¿RENUNCIA?
No había hecho muchas cosas en el día, pero su cuerpo pesaba mucho ahora. Observo la soledad de su sala, su hermana se había ido hace mucho. En momentos como ese, hubiera deseado tener un hombro en donde llorar. Sin mucho ánimo se dirigió a la cocina, abrió la alacena y saco una sopa instantánea, no deseaba cocinar. Mientras calentaba el agua, su teléfono comenzó a vibrar, sonrió al leer en la pantalla encendida.
-Bueno.
-¡Hinata ¿Cómo estás?!- era Ino, la peliazul sonrió con ternura y quiso llorar- Acabo de llegar a Tokio ¿Qué te parece si pasamos la noche juntas?- se escuchó tras el teléfono.
-Me da mucho gusto que ya estes de regreso- se sintió mal, Ino había dejado por muchas semanas Tokio, pero ella ni lo había notado después de irse a "vivir" con su futuro exjefe- ¿Que te parece si mañana salimos a tomar un café?..- sugirió la peliazul.
-¡bah ¿Qué café?! ¡vamos por unos tragos! Hay que tener una noche de chica ¿Qué dices?
-Ino no creo que sea una buena idea, sabes que tengo que tra..
-Solo será un trago- la interrumpió- no te van a despedir por eso.
«Si supieras»
Hinata termino por aceptar. Después de un largo respiro, se despidió amablemente con la excusa que estaba muy cansada, la verdad es que ahora solo quería dormir. Se dirigió a su habitación, comenzó a desvestirse y pudo ver su cuerpo desnudo en el espejo, se sintió muy extraña. Su mirada cayo hasta donde estaban su ropa de cama, luego se recostó y recordó la comida que estaba en su cocina, pero hasta esas alturas ya no quería comer. Sus ojos perlas se cerraron, casi de inmediato el rostro de Obito vino a su memoria.
-¿Por qué tuve que encontrármelo?
Sus manos recorrieron su cuerpo, recordó la forma en como él la tocaba, lo dulce que era y que sus manos ásperas delineaban su cuerpo a la perfección, su pecho dolió. Aun podía ver las pocas sonrisas que le robo, las veces que se comportaron como un par de esposos, donde sentía que era parte importante de su vida. No todo era sexual, había un cierto cariño que ella pudo sentir, aunque tristemente él nunca se lo dijo. Sus ojos se abrieron y observaron el lienzo a medio terminar que estaba a un lado de su cama, ni siquiera sabía porque lo había traído, pero esa pintura significaba mucho para ella. Sus ojos volvieron a cerrarse con fuerza, coloco su antebrazo sobre estos para evitar llorar, pero no pudo. A pesar de tenerlos cerrados una lastimera lagrima salió, una muy amarga y silenciosa. Hinata entendió desde que se fue de esa casa, ella amó más que él y no se merecía menos. También tenía miedo que Obito, solo la haya correspondido por la situación horrible que pasaron.
-Es lo mejor- susurro
Era lo mejor tomar distancia de él, ya bastante estaba sufriendo porque después de todo, ella había perdido más.
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Observo su reflejo en las paredes resplandecientes, estaba pulcramente vestida. Trato de recomponerse y esbozo una falsa sonrisa. La pantalla luminosa se detuvo, había llegado a su piso. Ella pensaba que todo trascurriría como de costumbre, pero grande fue su sorpresa al encontrarse a un ambiente bastante ajetreado. Los empleados se movían a un lado rápidamente, parecía que el ambiente estaba tenso.
-Recién llegas- regaño el encargado de R.H- Uchiha-sama te ha estado buscando, está furioso.
Hinata termino por asentir obviando olímpicamente el saludo, no cuestiono el hecho que había llegado, pero al parecer había llegado tarde. Antes de entrar, dejo sus cosas en su escritorio.
-¡Adelante!- su voz ronca ordeno y ella obedeció.
Hinata entro tímidamente, dio su reverencia- Buenos días Uchi
-Tienes que escribir esto nuevamente
La peliazul volvió su mirada hacia donde estaba él. Obito lucia muy estresado, ni siquiera la miraba. Su mirada oscura y ceño fruncido estaban puestos en la pantalla de su computadora. Obito alzo unas de sus manos enseñando el folder manila, era su renuncia que le había entregado el día anterior ¿Acaso lo había hecho mal?.
-Esto esta mal redactado- lo tiro a un lado de su mesa que estuvo a punto de caerse- Si quieres que lo acepte, entonces escríbelo bien- ordeno y su mirada seguía en su computadora, pareciera que no la quería ver.
Hinata miro tristemente aquel folder, ¿Qué de malo había hecho? Obito también estaba tratándola de una manera muy fría y déspota, le recordó a aquel Obito que conoció hace años.
-lo escribiere una vez más, disculpe las molestias- hizo una reverencia, pero él ni siquiera la miro- Si no tiene mas que decirme, me retiro..- dijo pretendiendo irse. Era tan raro tratarse de esa forma tan fría, formal e innecesaria. Cuando ambos habían compartido la cama en más de una ocasión.
-No he dicho que te vayas- ordeno y ella se paralizo, esta vez su mirada analítica cayó sobre ella haciéndola sentir incomoda- Tienes que preparar una reunión lo mas pronto posible, donde hablaremos del estado de la empresa en mi ausencia.
«¿una junta?»
-pensé que Konan-san se encargaría de esas funciones- recalco, puesto que antes del accidente. Hinata había sido reasignada para Shisui y Konan trabajaría con Obito.
-A partir de ahora vuelves a trabajar conmigo, ¿Habrá algún inconveniente sobre eso?
Hinata trato de calmarse, Obito la estaba retando y tratando de intimidar con su cargo. No entendía porque se comportaba de esa forma con ella. ¿Qué de malo había hecho?
-Empezare a preparar los informes- contesto, aceptando implícitamente el nuevo reto- ¿Necesita algo más?
-Es todo- sentencio y volvió su vista a su computadora. Sin embargo, no dejo de verla cuando se fue. Había amanecido de un humor terrible, verla ella solo hacia enojarse aún más.
Su primer encuentro había sido más difícil de lo que pensó, fue lo primero que Hinata se dijo al salir de esa oficina. Sentirlo tan frio, tan déspota e incluso cruel, había sido mucho para ella. No quedaba nada de aquel Obito que estuvo con ella en la playa, ahora que había aceptado su renuncia solo le quedaba esperar los quince días para irse.
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Un par de damas estaban sentadas en un exclusivo café. Una de ellas vestía un vestido negro, tenia el cabello corto perfectamente peinado y tomaba con elegancia el cappuccino que había pedido. La otra vestida pulcramente con un conjunto blanco, observaba su reflejo en el café negro que había pedido, tenia un roll de canela junto a este, pero no tenía apetito. Hinata se sentía muy incómoda, sabía que Konan le preguntaría sobre lo que paso, tenia tantas ganas de desahogarse y contarle todo, pero era muy vergonzoso, porque Konan fue de alguna forma pareja de Obito.
Konan termino de beber su café, miro a Hinata muy pensativa. Ella era una mujer muy tímida, necesitaba ir despacio con ella porque tenia la seguridad de que lloraría. Era muy sensible.
-¿Estas bien?- le pregunto Konan
Hinata asintió tímidamente, trago grueso y sus ojos picaron.
-No funciono ¿verdad? - esta vez Hinata elevo su mirada hacia ella, asombrada por la evidente conclusión de esta. Termino por afirmar lo que ella le pregunto.
Konana suspiro profundamente, tenía algo de culpa puesto que ella pensaba que en esa convivencia Obito podría abrirse con Hinata. Ella era una mujer perfecta para él, sin embargo, nunca pensó en ella y lo lastimada que podría salir.
-lo siento Hinata, nunca quise que todo terminaría asi. En verdad quería que Obito volviera ser el mismo de antes, pensé que con tu luz él podría sentir algo muy parecido al..
-¿Amor?- contestó ella- Creo que todos en algún momento podemos llegar a sentir amor, pero, en este caso.. él no siente eso por mi- se sinceró aunque su corazón doliera.
-Hinata- musito
-Lo que viví fue un sueño. - una traicionera lagrima brotó- supongo que ya desperté. - sonrió
El dolor del desamor era tan infinito, amar y no ser correspondido. Esa sensación profunda que solo una herida de amor puede causar. Ellos pudieron hacer el amor miles de veces, besarse y compartir hasta ciertos momentos, pero no escuchar "Eso" de la otra persona, entonces lo demás no importaba. Hinata lo amaba, pero lo que fuera que hubiera sentido él, se alejaba mucho al profundo amor de ella.
-Ahora solo me toca olvidar- le dedico una triste sonrisa.
Konan solo se dedicó a mirar a su amiga, sabía que Hinata había presentado su renuncia. Aquel acto ya estaba en todos los pisos de la empresa: "La asistente del gran Obito Uchiha se iría en quince días".
