Capítulo ocho
TaeHyung se removió en el sofá, cubriéndose mejor con su manta. Era domingo y sus padres habían salido a un cumpleaños de un amigo de la familia, por lo que ahora estaba solo en casa.
Había decidido no ir pues el clima estaba perfecto para no hacer nada más que lo que estaba haciendo en ese momento: hundirse en el mueble con una cobija rodeándolo y tal vez algunos snacks, ya que afuera estaba lloviendo algo fuerte.
A él le encantaba la lluvia, cuando pequeño solía salir a jugar bajo ella a pesar de los leves regaños de su madre diciéndole que enfermaría si lo hacía. Él realmente no creía que eso pasara, nunca había atrapado un resfriado por salir a jugar bajo el agua de un día lluvioso.
Con una de sus manos llevó un dorito a su boca mientras observaba la pantalla de la televisión, estaban dando una película de Avengers, no estaba muy seguro de cual. En realidad no era muy experto o fan de esas películas, pero no había encontrado nada mejor que ver así que ahí estaba él, disfrutando de la trama.
Y con trama se refería a los que hacían de Capitán América y Spider Man. En definitiva cuando la película terminará googlearía un poco acerca de esos bombones.
Los minutos comenzaron a pasar y TaeHyung respiró sintiéndose relajado. Por fin tenía un poco de paz después de las últimas semanas que habían sido un martirio, todo gracias a cierto fuckboy.
Sintió un poco de calor subiendo a sus mejillas y gruñó levemente ante eso, de verdad comenzaba a resignarse de aprender a controlar cierto tipo de reacciones de su cuerpo hacia JungKook, lo cual era el colmo.
Pero de alguna manera entendible teniendo en cuenta todo lo que había pasado desde que lo habían asignado como su tutor.
Lo más vergonzoso de todo siendo cuando hacia unos días le había dicho que se acostara con él. Por el multiverso, ¿qué había estado pensando para soltar eso de la nada? Quería golpear a su yo del pasado.
Además de que parecía que haber hecho tal atrocidad ni siquiera había ayudado, pues ya había pasado un poco desde ese entonces y aún no sucedía nada, y en vez de sacar a JungKook de su sistema parecía que ese lograba meterse más y más en él.
Y es que como no, le era imposible evitarlo con cada interacción que tenían, pues JungKook siempre era dominante con él y aprovechaba cada oportunidad que tenía para coquetearle.
No entendía qué pasaba por la cabeza de JungKook, pero suponía que simplemente era el típico fuckboy así que esa era su típica manera de actuar, a excepción de en frente de los maestros, pues con ellos sí era un chico ejemplar.
Rodó los ojos fastidiando al darse cuenta que sus pensamientos se dirigían a ese fastidioso pelinegro, era domingo y estaba solo en casa, no dejaría que recuerdos y pensamientos tontos lo atormentaran. Llevando de nuevo un dorito a su boca volvió a centrarse en la película.
Lastimosamente no pudo ni probar otra fritura antes de que el timbre sonara. Suspiró con pereza dejando su snack de lado, tomó la cobija y se envolvió desde la cabeza con ella, dejando que solo se viera su rostro, y así comenzó a caminar en dirección a la puerta de la casa, dispuesto a abrir.
Le parecía extraño que alguien tocara a esa hora, más cuando se suponía que sus padres volverían tarde en la noche, pero creyó qué tal vez habían vuelto antes por alguna razón.
Tristemente para él, cuando abrió se dio cuenta que lo que creía era totalmente erróneo y que la persona detrás de la puerta estaba lejos de ser sus padres.
—¿Qué haces aquí? —cuestionó sin entender. Lo tenían que estar jodiendo, por fin tenía un día de paz para estar solo consigo mismo y JungKook aparecía en la puerta de su casa.
—¿Puedo pasar?
Esa no era la respuesta que TaeHyung esperaba, sin embargo, al observar bien al chico, notó que este estaba empapado con sus manos metidas en el bolsillo de su campera, seguramente con algo de frío.
