MIS DEMONIOS Y UN APAGÓN

Su familia era tan tradicional, mucho de esos desagradables protocolos ya no se realizaba. Sin embargo, su padre decisión hacerlo. Hanabi era tan pequeña, pero incluso vestida de negro entendía lo que pasaba. Su madre se veía tan hermosa, a pesar de las cintas que "adornaba" su retrato. Hinata estaba destrozada, la persona en el retrato había dejado un agujero tan grande que sentía que jamás iba a llenar. Su mirada aperlada observaba con atención a su padre, quien recibía sobre negros como era la tradición. Ella no quería dinero ¡necesitaba a su madre por dios!. Durante toda la ceremonia mantuvo su cabeza agachada, ignorando el dolor en su cuello producto de la incómoda posición. El olor a incienso le dolía la cabeza, por primera vez odio el olor de las flores blancas que estaban en todo el lugar. Su cabeza iba a estallar, ni siquiera el sutil maquillaje podía "mejorar" lo rota que se encontraba. Estaba viviendo una pesadilla, se odio a si misma por no haber estado los últimos meses con su madre. Como una mala jugada de su destino, el día mismo había terminado su relación con ese cabrón; entre gritos, llantos y suplicas porque lo perdonara, se terminó todo. Hinata le volteo el rostro, le grito y le tiro un pequeño "símbolo de su relación". Maldijo sus malas decisiones y todo el tiempo que invirtió en aquel "sujeto" que jugo con ella y la lastimo, dejando que sus visitas al hospital sean menos frecuentes, aun así...

-¿Por qué no...

Sus poco audibles palabras se perdieron, miro la puerta y él nunca llego. La familia de aquel había asistido a dar sus condolencias; se sintió miserable, cuando noto que aun pensaba en él a pesar de lo que le hizo; se sintió tan ingenua por creer que cruzaría esa puerta y la abrazaría. Uno de sus más grandes virtudes, era una gran debilidad. Ella estaba dispuesta a perdonarlo todo, olvidar. Si él se hubiera presentado ese día, pero...

No lo hizo.

Necesitaba tanto que alguien la abrazara, necesitaba llorara en el hombro de alguien, necesitaba que alguien le mintiera y le dijera "todo está bien" "ella está en un lugar mejor". Había llorado tanto, después de recuperar la conciencia cuando despertó del desmayo. Su corazón casi roto por la discusión de la tarde, termino por fragmentarse al enterarse del colapso de su madre.

«ni si quiera pude despedirme..»

En sus pensamientos había tanta culpa y deseo por retroceder el tiempo, volver lo suficiente para no aceptar esa cita y estar en hospital. No podía hacerlo, ya era tarde y el lúgubre manto de la muerte decidió por terminar de apagar la sonrisa de su madre. La vida no era justa, pero lo que muchos ignoraban, era que su madre sufrió lo suficiente, para desear más de una vez la muerte. Solo se aferraba a la vida al ver a sus hijas, ellas eran el impulso que la animaban a ir cada día la quimioterapia. Hiashi era un hombre fuerte e implacable, la muerte de su mujer le dolía demasiado; lo suficiente para concentrarse en su dolor y sus preocupaciones, ignorando olímpicamente que esas hermosas niñas lo necesitan tanto.

Muchas veces Hinata se preguntaba:

¿Cómo seguía adelante?.

Se recuperó, su vida y la de su familia marchaba bien, pero se volvió a romper cuando Hiashi se fue. Durante muchos años, Hinata tuvo rencor a su padre por ser tan egoísta, por no pensar en ambas y dejarlas solas en un mundo cruel. Agradeció su suerte por ya haber cumplido los 18, de otra forma su destino pudo haber sido peor, ella se quedo a cargo de su querida Hanabi. Cuando su padre estaba en la cima de éxito, existían muchos "amigos" que lo rodeaban y celebraban su éxito, pero en sus peores días muchos se alejaron; cuando la situación tomo un punto de declive, ya las visitan eran nulas. El único familiar que le quedaba era su amado primo: Neji, pero en ese entonces no podía ayudarlas; su tío ya se había ido antes que muchos y el guapo Hyuga había aprovechado las oportunidades que le brindo su tío y su talento.

.

Día viernes de mucho trabajo. Eran casi mediodía, pero sus ganas enormes comer pasaban a segundo plano, al ver lo acumulado sobre la mesa. Konan llevaba casi quince días en rehabilitación, aún era muy pronto para preguntarle cuando regresaría. Era demasiado imprudente preguntarle, pero de verdad necesitaba ayuda. Obito era consciente del trabajo que se acumulaba cada día, en lugar de buscar otra asistente "sustituta"; el trabajo se lo dejaba a Hinata. Lo peor era cuando él se iba a las rehabilitaciones de su amiga, dejándola con la importante tarea de tomar decisiones rápidas. Sin embargo, a pesar del cumulo de responsabilidades y papeleo, tenía que admitir que había aprendido mucho y todos sus conocimientos de la universidad daban sus frutos. El trabajo bajo presión ya no era un problema y las diferentes situaciones que podrían presentarse eran solucionadas de manera rápida. Aunque más de una vez, se ganó un gran regaño por parte de su jefe, por haber sido demasiado "blanda" con algunos deudores o brindándole más tiempos para ciertos proyectos.

-revisaste la solicitudes del proyecto de Shisui- le pregunto mientras observaba los papeles que tenía en las manos

-sí, me comunico que le envió sus reportes a su correo. Fue claro al decir que quiere la aprobación directa del dueño de la empresa

-cretino- renegó- hoy habrá mucho trabajo..

Los papeles en su avalaban su teoría, estar pendiente de su gran amiga habían retrasado muchos de sus pendientes, ahora necesitaba resolverlo.

-tiene un almuerzo en veinte minutos, Uchiha-san- la peliazul no dudo en recordarle su actividad, Obito lucia muy atareado con todos esos papeles en la mano, mientras se sobaba la frente.

-cancélalo, hoy comeré en la oficina. Ordenaras un filete no muy cocido, hay un lugar cerca de la torre de tokio.. ¿Cómo se llama?..¡ahg!..¡rayos lo olvide!- se regaño

-es un lugar de comida occidental, hare el pedido ahora- se puso de pie, mientras anotaba lo último en su pequeña libreta.

-trae tu almuerzo también, hay mucho trabajo... sabes lo que debes hacer al respecto ¿verdad?- señalo, mientras revisaba los papeles que tenía en la mano.

