Capítulo cinco
—Es un completo idiota. —TaeHyung dijo en un suspiro mientras se tiraba de espaldas al colchón.
Su tutoría había terminado hacía casi una hora y ahora estaba en su cuarto con su mejor amigo, al cual había llamado apenas JungKook había salido de su casa.
—¿Y me hiciste venir hasta aquí sólo para decirme eso? —JiMin cuestionó de brazos cruzados, viendo a su mejor amigo desde donde estaba parado.
TaeHyung lo miró y abrió su boca en un intento de decir algo, sin embargo, pareció arrepentirse y se encogió de hombros.
—Básicamente. —fue lo que dijo al final.
—En ese caso, ya lo hiciste así que iré de nuevo a casa para terminar mi serie. —JiMin anunció antes de sonreírle con la intención de girarse y salir de allí.
—Si sales por esa puerta, me consigo otro mejor amigo. —TaeHyung advirtió y JiMin detuvo sus pasos.
—Mi serie no me usaría sólo para quejarse. —rechistó el mayor, caminando hacia la cama y tomando asiento en ella al lado de su amigo.
—Sabes que te quiero, Minie. —el rubio le sonrió inocentemente y JiMin rodó los ojos.
—Bueno, ¿entonces qué harás ahora? —cuestionó el pelirosa, volviendo al tema de JungKook.
TaeHyung suspiró.
—No lo sé. Decirle al maestro Kwon que me asigne otro tutor.
—¿Significa que JungKook ya no te gusta? —JiMin volvió a preguntar con curiosidad—. Eso fue rápido, hace nada me torturabas hablando de lo hermoso y maravilloso y...
—Ese es el problema —TaeHyung lo interrumpió—. ¿Es posible odiar a alguien y querer que te acorrale contra una pared sensualmente al mismo tiempo?
—Eh... —JiMin frunció sus cejas pensando en qué decir—. ¿Sí? En realidad no tengo idea.
—Esto es frustrante —se quejó TaeHyung, enderezándose en la cama para quedar frente a frente con el pelirosa—. Me trató todo el tiempo como si él fuera superior que yo y luego lo encontré fumando, ¡dentro de mi casa! —resaltó—. Y cuando le dije que no lo hiciera me acorraló y me escupió el humo en toda la cara —JiMin puso una expresión de desagrado ante esa última parte—. Pero...
—¿Pero? —el mayor interrogó ante el final abierto de las palabras de su amigo.
—¿Hay una diferencia entre gusto y atracción? —devolvió a cambio el rubio—. Porque puede que ya no me guste, sin embargo... me sigue atrayendo demasiado.
—Te escupió el humo de su cigarrillo en la cara —le recordó JiMin—. A ti, el señor odio todo lo que tenga que ver con drogas, fumar y el alcohol. A ti Kim TaeHyung, y no le pateaste las pelotas al instante.
—Bueno... Sé que no soy fan de esas cosas, por eso me enojé, pero luego él me acorraló y se veía tan... estaba tan cerca y yo...
—Ay no, estás muy mal. —JiMin dijo negando ante los balbuceos de su amigo.
—Es que...
—Entiendo, yo también tengo debilidad por los hombres idiotas y calientes —interrumpió el mayor—. Pero tu caso es más grave.
—¿Y por qué lo es? —protestó TaeHyung.
—Porque, ¿acaso olvidas que llevas mucho tiempo "enamorado" de JungKook?
—Sí, pero eso era antes de conocer su horrible personalidad. —replicó.
—Que quieras pegarle un puño por su personalidad, no significa que no sigas sintiendo algo por él. Esas cosas no cambian de la noche a la mañana.
—Desde mi ex debí saber que tengo un gusto particular por los imbéciles. —TaeHyung resopló, no agradándose mucho a sí mismo en ese momento.
—Por lo menos esta vez elegiste uno más atractivo. —intentó reconfortar JiMin.
—Sí, pero también más idiota.
—¿Deberíamos preocuparnos? —preguntó el mayor.
—Claro que sí —TaeHyung respondió creyendo que era obvio—. JungKook vendrá mañana, y el día siguiente, y el siguiente y...
—Me refiero a un problema real —JiMin lo interrumpió—, como lo que nos dijo JiSoo.
—No entiendo.
—Ella nos dijo que era mejor que te alejaras, que no quería que salieras lastimado. —recordó el mayor.
—No creo que eso pase —el rubio negó medianamente despreocupado—. No tengo razones para salir lastimado.
—Estás enamorado de él. Lo dije hace como cinco segundos, ponme más atención.
—Es un enamoramiento tonto, estoy seguro que la personalidad de mierda de JungKook va a hacer que se me pase pronto. Y así podré darle su merecido puño en la nariz con tranquilidad.
—No lo sé, deberías tener cuidado. Tal vez sí debas decirle al maestro Kwon que te asigne otro tutor. —JiMin sugirió.
—Creo que eso haré —respondió asintiendo—. Ahora, ¿quieres pedir pizza?
—¿Ahogar las penas en comida? —asumió el pelirosa con las cejas arqueadas.
