Capítulo diez
—¿Cómo es que eres tan bueno para las matemáticas? —TaeHyung preguntó en tono de queja.
Era molesto ver como JungKook hacía y le explicaba todo en un segundo sin mayor esfuerzo, mientras que su mente intentaba con toda su capacidad comprender, y fallaba en el intento.
—Mi padre era maestro y solía ayudarme con mi tarea.
Bueno, en definitiva no esperaba una respuesta a su pregunta, y menos esa. ¿Era? ¿Acaso...?
—¿Tu padre falleció? —cuestionó sin darse cuenta de lo invasiva que era esa pregunta hasta que la escuchó en voz alta.
JungKook lo miró de reojo, antes de volver su atención a la hoja donde parecía escribir algunas cosas.
—Deberías ser igual de ágil haciendo los ejercicios que deduciendo sobre mi vida. —JungKook respondió, aquello sonando como un "sí" tácito a sus a oídos.
—Lo siento. —se disculpó viendo cómo el chico le entregaba la hoja en la que había estado trabajando, ahora estaba llena de ejercicios para que resolviera.
Miró los números y letras mezclados con signos e intentó recordar lo que le había sido explicado momentos antes, sin embargo, esta vez no fue su mala relación con las matemáticas lo que se lo impidió, fue su hilo de pensamientos.
Por el rabillo del ojo observó a JungKook, quien tenía una expresión neutral a ojos de cualquiera, pero TaeHyung ya había observado tantas veces ese rostro de viejo amargado, que sabía que esa no era la usual. Parecía que el azabache tenía algo en mente.
¿Lo había dejado pensando con lo de su padre?
TaeHyung se mordió el labio. Quería preguntar, indagar un poco, pero no sabía si estaría bien, ya que JungKook no era su amigo, era más más bien... Su tutor con el que mantenía una relación muy cuestionable.
—¿Quieres preguntarme algo? —la voz del menor llegó a sus oídos.
O él era muy indisimulado, o JungKook tenía una increíble habilidad para leer a las personas.
Suspirando decidió levantar su cabeza, dirigiendo por completo su mirada al pelinegro que también lo observaba expectante. Era claro que tenía preguntas, más siendo que TaeHyung siempre había sido una persona curiosa, aunque sus amigos preferían catalogarlo como metiche.
En sus almendrados ojos se veía la búsqueda de permiso que en sus palabras hacía falta, pues decidió no decir nada al no saber qué exactamente. JungKook pareció observarlo un rato más antes de rodar los ojos.
—Está bien, pregunta. —resopló cruzando los brazos y acomodándose mejor en la silla.
—¿Tu padre murió hace poco?
Esa pregunta fue la primera que se le vino a la mente, pues suponía que algo sobre el tema aún debía perseguir a JungKook por su reacción de hacía rato. Y eso tal vez se debía a que su pérdida había sido reciente.
—Fue hace dos años. —JungKook respondió, desviando la mirada.
TaeHyung nunca había lo había visto desviar la mirada.
—¿Qué le pasó? —una nueva pregunta brotó de sus labios rompiendo el pequeño silencio que se había instalado, esperando que seguir cuestionando estuviera bien.
—Un conductor no lo vio pasando la calle —JungKook pareció apretar levemente su mano al rededor de su propio muslo al decir aquello—. Y cómo iba a verlo si iba borracho.
Aquello lo hizo tragar saliva, creyendo que tal vez había metido la patada, y lo de metiche le había salido mal al tocar un tema tan sensible. El azabache seguía con su mirada en un punto totalmente distinto a los almendrados ojos de TaeHyung, llevando tal vez un lío en sus pensamientos al recordar aquello.
Al parecer JungKook quería mucho a su padre, y ver que algo como eso le quitó la vida, por la irresponsabilidad de otra persona, debía ser de los peores sentimientos del mundo. TaeHyung sintió que su corazón se arrugó un poquito de sólo pensarlo.
—Lo lamento mucho, JungKook. —dijo con un tono de voz suave y sincero, captando por fin la atención del chico.
Nunca le había hablado de esa manera, en ese tono o con tanta sinceridad, y en definitiva eso lo percibió el menor, pues cuando lo miró de nuevo parecía un poco sorprendido.
—No lo dije para que sientas pena —respondió JungKook al instante—, sólo respondía tu pregunta.
—No tienes que actuar siempre a la defensiva, ¿sabes? —TaeHyung aludió presionando sus labios en una línea—. Además, no es pena, es empatía porque afrontar algo como eso debe ser realmente duro.
Pareció que esas palabras hicieron algo en JungKook, pues por primera vez no había tenido una respuesta para TaeHyung. A cambio se quedó callado observándolo directamente por unos cortos segundos, unos en los que las miradas de ambos chicos se unieron y TaeHyung pudo percibir algo en esos oscuros orbes, lastimosamente no supo exactamente qué.