Decidió no responder y sólo se hizo a un lado, dándole un permiso silencioso al contrario para que entrara. Por más de que quisiera cerrar su puerta y solo ir a terminar de comer sus frituras y ver la película, no podía dejar a JungKook morirse de frío allí afuera.
Cuando el chico estuvo dentro, cerró la puerta detrás de ambos y lo miró al rostro.
—Quédate aquí, traeré algo de ropa para que te cambies. —dijo quitándose la cobija de encima y dejándola encima de una silla que había allí cerca.
JungKook en realidad no alcanzó a responder cuando TaeHyung se había ido a buscar lo mencionado. No pasó mucho cuando el rubio volvió con las prendas en manos junto con una bolsa, se las extendió y le dijo que fuera al baño a cambiarse, y echara lo mojado en la bolsa.
JungKook se sorprendió un poco aunque la expresión en su rostro no lo demostró, solo tomó las cosas he hizo lo dicho.
TaeHyung lo miró hasta que se encerró en el baño y suspiró. Odiaba ser tan débil, pero no podría con el cargo de consciencia de dejar que JungKook se congelara con el frío que hacía afuera y la lluvia.
Sólo estaba ayudando y haciendo una buena acción, tal cual como su madre siempre le había dicho que debía hacer. Tomó su manta de donde la había dejado y se dirigió de nuevo al sofá sentándose mientras que el pelinegro se cambiaba. La película aún seguía y parecía que aún faltaba para que terminara, por lo que volvió a ponerle atención, tanto que no se dio cuenta lo rápido qué pasó el tiempo cuando JungKook apareció en la sala con su ropa y una bolsa en mano.
Lo observó de arriba abajo notando que la camiseta como el pantalón le quedaban un poco ajustados, seguramente porque el chico tenía una espalda más ancha y músculos más desarrollados que él. Le hubiera dado una pijama que probablemente le quedaría más cómoda, sin embargo, no pretendía que JungKook se quedara así que con eso que tenía puesto podría irse justo después de que el diluvio de afuera se calmara un poco.
—Cuando alguien hace algo por ti se suele decir "gracias". —TaeHyung rompió el silencio al ver que el pelinegro no hacía más que quedarse parado en la entrada de la sala.
—Gracias. —respondió el chico, raramente no sonando burlón, pero tampoco demasiado amable.
—¿Ahora sí me puedes decir qué haces aquí? —el rubio preguntó mirándolo desde el sofá.
—Iba de camino a un bar que queda a unas calles de aquí cuando empezó a llover. —explicó sencillo el chico, recostándose en el marco de la pared.
—¿Ibas a un bar en plena tarde de domingo?
JungKook tan sólo se encogió de hombros haciendo que TaeHyung frunciera el ceño con levedad. Tal vez era extraño eso de que iba a un bar a esa hora, sin embargo, era JungKook, no podría ser algo tan anormal, lo que en realidad le extrañaba era la actitud que este tenía.
Parecía neutral, como si no sintiera nada, como si todo le diera igual. No tenía ese aura de superioridad rondándolo como siempre, ni ese tono que rodaba lo burlón, no obstante, tampoco parecía la persona más amable del mundo.
—¿Te gusta Avengers? —esa pregunta lo sacó de sus pensamientos.
—Me da igual —respondió cayendo en cuenta el porqué de la pregunta al instante—. Sólo no había nada mejor que ver en la TV.
—No sabes apreciar lo que es bueno. —JungKook volvió a hablar y TaeHyung lo observó sintiendo sus indignación crecer. ¿Acaso ya iba a empezar a joderlo, pero esta vez con su gusto en películas?
—Si sólo vas a juzgar lo que pienso, eres bienvenido a irte.
El rubio le sonrió sin nada de amabilidad y JungKook lo miró, justo un trueno sonando con fuerza, indicando que la lluvia sólo se hacía más fuerte.
JungKook suspiró tragando saliva, y en silencio caminó hasta el sofá, tomando asiento en uno de los espacios vacíos. El pelinegro no dijo nada y eso fue suficiente para hacer sentir a TaeHyung satisfecho, quien se acomodó al otro lado del sofá, quedando un buen espacio entre ambos.