Hinata suspiro bajo, respondió con un escueto "si" y salió de la bella oficina. Su tiempo en la empresa era admírale, al principio nadie apostaba por su permanencia allí, pero lo logro; pudo vencer sus miedos e inseguridades para seguir en un trabajo sumamente difícil. Lo había logrado gracias a su inteligencia para "descifrar gestos", sabía absolutamente todo de su jefe a través de su lenguaje temporal. La peliazul era muy observadora y analizaba cada movimiento; sabía que a su jefe no le agradaba que se le acercaran, que hablaran por teléfono a menos de un metro de distancia, también los olores fuertes que podrían desconcentrarlo, odiaba repetir las cosas, no le gustaba la comida del mismo lugar dos días seguidos; su trabajo era su vida y no le importaba sacrificar parte de su salud y su vida personal, era sumamente calculador con su tiempo y muy neurótico con respecto a su aspecto: las arrugas en su ropa no existían, mucho menos el brillo en sus zapatos. La tintorería a la que llevaba su ropa, tenía instrucciones específicas de lo que se debería de hacer, si encontraban una mancha o un olor extraño, los arruinaría; Obito odiaba el olor floral, si su ropa olía de esa forma, para él apestaba. También había aprendido de sus gustos y pasatiempos; el Uchiha tenía un buen gusto en los sastres a medida, zapatos caros y bellos relojes, Obito ¡amaba los relojes!; le gustaba leer en sus pocos ratos libres, amaba el silencio y sobre todo el atardecer. Incluso Hinata pensó que se había equivocado, pero más de una vez su jefe, se quedaba mirando la caída del sol por su gran ventanal, observando como la paleta de colores anaranjados tenían la agitada cuidad de Tokio, solo allí....

Observando...

En silencio...

-¡Una orden para Uchiha-sama y un filete a la parrilla con mucha ensalada!- grito el sub-chef del lugar.

Hinata esperaba la orden en la barra, después de recibir el almuerzo pasaría por la pastelería a comprar unos roles de canela. Trabajar con el hombre más rico de Japón tenía sus beneficios, pero no todo era agradable. Obito era una persona sin escrúpulos con respecto a sus negocios, pudo conocer lo peor del millonario Uchiha en sus casi seis meses trabajando para él. Había visto quebrar a más de una empresa, otras absorbidas y otras obligadas a cerrar por la absorción. Más de una vez a la peli azul se le estrujo el corazón, al escuchar los ruegos de muchas personas, que entraban a pedirle por favor que le dieran más tiempo, su jefe los ignoraba y les pedía que se retiraran, más de una vez se pidió a la seguridad intervenir por sus negativas. Hinata agradecía a kamisama por su suerte, corrió el riesgo que la despidieran, no solo por aquel incidente en el viaje a Okinawa, también por desobedecer una orden de su jefe al darle una prorroga a una pequeña empresa; aun le daba escalofríos recordar esa mirada tan letal y sus gritos desbocados; juro que la despediría, para su sorpresa no fue así. Aunque no fue tan simple como olvidar, Obito la "castigo" recargándola de trabajo y haciendo tareas imposibles de hacer, pero lo logro y se sentía orgullosa de la persona que era. No se rendiría, seguiría adelante creciendo como profesional y persona, sacaría adelante a su hermanita y quizá en el futuro crearía su propia empresa.

-eso hare..- musito mientras avanzaba por la acera de la cuidad.

De pronto detuvo sus pasos. Unos metros más adelante, casi doblando por un callejón reconoció a una persona. Aquella iba tomada de la mano, se empujaban entre sonrojos y sonrisas.

-no puede ser..- su voz sonó suave pero con asombro.

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Sus besos eran cálidos, le gustaba tanto besarla y acariciarla. Estaban en toda la edad hormonal y más de una vez se dejaron llevar por su instinto de curiosidad. Ella era tan impetuosa, él mesurado y gracioso. Aunque no tenían una "relación" formal, implícitamente sabían que eran novios. El problema no era él, era ella: la curiosa joven llena de vida y ansiosa por experimentar todo. Apenas vieron un callejón más adelante, quisieron aliviar ese escozor que tenían por besarse. Ella lo jalo y lo arrincono, para devorarle los labios; él se dejó llevar y correspondió el beso con premura, depositando sus manos en las caderas de ella de manera demasiado sugerente. El jovenzuelo estaba tan enamorado, más de una vez quiso formalizar con ella, pero la joven se negó rotundamente. Todo había empezado como un juego de amigos, ninguno tenía pareja y como mejores amigos, quisieron experimentar como sería tener una. Empezaron tomándose de las manos, luego el primer roce de labios para luego enredarse en el círculo de la curiosidad y pasión. A veces se sentía un poco extraño, porque ella era de la iniciativa, se supone porque él era el hombre debería hacerlo, pero no, la joven le llevaba la delantera.

-¡HANABI!

La pequeña Hyuga palideció, se separó inmediatamente de su "amiguito", volteo y se encontró con el rostro sorprendido de su hermana. Había sido descubierta, infraganti; la mirada acusadora de su hermana la traspaso.

«rayos»

Su cuerpo comenzó a temblar, su rostro se puso rojo y quería que la tierra se la tragara. En cambio la reacción del jovencito fue diferente, al verla a la chica que le gustaba retroceder mientras negaba, él se armó de valor para enfrentar a la joven que estaba delante de ellos.

-¡lo siento tanto!- se apresuró en decir y dio una exagerada reverencia.

Hanabi se quedó muy sorprendida, él se puso delante suyo y pidió perdón por ambos. La estaba protegiendo.

-¡Ella no tiene la culpa! ¡El único culpable soy yo por no haberla respetado como la señorita que es.. por favor perdóname!- dijo muy seguro el muchacho y aún tenía la cabeza gacha.

-Konohamaru...- musito Hanabi

Su corazón estaba muy acongojado, sus ojos picaron al ver la escena. La presencia de su hermano pasó a segundo plano, su mirada aperlada se posó en el avergonzado joven, quien estaba totalmente avergonzando, pero valiente a enfrentar su "clandestina" relación. La volvió a ver, Hinata lucia menos tensa que cuando la descubrió, pero no menos acusadora.

-Neesan.. yo..- trato de explicar

-Tu y yo tenemos una conversación pendiente- la interrumpió mirándola con severidad

Hanabi asintió y se relajó un poco.

-¿konohamaru, verdad?

El muchacho se irguió, algo asustado se atrevió a verla, se sorprendió al encontrar una mirada algo comprensiva. Entonces se dio cuenta que ella no estaba molesta con él, estaba molesta con Hanabi.

-te espero mañana en mi casa, puedes venir a tomar el té con nosotras.

-¿ehm?.- titubeo sorprendida Hanabi

-¿tienes algún problema al respecto Hanabi?

-¡¿ehm? Claro que no!- se apresuró en decir algo nerviosa y confundida

¿Acaso había escuchado bien?¿su hermana había invitado a Konohamaru a su casa?

-Entonces ¿Aceptas?- pregunto directamente al muchacho, poniéndolo más nervioso.

Incluso Hanabi no reconoció a su hermana, tenía una mirada diferente.

-¡por.. por supuesto. Mañana estaré sin falta!- respondió aturdido

Si por ella fuera, se quedaría a conversar más tiempo con los hormonales jovencito, pero tenía que ir a trabajar.

.

La noche anterior espero los reclamos de su hermana, pero no los hubo. Cuando Hinata llego a recogerla a la casa de Ino, espero algún tipo de regaño, sin embargo solo hubo una extraña mirada de su parte; se dirigieron a su casa en silencio. Cuando llegaron cenaron, en un ambiente quizá algo tenso y lleno de preguntas. Su hermana mayor parecía no querer hablar, estaba pensativa, algo nostálgica, pero no decepcionada. Durante toda la noche no pudo dormir preguntándose:

«¿Qué estará pensando de ella?»

