Capítulo trece
Pasaron dos dias desde que había ido a casa de JungKook. Esa noche mientras esperaba por la pizza que su madre le había pedido llevara a casa, había decidido que lo mejor sería dejar de lado las incógnitas que surgieron al ver aquellas fotos, porque no era algo que fuera de su incumbencia. Sin embargo, su decisión no fue fácil de llevar cuando ambos días que habían transcurrido a partir de entonces, JungKook se ausentó en la escuela. Tampoco le había enviado ningún mensaje.
TaeHyung mordió su labio, mientras miraba al blanco techo de su habitación. Ya había terminado sus clases del día, y por fortuna los maestros no habían dejado ningún trabajo para entregar al día siguiente, así que podía tomarse un tiempo libre de estudios.
El problema era que ya había jugado una partida de Owerwatch, visto algo en Netflix, ordenado su habitación, e incluso había vuelto a sus tiempos de minecraft jugando un poco en la pc; todas esas cosas y apenas acababa de anochecer. Por alguna razón ese día el tiempo parecía ir a paso de tortuga.
Desvió la mirada al escuchar la notificación de su teléfono. Con una de sus manos lo tomó y observó que el responsable de aquel sonidito fue un mensaje de JiMin. Lo leyó y no era nada muy importante, así que le dio click y respondió rápidamente antes de volver a salir del chat. Suspiró al ver que unos cuantos espacios abajo se encontraba el chat de JungKook.
Como mencionó antes, ningún mensaje había llegado de su parte después de la peculiar tarde que pasaron en su apartamento. Personalmente, él pensó que un "Gracias por soportarme borracho, llevarme a la cama y luego dejar las cosas como si nada hubiera pasado en mi sala" sería un buen detalle luego de literalmente haber hecho eso, pero bueno, él era consciente de que se trataba de JungKook, así que las probabilidades de que algo así sucediera eran cero en un millón.
Sus dedos picaban por entrar al chat, mas terminó por negarse y dejar el aparato a un lado. Sabía que era muy temprano para irse a dormir, pero aún así lo intentaría con tal de dejar su curiosidad —¿o era preocupación?— de lado.
<...>
—¿Van a hacer algo el fin de semana?
La pregunta salió de los rellenos labios de JiSoo mientras terminaba de guardar su cuaderno en su maleta. Ya era el día siguiente y la campana que avisaba el final del día acababa de sonar.
—Procrastinar.
JiMin respondió y la pelinegra lo observó por un instante antes de volver a hablar—Eso lo haces todos los días.
—Me dolió —Park fingió resentirse poniendo una mano en su pecho, y cerrando con fuerza sus ojos—. Pero me duele más una Corea corrupta.
—Estás todo traumadito con los audios de Tik Tok —ella le dijo riendo con levedad, y luego dirigió su atención al rubio que se encontraba un poco más atrás de él—. ¿Y tú, Tae? ¿Tienes planes?
—No en realidad —contestó colocando su mochila en su espalda—. En unas semanas son los exámenes finales, y aún necesito reforzar matemáticas.
—¿JungKook te va a dar tutorías el fin de semana?
El de cabellos rosas cuestionó, sin embargo, su duda quedó medianamente resuelta al ver como el mismo JungKook pasaba por su lado, sin siquiera dar una mirada, omitiendo completamente la existencia de su grupo de amigos, y saliendo del salón de clases.
Ah sí, ese día JungKook sí había asistido a la escuela, pero en las horas que llevaba ahí lo había ignorado de forma tan monumental, que por un instante se sintió como las advertencias que colocan en algunos fan fictions y las personas no toman muy en cuenta, arriesgando su estabilidad emocional al leer.
Aunque él entendía a esas personas, pues solía hacerlo. Una lloradita no le hace daño a nadie.
—No. —TaeHyung agregó como confirmación.
—¿Y a ese qué le picó? —JiSoo cuestionó y los tres comenzaron a caminar, saliendo también del salón—. Nos tuvo al lado y no te miró ni a ti, ni a tu retaguardia.
—¿Acaso pelearon? —propuso JiMin y ni tiempo de contestar le dio a su amigo antes de continuar—. Aw, su primera pelea de pareja.