—Sólo olvídalo y termina los ejercicios. —indicó JungKook suspirando y dejando de sostenerle la mirada.
El rubio se mordió el labio inferior, y aún un poco confundido por esa reacción totalmente nueva decidió que lo mejor sería hacer lo dicho, por lo que se giró concentrándose en resolver lo de la hoja.
Comenzó a leer, analizando y sintiéndose bien al notar que entendía lo que debía hacer, por lo que no demoró en tomar su lápiz, escribiendo las soluciones que creyó eran correctas. Uno a uno hacía los ejercicios sin detenerse mucho, y sentía la mirada de JungKook encima, pero aún así no se desconcentró y terminó pocos minutos después.
Dejó su lápiz y le extendió la hoja al chico quien la tomó y comenzó a revisarla, tomándole unos momentos checarla antes de colocarla en la mesa para escribirle algo con su propia pluma y extendérsela de vuelta a TaeHyung.
La tomó entre sus manos y una sonrisa se formó en su rostro al ver ese "10/10" en la parte superior de la hoja. ¡Por primera vez lo había resuelto todo correctamente!
—Lo hiciste bien, y en poco tiempo —JungKook destacó—. Muy bien, TaeHyung.
—Voy a enmarcar esto y colgarlo en algún lado de mi cuarto. —bromeó contento mirando la hoja. Para algunos tal vez sería una tontería, pero para él era un motivo de orgullo propio, pues siempre había sido terrible para las matemáticas.
Ni siquiera sabía cómo había aprobado los años anteriores.
—Seguro queda genial al lado de tu póster de One Direction. —murmuró el menor pareciendo divertido también, sin embargo, por primera vez no fue sarcástico.
Y eso le extrañó, pero no para mal, todo lo contrario.
—No, los amo mucho como para ponerles al lado algo con matemáticas.
Y si no había sido suficiente, ¿eso que acababa de ver era una pequeña sonrisa en los labios de JungKook?
—Te reíste. —TaeHyung señaló, luciendo sorprendido.
—No es la primera vez que lo hago. —replicó JungKook confundido.
—Lo sé, pero me refiero a que no fue esa sonrisa de fucboi que siempre tienes. —el rubio le explicó pero JungKook pareció comprender aún menos.
—¿Cuál es la diferencia?
—Que esa fue linda.
TaeHyung respondió y el sorprendido fue JungKook esta vez. ¿Le acaba de decir un cumplido real? El rubio cayó en cuenta y automáticamente el color rojo comenzó a subir a sus mejillas, calentándolas y coloreándolas levemente.
El azabache notó aquello y la imagen de TaeHyung por alguna razón se le hizo muy...
En ese momento exacto una notificación hizo vibrar el teléfono del menor, haciendo que se le iluminara la pantalla mientras descansaba en una esquina de la mesa. El chico se estiró tomándolo y observando lo que enseñaba la pantalla.
—Bueno, creo que ya terminamos por hoy con los ejercicios que hiciste así que me iré. —JungKook habló, bloqueando su teléfono de nuevo y metiéndolo en su bolsillo antes de levantarse de la silla.
TaeHyung lo vio caminar hasta su maleta y tomarla para ponerla en la silla en la que había estado sentado antes y abrirla.
—Normalmente te sueles ir más tarde. —comentó el rubio viendo la hora en el reloj de pared que tenía en la habitación.
—¿Acaso quieres que me quede? —interrogó el menor deteniéndose de guardar sus cosas para mirar al rubio.
"Sí."
—¿Qué? No, yo sólo decía, ya sabes... —TaeHyung carraspeó nervioso de repente desviando la mirada y levantándose de su silla también.
JungKook lo observó soltando una risilla antes de terminar de guardar sus cosas y cerrar su maleta, colgándosela luego en la espalda.
—Está bien, de todas maneras si quieres estudiar más tiempo, puedes hacer los ejercicios del libro de álgebra.
—No gracias, hay unas partidas de Overwatch que esperan a ser ganadas por mí. —TaeHyung explicó sonando emocionado, y no era para menos, desde hacía mucho que no tenía tiempo para jugar en su consola.
—¿Juegas Overwatch? —el azabache cuestionó deteniéndose un momento cuando estaba cerca a salir de la habitación.
—Estás hablando con el mejor jugador.
Y sí, el rubio no pudo evitar adularse, ya que si de algo se enorgullecía era de sus grandes victorias en aquel videojuego.
—Luces muy seguro. —destacó JungKook, enarcando una ceja.
—No lo digo yo, lo dicen los puntajes. —TaeHyung se encogió de hombros mientras encendía su Play Station.
Unos momentos pasaron mientras TaeHyung terminó de cuadrar la consola y su televisor, y gracias al silencio que hubo creyó que JungKook se había ido sin más, no obstante, volvió a escuchar su voz.