El rubio volvió a comer de sus doritos y la película continuó, ninguno de los dos se dirigían la palabra, no obstante, el mayor de ambos notó una que otra mirada que le regalaba JungKook.
—Dame. —después de un rato Jeon dijo mirando al paquete en sus manos, haciendo que TaeHyung notara que esas miradas eran hacia su comida, no hacia él.
—Se dice "por favor". —replicó un poco después, mirándolo en el momento en que llevaba otro dorito a su boca.
—Dame. —volvió a decir, técnicamente ignorando lo dicho por el contrario.
TaeHyung enarcó una ceja indignado. ¿Quién se creía que era para exigirle algo? No tenía derecho a pedirle comida, y menos sin si quiera pedirlo amablemente.
Por obvias razones, el rubio esta vez decidió no prestarle atención y dirigir de nuevo su vista hacia la película. Él había dicho que amaba los días lluviosos, lo cual era cierto, pero en ese momento solo esperaba que el diluvio cesara para que JungKook por fin se fuera de su casa.
Tres doritos después TaeHyung sintió como algo se arrimó a su lado, algo bastante musculoso.
—No, son míos. —dijo el mayor frunciendo el ceño y corriéndose tanto como pudo, quedando pegado totalmente a su esquina del sofá.
—El que come solo muere solo. —replicó el azabache acabando con el espacio entre ambos y pegándose de nuevo al cuerpo ajeno.
—Ya dije que no —habló y se giró intentando darle la espalda a JungKook—. Pareces un niño caprichoso de preescolar.
—Lo dice que el me responde con "tu cola" cada que puede. —sus pobladas cejas se arquearon, sin embargo, TaeHyung no lo notó pues le daba la espalda.
—Esa es una excelente respuesta, sólo que tu bajo intelecto no la puede apreciar. —explicó metiendo su mano de nuevo en la bolsa de frituras.
—Sólo quiero recordarte que no es a mí a quien le dan tutorías de matemáticas.
—Eso fue muy bajo —musitó TaeHyung haciendo que una sonrisa orgullosa se posara con levedad en el rostro contrario—. Ahora me comeré el último dorito con más gusto.
Dicho eso, aún sin girarse hacia el pelinegro, metió su mano en la bolsa del dichoso snack, y sacó el último que quedaba, llevándolo a su boca, sin embargo, antes de que pudiera si quiera masticarlo, su mentón fue tomado y girado un poco, quedando con el rostro de JungKook muy pegado al suyo.
El menor acercó sus labios, y alcanzó a rozar los suyos cuando mordió la fritura, apenas dejándole la punta entre los dientes de TaeHyung.
—Gracias. —dijo JungKook después de terminar de masticar y relamiéndose los labios con triunfo.
TaeHyung reaccionó un poco después, y su rostro comenzando a colorearse de rojo, tomó su manta y se levantó del sofá dirigiéndose fuera de la sala, no obstante, se detuvo antes de salir completamente.
—Puedes quedarte aquí hasta que la tormenta termine, luego te vas. —eso fue todo lo que dijo antes de sin mirar atrás comenzar a caminar hacia las escaleras que dirigían al segundo piso.
Sus pasos iban directo a su habitación, mientras que sus mejillas se sentían rojas. Joder, esa era la segunda vez que compartía un beso con JungKook.
Aunque lo de hacia instantes atrás había sido más un roce, pero al fin y al cabo sus labios se habían chocado.
No entendía porqué JungKook hacía esos movimientos de la nada.
Y lo molestaba porque no podía controlar sus reacciones y le daba vergüenza que él notara aquello, porque seguramente sólo alimentaría su ego.
JungKook siempre lo molestaba, pero no tanto como para llegar a un tipo de contacto así, y menos desde la vez que lo había besado en la calle, así que no entendía porqué ahora, incluso había llegado a pensar que lo que había pasado ese día sería olvidado.
¿JungKook había venido a su casa pensando en algo como eso? ¿Tendría planeado que esa noche...?
TaeHyung se lanzó a su cama, de repente sintiéndose demasiado avergonzado pero molesto. Entonces el azabache creía que todo era a su manera, cuando y cómo él quisiera.
En definitiva eso sonaba muy a JungKook.