TaeHyung lo miró con interrogantes pareciendo saltar de sus ojos, haciéndolo reír. El rubio suspiró.
—Hace tres días que no me habla, y no tengo ni la menor idea de por qué.
—¿Ni por mensaje? —indagó la única chica, a lo que el menor de los tres negó—. Luego dicen que las mujeres somos las difíciles de entender.
La realidad era que JungKook era un libro cerrado, uno que cada vez que intentabas abrir, te cortabas con sus hojas y terminabas prefiriendo dejarlo como estaba.
Por una parte TaeHyung respetaba aquello, después de todo seguía sin saber muy bien como estaba categorizada su relación con Jeon, por tanto tampoco sabía en que nivel de confianza se ubicaban. No obstante, lo que aparentaba hostigarlo era el hecho de que ese azabache parecía ser así con todo el mundo.
Ni siquiera recordaba la última vez que lo había visto sentado con alguien en la mesa de la cafetería, o hablando con alguno de sus compañeros por gusto o convicción propia. Y sí, JungKook era conocido entre todos allí por su evidente atractivo, y por la reputación de la que JiSoo le había hablado al principio. Pero más allá de eso no parecía haber más.
¿Cómo es que nunca se había dado cuenta de ello? Su amor platónico lo había cegado bastante de la realidad.
—¿Creen que deba intentar hablar con él? —consultó el menor de todos.
—No lo sé, Tae. Dejando de lado el hecho de que amo molestarte con el tema de JungKook, con todo lo que nos has dicho, empiezo a pensar que es mejor dejar las cosas quietas por un momento. Más viendo esto de que ahora se aleja sin razón —el pelirosa opinó con voz calma y suave, haciendo que los dos que caminaban a su lado lo miraran de forma extraña—. ¿Qué?
—Es que nunca pensé decir esto, pero.... —JiSoo pareció inhalar profundamente y tomarse un momento—. Creo que JiMin tiene razón.
Y eso había sido más duro que la vez en la que tuvo que decirle a su madre que por accidente rompió su taza de Chayanne.
—Wow, eso es nuevo —manifestó el aludido por la chica—. ¿Te molesta repetirlo para grabarlo y ponerlo de ringtone?
—Depende, ¿me vas a pagar? —ella preguntó, y al ver que su amigo tenía intenciones de sacar su billetera de su bolsillo, negó un poco con la cabeza—. Haces que me distraiga —dijo antes de retomar—. A lo que iba es que siento que JiMin tiene razón, tal vez es mejor dejar las cosas como están. Después de todo nos has dejado bastante claro que todo lo que dicen de él es cierto, y que su actitud es una mierda. No tienes que tolerar eso sólo porque te atrae, chicos lindos hay muchos por ahí.
TaeHyung escuchó esas palabras y se sorprendió al ver el rápido cambio de opinión que su amiga había tenido. Bueno, tal vez no tan rápido, después de todo ya había sido un tiempo desde que le había sugerido la descabellada idea de proponerle a JungKook que se acostara con él, empero, sentía que si ella ahora pensaba diferente era por algo.
—Lo tengo —murmuró con entusiasmo Park, antes de darle click a algo en la pantalla de su teléfono—. "Siento que JiMin tiene razón" —no había duda de que esa era la voz de JiSoo instantes antes—. Creo que también lo pondré de alarma.
Y el golpe que la chica le dio en la nuca a su amigo lo había hecho soltar un quejido poco varonil.
—Ustedes son un par de agresivos. —se quejó la víctima del impacto, sobando la parte superior de su brazo.
—No lo somos, es que tú nos causas violencia —corrigió JiSoo—. Pero aún así te queremos.
—Me quieren golpear.
—En fin —ella lo ignoró antes de volver a mirar a su amigo de cabellos rubios—, es tu decisión, Tae. Sólo piensa bien que es mejor para ti.
¿Qué era lo mejor para él? La situación era tan extraña y cambiante gracias a JungKook, que ni siquiera sabría donde ubicar esa pregunta. Por un momento había creído que el azabache parecía ser más agradable, como si se hubieran acercado un poco en ese tiempo. Pero luego él decide dejarle de hablar sin explicación alguna, volviendo al inicio donde se encerraba en esa burbuja que no hacía más que confirmar los rumores que rondaban por los pasillos de la escuela.