Ahora se encontraba alistando todo para la visita de enamoradito. Se sentía extraña, nunca pensó en invitarlo ni siquiera a tomar un vaso con agua, era extraño, iniciaron todo como un excitante juego y ahora estaban saltando a la formalidad de manera apresurada. La puerta sonó, era la hora correcta. Se acercó la entrada, grande fue su sorpresa que al abrir la puerta se encontraba un Konohmaru muy guapo con un ramo de flores y una pequeña cajita.

-¿llegue tarde?

-a tiempo... ¿Por qué trajiste todo esto?- pregunto

-por favor pasa..- dijo Hinata a la distancia

La menor Hyuga entendió que estaba siendo mal educada, no solo lo había bombardeado con preguntas, también no lo había invitado a pasar.

El té en la mesa olía tan bien, Hinata había sacado el mejor que tenía en su humilde alacena. El color era hermoso, la vajilla de fina porcelana adornada con hilos de oro y pintura exquisita oriental, era unas de las pocas cosas que conservaba de su ostenta vida pasada. Hinata supuso que era una ocasión especial, nunca espero el día en que su pequeña hermanita se había convertido en una hermosa mujer. Había atravesado esa etapa de su vida y no había sido agradable. No quería que cometiera los mismos errores que ella, quizá era su culpa por no hablar tan abiertamente de ciertos aspectos de la vida, pero a pesar de haber atravesado mucho, sentía que eran temas tabús. Su madre nunca fue tan abierta con ella, quizá si lo hubiera sido, no le hubieran hecho tanto daño. Había perdonado, a tal punto que ya casi no recordaba el rostro de aquella persona que amo; quizá algunas noches se le presentaba como un fantasma con el rostro difuso, pero era cosa del pasado. Ahora solo importaba el presente, sonrió al ver como el jovencito casi se quema con el té, conocía a su hermana para saber que estaba muy enamorada, pero orgullosa y lo más probable habría estado experimentando con el pobre muchacho. Hinata sonrió al recibir los girasoles y los roles de canela, él conocía ciertos aspectos de su vida, eso hablaba bien ya que escuchaba a Hanabi.

-¿Dónde conociste a mi hermana?- fue la primera pregunta, sonó pausada y muy serena.

-yo.. en la escuela- dijo muy nervioso

La mirada del pequeño Sarutobi se posó en Hanabi, quien lo miraba de manera acusatoria.

-¿hace cuánto ustedes son enamorados?

Konohamaru trago grueso y Hanabi se ruborizo. Hinata pudo entender y confirmo sus sospechas.

-Ustedes son conscientes de lo que hacen, pero no son conscientes de las consecuencias que se pueden dar en el camino. He de suponer que eres tu quien no ha querido formalizar- miro a Hanabi quien estaba a su costado.

-los tiempos cambian...- miro a un costado, ocultando su vergüenza.

-hay cosas que no deberían cambiar, el mundo sigue un ciclo.. ¿Acaso ha cambiado en algo hace 10 años o 100 años?.. ¿acaso ha dejado de anochecer y amanecer?.

-Hinata-sama yo...

-Konohamaru-san..-lo interrumpió, necesitaba hacerla entender a su hermana ciertas cosas-Todos merecemos ser amados, respetados y que nos den el lugar que merecemos en la vida de la persona que amamos. Estar de manera clandestina, no habla muy bien de nadie. Que la familia se entere no significa que deben formar parte de la relación, decírselos solo es una muestra de respeto y agradecimiento por loa años compartidos. Te pregunto ¿tu haz llevado a mi hermana a tu casa?

Él asintió y Hinata se entristeció. Sus malos recuerdos la invadían.

-¿tu madre conoce a Hanabi o alguien de tu familia?

-Toda mi familia la conoce- se sinceró- la invite a un almuerzo hace unos meses.

Hanabi sintió vergüenza y mucha culpa, más de una vez él le pidió presentársela como su novia, pero ella no quiso.

-lamento mucho el comportamiento de mi hermana- dio una reverencia ante la sorpresa de ambos

-¡por favor no se disculpe yo...!

- como no hacerlo- lo interrumpió- veo que Konohamaru-san tienes las mejores intenciones con mi hermana, pero es ella quien no quiere que usted sea parte de su vida

La última frase de la peliazul atravesó a ambos. Hanabi la vio y luego su mirada se dirigió hacia Konohamaru, lucia tan impactado como ella, incluso aposto que iba a llorar.

-Neesan, no es..

-Todos merecemos ser amados- la interrumpió- pero no hay formas de amar... solo hay una... una que nos da el lugar que merecemos en la vida del otro, una que nos respeta.. una que nos ayuda a mejorar.. una que no lastima ni avergüenza. El amor es un sentimiento único y bello. He visto como ves a mi hermana- él se sonrojo- estas dispuesto hacer muchas cosas por ella, pero sinceramente debes evaluar, si Hanabi está dispuesta a dar lo mismo que tú por ella.

-yo...

-me encantaría que vuelvas...- le dijo mirándolo a los ojos y le sonrió- Si ustedes quieren seguir así no me opondré... solo les advierto que uno de ustedes saldrá herido... una herida del primer amor es muy difícil de superar.

Hubo un incómodo silencio, Konohamaru lucia tan confundido por las palabras de la peliazul. Tenía tanta razón, ¿acaso merecía ser tratado como el novio clandestino?. Hanabi sintió que su corazón se acongojo, cuando sintió la mirada de decepción de konohamaru.

-muchas gracias por los girasoles.. También por los roles de canela son mis favoritos

-lo sé, Hanabi-chan me habla mucho de usted

- No quiero sonar grosera, pero me gustaría hablar con mi hermana..

-entiendo- asintió- fue un placer haber venido

Era una despedida, Hanabi se puso de pie para acompañarlo a la puerta. Sintió que sus nervios recorrían cada fibra de su cuerpo cuando cerró la puerta, volteo y su hermana la esperaba, había llegado el momento de hablar. Tomo asiento esta vez delante de ella, se sintió muy mal al ver que el té de Konohamaru no había sido tocado.

-¿Quién empieza?- pregunto

Ahora si estaba molesta

-no debiste hablarle de esa forma- acuso

-y tú no debiste jugar con sus sentimientos.. solo un ciego no se daría cuenta que él te quiere Hanabi

-Neesan.. los tiempos cambian.. lo que tenemos no es asunto tuyo.. yo no me meto, ni siquiera opino de tu vida personal

-Tienes razón.. no es asunto mío lo que hagas con tu cuerpo.. pero eres mi hermana y te amo. Te conozco, sé que estas enamorada de ese niño...

-tú no sabes nada...

-porque mejor no me dices que tienes miedo...Hanabi- poso su mano en la suya, el tacto de su hermana la paralizo- ábrete conmigo Hanabi.. no voy a juzgarte.. pero tampoco tapare tus errores..

Ambas miradas aperladas temblaban, había tanta comprensión en la mayor y miedo con vergüenza en la menor.

