Dieciocho- tequila y ene-migos.
Narra Sofía:
Tras unas semanas de espera, recibí la llamada de la empresa Bobo, obtuve un contrato a 10 años como influencer, con un porcentaje de ganancias de un 65% estimado. Prontamente podría gritar las noticias que tenía preparadas para el público. Diego me ayudó con la creación de mi canal, para ser más clara, en hacerlo llamativo con un banner original y una foto de perfil visible.
— Hola mi hermana, ¿lista para dar la noticia? —Cárdenas me preguntó sirviendo mi desayuno en un plato color perla.
— Buenos días, hum, si eso creo —estaba nerviosa, y cómo no estarlo, si era una muy grande.
Me senté al lado de de Jorge, comenzamos a desayunar los tres juntos, a los pocos minutos se nos unieron Gabo y Gael, que por cierto se me fue completamente explicar como es nuestra relación..los niños son un amor, me quieren muchísimo, hasta a Gabo una vez se le salió decir que me quiere como tía jajajaj, es una ternura, pero que bueno que a Chinos no le duró mucho el berrinche.
Los niños comieron el desayuno más rápido que nosotros, fue el mejor desayuno de la vida, nos agarramos platicando sobre sueños.
— ¿Que es lo más loco que han soñado? —preguntó el sobrino más pequeño de Diego.
— Yo no sueño por las noches —río Diego— o más bien no los recuerdo.
Jorge se burló con una mueca.
— Yo tampoco sueño, pero una vez soñé con que me convertía en una abeja, no sé por qué..
— Creo que yo si sé por qué —dije casi ahogandome con mi vaso de horchata.
— ¿Jorge le tienes miedo a las abejas?—preguntó Gael inocentemente.
Chinos negó con la cabeza.
— Hum, no, es porque se vistó de abejita —reí al igual que Diego y los niños.
Muy chistosa —Jorge alzó una ceja, sonriendo de lado.
Tomé su mano por debajo de la mesa, y luego por instinto me abrazó por la cintura, así nos quedamos hasta que me levanté para ayudar a lavar los trastes.
— Tengo un compromiso a las doce, al rato vengo, gracias por el desayuno Yeyo, estuvo delicioso.
— No hay de que, ¿quieres que te llevemos?
No hay problema, tomo el bus —les dije.
— Ahora eres influencer, deberías ser más cuidadosa con tu privacidad —me regañó Diego, obvio sin enojarse.
Que despistada, es cierto, ya soy una celebridad, debería juntarme con más personas como él. Quedamos en que Jorge me llevaba y me recogía.
Diego besó mi frente.
— Con cuidado mi hermana.
Fui a darme un baño, y luego vestirme con un vestido purpura que me llegaba un dedo arriba de la rodilla y mi cabello ligeramente alaciado, me puse una cadenita dorada en el cuello, unos aretes pequeños y mis dos anillos.
De zapatillas me puse un par de tacones color negro con un collarín en la parte del tobillo.
Los Rulés al verme se quedaron en mood ¿eres tú? incluso me bromeaban por eso, peero claro que soy yo, solo no siempre me arreglo así, solo en ocasiones especiales. Muy especiales..
Subí al asiento del copiloto y revisé mi telefono, para cuando me di cuenta Chinos ya estaba encendiendo la camioneta.
Hice una instagram story en lo que Jorge manejaba, haciendo zoom a su carita, por lo que muchos fans empezaron a Shippearnos, creando así el "Jorfía".
— ¿A qué horas te recogo? —giró su cabeza hacia mi, ya estacionandose a fuera de la casa de Kim.
Yo te aviso pero como a las cuatro, más o menos —sonreí— gracias.
— Por nada, cuídate —dijo cerca de mi rostro.
Cuando hacía eso me encantaba, por que nos mirabamos fijamente y luego a nuestros labios, era algo taaaan romántico.
Despúes de besarnos cómo por cinco minutos, me bajé de la camioneta, él se fue y yo me quedé sola frente a una gran casa.
Timbré en la mansión que estaba ante mis ojos, y la mismisima Kim me recibió.
¡Kim, Sofía! fue divertido gritar nuestros nombres mientras nos dabamos un abrazo.
Luego reímos al darnos cuenta que un chico nos copió a su manera.
¡Kim, Sofía! era Oliver, saliendo junto Ingrid.
— ¿y si mejor entramos? —preguntó Kimberly, los tres asentimos. Su casa era hermosa, muy adornada pero aún así conservaba tanta flora que parecía un hogar de en sueños, además olía a pino y roles de canela, era como entrar en un dulce bosque.
La cocina ni se diga, estaba muy limpia y había varios estantes con dulces, para la pequeña Kima supongo.
Kimberly nos sirvió jugo de arándanos con hielos de vodka, es algo así como vodka congelado en pequeños moldes, sabe delicioso, pero ella sólo se sirvió el jugo puro, ¿acaso le hacía daño el alcohol? pero si la vi tomando en la fiesta, cómo sea, no me aguanté y decidí preguntarle al respecto.
-¿No tomarás con nosotros? -pregunté mirándola atenta, ella solo sonrió con el vaso bajando por sus labios.
- Quisiera, pero no puedo tomar ahora.. en la comida les cuento de la gran noticia, ya casi llega Juan.
El timbre de la casa sonó, los cuatro pensamos que era el susodicho, al abrir la puerta supimos que se trataba de Katia, Supertrucha, atrás de ellos estaba... oh no, Shantal. Mis amigos notaron la tensión que había entre ambas o al menos de mi parte, voltearon a ver a Kimberly.
