablemente le abrió la puerta del copiloto, ella entro suavemente. No quería pensar mucho, se arrepintió de su comportamiento. Era impropio de su persona, simplemente Obito no podría llegar a su vida y ponerla de cabeza.

Muchos recuerdos la bombardearon, haciendo que su corazón se compungiera. Sus lágrimas rebasaron dolorosamente por sus mejillas, mientras observaba el panorama cambiar por la ventana del auto. Kakashi no pregunto, se mantuvo en silencio y pudo palpar su sufrimiento.

—Porque… —hablo ella muy despacio, casi como un susurro. —¿Por qué me hace esto, kakashi-san? —le pregunto y está vez lo miro a los ojos. —¿Por qué me hace sentir que no valgo nada? Al besarme siempre así… ha escondidas… lejos de todo. Él ya tiene una persona a su lado… ¿Por qué me tiene que hacer esto? No es justo… porque… si fue él quien me dejo por ella.

Hinata apretó los labios, dejo sus lagrimas salir amargamente como ríos. Vergüenza ya no tenia al ser vista al verse llorar, le dolía en el alma ser tratada como un secreto, siempre a escondidas en las sombras. Quizá fue su culpa por haberlo permitido desde un inicio, quizá fue su culpa por haberse enamorado de alguien que siempre le dijo que no podría ni siquiera verla.

-Ni siquiera lo pienses…-Hinata pestaño varias veces y lo miro. -La culpa no es tuya, solo que Obito es una persona indecisa e insegura y no sabe lo que quiere. Es un grandísimo idiota, Hinata. Todo se resume a eso.

Ella lo miro algo sorprendida, al parecer kakashi había adivinado sus pensamientos. ¿Tanto lo conocía? En tan poco tiempo.

-Si yo hubiera estado en la posición de Obito. Yo jamás te hubiera hecho eso.

-Kakashi-san es una buena persona.

Quizá fue inocencia sus palabras, pero kakashi solo se entristeció por su respuesta. Hinata siempre le hablaba desde la perspectiva de un amiga, eso era doloroso. No había dolor mas grande, que el amor no correspondido, a pesar de estar tan cerca de ella, podía sentir la lejanía entre ambos. Hinata marcaba distancia y no era para menos, ya que su corazón seguía perteneciendo a Obito.

El trayecto a la casa de Hinata fue bastante silencioso, kakashi quiso seguir hablando, pero el semblante de Hinata le hablo mucho, necesitaba compañía silenciosa como un abrazo a distancia. Ella marcaba distancia sin ser descortés, era una dama en todos los sentidos.

-Muchas gracias por traerme, kakashi-san -Hinata se inclinó en modo de agradecimiento y trato de sonreír.

Kakashi acorto distancia lentamente, Hinata no proveyó el siguiente movimiento de aquel hombre. Con el dorso de una de sus manos limpio las lagrimas, de sus suaves mejillas, ella enmudeció ante aquel intimo contacto. Los ojos de Hinata mostraban un inconmensurable dolor y eso lo indignaba, al punto de los celos.

-No llores por él, no me gusta que lo hagas. -Se sincero.

Está noche daría el gran paso.

-Kakashi-san -respondió sorprendida.

-El no merece tus lagrimas. Me gustaría verte sonreír como siempre lo hacías, no que finjas hacerlo.

No había duda kakashi la conocía mucho, mas de lo que pudiera admitir.

-Yo no…

-Hinata -la interrumpió sutilmente, tomo sus frágiles manos y las apretó suavemente.

Ambos se envolvieron en un silencio acogedor y sus corazones se volvieron uno, en un solo latido. Ella sufría por otro y él sufría por ella.

-Conoces mis sentimientos, Hinata. ¿Por qué no me das esa oportunidad? Esa oportunidad que se la diste a él.

Ella lo miro y no supo que decir. Sus palabras eran tan amables y suaves que no supo como contestar. En un acto casi de desespero por una respuesta ante su silencio, kakashi tomo su barbilla y la alzo suavemente, cerro los ojos y se agacho suavemente para posar sus labios juntos a los sensibles de ella. Hinata no respondió, solo cerro los ojos y una lágrima resbalo suavemente por su mejilla, se sentía tan mal, que no podía procesar lo que estaba pasando, en ese instante.

Ninguno de los dos lo supo, pero unos tristes ojos oscuros los observaba a la distancia, con el corazón roto y la esperanza desvanecida. La había perdido y quizá para toda la vida.

Continuara…

Maratón esta semana!

No se olviden de votar y comentar en esta historia. Quería ser hincapié que no había podido actualizar, por un proyecto personal de una historia alejada al universo de Naruto. La cual algún día deseo publicar. Es una temática nueva para mi estilo de escritura y los invito a todos a leerla. Me han acompañado por muchos años, estoy tan agradecida por su compañía y espero tener su apoyo. Se llama "el listón gris" y les cuento que este libro ya esta terminado, los capítulos serán colgados todas las semanas. Acompañenme en esta aventura de época rodeada de mentiras y secretos.

Les recuerdo que por las nuevas politicas de Wattpad ya no se podrá enviar mensajes por la app. Sin embargo son libres de comentar o comunicarse conmigo por Ig.

Los quiere

Siemplemente

Sky.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top