-Sabes que estuvo mal que hayas tratado de esa forma a Konohamaru-san. Él te quiere.. pero también soy consciente que si él lo hace, no estas obligada a corresponderle... pero lo que está mal es que lo ilusiones.. y lo sabes.

-yo... ¡yo jamás jugaría con él!- recalco en voz alta

Hinata sonrió, su hermana se abría poco a poco, solo necesitaba encontrar las palabras correctas.

-¿te gusta?

Ella asintió muy sonrojada.

-¿estas enamorada?

Asintió tan despacio y con tanta vergüenza en el rostro.

-¿Por qué no formalizas con él?

No respondió y desvió la mirada.

-¿tienes miedo?

-Si...-musito

Hinata sonrió, su hermanita estaba creciendo.

-no debes tener miedo a errar, en la vida de gana y se pierde.. aprendemos y nos hacemos fuerte. La persona que no se equivoca, jamás aprenderá de si mismo... tampoco será consciente de que es lo que no debe hacer.

-no te dije nada.. porque.. pensé que te decepcionarías.- se sinceró con los ojos vidriosos

-¿decepcionarme?.. por supuesto que no. ¿Por qué pensaste eso?

-es que.. bueno tú.. no eres muy abierta en ciertos temas

-lamento mucho no haberte dado la confianza que necesitabas..- su voz suave y comprensiva hizo que los ojos de la menor Hyuga picaran

-neesan..

-nuestra madre siempre fue tan amable.. yo sentía lo mismo cuando me enamore... tenía miedo de sentir.. de que me diga que estaba mal y que me avergonzara... pero ahora sé que tuve mucha culpa.. debí decirle.. debí compartir es parte de mi vida con ella.. quizás todo hubiera sido diferente..

Su mirada aperlada ocultaba algo, Hanabi lo supo al verla tan rota como si algo le doliera aun.

-No quiero que dejes de vivir.. pero también quiero que hagas lo correcto sin dejar de hacerlo. Dime algo.. ¿ustedes han tenido intimidad?

Los colores llegaron al rostro de la adolescente y terminaron como una gran explosión.

-¿te protegiste?..-pregunto preocupada

-yo.. ¡¿Porque me estas preguntando.. es privado?! Además tú nunca quieres hablar de eso

-lamento mucho no haberte dado la confianza, te prometo cambiar..

-Yo lamento haberte ocultado lo de Konohamaru...

-deberías considerar hablar con Konohamaru-san y aclarar su situación.. debes entender que él te dio un lugar en su vida... en su familia.. se nota que te quiere bien.

-lo sé..-acepto- me pidió ser su novia muchas veces.. tenía miedo de lo que sentía.. él es tan trasparente...y yo.. bueno.. solo soy yo..

-No preguntare como paso y donde paso.. la primera vez es especial.. supongo que conservar ese aspecto de tu vida como un secreto.

-gracias.. no te preocupes.. me protegí, hay muchos métodos e información en internet- dijo con vergüenza

-¿y solo has estado con él

-¡por supuesto que si... que me crees neesan!- dijo con efusividad

-¡tranquila Hanabi... no quería ofenderte!

- si como no... Konohamaru me gusta mucho, solo he estado con él

-deberíamos ir a ginecólogo

-¡¿que? Por supuesto que no. No hablare de mis intimidades con un extraño!

-estas equivocada, no iras hablar de tus intimidades.. Iras a hablar de tu salud. Por favor Hanabi- insistió al verla renuente- tener una vida sexual plena con lleva responsabilidad

-bien- término por aceptar- pero tú entraras conmigo

-claro.. solo te puedo aconsejar que cada vez que lo hagas.. sea por amor y solo por amor. No te sientas coaccionada, ni presionada por nadie.. esos momentos son especiales y por eso se llama hacer el amor- termino por decir.

Hanabi se sintió muy extraña, al escucharla hablar de esa forma a su hermana mayor. Siempre que hablaban de esos temas, Hinata se mostraba renuente y avergonzada, pero ahora parecía saber tanto del tema.

No.. se respondió

En la mirada de la peliazul había algo más. No solo era experiencia era dolor, su hermana escondía algo que aún le dolía. Pero

«¿Cuándo paso?»

Nunca le conoció pareja, bueno que ella recordara, pero las palabras de Hinata estaban adornadas de tristeza, como si un corazón roto hablara.

-Neesan .. ¿Tu has hecho el amor con alguien?

La pregunta llena de curiosidad hicieron que sus ojos picaran y ese punzante viejo dolor apareciera.

«¿El amor?, no... lo de ella era.. fue una pesadilla.»

-yo...

.

Eran sus últimos días como soltero, los preparativos estaban listos y las invitaciones habían sido entregadas. Todo estaba listo, la bella Rin se había encargado de arreglar cada detalle, de preparar cada espacio para recibir a más de cien invitados. Obito estaba orgulloso de su futura esposa, verla preparar cada detalle con tanta devoción, era la confirmación de que había elegido a la persona correcta. Estaba tan enamorado. Sin embargo, la cruel verdad se iba ser presente en un día crucial, hay personas que no dejan atrás los sentimientos pasados y muchos menos, los no correspondidos.

-¡Como que no vas ha venir....eres mi padrino!- grito

Quizá al principio se arrepintió por haber organizado ese almuerzo, pero más adelante agradeció haberlo hecho.

-Es un momento especial para Hanare....quiero proponerle matrimonio

-¡Diablos... por fin sentaras cabeza.. Felicidades kakashi!- sus palabras graves llenas de alegría fueron acompañadas con un gran abrazo.

Obito envolvió en un efusivo abrazo a su gran amigo. Ninguno de los dos noto que unos ojos marrones los observaban muy cerca, con tristeza y una pequeña grieta en el corazón; los viejos sentimientos volvieron, entonces supo, que a pesar de los años aún seguían allí.

-no me vas a felicitar..- le dijo mirando a su amiga

-claro.. felicidades- dijo tratando sonreír con un nudo en el corazón

La futura novia se acercó lento y cuando estuvo entre los brazos de Kakashi su corazón se respingo; cerro los ojos sintiendo esa sensación que la llenaba tanto. Era una sensación diferente, Obito nunca la hizo sentir así; podría dormir a su lado, podría vibrar por sus caricias y gemir su nombre en cada vaivén, pero podía sentir lo que Kakashi le provocaba en un solo toque, en un solo abrazo. Cuando se separó de sus brazos y la tomo de las manos, ella lo supo..

Aun no lo había olvidado.

Esos viejos sentimientos estaban allí, imaginárselo con otra, era una idea que no podría concebir. Kakashi con otra...

Simplemente No.

Le dolió tanto verlo sonreír, lucia muy enamorado, quizá como Obito estaba de ella.

-¿Cuándo te vas..?-pregunto con pena y ninguno de los dos lo noto.

.

Había sido un fin de semana muy duro, pero estaba contenta con lo mucho que había avanzado con Hanabi. Su hermana estaba creciendo, ahora lo miraba con claridad; lo mejor es que le hizo entender y aceptar sus sentimientos, no era muy experta en el tema, ni tampoco tenía mucha experiencia, pero conocía ciertos aspectos dolorosos, no quería que le pasara a su hermana. Había algo que debía de hacer, era domingo y supuso que era apropiado a visitar a su querida colega; compro un ramo de lilas y una caja de roles de canela. Aunque ir a la exuberante casa de su jefe no era muy buena idea, lo haría porque le preocupaba mucho Konan. El timbre sonó, estaba muy nerviosa, agradeció a kamisama por la enorme sonrisa que recibió cuando le abrieron.

