"...Hay cosas que nadie puede manejar...o que todos manejan y no miden las consecuencias..."

Una joven de cabellos rubios salía de la facultad de administración de la universidad mas prestigiosa de Tokio, en su mano en la cual llevaba un teléfono móvil, y la otra trataba de colocarlas en el pasamanos para no resbalar y caer por las escaleras de la salida, esperándola su chofer, Kelvin, el joven de anteojos que trabajaba para su familia ya hace mas de cinco años, eran amigos, claro estaba ella de aquellas personas muy sociables, dispuestas a tener una conversación con cualquier persona, muy diferente a su reservada y estricta familia

Él abrió la puerta del vehículo, mientras ella solo entro sin prestar mayor atención, sabia que no era de mala educación, puesto a que su mente estaba siendo utilizada en su total atención en aquel móvil en su mano, rápidamente el joven comenzó a conducir en dirección a la casa de la joven de cabello dorado, cortando la llamada a pocos metros de allí dando un largo suspiro en el aire

-jamás creí que algo así le sucedería Kelvin-al fin hablo la joven, con su vista en la ventanilla

-no se preocupe señorita Serena, seguro su padre esta bien-contesto como consuelo

-¿tu crees?...

-hay que pensar positivo ¿no lo cree señorita?-le pregunto el joven con una sonrisa convincente

-es verdad, mi padre es alguien realmente saludable y cuidadosa con su salud- respondió esperanzada, al llegar al recinto hospitalario, bajo algo mas tranquila de como salió de la universidad, recorrió por los pasillos de manera incomoda, no quería encontrarse con personas no deseables para ella, ignorando cualquier sentimiento llego a la habitación donde le habían comunicado por el móvil, encontrándose con aquella mujer de cabello azulado largo y ondulado, corriendo hacia ella entregándole un gran abrazo

-que bueno que estas aquí, Serena-dijo emocionada

-¿Cómo esta papá?, apenas recibí tu llamada vine enseguida –contesto su hija con preocupación

-tu padre esta estable, tuvo una operación de urgencia, pero ya esta saliendo del pabellón, dentro de unas horas podrá recibir visitas-contesto con felicidad

-eso es muy bueno..., es extraño ya que mi padre goza de buena salud-comento la joven

-mi amor...nosotros...

-familiares de Kenji Tsukino-las interrumpió el medico, dirigiéndose a ellas

-¿Qué sucedió doctor? ¿Cómo esta mi esposo?-pregunto la mujer con preocupación acercándose al profesional

-él se encuentra bien, puede recibir visitas, pero debe tener un estricto descanso, se que el señor Tsukino es un hombre muy ocupado, pero en este caso debe ser muy riguroso y tener una vida absolutamente tranquila-le explico el medico, invitándolas a pasar a la habitación privada de el jefe de la familia

-padre...-dijo la joven para abrazar al hombre quien estaba en su cama

-mi pequeña niña...lamento hacerte pasar por esto, pero no te preocupes solo fue un susto

-¿de verdad?-él asintió-Ikuko, ¿Cómo esta la empresa?-le pregunto a su mujer

-no te preocupes por eso, menos ahora, tenemos que hablar...-dijo seriamente-hija, ¿podrías dejárnoslos solos por favor?-termino de preguntar a su hija

-esta bien-le dio el ultimo beso en la mejilla a su padre, para salir de la habitación, cerrando la puerta de forma sutil, dio otro suspiro para caminar por los pasillos a una cafetería cercana

-Ikuko...lo hiciste ¿verdad?-pregunto con seriedad

-no tuve mas opción, además no creo que tu ataque al corazón haya sido una casualidad, además es la única manera que nuestra hija este a salvo es llamándolo

-no solo ella, también nuestras empresas ¿verdad?-levanto la ceja su esposo

-no soy una mala madre después de todo, solo le queda un año, después puede hacer lo que se le plazca a Serena...

-en eso tienes razón, Ikuko...

La joven de cabello dorado, caminaba por los pasillos del hospital, su mente divagaba en la salud de su padre, pero no solo en eso, también que en este lugar en especial, le traían muchos recuerdos que quería olvidar, luego frunció el ceño molesta musitando-tonto contrato...-y siguió avanzando a la cafetería caminando lentamente

...Señora Black, esa palabra me irrita demasiado, me ha seguido desde casi la secundaria, aun no entiendo como sucedió, era tan solo una niña que firmo unos papeles que tenía mi padre en su escritorio junto con un abogado de confianza-mi pequeña, solo firma y así aseguraras tu futuro-me dijo aquella vez con una sonrisa

-¿mi futuro?-pregunte inocentemente, ahora que lo pienso, era solo su propio futuro, no el mío, tome las hojas y solo las firme con mi nombre completo, no sabía que o como firmar, solo escribí eso, y selle mi destino

Han pasado ocho años desde ese día, estoy a tan solo un año para terminar con esto, es una pesadilla, soy Serena Tsukino, heredera de las empresas Moon y soy..., casada...