—Eso y que amo la pizza. —TaeHyung dijo sonriendo antes de levantarse de la cama para buscar su teléfono y así poder ordenar la dichosa comida.
<...>
Ya era la mañana siguiente y TaeHyung estaba lastimosamente de nuevo en clase. De verdad no veía la hora para graduarse de la escuela, aunque saber que después de eso venía más estudio camuflado con el nombre de universidad no lo hacía muy feliz, pero ese lugar sonaba mucho mejor que la secundaria. Seguramente sería más divertido, por lo menos así parecía en televisión.
—La clase termina en diez minutos, así que ese es el tiempo que tienen para terminar de resolver los ejercicios de la página —el señor Kwon habló sin expresión alguna, tal cual como siempre lo hacía—. No pueden salir del aula hasta que hayan finalizado.
Algunos murmullos en queja se escucharon en el fondo de la clase, pero nada lo suficientemente fuerte para llamar la atención de Kwon, lo cual era normal pues todos los estudiantes sabían que con el único maestro que no deberían probar su suerte era ese. Kwon Choi y su calva eran bastante temidos en la escuela.
TaeHyung suspiró dirigiendo la mirada a su libro. Su relación con las matemáticas en este punto ya estaba más que clara: era mala, y su inseguridad hacia la tabla del siete lo confirmaba. Miró la información que había en la hoja, detallándola bien por primera vez en la hora de clase, y se sorprendió a sí mismo cuando logró entender el primer problema.
¿Acaso eso era un milagro?
A TaeHyung le hubiera encantado decir que sí, pero él sabía que haber entendido había sido gracias a JungKook y a su tutoría del día anterior, donde le había explicado ese tema.
Debía admitir que el desgraciado era bueno explicando las cosas de la escuela, es decir, había logrado que información relacionada a las matemáticas se quedara en su cerebro, y eso era más de lo que muchos maestros habían conseguido.
TaeHyung rodó los ojos ante sus propios pensamientos. Ya, le había ayudado a entender —cosa para la que técnicamente el maestro lo había asignado—, pero eso no quitaba el hecho de que su actitud era un poco bastante insoportable.
Y eso último era mucho más importante que saber resolver derivadas para tener buenas notas, y así aprobar matemáticas, lo cual necesitaba para graduarse y... No, Jeon JungKook no había aprobado su vibes check y eso era lo más esencial.
Volvió su atención al libro que tenía en frente y con su lápiz en mano, decidió centrarse en resolver los problemas que habían allí. Sorprendentemente le tomó solo algunos minutos, terminando justo a tiempo para cuando la campana que anunciaba el final de la clase sonó.
Guardó sus cosas, a excepción de su libro, y colgando su mochila en uno de sus hombros, se dirigió hacia el frente del aula donde estaba su maestro. Depositó su cuaderno en la mesa tal cual como todos hacían antes de salir del lugar, sin embargo, él se quedó allí.
—Maestro Kwon —dijo TaeHyung mirando hacia el hombre—. ¿Podría hablarle un segundo?
El hombre hizo como que no lo escuchó hasta que terminó de borrar la pizarra y por fin le dio un poco de su atención.
—¿Qué pasa, señor Kim? —cuestionó Choi.
—Quisiera hablarle sobre mis tutorías. —respondió TaeHyung.
—Muy bien. —el maestro le dijo incitándole a que continuara y llegara rápido al punto.
—Tal vez, ¿habría la posibilidad de...?
Y el rubio no pudo terminar su pregunta, pues una voz lo interrumpió.
—Veo que te sirvió la clase de ayer. —JungKook habló sonriendo con su complejo de superioridad y depositando su libro en la mesa junto con el resto.
—Señor Jeon, qué oportuno —comentó Kwon—, justo el señor Kim venía a hablarme de eso.
JungKook abrió sus ojos antes de mirar al rubio.
—¿En serio? —curioseó y TaeHyung sólo quería que la tierra se lo tragase, a él y a su asquerosa suerte—. ¿Qué querías contarle al señor Kwon? ¿Lo bien que nos fue ayer?
Claro, en especial la parte en la que me acorralaste contra una pared y me escupiste el asqueroso humo de un cigarrillo en la cara.
Su maestro lo miró y TaeHyung tragó saliva. ¿Él podía decir eso? Claro que podía, el obstáculo era la mirada que Jeon le dirigía en ese momento.
Podía parecer que sonreía con amabilidad, pero era todo lo contrario. Si las miradas mataran TaeHyung ya hubiera muerto varias veces gracias a la de JungKook.
Tenía en claro que el chico no quería que dijera nada malo, seguramente para mantener intacta su imagen de chico bueno, callado y estudioso, por lo menos frente a su maestro.
Vamos, úsalo a tu favor. Véngate de él por haber sido malo contigo.
TaeHyung quería hacerlo, pero no podía, no lograba que una palabra de lo malo que quería decir del pelinegro saliera de sus labios, y es que se sentía intimidado. Intimidado por Jeon JungKook.
—Sí —habló, odiándose a sí mismo en ese momento—, sólo quería decirle que iniciamos ayer y realmente me esforzaré.