Por la luna, ¿en qué se había metido? Sentía como si hubiera hecho un pacto con el de abajo.
—¿Por qué te enojas? —de repente una voz habló desde la puerta de su habitación.
Maldición, había olvidado cerrarla con llave.
Suspiró, y se abstuvo de responder, sólo quedándose en silencio. Y así fue unos momentos hasta que sintió como unos dedos le pincharon en el costado del estómago.
Automáticamente su reacción fue estirar sus piernas con fuerza, técnicamente una patada en modo de defensa. No era su culpa ser tan cosquilloso.
—Mierda, qué manta tan agresiva. —chilló levemente JungKook al recibir el impacto en su muslo, cerca de su entrepierna, y agradeciendo de que el golpe no había dado allí.
Parecía que TaeHyung tenía una buena puntería para esa zona.
—Fuera, no te di permiso de entrar. —dijo TaeHyung aún debajo de la tela, pero un poco feliz de haber golpeado a JungKook.
—¿Luzco como alguien que necesita permiso?
—Luces como alguien que quiere que le patee la cola.
—Tienes un serio problema con las colas, TaeHyung. —escuchó que JungKook dijo, y aunque no lo podía ver pues estaba cubierto por la manta, sintió su típica sonrisa burlona.
—¡Vete!
—¿Por qué te enojas? —y ahí estaba de nuevo la pregunta del inicio.
—¡Porque eres incomprensible! —TaeHyung ni se atrevió a disimular, simplemente lo soltó.
—¿Incomprensible? —JungKook cuestionó de vuelta y TaeHyung se sentó en la cama, quitándose la sábana de encima.
—Sí —respondió mirándolo a los ojos—. Me tratas mal, luego me molestas, haces lo que te venga en gana y me provocas todo el tiempo. Pero luego cuando te digo que nos acostemos aceptas pero no dices cuando, y no vuelves a siquiera mencionar el tema pero de la nada hoy... ¡hoy vienes y me besas!... No entiendo, qué es lo que intentas hacer.
—Sólo me divierto. —dijo el chico encogiéndose de hombros.
—Pues para mí no es divertido. Es jodidamente agotador porque tenga que soportar que un imbécil ande en mi cabeza todo el tiempo.
Bueno, eso último tal vez no había sido necesario decirlo.
—No sé si ofenderme por lo de imbécil o sentirme halagado de que vivo en tu cabeza. —JungKook levantó las cejas mirándolo desde arriba.
TaeHyung necesitaba aprender a controlar lo que salía de su boca si quería llegar a la adultez con algo de dignidad.
—Solo vete. —TaeHyung susurró rendido, cubriéndose de nuevo con la manta.
Y pasaron unos instantes hasta que JungKook se dignó a hablar de nuevo.
—Estaré abajo viendo el maratón de Avengers, me iré cuando la lluvia se detenga un poco.
Y con eso, TaeHyung escuchó suaves pasos por lo que supuso el azabache de había ido del lugar. Se sintió aliviado, ya que había creído que JungKook seguiría molestándolo tal cual como acostumbra, pero para su fortuna, por alguna razón esta vez lo había dejado pasar.
Se giró hacia arriba, quedando totalmente acostado y mirando hacia el blanco techo de su habitación. Quería comprender a qué jugaba JungKook, pero simplemente no lo lograba.
Pensaba en la relación que tenían ambos y diría que ni siquiera tenían una, pero sin darse cuenta, a medida que iban pasando los días parecía que sí había "algo".
No se conocían a profundidad, ni nada parecido, pero de alguna manera entre sus peleas y conversaciones sarcásticas que tenían el uno con el otro parecía que no les era incomodo hablar, tal vez no parecía como se tratarían dos amigos u otra cosa, pero cada uno siempre tendría una respuesta que darle al otro.
Sus pensamientos vagaron un poco más, tocando el tema de la actitud de JungKook, y recordó cuando había tocado a su puerta más temprano en la tarde. Al principio su rostro y manera de actuar habían sido extrañas, para nada burlonas o ególatras, más bien como si hubiera un vacío en el azabache en ese momento.