—¿Tienes dos controles?
TaeHyung lo observó, ladeando un poco la cabeza.
—Sí, ¿por qué la pregunta?
—Juguemos una partida, quiero ver que tan real es eso que dices.
La boca del rubio tuvo una pequeña forma de "o" por un momento, pero luego de pensarlo, creyó que lo mejor sería aceptar. Si no podía cobrarle todas las que le había hecho en la vida real, al menos se desquitaría en ese mundo virtual.
—¿Estás seguro de que quieres perder? —le preguntó, tomando el otro control en su mano.
—Yo nunca pierdo.
Eso fue lo que respondió y TaeHyung rodó los ojos, aquello sonaba más como el JungKook que conocía. Le extendió el control y el azabache lo tomó al tiempo que se quitaba la maleta de la espalda, luego acercándose a la cama donde el rubio ya se había sentado segundos antes.
La televisión tenía una gran pantalla con buena resolución y quedaba perfectamente ubicada en frente de la cama de TaeHyung. Este mismo comenzó a mover las teclas en el control hasta que el famoso juego se mostró en pantalla y le dio click.
Eligieron sus personajes y la partida comenzó. TaeHyung estaba confiado y feliz de que por fin podría ganarle a JungKook en algo.
<...>
—Esto tiene que ser una broma. —chilló el mayor al ver que había perdido por sexta vez.
—¿Dónde quedó eso del mejor jugador? —se burló JungKook con una estúpida sonrisa.
Sí, TaeHyung se declaraba el rey de los clowns.
—Juguemos una más.
—No lo sé, ya se me hace tarde. —JungKook fingió tener lastima, pero al final se terminó riendo de nuevo por la expresión de TaeHyung.
—Por favor, una más.
JungKook lo observó luciendo indeciso, pero al ver que TaeHyung le pedía a gritos con la expresión en su rostro que por favor aceptara, tomó una decisión.
—Está bien, pero con una condición.
—¿Qué condición?
—Apostemos —dijo sin más—. El que pierda debe hacer lo que el otro le diga por un día.
Y la felicidad de TaeHyung se cayó en un solo instante. Esa era una propuesta muy peligrosa, pero él realmente no podía dejar que JungKook lo humillara hasta en su videojuego favorito. No era justo para él y su orgullo.
—Está bien, acepto. —musitó decidido.
El azabache sonrió perverso, pero TaeHyung no se iba a dejar distraer, debía ganar por su orgullo y para no ser el perdedor de la apuesta, así que ignorándolo se centró en la pantalla del televisor.
Y la partida comenzó.
Los equipos se dispersaron en la pantalla, TaeHyung y JungKook en opuestos claramente. Disparos, recargas, maniobras, ambos chicos estaban concentrados en el televisor en frente suyo.
Así fue por los próximos quince minutos, hasta que por fin se vio un ganador.
—No puede ser.
TaeHyung murmuró sin creerlo al ver que en la pantalla se mostraba como ganador al equipo de JungKook.
—Creo que perdiste —el de cabellos negros lo miró divertido, pero el rubio seguía viendo el televisor, sintiendo como la desgracia lo llenaba—. No te sientas mal, sólo soy demasiado bueno.
—No puede ser que seas malditamente bueno en todo. —TaeHyung negó triste y molesto. No era justo, ahora nunca más en su vida podría decir que era el mejor jugador de Overwatch, no sabiendo la paliza que JungKook le había dado.
Se sentía como Brasil en la final del mundial 2014 cuando Alemania le ganó 7-1. Sólo que él ni siquiera le había ganado uno a JungKook.
Para TaeHyung ya no habían buenos días, sólo días.
—Entonces... —comenzó a decir JungKook, esa sonrisita que hizo que el mayor entendiera a donde iba y que sus ganas de llorar aumentaron—, debes hacer lo que yo quiera por un día.
TaeHyung negó cuestionando todas las decisiones que había tomado en su vida, sobretodo las relacionadas con Jeon JungKook.
—¿No tienes suficiente con que me ganaste siete veces en mi videojuego favorito?
—Es reconfortante, sí —JungKook admitió—, pero tú aceptaste mi condición, es decir la apuesta.
"No debí hacer eso."
—No te preocupes —JungKook volvió a hablar viendo la cara de tragedia que tenía el contrario—, va a ser divertido.
—Lo será para ti. —respondió mirándolo enojado.
—Ya veremos. —dijo JungKook.
Pobre TaeHyung, ¿qué sería de él durante esas veinticuatro horas?
me ví un video larguísimo de Overwatch, y aún así no supe describir la partida aquí KAJAJAJ, ni siquiera estoy segura de que se pueda jugar de a dos personas en una misma consola 😭
pero bueno, esto es ficción así que todo es posible, claro que sí.
nos leemos lueguito, lxs amo ♡♡♡
©gguktaebae
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