JungKook era alguien difícil de tratar.
Y TaeHyung era un masoquista por seguirle dando vueltas al asunto, en vez de encontrar la manera de sacarlo de su vida y que todo volviera a ser como antes.
Tal vez era porque seguía teniendo ese estúpido crush por él. O tal vez porque entre ambos existía una fuerte tensión sexual.
O tal vez...
—Supongo que tienes razón —habló saliendo de sus pensamientos, y elevó las comisuras de sus labios—. Miren, por fin actúan como buenos amigos.
—¡Nosotros siempre hemos sido buenos amigos! —protestó JiMin y JiSoo lo apoyó por segunda vez en ese rato. Eso en definitiva era récord.
—Es cierto, sólo que lo hacemos a nuestra manera —agregó, empinándose un poco para despeinar con cariño los cabellos de TaeHyung—. Ahora si me disculpan, me marcho. Hoy sacan episodio de Single's inferno y debo tomar el sofá antes de que mi hermano y su novia lo hagan. Adiós, manitas de bebé. Adiós, rubia teñida.
Ella pareció mandarles un beso, y luego se giró para caminar el pequeño trayecto que le quedaba hasta la salida, perdiéndose de vista con velocidad.
—¿Me dijo rubia teñida? —cuestionó Tae.
—Silencio, rubia teñida.
Al final ambos rieron y concordaron con que su amiga tenía buena creatividad para los apodos. Avanzaron un poco más hasta llegar a la salida de la escuela, y allí se despidieron puesto que sus casas quedaban por caminos distintos, así que debían separarse.
TaeHyung suspiró con una leve sonrisa. Sus amigos eran unos tontos, pero unos a los que quería mucho y que al final sólo buscaban lo mejor para él, sólo que a su manera.
Levantó su vista por un momento para comenzar a dirigir sus pasos hacia su casa, sin embargo, una conocida cabellera negra entró en su rango de visión.
JungKook estaba ahí parado, viendo algo en su teléfono, y TaeHyung se relamió los labios comenzando a considerar que debería hacer.
"Es tu decisión, Tae. Sólo piensa que es mejor para ti."
Bueno, lo mejor para él era aprobar matemáticas, así que no estaría mal si se acercaba al chico por motivos meramente académicos. Reprimiría sus pensamientos y sólo se enfocaría en saber que sucedería con sus tutorías.
Al menos así se trató de convencer.
Posicionó sus manos en las aletas de su mochila, y se acercó a él, quien no pareció notar su presencia hasta que la primera palabra salió de sus labios.
—Hola.
JungKook levantó por un segundo la vista antes de volverla a su teléfono.
—Hola.
—No me has hablado en tres dias. —comentó TaeHyung, a pesar de que era obvio que el contrario lo sabía.
—Lo siento —respondió al cabo de unos segundos—. Las tutorías las retomamos el lunes.
—¿Puedo saber por qué?
—No es importante —replicó guardando su teléfono en su bolsillo—. Debo irme.
Y con eso dicho, JungKook lo encaró por un instante haciendo que sus miradas conectaran, pero luego se perdieran al desviar su cabeza y comenzar a caminar, alejándose del rubio.
En definitiva aquello había sido el mayor ejemplo de un seco intercambio de palabras, por lo que TaeHyung optó por no detenerlo y dejarlo irse. Había ido por información sobre sus tutorías, y eso había obtenido.
Sin embargo, algo dentro de él le decía que algo sucedía con ese chico de cabellos negros.
Lo observó hasta que lo vio medianamente lejos, y dejándose llevar por su instinto, decidió seguirlo.
Que necio eres, TaeHyung.
Era probable que su cabeza tuviera razón, pero había veces en que era mejor arriesgarse y ver si el corazón acertaba. Después de todo no iba a hacer nada malo.
ya volvimos, ya volvimos con esta gente loca.
pero enserio, extrañaba actualizar (y a ustedes). muchísimas gracias por leer. ♡
©gguktaebae
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