Poco después el chico había vuelto a su típica actitud, ya que había comenzado a molestarlo, pero eso no quitaba que la curiosidad el rubio picara por saber el porqué de esa nueva faceta que veía en JungKook. Y más después de que por primera vez JungKook agachara la cabeza y obedeciera entre comillas, como lo había hecho instantes atrás que se había ido de la habitación.
No supo cuánto tiempo más pasó hundido en su propia cabeza, pero cuando sintió que la lluvia afuera se había calmado casi por completo, dejó su manta de lado y se dirigió a las escaleras.
Cuando bajó y llegó al primer piso, notó que la tele seguía encendida, lo que significaba que JungKook seguía allí. Respiró hondo y se preparó para recibir algún comentario sarcástico ya que eso parecía ser lo único que salía de los labios del azabache, no obstante, se encontró con algo totalmente diferente.
JungKook se había quedado dormido en el sofá.
Estaba sentado pero su cabeza estaba totalmente apoyada en el espaldar, sus ojos cerrados notando su estado de sueño.
El mayor suspiró acercando sus pasos hasta que estuvo frente al chico, y estirando sus brazos, lo agitó levante en un intento de despertarlo.
Aquello no funcionó por lo que decidió volver a intentar con más fuerza, al igual tampoco sirvió. El chico parecía estar muy profundo, como si hubiera estado muy cansado y por fin pudiera descansar.
¿Ahora qué haría? El azabache no despertaba y no había manera de que lo sacara de la casa estando dormido. ¿Podría echarle agua encima para despertarlo?
Esa fue una buena opción hasta que recordó que la ropa que el menor llevaba era suya.
TaeHyung suspiró, su mirada posándose en el rostro ajeno. Debía admitir que se veía lindo, lo cual era sorprendente pues no creyó que ese chico pudiera verse tan adorable y en tiny font en ningún momento. No con esos anchos hombros y oscuros tatuajes en su brazo.
Tal vez solo debía esperar un poco, el pelinegro se despertaría y ya podría sacarlo a patadas. No pasaría nada si lo dejaba unos minutos más, de todas maneras no veía otra forma pues el azabache parecía estar noqueado.
Resignado, se sentó en un espacio libre al otro lado del sofá, centrándose en la tv. En definitiva estaban dando un maratón de Avengers pues ya comenzaba a anochecer y seguían dando películas.
Se acomodó mejor en el cómodo sillón e intentó relajarse, después de todo era domingo y estaba en casa, eso es lo único que debía hacer.
<...>
Unas voces que aunque se escuchaban altas parecían estar lejos de él hicieron que reaccionara, removiéndose un poco en el sofá.
—Esto es el colmo —decía una voz masculina que parecía molesta—. Dijo que se quedaría aquí porque no quería ir con nosotros, ¡no para traer a un probable ex-convicto a nuestra casa!
—Cálmate —ahora una voz de mujer se escuchaba—. Además, ¿un ex-convicto? ¿De dónde sacaste eso?
—Sea lo que sea está en mi sofá favorito. Aunque no por mucho.
TaeHyung frunció el ceño, aquellas voces voces no lo dejaban dormir, aunque a verdad le sonaban bastante familiares. Con lentitud abrió sus ojos y su vista se fue acomodando de a poco. Notó que todo estaba oscuro a excepción de la televisión en frente suyo y una luz que provenía de la entrada de la casa.
Afinó un poco su visión y allí notó a sus padres, o mejor dicho a su padre acercándose con rapidez hacia él con el ceño fruncido, mientras que su madre venía detrás negando con la cabeza.
No entendió muy bien la situación, pero se intentó levantar para sentarse bien en el sofá, y ahí se dio cuenta de un pequeño detalle.
La cómoda almohada en la que había estado durmiendo no era una almohada, era el muslo de alguien, específicamente de JungKook.
En ese instante todo hizo click en su cabeza y con sus ojos bien abiertos vio a su padre, quien ahora estaba frente a él.
"Hola, Dios, soy yo de nuevo".
—¿Me puedes explicar qué es esto que estoy viendo?