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-Al parecer lo resolviste bastante bien- resalto Konan al ver el balance de Hinata.
-Nada que un Uchiha no podría hacer- soltó shisui
Quedarse a cargo de un imperio empresarial de los Uchiha, no había sido nada fácil; sobre todo cuando tuvo que lidiar con otros empresarios que querían ver personalmente a su primo. Lo resolvió con profesionalismo y un pulcro compromiso. Aunque le había ocasionado mas de un dolor de cabeza y una visita al medico por los cuadros de estrés al que se había sometido, pero su juventud y vitalidad lo ayudaron a salir a adelante.
-Creo que es hora de ir a almorzar..- Shisui vio su reloj costoso, necesitaba comer algo.
- ve tu si quieres, comeré con Hinata
-¿tú comiendo con los demás empleados?- ironizo- ¿Quién eres?- se rio
Konan entorno los ojos, ya bastante estaba lidiando con el mal humor de óbito, ahora Shisui quería ser un comediante.
-tengo que apoyar en estos momentos a Hinata. Si por mi fuera, comería en otro lugar, pero creo que no quiere frecuentar o encontrarse con ya sabes quién.
Aunque Hinata no le había hablado al respecto, supuso que debió haber sido muy dolorosa la ruptura para ella, terminar lo que sea lo que haya tenido con Obito. Después de que ella la llamara entre lágrimas, disculpándose de su repentino regreso a Tokio, que faltara al trabajo y verla hace poco, hizo confirmar sus sospechas. Lo que sea que haya pasado, ella estaba muy mal y Obito era un bastardo, porque siempre supo de sus sentimientos. Ahora Hinata volvía al trabajo, pero deseaba estar lejos de Obito, comiendo en un lugar donde el jamás iría: al salón de almuerzo de los empleados
-no me digas que se acostó con ella- sonrió de lado- no me sorprendería, ella es una mujer muy hermosa y estaba enamorada hasta donde sé de Obito.
-No quiero pensar mucho en eso. Como su amiga debo estar con ella- Hinata había estado con ella cuando paso lo de Yahiko.
-Después de tantos años Obito con una mujer- pensó- sinceramente después de lo que le paso con Rin, pensé que se había vuelto gay o algo así-bromeo
-eres un idiota
-Sera muy interesante ¿No crees?- se burlo
-¿A qué te refieres?
Konan no podía ver lo que él sí, conocía a su primo mucho mas que la bella mujer. Obito estaba afectado, aunque lo tratara de disimular. Sus sentidos agudos, le dieron aviso que alguien venia y por la forma en como caminaba sabia de quien se trataría. Shisui tenía un plan, sacaría de sus casillas a su primo, como venganza por haberle gritado en la mañana.
-Hinata es una mujer extremadamente hermosa- Obito se abstuvo en abrir la puerta al escuchar el nombre de ella, su ceño se frunció y no se dio cuenta- Una mujer como ella podría conseguir al hombre que quisiera, con ese cuerpo.
-Deja de hablar estupideces- regaño Konan, lo último que quería era que Shisui sexualizara a Hinata.
-Ella pierde su tiempo con Obito- disimuladamente alzo su voz, quería que Obito lo escuchara, sabía que estaba detrás de la puerta- Creo que la invitare a salir
Konan sonrió, Shisui definitivamente era un imbécil- No creo que ella acepte salir tan fácil con alguien como tu
-Con mujeres con ella hay que ir despacio, con pequeños detalles: ofrecerle a llevarla a su casa, invitarla a comer y esas cosas.- Konan sonrió de lado, shisui se creía el gran conquistador.
-¿Crees que ella se enamoraría así de fácil?- le cuestiono
-por supuesto que no. Solo hay darle tiempo. Mujeres como ella son tenerlas como esposas, para algo formal. Nada de una sola noche.
-Hablas de ella como si estuvieras enamorado de ella.
-Hinata es ese tipo de mujer que aparecen cada centenar de años, ¿Por qué no? A mí me gustaría casarme con alguien como ella. Ya me cansé de insistirte
Konan casi se hecha a reír, pero su sonrisa desapareció cuando óbito entro de improviso, lucia muy intimidante.
-Vaya forma de tocar- ironizo Shisui y le sonrió- ¿Qué se te ofrece?
-No sabia que perder el tiempo era parte de su trabajo
Konan frunció el ceño ¿Óbito estaba molesto?
-Ya nos íbamos a almorzar- dijo konan, se estaba incomodando no por Shisui, sino por Obito ya bastante lo había tenido que soportar esta mañana.
-Tenemos mucho trabajo- resalto- no se demoren mucho.
-¿No vas a comer?
-No tengo hambre
-Si deseas puedo ordenarte algo para que comas aquí- dijo Konan algo preocupada, Obito lucio bastante cansado.
-no lo necesito
-Bueno yo ya me voy- soltó Shisui acomodándose el saco- Hoy me toca ganar puntos- vio directamente a Obito de una manera bastante despreocupada, deseaba molestarlo mucho- ¿Qué tal será la comida de aquí?
-¿vas a comer aquí?- cuestiono Obito- Nunca comes aquí
-para todo hay una primera vez, bueno me voy- se despidió no sin antes de hacer un ademan despreocupado.
-pensé que era una broma.
-Shisui tiene la idea de invitar a comer a Hinata- sonrió, pero está casi desapareció cuando vio que Obito no le quitaba la mirada de encima y las hojas que traía se habían arrugado, puesto que él había empuñado sus manos.
Solo en ese momento konan entendió, todo aquel discurso de Shisui había sido preparado. Quería molestar a Obito. Sin embargo, si él hacía ver lo que tuvo con Hinata, no era importante ¿Porque se comportaba así?
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Hinata sonrió, todo sobre su charola lucia deliciosa, casi se le hace agua la boca. Aspiro profundamente los olores que desprendían. Deseaba comer algo delicioso puesto que no había comido bien los últimos días. Nunca había comido en el área de empleados, tuvo mucha suerte de encontrar un sitio libre, miro su reloj, konan ya se había tardado.
-Quizá comerá en otro lado-se dijo
Desde que llego a la empresa, comía siempre con Obito, sino era un restaurant elegante, era en su oficina. Quizá la comida que estaba en su charola, no era tan deliciosa que aquellos platillos, pero ahora agradecía tener un plato de comida. Amaba comer, tomo los palillos y después de agradecer tomo un poco de fideos y se los comió lentamente.
-Esta delicioso
«¿Por qué no comí antes aqui?»
-¡Hinata!
Una conocida voz llamo su Atencio, alzo la mirada y vio a Konan con su charola junto con Shisui. Ella alzo la mano indicándole que había sitio en su mesa. Su felicidad se vio opacada cuando se sintió muy observada, podía ver a muchos platicar en voz baja. Era cierto, no tenia amigos en esa empresa; muchos cuestionaban mucho su tiempo allí, puesto que Obito despedía a su asistente a la semana.
¿Qué hacen ellos allí? ¿Como era posible que alguien como ella tenga tanta familiaridad con ellos? Nunca antes altos ejecutivos como ellos habían bajado a comer. Todos se sorprendieron al verlos sentados junto a ella.
-¿Te hice esperar mucho?- le pregunto Konan
-No, en realidad empezaba a comer
-Disculpa si traje a Shisui- este sonrió- insistió en venir
-espero que no te moleste
-por supuesto que no ¿Nunca había venido a comer aquí?
-nunca, no es lugar donde desee comer. No lo digo por las personas, me gusta mas la privacidad- no quería quedar como un maldito cretino.
- ya veo
-Solo trata de alardear Hinata. No le hagas caso sigue siendo el mismo shisui que duerme con el mismo pijama de rayas de siempre
-¡oye!- se quejo
Todos en la mesa se rieron. Konan revelo una intimidad de Shisui, le había visto un par de veces y aunque se le miraba lindo, no dejaba de ser objeto de su burla.
-pero miren quien acaba de llegar- soltó despreocupado Shisui, riéndose muy adentro
Los ojos de Hinata se abrieron enormemente, Konan estaba tan sorprendida como ella. Todos los presentes se pusieron de pie e hicieron una reverencia, Obito ni los vio. Su mirada se quedo en una sola mesa al lugar.
-te vas ha quedar parado allí- dijo shisui-se te va caer la charola
«idiota»
Hinata tomo su charola y se movió de sitio, dándole espacio para que Obito se sentara. Cuando este lo hizo se sintió tan rara, si decidió comer allí fue porque no quería encontrárselo.
-mi pregunta es ¿Qué hace el presidente de las empresas Uchiha comiendo con los plebeyos?
-Trabajo- respondió de manera escueta-¿Por qué otra razón estaré aquí?- señalo
Obito vio la comida en su plato, no se comparaba en nada a lo que usualmente comía, pero después de todo era comida. Tomo los palillos, tomo un pedazo de pollo frito y saboreo.
