Capítulo veinticuatro

El día del examen final había llegado.

TaeHyung procuró levantarse algo más temprano para asegurarse de llegar a tiempo sin ningún problema. Afortunadamente, así había sido y ahora se encontraba sentado en su asiento, esperando a que la clase comenzara.

Cada vez que sentía a alguien ingresar al aula, su mirada inevitablemente iba a parar a la puerta para comprobar si se trataba de su maestro. Así fue como vio a JungKook llegar.

Él avanzó, entrando al aula y, cuando barrió el lugar con la mirada en busca de un asiento libre al cual dirigirse, fue el momento en donde ambos se vieron.

JungKook detuvo todos sus movimientos, quedando estático, sus orbes perdiéndose en los castaños de TaeHyung.

Era la primera vez que se veían desde su encuentro en el parque pocos días atrás. Desde ese momento no habían intercambiado ni una sola palabra.

Eso había sido en mayor parte gracias a TaeHyung, pues JungKook le había mandado uno que otro mensaje, pero él en vez de responderlos, sólo los había leído y dejado allí. JungKook había ido desde preguntarle por su estado, hasta que en su último mensaje le había deseado buena suerte para el examen.

TaeHyung se encargó de romper el pequeño contacto, desviando su vista hacia otro lado para huir de a esa mirada que lo buscaba. No quería extrañar algo que nunca le perteneció.

Poco después sintió a JungKook caminar y pasar a su lado, dirigiéndose hacia el fondo del salón. Se abstuvo de mirar, pero podía asegurar que él se había sentado en esa área, tal como le era costumbre.

En ese momento alguien más ingresó al salón, y al percibir que sus compañeros tomaban asiento, asumió era su maestro. Cosa que confirmó al escucharlo hablar.

—Buenos días, estudiantes. Por favor ubíquense para dar inicio al examen —él dijo con voz dura, no perdiendo el tiempo. Tomó un marcador y empezó a anotar indicaciones en el tablero—. Ya conocen las normas, así que no creo que sea necesario recordarlas. Quien incumpla alguna, se le será anulado el examen.

El hombre terminó de escribir lo que sería el tiempo estipulado para la actividad evaluativa, la fecha, entre otras cosas, antes de empezar a repartir las hojas.

TaeHyung respiró hondo en un intento de apaciguar los nervios que comenzaban a embargarlo. Últimamente había sentido más confianza en sus conocimientos, sobretodo al ver que sí había mejorado notablemente, pero eso no le quitaba la presión del peso que ese examen tenía en él.

Más allá de la validación de que había aprendido, esto era lo que definiría si aprobaría matemáticas o no. Y no podía darse el lujo de la última opción, así que daría todo de sí.

Los últimos dos dias no habían sido los mejores, tampoco había descansado perfectamente, pero todo eso lo dejaría de lado mientras estuviera presentando la evaluación.

Recibió el examen, agradeciéndole en voz baja a su maestro, para luego tomar su lápiz y poco después comenzar a escribir. Como clásica estrategia, dio inicio con los ejercicios que más se le facilitaban captar a la primera, y se esforzó por no angustiarse al ver alguno que no entendía. Esos los dejaría para dedicarles más tiempo al final.

Así fue como las manecillas del reloj empezaron a avanzar de a poco, cada vez estipulando que el tiempo restante era menor. TaeHyung intentaba no mirarlo mucho, para evitar presionarse más por ello. Sentía que estaba haciéndolo bien, y con eso intentaba mantenerse, siguiendo el ritmo.

Por eso se sintió bien al terminar con todos los ejercicios, segundos después la campana del final de la clase sonando. Apresuró a levantarse de su asiento para entregarle la hoja a su maestro antes de que este saliera del aula. Y lo consiguió.

El hombre revisó rápidamente lo que pudo ver de la primera página, pero la expresión en su rostro no varió, por lo que TaeHyung no pudo leer nada de ella. Después él continuó recibiendo los exámenes de algunas personas que también habían tardado hasta ese momento y, al terminar con ello, se despidió cortamente para proceder a salir del salón.