—Papá yo... —entrar en pánico parecía la única opción disponible, ya que podría decir la verdad, pero viendo que había estado durmiendo en la pierna del chico, no creía que su padre le creyera.
¿Cómo es que había terminado durmiendo encima de JungKook? ¡Ni siquiera recordaba haber tenido sueño! El mundo lo odiaba, estaba comprobado.
—Y lo peor es que tiene el descaro de seguir dormido en mi sofá —su padre musitó molesto—. ¡Ey, tú, ex-convicto! ¡Despierta!
—Que no es un ex-convicto. —su mamá insistió, y TaeHyung la verdad no podía confirmar esa afirmación.
JungKook pareció reaccionar, abriendo sus ojos y frunciendo el ceño demostrando que no entendía lo que sucedía pero que no estaba feliz de ser despertado de esa manera.
—Y te atreves a decir que no lo llamo por lo que es —su padre le dijo a la única mujer presente—. En sus ojos puedo ver los problemas, las drogas y la lujuria. Lo quiero fuera de mi casa, ya.
Su madre tuvo que taparse con una mano la boca para evitar soltar una carcajada, y su padre frunció el ceño al notar eso. Por su lado, TaeHyung aprovechó para desviar la mirada al rostro de JungKook quien parecía más perdido que aguja en un pajar.
—Vete ya antes de que sea muy tarde. —fue lo que le dijo en tono bajo.
—¿Ese señor acaba de decir que hay drogas, problemas y lujuria en mis ojos? —JungKook cuestionó descolocado y TaeHyung quiso darse un face-palm al ver que su advertencia había sido ignorada.
—¡Kim SooHyun! Esa no es forma de tratar a los invitados. —regañó la linda mujer, subiendo el tono de voz por primera vez en ese tiempo.
—Pero si no es un invitado, ¡es un engendro que quiere corromper a mi hijo!
JungKook pareció que con eso logró entender la situación, y automáticamente elevó una de sus cejas con diversión. TaeHyung lo vio hacer aquello y supo que el que JungKook pareciera divertido no era buena señal.
—Papá, escucha, no es lo que... —intentó hablar, pero fue interrumpido por su madre.
—Hijo, está bien, ya estás lo suficientemente grande para traer gente a la casa. Sólo a la próxima avísanos así tardamos más en llegar.
Dicho eso YooNa le guiñó un ojo haciendo que los colores subieran a su rostro, ¡¿qué le quería decir su madre?!
—¡Pero mujer cómo vas a-
Las palabras de su padre fueron interrumpidas por el jalón en la oreja que YooNa le dio.
—No levantes la voz, asustas a los niños —sentenció ella aun jalándole la oreja a su esposo quien soltó un pequeño chillido por el repentino ataque—. TaeHyung, cariño, ¿no vas a presentarnos al lindo chico?
Ni es sus más oscuros sueños TaeHyung se había imaginado en una situación así, sus padres y JungKook en una misma habitación y menos que los habían encontrado "durmiendo juntos" en el sofá.
—Mamá es sólo un amigo —TaeHyung dijo ni siquiera estando seguro de sí esa era la respuesta correcta—, pero él ya se iba, ¿no es así?
La mirada de los tres restantes se dirigieron hacia JungKook, su padre viéndose que se guardaba más de una palabra seguramente por miedo a la reprimenda que le daría su mujer. La vista del azabache chocó con la del rubio, quien con los ojos le gritaba que por favor sólo hiciera lo que dijo y se marchara.
Lastimosamente obedecer no era el estilo de JungKook.
—En realidad no tengo prisa —fue lo que salió de los labios del menor, y TaeHyung quiso hundirse en el sofá hasta desaparecer—. Soy Jeon JungKook, es un placer.
No podía creer esto, ¿qué pasaba por la mente de JungKook? No tenía ni la menor idea, pero quería bajarle esa sonrisa de un golpe.
no puedo creer que tanta gente lea esto, ya vamos a llegar a los 16k ojitos, dvd muchas gracias 😭😭😭
este cap estuvo larguito, y sé que no compensa la espera pero igual espero les haya gustado):
de nuevo gracias por su apoyo, no olviden que los amo mucho! ♡
©gguktaebae
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