-¿te gusta?- le pregunto Konan, divertida por la escena-¿Por qué no comes Hinata?
Ella sonrió y comenzó a comer, estaba muy incómoda. Obito estaba a su lado, tan cerca de ella, pero ni la miraba. Aun podía recordar aquellos días donde ambos comían así de juntos, donde él resaltaba lo buen cocinera que era.
-¿No sabe horrible?- pregunto shisui
-No- contesto Obito- pero he comido mejores.
-Has comido en los mejores restaurantes del mundo, es obvio que este no es lo mejor has probado- dijo Konan
-tienes razón, pero lo mejor que he comido no ha sido en un restaurante de lujo.
Ninguno de los presentes entendió a lo que se refería, excepto Hinata quien dejo de comer y se sonrojo. ¿A quién o a que se refería?.
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Obito maldijo al semáforo rojo que no le dejaba avanzar, le dolía mucho la cabeza y se apoyo su antebrazo en la ventana de su lujoso auto. Había tenido un día muy pesado, no sabía porque o quizá no quería aceptarlo. Seguía pensando y dándole vuelta al asunto sin querer aceptar que estaba muy afectado que Hinata se iría, que Shisui quería invitar a su tonta asistente. La sola idea la hacía fruncir el ceño.
-¡maldita sea avancen!- toco el claxon innecesariamente. Solo quería llegar a su casa, darse un baño frio y meterse a la cama.
Apenas pudo avanzar piso el acelerador. Solo fueron seguidos, pero una conocida sonrisa le llamo la atención, fueron segundos pero la imagen de una sonriente Hinata estaba en su mente. ¿Qué hacia allí a esas horas?, bajo la velocidad y por el espejo pudo ver como ella entraba con otra rubia joven a un bar- Karaoke. ¿Hinata en un bar? Era imposible que alguien como ella bebiera ¿o sí? Volvió a pisar el acelerador alejándose del lugar, ella era libre de seguir con su vida, de salir y compartir con gente de su edad. Ya habían terminado esa extraña relación que tenía, que hayan compartido la cama, no significaba que ella dejara de vivir por él.
Llego hasta su mansión, entro rápidamente a la sala se saco el saco y lo lanzo donde sea. Estaba furioso, se arrastró el cabello y se apretó el puente la nariz. Observo la soledad de su hogar y se molestó aún más. Aun tenia la imagen de Hinata riendo junto a su amiga, lo tenia en su mente. Ella merecía ser feliz y lo era, en cambio a él se lo estaba llevando el demonio. Sin embargo, no entendía que era lo sentía o que era lo que le faltaba.
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-Entonces eso fue lo que paso..- soltó Ino
Hinata termino asentir, estaba sonrojada, tenía más de tres shot de saque sobre la pequeña mesa. El lugar estaba iluminado con música de j-pop a full volumen y estaban en una cabina privada de karaoke. Se había desahogado gran parte de su historia con su amiga, aunque al principio no quería hablar, pero con un par de tragos termino contándole casi todo, omitiendo el doloroso episodio que vivió con él. Diciéndole que se había entregado a él, de mas de una decena de formas posibles, fue algo que sobria no le hubiera podido decir.
-Todos los hombres son unos imbéciles Hinata- soltó medio tomada y bebió otro shot más- la verdad es que él se lo pierde- Hinata la miro sorprendida- Si el hombre esta muy guapo y todo, pero se ha comportado como un verdadero imbécil- insulto y Hinata sonrió, Ino hablaba muy gracioso cuando estaba tomada- Seguir recordando a esa que lo dejo, ¡puf!. Por favor ya debería superarlo, tantos años, es una estupidez. La persona debemos olvidar.
Esto último le dolió a Hinata. Si Obito no había olvidado entonces él seguía enamorado y eso le dolía.
-y cuéntame..- sonrió con picardía- ¿Cómo es en la cama? ¿Es un tigre?
-¡Ino!- la regaño y se puso sonrojo demasiado.
-Esta bien, no te insistiré, pero ese hombre en la cama debe ser testosterona pura- sonrió muy ebria.
Si Ino supiera como era Obito en la cama. Era todo lo que ella seguro se estaría imaginando, pero detrás de eso, también había un hombre tierno, uno que se entregaba en cada mirada. Aun podía recordar esos ojos negros palpitantes, viéndola cada vez que la penetraba y sus besos húmedos deslizándose por su piel.
Después de hablar un rato, cantar algunas conocidas canciones a todo pulmón. Entraron al salón principal del lugar, había mucha música y luces psicodélicas. Aunque Hinata era muy tímida, estando en ese estado termino bailando con mas de uno. Todo le daba vuelto y comenzaba a reírse de la nada. La música era hipnotizante. Comenzó a bailar con un extraño, este se puso detrás de ella y comenzó a rosarla con el pretexto de bailar, ella se dejo producto de su estado. La tomo de la cintura y ambos continuaron bailando. Sus ojos se abrieron grandemente cuando vio frente suyo a Obito, estaba allí en frente bailando con ella. El alcohol había afectado su percepción de las cosas, allí con el corazón roto terminando dándole un apasionado beso a aquel extraño. Ino miro sorprendida a su amiga, quiso intervenir, pero Hinata se aparto cuando vio el rostro del extraño. Tanto lo extrañaba que ahora besaba a un extraño pensando que era él.
Las amigas salieron muy ebrias del lugar. En su borrachera ambas decidieron caminar tontamente hasta su casa.
-Sabes que te quiero amiga- soltó Ino- pero creo que es hora que me vaya por..- miro desorientada- por allá- sonrió sonoramente, estaba demasiado ebria.
-¿no quieres que te pida un taxi?- cuestiono Hinata. Ino estaba más borracha que ella.
-no, no, no, estoy bien. Aun tu amiga puede llegar, adiós- le dijo y le dio un gran beso en la mejilla.
Hinata no dejo de ver a Ino alejarse, su mirada estaba muy nublada. Necesitaba tomar un taxi hasta su casa, era muy peligroso ir sola caminando, aunque quedara lejos. Lamentablemente miro su celular y estaba apagado, trato de caminar hasta un paradero de taxi, pero ninguno se paraba para recogerla. Su estado era muy evidente.
-Creo que terminare caminando- suspiro cansada.
No iban dos pasos cuando, cuando sintió un agarre en su brazo, pero cuando escucho un "te llevo" pestaño varias veces, entonces noto que era aquel extraño con el que había estado bailando.
-¿A dónde vas?- le cuestiono y ella se sintió mas débil. Estaba muy ebria, pero si se daba cuenta que este hombre la había estado siguiendo.
-a mi casa
-¿Quieres que te lleve?- lo vio sonrió de lado y un miedo comenzó a inundarla.
-no es nece.. ¡¿Qué hace?!- le grito cuando este la apretó contra su cuerpo, ella estaba demasiado débil, se trato de apartar pero no pudo.
-Besas muy bien..- ella negó y quiso gritar- ven conmigo
-¡suélteme!- le volvió a gritar. Era de noche y la calle estaba vacía.
-Vamos a divertirnos
Ella negó y lo miro con los ojos llorosos, necesitaba salir de esa situación. Su miedo fue en aumento, cuando este extraño comenzó a arrastrarla hasta un auto, que tenía la puerta abierta.
-¡no!
-¡cállate maldita sea!- le tapó la boca.
Hinata trato de forcejear más, sus cosas se cayeron en el acto, pero logro morderlo y la soltó, corrió un poco, pero este volvió a someterla. Cuando estuvo a punto de golpearla, su mano fue detenida. La peliazul lloro cuando vio a Obito apartarlo con una fuerza brutal, tomándolo del cuello y encajándole con puñetazo en el rostro.
-¿Quieres más.?- amenazo
Este volvió a enfrentarlo, pero fue en vano, Obito volvió a derribarlo sin piedad y aquel extraño recibió mas de una patada en el estomago de su parte. Después que el infeliz estuvo inconsciente, comenzó a sonar las patrullas de la policía, al parecer alguien los había llamado.
-vámonos
Obito tomo de la cintura a Hinata y la ayudo a levantarla, ella recogió sus cosas y ambos subieron al auto del Uchiha. Aún seguía mareada, el uchiha la puso con cuidado en el copiloto. Sus ojos perlas vieron a través del espejo del auto en movimiento, como recogían al extraño. Su mirada se centró en Obito, estaba molesto o eso parecía y poco a poco sus ojos se cerraron. Estaba cansada.
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Ella lucia callada desde que salieron del contratiempo, sus ojos perlas solo miraban hacia la ventana. Solo fueron veinte minutos para que llegaran hasta la casa de ella, Obito fue el primero en bajar y salió rápidamente para llegar hasta el copiloto y abrirle la puerta. La mirada de ella se centró en él, Obito deslizo su mano hasta donde daba el broche del cinturón de seguridad. Ambos se miraron y hubo un momento de tensión, la respiración lenta de ella y el toque que él quería darle.