-buenos días busco a...

-la señorita Konan la está esperando..- dijo la amable mujer

Hinata asintió y entro cuando le dio espacio. Fue una buena idea haber avisado la noche anterior que iba a visitarla, la peliazul propuso verse en un lindo café cerca de la casa del gruñón Uchiha, pero la hermosa mujer se negó.

-Konan-sama está en el jardín trasero, es por aquí por favor

Hinata se dejó guiar por la mujer, no dudo en embelesarte con la hermosa construcción y los adornos en su alrededor. Ya había estado allí, pero nunca había llegado al jardín trasero, resaltaba lo bien cuidado que estaba, las innumerables flores, los pequeños monumentos y los bonsáis que estaban en el camino. Saludo a un humilde jardinero que se encontró en el camino, el trabajo del señor era impecable.

-¡Hinata!

La silueta de la hermosa mujer se hizo visible, Hinata se adelantó a para alcanzar a su colega. Konan estaba tomando el té en un lugar privilegiado del jardín, adornado con muros de plantas y una locación señorial.

-me alegra mucho volver a ver a Konan-san...- era tan cierto, ella lucia radiante- le traje esto

Ella lo recibió gustosa, si bien las lilas no eran sus flores favoritas, no dejaban de ser importantes.

-por favor póngalas en agua- se dirigió muy amable a la empleada, que aun esperaba- por favor traiga otro taza para nuestra invitada

- como ordene señorita, permiso-sin más que decir, se fue con las flores en los brazos.

-toma asiento Hinata.

Era hermoso el juego de muebles, parecía que estaban en una casa de muñecas y la pequeña tetera con la tacita eran el acompañamiento perfecto.

-es una casa muy grande para tan pocos empleados- señalo

-a Obito no le gusta muchos desconocidos en su casa..

-es muy desconfiado..-resalto

-¿Cómo está el trabajo Hinata?.. Sabes extraño ir a trabajar

-hace mucha falta en el trabajo- era tan cierto-...la salud es lo primero.. ¿Cómo ha estado?

-bien.. las heridas de mi cuerpo casi no se notan..pero..

El semblante triste y lleno de secretos traspaso el corazón de la bella Hyuga. Habían heridas que ninguna medicina podría curarla peliazul lo sabía. El cuerpo sanaba, pero las heridas del alma eran indelebles y difíciles de superar. El viento soplo, los cabellos de ambos se ondearon y las hojas en el suelo volaron a su compas; pareciera que seres invisibles podían compartir la pena de ambas

-aquí tiene señorita..

La sonriente señora hacia su aparición, trayendo una hermosa tacita de porcelana y colocándola en la mesa; Hinata agradeció y luego la señora se fue.

-lamento mucho que hayas visto en ese estado- su voz sonó con mucha vergüenza

Hinata guardo silencio, Konan parecía muy incómoda.

-no siempre fue así, sabes- tomo la pequeña tetera para servirle el delicioso té- él no siempre fue el monstro que viste ese día.

-no es necesario que me diga.. Respeto su privacidad Konan-san

-lo sé, pero eres una persona importante para mí..

-Yahiko.. ese es el nombre de la persona que me decía que me amaba. Nos conocimos desde que éramos niños.. no siempre ostente el nivel socio-económico de ahora. En mi niñez tuve muchas carencias, robaba para poder comer e incluso más de una vez trataron de abusar de mí.

-Konan-san...- musito asombrada

-mis demonios me persiguen hasta ahora, aún recuerdo la primera vez que lo intentaron.. pero no lo lograron, Yahiko apareció en el momento exacto y no pudieron hacer nada. Yo solo tenía 8 años...

Hinata trato de no mirarla con pena, Konan era orgullosa y si se estaba abriendo con ella, entonces debería darle el respeto que se merecía. La vio cerrar los ojos, al parecer aun la atormentaba lo que pasó ese día.

-después de ese dia.. nunca me separe de Yahiko, a pesar de la miseria él siempre soñaba en convertirse en el rey de mundo. Tenía intenciones de ayudar y de comerse al mundo. Me enamore de él cuando era solo una niña.. y sabes.. lo más triste de esta historia era que mis sentimientos eran correspondidos.

Konan respiro hondo, necesitaba contarle su vida a alguien, que no sea su psiquiatra o su querido Obito.

-Cuando cumplí 13.. nos llevaron a un orfanato.. no paso mucho para que me adoptaran. Fue difícil la separación, pero nos prometimos que nos volveríamos a ver. Mi vida continuo, tuve otras relaciones, salí con otros hombre, pero... el fantasma de ese humilde niño y el amor de infancia estaban allí.. intacto.. incapaz de ser olvidado. Me aferre tanto a mi pasado.. y cuando creí haber avanzado.. Yahiko apareció.. Tenía 25 cuando lo a ver.. no paso mucho para que terminara en mi cama y yo en sus brazos. Estaba complemente enamorada de él, era el mismo niño tierno del que me enamore... me conto que una buena familia lo había adoptado.. todo parecía bien, pero tenía un padre abusador que golpeaba a su madre.. él amaba a su madre, pero le guardaba rencor por no hacer nada para defenderse. Cuando cumplió 20 su padre se suicido.. fue muy enfático al decirme lo feliz que estaba- sonrío con ironía al recordarlo- pero lo que lo destrozo es que su madre también lo hizo..

-¿Que?.. pero

-es extraño, lo sé. Su madre estaba enferma, estaba tan sometida a los abusos de su esposo que no pudo superar su perdida. Me siento tan imbécil al no haberme dado cuenta, Yahiko siempre me decía que odiaba a su madre... pero nunca imagine el grado que lo afecto. Me propuso casarse conmigo.. yo estaba tan ciega que acepte.. la verdad es que vivía un espejismo, una ilusión de un recuerdo de la infancia.. y no podía ver la verdadera persona en la que se había convertido. Tiempo después.. él se fue.. y quede destrozada. Cuando cumplí 31 el pareció en mi puerta una vez más... ahora sé que debí ser más objetiva.

-¿objetiva?- pregunto Hinata

-las personas debemos olvidar.... Vivir el presente y la realidad que nos muestran. No debemos vivir de recuerdos por más hermosos que sean... el Yahiko que apareció en mi puerta aquella vez, no era ni la sombra del que conocí cuando era niña.

-lo siento tanto..

-Ni siquiera recuerdo cuando fue el primer puñetazo.. tampoco recuerdo la primera vez que me abuso de mí. Siempre me traía flores y dulces pidiéndome perdón de rodillas. Nuestra relación se agotó tanto.. estaba tan ciega. Perdonar fue una gran debilidad de mi parte, lo que perdone.. se repitió una.. una y otra vez...

