Decisión.
La noche había llegado, Jonathan estaba en su cuarto después de que su madre, Lois, le diera las buenas noches.
Mantenía su mirada en el techo, recordado las palabras de su compañero, ¿Irse de la escuela? Su corazón se encogía cada que pensaba en eso, se levantó sigilosamente de su cama, colocándose en la ventana donde Damian llegaba cada que salían a patrullar.
—Mh...— soltó un ligero suspiro, volviendo su mente a cierto recuerdo que pasara lo que pasara, no iba a olvidar.
—Ciertamente...— susurro mirando las estrellas.
—Sus ojos son muy hermosos...—
—¿Los ojos de quien?— escuchó esa única voz que le ponían sus nervios de punta.
—¡D-Damian! ¿¡Por don-
—¡Shhhh!— Robin puso su mano en la boca del mitad kriptoniano, su cuerpo fue empujado hacia la pared de manera silenciosa mientras que la cabeza del moreno estaba muy cerca de él.
—Si tu madre se entera de que estoy aquí no te dejará salir, además, tengo nueva información del caso.— lo hizo a un lado y fue rápidamente hacia el techo.
En ese momento, su madre llego.
—¿Que pasa, Jon?— cuestionó la mujer mirándolo en el suelo.
—Yo, eh, uh, vi una polilla entrando a mi cuarto, ya se fue...— susurro con una sonrisa apenada volviendo a su cama.
—Bueno, hasta mañana, mi pequeño.— susurro la periodista volviendo a cerrar la puerta.
Momentos después, Superboy salió buscando a su compañero.
—¿Que sucede?— dijo con claro entusiasmo.
—Cuando me conecté con la computadora del lugar, descargue todas las grabaciones que las cámaras de seguridad tenían...— con su tableta comenzó a buscar un documento que decía: "A1"
Puso la grabación y en esta, se veía claramente a dos personas vestidas completamente de negro y con diferentes armas en ellos.
Asesinos.
Damian podía reconocer a su ex Liga en cualquier lado y esa no era la excepción.
—¿Crees que Thalia este en todo eso?— sugirió el hijo de Superman mirando a su compañero.
Damian lo miro de la misma manera alzando una de sus cejas.
—Eso parece...—
—Deberiamos decirles a los demás, Damian, sé que no te gusta hablar de tu pasado con... Otras personas, pero ella es-
—Se lo que es, Jon, y se lo que tengo que hacer, pero no estoy tan seguro de esto, no solo mi identidad está en juego, también la de mi padre.— dijo mientras se dejaba caer en la azotea mirando las estrellas.
—¿Y se los dirás?—
—... Probablemente.— fue lo que dijo para bajar del techo de manera ágil y silenciosa, esperando a su compañero.
—Tú sabes mi pasado.— lo miro con su faceta seria, tocando el hombro de su compañero, dibujando una leve sonrisa en sus labios.
—¿Confías en-
—Si.— dijo rápidamente con determinación en su hablar.
[...]
L
as noches en Metrópolis eran tranquilas a diferencia de Gotham, Robin se encontraba luchando con unos cuantos soldados al igual que Superboy.
No pasó mucho tiempo cuando por fin terminaron su trabajo, salieron del lugar al escuchar las sirenas de la policía cerca.
—¡Robin! ¡E-espera! ¡N-no te muevas así, tu pierna!— susurro lo bastante audible para su compañero, fue en ese momento que uno de esos maleantes salió al techo y con un arma de fuego, apuntó al pequeño petirrojo.
—¡Robin!— se lanzó encima suyo y ambos cayeron en un callejón bastante estrecho.
—¿¡Esta-
El dedo del mayor se posó en su boca, escuchando los disparos de la policía y como lo sometían para ponerle las esposas.
Damian escuchaba atentamente las conversaciones que tenían para poder irse, sin embargo, soltó un ligero jadeo sorpresivo al sentir como la mano de Jonathan apretaba levemente su trasero.
—No toques ahí.— amenazó con un claro rubor en sus mejillas.
El mitad kriptoniano estaba muy sonrojado, pero se enojo un poco al escuchar la voz de su compañero.
—Pues es esto o caer, ¿Quieres morir allá abajo?— dijo refiriéndose a la gran caída.
—«TT»— se quejó intentando no darle importancia.
El mayor en estatura miraba completamente perdido en su rostro, aquel rubor rara vez era visto y ahora no podía dejar de hacerlo.
Al regresar a su casa, se quitó su traje y se dejó caer en su cama con una sonrisa leve adornando su rostro.
De cierta manera, siempre sentía su corazón acelerarse cuando simplemente su nombre era mencionado en una conversación, sus manos sudaban cuando lo tenía cerca.
Pero nunca lo quiso admitir.
Se guardo sus sentimientos.
Sin embargo, esta vez fue... Diferente, sus ojos, su sonrisa, su manera de ser... Su sonrojo...
Lo hicieron tomar una decisión.
—Estoy...— susurro con un claro rostro rojo.
—Me gusta...— una boba sonrisa adorno su cara.
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