-¿tus llaves?- le pregunto
Ella no contesto, solo se le quedo mirando. Él trago profundamente y no podía apartar su mirada de sus labios, esos que hace unas semanas fueron suyos. Tampoco de como su pecho bajaba y subía producto del alcohol.
-Esta.. en mi bolso- termino de decir.
La mano de él se deslizo hasta a un lado, donde estaba aquel pequeño objeto femenino, no pudo evitar rozar parte de la piel de ella, supo que se erizo a su contacto y Hinata no dejaba de verlo. Su mirada se unió con la de ella, contrastando esa oscuridad de sus orbes.
Ambos entraron a la casa de ella, todo estaba pulcramente ordenado. Obito la tenia de la cintura, la llevo hasta el único sofá, la dejo con delicadeza, pero ella nunca dejo de verlo. Hinata decía mucho con esa mirada. Luego se dirigió hasta la cocina y preparado un poco de café bien cargado.
-Tómate esto- le dijo mientras le ofrecía la taza de café
Ella asintió y se lo tomo. Obito se sentó a su lado y se arrastro el cabello. Se sintió tonto, muy estúpido por llegar a esa lugar de mala muerte, buscándola guiado por un mal presentimiento, grande fue su sorpresa al verla bailar de manera muy sugerente, dejándose tocar por otro hombre, pero cuando vio su rostro noto que estaba mas sonrojada. Estuvo a nada de separarlos, cuando vio cómo se besaban, pero ella se apartó confundida. Luego la siguió en su auto y vio la escena, un dudo en salir y defenderla.
-No... no deberías estar aquí- le dijo a duras penas ella.
-¿Por qué bebiste?- sonó como reproche- no me gusta que bebas- sentencio
Ella sonrió, quizá producto del alcohol o quizá de que parecía celoso. Tenerlo cerca no era nada fácil, era tan atractivo, fuerte y debajo de esa elegante camisa estaba ese cuerpo que ella conocía. Necesitaba alejarse de él, de lo contrario haría una locura.
-Sera.. será mejor que me vaya..-
-¡Hinata!
Ella casi se resbala, pero la sujeto de la cintura y la volteo. Sus narices se rozaron cuando la volteo, la respiración de ambos se agito, había tanta tensión. Le acaricio su rostro, delineo su mejilla y toco la comisura de sus labios. En ese momento, en ese instante él acepto que deseaba a Hinata, lo supo cuando sus pantalones apretaron y sintió el impulso ardiente besarla. Entonces lo hizo. Ella se dejo besar, tocar de manera tan indecente. Sus manos fuertes llegaron hasta esos montes, sintió como sus pezones de erectaban a su contacto. Ambos cayeron el sofá, él encima. Hinata abrió las piernas instintivamente y Obito comenzó a embestirla con la ropa, le beso el cuello y le arrugo mucho la ropa. Por alguna extraña razón, quería besarla tanto y tocarla con la misma intensidad, quería borrar de su mente la imagen de ese extraño besándola, era una sensación ardiente que no quería aceptar. Sin embargo, cuando el aire le falto y se aparto para verla, la sintió frágil, suave y tierna, pero en su mirada no estaba ella. Esa Hinata a la que se entrego en esa isla, no estaba. Si le hacia el amor seria muy culpable, porque ella no estaba del todo consciente.
-¿Qué pasa?- le dijo ella al notarlo tan pensativo.
Obito le acaricio el rostro, contemplo su belleza y su fragilidad. Ya le había hecho mucho daño, por no darle una primera vez digna de recordar, también cuando no le respondió cuando le pregunto si la quería. Ella no se merecía eso.
-ya vengo- le dijo y odio abandonar la posición en la que estaba, se dirigió al baño. Se miro al espejo y negó, no era un patán para tomarla así. Hinata era bondad humana, sin que él lo notara, ella no solo se estaba metiendo en su mente, también su corazón. Cuando salió la encontró dormida, lucia adorable abrazando esa almohada. La cargo hasta su cama, se sentía raro desnudarla, casi le quita el aliento verla con esas bragas blanca y de encaje, quiso quitárselas, pero no pudo. Quizá no se controlaría si dormía a su lado. La dejo así, la tapo suavemente y se marchó. Se acostó en el sofá, le dolía demasiado la cabeza, tenia mucho trabajo, pudo haberse ido pero no lo hizo. Un sonido le llamo la atención, era un mensaje supuso. El teléfono de Hinata brillaba y su ceño se frunció más al leer el mensaje escueto, que decía: "espero que mañana aceptes salir conmigo, atte: Shisui".
¿Por qué demonios su primo le escribe a Hinata? Se pregunto
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Su mirada violácea comenzaba a aclararse, cuando sus grandes ojos se abrieron trato de sentarse. Aun todo le daba vueltas ¿Dónde estaba? Miro a todas partes, era su casa. Una sensación desagradable partió de la boca de su estomago y llego hasta su boca, necesitaba vomitar. De inmediato fue hasta su baño y comenzó regurgitar todo, con dificultad se puso de pie, pero cuando se miro al espejo su rostro desencajado, palideció al darse cuenta que estaba solo con bragas.
-pero que..
-pensé que dormirías todo el día
Obito aparecía, se recargo en marco de la puerta. Hinata se enrojeció, tomo una toalla y se cubrió el cuerpo.
-¿Qué haces aquí?- le pregunto rápidamente
-¿No recuerdas nada?
¿Recordar? Si había bebido mucho, bailo con un hombre, se despidió de Ino y luego alguien la quiso forzar. Luego miro a Obito y recordó parte de lo que había pasado, se había besado con él.
-No paso nada- le dijo él al adivinar los pensamientos de ella- No paso nada de lo que estás pensando.
Ella agradeció su sinceridad internamente-no deberías estar aquí- soltó en son de reproche.
-Solo estaba esperando que despertaras- mintió, en realidad él quería quedarse.
-gracias por lo de ayer, pero será mejor que se vaya-le aclaro
-Hinata
Él quiso tocarla, pero ella retrocedió y negó. No podía darle cabida a empezar lo que ya había terminado, debía seguir colocando esa barrera entre ellos. Obito la desconoció, cuando le aparto la mirada, frunció el ceño y se marchó.
-Soy un imbécil- se insultó, Hinata lo echaba de su vida así nada mas- ¿Por qué demonios vine?- se pregunto
Hinata se miro al espejo y no pudo evitar llorar, la vida parecía atraerla a Obito. Era tan difícil.
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-bueno en la primera parte de las carpetas, encontraran el balance del mes anterior. Luego hay un cuadro estadístico, que demuestra que las empresas Uchiha han crecido un punto más- explico Hinata
Todos los ejecutivos mas importantes estaban en la sala, Hinata había preparado una prolífica exposición, sobre el crecimiento de la empresa en los meses que no estuvieron presentes. También preparo muchos cuadros detallados de que personas querían invertir y que otros se habían deslindado de la empresa. Sin embargo, Obito fingia escucharla, aun no podía dejar de pensar en ese mensaje de su primo hacia Hinata.
«¿Qué me está pasando?»
-También..
-Esto esta mal- su voz gruesa sonó
Todos los presentes en la junta lo vieron, muchos de ellos desconcertados porque Hinata se estaba explayando de manera tan perfecta y profesional ¿Qué estaba mal?
Tanto shisui como Konan se vieron las caras. Obito estaba molesto, incomodo pero no sabían porque.
-¿Qué es lo que esta mal?- le cuestiono una tímida Hinata, había preparado por horas esa presentación, había preparado al milímetro con información exacta.
-vuelve hacerlo- sentencio- hasta que lo hagas, nos volveremos a reunir- se puso de pie y todos los demás lo imitaron. Hinata se quedo muy avergonzada en la sala, sin saber que decir. Obito tomo su portafolio, estaba dispuesto a irse pero
Shisui se acercó a Hinata, al parecer le estaba hablando de algo. Su ceño su frunció cuando vio que se sonrojo y se rio en voz baja, mientras los presentes abandonaban de a uno la sala de reuniones. Shisui había dejado en claro que quería salir con Hinata, aun no podía sacar de su cabeza aquel mensaje que le envió. ¿Salir, para qué?
-Señorita Hyuga- la llamo y miro muy molesto a su primo-Hay datos que necesitamos revisar- ella asintió- necesita quedarse conmigo para hacerlo.
«¿Quedarme?» ella lo miro con extrañeza, era mas trabajo extra. La verdad estaba muy cansada. Shisui le susurro algo en oído y se marcho sonriendo de lado. Amaba molestar a su primo.
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El sol había caído ya, era poco mas de las ocho de la noche. Hinata estaba viendo los datos de evolución, nombre de posibles inversionistas y sucursales con algunos problemas. Se rasco los ojos y bebió un poco de su café. Delante de ella estaba Obito, quien estaba muy parco de palabras no estaba cómodo, parecía estar molesto con ella.