Hinata se llevó las manos en el pecho, cuando vio como una amarga lágrima se deslizaba por el rostro de Konan. Había tanto impotencia, frustración y dolor.

-había días donde me golpeaba tanto, que ni el maquillaje podía ocultarlo.. le inventaba a Obito que estaba enferma para no asistir al trabajo.

-¿Uchiha-sama nunca lo noto? Incluso para mí, me es difícil creer que él no lo haya visto.

-solo una vez.. tenía un moretón en ojo derecho. Yo le mentí.. le dije que me había caído. Te juro que él no lo sabía- le aseguro, Hinata parecía escéptica- siempre hablaba maravillas de Yahiko y con lo ocupado que estaba no lo noto

-ustedes lucen tan cercanos..

-te aseguro que si él se hubiera enterado.. no hubiera permitido que siguiera asi.

-¿no busco ayuda, sus padres donde estaban?

-Hinata, a veces las soluciones se ven a la vista, pero cuando se está en la miseria más profunda del maltrato... te sientes tan sometida que no podía salir. No podía salir, Yahiko no me permitía hablar con mis padres, tampoco toleraba la idea que trabajara con un hombre. También mi orgullo porque no me vieran derrotada prevaleció más de una vez, no quería decepcionar a los que amaba y por eso calle. Sus adicciones eran algo del que yo estaba consciente, pero yo solo estaba miraba a un lado.. engañándome que él no lo hacia.. que no consumía cocaína.. que no se inyectaba. Solo miraba a un costado tratando de visualizar aquel dulce niño del que me enamore. ¿Sabes porque te digo esto?..- su voz sonó tan sensata

Cuando tomo la mano de Hinata, la frágil Hyuga no dudo en llorar. En ese suave toque, ella podía sentir su dolor.

-No quiero que te pase a ti.. ni a nadie.. el silencio es lo peor que puedes hacer. Si sucede una vez.. volverá a pasar.. y cuando quieras salir.. estarás tan débil.. Que tu voz no se escuchara y te volverás tan mentirosa... que ocultaras tu miseria a la perfección de los demás. A pesar de todo.. estoy agradecida con la vida..por la oportunidad, porque hay muchas mujeres que sus voces se apagaron, porque normalizaron e incluso romantizaron el maltrato. Yo estuve al filo del abismo.. muchos días sentía que caía.. Incluso desee morir.. y la sensación es horrible. Muchas gracias por lo que hiciste por mi... eres intuitiva y muy valiente...no cualquiera hace lo que hiciste ese día.. lo valoro mucho Hinata.

-¿Uchiha-sama se lo conto?- cuestiono y se limpió las lagrimas

-me sorprende que aún lo llames así- sonrió- ha pasado tiempo... pero te diriges a él como el primer día.

-no quisiera que se incomodara, por alguna confianza que pueda tomar

-Obito jamás te haría daño.. incluso puedo asegurar que le agradas.

-¿agradar.. eso es imposible?

-lo conozco.. le caes bien aunque no lo demuestre. Por lo que han pasado.. créeme que ya te hubiera despedido- aseguro con un mejor animo

-Uchiha-sama es difícil de complacer

- lo sé..pero a pesar de su presencia tan implacable, se esconde una persona maravillosa

-¿Acaso.. ustedes..?-quería preguntar pero se arrepintió

Konan sonrio.

-Si..

-¿ehm?

-no te sorprendas.. si me preguntas, que si hubo algo entre los dos.. la respuesta es simple.. si.

-lo suponía, se ven tan bien juntos.. y ¿Por qué no se quedaron juntos?

-no te niego que aún lo sigo amando, pero no de la manera que te imaginas. Lo que sentía por él se trasformó- sonrio-... ahora solo quiero que sea feliz.. y que recupere esa sonrisa que le fue arrebatada. Él es un hombre maravilloso.. cuando lo conozcas como realmente es, me darás la razón..Sabes, Obito no siempre fue asi.

-no entiendo..

-no siempre fuimos los buenos amigos que somos ahora, nos conocemos como 20 años quizá más. Sin embargo, nuestra amistad es de hace poco más de cinco año...quizá 6. Obito era el chico mas sonriente y risueño que he conocido.

-¿sonriente?.. ¿risueño?- le cuestiono

-parece imposible.. pero es cierto

Konan cerró los ojos brevemente, tratando de visualizar aquel alegre adolescente que corría por los pasillos de la escuela, aquel que castigaban y soñaba con ser el mejor.

-nos conocemos desde la secundaria.. no éramos amigos pero siempre compartíamos clases. Se podria decir que somos amigos desde hace poco, ¿conoces a kakashi?

-¡hai!

-ellos eran "rivales"..- Hinata sonrío- Obito era el típico perdedor que todo le sale mal y kakashi era el típico "chico popular", además de ser un prodigio.. destacaba en todo y Obito lo admiraba.. y lo retaba. En aquel entonces no era amiga de ninguno.. pero me era imposible no fijarme en Obito.. siempre tan alegre.. y dispuesto ayudar. Él desprendía una luz y un ímpetu que no se lo he visto a nadie.. incapaz de abandonar a un amigo por más difícil que fuera la situación, incluso kakashi lo admira por eso.

Hinata procesaba cada palabra de la bella Konan, sería una mentirosa si le dijera que no dudara por la descripción y el tipo de concepto que tenía sobre su jefe.

¿Incapaz de abandonar a un amigo?¿soñador?¿alegre?

Debía ser una broma, porque si el implacable Obito Uchiha fue así en algún momento de su vida, ya no quedaba nada en el presente. En lugar de encontrar a un hombre tan gentil como lo describía Konan, solo se hallaba a un hombre sin escrúpulos y bastante pedante. Muchas preguntas se tejieron en la mente de Hinata, miraba su reflejo en el té de color rosa que estaba en la fina vajilla, dudando de lo que acaba de escuchar y dándole la razón a la vez; era tan cierto, Obito no le dio la espalda cuando Konan necesito ayuda, le dio trabajo a pesar de la pésima entrevista, no la despidió por su atrevimiento en aquel viaje, no la despidió cuando desacato una orden suya. Entonces...

«¿Quién es realmente?»

Esa y otras preguntas se tejieron en su mente, tratando de encontrar una respuesta. Había trabajado a su lado por casi 7 meses y no le había mostrado una faceta diferente, a la que Konan describía. Aun así....

-¿Por qué cambio tanto?- se apresuró a decir

Se puso roja, al ver la cara de sonrisa en el rostro de su amiga. Konan se sorprendió por la curiosidad en el tono de voz de la bella Hinata.

-A veces las personas nos perdemos cuando nos aferramos.. las señales están allí y no las vemos. Me paso a mi... y también a él- su tono de voz pausado, era señal de las cicatrices que aún le dolían.

-¿acaso él..

-no no no no- la interrumpió- como te dije, Obito es incapaz de dañar de esa forma.

-entonces

Allí estaba una vez más, la curiosidad de Hinata. Si bien la conversación empezó, con la narración de una triste historia; ahora la curiosidad se había impuesto. Por un instante se había arrepentido de preguntar, parecía que había algo muy serio detrás de la historia de su jefe, lo supo al ver el semblante serio de Konan.