¿Qué es lo que le causaba Jeon JungKook?
El maestro pareció sorprenderse un poco ante ello, pero no era seguro ya que su rostro era demasiado neutro para deducir lo que pensaba. Por otro lado, estaba JungKook quien dejó de tirarle dagas con los ojos a TaeHyung y su rostro empezó a destilar suficiencia y triunfo por cada uno de sus poros.
—Me alegra saber eso, Kim —Choi le dijo—. Espero buenos resultados.
—Claro, maestro. Haré que TaeHyung se convierta en el mejor de la clase —JungKook enunció, pasando cómodamente uno de sus brazos encima de los hombros de TaeHyung—. ¿No es así, Tae?
Apenas tenga mi death note, te anotaré ahí.
—Claro. —respondió sonriendo falsamente y sintiéndose incómodo por el brazo ajeno encima suyo.
—Ahora nos iremos, porque pienso enseñarle sobre polinomios a Tae —el pelinegro habló de nuevo, acercándose un poco a su maestro—. Aunque aquí entre nos, sólo me gustan hasta cierto grado.
Tanto Jeon como Kwon se rieron y TaeHyung no entendió nada.
—Buen chiste, Jeon —el hombre le dijo aún con rastros de risa—. Los veo la próxima clase.
Dicho eso JungKook comenzó a caminar hacia afuera del aula, arrastrando al pobre TaeHyung pues nunca le había quitado el brazo de sus hombros.
Apenas se alejaron un poco y estuvieron en el pasillo, el rubio de alejó bruscamente, la ira impresa en su rostro.
—¿Qué demonios te pasa? —demandó enojado y encarándolo con su rostro duro.
—¿A mí? —JungKook le devolvió, desinteresado y despreocupado, luego se encogió de hombros—. Nada.
—No pude decirle lo que quería al maestro porque apareciste y casi me matas con las mirada. —le explicó como si no fuera obvio y JungKook simple te rió.
TaeHyung estaba seguro de que alguien como él no merecía tener una sonrisa tan atractiva.
—Pensabas hablarle mal de mí, y no podía permitir eso.
—Le iba a pedir que me asignara otro tutor —corrigió con el ceño fruncido—. Si no te hubieras metido con tu ser intimidante y tus incomprensibles chistes matemáticos nos hubiera hecho un bien a ambos.
JungKook ladeó su cabeza antes de relamer sus labios y caminar hacia él. Por instinto TaeHyun comenzó a retroceder, pero pocos pasos después chocó contra la pared de casilleros en el pasillo.
—¿Te intimido, Kim? —fue lo que le dijo y automáticamente TaeHyung flaqueó.
Sus ojos se dirigieron a los oscuros y desafiantes de Jeon. Estaba de nuevo muy cerca, lo suficiente para ponerlo nervioso y que olvidara cómo hablar o patearlo en las bolas, dos cosas que en ese momento necesitaba.
Tragó saliva intentando activar su modo supervivencia.
—¿De todo lo que dije fue lo único que escuchaste?
—No, pero quería confirmarlo —respondió JungKook antes de hacer que subía y bajaba su mirada, observándolo de arriba a abajo—. Aunque con sólo verte ya lo hago.
Bésame, por favor.
No, TaeHyung, no. Recuerda que lo odiamos, lo odiamos.
Pero quiero que me bese...
JungKook rió alejándose y haciendo que TaeHyung por fin pudiera respirar un poco, volviendo en sí.
—Espero te haya quedado claro que lo único que puede hacer tu boca son cosas buenas —el pelinegro le dijo, haciendo para atrás su cabello con una de sus manos—. Y quejarte de mí con Kwon no entra en esa categoría. Te veo más tarde para tus clases, rubiecito.
Con eso, JungKook se dio la vuelta de comenzó a caminar perdiéndose rápidamente en el pasillo. Por su lado, TaeHyung se giró estrellando su frente contra un casillero.
Había pasado de nuevo. JungKook había conseguido sin problema que él actuara como quería.
Lo había acorralado contra una pared y dejado callado dos veces en menos de veinticuatro horas. ¿No ven lo preocupante que es eso?
Necesitaba con urgencia desarrollar algún tipo de inmunidad ante la actitud demandante e intimidante de JungKook, el problema era que viendo el efecto que el pelinegro tenía sobre él, no estaba muy seguro de que fuera posible lograr algo así.
Respiró hondo hasta llenar sus pulmones, e intentó ignorar sus latidos aún un poco acelerados, comenzando a caminar hacia la salida de la escuela.
Ni siquiera quería llegar a su casa porque sabía que poco después JungKook estaría tocando a su puerta para su segunda tutoría y no tenía de la menor idea de qué iba a pasar. Porque a pesar de que quería patearlo, era demasiado débil ante él.
Oh, qué jodido estaba.
tae y jk se "se odian" = la tensión entre ambos 📈📈📈
perdón si este ff no tiene una estructura compleja, es sólo un lugar para ser felices con el kooktae.
o si soy más específica, con jungkook acorralando a tae contra todos lados, claro que sí.
gracias por leer! ♡
©gguktaebae
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