«¿había hecho algo malo?»
El teléfono de ella sonó, era shisui. La estaba esperando, era muy tarde. Termino de hojear las páginas de su informe.
-termine- le dijo y se lo extendió- Espero que ahora si este bien hecho, si desea que haga otras correcciones me avisa- él la miro muy serio, Hinata tenia prisa en irse- me retiro.
Él la miro sin mucho ánimo, seguía muy serio. Ella evadió su mirada, tomo algunos papeles dispuesta a marcharse. Quería irse rápidamente, puesto que se había sentido observada por él. Obito no había dejado de mirarla, ni de ponerla nerviosa cuando se ponía detrás de ella y le hacía sentir nerviosa ¿Por qué Obito la hacía sentir en esa posición, si sabía que aun sentía mucho por él?
Ya tenia la mano en la manija de la puerta, la abrió, pero sintió que la jalaron de nuevo hacia adentro. Obito la tomo del brazo, cerro la puerta y coloco su mano entre la abertura de esta. Hinata lo miro sorprendida ¿Qué le estaba pasando?
-¿A dónde vas?- le pregunto, el tono con que lo decía y su postura tensa hablaban muchas cosas.
-yo... ya es tarde.- le aclaro
-¿te iras, con Shisui?- le cuestiono y ella lo miro sorprendida ¿Cómo lo sabía?
Ella trago grueso, al sentirlo tan cerca. Muy acorralada que comenzó a temblar. cuando él quiso acariciarle el rostro, ella volvió a insistir en irse.
-Yo... tengo que irme- le dijo, debía alejarse de él.
Ella pretendió abrir la puerta, pero él la volvió acerrar. Ni siquiera estaba pensando.
-no vayas- le dijo y ella se sorprendió a un mas ¿Qué pretendía?- Quédate Hinata..- le dijo y su mirada oscura la traspaso, su nerviosismo fue en aumento y sus ojos picaron mucho- Quédate conmigo... esta noche- le declaro
La mirada de ella se cristalizo, comenzó a temblar ante aquella declaración ¿Qué pretendia?
-¿hará.. hará algo al respecto? - le pregunto y lo miro directamente a los ojos.
Obito dedujo inmediatamente a lo que se refería. Hinata hablaba sobre la relación que ambos tendrían, si ella se quedaría con él. Solo guardo silencio, ella miro a un lado decepcionada por su respuesta.
-Quizá mas adelante, encuentre a alguien que se conforme como es usted con su pareja- le dijo y trago grueso, estaba nerviosa- pero yo, yo si deseo tener algo formal con alguien que yo ame. Deseo tomar la mano de esa persona y no soltarla jamás. No quiero simplemente verlo solo una noche y al otro día desconocerlo. No quiero eso, yo no soy así.
Ella estaba enamorada, era tan triste no ser correspondida de la misma forma. Obito guardo silencio, resaltando la madurez emocional de ella. Quiso acercarse, deseaba tanto besarla, tocarla y hacerle el amor, pero no podía. A milímetros de su rostro, cuando su aliento toco su rostro, ella ladeo su cabeza, tomo la manija y salió de la oficina raudamente. Se metió al ascensor y presiono el botón hasta el garaje, su teléfono volvió a sonar.
-shisui-san
Miro su reflejo en las paredes metálicas del ascensor, aún seguía agitada y muy confundida.
¿Por qué Obito la trataba así?
Shisui la recibió con una gran sonrisa, ella agradeció que la llevara hasta su casa. El auto de él salió del garaje del gran edificio. Obito lo miraba desde lo alto, no dejo de verlo y su ceño se frunció aún más al imaginarse muchas cosas, apretó los puños y se arrastró el cabello.
¿no vayas?¿quédate?
Sonrió ante tales palabras, se sintió un idiota por pedirle eso a Hinata. Ni siquiera supo porque las dijo.
-definitivamente soy un imbécil.
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Ya había pasado mas de una semana desde aquel acercamiento, se había dedicado a trabajar mucho y hablar poco con Obito. Todo se había complicado aún más, tenía decenas de mensajes en su correo personal, encontrar trabajo no había sido difícil, tener como referencia que había sido la asistente del hombre más rico de Japón, abría muchas puertas. Debía elegir donde se iría, aunque todos le ofrecían un buen salario, en ningún lado tendría los beneficios de donde estaba, prácticamente todos sus gastos de comida y movilidad estaba cubiertos.
Ahora se encontraba en una cena de gala, vestida con un radiante vestido blanco que acentuaba su perfecta figura. Miro a través del ventanal, estaba lloviendo. Suspiro profundamente, seria una noche larga, Obito estaba apartado hablando con un sin numero de hombres bien vestidos. Ni siquiera sabía porque la quería allí, no servía de nada su presencia, pero supuso que era por temas de imagen. Aunque no era ajena a muchas miradas sobre ella, solo deseaba que todo terminara.
-¿Hinata.. Hinata hyuga?
Al escuchar su nombre, pudo reconocer aquella voz, se volteo de inmediato y su rostro triste se adorno por una hermosa sonrisa. Era su amigo, uno muy querido de la infancia.
-¿kiba, eres tú?- le preguntó sonriente
Él no dudo en abrazarla y ella también, se sentía tan bien un abrazo de alguien que quisiste mucho.
-vaya, mírate ¿Cómo has cambiado?- se aparto para admirarla, Hinata se había convertido en una mujer bellisima, se sonrojo- Es bueno verte ahora.
-Me alegra conocer a alguien en esta fiesta- se sinceró ella.
-¿Con quién viniste?- le pregunto y se sentó a su lado.
-Con mi jefe- le sonrió, estaba más que contenta que Kiba estaba a su lado.
-¿Quién es?- le pregunto
-Es él - la sonrisa de ella se borro de inmediato, cuando observo a Obito que la miraba muy tenso. A pesar de estar lejos, pudo notar lo molesto e incómodo que estaba. No aparta su mirada de ella, a pesar que otros la estuvieran mirando. La asusto, aparto su mirada hacia su amigo y prosiguió.
-¿Trabajas para Uchiha-sama?- le cuestionó muy sorprendido, bebió mucho y sintió cierta lastima por ella. Obito era muy conocido en el ámbito empresarial por ser un neurótico controlador, que despedía a sus empleados a la semana- te ofrezco un trago- ella no entendió y le sonrió- Si trabajas con él seguro necesitaras un trago.
-Uchiha-sama realmente es un buen jefe- resalto ante el asombro de su amigo- Todos tienen una percepción muy alejado a como es el. Es noble, profesional y muy apasionado en lo que hace- sonrió.
-cualquiera que te viera, diría que estas enamorada
Hinata borro su sonrisa. Si estaba enamorada, pero no era correspondida. Quizá debería ser más discreta. Siguieron conversando y riéndose, tan ajena estaba. la conversación estaba tan amena, que se animó a sonreír como hace mucho tiempo. Kiba era un gran amigo, le conto que deseaba cambiar de trabajo y él no dudo en ofrecerle una entrevista. Si su jefe la aceptaba, era él mas feliz en trabajar con ella.
-me despido Hinata- se puso de pie y le dio un gran abrazo- Me tengo que ir hay un compromiso muy importante al que tengo que asistir. Si aceptas mi oferta, no dudes en llamarme- le extendió su tarjeta, Hinata sonrió. No era muy mala irse a trabajar junto a su amigo. Quizá no se sentiría tan sola. Guardo su tarjeta en su bolso, tomo su copa dispuesta a moverse a un lado del salón.
-lo siento- se disculpo al chocar, sus ojos se abrieron enormemente cuando noto que había manchado el elegante esmoquin de aquel hombre- ¡Lo siento mucho...!- hizo una reverencia.
El hombre sin expresión alguna, sonrió de lado al ver aquella bella dama muy avergonzada.
-Señorita- la llamo y ella elevo su mirada, su aliento se detuvo al ver a uno de los hombres más guapos que había visto. Esos ojos aguamarina y cabello negro, con una sonrisa tan encantadora, alto y de figura fornida- Solo es un traje.
Hinata guardo silencio, el aura que desprendía ese hombre era muy atrayente. Como todo un caballero saco un pañuelo, pero se lo extendió a ella y sorprendida lo acepto. No había notado que su vestido blanco, se había manchado con algunas gotas del trago de su copa.
-Me disculpo- dio una reverencia- Mi nombre Tadashi Shoichiro, lamento mucho el inconveniente.
«¿Dijo Tadashi?»
Hinata trago grueso, disimulo su nerviosismo, delante de ella estaba el segundo hombre mas rico de todo Japón, del gran emporio Tadashi. Siempre quiso trabajar en sus empresas, porque eran muy conocidas por tratar bien a sus empleados y los beneficios. Lamentablemente nunca tuvo respuesta de sus sendas postulaciones.