Sin darse cuenta TaeHyung tenía una pequeña sonrisa en su rostro. Después de tanto esfuerzo y dedicación, allí estaba la culminación de todo. En tan solo unas pocas hojas llenas de números.

Fue inconscientemente el hecho de que se giró hacia los asientos del salón, en busca de alguien. Pero no tardó en darse cuenta que ese chico ya no estaba allí.

Se relamió los labios y tragó saliva, antes de negar mentalmente. No, él no quería ver a JungKook, sólo había sido un tonto reflejo.

Se dirigió nuevamente a su lugar, acomodando sus cosas y guardándolas para así tomar rumbo a su próxima clase. Vaciaría su cabeza de todos esos pensamientos que luchaban por volver, y ahora sólo se centraría en lo importante: había terminado su último examen de matemáticas.

Aún faltaba el resultado, pero TaeHyung tenía un buen presentimiento.

<...>

—Gracias por acompañarme. —la voz de JiMin era alegre mientras que los tres caminaban por las calles del centro de la ciudad.

Más específicamente, se encontraban en la zona donde grandes tiendas de ropa se abrían paso, muchas personas transitando por el mismo camino, pero afortunadamente por el día y la hora, no eran las suficientes como para que el espacio se sintiera sofocado.

—Teníamos que asegurarnos que no compraras algo demasiado... tú. —JiSoo dijo, haciendo que Park elevara una ceja.

Aunque esa expresión no duró mucho en su rostro, pues toda su atención fue dirigida a algo exhibido en una vitrina.

—¡Miren esto! —exclamó él, señalando un maniquí con un traje tan rosa que hasta Barbie se pensaría dos veces el usarlo. Incluso tenía algunas plumas y perlas decorándolo de forma bastante escandalosa—. ¿No sería perfecto?

—Si quieres sufrir de bullying, probablemente —ahora fue TaeHyung quien entró a la conversación, sonando divertido al ver la indignación de JiMin por su respuesta. Por otro lado, estaba JiSoo, quien parecía aún no poder procesar cómo alguien había diseñado algo así—. Es broma... creo. Sólo digo que podrías llevar algo menos exótico.

—Eso es aburrido. —bufó JiMin.

—Probablemente tengas razón, pero es la sociedad en la que vivimos.

—Sólo porque es la primera tienda, te haré caso. Pero si no encuentro nada, volveré por este.

Ni JiSoo ni TaeHyung estaban seguros de si eso sólo era un hecho o se inclinaba más hacia el término de amenaza.

—Está bien. Sigamos. —JiSoo musitó, empujando levemente a JiMin quien no estaba muy feliz de alejarse del rosado traje.

—¿Tienen alguna idea en mente? —Park cuestionó, volviendo a observar las vitrinas a su alrededor.

—¿No planean llevar algo a juego?

—Sí, por eso elegiré primero mi traje, ya luego Nam elegirá uno que combine.

Ah sí, estar en época de exámenes finales, también significaba que el año escolar estaba por terminar. Estaban cercanos a salir a vacaciones, pero aún más importante, graduarse de la escuela.

Claramente, eso iba de la mano con el baile escolar, asunto que los llevaba a donde estaban, buscando lo que JiMin usaría para esa noche.

—Es increíble cómo siendo la mitad del tamaño de él, logras manejarlo sin mayor esfuerzo —JiSoo comentó, también viendo entre las tiendas y sus amigos.

—Tengo mis trucos.

—Miren ese de allí. —TaeHyung señaló hacia la vitrina de un almacén que estaba al otro lado de la calle.

Sus dos amigos afinaron la vista para poder apreciar lo resaltado.

—Creo que eso se te vería bien. —JiSoo respondió poco después, haciendo referencia claramente a JiMin.

—No está mal, pero siento que le falta sazón.

—Es un traje, no puedes condimentarlo. —JiSoo volvió a hablar, haciendo que JiMin rodara los ojos.

—Muy graciosa.

—Puedes agregarle algunos detalles que se adapten más a ti. Pero en general, creo que es una buena base. —las palabras salieron de los labios de TaeHyung, y su amigo pelirosa pareció meditarlo un momento.

—Me lo probaré.