- hace cinco años a Obito..

-no es algo temprano para visitas

Una voz conocida la asusto, estaba tan concentrada en las declaraciones de su amiga, que no noto que alguien se acercaba.

-Buenos Días..- saludo a la distancia mientras se acercaba.

Hinata se puso de pie inmediatamente, estaba sumamente nerviosa por estar allí.

-Buenos días Uchiha-sama- dio una exagerada reverencia y su cuerpo temblaba

Obito solo se rio, su asistente estaba más nerviosa de lo que comúnmente veía.

-¿Es día laboral?- pregunto con sarcasmo- ¿Qué haces aquí?

Hinata se irguió despacio, estaba muy nerviosa, porque se sintió muy atrevida por haber ido a su casa sin avisarle a él.

-bueno yo..

No pudo evitar ruborizarse, su jefe lucia jodidamente bien: con ese pantalón dril color mostaza, una camisa informal con tres botones sueltos desde el cuello, su reloj favorito y ese perfume que tanto le gustaba. No dudo en ladear su mirada, con ese evidente sonrojo; estaba tan acostumbrada verlo siempre formal y en traje. Si bien sabía que era un hombre sumamente atractivo, verlo vestido de esa forma hizo darle la razón a Ino y a todos las mujeres que lo veían, mientras caminaba.

-¡ya déjala Obito!.. ¡yo la invite!- sono con regaño

-tsk.. si que eres atrevida Konan.

-lo lamento mucho.. no quiere incomodar.. será mejor que vaya- dijo apenada

-¡espera Hinata.. no te vayas!- se apresuró a decir su amiga, cuando la vio coger su pequeña cartera, con claras intenciones de irse.

Hinata no solo estaba avergonzada, sentía también que en cierta forma la estaban invitando a salir y eso la hizo agachar la mirada. Konan miro muy duro a Obito, quien rodo los ojos al entender lo que quería decir.

-espera..-la tomo del brazo cuando paso por su lado

El corazón de la peliazul de respingo al sentir su tacto, se detuvo y su temblorosa mirada se posó en la del Uchiha. Lo vio suspirar y aflojar un poco su toque.

-no te vayas..

-¿ehm..?

-te dije que no te vayas..puedes quedarte.

La mirada de ambos se estudiaban, la de ella estaba temblorosa y la de él, era penetrante y sincera.

-Si Hinata... quédate-insistió Konan.

-yo..

-Es temprano aun..- la soltó y miro su costoso reloj- ¿Por qué no vamos al centro comercial?.. necesito comprar algunas cosas..

-¿tu?..¿con gente?-pregunto en tono burlón Konan

-no estoy de humor para tus bromas.. Tienen 10 minutos- dijo y se fue con las manos en los bolsillos.

Konan suspiro y Hinata se quedó inmóvil, lo vio irse a paso lento. Una extraña sensación recorrió su cuerpo.

«¿Acaso nos está invitando a salir?»

-es un maldito cretino...pero me agrada..-se rio- será mejor que me cambie.. vamos a la sala Hinata.. sabes que odia las tardanzas-recalco

Hinata asintió, Konan se adelantó y la siguió. Sin embargo, se detuvo por unos segundos y miro hacia donde Obito se había ido.

«él no siempre fue así..»

-¿será cierto..?-musito.

El llamado de su amiga la saco de sus cavilaciones, sacudió su cabeza y se apresuró para ir a su encuentro.

.

Ya casi era mitad de otoño, las hojas ya se habían vuelto amarillentas y muchos se habían caído. El viento de la estación, más de una vez le había ocasionado un problema, le había levantado la falda y muchos habían visto su ropa interior. Los cambios de humedad y temperatura le habían hecho enfermar más de una vez, aun así nunca falto a su trabajo. Konan aún no regresaba al trabajo, pero la última conversación que tuvo con ella aún seguía en su mente. Si bien el trato con su jefe no cambio, comenzó a verlo a forma distinta y a darle la razón a su querida amiga. El Uchiha seguía siendo una persona sin escrúpulos en el trabajo, pero también era gentil con las personas cercanas a él, no solo con lo de Konan, también ayudo a Kakashi en un gran problema financiero y asesoro a su primo Shisui en sus negocios. Hinata aún no salía de su asombro, por el detalle que tuvo con ella cuando fueron al centro comercial; no solo habían comprado muchas cosas para él, también hubieron obsequios para Konan y para ella, la peliazul se mostró renuente por los regalos, pero termino por aceptar por insistencia de su amiga, luego las llevo a almorzar y la dejo en su casa; Hanabi e Ino la envidiaron mucho y resaltaron lo dadivoso que era su jefe, pero aun siguió sintiéndose muy apenada por las excesivas dadivas; opto por compartir sus regalos con ellas.

Sin embargo, el mejor regalo vino el día lunes en una pequeña caja. Hinata miro a todos lados, pensando que se habían equivocado, abrió la caja que estaba encima de su escritorio y su corazón se detuvo.

«No puede ser» dijo en ese momento.

Cuando fueron en aquel paseo al centro comercial habían pasado por una librería, ella no dudo en detenerse solo un momento, para admirar la primera edición de la saga de libros que tanto le gustaba. Su rostro se tornó triste porque no podía comprarlo, definitivamente era un lujo que no podría darse. Fue fácil intuir de quien había provenido el regalo, Konan en ese momento estaba en otra tienda y la única persona que la vio admirando aquel manuscrito fue:

Obito Uchiha..

Le agradeció casi con ganas de llorar, él solo la miro y le dijo que continuara con su trabajo. Ella salió de su oficina como pocas veces lo hacía, con una sonrisa en el rostro y una linda sensación en el pecho.

«tú le agradas»

Quizá Konan tenía razón.

.

Sus pasos eran raudos ignorando la intensa lluvia del momento. Era de noche, se había quedado más tiempo en la oficina porque Obito no había podido ir; tuvo que lidiar con más de un problema durante el día, pero con su eficiencia pudo salir de todos ellos. Se había encargado de cerrar todo, salió de la oficina y la lluvia empezaba, se dirigió a su paradero para el tomar el bus rumbo a su casa, no le importo mojarse un poco, pero todo cambio cuando noto que se había olvidado su teléfono.

Llego muy empapada hasta el enorme edificio, apretó el botón del ascensor para llegar a su destino.

-Que frio hace..- se quejo

Las luces del pequeño lugar tintinearon, se asustó por eso. La puerta de metal se abrió y se apresuró para entrar.

-Aquí estas..- sonrió cuando encontró su teléfono cargando, cerca del lamparín de su escritorio.

Suspiro resignada de su mala suerte, su abrigo era muy delgado y traerlo puesto era prácticamente nada. Tomo su celular, lo puso en su pequeño maletín de cuero y se dirigió al ascensor. Los números comenzaban a cambiar, estaba tan ansiosa de regresar a su casa, sacarse esos tacones, el brasier y echarse en su cómoda cama.