Aquel extraño, le pareció inusual el silencio de la chica. Aunque en su mente sabía que debía de hacer.
-Mi nombre es Hyuga Hinata, es un placer- también dio una reverencia, avergonzada por impresionarse tanto y no poder seguir la conversación.
-El placer es mío conocer a tan bella dama-coqueteo
-Señor, lo están esperando- dijo uno de sus asistentes, pero este le hizo un ademan que esperara y que se apartara.
-Señorita Hyuga, ¿le ofrezco un trago?- su voz gruesa sonó, tan sensual y varonil.
La verdad que Hinata no quería beber, pero decirle que no era un grandísimo error. Quizá delante de ella estaba la oportunidad de un mejor trabajo.
-Claro- acepto y apretó su bolso
-Por favor- se hizo a un lado para que la acompañara.
Ambos se sentaron, la conversación fluyo de maravilla. Hinata era tan elegante para hablar, también tímida y eso divertía a aquel hombre. Él le confeso que estaba aburrido de las mismas fiestas protocolares, ella resalto que la fiesta era hermosa. Se dirigieron hasta uno de los balcones, la conversación era tan amena. Sin embargo, todo tomo un tono diferente cuando ella le menciono que estaba buscando trabajo, que estaba a punto de renunciar de las empresas Uchiha. Hinata era tan pura e inocente, que no noto que cuando el nombre de Obito salió de sus labios, él aprete su copa de manera innecesaria y su mirada se oscureció.
-Alguien con tus cualidades merece el mejor trabajo
Ella se sonrojo, estaba agradecida que a pesar de no conocer como trabajaba, alguien resaltaba como lo hacía. Lo vio meterse una de sus manos en su saco y le extendió una fina tarjeta, adornada finamente con un exquisito alto relieve.
-Si has trabajado con Uchiha-san el tiempo que dices haberlo hecho, entonces debes ser excelente en lo que haces. Tenemos un puesto perfecto para ti
-¿De verdad?- solto emocionada
-Pasa por mi oficina, te daré detalles del puesto. Te ofrezco el doble de lo que ganas- Hinata pestaño varias veces, no podía creer lo que acaba de escuchar- no solo es un buen trabajo, crecerás profesionalmente y te aseguro que no te arrepentirás.
-Muchas gracias- le dijo muy feliz, quizá había llegado su oportunidad.
-Me retiro Hinata- miro su reloj- Espero que aceptes mi propuesta lo antes posible.
Ambos dieron una reverencia despidiéndose. No dejo de ver su espalda cuando volteo el pasillo, ella miraba con ilusión la tarjeta y sonrió. Se imagino a si misma trabajando allí, quizá era una buena oportunidad ya que aquellas empresas quedaban mas cerca de su casa. No había dado ni dos pasos, cuando choco con alguien.
-lo siento- se disculpó, pero cuando alzo la mirada, grande fue su sorpresa. Cuando noto que el extraño era Obito.
Su sonrisa se borro al notarlo tan incomodo, incluso molesto. La miraba con el ceño fruncido ¿Había hecho algo mal? Ella no lo supo, hasta cuando le quito la tarjeta de sus manos.
-¿Qué esta haciendo?-le cuestiono.
Su rostro se puso más serio, cuando leyó de quien se trataba aquella presentación hecha tarjeta. La miro, Hinata irradiaba tanta ingenuidad, bebió del vaso que tenia en su otra mano.
-¿Te divertiste?
Ella no lo entendió, pero Obito sabia de que hablaba. Quiso hacerse el desentendido con ella, pero en toda la maldita noche, no le despego la mirada de encima, tomaba un trago cada vez que alguien se le acercaba. La vio sonreír con un imbécil desconocido y despedirse con innecesario abrazo, que le pareció muy largo. Pudo soportarlo toda la noche e ignoro lo que estaba sintiendo. Ella era joven y bella, muy dulce y suave; cualquier hombre podría estar con ella, pero ¿Eso no era lo que quería? Para que estuviera con alguien más ¿Qué le molestaba?
Sin embargo, cuando vio aquel hombre que conocía muy bien, salió de la posición en la que estaba y la siguió de lejos hasta el pasillo. Hinata no sabia de las intenciones de ese imbécil, que sabia que lo odiaba con todo su ser, después de haberlo desplazado.
-¿De que estabas hablando con él?- le cuestiono muy molesto
-perdón- le contesto aun confundida- No entiendo que quiere saber.
-Me sorprende que no notes como las personas te ven. ¿Sabes cuantos enemigos tengo? ¿Sabes cuánto pagarían por saber mis movimientos, que voy hacer o en que voy a invertir ?
-No hable de mi trabajo con usted- respondió.
-Pero si, de que estas buscando uno.
-¿Tiene algo de malo? No puede quitarme el derecho de que yo busque un trabajo
-Ni si quiera he aceptado tu renuncia- le aclaro- Te dije que estaba mal redactado y que lo hicieras, hasta hoy no he recibido tu carta.
-Pero... usted sabe que he tenido mucho trabajo.
-Ese no es problema mío. Tú sigues trabajando para mí ¿entendido? - le aclaro
Hinata sintió muchas ganas de llorar, escucharlo hablar con tanta frialdad y tratarla como un simple mueble, le dolía. ¿Por qué la trataba tan mal? ¿Que había hecho mal? Ella necesitaba el trabajo ¿De qué viviría de no ser así?
-¿Acaso no quiere que consiga otro trabajo?- le cuestiono y él la miro con dureza- ¿Cómo puede ser tan egoísta?- le pregunto, habían sido miles de veces donde Obito le dijo que ella estaba mejor lejos de él, pero ahora sus acciones decían lo contrario- No puede entender que yo también quiero ser feliz.
Obito vio sus ojos cristalizarse, pero no le importo. Hinata necesitaba entender en la posición en la estaba.
-Esta velada ya termino para mí, vámonos- ordeno
Había avanzado cinco pasos, pero se detuvo al notar que Hinata seguía parada allí.
-No iré con usted- dijo tímidamente
-¿Que?- soltó ofendido
-No estoy cómoda con esto- le aclaro- me iré aparte, disculpe- le dijo pretendiendo irse rápido, no quería estar con él, ni hablarle la había tratado horrible.
-¿Tú te vas conmigo?- la tomo de brazo, ella se sorprendió mucho cuando la jaloneó. No pudo evitar tironearse, pero no quiso armar un escándalo en tan elegante gala.
Ella había evitado llorar todo el camino, cuando la llevo prácticamente a la fuerza hasta el estacionamiento. Él estaba muy molesto y no entendía porque. La obligo a caminar rápido, seguirlo a la fuerza.
-No iré con usted- le dijo firmemente
-Sube- le ordeno cuando le abrió la puerta
-No
-¡Sube ya maldita sea!- le grito y la obligo a subirlo.
Hinata casi rompe a llorar, se asustó cuando él también subió y cerró la puerta de manera tan sonora que la sobresalto. No quería desmoronarse ante él, lloro en silencio y vio como la lluvia comenzaba a empañar la luneta del auto.
-No quiero que hables con él- le ordeno, no la miro mientras conducía tan serio
-No entiendo que es lo que le ofende. Él fue muy amable conmigo.
Sonrió de lado- él solo es un maldito imbécil que trata de aprovecharse de alguien como tu
-¿Cómo yo?- ¿Acaso la estaba llamando tonta? ¿Acaso Obito no creía en sus capacidades?
-No puedes ver el grado de maldad de las personas ¿Por qué crees que te hablo? No te preguntaste ¿Por qué te ofreció un puesto así de importante? Ese imbécil quiere que tu le digas todo lo que sabes sobre mí, de como trabajo para utilizarlo en mi contra.
Hinata negó, Obito daba a entender que nadie pudr valorar su trabajo, necesariamente todos se le acercaban por sacar provecho de ella.
-¿Acaso no cree que yo puedo ser leal en mi trabajo? Así trabajara con él jamás hablaría sobre las cosas que usted hacia- le recordó, Hinata tuvo innumerables oportunidades de traicionarlo, pero no lo hizo, no porque lo amara, lo hizo porque era una profesional en su trabajo
-no trabajaras con él- sentencio- Seguirás en la empresa
-Solo porque que usted lo dice
-Si
Hinata no podía creer lo que escuchaba, Obito hablaba de ella como su dueño, tratándola como alguien sin voluntad.
-Detenga el auto- le pidió
Él la ignoro, no detendría el auto afuera estaba lloviendo mucho y faltaba un gran tramo para llegar.
-¡Detenga el auto!- esta vez tomo el volante y lo obligo a pararse.
-¿Qué crees que haces?
-No tiene derecho- le dijo muy molesta, ocultando su tristeza y que se quebrara su voz- No tiene ningún derecho a tratarme de esta forma.
