• Cap. 12 •
Saliendo del restaurante ambos chicos caminan por una plaza en donde millones de tiendas les ofrecían distintos tipos de productos, como no tenían pensado comprar nada simplemente se pasaron de largo, viendo con cierta curiosidad algunas cosas por si necesitaban alco, después de todos esos locales había un lindo parque lleno de niños corriendo por todos lados, árboles bastante grandes, flores, césped, etc.
—¿Te gustaría sentarte aquí? —preguntó Todoroki observando los ojos del rubio ceniza.
—Cualquier lugar está bien —mencionó sin interés, no le importaba en donde podrían estar, simplemente quería estar tranquilo.
Y así fue, se sentaron en el césped, hablaron por un rato, intercambiando ideas, opiniones, entre otras cosas.
Era bastante agradable, el clima era cálido con una suave brisa, risas de niños a lo lejos y aroma a flores, aparentemente todo era perfecto.
—¿Todoroki? ¿Kacchan? —una voz conocida se hizo presente.
—Bakugō-kun, Todoroki-kun qué coincidencia que estén aquí, ambos —comenta una chica de cabello castaño.
—Ugh, Deku —dijo molesto apenas observa con claridad a su "amigo" de infancia, seguro que le preguntarán sobre su salida con el chico frío.
—Ah, Midoriya ¿Están saliendo? —rápidamente Todoroki se adelantó a hacer la pregunta.
—Oh, n-no... Deku-kun, Iida-kun y yo sólo acordamos en ir a comer algo y después al cine, pero Iida fue a por algo de beber, eso es todo —rio un poco nerviosa— ¿Y ustedes qué hacen aquí?
—¿Qué te impor-...?
—Estamos saliendo —interrumpió el medio albino, la forma en como lo dijo sorprendió bastante a sus compañeros, Bakugō no podía creer que de verdad se los haya dicho y sobre todo con tanta normalidad.
—¿¡Qué!? —dijeron ambos al unísono.
—¡¡N-No estamos saliendo!! —gritó bastante sonrojado— ¡Me lo encontré de la nada! ¡Ya me largo! —y acto seguido el rubio cenizobse pone de pie y empieza a caminar a un paso algo veloz lejos de ellos.
—Nos vemos otro día —se despide el heterocromático con prisa al ver como Bakugō se alejaba y sin decir nada más va detrás de su amado.
Midoriya y Uraraka muy sorprendidos por la pequeña escena se quedan en silencio observando a la inusual pareja desaparecer de su vista, ambos incrédulos de lo que acababa de suceder. ¿Será cierto? ¿acaso Todoroki y Bakugō estaban saliendo?
Por otro lado un rubio cenizo maldecía todo a su paso con las manos en los bolsillos y paso veloz, esas dos simples palabras lo habían hecho sentirse en parte feliz y avergonzado. De pronto un agarre en su brazo derecho lo detiene.
—¿Qué quieres bastardo? —responde sabiendo que ese tacto era del bicolor.
—Bakugō —la voz de Todoroki sonaba un poco más grave ¿estaba molesto? normalmente no usaba ese tono de voz— ¿Te molesta que diga que estamos saliendo? ¿Por qué no lo admites? ¿Te parece una tontería? —el agarre en el brazo del rubio se hizo un poco más rudo cosa que hizo que el contrario volteara a ver al medio albino para enfrentarlo pero al hacerlo simplemente se queda paralizado al toparse con su mirada.
—M-...Me tomaste desprevenido, idiota —desvía la mirada, el contacto visual directo lo estaba incomodando pero el más alto lo toma del mentón y lo hace volver a verlo a los ojos.
—Bakugō, ¿No te enseñaron a ver a las personas a la cara cuando hablan?
—Maldito...
—Suena mejor cuando yo lo digo, aunque me gustaría escucharte decir lo que yo dije después de eso.
Se burló sonriendo de forma lasciva, Katsuki al no querer seguir la conversación aparta la mano derecha en su mentón con un pequeño golpe y se suelta del agarre en su brazo para darle la espalda y seguir caminando, él no estaba dispuesto a decir lo que había pasado después, su orgullo no se lo dejaba.
¿En serio quería que repitiera susbpalabras de declaración? pensó Katsuki al volver a recordar el primer día, la forma en como comenzó todo fue bastante... extraño y repentino.
—Bakugō, espérame —dijo el bicolor colocándose al lado de él.
—Estás loco si crees que yo diré eso.
—Tal vez ocurra algún día, quién sabe.
—No digas estupideces —responde observando los alrededores, en el parque ya habían muy pocos niños, bueno ya estaba casi oscureciendo, observa su móvil y en este decía que eran las 5:59 pm.
—Bakugō ¿podemos ir allá? —señaló un mirador bastante alto, a esas horas era algo bastante espectacular, el paisaje nocturno en lo más alto de una torre junto con la brisa fría y un café caliente... con solo pensarlo se le hizo buena idea.
—Sí, creo que tenemos tiempo.
Después de unos cuantos minutos pagando la entrada y subiendo por el ascendor al fin llegan a su destino.
Tuvieron suerte al no encontrarse con alguien familiar entre tantas personas, el lugar estaba semi lleno, la mayoría eran simples turistas y los demás eran parejas que no dejaban de demostrarse amor, vaya que era muy incómodo.
Compraron café caliente para pasar el rato hablando y bebiendo, sin darse cuenta al pasar un par de horas el lugar se encontraba casi vacío y los que se encontraban no prestaban mucha atención a lo que ocurría alrededor.
—Bakugō.
—¿Mm...? — responde mientras termina de beber su café.
—Quiero... —se queda pensando unos momentos pero luego observa nuevamente al ajeno para terminar por desviar la mirada— no, olvídalo.
—Dilo ya, bastardo.
Impaciente de saber qué es lo que quería lo observa de reojo, el bicolor baja unos segundos la mirada y luego lo observa ¿qué era lo que quería? para poder observarlo mejor el de mirada carmesí gira la cabeza en dirección a Todoroki.
Sin avisar el medio albino se acerca de forma lenta hasta estar a tal punto de sentir la respiración de su acompañante, sus miradas chocaron entre sí, Bakugō no decía ni hacía nada cosa que sorprendió al bicolor.
—¿Qué tanto lo piensas?... Si lo vas a hacer hazlo de una maldita vez.
—Pero ¿Tú quieres que te bese?... —susurró acariciando con su mano izquierda la mejilla del rubio.
—¿Tengo opción?
—Si no quieres que lo haga aparta la mirada.
El contacto visual seguía firme pero las manos del oji rubí temblaban con levedad, el ceño fruncido de Katsuki y la expresión seria de Todoroki hacían que la situación sea como una competencia de miradas, hasta que el rubio no lo soporta y cierra los ojos.
—No aparté la mirada...
—Lo sé.
—Entonces, ¿qué espe-?
Finalmente el bicolor une sus labios contra los del rubio ceniza, ahora tenía más claro cómo es que se sentía el chico explosivo con toda esa situación de estar enamorado por una semana, pensó que le tendría asco pero al parecer una parte oculta en él quería que lo besara.
Con algo de dificultad el de mirada carmesí corresponde el beso, no era nada experto pero hacía lo posible, el bicolor con cuidado dirige su mano izquierda hasta el cuello del contrario y profundiza su beso, no les importó que algunas personas los vieran besarse, no les importaba nada en esos momentos.
Sábado
Continuará...
NarikoHN
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