Dicho eso, lo que le siguió fue el típico servicio al cliente hasta que JiMin ingresó al vestidor para probárselo. Terminó siendo que no convenció a ninguno de los tres, a pesar de que la chica que los atendió aseguraba que se le veía increíble. Luego otros tres trajes fueron probados por el pelirosa, siendo que esa misma chica los traía y él no era capaz de decir que no. Y sus amigos tampoco, por lo que allí estaban los tres siendo víctimas de una excelente vendedora.

La ventaja fue que el quinto traje, contra todo pronóstico, sí fue del agrado de los tres.

Era algo sencillo, pero con un toque delicado y sofisticado que encajaba a la perfección con JiMin. Los colores paseaban con elegancia en un azul bastante suave, pero opaco, jugando con tonalidades grises. También tenía pequeño detalles en blanco. La gama de colores no estaba nada mal.

—Creo que sí me gusta. —JiMin cedió, detallándose en el gran espejo frente a él. A veces moviéndose un poco para ver desde todas las perspectivas y ángulos.

—Opino igual. —JiSoo concordó de la misma forma que TaeHyung, quien asintió al escucharla.

—En casa tengo una flor morada que hizo mi madre para un vestido. Creo que si la pongo aquí—él habló, señalando la parte superior izquierda de la chaqueta del traje—, sería perfecto.

—Si traes la flor, nosotros podemos colocarla mientras ajustamos el traje a tus medidas. —la chica por la que habían terminado quedándose en la tienda, explicó con una sonrisa que no había abandonado sus labios en todo ese tiempo.

—Entonces creo que eso es todo. Llevaré este.

TaeHyung y JiSoo celebraron, abrazándose ambos, como si su amigo acabara de decir que sí al vestido en ese famoso programa de vestidos de novia. Eso causó leves risas en JiMin, quien poco después entró al vestidor para cambiarse de vuelta a sus prendas normales.

—Debo decir que esto tomó como seis veces menos tiempo del que creí. —TaeHyung comentó, mientras que iban caminando de nuevo, saliendo de la tienda.

JiMin ya había hecho el proceso debido para reservar el traje y le habían tomado las medidas para terminar de ajustarlo perfectamente a sus curvas.

—Me sorprende que sí hayas encontrado uno que te gustara.

—Lo sé. Pero, ¿y ustedes? ¿Realmente no irán al baile?

—No tengo con quien ir. —JiSoo respondió sencilla, encogiéndose de hombros.

Y antes de que JiMin pudiera dar su idea, que ya sus dos amigos anticipaban, TaeHyung habló.

—Aún no sé si aprobé matemáticas, así que no puedo ir con ella.

—Pero dijiste que te fue bien en el examen. —JiMin replicó.

—¡No dije eso! Dije que no había estado mal —apresuró a corregir TaeHyung—. No menciones eso de nuevo, porque capaz y termino reprobando por creer que me fue bien.

—No seas exagerado —JiSoo negó, antes de palmear levemente su espalda—. Debes confiar en ti.

—Confío en mí —el rubio aseguró—. Que no confío en mi conocimiento matemático es otra cosa.

—Deberías detenerte con eso, si yo he visto con mis propios ojos que has mejorado mucho en clase —su mejor amigo le dijo—. JungKook hizo un buen trabajo.

JungKook había hecho un buen trabajo.

Rompiendo su corazón.

¿Ese era el precio de saber matemáticas? Se le hacía dolorosamente costoso.

—Espero que sí. —fue todo lo que respondió.

—Sigo creyendo que deberían ir. —JiMin volvió a insistir. Esta vez un puchero con aires de manipulación de instalaba en sus labios.

JiSoo lo evadió sabiendo que era muy difícil resistirse a la persuasión del pelirosa, viendo el adorable rostro con el que lo habían mandado al mundo.

—Ya, mejor vamos por un helado. Muero por algo dulce.

Ella dijo pasando su brazo por encima de los hombros de JiMin, comenzando a caminar y llevándolo. TaeHyung rio suavemente, apresurándose para seguirles el paso.

había dicho que subía el capítulo ayer, pero se me pasó el tiempo y no alcancé, disculpen 😞

como siempre, gracias por leer <3

©gguktaebae

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