-Firmaste un contrato. Aun trabajas para mí, así te guste o no, tienes que obedecerme- Hinata volteo a mirarlo sorprendida por sus palabras, Obito la miraba con tanta frialdad como si de verdad no estuviera actuando mal, como si ella fuera la del error.
-Ya presenté mi renuncia
-Lo redactaste mal- le recordó
Ella negó y esta vez no pudo evitar llorar, trago grueso ya no quería estar allí junto a él
-Si acepta mi renuncia o no, ese ya no es mi asunto- le dijo muy molesta- Aquí se acabó todo, No volveré a trabajar con usted.
-Hinata, ¿A dónde vas?- le dijo antes que ella se desabrochara el cinturón y para salir.
La lluvia era intensa, lamento no haber traído un abrigo. Su vestido blanco comenzó a transparentarse producto de esta, sus ropas se le pegaron a sus curvas perfectas. Sus lagrimas se mezclaron con estas, se abrazo a si misma y su vista se nublo. El camino se miraba muy largo, quizá ni siquiera un taxi la quisiera recoger. Sus tacones se tambaleaban en el asfalto de la pista, todo estaba oscuro y empapada. Se sintió tan sola, ya no podía seguir al lado de Obito. Se hacia demasiado daño, por mas intentos de alejarse él, no la dejaba y se preguntaba "porque".
-Hinata- la llamo
Ella ni siquiera volteo, siguió caminando sin importarle si la seguía. Solo quería estar muy lejos de él. Esta vez ya no se quedaría a su lado, esta vez sí se alejaría de él.
-Hinata- esta vez la quiso tomar del brazo, pero se volvió a zafar.
Estaba empapada y con mucho frio. No sabía a donde ir.
-Estaba celoso- le grito y esta vez si se detuvo, volteo lentamente y lo vio. Obito también estaba tan empapado como ella. Lo miro frustrado, se arrastro el cabello y también estaba jadeante- ¿Quieres la verdad? Si, estoy celoso.
Ella negó, no le creía. Si estaba sorprendida, pero Obito siempre se comportaba de una forma que no le gustaba y la estaba lastimando. ¿Era verdad lo que estaba diciendo?
-No te estoy mintiendo- le aseguro al adivinarle el pensamiento- Tengo celos, me cuesta aceptarlo, pero los tengo. Por ti.. por imaginarte en los brazos de otro. Simplemente no puedo aceptarlo.
Hinata lo escuchaba, sorprendida, pero no era suficiente. Obito la había lastimado mucho, no estaba segura si creerle definitivamente ¿Sera verdad que estaba sintiendo algo por ella?
-No puedo decirte claramente lo que siento. Lo que siento ahora, es que te quiero a mi lado Hinata- se acerco a ella- No he podido olvidarte, me odio a mi mismo porque no puedo amar como tú..pero lo que es real ahora, es que no quiero que te vayas.
Entonces lo dijo. Hinata se sorprendió por su declaración, lo vio agachar la mirada y frustrarse. De verdad, Obito se estaba abriendo, como ella siempre quiso.
-Obito- susurro
Ella poso una de sus palmas en su pecho, él tomo su mano y la elevo para besarla. Su mirada oscura y tiritante no dejo de verla. Ambos estaban empapados, agitados y muy cansados. Se vieron y sonrieron, se sintieron tan tontos por estar mojados. Los autos pasaban raudamente por la vía, ninguno noto el carro parqueado a un lado, ni aquella pareja.
-Yo...
Quiso hablar, pero Obito la beso profundamente. Ella trato de corresponder su beso con la misma intensidad. La abrazo y le siguió comiendo los labios, cuando el aire se les acabo, se apartaron para mirarse. ¿Y cómo no podría estar celoso? Si ella era hermosa como un ángel, ella podría ser feliz con cualquiera, pero ahora solo la quería para él. Quizá había llegado el momento de olvidar, de abrir su corazón después de tantos años. Quizá esa mujer a que abrazaba y acariciaba el rostro, era su sanación. Aunque no la amaba como merecía, esta vez intentaría sentir algo más. La volvió a besar y cuando sus manos comenzaron a recorrer su cuerpo, arrugándole mas la ropa, supo que no era el lugar correcto para hacerlo. Así que ambos llegaron al auto de él, con la piel ardiendo. Ya no sentían frio, ahora sentian un calor menguante en su cuerpo.
Obito abrió la puerta trasera, ambos se metieron desesperados, tanto que la cabeza de él se choco con el marco de la puerta. Se siguieron besando, él se saco el sastre. Hinata no dejo de besarlo, sedienta que la tocara. Él llego a su cuello mordiéndola, ella cerro los ojos y se dejo llevar, estaba tan mojada en su intimidad. Habían pasado semana separados, sin su cuerpo, sin sus labios y más. Sus manos masajeaban sus senos, ese vestido era hermoso y odio que lo llevara puesto por como la miraban.
-Aquí no- dijo ella, estaba volviendo en si, después de aquellos besos.
-Ya no puedo más.
La volteo y sentó sobre él, le bajo el cierre el vestido, Hinata se mordió el labio. El cierre se deslizo de manera tan sensual, Obito aprecio aquella curvatura de su espalda perfecta, admiro aquellos lunares que ya conocía. Le tomo los senos y los estrujo fuertemente, ella gimió sonoramente y lo excito aun más. El vestido llego hasta su ombligo, sus senos desnudos eran fuertemente acariciados por él. Quien odio tener a su enorme pene preso de sus pantalones, ya quería hundirse en ella. Los autos pasaban y las lunas estaban empañadas producto de sus respiraciones. Le levanto el vestido, la levanto un poco solo para desabrocharse los pantalones, se los bajo un poco; el roce de la piel con la que ella lo excito aun más. Le hizo las bragas a un lado, Hinata gimió mucho cuando él se hundió fuertemente. Comenzó a bombardearla centímetro a centímetro, abriéndola para él, sintiendo como sus sexos estaban tan mojados producto de sus cuerpos. La penetraba, mientras acariciaba sus senos, su cuello y la besaba desde atrás, sus manos pasaron de sus senos hasta aquella unión de ambos. Se sentía tan morboso acariciar su pene mientras entraba y salía de su estrecha vagina. La sintió contraerse un poco, Hinata estaba a punto de venirse, pero no quería, necesitaba mas de ella.
Hinata frunció el ceño, al sentirse retirarlo, solo para voltearla para besarla mejor. Hinata abrió aun mas las piernas, para abarcarlo mejor, hecho la cabeza hacia atrás excitada por lo que sentía. Sus senos se vieron mas grandes, la mirada de él fue de uno al otro y trato de metérselos a la boca, pero no pudo, succionó uno haciéndola gruñir. Hinata acariciaba la cabeza de él mientras mamaba de ella. Sus labios iban de uno a otro, luego la acomodo para volver a penetrarla, agarrando sus nalgas para hacerla subir y bajar por su miembro.
-O..Obito-gimio
-Hinata
Ambos estaban a punto de llegar. La cargo ligeramente para echarla en el asiento y bombearla aun más. Hinata agarro las nalgas de él, las estrujo mas a ella queriendo sentirlo aun más. Las paredes de ella comenzaron a contraerse, Obito frunció el ceño por el dolor placentero que le causaba, aun así la bombardeo mas haciéndola gritar y doblar la espalda. También comenzó a vaciarse dentro de ella, gruño al sentirlo salir. Sus cuerpos adoloridos se buscaron una ultima vez, compartieron un ultimo beso, se aparto para apreciarla. Ella era tan hermosa y estaba sonrojada por él. ¿Qué sentía por ella? No lo sabía o quizá no quería responderse esa pregunta.
-Sera mejor que nos vayamos- le dijo ella
Él asintió, debía volver a colocarse los pantalones e irse a casa. Salió de ella despacio, aun derramando parte de su esencia fuera de su unión. Hinata se sentó y trato de acomodarse su ropa, se sonrojo al ver que su vestido se había enrollado en su cintura. Obito salió del auto, se puso de piloto, lo encendió y piso el acelerador.
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¿Cómo podría definirse la atracción? ¿Se necesita de sentir algo real para sentir atracción?