Por otro lado, un vehículo del año, de color negro llegaba al hospital, en el descendía un joven de cabello, negro azabache y ojos como el zafiro, en sus manos entretenido con el teléfono celular, a los pocos segundos bajo otro joven, de cabello plateado, de traje oscuro, colocándose lentes de sol, ingresando al recinto hospitalario con un aire enigmático

-deja de jugar, estamos en el hospital-le hablo al mas joven, reclamándole con la mirada

-hay hermano! No seas amargado-le contesto molesto

-te la pasas allí, vive en el mundo real-le bufo mientras entraban al hospital

-pues esto, te ayuda a vivir en el "mundo real" por aquí tengo contactos para divertirme-le señalo el móvil-como la fiesta de la fraternidad que me acaban de invitar

-si aja-respondió sin darle mayor importancia, haciéndolo suspirar con resignación, dándose cuenta que estaba quedando atrás-oye espérame!

-¿Qué quieres?

-oye se que estas molesto con lo de eso de tomar de tu esposa-lo detuvo mirándolo de manera fulminante-de acuerdo, no comentare mas eso-se excuso-pareces que eres un demonio o algo peor

-no estoy de humor Zafiro-contesto seriamente

-lo se, lo se, ya han pasado ocho años, todo iba bien, tenia que enfermarse el señor Tsukino...-comento el joven peli negro

-si, tengo mucha mala suerte...-siguió avanzando, al cabo de algunos minutos habían recorrido gran parte del hospital no hallando la habitación de el dueño de las empresas Moon

-admite que estamos perdidos-dijo Zafiro agobiado, él solo silenciaba-vamos dilo! Estamos perdidos-otra vez silencio-debimos haberle preguntado a la secretaria del fondo

-hay esta bien!-dijo inundando las pupilas-ve y pregunta al primero que veas donde queda la habitación 600 y algo...-cuando se queda perplejo y aun mas silencioso, como si sus propias palabras se las hubieran robado de un momento a otro, extrañando incluso a su mismo hermano

-¿Diam? ¿Diam? Hola! Zafiro llamando a Diamante responde!-cuando voltea encontrándose frente a ellos una imagen femenina, de cabellera dorada, y tez de luna, con unos ojos azulados profundos, captando toda la atención del peli plateado-ya veo...-susurro con una sonrisa-bien buscare indicaciones hermano-comento en voz alta dirigiéndose a ella

-que haces mocoso!

-solo preguntar-le guiño el ojos a su colérico hermano enfurecido, llegando donde la joven-hola sabes mi hermano y yo estamos perdidos ¿nos puedes ayudar?

-claro...-contesto con una sonrisa-¿Dónde quieren ir?

-por cierto mi nombre es Zafiro ¿Cómo te llamas?

-mucho gusto, mi nombre es Serena...

-sabes antes de decirte lo que busco mi hermano el amargado de allá-señalo con el dedo-te encuentra linda-ella enrojeció mirando hacia el frente, pero ya no había nadie –ufff!! Perdónalo es algo tímido

-descuida...-dijo tartamudeando –bueno...¿Dónde van?

-la habitación 600 y algo, no lo se muy bien

-vengo de allí, pies solo te quedan tres pisos mas y allí están ese numero-contesto con simpatía

-muchas gracias, espero que nos volvamos a ver Serena, adiós!

-adiós...-suspiro mientras veía al peli negro marcharse, al parecer le llevaba un par de años, sin embargo, parecía como un niño pequeño, haciéndola sonreír, negando la cabeza con gracia y regresar en su búsqueda a la cafetería

Mientras tanto, Zafiro llegaba adonde su hermano, siendo regañado por lo que acababa de hacer llegando a la habitación que tanto estaban buscando

-no deberías hacerlo, sabes muy bien que soy un hombre casado

-si-le contesto con burla- de una chica que no conoces, no tienes vida hermano deberías salir con mujeres, eres mayor que yo y no tienes novia

-te comportas como un niño, y ya tienes 23 años Zafiro

-al menos disfruto la vida

-bueno he salido con otras mujeres, pero al ver mi estado se espantan o solo van por el dinero de la familia, esto me arruina la vida, solo quiero deshacerme de esto-le discutió, bajo la mirada para tranquilizarse dando un profundo suspiro para ingresar a la sala, donde lo esperaba el señor Tkino y su esposa

-bienvenidos, jóvenes, los estábamos esperando

-buenas tardes, me entere lo que le sucedió, es lamentable...-contesto el peli plateado estrechando su mano con él

-lamento todo esto, no quería molestarlo joven Black, pero es de extrema prioridad de que usted, tome el cargo de la el jefe familia Tsukino, y administrar las empresas que pronto heredera mi hija, su esposa-aquella ultima palabra no cayo muy bien en él, habiendo un incomodo silencio entre ambos

-aun no puedo creer haber aceptado yo algo así...-confeso

-es solo negocios joven, ya aprenderá de eso tarde o temprano, mi hija tampoco a tenido tanta suerte como usted-le explico su padre, él suspiro

-bueno solo queda un año y todo acabara...-dijo esperanzado-por cierto ¿Dónde esta su hija señor?

-ella acaba de irse, pero si quiere saber como es aquí tiene una fotografía de ella-le mostro en su móvil, una fotografía de su hija, abriendo sus ojos enormemente, mientras que su hermano miraba también con asombro la imagen en el teléfono celular

-mira hermano es la chica que te gusto-dijo con algo de picardía

-¿¿¿Qué???!!! 

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Holaaa espero que les haya gustado este primer capitulo de esta nueva historia, habran parejas nuevas que pronto descubrirán y mucha comedia, perdon las faltas de ortografia, abrazos!!!, disfruten esta historia, besos!

proximamente........................................................Capitulo II Nuevo trato...