- Holis, me da gusto conocerte en persona -me abrazó la pequeña Katia- desde que Oliver nos contó sobre ti Trucha tampoco deja de hablar -solo se sonrojó.
- Ya tú -le dice avergonzado.
Me cae bien, solo para una amistad.
-¿Ya viste toda la casa? Kim nos mostró la fuente de azulejos, como la que tenían tus padres en secundaria, es preciosa -me jaló Ingrid hacía la sala de manera urgente.
Sonreí como si nada, pero es que su presencia me incomodaba, hasta Ingrid me llevó a dar un paseo improvisado por la casa, mis padres ni siquiera tenían una fuente, pero le seguí la corriente.
- si, es preciosa, ¿no? -dijo Kimberly detrás de nosotras- ¿oigan están bien? -preguntó al vernos algo tensas.
- oh, si gracias hermosa, le contaba a Ingrid lo de Chinos -ella me suplicó contarle, lo hice, omitiendo la parte de Kim Shantal, en su contra, Loaiza era una mujer de carácter fuerte pero era una de las personas más comprensivas y amables, sin importar el dinero, era capaz de darte del bocado de su boca, obvio no le dije nada porque se había lo bien que le caía Kim.
Oliver llegó junto a Juan y la pequeña Kima.
- mi amor! -la Diosa de México abrazó al chico por el cuello y le depositó un beso, parecían la pareja perfecta, hasta yo los amo.
Juan dejó a Kima con Natalia y César, mientras todos nos reunimos en un lugar de la sala, con unas botellas de tequila en la mesa frente a nosotros, acompañado de un buen mix de música, ya teníamos un gran bar en casa, uno privado.
No sé cuántos shots me había bebido pero ya comenzaba a sentirme muy mal, me recargué en el hombro de Oliver, este sólo se río en bajito, también había bebido mucho.
Mi teléfono sonó pero yo estaba tan perdida en el ambiente que no me di cuenta de que Kim Shantal lo había tomado sin permiso, la miré tecleando en el, pero no me molesté por decirle algo, estaba sonando Amarillo de J Balvin, esa canción me recuerda a la primera vez que conocí a Los Rulés, en esa mansión, recuerdo lo nerviosa que estaba esos primeros días, y ahora a lo que he llegado.
Solo recuerdo despertar con dolor de cabeza en un cuarto con cobijas marrones.
A mi lado estaba Ingrid con la cabeza entre las almohadas.
Casi cayendome de la cama me puse de pie, busqué mi telefono por todas partes, hasta encontrarlo en el tocador de madera.
Tenía infinidad de llamadas perdidas de Diego y Jorge, ¡me van a matar! les regresé las llamadas a Diego.
- hum, buenos días - sonaba adormilado.
- Oye perdoname la vida, ayer tomé demasiado y ni chance de ver el cel- este se río.
- Tranqui Sof, me alegra que estés bien, solo era eso, me preocupaba que no contestaras pero luego le avisaste a Jorge y me despreocupé
- ¿De qué hablas?
- Le avisaste que pasara por Kim Shantal, que te quedarías a dormir con tus amigos.
- No recuerdo haberle comentado nada..
- Estabas muy borracha -río- a todos nos pasa.
Borracha pero no pendeja diría mi mamá.
juro por todos que jamás dije eso, pero luego llegará el día en que me la vuelva a topar.
Terminamos la llamada, quedando en que pasaría por mi en unos minutos.
Bajé a desayunar con Kimberly, le agradecí por la fiesta y salí de su casa al escuchar el claxon de la camioneta.
Subí al coche recibiendo burlas de su parte por mi condición, quiero vomitar así que supongo que no luzco bien, ojo, no soy muy buena tomando pero quien me manda a haberlo hecho.
Ya había transcurrido un buen tiempo en el camino y y sólo quería llegar a acostarme en la cama, era algo muy necesario para sentirme mucho mejor.
La cabeza me punzaba, empezaba a pensar que un zombie es muy parecido a alguien en cruda.
(...)
Me tiré como bebé en el sofá, haciendo un puchero.
- Ahora vi porque no querías que fuera por ti -comentó Jorge volteando hacia mi- te ves terrible
- Lo sé, y me siento terrible también amor.
Me mira con un gesto de ternura.
- me dijiste amor -me extiende una caja pequeña- toma solo una, te sentirás mejor.
Me levanto pero en eso me tambaleo un poco, la garganta empieza a sentirse tensa, pequeñas palpitaciones me hacen apretar mi boca, corrí al baño a vomitar, Chinos fue detrás mío pero lo detuve antes de entrar.
- ¿estás bien? -me pregunta con tono de preocupación, a lo que le respondo afirmativamente.
Enjuago y lavo mi boca para no sentir el sabor, mis ojos estaban notablemente brillosos por el esfuerzo que había hecho.
Me echo agua en el rostro y lo seco con una toalla de manos.
Sorprendentemente cuando salgo me enamoré de nuevo, Ivan se encontraba recargado en la pared, con sus ojos atentos a la puerta y sus Chinos cayendo por sus mejillas rosadas, su nariz fina se veía aún más hermosa, tanto que me sonrojé.
- ¿Vamos a dormir? podemos encargar comida para más al rato- sugiere con su voz ronca.
- Me parece una gran propuesta, pero ahorita no me hables de comida, acabo de vomitar -arrugué mi rostro y como si de un buen chiste se tratara empezamos a reír como bobos.
Tomé su mano arrullándola bajo mi pulgar, tomó mi cintura y me elevó, quedando enrollada en su cadera, entramos a la habitación y nos pusimos a descansar un rato, platicando tirados en la cama boca arriba con la vista hacia el techo.
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