Ninguno se lo cuestiono, solo daban rienda suelta a sus bajas pasiones. Al parecer no había sido suficiente aquel encuentro furtivo en el auto de él. Ambos salieron del lujoso auto raudamente, solo para entrar a la casa de él. Hinata termino contra la pared, para ser besada con fuerza y pasión. Su hermoso vestido termino en suelo y Obito también termino desnudo. Él la alzo y ella enrollo sus piernas en él. Se besaron y ambos cayeron en la enorme cama de Obito, bajo de sus labios hasta su intimidad. Esta vez ella no se mesuro al gemir y gruñir, mientras sentía sus labios contra su intimidad, absorbiendo su sabor y disfrutándola, haciéndola temblar ante sus besos, acariciando sus senos con premura. Haciéndola retorcerse del placer de su lengua dentro de su vagina, no quería tocar aquel botón rosa, porque en solo roce Hinata volvería a venirse. Sus labios abandonaron su sexo, solo para besar su ombligo, luego sus senos y terminar nuevamente en sus labios. Amaba verla con el ceño fruncido producto de sus besos. Ambos cuerpos se buscaron toda la noche, de arriba abajo y de abajo arriba. Hinata debajo y sobre él. Moviéndose de manera tan sensual dándole un placer oscilante. Obito amaba tenerla encima, apreciar sus senos saltando por él, no dudo en sentarse solo para probarlos y dejar una marca como suyo. Hinata cerro los ojos cegada por lo que estaba sintiendo, era tan difícil dejarlo, era como una droga. Así, estos amantes se entregaron toda la noche hasta que no pudieron más. Hinata no conto los orgasmos que tuvo, Obito termino sobre su pecho de ella agotado, había sido delicioso. Se durmió casi de inmediato y ella también.
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-¿Estas bien?- le cuestiono él
Hinata asintió, estaba muy cansada. Se auto mucho al levantarse, se dio cuenta que era muy tarde. Aturdida llego hasta la ducha buscando a Obito, cuando lo encontró en una situación algo embarazosa, ya que él se estaba masturbando. Tanto él como ella se sonrojaron. Obito tenia muchas ganas de hacerle el amor, pero sabía que estaba exhausta, así que con mucho pesar eligió acariciarse solo, pero verla levantada solo le dio la idea de hacérselo allí, en la ducha. Cuando terminaron, se secaron rápidamente y ambos salieron a la primera tienda de ropa para dama. Hinata tenia puesta la ropa de Obito, no dudo en usarla puesto que no tenía. Aunque las empleadas se mostraron renuentes en atenderlos. La administradora del lugar no dudo, en atender al hombre mas rico de todo Japón. Hinata considero exagerado la cantidad de ropa que Obito le compro, tanto que llenaban la parte de atrás de su auto, marcas como Chanel, Dior y Armani serian parte de su guardarropa.
Hinata le tomo la mano y él correspondió el agarre, miro su reloj era muy tarde. Se regaño a si misma puesto que sabía, que había una reunión de empleados. Llegaron hasta el zanjón del estacionamiento, Hinata respiro hondo. Aunque deseaba no ir a trabajar, necesitaba hacerlo. Obito le dijo que se adelantara, puesto que quería estacionarse bien y tomaría un poco de tiempo. Cuando Hinata bajo del auto, Obito la tomo del brazo solo para besarla, ella correspondió el beso, pero se asusto al creer que alguien los haya visto. Rápidamente subió al ascensor, reacomodo su traje, era hermoso nunca había vestido algo tan lindo y sobre todo caro. Lo que mas le gustaba era que óbito se lo había regalado. Las puertas del ascensor se abrieron, pensó que seria un buen día pero no. El señor Mamoru, el encargado de R.H la miro con severidad, todos los empleados también se extrañaron al verla. Había llegado veinte minutos tarde.
-Señorita Hyuga- la llamo y enderezó su postura. Aquel hombre mayor estaba molesto, lo hacia sentir y todos los empleados evitaron mirarla- Ha llegado tarde, estas no son horas de llegar- le aclaro
Hinata dio una reverencia disculpándose, aun así no pareció ser suficiente para él, pero como explicarlo, si estuvo toda la noche con Obito.
-¡Uchiha-sama!
Ella enderezo su postura, Obito había llegado, salía del ascensor acomodándose el sastre, ella le dio espacio para que pasara. Todos dieron una reverencia cuando él paso. Le pareció raro ver a todos reunidos.
-¿Pasa algo?- le cuestiono al señor Mamoru.
-Solo una reunión de rutina- aclaro- Es solo para recordarle a todos los empleados que en este lugar hay ciertas reglas que no pueden romper- miro a Hinata- como el horario por ejemplo.
Obito miro con seriedad aquel hombre, que no dejaba de ver a Hinata muy molesto. Supuso que era porque había llegado tarde.
-Todos los empleados debemos acatar las reglas, ¿No es así señorita Hyuga?
-lo siento- se volvió a disculpar. Obito odio como la estaban tratando
-Para la siguiente, usted..
-No habrá siguiente vez- esta vez Obito hablo, interrumpiendo para el señor- La señorita Hyuga llego tarde porque estuvo conmigo- aclaro y ella se puso muy roja y todos los empleados la vieron ¿Qué acaba de decir Obito? Implícitamente había dicho que estaba con ella
Tal aclaración hizo callar aquel prepotente hombre, quien se sintió pequeño ante su jefe.
-No lo sabía- le aclaró- Si yo hubiera sabido..
-Que no vuelva a pasar- advirtió y le dedico una intimidante mirada. Aquel hombre solo asintió y le dio espacio para que siguiera caminando. Obito continuo su recorrido y todos los empleados comenzaron a murmurar entre sí. Hinata se sintió demasiada observada.
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El día trascurrido muy diferente para Hinata. Konan no quiso preguntar mucho sobre el incidente, se había enterado por los chismes del pasillo. Shisui y ella no pudieron evitar reírse, sobre lo ocurrido. Al parecer Obito estaba en una posición bastante jocosa para ambos. Hinata había vuelto a su puesto como asistente y Konan trabajaba con Shisui. Ella se sentía mas aliviada, aunque no eran una pareja tal, se sentía como una.
-¿Estas bien?- le cuestiono. Hinata asistió muy despacio, hoy había mucho trabajo, trato de hacer su mejor, pero el cansancio ya le invadía cerca de las cinco de la tarde. Se sentía algo culpable, no la había dejado dormir toda la noche y en la mañana se lo hizo en la ducha. Era normal que alguien tan frágil como ella se cansara de estar haciéndolo.
-Solo necesitó un descanso- le contesto.
Él se inclino para besarla y acariciarle el rostro. Ella no dudo en corresponder y le sonrió. Un calor muy bonito se poso en el pecho de ella y el de él, no supo cómo descifrarlo.
-Obito me..-Ambos se apartaron algo avergonzados.
Kakashi había entrado sin permiso, no vio a Hinata y supuso que Obito estaría solo. Grande fue su sorpresa al encontrarse muy cerca a esos dos, peor aún porque le pareció que se estaban besando y él le estaba acariciando el rostro. Su respiración se descompuso y termino por entrar.
-No sabia que entrabas sin tocar- soltó Obito tratando de menguar la situación tensa de la habitación, se recostó en su escritorio y lo miro de frente. Conocía a Kakashi, sabia que estaba tan sorprendido como molesto.
Hinata se sentía tan fuera de lugar, que saludo de manera muy escueta a Kakashi.
-Con permiso- soltó antes de irse raudamente.
-¿Tienes algo que decir?- le pregunto el peliplateado
Obito guardo silencio, siguió mirándolo sin titubear. Si kakashi estaba molesto debía desquitarse con él, no con ella. Kakashi se acerco lentamente, estando suficientemente cerca le encajo un puñetazo a Obito que casi tumba su escritorio.
-Tus golpes ya no duelen como antes- sonrió.
-¡Eres un imbécil!- lo insulto con tanto veneno. Si bien él conocía sobre aquella noche, cada vez que llamaba a Obito. Él le dejaba en claro que no pasaba nada con ella, pero al verse en esa situación supuso que no era así.
-no tienes por qué entrometerte- advirtió
-Sabias lo que sentía- le recordó. fueron tantas veces cuando Kakashi le dijo que Hinata era la mujer que había estado esperando. Obito era un gran mentiroso. -Eres un bastardo
-Eso ya no importa- kakashi se controlo en darle otro puñetazo- Hinata tomo una decisión y yo también.
Kakashi negó ante sus palabras ¿Por qué de todas las mujeres, su amigo decidió elegir a Hinata? Obito se limpio la comisura de sus labios, retándolo con la mirada.
-Hinata.. ella era.. ella es..
-Ella no es nada tuyo- interrumpió completando su frase- ¿Por qué la celas? Ella ha dejado claro que no te ve nada mas que un simple amigo- le recordó y Kakashi se enfureció más.
-No se porque demonios lo haces. Ni siquiera es tu tipo- le cuestiono- No me importa lo que haya pasado entre ustedes- le aclaro ante la sorpresa de Obito- Vas a jugar con ella.. no la tomaras en serio. Si te atreves hacerle daño, yo..
-Te equivocas- lo interrumpió- voy enserio. Y no quiero.. que te le acerques
Kakashi abrió los ojos enormemente, conocía a Obito desde hace muchos años. Allí delante suyo supo que él no mentía, pero él tampoco lo hacía.
Continuara...
Estoy cansada, terminar este capitulo fue muy agotador. No se olviden de compartir y recomendar esta historia, se los agradecería un montón. Espero que mis antiguos lectores puedan terminar de leerla. Aunque falta mucho.
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