-¿Qué..?- su voz asombrada y confundida sonó

Las luces comenzaron a parpadear y en un segundo ya no volvieron hacerlo; todo se quedó en penumbras. Hinata era consiente que los grupos electrógenos que alimentaban al edificio, no estaban en operación por mantenimiento y las luces de emergencia también estaban en la misma situación, resignada doblo la esquina para bajar por las escaleras. El panorama era aterrador, como esas típicas películas donde el protagonista baja por las escaleras seguido por un monstro o un asesino; encendió la linterna de su celular y comenzó a bajar despacio, estaba en casi el último piso, iba ser un largo descenso.

Sus lentos pasos retumbaban en el lugar, haciendo la situación más tétrica; estaba algo cansado, pero no lo suficiente para que no dejara de continuar. Había bajado cerca de tres pisos, ayudada con la luz y la otra mano apoyada en la baranda; las luces del lugar amenazaron con encenderse, la mirada aperlada se posó en la pequeña luminaria que estaba en la pared, lamentablemente estos segundos de distracción fueron fatales, piso en falso y su cuerpo cayó. Todo paso tan rápido, los golpes solo dolieron cuando se estrelló de lleno con la pared, la luz en la pared comenzó a parpadear y todo se volvió negro.

-por favor... no lo hagas..

Sus lágrimas salían desconsoladamente.

-perdóname Hinata..

-¡noooo espera!-grito

Sus demonios estaban allí, debajo de su sonrisa de esperanzas y las profundas parecían tan frescas como aquel día. Todas las acciones que la rodearon no fueron bellas, aun la atormentaban a pesar de los años. Sus miedos eran plasmados en inconstantes pesadillas, recalcándole que su pasado fue real y que aun la lastimaba. Aun podía escuchar el estruendoso sonido y la sensación de vacío que le provoco, sus ojos se abrieron rápidamente, pero los sonidos de aquel oscuro día aun retumbaban en su cabeza.

-despertaste...-la conocida y grave voz sonó

Todo le daba vuelta, miro a su alrededor; se confundió al notar que estaba en la estancia privado de su jefe, noto que estaba delante suyo, sentado en el pequeño sofá iluminado por el tenue reflejo de las luces afuera de la cuidad; trato de sentarse, pero un punzante dolor en el pie la detuvo. Su ceño se frunció de dolor, se asustó cuando vio su tobillo algo hinchado.

-¿Qué paso..?-pregunto algo aturdida

Él se rio ante la obvia respuesta.

-según lo que vi, pisaste en falso y te caíste- señalo

-me duele mucho la cabeza.. ¿Por qué seguimos aquí?

-la electricidad aun no vuelve, este edificio tiene un sistema de seguridad muy sofisticado, seguido por los vidrios a pruebas de balas. La única manera que salgamos de aquí es por la azotea y que nos recoja uno de mis helicópteros..-suspiro para continuar- pero no están en servicio ahora..

-lamento mucho, no haber solicitado el manteamiento de la reserva fría con anterioridad- dijo apenada

-eso no importa.

Obito se puso de pie, se dirigió a la pequeño frio bar que estaba a un lado de la angosta habitación, saco una bolsa de hielo y sin decir nada tomo el pie de Hinata. El asombro que sentía paso a segundo plano, al tener que contener el dolor por la fría bolsa contra su tobillo hinchado. El Uchiha se rio al verla apretar los dientes conteniendo su dolor, no le gustaba involucrarse con sus empleados, pero su eficiente asistente le provocaba una extraña sensación; tenía que aceptarlo, ella le agradaba.

-Gracias..

Solo era una sola palabra, pero fue tan poderosa que la descoloco.

«¿Gracias, porque?, si él la estaba ayudando»

-gracias por lo que hiciste por Konan.. ella es muy valiosa para mí, soy un maldito imbécil por no haber notado su sufrimiento antes.

Hinata se conmovió, a pesar que no la miraba de frente por estar pendiente de su tobillo, sabía que hablaba con la verdad.

«cuando lo conozcas, me darás la razón»

La voz de Konan sonó en su mente, termino por darle la razón por lo que le había dicho. Si hace unos meses le hubieran dicho que tendría que su jefe, el hombre más rico de todo Japón, de rodillas curándoles su tobillo, no hubiera dudado en reírse, pero ahora...

-deberías sacarte esa ropa.. te enfermeras

-no se preocupe.. estoy bien- estornudo

Él sonrió, Hinata era tan trasparente, ella solo se ruborizo y evito verlo.

-no me preocupo... solo es que necesito a mi asistente 24x7 y una enferma y lastimada no me sirve- dijo con dureza- ponte esto.. Regresare en 10 minutos

Obito extendió su saco elegante, Hinata no daba fe a lo que estaba viendo. Él estaba siendo amable con ella, con una mano en el pecho, extendió la otra para tomar el saco. Solo fueron segundo, pero ella le otorgo una mirada llena de tanto cariño y agradecimiento, Obito no lo noto. Cuando salió de la habitación, Hinata se dispuso a quitarse la blusa que traía, pero no pudo evitar resaltar la fina tela de la prenda, no era para menos puesta la marca era muy exclusiva y costosa; una extraña sensación la impulso a acerca la prenda hasta su nariz, cerró los ojos perdiéndose en el olor que desprendía.

-él..- musito y ella no noto que estaba tan sonrojada

Ese aroma propio de él, acompañado con el fuerte olor de un perfume no muy caro; era un sello único del orgulloso Uchiha. Sus orbes únicos se abrieron, observo la prenda en sus manos.

-¿Quién eres?- se preguntó.

.

Los rayos del amanecer empezaban a través de la ventana, no se pudo hacer durante la noche Obito hizo unas llamadas para que los ayudaran, pero poco se pudo hacer, el sistema de seguridad era el mejor de todo el país y prácticamente el edificio esta encriptado. La primera en despertar fue Hinata, con el latente dolor en su aun hinchado tobillo. No podía negar que durmió muy bien, un poco avergonzada por extender sus prendas en la mesa ratona del lugar. Su mirada llego hasta su durmiente jefe, estaba en el pequeño sofá algo encorvado, con varios ojales sin botones, dejando ver parte de su pecho y su cabeza apoyada ligeramente con su brazo; lucia como la portada de alguna revista para mujeres. No solo la había ayudado también le había permitido dormir en el sofá más ancho.

-como aquella vez..- recordó

Se había comportado como un caballero. Por fin podía ver lo que Konan tanto resaltaba y ella no podía ver.

«Quizá la vida no te trato tan bien..»

Entonces supo que no eran tan diferente y por más severo que pudiera verse, solo había un hombre que había sufrido tanto como.

Continuara...

Sé que me demore.. no me odien XD.

Si wattpad no me engaña, hay lectores de mi otra historia de Sasuhina, quiero decirles que con respecto al último capítulo, sé que se abrió cierto debate sobre el giro de la historia, les pido paciencia en el siguiente capítulo, entenderán porque va hacia ese camino. Tratare de avanzar algo de esa historia hoy para terminarla esta semana, gracias por sus comentarios, me dan el impulso para continuar.

Esta historia también la seguiré, tratare de actualizar ambas esta semana, se acaba la cuarentena y los mas probable es que deje el trabajo remoto y vuelva al trabajo convencional.

Gracias por sus comentarios y sus estrellitas.

SkybluePetunia

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